Squesh

Me di una vuelta por toda la plaza, aunque me encontraba mal intentaba distraerme, hasta que me canse y volví al instituto

 

Aaron

En mi infinito paseo por el Squesh del nuevo instituto había llegado a una especie de plaza, los estudiantes paseándose sin ninguna preocupación:que envidia. Hasta que, una voz conocida llegó a mi, no se me daba reconocer rostros pero si voces, por lo tanto jamás tenía problemas en saber quien era quien hasta el momento. Sentada en una fuente admirando el distorsionado cielo que se formaban por las ondas del agua, me subí a la fuente, y me puse de cunclillas, en este mundo tenía mucho equilibrio, no me preocupaba caer.

— Ey — le llamé para obtener su atención — Lamento haberte tratado así en el gimnasio — dije mirandole de la forma mas neutral que pude, no quería darle mas mala impresión a la chica (aunque seamos sinceros, ¿a cuanta gente ya le he dado una mala impresión?), no sabía porque pero sentía como si me tuviese terror, o algo parecido

 

Aaron

— No invadiste mi privacidad... el gimnasio es propiedad de todos y tú pudiste haberte quedado allí si querías pero... — me detuve, ¿para que explicarle mas de las cuenta?, las disculpas ya estaban dadas, no debía agregar nada mas — Solo quiero que sepas que no quiero que te disculpes conmigo en especial cuando te traté de esa forma en un área pública como si me perteneciera — bajé de un salto de la fuente y me pasé una mano por mi cabello, de entre todas las personas que había conocido, con ella era la que menos me había tratado de comportar amable

 

Creí que ya había sido demasiado tiempo dentro de squesh, así que decidí salir por un rato. Dije "Link Out" y salí de squesh sin antes que los destellos desaparecieran

 

Aaron

Fui rodeando la fuente hasta quedar frente a ella y verle con una pizca de curiosidad en mi mirada, colocándome cerca de ella para verle perfectamente — ¿Por qué te pongo tan nerviosa? — le pregunté de repente — De todas las personas a las cuales les he dado una mala impresión que créeme que es la mayoría, tú eres la que parece mas... asustada de mi... ¿por qué?

 

Aaron

No fruncí el ceño o algo parecido, solo me alejé de ella para darle su espacio personal, que todos amamos tener (posiblemente, mas yo) y arrastré una silla para colocarme un poco lejos de ella pero lo suficiente para hablar bien.

— Es correcto tu pensamiento, no puedo mentirte — Me alcé de hombros despreocupado de mi comentario — Pero te corregiré antes que malinterpretes mi comentario, ¿podría hacerte algo?, claro pero nada que no quisieras — me mantuve en silencio, seriamente hasta que solté una muy leve risa al ver su expresión, notoriamente era broma

— Y volviendo a lo serio, con tal de saber eso me despreocupo.

 

Aaron

Tan siquiera eso le había relajado un poco y dejaba de verse tan tímida, casi como Alice dentro del Brain Burst — ¿Entonces? — pregunté notando como se mordía su labio, ¿qué me quería decir?

 

Aria.

Suspiré al ingresar a la cancha de Squash virtual… había pasado tanto tiempo desde que me había pasado por allí, no era ninguna sorpresa que varias puntuaciones se hubiesen alzado por sobre la mía. Sin embargo, fue un tanto impactante, pues mi puntuación ni siquiera había quedado entre las más altas. Era como si jamás hubiese estado allí. Igual que yo.

Abandoné la cancha y caminé hasta la plaza principal. Tomé asiento en un banco frente a una fuente y me dediqué a observarla, luego alcé mi mirada hacia el cielo… había una paz inexplicable en el aire que me hacía sentir un tanto serena.

Contenido oculto

:D

 

Aaron

Suspiré levantándome de mi silla y arrastrándola hasta donde la había sacado antes de volver con ella — Mi nombre es Aaron — me presenté, intentando no sonar demasiado... frío, esperaba haberlo conseguido, retrocedí un par de pasos para alejarme de ella

— Hasta la próxima me supongo — me despedí antes de salir de allí con un "Link Out"

 

Una voz femenina lanzó una pregunta… tras unos instantes de silencio, supuse que se refería a mí, pues cuando bajé la mirada descubrí que una chica de pelo largo y azulado, la cual por alguna razón inexplicable se había sentado a mi lado y me preguntaba cosas. Sin embargo, respondí a su pregunta.

—Sí, lo es… —respondí con voz serena, regresando mi mirada a la extensión azul sobre nuestras cabezas. Pasados unos minutos, la chica seguía allí—. ¿Necesitas algo de mí?

 

—Usotsuki —respondí en perfecto japonés; uno de los cuatro idiomas que dominaba.

En castellano, significaba mentirosa. Y eso era exactamente lo que sospechaba esta muchacha era. Después de todo, ¿cuándo fue la última vez que alguien se me acercó para hacerme compañía y charlar nada más? Un minuto, dejadme recordar… ah, sí, nunca.

—Todos quieren algo, todos necesitan algo… soy la chica más inteligente de la escuela, tengo un IQ superior al de cualquiera de los estudiantes del instituto y se hablar español, inglés, francés y japonés fluídamente… —durante todo lo que decía, no dejé en ningún momento mi tono sereno que ya rayaba de monótono, sin emoción alguna. Bajé la mirada para mirar a la otra joven con aquellos ojos míos vacíos de sentimientos—. Nadie me habla porque sí, supongo que necesitas algo, ¿qué es? ¿Necesitas ayuda con una tarea?