Sky Infernalis Sky infernalis [día 2]

Talía.

Había logrado dormir con la musica que lograba oír, los sueños me gustaban, eran historias que mi subconsciente creaba para mi y eso me hacía feliz.

Me levante del suelo y camine con tranquilidad hasta el piano. Pero en el camino me detuve, habia un chico nuevo y eso perturbo levemente mis pensamientos. Fui hasta él con curiosidad y sin pronumciar palabra lo mire de arriba y abajo, como si puera descubrir cosas de el con una mirada curiosa.

 

Esteban

Alce mi mirada al notar que una presencia me estaba mirando, era otra chica ¿porque lo hacía? La mire al rostro tratándo de reconocerla pero no la había visto por aquí antes, ella no me decía nada, así que yo también me quedé en silencio y volví a mi libro

 

Kuon
Suspiré fastidiado de observar las cosas.
- ¿Que acaso no hay algo interesante aquí? - pregunte para mí mismo mientras me alejaba de la pared y andaba por el salón buscando una cosa con que entretenerme, quizás inclusive un instrumento funcionaria.

 

Laila

Bostecé levemente, pero no se había notado gracias a que había cubierto mi boca con una de mis manos sofocando así mi bostezo, miré a mi alrededor y observé a Talía frente a Esteban, al compañero de Demian pasearse por allí algo fastidiado, a Demian en el mismo estado que yo: somnoliento.

Divisé un sillón lejano que nadie ocupaba, a nadie le molestaría que tomara una pequeña siesta allí ¿verdad?. Lentamente fui caminando al sillón y me recosté en este derrotada, ya no podía con el sueño, así que no tardé mucho tiempo en cerrar mis ojos y quedarme dormida

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@Lineve Kyoko Alisse te espera en levon~

 

Mollie

--Si llego a volver a México..Llegare a la 6°ta noche...Ojalá...--murmuraba, ya que se había dejado su guardado de Pc en la 5° noche de un videojuego "Five Night's At Freddy's 2".

 

Todos, de pronto, escuchan la voz del hombre que les había guiado hasta allí disculpándose con su tono firme y servicial a la vez.

—Con su permiso, el resto de sus compañeros a llegado. Háganme el favor de continuar a la torre norte con la señorita Olite y el señor Denovan para que les muestren sus aposentos.— miro a los pelirrojos que se hallan alejados de ustedes susurrando apenas entre ellos mientras les observan; su rostro es severo más con una advertencia que arruina ese gesto tranquilo que hasta ahora le han visto.

Cuando sus vistas quieren volver al pelinegro se dan cuenta que se ha ido, sin rastro del golpeteo de sus zapatos o el reflejo de su nítida tez. Los pelirrojos se acercan a ustedes, la primera en hablar es la chica de apariencia pacifica —ya era hora— sonó satisfecha con la salida del hombre de aquel gran recinto —me pone los pelos de punta— le otorga una hermosa sonrisa mientras Denovan camina directo a un grupo de damas.

Su apariencia de estrella de rock no va con sus modales piensan ustedes cuando lo escuchan hablar —Kian Denovan será un placer conocerlas, ladys— la pelirroja, casi melena violeta más bien, empezó su camino mientras niega con la cabeza.

Pasan a través del salón en dirección a un par de estatuas, ven los jardines por las ventanas y una puerta lateral pero siguen hasta pasar las figuras de mármol blanco, al otro lado del pasillo pueden ver un cuarto mucho más grande que el anterior: en cada esquina se extienden unas magnificas escaleras dobles con alfombras y adoquines que cualquier hogar estrafalario envidiaría. Siguen hasta la esquina derecha del inmenso salón para subir aquellas escaleras dobles.

—Keyla Olite, por cierto— dijo la chica de unos 19 años de grandes aretes al llegar al tercer piso donde las amplias escaleras eran interrumpidas no pueden evitar asociar sus ropajes a una gitana de película Disney.

 

Por otra parte las puertas en los terrenos del internado se abrieron, un sonoro golpe que muestra esta vez tan solo cuatro cuerpos alados y confundidos. Una figura de piel blanca como la nieve y largo cabello oscuro aparece ante ustedes usando el mismo discurso de tantos años: palabras medidas, reacciones calculadas…

—Buenos días; señores, señoritas— hace un asentimiento con la cabeza, respetuoso, ante los presentes —se que están confundidos, pronto les explicaremos lo necesario. Síganme, por favor.

