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Hoy es mi decimonoveno cumpleaños y no se que carajos pasa con mi vida. Sin embargo, esa es harina de otro costal. Lo que yo quiero decir es otra cosa.
Tuve un maestro de inglés en primaria que nos recompensaba con dulces, y simpre recibí varios (A mi se me enseñó inglés como a un perro se le enseña a donde ir a cagar; con premios), Dragoncitos, chocolates, paletas, mazapán y a veces un Mamut. Muy a pesar de mi buen promedio, hubo algo que jamás recibí.
Un gansito/pingüino por mi cumpleaños.
Y es que, al haber nacido en verano, dejaba de ver al susodicho profesor. Él decía que me regalaría uno al volver a clases. Nunca cumplió. Mis compañeros tampoco tuvieron ese detalle conmigo. No soy y nunca fuí demasiado popular y con mis pocos amigos, antes de las redes sociales, se cortaba toda comunicación.
Eso no significa que mis cumpleaños pasen en soledad y miseria, mis papás se las han arreglado bien año con alo para hacerme sonreír. No siempre es algo muy grande, rara vez lo ha sido, pero en fin siempre ha sido bueno. Les estoy muy agradecida.
Y ni hablar de los pasteles que he tenido...
Aún asi, año con año fantaseo con algo muy simple: un pinchurriento pastelito marinela con una velita y decorado con post-its y recortes (De los Beatles... o de algunos de mis gais... o gatos) y confeti.
Pero eso es un tanto imposible. No importaa Fushimi Natsu le gusta esto. -
En Ao3 existe una opción para desligar de tu cuenta una historia, pero permitir que los demás la continuen disfrutando. Esto se llama Orphan Acount y esta llena de historias geniales. Encontré una tan bonita e intensa que no pude evitarlo. La adopté y ahora la estoy traduciendo. :) No podía simplemente abandonarla.
a Fushimi Natsu, Ichiinou y Plushy Berry les gusta esto. -
Yo y mi amigo salimos temprano de la universidad. Nos subimos al camión (La escuela esta en otra ciudad). Fuimos al centro de nuestra ciudad. Él quería mi ayuda, consejos para comprar el regalo de su novia. Lo hice, ella es mi mejor amiga y me gusta que sea feliz. cuando terminamos con eso, él me acompaño a desayunar.No es ni incomodo ni difícil hablarle, púes nos conocemos desde los doce. Y púes ya estando sentados y comiendo en la cafetería, me distraje mirando a un grupo de chicas. Eran cuatro, jóvenes y con pinta de haberse escapado de la prepa. Luego de unos segundos en silencio, mi amigo dijo "Te hacen falta tus chicas ¿Cierto?" Me hacen falta, las extraño demasiado. Aún cuando se que puedo sobrevivir sin ellas. Pero seguimos conectadas por algo especial. Las imaginé por unos momentos antes de contestar. Le dije que si, y oculté tras el café del desayuno una sonrisa nostálgica. Las miradas que se pierden dicen mucho.