"Tabú" Shounen-Ai

Re: "Tabú" Shounen-Ai

Rina Rinita *-* acepto tu pareja y que conste que es la última en la que acepto a Atobe... xD pobre Tezulita, llevará muchos cachitos XDDDDD omg, gracias por el apoyo... ja-ne

 

Re: "Tabú" Shounen-Ai

Hola chicas, jejejeje, aqui les vengo con otra historia Tabu ;) esta es una de mis parejas favoritas así que espero que la difruten, sin más...


*Decimoctava historia*


“Clases Sociales”


Perfectas y exquisitas sean las personas que viven su existencia en palacios de cristal, disfrutando de las riquezas y beneficios que las altas clases sociales procuran, habidas en dinero y ambiciones pero carentes de sentimientos y valores humanos.
*
En aquellos años las familias que lideraban el mundo de los negocios decidían para sus descendientes, incluso antes de su nacimiento las líneas de su futuro, escuelas, empleos e inclusive matrimonios, ya todo estaba pautado para aquellas criaturas quienes aún ni siquiera conocían la luz del sol pues pacientemente esperaban su tiempo de llegada desde el vientre de sus madres.
*
Los más poderosos para la época, los Atobe y los Oshitari, felizmente esperaban la llegada de sus dos magníficos hijos, éstos ya estaban comprometidos para la unión de aquellas prosperas dinastías, él pequeño Oshitari, un joven que sería llamado Yuushi por sus padres, sería el primero en nacer, y la pequeña Atobe, una niña que llamarían Keiko nacería almenos un mes después de aquél… nada podía ser más perfecto…
*
Llegado el mes de Octubre algo inesperado sucedió, el parto de la señora Atobe se adelantó dando paso a la descendencia prematura de aquella poderosa familia, para su pesar y controversia aquella hermosa criatura no había sido mujer como habían dicho los doctores, se trataba de un precioso niño al que sus padres nombraron con orgullo Keigo Atobe.
*
A los pocos días el joven Oshitari nació tal cual se había previsto, desde su nacimiento todo había sido igual, Oshitari meticuloso y organizado y Keigo sobresaliente y controversial, desde el principio habían sido buenos amigos… Los padres de estos jóvenes sabían que ya era muy tarde para anular el compromiso pues todas las nuevas herederas ya estaban comprometidas así que simplemente decidieron seguir adelante con sus planes… Años después estos dos jóvenes seguían figurando para un matrimonio arreglado del cual no tendrían escapatoria.
*
Una noche como tantas otras la familia Atobe celebraba una de sus muchas reuniones sociales, aquellas en donde únicamente la alcurnia del país tenía acceso, por lo que invitados ajenos a su circulo social sin duda alguna estaba completamente prohibidos, el joven Atobe en el balcón principal de la mansión yacía observando las estrellas, estaba completamente solo, hastiado de las reglas y el comportamiento de la alta sociedad, pensando en lo injusto de no poder tener a Tezuka a su lado en aquellas situaciones, después de todo su romance con aquel chico no debía ser por nadie conocido… en aquel momento el joven de cabellos grisáceos fue sorprendido por su compañero de angustias…


-Te estaba buscando Keigo –comentó el joven de anteojos mientras se acercaba-.
-Vaya, pero si es mi prometido –dijo Atobe irónicamente mientras le daba la cara a su compañero-.
-No comiences con eso Atobe, madura de una buena vez.
-No tienes que decírmelo, ya lo sé –farfulló aquel un tanto molesto-.
-Debemos regresar –acotó el peliazul de forma cortante-.
-No quiero regresar, toda esa gente es tan falsa –La mirada de Atobe se veía inundada en hastío-.
-No me digas que prefieres quedarte a solas conmigo –Yuushi había rodeado con sus brazos a Keigo picadamente-.


Atobe se sonrojó al instante, trató de zafarse de aquellos brazos pero Oshitari simplemente no se lo permitió, lo jaló con fuerza y entraron a la mansión, Keigo fastidiado pensó que simplemente lo estaba devolviendo a la fiesta pero no fue así, en poco tiempo se encontraban tras el seguro de la puerta una de las tantas habitaciones de aquella enorme morada.


