Torre Desafío

De esa manera fue que Gigalith terminó cayendo a manos de Pupper, dejando al hombre con solo su último pokémon, quien inmediatamente se hizo presente y no dudó en intimidar al rival.

—Parece que hasta aquí está nuestro límite, Kroko; Afilagarras.


KROOKODILE: Tierra/Siniestro (Potente)
Intimidación: baja en 30 la fuerza del rival al salir al campo
Salud: 62/190
Fuerza: 195
Resistencia: 160
Agilidad: 1/3 (92 de Velocidad)
Movimientos:
-Terremoto (75 Potencia, Tierra (Base 60, STAB +15)) (Usos: 0/4)
-Triturar (75 Potencia, Siniestro (Base 60, STAB +15)) (Usos: 4/4)
-Garra Dragón (60 Potencia, Dragón) (Usos: 4/4)
-Afilagarras (Sube en 10 fuerza y garantiza el éxito del próximo ataque) (Usos: 0/2)

[Sandstorm: 4/5]

 

Nikolah Cruz

Me quedé congelado por unos segundos. Era...completamente inesperado. No pensé que podría sacarme de encima a Gigalith en el estado en el que Pupper se encontraba actualmente, en especial con un ataque tipo fuego. Pero al parecer, mi peludo amigo era mucho más fuerte de lo que creía. Debía darle un descanso, nos había llevado en su espalda a todo el equipo en todas mis peleas. Se merecía descansar el pobre. Sin embargo, la pelea no terminaba. Todavía quedaba el cocodrilo con gafas, que ya se estaba afilando las garras, preparándose para otro ataque que sería devastador. Así que inspiré fuertemente, y lancé una última orden:

— ¡Pupper, ataca con Velocidad Extrema!


ARCANINE: Fuego (Asesino)
Absorber Fuego: los movimientos tipo fuego curan en lugar de dañar a este pokémon.
Salud: 58/180
Fuerza: 230 (50)
Resistencia: 160
Agilidad: 1/4 (125 de Velocidad) (30)
Movimientos:
-Velocidad Extrema (45 Potencia, Normal; se necesitan 2 puntos de agilidad para esquivarse) (Usos: 0/4)
-Rastreo (Hace a los pokémon fantasma vulnerables a movimientos normal y lucha)
-Nitrocarga (40 Potencia, Fuego; restaura un punto de agilidad perdido (Base 30, STAB +10) (Usos: 0/2)
-Rugido (Obliga al enemigo a relevar a su pokémon) (Usos: 0/1)

 

La embestida de Pupper fue lo suficientemente fuere como para hacer caer a Krookodile de manera inmediata, dejando al hombre sin ningún pokémon para poder continuar la batalla. Ante esto, simplemente liberó su característica risa y ajustó su sombrero de montañero para posteriormente regresar a su compañero al esférico.

—Lo has hecho muy bien, muchacho. Veo que las nuevas generaciones lo tienen todo para superarnos. Mucha suerte de aquí en adelante.

Y tras eso se retiró.

¡Nikolah obtienene 1000 puntos!

 

Nikolah Cruz

Me quedé congelado, por tercera vez en esa pelea. No podía creer. Habíamos ganado. ¡HABÍAMOS GANADO! Comencé a saltar y a exclamar emocionado, y corrí hacia Pupper, para abrazarlo. La tormenta seguía en pie, y me llené la boca de arena, pero no me importaba. Sin embargo, no llegué a abrazarlo, porque me resbalé con la misma arena en el suelo, y caí de trasero, cosa que hizo que toda mi columna temblara. Me quedé allí, frotándome la retaguardia adolorido, mientras Pupper simplemente ponía los ojos en blanco, se acercaba, y tocaba su pokéball con el hocico, para poder descansar.

Yo levanté la vista y pude ver como el mochilero se alejaba, después de soltar una buena risotada. Levanté la mano, mientras la agitaba en el aire.

— ¡Igualmente para usted! ¡Lamento haber pensado y dicho cosas feas sobre sus pokémon! ¡Son super fuertes y me había asustado! ¡Que tengo un buen día!— exclamé, con una sonrisa ancha.

Sin embargo, y mientras me iba levantando de forma lenta por el dolor, me acordé de algo.

>> ¡Oiga, de casualidad conoce a...!— sin embargo, el hombre ya se había ido. Me quedé con la pregunta en la boca, al igual que mucha arena, y lo único que pude hacer fue encogerme de hombros. Y escupir la arena.

