Violencia...

Re: Violencia...

Capítulo 4: ¿Te gusta?

Un nuevo día martes se hacía anunciar con el sol, alguien había entrado a la habitación de los jóvenes para levantarlos.

-Sakuno.-Decía un dulce voz.-
-Mmm…-Entre dormida.
-Sakuno.-Volvía a insistir.
-¿Ma-mamá?-Proninció confundida.
-Sakuno, querida, despierta se les hará tarde a los dos.
-Ahh… lo siento, ¿Qué hora es?
-Las 6:30 es temprano, pero igual levántense.-Hizo una pausa.- Por cierto, ya hablamos con tu abuela.
-¿Si, que dijo?-Preguntó mientras se levantaba.
-Vendrá mañana a la mañana y veremos que podemos hacer.
-Gracias, enserio gracias…
-No tienes nada que agradecer pequeña.-Dijo y se retiro de la habitación, cansada de sus intentos fallidos de levantar a Ryoma.

Sakuno se cambio y volvió a entrar a la habitación, él seguía dormido, decidió levantarlo.

-Ryoma…Ryoma despierta…-Dijo mientras lo movía.- Ryoma. Dios tienes el sueño pesado. ¡RYOMA!-Levantó la voz.
-¡¿Qué?!-Dijo despertándose de golpe.
-¿Cómo que, qué? Tenemos que ir a la escuela, faltan 40 minutos para entrar.
-Maldición.
-Dime, ¿has pensado en comprarte un despertador?-Dijo irónica.
-Ja-ja que graciosa.

Pasaron veinte minutos y Ryoma ya estaba listo, salieron apurados, bueno corriendo, hacia la escuela, hasta que alguien paro a Sakuno bruscamente.

-Suéltame Kontaro.
-¿Kontaro? Soy tu padre quieras o no.-Dijo mientras la agarraba fuertemente del brazo.
-Me importa poco y nada quien seas, ahora suelta.
-No, te vienes conmigo.
-¡Suéltame! ¡Me lastimas!
-Vamonos.- Dijo arrastrándola.
-¡Ryoma!-Gritó ella

Ryoma se hallaba estático frente a la situación pero el grito de Sakuno lo envió de nuevo a la tierra.

-Sakuno.-Susurró.- ¡Suéltala!
-¿El mocoso es algo tuyo Sakuno?
-¡Eso no te importa!-Le gritó y en un descuido se soltó, pero volvió a ser agarrada de la muñeca.
-¿A dónde crees que vas mi pequeña?
-¡Pequeña nada! ¡Suéltame!
-¡Suéltala!-Gritó Ryoma y le lazo una pelota de tenis que cargaba consigo en el bolsillo.

El mayor se quejó, ya que le había dado en la cabeza, soltando a Sakuno inconscientemente.

-Ryoma.-Pronunció mientas corría hacia el.

El joven de reflejos verdosos la acogió en sus brazos en señal de protección. Kontaro, el padre de Sakuno, maldijo en voz baja, acercándose a Ryoma en señal de querer golpearlo. Ryoma se dio cuenta de esto y puso a Sakuno tras él.

-Estúpido crió.-Ya más cerca y levantado una mano, Ryoma ya estaba preparado, lo miraba con arrogancia, cuando este lo iba a golpear, el impacto no cayó en él, si no en ella.
-¡Ja! ¿Ahora piensas golpear hijos ajenos? -Dijo mirando para el costado debido a la cachetada.- ¡Lárgate!, ¡¿No entendes que no te quiero ver más?!, ¿¡No entendes que te odio?!, ¡¿No entendes que arruinaste mi vida por completo?!, ¡Lárgate!, ¿que esperas? ¡No te quiero ver! ¡Ándate!-Gritaba con lágrimas de rabia en sus ojos, poco a poco su padre se fue alejando, hasta desaparecer.

