Siempre tuya [Kagome x Inuyasha]

Re: Siempre tuya [Kagome x Inuyasha]

Perdonenme por la tardanza ToT pero me estaba haciendo la víctima y ese es un trabajo de 16hs al dia (las otras 8 duermo xD)
y como recompensa les traigo 2 capitulos...achu (acabo de estornudar, estoy enferma ¬¬)

Capítulo 4: Conociéndote un poco mejor ;) (xD)

Luego de que se fue la señora Misagi sirvió un poco de te y se sentó en el sillón siendo sus acciones las que rompían el silencio tras la marcha de Inuyasha.
-Discúlpelo por sus arrebatos infantiles, señorita, el no era así antes de ir a pelear.
-Cierto, no le fuimos del todo sinceros y me parece que es nuestra obligación contarle lo sucedido para que se acostumbre a su brusca personalidad y a su “discapacidad”.
Sorprendiéndose por su temblor en las manos y agradeciendo estar oculta por las sombras presentes en el cuarto dijo:
-Bueno, no parece ser tan inválido como mencionan en el anuncio.
-El amo ha cambiado desde el regreso de la batalla- dijo Kaede llorosamente-no es el mismo de antes...si usted lo hubiera conocido antes de...-La anciana se limpio las lágrimas con la manga de su vestido.
El señor Akitoki le entrego un pañuelo enmugrecido.
-La señora Kaede tiene toda la razón señorita, el era un caballero, un príncipe, un hombre digno de admirar pero me temo que el accidente que lo dejo ciego también le afecto cabeza.
-Por lo que veo solo a sus modales, su ingenio no parece estar dañado en absoluto.
-El amo era una persona muy inteligente, siempre le iba bien con los números y era un estudiante excepcional en historia, cuando alguien lo veía siempre se encontraba con un libro en la mano y a la hora de dormir le tenía que quitar el libro que tan ávidamente leía por miedo a que quemara las sabanas y que se quedara ciego.
Kagome se estremeció al escuchar esto, era una tragedia ser privado de algo tan placentero como la lectura, no podía imaginar su vida sin los libros.
Akitoki asintió con la cabeza con los ojos brillantes, parecía estar recordando aquellos momentos felices.
-El era el orgullo de toda la familia y hasta del pueblo pero entonces al terco de Inuyasha se le ocurrió la absurda idea de alistarse en la Marina y sus padres y hermanas enloquecieron y le suplicaron para que no hiciera semejante barbaridad pero Inuyasha no quiso escucharlos, ni siquiera cuando su padre amenazó con desheredarlo.
No le quedaba otra que apoyarlo así que fueron a acompañarlo al muelle al momento de su despedida en aquel barco llamado “Gloria”. (¿¿??)
El nombre del parco era profético ya que era el que había destruido gran parte del ejército naval enemigo pero a Kagome pensaba que el precio de la victoria había sido muy elevado, el comandante Naraku había ganado la batalla pero perdió su vida(xD), al igual que muchos otros valientes guerreros a su lado.
Su deuda había sido pagada pero Inuyasha Taisho seguiría pagándolo por el resto de su vida.
-Y si se supone que tiene una familia tan devota, ¿dónde están ahora?- exclamó Kagome iracunda.
La señora Kaede y el señor Akitoki y el señor Akitoki respondieron al unísono:
-Ellos se encuentran en el extranjero.
-En su casa de Kyoto.
Intercambiaron miradas de vergüenza y el señor Akitoki suspiró cansinamente.
-El amo se encuentra en aquí ya que es donde pasó la mayor parte de su infancia y de todas las residencias esta es su preferida; aunque tiene una casa en Kyoto su familia prefirió dejar que se recuperara en la mansión alejado de toda la crueldad social, creían que era mucho más fácil.
-¿Fácil para quién? ¿para él o para ellos?
-En su defensa el amo no es muy amable con ellos, la última vez que vinieron a visitarle los echó de la casa negándose a verles.
-Me imagino que fue muy difícil deshacerse de su familia-contestó sarcástica Kagome- peor lo que me intriga es si el doctor ha dicho si tiene alguna esperanza de recobrar la vista algún día porque ya han pasado 4 meses desde que quedo ciego.
El viejo movió la cabeza hacia los lados con congoja.
-No, hay pocas probabilidades de que recobre la vista ya que son pocos los casos reportados donde se haya recobrado la vista.
Kagome quedo cabizbaja y al mirar a Akitoki vio que tenia las mejillas coloradas y los ojos humedecidos.
-Espero no haberle quitado mucho tiempo y le agradecemos su molestia al haber venido por nada, se que tuvo que gastar parte de sus ahorros para llegar y estaré encantado de pagar de mi bolsillo su boleto de regreso a la ciudad.
-No será necesario señor Akitoki- respondió Kagome-acepto el puesto de enfermera pero le agradecería que le pidiera a uno de los criados que me trajera mis pertenencias y me mostrara mi habitación para así poder empezar mis quehaceres.