Me puse las manos en el bolsillo, y silbando bajito, salí por el ascensor.

 

Nikolah Cruz

Volví a entrar al edificio, llevando a Talía. Le dije que esperara en la sala de recepción si quería, o incluso podía animarse a realizar un combate. Le vendría bien para sacarse un poco el estupor de encima.

Me dirigí hacia la recepción, y dejé la pokédex en la mesa, esperando a que me atiendan. El nivel fácil sería lo justo para que Chimuelo, Bocazas e incluso Larvitar probaran suerte. Y si iba a pelear contra cosplayers, más valía estar bien preparados. Estos cosplayers pueden ser gente muy loca.

 

Como solía ocurrir asiduamente, Nikolah fue atendido con celeridad en el mostrador de recepción por aquella mujer de cabello negro y semblante regio. Hechos los trámites pertinentes la recepcionista dio paso al entrenador al ascensor verde, alegando que su rival ya lo esperaba arriba.

Y la recepcionista no mentía. Cuando las puertas del elevador se abrieron y Nikolah fue azotado por una brisa cálida y primaveral, se encontró con una pequeña jovencita de corto cabello azul que observaba con las rodillas flexionadas las pequeñas amapolas y caléndulas virtuales que se amontonaban en un rincón del escenario. Quizás para darle más realismo a aquel entorno campestre.

Sonreía.

Pero cuando se percató de la presencia de Nikolah, su pacífico gesto cambió bruscamente. Las pálidas mejillas de aquella chica cerúlea se tornaron cerezas maduras. Sus ojos se enturbiaron.

Sujetando su falda se incorporó del suelo.

—U-uhm...—titubeó, trémula—. H-hola...

Parecía tremendamente tímida. ¿Quizás Nikolah pudiese ayudarla a calmarse con su simpatía? Ese chico parecía tener un don después de todo.

Contenido oculto: Miyu

 

Nikolah Cruz

— ¡Hey, hola! Nunca había estado aquí. El paisaje que logran es tremendamente bonito, ¿no? Incluso te ponen la brisa y todo. Y las flores esas son muy bonitas también, ¿no? Aunque tal vez estaría mejor que fueran reales. Así podrían llenar el lugar de perfume.— dije, con una sonrisa.— Soy Nikolah, por cierto. ¡Un placer!

Me acerqué y me agaché hasta estar a su altura, revolviéndole el cabello.

— Ahora tocaría decidir quien va primero, pero...¿por qué no lo haces tú? Así calmas un poco tus nervios, y te diviertes. Porque para eso estamos acá, ¿no es así? ¡Para divertirnos!

Le guiñé un ojo y volví a mi lugar. Me senté en el suelo, con las piernas cruzadas, mirándole mientras le sonreía y sacaba un cigarrillo de chocolate de mi mochila. Lo puse en mi boca, y luego miré curioso a la niña.

>> ¿Quiéres?— pregunté, extendiéndole la golosina.

 

La chica escuchó algo retraída cada una de las palabras de Nikolah. Movía las manos nerviosamente sujetando su falda, en un intento por mantener sus emociones a raya... aunque le temblaba levemente el labio inferior.

Agachó la mirada y su sonrojo alcanzó la punta de sus pequeñas orejas cuando el muchacho habló del entorno. De aquel ambiente campestre, del paisaje y de las flores.

—L-las flores son...

Pero la efusividad de Nikolah al pronunciar su nombre pareció asustarla de nuevo y cerró los ojos con fuerza cuando él se acercó para revolverle el cabello con una mano. Su cuerpo se tensó, rígido, mientras un pequeño ruidito de urgencia escapaba de sus labios. Su pequeño corazón pareció desear saltar de su pecho.

—E-eeh... ¿Y-yo primero...?—titubeó—. Pero... pero las reglas de la Torre dicen que...—apartó la mirada—. ¿De verdad está bien si empiezo yo...?

Vio a Nikolah caminar y tomar asiento en el suelo, sobre aquel prado frondoso y esmeralda. Los focos del techo no podían compararse en lo absoluto con el sol natural... pero se respiraba una paz y una calma excepcionales. El nivel fácil era calmado en todos los sentidos de la palabra.