-¿Para que me traes aquí? –cuestionó Atobe nervioso-.
-Creo que esto es obvio Keigo, hace mucho tiempo que no te poseo –susurró Oshitari quitándose los lentes y el chaleco-.
-Eso es porque tengo pareja y tu también –exclamó Atobe tratando de alejarse-.
-No te engañes Keigo, esos chicos con los que estamos son pasajeros y lo sabes… ese fue nuestro acuerdo –acotó Yuushi ya sin camisa-.
-Seremos libres de estar con quien deseemos hasta que tengamos que vivir juntos –murmuró Atobe melancólico-.
-Pero a fin de cuentas tu me perteneces, eres mi prometido –Yuushi sonreía maliciosamente mientras aventaba a Keigo a la cama-.
-¿En realidad quieres estar conmigo Yuushi?
-Ni aunque hubieras sido mujer como pensaron los doctores, me gustarías más que ahora Keigo –concluyó aquel con un tono de voz dulce y complaciente-.


El mundo glamoroso que les rodeaba se había reducido a aquella habitación, ya habían estado juntos varías veces, finalmente desde pequeños se habían pertenecido, Atobe como único dueño de Oshitari y Oshitari como primer poseedor de Atobe… todo lo demás que tenían, todos los romances que vivían solo eran pasajeros, ellos lo sabían bien, al final de cuentas siempre terminaban en el mismo lugar juntos haciendo el amor, como la primera vez de ambos y como tantas otras veces.
*
Sus pieles encontradas bajo las sábanas, abundantes en sudor y exquisitas sensaciones, cientos de besos desbordados y desesperantes, sin duda se habían extrañado el uno al otro, hacía mucho que no estaban juntos de aquella manera… El olor de Tezuka en la piel de Atobe se fue desvaneciendo lentamente y no había nada que apasionara más a Yuushi que borrar de los labios de su prometido el nombre y deseo de sus amantes…
*
Horas y horas de pasión, total satisfacción, Oshitari se desplomó sobre el cuerpo de Atobe totalmente agotado, con la respiración entre cortada mientras que aquél le abrazaba fuertemente, clavando sus uñas en la espalda del peliazul…


-No cambias tus hábitos Atobe, siempre que estoy contigo termino escondiendo mi espalda por días –comentaba Oshitari sonriente-.
-Eso solo te lo hago a ti –respondió aquel avergonzado-.
-¿Tanto me odias?
-No es eso, es que… tan solo es mi forma de aferrarme a tu cuerpo –respondió el joven en un tono de voz casi imperceptible-.



Oshitari finalmente se levanto de su lecho jalando a Atobe contra su cuerpo, aún ambos sin ninguna prenda que les cubriera, Oshitari se deleitaba con la figura de su compañero, en una mirada que rayaba en la lujuria y Atobe permanecía en silencio, completamente sonrojado… Juntos fueron a darse una ducha… el agua fría caía sobre sus cuerpos suavemente, relajando cada uno de sus músculos, Yuushi prosigió a limpiar el cuerpo de su prometido con mucha delicadeza, aprovechando cada instante para tocarle e inspeccionarle, era tan perfecto que embriagaba…
*
En sus miradas inundadas de intimidad Oshitari no dudo en tomar a Atobe para si nuevamente, sus gritos se ahogaban fácilmente en el sonido que provocada el agua al chocar contra las baldosas finas del suelo, ambos deseaban mucho más…


-Eres… un per… pervertido –decía Atobe aprisionado contra la pared del baño sin poder mirar a Oshitari quien estaba a sus espaldas-.
-Quizás pase algún tiempo antes de poder tenerte otra vez, así que prefiero abusar de ti un poco mas –susurraba extasiado el joven de anteojos-.