Empieza su caminar atreves de piedra estratégicamente colocada en el suelo, dando la impresión que apenas roza por el nulo balanceo de su largo cabello oscuro, siempre en dirección al gran castillo que se erguía entre formaciones rocosas haciendo que pareciera tallado en la propia montaña por el agua que cae a raudales y se reúne muy cerca de donde se encuentran; todo bañado en vapor de agua reflejando la luz del sol además del vaivén de las olas oculto más allá del rugir de las cascadas o el canto de los pájaros.

Hizo una pausa en su andar todos necesitan un momento para procesar sus palabras y el paisaje que se abre ante sus ojos.

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@Alisse Madness
@Bruno EVF
@The girl orchid
@Nora Mizutani

 

Casi dormida de la nada, me desperté con una voz, la del encapuchado, o cosa mia ? Ni idea, pero ya no podía dormirme otra vez..

--Nuevos...compañeros...dijo?--susurré, este grupo seria muy grande, lo cual si me haría un poco de problemas, si no me descontrolaba como Con Génesis, quería ser la yo de Chicago, no quería tener apegada la actitud de alguien que fuera fastidioso.

 

Esteban

Seguí a aquel que nos dirigía hacia una especie de Castillo, bello el panorama, debo admitirlo, miraba con atención cada detalle para conocer el terreno, la idea de que hubiera un panorama excelente me gustaba. El ambiente era agradable, seguía caminando sin apartar la vista de aquel lugar. ¿Que seguiría ahora? Estaba un poco ansioso, baje la vista para mirar al frente y seguir a quien parecía ser uno de los líderes de ahí y espere la siguiente indicación.

 

Laila

La voz de una persona hablándonos a nosotros de repente me hizo abrir mis ojos con sorpresa, casi de golpe haciendo que despertara del sueño en el que había caído hace un par de minutos o incluso me atrevía a decir que un par de horas, pero eso no lo creía muy probable ahora. Una vez que me enderecé y pude despertar completamente pude escuchar atentamente las palabras de aquel hombre, ¿había ya más de nosotros?, ¡que emoción!.

Cuando mencionó que teníamos que seguir a nuestros dos compañeros que se hallaban aquí cuando llegamos [y que por cierto, uno era mi compañero de cuarto], me giré a verlos un poco para ver donde se encontraban ya que, desde que llegamos ninguno de ellos había estado con nosotros para conversar o algo parecido si no que, se habían mantenido hablando entre ellos todo el tiempo que habíamos nosotros convivido como grupo. Al regresar la mirada hacia donde estaba aquel hombre, él ya no estaba... solo había desaparecido sin darnos ninguna señal de que se iba a retirar, ¿cómo era eso posible?.

Me levanté de mi lugar y arreglé mi ropa un poco y pasé una de mis manos por mi cabello para acomodarlo gracias a que este se había desarreglado gracias a dormir en el sillón de la sala, cuando de repente la voz de los pelirrojos se hizo presente, la compañera de Demian y Kuon fue la primera en hablar, seguido de Denovan que se había presentado una vez que se acercó al pequeño grupo que teníamos formado las mujeres, ¿ahora teníamos que seguirlos verdad?.

Nos guiaron a través de unos pasillos donde se nos permitió ver las hermosas vistas del lugar para finalmente llegar a una sala igual de hermosa, esto realmente era como sacado de un cuento de hadas, era fantástico que esto no fuera un sueño

— Que hermoso...— murmuré lo suficientemente bajo como para que nadie me escuchase, ¿cómo serían las reacciones de los demás al ver esto?

 

Entre por esas puerta y una luz me segó los ojos por unos momentos, cuando porfió podía ver...¿En donde estaba?. Una persona se nos acerco mientras yo veia a otros chicos y chicas con alas igual que yo pasaban confusos, entre ellos, una pequeña niña de pelo güero que al parecer, era la más pequeña del grupo.

—Buenos días; señores, señoritas—Escuche una voz que nos hablaba exactamente a nosotros—se que están confundidos, pronto les explicaremos lo necesario. Síganme, por favor.