La brisa primaveral sopló de nuevo agitando los cabellos de ambos. La chica se llevó una mano al suyo, alisándolo nerviosamente.

—G-gracias Nikolah—musitó ante el ofrecimiento del muchacho—. Pero yo... yo no fumo...

Parecía que iba a costar comenzar la batalla con aquella joven tan tímida.

 

Nikolah Cruz

Incliné la cabeza hacia un costado, mirando a la niña extrañada, con el cigarrillo en la boca, y el otro en mi mano extendida. Comencé a morderlo, confundido.

— ¡Oh, ya entendí! Tú tranquila, no es para fumar. Iacks, que asco.— dije, haciendo una mueca de disgusto.— No, son golosinas de chocolate. Se comen, y son deliciosos. Ten, pruébalo.

Me incorporé de un salto, y caminé hacia ella, sonriendo. Le tomé la mano y se lo dejé en la palma abierta, mientras le guiñaba un ojo.

— Tomaría una flor y te la ofrecería, pero creo que son hologramas.— pase mi mano por las plantas, y solté un risotada.— Sip, lo son. Pero puedo darte igual una flor de origami.

Rebusqué entre mis bolsillos, tomando un panfleto viejo que había recogido en la calle. Comencé a doblarlo e intenté imitar una de las flores de amapola del lugar. Quedó medio deforme, pero la falta de práctica hace esas cosas. Se la deposité en la palma de la niña, junto con el cigarrillo. Luego volví a mi lugar y me acosté en el suelo, disfrutando del ambiente.

— Tú no te apures, tómate tu tiempo. Podría estar todo el día aquí.— dije, recostado, con las manos entrelazadas tras la espalda, mientras suspiraba.

 

—¿L-los cigarrillos se comen?—preguntó, tan confusa como nerviosa.

Cuando Nikolah tomó su mano para colocar en ella la golosina, la chica dio un pequeño respingo. Sus mejillas enrojecieron aún más si acaso era eso posible. Su rostro estaba tan rojo como las amapolas. El tacto de Nikolah era cálido y sus gestos muy amables. Parecía una buena persona.

—O-oh, ¡pero arrancar flores estaría mal!—respondió repentinamente. Pero no tardó de retroceder, avergonzándose de nuevo por haber alzado la voz de forma tan brusca—. P-perdón. Yo solo pienso que—

Pero no pudo añadir nada más porque entonces Nikolah depositó algo más en su palma. Una flor de papel algo amorfa, pero no dejaba de asemejarse a una amapola; de esas que se amontonaban, tácitas, en un rincón del campo. Y era un tierno gesto.

La chica la miró, con un brillo extraño en los ojos. Casi nostálgico. Maravillada por aquella deforme flor de origami. En su fuero interno se preguntó si Nikolah sabría hacer más figuras de papel. ¿Qué tal una azucena? ¿Un clavel? ¿Tal vez un lirio? ¡Oh, amaba los lirios!

Pero al final, sus palabras fueron otras muy distintas. Tuvo que tomar algo de tiempo y coraje.

—... Mi nombre es Miyu—dijo finalmente, presentándose sin titubear—. V-vamos a combatir... He empezado hace poco pero creo... creo que puedo hacerlo bien. T-tal vez...

Desvió la mirada, huidiza y esquiva. Y entonces se llevó el cigarrillo a los labios y le dio un pequeño mordisco. ¡Vaya, de verdad era chocolate! ¡Y estaba delicioso! Miyu no se dio cuenta de cuando se lo hubo acabado.

—Oh vaya...—musitó—. Gracias Nikolah. Ahora... hagamos las cosas bien...—extendió la otra palma de su mano, aquella que no sostenía aquella improvisada amapola de papel y cerró de nuevo sus ojos con fuerza—. ¡P-piedra, papel o tijera! ¡Ya!

 

Nikolah Cruz

Levanté el torso hasta quedar sentado, de vuelta con las piernas cruzadas, mientras le sonreía a Miyu.

— Miyu, ¿eh? Que nombre tan lindo. ¡Y seguro lo harás genial! No temas.

Y puse mis manos en posición, para mostrar mi elección entre piedra, papel o tijera.

— Y vaya, al parecer yo inicio. ¡Vamos Chimuelo, te toca!

El Bagon salió de su pokéball, y lo primero que hizo fue saltar y morderme la mano. Lancé un grito de dolor y comencé a agitar el brazo, para sacarme al pokémon de encima, que de chimuelo no tenía nada.


