Torre de los dragones

Dragonite descendió sobre una edificación extraña… tanto Clefairy como yo saltamos para examinarla con cuidado. Había dibujos de un pokémon con forma de serpiente, de color verde y mirada intimidante. Pasé la mano por el dibujo, preguntándome si se trataba de otro pokémon extraño que no conocía...

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Seguimos volando, dejando atrás a decenas de pokémon Dragón, los cuales, aunque nos miraban curiosos, no nos atacaban ni nada por el estilo.

—¡Qué suerte! —exclamé.

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Dragonite y Clefairy se acercaron a mi, notando mi curiosidad respecto a la edificación… sin embargo, me volví hacia ellos con decisión, poniéndome mi icónica capucha de orejitas antes de curvar mis labios en una sonrisa de satisfacción.

—Hora de seguir con nuestra aventura.

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Pasé rápidamente por entre los pokémon que Ian había dejado atrás...

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Monté rápidamente sobre Dragonite y Clefairy saltó delante mío… iba a regresarla a su pokebola pero me arrepentí al último segundo. Cuanto más acompañada, mejor.

—¡A toda marcha, Dragonite!

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Sujeté a la tipo hada con fuerza para que no se volara otra vez, Dragonite iba bastante rápido, potenciado por su brutal carga dragón...

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Seguimos volando por el edificio, mientras admiraba ligeramente todas las pinturas y escritos de la pared. ¡Sin duda eran muy antiguas! Ojalá entendiera lo que decían.

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No podía ser sólo Rayquaza el que nos esperaba... Había algo más... Yo pensaba... ¿Qué podría ser?

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Contenido oculto

Fue un lapsus, creí que Bruno había comentado en medio de mis dos posts perdón XDD

Me preguntaba donde andarían Hubert e Ian, los había dejado adelantarse sin mí...

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Mis ansias por saber que habría al final de la torre me consumían. Tal vez fuera Rayquaza (como lo daban a entender los jeroglíficos) o Reshiram, o Zekrom. No tenía idea de lo que me esperaba.

—¡Apura el paso! —le grité a Hubert, que se quedaba atrás.

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—¡Acelera Dragonite, hay que alcanzar a ese par cuanto antes! —determiné de inmediato, y mi dragón complació mis deseos al instante.

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—¡Voy! —respondí a Ian, mientras la velocidad desordenaba mis cabellos.

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Dejé mis cavilaciones para otro momento y seguí volando, con Hubert cada vez más atrás. A éste pasos seguro se encontraba con Effy.

Muchos pokémon aparecían, pero ninguno nos atacaba.

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Me pregunté en que andarían Ukita y Dante… hace rato que no veía a ninguno de los dos. Cuando terminara con esta torre iría a buscarlos, lo había decidido...

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La velocidad a la que ibamos era supersónica, y, en un descuido, Ditto salió volando.

—¡Noooo empanadín! —grité desesperado.

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—¡Vigila que nos se te caiga la empanada, Ian!

Demasiado tarde...

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Pero antes de buscarlos debía ir al torneo… maldición, lo había olvidado por completo, el Torneo Acrílica… espero aún estar a tiempo de inscribirme para participar...

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Suspiré aliviado al ver que cayó sobre Hubert, pues no me hubiera perdonado que le hubiera pasado algo. Después de esto seguimos volando.

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Me preguntaba cuanto más faltaría, habíamos estado avanzando por un buen rato ya...

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—¡Qué bueno que estás bien! —exclamé al ver a Ditto-empanada cayendo detrás mío, en la seguridad del lomo de Pidgeotto—. Tu entrenador es un descuidado.

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