Sky Infernalis Sky infernalis [día 2]

Mollie

Con la pequeña melodía casi me caía tumbada en el sofa, hasta que Génecis se me había acercsdo y casi despertado, me extrsñe un momento, "Dosculpeme señorita" había dicho, el no tenia que disculparse de nada

--S-Soy yo la que debe didculparse...

 

Esteban

Me habia sorprendido ante su respuesta, me esperaba otra cosaa menos eso —Olvidar esto seria una obcion— le dije inclinadome a su altura y le extendi la mano —Me llamo Esteban, un gusto señorita — le dije besando levemente su mano y la estreche un poco, aun no podia cambiar mi gestificacion, parecia cerio y frio, como de costumbre

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Querida borra tus spoiler o si no tendremos problemas

 

Mollie

Estreche mi mano con él, estaba siendo amable, de él no me lo esperaba..

--E-El placer es mio, soy M-Mollie..

 

Esteban

—Me alegro tanto— le dije soltando su mano delicadamente y despues me dirigi a la chica que estaba sentada justo a su lado —Me gustaria saber su nombre bella dama— finalmente me atrevi a decirle y la mire para no parecer maleducado

 

Mollie

--Si quierws, puedo decirte yo su nombre...

 

Laila

La situación que se presentaba frente a mi era bastante incómoda, Génesis y Mollie ahora parecía que se llevaban bien desde un inicio e incluso él había besado su mano, tal vez no era la clase de incomodidad que posiblemente había sufrido Demain al oír la pelea en la cual, él estuvo en medio [de una forma literal, en toda su pelea Demian había estado en medio por lo tanto debió de ser algo incómodo].

Y en algún momento de la conversación el chico se había dirigido a alguien como "bella dama" miré a mi alrededor intentando visualizar a quien se dirigía y no era nadie mas que a mi ya que me encontraba al lado de Mollie, quien por suerte se había ofrecido a decir mi nombre, pero eso no era nada educado.

— L-Laila...— murmuré lo suficientemente claro como para que me escuchara, por mas educada que tratara de ser no había podido sostener su mirada y ahora me encontraba mirando hacia otro lugar levemente sonrojada

 

Esteban

—No hay problema, llame como desees— me diriji a Molie para despues volver a la otra chica —Laila... es un bonito nobre— le mencione pero al notar que no me veia me agache un poco y tome su menton delicadamente para girarla hacia mi y pode notar que estaba sonrojada —que pasa?—le pregunte sin cambuar la tonalidad fria y mi gestificacion seria

 

Laila

De pronto, sentí una mano en mi mentón que me hizo alzar la vista de repente, era Génesis que ahora de cierta forma me estaba obligando a verle, ¿cómo debía reaccionar en un momento así?, ¿por qué él había reaccionado de esa manera en vez de reír como casi siempre sucedía? — Nada... no..no pasa nada Génesis...— dije mirandole sin mas opción, tendría que acostumbrarme rápido a mis compañeros o mi estadía en la academia estaría llena de sorpresas

 

Esteban

Incline un poco mi cabeza en forma de duda —Porque estas roja?— le cuestine sin soltar su menton, y con mi otra mano acaricie su mejilla que se sentia un poco calida ante mi frialdad

 

Laila

Ya no había cosa que mi mente procesara con seguridad, las repentinas acciones del chico habían derribado el sistema que controlaba mis acciones haciéndolas coherentes, era esa clase de cosas que te desubicaban con facilidad [en especial cuando jamás habías pasado por algo similar]. Lo que me había regresado a la realidad fue el contacto de su mano fría en mi mejilla que me había hecho cerrar los ojos de golpe por leves segundos y me hizo separarme de su contacto al hundirme en el respaldo del sillón.

— No es nada...— me aclaré rápidamente mirandolo con sorpresa — Solo...ahh... fue algo muy repentino, solo eso...

 

Esteban

—Esta bien— le dije al sentir como se alejaba de mi, no me molestaba aunque no la entendia del todo, me puse en pie y dije —si me disculpan— y me sente entre aquellas dos chicas ya que habia un espacio considerable, tome mi ibro de nuevo y me puse a llerlo, ya no quedaba mas que hacer

 

Laila

Un suspiro inaudible salió de mi boca y llevé una de mis manos a mi pecho siento los latidos que se habían incrementado por lo sucedido y ahora iban recuperando un ritmo relativamente normal a pesar de que Génesis se había puesto entre nosotras: la seguridad que me infringía Mollie había desaparecido, pero como se había puesto a leer tampoco es que me preocupara más.