BAGON: Dragón
Cabeza Roca: No recibe daño de retroceso
Salud: 90/90
Fuerza: 115
Resistencia: 90
Agilidad: 1/1 (50 de Velocidad)
Movimientos:
-Furia Dragón (50 Potencia, Dragón) (Base 40, STAB +10)
-Ascuas (30 Potencia, Fuego)
-Danza Dragón (+10 fuerza, +1 agilidad perdida) (Usos: 2/2)
-Malicioso (Baja en 10 la resistencia rival)

 

Miyu agachó de nuevo la mirada avergonzada ante el halago de Nikolah. ¿Lindo? ¿Ella tenía un nombre lindo?

—G-gracias...—murmuró jugando nerviosamente con sus manos. Sus mejillas arreboladas—. Tu nombre también es—

Pero no pudo añadir nada más pues sus palabras fueron acalladas por un pequeño gritito cuando Bagon abandonó su esférico y sus mandíbulas se cerraron en torno a la mano del Nikolah.

Se oyó un "crac".

—¡Eek!—chilló dando un pasito hacia atrás—. ¿E-estás bien? ¿Necesitas ayuda...?

>>¡E-espera, enseguida voy a tratar de...!—guardó silencio y tomó un pokéball que lanzó al campo. Una pequeña figura pareció danzar en la brisa—. ¡Flabby tenemos que ayudarle!

Era un diminuto Flabebé en una flor azul.


FLABEBÉ: Hada
Velo flor: Evita que bajen las características de los Pokémon de tipo planta aliados debidos a movimientos o habilidades del oponente. También bloquea movimientos del oponente que produzcan cambios de estado a dichos Pokémon.
Salud: 88/88
Fuerza: 92
Resistencia: 118
Agilidad: 1/1 (42 de Velocidad)
Movimientos:
-Fuerza Lunar (75 Potencia, Hada; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, baja su fuerza en 10 (Base 60, +15 STAB)) (Usos: 4/4)
-Tóxico (Envenena gravemente) (Usos: 3/3)
-Energibola (60 Potencia, Planta; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, baja en 10 la resistencia) (Usos: 4/4)
-Brillo Mágico (65 Potencia, Hada (50 Base, +15 STAB)) (Usos: 4/4)

 

Nikolah Cruz

— ¡No te preocupes! Esto...está...bajo...control.— dije, mientras forcejeaba con Chimuelo para que me dejara de una vez.

Al final, logré que soltara sus mandíbulas de mi carne, y lo lancé al aire, en el cual agitó los bracitos como intentado volar, para luego caer de cabeza al suelo. Se incorporó rápidamente, y le hizo frente a Flabebe.

Giratinas, un pokémon tipo hada. Chimuelo no la tenía para nada sencillo. Sin embargo, para eso habíamos venido. Para hacernos más fuertes. Así que levanté la mano ensangrentada, y le indiqué a Chimuelo que atacara.

— ¡Chimuelo, Malicioso! Vayamos preparando el terreno.


BAGON: Dragón
Cabeza Roca: No recibe daño de retroceso
Salud: 90/90
Fuerza: 115
Resistencia: 90
Agilidad: 1/1 (50 de Velocidad)
Movimientos:
-Furia Dragón (50 Potencia, Dragón) (Base 40, STAB +10)
-Ascuas (30 Potencia, Fuego)
-Danza Dragón (+10 fuerza, +1 agilidad perdida) (Usos: 2/2)
-Malicioso (Baja en 10 la resistencia rival)

 

Flabebé recibió aquella bajada de estadísticas sin ningún tipo de problema. Flotaba en la brisa con la gracia de un diente de león. Miyu, por su parte, parecía terriblemente preocupada por Nikolah.

—¿D-de verdad estás bien?—inquirió con aprensión, asustada y con los puños en el pecho—. T-tienes la mano llena de s-sangre...

Repentinamente se mordió el labio inferior.

—¡N-no toleraré que tus pokémon te traten así! ¡Chi-Chimuelo, dañar a tu entrenador está mal!—espetó. Y entonces miró a Flabebé—. ¡Flabby, usa Fuerza Lunar!