-¿Porque?-Dándola vuelta le preguntó.
-¿Por qué, que?-Secándose las lagrimas preguntó.
-¿Por qué hiciste que te golpearan, si ese golpe iba hacia mi?
-Ryoma, no podía dejar que te golpease, las cosas se complicarían.
-¿Qué quieres decir?
-Nada, mejor vamonos.-Dijo cortante.

Así fue, Sakuno le cortó el rostro con esas palabras a Ryoma, ahora los papeles se habían invertido, Sakuno adelante Ryoma atrás. Su mirada se tornó opaca, sin emoción alguna, dejando al joven ambarino sorprendido.

Llegaron a su salón unos minutos antes de que tocase el timbre.

-¡Hola a todos!-Gritó cambiando de actitud y patinando por el piso.
-Hola.-Contestaron al destiempo algunos.
-Hola Ann.-Dijo acercando a la chica de hebillas.
-Hola Saku.
-¿Y Tomoka?, no me digas que…
-Si, con Horio.

Risas salieron de sus bocas, llegando a los pocos segundos la joven mencionada, algo agitada y despeinada.

-¡¡Llegue!! ¡En menos de quince minutos!-Gritaba Tomoka.
-Record. Habitualmente tardas mucho.-Dijo Ann.
-Si, pero Horio… no se no hubo magia…-Dijo desilusionada.
-Jaja.-Soltaron las amigas.

No pasó mucho para que el docente correspondiente de la clase entrara, haciendo que los alumnos se sentaran. Las dos horas pasaron rápido para suerte de los alumnos. El timbre tocó dando comienzo al receso de 20 minutos.

Las tres jovencitas se encontraban en la azotea conversando muy animadamente.

-Oye Saku… ¿Cómo es eso que vives en la casa de los Echizen?-Pregunto la de hebillas.
-¡Tomoka!-Gritó Sakuno.
-Jeje, es que no me resistí.-Se defendía la del lunar.
-Si, claro.-Ironizaba.-Nada, vivo en la casa de los Echizen y duermo en el cuarto de Ryoma.-Dijo tranquila.
-Ahhh… ¿Cómo, DORMIS EN EL CUARTO MISMO QUE ECHIZEN?-Ann.
-Es que… si… PERO NO PIENSEN MAL.-Recalcaba la de ojos carmín.
-Jajaja nosotras no pensamos nada Sakuno tu sola lo pensaste.- Decía en forma burlona Tomoka.
-¿Tomoka, estas acá?-Preguntaba un voz que entraba tímidamente por la puerta.
-Horio…-Algo sorprendida.
-¿Podemos hablar?-Decía tímido, ella aceptó con la cabeza y luego se fue, dejando a las dos jóvenes solas.
-Sakuno, dime la verdad. ¿Lo besaste?-Preguntó mirándola a los ojos haciendo intimidar a Sakuno.
-S-si.-Cabizbaja con un sonrojo evidente.
-¿No paso nada más, se propaso contigo?
-No, si, pero me deje.-Dijo levantando la cabeza.
-Sakuno.
-Lo se, lo sé… pero no me resistí a ese aroma, su suavidad, ¡hay! No quiero pensar ahora en él.
-¿Te gusta?-Volvía a indagar entre sus sentimientos.
-No.-Dijo segura.- Solo quiero diversión, no quiero nada más que eso.-Volvió a asegurar.
-Sakuno.-Suspiro.- No hay quien te pare.-Dijo resignada.
-Vamos aprovechemos los últimos diez minutos.-Propuso mientas se paraba.

*****
Por otro lado se encontraba un joven de ojos ámbar caminando, tratando de hacer oídos sordos a su amigo que lo acompañaba.