Quien era? o mejor, ¿en donde estábamos?. Kenako era la única compañía a la que conocía y en la que confiaba, y el me dijo, o mas bien me señalo aquella persona, a la que nos condujo por una camino de piedras hermoso, no podía creer en donde estábamos, y, ¿podíamos volver?.

—Wow, esto es fantástico—dijo contemplando el lugar—Kenako, ¿tu sabias de esto?—dije acariciando a mi mascota

El solamente miro a las demás personas que estaban hay y se acomodo en mis brazos, como si no le importara del mucho lo que pasaba

—"Gato flojo"—pensé

 

Hansamu
Por fin había llegado el momento de partir. Así que rápidamente me acerque a los guías, quería salir de este aburrido lugar tan rápido como pudiera.
Nos habían hablado los pelirrojos mientras nos guiaban por el castillo.
- Hump. - observaba todo, tratando de memorizar los lugares, como era bueno memorizando partituras esto no era difícil.

 

Demian.

Una voz conocida me despertó, la del señor... ¿Adam... Stromovik? creo que ese era su nombre. No me recordaba en qué momento me había quedado dormido.

Tras unas disculpas, el señor Stromovik nos dejó a cargo de los dos jovenes que serían nuestros compañeros. Además de anunciar que habrán más alumnos. Ya no somos la novedad, ¿eh? reí un poco y luego me puse de pie. Los demás se habían adelantado y yo me quedé atrás.

Pasamos por un corredor con estatuas, las cuales admiré detenidamente por unos instantes, hasta que mi atención se concentró en el jardín que podía verse por las ventanas. Finalmente llegamos a un salón enorme donde dos escaleras se abrían en direcciones opuestas, haciendo la separación de las alas del castillo, supongo.

 

En el tercer piso Keyla camina por un pasillo a la derecha, al parecer hay cientos de habitaciones cuando vuelven a cruzar a la derecha y una vez más a la izquierda.

La chica habla -aquí están sus habitaciones, están exentos de las clases de hoy pero mañana comienza su tortura. Hallaran todo lo que necesitan allí.- al culminar ella se retira pues apenas le habían dado permiso para guiarles, arrastra al pelirrojo con ella.

 

Talía.

De un momento a otro ya nos dirigíamos a nuestras habitaciones, yo caminaba un poco contenta, el aburrido silencio ya no me molestaría y aunque ahora no hiciéramos mucho ruido al caminar algo era algo.

Las estatuas llamaron mi completa atención, no era algo normal y eso me encantaba. Minutos despues ya habiamos llegado a donde estarian nuestras habitaciones y se nos habia informado el echo de que no tendriamos clases hoy, sonreí de lado, podria descansar un poco y leer algo o tal vez explorar el lugar y encontrar comida.

 

Demian.

— Gracias... —alcancé a decir antes que se retirará, más debo decir que no entendí muy bien lo de compañeros de cuarto. Si era así, ¿no debería ella estar en mi grupo? — ¿Alguien sabe si son cuartos individuales o por grupo? —pregunté inútilmente, era poco probable que mis compañeros lo supieran.

 

Mollie

—Por grupos de 3, Demian...

 

Talía.

—Lo dijieron hace unos minutos —sonreí levemente intentado recordar cual era mi cuarto.

Pense el lo ultimo que la chica dijo antes de irse y una duda surgió en mi cabeza.

—¿Con todo lo que necesitamos se refiere a nuestras cosas en nuestras casa, no? —pregunté a nadie en particular, todos sabian lo mismo o menos que yo sobre este lugar.

 

Laila

Finalmente nos dejaron en el tercer piso en un pasillo lleno de puertas que daban entrada a las habitaciones, pero los pelirrojos se fueron... ¿no debían quedarse al ser también compañeros de cuarto? [de Deamian-Kuon y mio respectivamente]. Y allí fue donde escuché la pregunta de Demian y la respuesta directa de la nueva Mollie — Realmente no es necesario que sean grupos de 3 Mollie — le aclaré caminando lentamente para ver cual era mi cuarto

— Yo solo tengo un compañero, así que me imagino que mi habitación solo es de dos personas — suspiré y encontré la puerta de mi cuarto, estaba algo nerviosa, jamás había compartido habitación y ahora me tocaría compartir con un chico, pero...¿no podía ser tan malo verdad? — Y Talía.... creo que sí, allí deben estar las cosas que necesitamos de nuestras casas