— Por cierto... tocas bien — murmuré aun recargada en el respaldo del sofá mientras me dedicaba a ordenar las partituras que se habían salido de su lugar en mi repentina acción de alejarme de él cuando estuvo tan cerca mio

 

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¡Cuidado chicas!, porque al parecer aquí Alisse es un Don juan xD
Por cierto, nekita, ¿Como sabe Laila mí nombre?, intuición?, porque solo le he dicho a Damian mí nombre xD

Kuon
- Hump. - refute mientras fruncía el ceño, estaba bien sí lo sentían, pero siempre era bueno contenerse, además, ella no fue la que comenzó todo ese brollo, así que realmente no tenía que decir nada. Comprendía que la chica aún era muy pequeña, y tuviera curiosidad, también comprendía que alguien no confiara en los demás, yo también, no confió en nadie de aquí, pero querían hacer una tormenta con un baso de agua.

 

Esteban

— Gracias— le mencione en voz baja mientras seguia leyendo hasta que escuche la refustacion de aquel chico que me habia hablado primeramente —¿que pasa? interrogue dirijiendome a el pero sin mirarle, simplemente mi libro atrapo mi mirada

 

Demian.

¿Que diablos? el muchacho de pronto cambió su actitud al terminar de tocar. Fue hasta Mollie y le besó la mano, lo cual fue muy repentino, curioso pero no extraño. Luego preguntó por el nombre de Laila usando el adjetivo "bella dama", ¿acaso su modo "cazador de chicas" se había activado? pasé por alto eso, pero cuando se acercó a ella, le agarró el mentón y acarició su mejilla... ¿Cuando se había vuelto tan cercano a ella? No supe muy bien como reaccionar, ni por qué me molestaba, pero antes de hacer algo, Laila se apartó de el ahora llamado Esteban, por si sola.

Respiré profundamente, cerrando los ojos, analizando mi reacción ante la "escena". Tal vez, fue un instinto protector, seguramente por considerarla una amiga y a él como alguien relativamente "desconocido". No es como si considerase a Esteban como alguien que le fuese a hacer daño, pero...

Sí, seguro fue eso.

 

Laila

Ya no había dicho ninguna palabra con respecto al tema de Esteban/Génesis, tal vez por el hecho de que si comentaba algo podría convertirme nuevamente en la víctima de sus repentinas acciones que no podía procesar con exactitud el porque, y como pude comprobar las reacciones rápidas de mi parte, en momentos así no eran en lo absoluto mi fuerte.

Suspiré cuando terminé de arreglar las partituras y me levanté a dejarlas en el librero [esta vez en un lugar accesible para mi, así ya no tendría que pedirle ayuda a nadie para bajarlo cuando quisiera tocar el piano]. Desde el librero pude apreciar mejor el ambiente que habíamos formado, un pequeño grupo por el sillón grande, otro pequeño grupo de dos personas cerca del piano y finalmente un individuo lejos de todos.

Miré a Demian que también en todo el suceso no había dicho nada, pero ahora se le notaba algo extraño, pude apreciar como sus ojos estaban cerrados y respiraba profundamente, ¿tendría sueño acaso? hmm... tal vez como esas pequeñas ganas de dormir que tuve cuando la melodía de Arianne me casi me arrulla por completo, sí, debía de ser eso.

Me di media vuelta y miré los libros, había un sin fin de títulos extraños que yo desconocía y tal vez fueran propios solo de esta academia — Tal vez luego haya tiempo de leer un par...

 

Mollie

Queria tratar de almenos descansar un poco, pero lo malo es que no podia, ya que mi mente estaba desordenada y no podia ordenarla de manera que supiese.

 

Kuon
Suspiré al ver que al parecer nadie iba a seguir tocando, y yo obviamente no iba a tocar, ahora solo tocaba la guitarra.
Trate de acomodarme más en mí lugar, observando mejor el lugar.
Era amplio, pero no había algo que llamará mí atención, así que no podría entretenerme más que calculando las cosas que había en el área.

 

Demian.

Más tranquilo y ya calmo, me acomodé en el respaldo con mi brazo izquierdo sobre el posabrazos del sillón y la cabeza descansando sobre mi puño.

Por los grandes ventanales del salón, se podía observar como iba oscureciendo y los últimos rayos de sol se iban apagando. Un bostezo se me escapó, y me recordé algo, en Chicago era de noche cuando llegué aquí, y eso fue hace como 4 horas. Entonces deben ser como las 3 de la madrugada allá, por eso estaba cansado.

Miré la sala buscando con la mirada, algo que obviamente no iba encontrar, ya que esa no era una cocina. La anhelada cafetera, mi cuerpo necesitaba cafeína.