-Dime Ryoma, ¿estas saliendo con la nieta de la entrenadora?-Preguntó curioso su amigo.
-No.-Cortando la conversación
-¿Seguro?-Volvía a preguntar.
-Si.
-Ahh… porque ayer me pareció verte agarrado de la mano con ella mientras salían de la escuela.
-Lo miró sorprendido.- Cállate Takeshi.-Le ordenó.
-¿Entonces es verdad?, tu si que no pierdes tiempo Echizen, vamos cuéntale a tu amigo.
-No hay nada que contar.-Volvió a cortar la conversación.
-Vamos Echizen.-Suplico, cortándole el paso.
-Ahhh…-Suspiro.-Sakuno, esta viviendo conmigo, por un problema familiar, la bese solo para que no la reconocieran.-Accedió a contárselo.
-¿La besaste?-Sorprendido.
-Si… ¿no fue eso lo que dijiste?-Arqueando una ceja.
-No, yo te dije que te había visto con ella de la mano.
-…-Se había equivocado.
-¿Te gusta?-Le volvió a preguntar.
-No lo sé.-Respondió dudoso.
-¿Cómo que no lo sabes?
-No lo se, tal vez si, tal vez no.-Volviendo a retomar su caminar.

En realidad, no se había puesto a pensar en ello, ahora nacía la duda si le gustaba ella.
Ryoma, no era del tipo de chicos que decía sus sentimientos, pensamientos, ni nada de eso, pero eso era en primaria. En secundaria ya no tanto, y en podimodal, directamente iba de chica en chica. Mujeriego, era como le decían algunos, claro, con su divina hermosura quien no aprovecha ¿no?, el no era la acepción, tenia a todas las chicas del instituto detrás de él, el solo las usaba como pañuelo descartable…total, conociéndolo, no le importaba mucho eso. Momoshiro a menudo lo aconsejaba, pero no le hacia tanto caso, no le importaba… pero Momo trataba de vigilarlo, para su bien, después de todo eran amigos.

La conversación llegó a su fin, por causa del timbre que llamó a los alumnos al salón. La jornada estudiantil había llegado a su fin, Sakuno se estaba por ir, había olvidado que debía irse con Ryoma, pero algo la detuvo.

-¡Auch!-Chocó contra la espalda de alguien.- Discúlpame no vi por donde venía. -Se disculpó.
-No, la culpa es mía. ¿Estas bien?-Dijo dándose vuelta.
-Tezka.
-Sakuno.
-L-lo siento… no te vi. -Nerviosa.
-Sakuno, ¿vamos?-Una voz familiar desde lejos.
-Así que Echizen ¿Es tu nuevo juguete?-Decía despectivamente.
-Ay Dios, si que sos inmaduro, a pesar de toda tu seriedad.-Dijo blanqueando los ojos en forma de cansancio.
-¿Vamos?-Indiferente Ryoma le pregunto, ya cerca de ella.
-Si vamos.-Le brindó una sonrisa al ambarino.- Adiós Tezka.-Dijo seriamente.
-¿Paso algo?-Pregunto, ya lejos del otro y saliendo de la escuela, Ryoma.
-Nada, nada. ¿Por qué lo dices?
-Uhmm. Por nada.
-Echizen...
-Mmm.-Musitó el.
-¿Querés ir un rato a…?
-¿A donde?-La miró de reojo, mientras seguían caminando.

*Snif, snif* Bueno... aregle todos mis puntitos suspencivos.. pobresitos! fueron borrados! jeje, igual no importa.. bueno quedaron algunos, hasta que me acostumbre a la idea, gracias por el apoyo... les agradecería una por una, pero... ¬¬ tardaria mucho y sería muy denzo xD jeje, hasta la próxima!

 

Re: Violencia...

*Snif, snif* Yo trato de hacer todo lo posible por no equivocarme, pero me confundo muchas veces en los acentos por los tiempos gramaticales ToT pero trataré de no equivorcame tanto :) y de no poner tanto puntito suspencivo y comas :D wii! gracias ~MayOtk~ y gracias <<-RyoSaku->> :D trataré de no equivocarme tanto :) y gracias a las todas las chicas ^-^

 

Re: Violencia...