FLABEBÉ: Hada
Velo flor: Evita que bajen las características de los Pokémon de tipo planta aliados debidos a movimientos o habilidades del oponente. También bloquea movimientos del oponente que produzcan cambios de estado a dichos Pokémon.
Salud: 88/88
Fuerza: 92
Resistencia: 108 (-10)
Agilidad: 1/1 (42 de Velocidad)
Movimientos:
-Fuerza Lunar (75 Potencia, Hada; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, baja su fuerza en 10 (Base 60, +15 STAB)) (Usos: 3/4)
-Tóxico (Envenena gravemente) (Usos: 3/3)
-Energibola (60 Potencia, Planta; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, baja en 10 la resistencia) (Usos: 4/4)
-Brillo Mágico (65 Potencia, Hada (50 Base, +15 STAB)) (Usos: 4/4)

 

Contenido oculto

Ya que Nikolah la trajo con él pos(? Liza White me atenderá, thank you <3

Talía Wells~

Cuando quise darme cuenta, Nikolah me había despedido con la alegría de siempre, pidiéndome que me quedase en la sala de espera mientras él combatía en la Torre Desafío. Me senté en una de las sillas, asintiendo ante su pedido, y comencé a mover mis piernas en el aire mientras veía animadamente cómo entraba entrenador tras entrenador, ascendiendo por ascensores de todos los colores.

Lo cierto es que ver a tanta gente entrar hizo que ciertas ganas de intentarlo yo también recorrieran mi cuerpo. Y la mirada de mis pokémon confirmaban mis pensamientos.

—Bueno, ¡supongo que podemos probar nosotros también!

Me levanté dando un salto y me acerqué a la recepcionista dando pequeños botes, con mis pokémon siguiéndome el paso entusiasmados. Estaba decidida a mejorar como entrenadora, y este era un paso importante para ello: ¡combatir!

Iba a poner de nuevo en practica los consejos de Alpha, y así cuando le viese otra vez contarle lo mucho que había mejorado. ¡A él y a los demás!

—¡Hola, señorita!— Le saludé con una pequeña sonrisa al llegar, notando cómo en el fondo me encontraba bastante nerviosa—. Es mi primera vez aquí... ¿podría usted guiarme, por favor?

 

—¡Kyah!

La recepcionista se vio sorprendida por la llegada de Talía, haciendo saltar los papeles y carpetas entre sus manos. Por suerte pudo sujetarlos contra su pecho, en un intento por recuperar la compostura. Aquella mujer parecía ser muy susceptible, tenía un umbral sensorial tan alto que hasta una mosca parecía poder asustarla.

—E-e-es... ¿Es a mí? —y se señaló, con el dedo tembloroso, mirando a ambos lados. Pero la niña efectivamente la estaba mirando a ella. Sus orbes se anegaron de lágrimas mientras cerraba los ojos, y una pequeña sonrisa se formaba en sus labios. ¿Q-qué le pasaba ahora?—. Qué felicidad, había empezado a pensar que era invisible de verdad, he pasado mucho miedo, ay...

Y mientras seguía llorando, tecleó los datos correspondientes de la pokédex de Talía en el servidor de la Torre. Tras finalizar el trámite le devolvió el aparato, y mientras que limpiaba sus lágrimas con uno de sus antebrazos, el otro le señaló el ascensor verde a la entrenadora.

—E-el nivel fácil e-es por ahí. B-buena suerte, ay...


***

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Talía se encontró en un claro virtual de lo más realista. Una suave brisa mecía las flores que decoraban con sus pintorescos colores como manchas de lo más variopintas en el suelo, y suaves retazos de luz se colaban por algún proyector oculto en la sala. Si la entrenadora aún conservaba los nervios por su primer combate en la torre, sin duda la paz que se respiraba en aquella sala era la óptima para poder tranquilizarla con éxito.

Talía pudo fijarse así que no era la única en aquel lugar. Un joven de no más de un año o dos de diferencia se encontraba tumbado en el suelo, con los brazos en su nuca sirviendo de apoyo para su cabeza. Observaba el cielo digital con la mirada perdida, como si se encontrase en una lucha interna difícil de afrontar. Cuando escuchó la puerta abrirse se irguió hasta quedar sentado, y observó a su rival con sus orbes azules carentes de brillo. Sus ojos lucían cansados, unas sutiles ojeras se discernían bajo sus párpados, pero a pesar de todo le dedicó una cálida sonrisa a la recién llegada.