Capitulo 5: ¡Maldita seas!

Todavía podía olerla.
Era como si quisiera torturarlo recordándole lo que había perdido, aunque estaba ciego sus otros sentidos se habían agudizado, por eso podía saber si Gustav, el cocinero alemán, estaba cocinando un rico pastel de carne (que pruebe el mío xD) o si estaba haciendo un delicioso fricasé (¿¿?? ¿eso existe?) para tentar su apetito y retar a su estómago; el mínimo rastro de humo le avisaba si el fuego de la biblioteca había sido avivado o apagado recientemente.
Al llegar a su habitación le asalto el rancio olor de su cuarto sin ventilar que se había transformado en una guarida de protección más que un cuarto y al meterse entre las sabanas sintió que se le pegaban en el cuerpo de lo sudorosas que estaban sin contar que tenían el olor de la ropa que no se lava nunca.
Era ese el lugar que el había elegido para recuperarse de sus heridas, el único lugar que había sido testigo de sus pesadillas y pensamientos oscuros, donde no se diferenciaba el día de la noche, donde su insomnio cobraba vida y daba vueltas en la cama por la noche, diferenciándose del día por su cálida brisa y su lúgubre silencio.
Inuyasha cerró los ojos y se cubrió la cara con sus enormes manos, recordando el momento en que entro en el salón; al ingresar en este identifico el acostumbrado olor a útiles de limpieza de Kaede y el olor de Akitoki, era una mezcla de el olor a comida con el de ranciedad, ya que era el que ordenaba la comida que se realizaría y el que limpiaba la suciedad de los cuadros entre otras actividades pero no reconoció la fresca fragancia que estaba en el aire y se metía en cada poro de su cuerpo vigorizándolo.
Era un perfume agrio y dulce, suave y atrevido, todo eso y más, esos aromas mezclados le habían despertado un sinfín de sentimientos y pensamientos aturdiéndolo como si fuera niño confundido.
Kagome no olía como enfermera. La señora Okada olía como muelle viejo, desagradable; la anciana Hiratsuka olía a galletitas y antigüedad, cosa que no le desagradaba del todo y luego aquella joven que apenas duro una semana y que tenía un aroma a vómito de bebe y a casa de familia, lo que le faltaba, que al estar con ella le hiciera pensar en su propia familia que lo había abandonado cual perro callejero; Kagome olía...diferente, a diferencia de las otras no olía a la solterona anticuada que parecía al hablar.
Y cuando se acercó a ella descubrió algo impactante, debajo de ese fresco olor a jazmín había otro que le había vuelto loco y nublado la cabeza...olía a mujer.
Se sintió profundamente alterado, no había sentido ningún tipo de necesidad desde su regreso del hospital pero el olor de aquella mujer, Higurashi, había evocado recuerdos lejanos y borrosos en su mente: besos robados, murmullos de amor, caricias en la suave piel de una mujer, todos aquellos placeres que nunca volvería a consumar, todos aquellos placeres que le habían sido privado por una estúpida ceguera.
Al abrir los ojos descubrió que su mundo seguía estando en sombras, y se puso a pensar, podía ser que fuera buena la idea de Akitoki de conseguir los auxilios de otro tipo de mujer, total, con lo que se le pagaba podría ser capaz de mirar su cara desfigurada sin sentir repugnancia, pero le daba igual ya que lo mirara o no, no se daría cuenta ya que ¡estaba ciego por el amor de dios!
Mientras cerraba los ojos nuevamente, comenzó a imaginar que era el típico príncipe en rescate de su princesa de los cuentos de hadas que le leía Kaede cuando era chico, suponía que la señorita Higurashi era la típica mujer solterona en busca de su “gran amor” y que le gustaba que le susurraran palabras de amor en el oído y hacía promesas de amor eternas.
Maldita sea, esa mujer no tenía derecho de venir a su hogar a perturbarlo con su delicioso aroma o a tentarlo con su profundo olor a mujer; menos mal que le había “aconsejado” tanto a el como a esa mujer que se fuera para su propio bien, así no tendría que preocuparse por todos los problemas desencadenados por un simple aroma.

Continuara...
En conclusion, Kagome huele a limpio e Inuyasha es un abandonado que no se baña xD ...al igual que yo xD ni se lava las sabanas al igual que yo *-* xD y los criados huelen a lo que hacen, a limpieza ¬¬ (>.< que asco) y la familia de Inuyasha son unos ricachones como Ricki Ricon xD jaja, que graciosa que soy xD (¬¬)