Capitulo 5: Oso de peluche, tengo frío.

-Mmm… no lo sé… quiero ir a pasear por algún lado, ¿me acompañarías?- Dijo jugando con sus dedos, tímidamente.
-Esta bien.-Aceptó resignado.
-¡Gracias Ryoma!-Y lo abrazó inconcientemente.

Su compañero, quedó sorprendido ante la acción de la chica, se dio cuenta recién ahí que era una chica fácil de poner feliz, realmente era sencilla con tan solo acompañarla a comprar o recorrer la cuidad se contentaba, se daba cuenta que esa chica era especial, no era como las demás que tan solo con cosas materiales se contentaban. Recibió su abrazo con una mueca en sus labios que al parecer era una sonrisa.

-Lo siento Echizen, no debí.-Decía avergonzada, mientras se separaba de él.
-Está bien.-Dijo con una sonrisa dulce y despeinándola haciendo que ella riera.
-Ya basta Echizen, jaja, para porfas.-Decía ya que no paraba de despeinarla y eso le daba cosquillas.
-Jaja, vamos Ryuzaki.-Dejándola y emprendiendo su camino nuevamente.
-¡Oye, espérame!

El resto del viaje, hasta llegar al centro de la cuidad, fue tranquilo, Sakuno paraba de vez en cuando a observar una que otra cosa que la distraía, en su mayoría animales, perros, gatos, etc. Haciendo que Ryoma la apurara para seguir camino.

Una vez llegando al centro, la de ojos carmesí quedó muy emocionada al ver las luces de las calles, ya que estaba por oscurecer, parecía una niña pequeña que recién veía la cuidad, saltaba de acá para allá, llevando a su compañero casi a rastas por la calle. De pronto paró en un negocio, en donde ella contemplaba ilusionada detrás de una vitrina.

-¿Lo quieres?-Le pregunto él.
- ¿Eh? No, no, vamos sigamos viendo.- Mintió, ella realmente quería ese oso, bueno no era un oso, era un tigre blanco, lo veía con mucha ilusión pero no tenía el dinero, lo dejaría para otro momento.
-Vamos.-Le dijo decidido, llevándola adentro del local en donde estaba el peluche que quería ella.
-Pero no Ryoma, está bien.- Dijo la castaña, haciendo la que no la quería.
-Ya estamos adentro.-Arqueo una ceja.- Así que ahora lo vas a tener, quieras o no.-Sentenció.

A ellos se les acercó una señorita, preguntando si se les ofrecía algo, Ryoma le afirmó con la cabeza y le indico el objeto que deseaban comprar. Sakuno se lo quedaba mirando sorprendida, ¿Por qué hacia eso con ella, porque, si ella no se lo había pedido?, algo la saco de sus pensamientos.

-Toma.-Le dijo el ambarino, dándole el peluche.
-Ryoma…-Sus ojos se tornaron brillosos y esbozo la mejor sonrisa que tenía, haciendo que el joven se sonrosara.- Jamás alguien me había regalado uno.-Se lo acepto.
-Me alegro ser el primero.-Sonrió.

Ella lo volvió a abrazar pero pequeñas lagrimas caían con de los ojos de ella, lo regresó a ver.

-Te quiero.-Le dijo segura y sonriente.
-Sakuno…-Jamás se lo habían dicho.
-Vamos, se esta haciendo tarde y se van a preocupar.-Mientras se separaba, agarrándolo de la mano y él entrelazando sus dedos con los de ella.

Con peluche en manos de Sakuno y sus manos entrelazadas, se fueron de regreso a la casa de los Echizen. Ningún dialogo había entre los dos, pero al parecer las palabras estarían de más en ese momento, antes de entrar a la casa, Sakuno, miro sus manos intentó separarlas, pero Ryoma se lo impidió.