—Hey, hola. Parece que nos ha tocado ser oponentes, ¿no es así? —con tranquilidad en sus gestos, casi con desgano, se quitó las briznas de hierba que habían quedado adheridas en su cabello grisáceo, aún sentado en su lado del campo. Alzó la cabeza para poder seguir los movimientos de Talía, hasta que se colocó en su lugar de combate. Solo entonces, el chico hizo un ademán de levantarse—. Espero que sea un grato combate, pero que sobre todo nuestros pokémon puedan disfrutarlo como se debe. Después de todo, son ellos los que tienen que dejarse la piel en el proceso.

>>Casi se me olvidaba, lo lamento. Soy Kai.

Con un gesto de su mano, se preparó para realizar el juego correspondiente para elegir quién sacaría primero. El joven, mientras llevaban a cabo este proceso, quiso evitar generar un silencio incómodo, y no tardó en darle conversación a la pequeña.

>>¿Con quién tengo el placer de combatir hoy?

Contenido oculto: Kai

 

Nikolah Cruz

Ese ataque destrozaría a Chimuelo. Nuestro rival era bastante fuerte, no había que guiarse por las apariencias. Le ordené a Chimuelo que esquivara, mientras que me vendaba la mano con un pedazo de trapo que tenía por ahí guardado.

— Ah, no te preocupes. Me han pasado cosas peores. Ni te cuento cuando estaba montado sobre Pupper y se encendió fuego y luego frenó y comencé a rebotar en el suelo.— dije sonriendo, mientras me ajustaba la venda improvisada.— He sobrevivido hasta ahora, sobreviviré una pequeña mordida.

>> ¡Muy bien, Chimuelo! Utiliza Danza Dragón. Vamos a anticiparnos a un nuevo ataque.


BAGON: Dragón
Cabeza Roca: No recibe daño de retroceso
Salud: 90/90
Fuerza: 125
Resistencia: 90
Agilidad: 1/1 (50 de Velocidad)
Movimientos:
-Furia Dragón (50 Potencia, Dragón) (Base 40, STAB +10)
-Ascuas (30 Potencia, Fuego)
-Danza Dragón (+10 fuerza, +1 agilidad perdida) (Usos: 1/2)
-Malicioso (Baja en 10 la resistencia rival)

 

Talía Wells~


Me dirigí con el corazón golpeándome fuerte hacia el ascensor verde que la amable recepcionista me indicó, asimilando a cada paso que lo que estaba a punto de hacer, y eso era combatir con alguien desconocido, sin tener casi nada de práctica en ello.

Mi respiración estaba algo entrecortada y no sabía hacia dónde mirar mientras esperaba a que el ascensor llegase a su destino. Mis pokémon, en cambio, parecían estar llenos de curiosidad sobre qué nos deparará al abrirse las puertas. Contuve el aire cerrando los ojos.

Al oír cómo habíamos llegado, solté todo el aire de golpe y abrí los ojos sin esperarme lo que estos estaban apreciando. ¡Un precioso claro lleno de flores de todos los colores! Allá donde mirase, las flores me saludaban meciéndose al son del suave viento, y yo no pude más que sonreír avanzando hacia el centro del lugar, encantada por el paisaje.

“Hey, hola. Parece que nos ha tocado ser oponentes, ¿no es así?”

Miré al frente de inmediato en cuanto escuché la voz de un muchacho, no mucho mayor que yo, que me estaba sonriendo de forma cálida. Aún así podía apreciar en él cierto cansancio, y sus movimientos desganados y lentos me lo confirmaban. Algo le pasaba.

Cuando se acercó a mí pude ver bajo sus azulados ojos las ojeras que señalaban un mal descanso.

—¡Encantada, Kai! Yo soy Talía —le respondí devolviéndole la sonrisa, y acto seguido decidimos quién iba a sacar primero, siendo yo la ganadora—. ¡Oh, bueno, pues empiezo yo! ¡Pancham, ven!

Se acercó dando pequeños botes entusiasmados nada más escucharme, y se colocó delante de mí observándome. Nos sonreímos mutuamente, dándonos ánimos.

Miré a Kai y arrugué la frente con un poco de preocupación. La verdad, no parecía estar en condiciones para este combate, ¿qué debía hacer?

>>O-oye… ¿estás bien? ¿Te pasa algo?








