Shinjuku Propiedad Craig-Balaam [Casa]

Lo que pretendía o no de Zoldryck ya no era algo a lo que le diese demasiada importancia, no después de la confesión de pecados en la enfermería y la salida a comer ramen. Al final del día solo me sentía tranquila con él, tan sencillo como eso, y luego del desastre que había vivido me venía bien.

Mientras le daba cabeza a mis respuestas noté a Craig en el teléfono de nuevo y volví a pensar que quizás estábamos estorbando, pero no había mucho que pudiese hacer. Seguí en lo mío, rastreé el cambio de actitud de Katrina hasta... sus catorce años, más o menos. Se había cortado el cabello rubio de princesa y lo había teñido, luego le siguió todo lo demás.

Le di vueltas a los papeles de los muchachos unos segundos, para finalmente dejarle el de los catorce a Zoldryck y el otro por rebote a Craig. Lo dudé, pero al final lo dejé así.

—Kasun falló por los pelos, eh —dijo Katrina tragándose una risa.

Vete a saber qué mosco me picó, pero encajé un codo en la mesa y me desinflé los pulmones de forma algo exagerada. No miré a nadie en particular, pero moví las piernas y al hacerlo mi rodilla chocó con la de Zoldryck. ¿Fue intencional? Bueno, eso le correspondía a él decidirlo.

—¿Entonces me llevo un premio o solo el gusto de haber ganado?

 

Hasta el momento no había pensado que Craig al estar en el móvil tenía que ver con alguna visita aparte de nosotros, por lo que no me causaba ningún conflicto. Cuando ya éste mencionó que había sido el de los trece, por lógica los tres habíamos dado el primer beso a los catorce. ¿A caso estábamos dentro de la media o qué onda?

Había dado por finalizado el juego, sí, secundando con una risa nasal el comentario de Akaisa, fue entonces que Kurosawa suspiró sintiendo su rodilla chocar con la mía, estaba por mirarla pero los orbes zafiro casi que los tenía encima, de nuevo. Era absurdo, a veces sentía que Suiren estaba midiéndome.

—Yo le daría el premio —mencionó el otro con una simpleza absurda, y fue casi un impulso automático. Apoyé la palma abierta de la mano izquierda sobre la mesa, inclinándome hacia ella hasta ladear la cabeza y dar con sus labios.

Fue un beso ligero, suave y casi con prudencia pese a lo impulsivo.

Regresé a mi posición, con los pómulos ligeramente colorados, y miré hacia la ventana solo por mirar a otro lado, ignorando la presencia de Akaisa y Craig.

Ya no sabía si había ganado yo, con lo del premio.

 

Era siempre lo mismo, picaba y picaba hasta conseguir algo, ¿no? En mi defensa hasta ahora Zoldryck había sido tan tranquilo que no esperaba la gran cosa con lo del premio, si acaso un beso en la mejilla, así que la tontería me pilló un poco en frío.

Quizás fuese la mirada de Craig, a la que se le sumó Katrina, y sus palabras. La verdad era que no tenía idea de dónde había salido el impulso, pero tampoco desencajaba del todo con su personalidad en el fondo o eso me pareció. A pesar de lo repentino del asunto el beso fue ligero, prudente, es más de haber estado solos le habría soltado sin más que había sido un beso de niños.

Por lo mismo, picaba hasta conseguir una reacción.

Sin embargo, estábamos a los ojos del otro par y le tuve algo de piedad al chico. Apenas notar la intención despegué el codo de la mesa para recibir el beso con calma y contuve el impulso que sentí de estirar la mano para tocarlo, regresándola a mi espacio sin prisa. Retrocedió con las mejillas enrojecidas y lanzó la vista a la ventana, evitando a Craig y Akaisa sin más.

Katrina me miró aguantándose la risa, pero acabó por desviar su atención a Suiren y pretendió que se enfocara en ella. ¿Por qué? Porque podía estar enojada, pero seguía disfrutando del espectáculo y si tenía que incitarlo ella misma lo haría.

—Vaya, qué triste. Nosotros no nos llevamos ni el premio de consolación. —Se quejó por la gracia nada más.

Distracción o no, lo cierto era que no podía quedarme quieta así nada más, por lo que me incliné hacia Zoldryck invadiendo su espacio lo suficiente para poder hablarle en voz baja. ¿Qué si me estaba pasando de confianzuda? Pues claro, como siempre.

—Gracias —dije en un susurro cerca de su oído y en vez de dejarlo así añadí otra cosa antes de regresarle el espacio que le había robado—. ¿Puedo pedir otro más tarde?