-¿Seguro?-Preguntó ella.

El no contestó, solo abrió la puerta de la casa, para su suerte no había nadie en la sala ni el comedor, al parecer estaba en sus habitaciones, subieron, pero justo alguien abrió la puerta de un cuarto, haciendo que impulsivamente Sakuno soltara la mano de Ryoma, algo sonrosada.

-¡Ryoma, Sakuno!, ¿Por qué tardaron tanto?, me hicieron preocupar.-Decía, como había dicho, preocupada la madre del menor de los Echizen.
-Lo siento señora Echizen.-Hizo una reverencia.- Fue mi culpa, yo le dije a Ryoma que me acompañara al centro de la cuidad.-Dijo apenada.
-Esta bien, pero la próxima vez llámenme para saber donde están.-Dijo mas aliviada.-Bien, vallan a cambiarse de ropa y bajen a comer, estará lista la comida dentro de poco.

Ambos chicos asistieron y se fueron a la habitación de arriba a cambiarse, Ryoma se fue al baño a cambiarse para dejar a Sakuno en la habitación, como todo buen caballero. Una vez terminaron de cambiarse los dos bajaron al comedor. La cena transcurrió normal, bueno al menos por un momento.

-Ryoma ¿A dónde fueron tú y tu novia?-Su hermano preguntaba
-…- Solo arqueo una ceja el nombrado.
-Si hijo ¿a donde fueron?-Volvía a preguntar Nanjiro.
-No molesten.-Tajantemente respondía el de pelo azabache.
-Bueno… Sakuno, ¿Te regalo algo tu novio?-Volvió a indagar el padre.
-Al preguntar hizo que se sonrojara un poco.- ¿Qué novio?-Preguntó dulce y con cierto deje de inocencia.
-¿Acaso el tonto de mi hijo no es tu novio?-Pregunto curioso.
-Basta Nanjiro.-Interrumpió la madre tirándole de las orejas al mencionado.
-¡Ay, ay, ay, duele mujer!

Así paso la cena, esta llegó a su fin, dejando dos jóvenes algo perturbados por las preguntas hechas unos minutos atrás, aunque Sakuno tenía muy claro que solo por Ryoma sentía amistad y no mas que eso, pero Ryoma… él ya dudaba de que sentía por la de ojos color fuego…

Ya estaban en sus camas, pero cierta niña no conseguía el sueño, tenía frío, esa noche si estaba helándola, su compañero de cuarto se percato de esto, al ver que temblaba.

-Sakuno tienes frió ¿verdad?
-Ella voltio de su posición.- Si.-Musitó temerosa.
-Ven.-Le dijo mientras abría la sabana para dar a entender que se acueste con él.
-Pero Ryoma…
-Ven, antes de que me arrepienta.

Ella se dirigió un poco dudosa, entro a la cama mirándolo con cierta inseguridad. Ya cuando se había acostado, algo alejada de él, Ryoma, la tapó. Al chocar sus cuerpos sentía como se le erizaba toda la piel. Ella, realmente no sentía nada, se dio vuelta y se acurrucó en su pecho, como lo haría una pequeña niña.

-¿Cómoda?
-Mmm…-Dio a entender que eso era un “si”

Ryoma la abrazó, ella se acurrucó mas en el. La noche transcurrió de lo más normal, al menos para Sakuno, Ryoma por su parte, uno que otro pensamiento pervertido con respecto a su compañera. Tengamos en cuenta que las hormonas no se controlan a la edad de 16 años.

Hola! amm... me convencieron, ¬¬ ya que no pensaba poner continuación hoy, xD... en fin, si hay errores me los señalan porfis, yo lo leo más de una vez y no encuentro errores, pero tal vez ustedes encuentren :), eso numas... hasta la próxima!
pd: en el anterior capitulo... ¿en qué me equivoque?, no vi muy bien los errores :), si me los marcan, gracias!