PANCHAM: Lucha (Potente)
Puño Férreo: sube en 30 la potencia de los movimientos de puños
Salud: 134/134
Fuerza: 148 (20)
Resistencia: 110
Agilidad: 1/1 (43 de Velocidad)
Movimientos:
-Golpe Kárate (65 Potencia, Lucha (Base 50, STAB +15))
-Puño Cometa (55 Potencia, Normal, golpea dos veces) (Usos: 2/2)
-Malicioso (Baja en 10 la Resistencia rival)
-Última Palabra (Baja en 20 la fuerza del rival y, acto seguido, se retira del combate e intercambia su posición con la de otro miembro del equipo) (Usos: 5/5)

 

Kai mantuvo su sonrisa cansada durante la presentación de Talía, quizás enternecido por la dulzura de la niña. Se llevó las manos a los bolsillos, siempre tranquilo, observando al Pancham que correteaba alrededor de su entrenadora con el mismo entusiasmo que ella. Al ver cómo ambos se sonreían con complicidad, se vio obligado a desviar la mirada. Como si fuese incapaz de continuar mirando la tierna escena por mucho más tiempo.

—Parece que has empezado bien, Talía —comentó el joven, sin rastro de ironía en su tono. Sacó de su cinturón de balls una en concreto, y la dejó caer al suelo con suavidad. De ella, un pequeño Woobat revoloteaba con energía en el sitio. Kai alzó la mirada—. Este es Bat, será mi primera elección en este combate.

Woobat lanzó una exclamación, complacido con la idea, mientras que Kai recogía la ball para guardarle en su cinturón. Sin embargo, permaneció unos segundos enfrascado en el reflejo que le devolvía la superficie pulida del esférico. La voz de Talía, dubitativa, pareció devolverle a la realidad. Devolvió la pokéball a su lugar y agitó una mano suavemente, volviendo a sonreír. Sin embargo, aquella sonrisa distaba mucho de ser una de felicidad.

—Estoy perfectamente, no te preocupes. ¿Por qué lo dices? —ladeó la cabeza, con sus orbes azulados sin brillo posados en la niña. Segundos después, volvió a erguirse—. Oh, lo dices por las ojeras. Simplemente no he podido dormir bien estos días, solo es eso.

Y una vez más, introdujo las manos en sus bolsillos, con la mirada esta vez en el suelo, a la espera de que Talía diese inicio al combate comandando un movimiento. Pero para la sorpresa de la entrenadora, Kai pareció murmurar algo más.

—¿Alguna vez has hecho algo de lo que te arrepientes, Talía?




WOOBAT: Psíquico/Volador
Simple: Las estadísticas del usuario suben o bajan el doble de niveles que en circunstancias normales.
Salud: 110/110
Fuerza: 100
Resistencia: 86
Agilidad: 2/2 (72 de Velocidad)
Movimientos:
-Supersónico (Confunde al oponente) (Usos: 2/2)
-Aire Afilado (65 Potencia, ratio crítico 1 (Base 50, +15 STAB)) (Usos: 5/5)
-Psicorrayo (65 Potencia, Psíquico; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, confunde (Base 50, +15 STAB)) (Usos: 5/5)
-Chirrido (baja en 20 la resistencia rival) (Usos: 5/5)

 

Miyu pareció más preocupada si cabía al escuchar las palabras de Nikolah.

—¿T-tus Pokémon suelen tratarte así de mal normalmente...?

Parecía asustada, su pálido gesto empalideció aún más, lívido. Nikolah teñía una suerte desastrosa.

>>E-eso está mal...—murmuró; su mirada esquiva—. Flabby, repite entonces.



FLABEBÉ: Hada
Velo flor: Evita que bajen las características de los Pokémon de tipo planta aliados debidos a movimientos o habilidades del oponente. También bloquea movimientos del oponente que produzcan cambios de estado a dichos Pokémon.
Salud: 88/88
Fuerza: 92
Resistencia: 108 (-10)
Agilidad: 1/1 (42 de Velocidad)
Movimientos:
-Fuerza Lunar (75 Potencia, Hada; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, baja su fuerza en 10 (Base 60, +15 STAB)) (Usos: 2/4)
-Tóxico (Envenena gravemente) (Usos: 3/3)
-Energibola (60 Potencia, Planta; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, baja en 10 la resistencia) (Usos: 4/4)
-Brillo Mágico (65 Potencia, Hada (50 Base, +15 STAB)) (Usos: 4/4)