Nuevamente ambos chicos cayeron desplomados y sin fuerza sobre las frías baldosas del suelo, sintiendo el agua caer sobre sus poros abiertos, tan refrescante que podían recuperar la normalidad en su respiración, al poco tiempo estaban de regreso a la habitación, se vistieron nuevamente y se destinaron a salir a aquella reunión de hipócritas y pretenciosos…
*
Atobe colgado del brazo de Oshitari se presentaron ante todos radiantes y orgullosos de sus dinastías, eran única pareja de chicos que se había unido en beneficio de sus padres, y aunque en principio fue controversial con el tiempo se habían ganado el respeto de todos, finalmente habían logrado lo imposible, se habían convertido en la pareja más deseable y poderosa de todas, su imperio a futuro sin duda sería indestructible.
*
La noche transcurrió tranquilamente entre baile y conversaciones glamorosas, economía, política, religiones, farándula, todo lo que un joven privilegiado debía saber era bien manejado por nuestros chicos… siempre brindaban a todos la imagen perfecta y belleza y armonía, sin saber si quiera que en la espalda de Oshitari yacían latentes las marcas de su pasión desbordada, y en el cuerpo de Atobe los profundos lazos pervertidos y carnales que le unían a su prometido, tan desesperados y bajos que eran sus instintos pasionales que sin duda alguna arrojaban por la borda el comportamiento más entrañable de aquella falsa clase social.


-Atobe ¿Cuándo piensas dejar tu capricho con Tezuka? –cuestionaba Yuushi seriamente-.
-Le quiero, en verdad le quiero –dijo Atobe evitando la mirada de su prometido-.
-¿El sabe que me perteneces?
-No lo sabe, si se entera me dejará –acotó aquel entristecido-.
-¿Y entonces yo que soy? –Oshitari comenzaba a perder la paciencia-.
-Tú eres con quien me casare, eres el primero en mi vida y también te amo… pero… no puedo dejarle ahora.
-Como quieras, pero nunca olvides que me perteneces solo a mi… y si tengo que arrancarte cada uno de sus besos y caricias de la piel lo haré… te haré el amor cientos de veces hasta que tu cuerpo no pueda más –Las palabras de Oshitari se clavaron en el corazón de Atobe como su advertencia-.


Atobe no sentía rabia ni rencor por su futuro planeado, la verdad era que lo deseaba con todo su ser, pasar el resto de su vida con Yuushi era lo mejor, sin embargo le debía a Tezuka su cariño y salvación, si lo dejaba en aquel momento sencillamente el capitán de Seigaku se perdería en su propia oscuridad… aún no podía dejarlo solo a su suerte… ese era su destino.


-A diario ruego porque no cambies de parecer y te olvides de mi –decía Atobe abrazando a Oshitari-.
-No lo haré… me tienes cautivado desde la primera vez que te vi –respondió aquel devolviendo el abrazo-.
-¿Y Gakuto? –cuestionó Keigo un tanto celoso-.
-Ya lo sabes, él es solo una aventura pasajera para mí… igual que Tezuka para ti, algún día se terminará.
-Me alegra saberlo –concluyó Atobe con una sonrisa-.


Así eran las cosas, así debían ser, así querían que fueran, así era el mundo de las clases sociales, tan inquebrantable y majestuoso que un simple plebeyo jamás tendrá la oportunidad de colarse entre tanta perfección, Oshitari y Atobe lo sabían y habían decidido permanecer juntos aún a costa del dolor de cualquier otro ser…

“Sin más, ni más la vida continuaba”


***Brillantes eran los adornos y cristales que representaban aquella sociedad corrompida, más su fondo siempre había sido oscuro cual abismo, todos atados a las leyes de su destino, optaban por desertar a la gloria o acoger el triunfo entre sus manos, el precio de todo aquello era su corazón, sin embargo Atobe y Oshitari habían decidido tenerlo todo en su ambición, tanto el amor que se profesaban como el poder que juntos manejaban… su futuro sin duda era brillante, tanto que hacían demasiadas sombras a las demás personas que les amaban de corazón***


MayOtk


[imagen]868647[/imagen]