Una cruel vengaza [por perri2006 y Dama_Negra]

Re: Una cruel vengaza [por perri2006 y Dama_Negra]

Después de querer estrangular a dama por la continuación, me he dignado a traer mi parte.

Capítulo 8: ¡Es por cobardía!

Inuyasha no se lo podía creer, estaba cansado de este juego, ella le estaba hiriendo con sus comentarios, aunque parecieran insignificantes el no quería que se convirtiera en Kikyo, jamás deseo tal cosa. Le gustaba tal y como era, con sus sonrisas, sus mejillas sonrojadas y con sus errores, le gustaba su inocente torpeza y su dulce personalidad, el echo de que se convirtiera en otra, le abría un agujero en el corazón que hace años habían creado y que con su presencia se había ido cerrando. Sin poder evitarlo Inuyasha dejó escapar unas cuantas lágrimas que no dejó ver. Se dio la vuelta y antes de salir corriendo le dijo:

-Puedes hacer lo que quiera, pero no cuentes con que siga a tu lado.


Ella no respondió, solo escuchó y observó como se marchaba, le daba igual, ese maldito Inuyasha ya no le importaba, ella era otra y... y...
Se escuchó un ruido entre los arbustos, se giró para mirar como Sango salía de ellos enfadada, muy enfadada. Su amiga no estaba contenta, su rostro estaba encolerizado y la miraba con odio.

-¿Quién te crees que eres Kagome? –le preguntó Sango mientras cerraba las manos con ira-. ¿Quién te crees que eres para amargarle la vida a los demás? Eras mi mejor amiga, pero ahora te odio, el simple hecho de mirarte y ver en lo que te has convertido me repugna. ¡Tú no eres Kagome! Eres una cobarde que está intentando ser la copia barata de otra. ¡Te odio! ¡Nunca más volveremos a ser amigas!

Después de decir esto, Sango se acercó a ella y le dio un puñetazo. La azabache asombrada no se había ni tan si quiera movido del sitio, no tenía fuerzas después de esas palabras tan duras...

Por el impacto había caído al suelo y desde ahí observo como Sango salía corriendo por el mismo camino que había seguido Inuyasha. Ella con dificultad se levantó y se quedó sentada en el suelo mientras la frialdad en la que se había escondido durante un rato desaparecía, dejando tras de sí heridas que posiblemente el tiempo, con suerte, se llevaría.

Lágrimas comenzaron a caer por su rostro, más pálido de lo habitual en estos momentos. Intentaba levantarse, pero por mucho que lo hacía se sentía demasiado débil para hacerlo. Quizás era porque llevaba bastante tiempo sin comer, o por las cosas que le habían dicho sus “amigos”, porque ya no estaba segura de que esos fueran los amigos con los que había comenzado el viaje.

-Por qué... –susurró mientras caía al suelo una vez más-. ¿Por qué me tienen que suceder estas cosas a mi?

-Porque te escondes tras esa fachada por simple cobardía –dijo una voz a su espalda, una voz fría que le había puesto los pelos de punta y la había hecho girarse-. ¿Dónde está la joven alegre y bondadosa que quitó Colmillo de Acero del interior de mi padre?

Sesshomaru, el frío demonio hermano de Inuyasha estaba hablando con ella como si de una igual se tratase. Sin saber porque él comenzó a acercarse a ella con un paso lento y rítmico que ella observó algo asustada.

-¿Quién eres tú? –le preguntó el mientras con ambas manos la levantaba del suelo-.

Su rostro serenos se estaba empezando a crispar por la tardanza de su respuesta. Kagome, por el miedo que estaba sintiendo no se atrevía casi a respirar.

-¡Respóndeme! –gritó el demonio mientras le daba una fuerte sacudida-.

Asustada gritó y comenzó a llorar de nuevo. Si, tenía miedo, mucho miedo. Le asustaba que él se acercase a ella de ese manera, él jamás lo había hecho y tenía miedo de saber lo que era la ira de un demonio como él.

Continuará...


Dama, cuando sea posible hablamos, que tengo que comentarte algo del siguiente capítulo!