No pretendía dejarle espacio de respuesta, no con el público allí presente, así que solo lo dejé tranquilo de una vez y regresé la vista al frente. Al hacerlo reparé en el albino y me dirigí a él como si nada.

Lo de siempre, no tenía mucha vergüenza en el cuerpo.

—Senpai, ¿me darías la receta del bizcocho? Estaba muy rico~

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Tengo cero control sobre Shiori (?

 

Podía confesar el hecho de que sino lo hacía tenía pensado decirle a Katrina que me ayudara a bajar los platos, pero inesperadamente había tomado cartas en el asunto, y que ella le correspondiera... Bueno, acompañar un domingo a un amigo a estudiar una materia en la que vas un año atrás ya decía mucho por sí solo. Observé, como un simple espectador los segundos de la situación, y era cómico que si supiese que el primer beso de estos era en mi habitación, dejaba mucho que desear.

Pero tampoco era de particular interés. Deslicé las pupilas hasta el par discolor.

—Para la próxima, tratemos de ganar —le seguí el hilo, bajando el tono de voz en lo que notaba por el rabillo del ojo a Shiori acercarse a Kasun, aprovechando la ausencia de las atenciones de los otros dos. Recosté el mentón en el dorso de mi mano derecha, pestañeando con parsimonia—. Imagino que conoces mejores premios que un ligero beso.

Fue entonces que copito alzó la cabeza desde la colcha, bajándose de la cama para pedirme con maullidos que abriera la puerta de la habitación. Me paré entonces, respondiéndole a Kurosawa y pasando página del beso entre esos dos al escuchar unas llaves sobre lo que parecía el mesón de la cocina.

—Justo llegó la cocinera de dicha receta —sonreí con liviandad.

—Suiren, cariño —se escuchó en el primer piso—, cuando regresaba me topé con Orn en la cafetería, baja a saludar. Ah, ¿Y tus amigos? ¿Ya cenaron?

Kasun se volteó a mirarme y yo alcé las cejas ligeramente, revisando el móvil sin prisa para toparme con su mensaje de:

Parece que tú mamá me encontró a mí. ​

—Supongo que terminamos por hoy —habló Kasun sobre las clases de Akaisa.

Relajé los hombros. Imaginaba que con lo que tenía hasta ahora podría darme una guía mental del resto, y que el otro terminase encontrándose con mi madre, bueno, era otra razón más para finalizar lo que habíamos estudiado, además de que el sol ya se estaba perdiendo con la luz del atardecer por lo que anochecería pronto.

>>Pero antes bajemos, los presento.

 

La estupidez fue hilarante por más de un motivo, pero en esencia porque no creí que Kasun se lo fuese a tomar tan a pecho (a pesar de que el beso fue más un pico que nada) y que dudaba muchísimo que este par se hubiese besado antes. A Shiori le faltaban un par de líneas de exceso de confianza, de esa que había llegado a demostrar alrededor del otro par de idiotas, pero no sabía si era porque en general Kasun era más tranquilo y ella tenía que poner menos esfuerzo en ciertas cosas.

En fin, que la niña tuvo que tragarse las ganas de comerse a Zoldryck y recibió el beso de mentiras con una calma bastante extraña. Me pareció que su brazo titubeó, como si hubiese querido hacer un movimiento que no concretó, pero eso fue todo y cuando imaginé que iba a decirle algo al chico tuve la decencia de distraernos del espectáculo.

Craig me siguió el numerito, asentí con la cabeza a lo de que intentáramos ganar a la próxima y solté una risa ante lo demás. Me permití una sonrisa bastante sedosa después, ladeando la cabeza, y le respondí en un murmuro.

—Claro que sí, pero supongo que esos premios quedarán para otra ocasión —resolví con sencillez y la sonrisa se me ensanchó—. Con lo que me debes de los favores, quizás.

Mi propio show lo cortó el hecho de que Copito se levantara, luego de eso seguí los movimientos de Suiren y Shiori recogió sus cosas para levantarse poco después de que él dijera que bajáramos para presentarnos. Suponía que por hoy la supuesta tutoría se había terminado.

—Pero qué vergüenza pedirle la receta a tu mamá directamente —soltó la otra como si no acabara de recibir un beso delante de nuestra puta cara.

Right in front of my salad? Vibes, for sure.

Como fuese, también guardé mis cosas, recogí los platos y me encaminé hasta la puerta de la habitación antes de mirarlos a los tres.

—Vamos entonces.

 

En definitiva la mudanza con mi padre había sido por demás imprevista, viviendo tanto tiempo en Rusia hasta que de la nada decidieron divorciarse y bueno, de regreso a casa, -lo que eran las ironía de la vida-, el retornar a un país que ya consideraba extraño y el que Craig, quien había conocido de niños en medio de la nive por allá en la escuela, ex-novio de mi hermana mayor por ahí derecho; se hubiese mudado con meses de antelación a donde su madre y su hermana. Se decía por ahí que los sueños más profundos solían ser los más desquiciados, y un poco de verdad le otorgaba a esto siendo totalmente inesperado. Me recosté en el borde del mesón con las manos en los bolsillos en lo que hablaba con la madre de Craig sobre las nuevas políticas que estaban implementando en Rusia en lo que ella dejaba el bolso sobre el granito, luego de haber llamado a Suiren desde abajo y toda la cosa.

Resumiendo, lo que me desprendió del tema político terminó siendo el pelaje del gato. Hacía tiempo que no le veía, y lo extrañaba más que al ser humano que tenía de dueño, si tenía que ser sincero, en eso le entró una llamada a la mujer por lo que se excusó, siguiendo por el pasillo a lo que suponía y era su habitación. Aproveché entonces llamé al felino en lo que éste se acercó casi con prisa, restregándose contra mis piernas, y no demoré en alzarlo para darle un beso en la cabeza en lo que seguían los pasos por las escaleras. Parecía un ejército por lo que me fijé con interés de ver sus nuevas amistades y eso, imaginaba que sería su grupillo o algo así.

—Tanto tiempo —su voz me llegó con su presencia ya en el último escalón, la sonrisa la estiró hacia la izquierda y yo casi que hice espejo de eso.

—Te tardaste tanto en responder que tu madre terminó buscándome —comenté sarcástico, denotando ya los que venían atrás.

Primero al tipo de cabello castaño. Ya lo había visto antes, pero tenía la cara llena de tatuajes... Alcé apenas las cejas al activarse las neuronas, éste era su gemelo. Risible tener de compañero de estudio al hermano del tipo con el que se había agarrado a golpes esa tarde, y con lo difícil que era sacar a Suiren de sus casillas. Ya luego de la mierda mental seguí con el desfile, y con la miníma decencia saludé:

—Hola —dejé a copito sobre el mesón de granito, y éste se sentó como si fuese parte de la conversación—. Una pena interrumpirles las clases en casa, o en la habitación.

Craig relajó los hombros y miró al chico a lo cual éste se presentó, mostrando los dientes en hilera. Un espejo a lo contrario del diablo que tenía como hermano. Ya luego me fijé en la que estaba cerca a él, esperando escuchar los nombres de las dos, si a fin de cuentas ya era un preludio de presentaciones.

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IMAGENNECESARIA

 

Para hacer el cuento corto todos nos bajamos detrás de Craig y yo me mantuve cerca de Zoldryck, nada nuevo bajo el sol, y pronto me llevó el eco lejano de una conversación. No le puse demasiada atención, mantuve la vista en la espalda del albino y solo reparé en la persona presente cuando escuché que le habló a él. Era un muchacho de ojos y cabello oscuro, estaba cargando al gato de Craig como si nada, aunque luego lo dejó sobre la encimera de granito.

Zoldryck se presentó, luego el chico reparó en mí y en Katrina ante lo que yo reaccioné. Hice una reverencia de las de siempre, la cascada de cabello negro siguió el movimiento y cuando enderecé la espalda hablé.

—Lamentamos haber ocupado a Craig-senpai tanto tiempo —dije en nombre todos aunque dudaba que a alguno le importase lo suficiente y después me presenté—. Kurosawa Shiori.

—Akaisa Katrina. —Me siguió la chica en la tanda de presentaciones, su expresión se mantuvo bastante neutra.

 

En el momento que decidí ignorar la presencia de los otros dos ya todo estaba dicho, no me interesaba luego de ser presionado sobre algo que sí quería hacer, de modo contrario no me hubiese movido de mi lugar. Lo siguiente quizá acentuó un poco más el pálpito de mi corazón, y sin mirar a Kurosawa asentí. De pedírmelo -de nuevo, sobre algo que me apetecía-, no me negaría, aunque imaginaba que tanto yo como ella, preferiríamos sin esos cuatro ojos de frente. Cuando copito fue hacia la puerta y toda la cosa Craig nos invitó a bajar para saludar y como tal dar por finalizada la sesión de estudio, por lo que guardé la libreta, el bolígrafo y cerré la mochila, colgándomela al hombro.

Recorrí al muchacho y le sonreí, amable.

—No pasa nada —respondió el otro al comentario de Shiori, siguiendo el movimiento de su cabello, y ya luego de que se presentó Akaisa continuó él—: Paimon Orn —su cara, al igual que la de Akaisa se mantenía neutra.

—Cariño, ¿tus amigos se van a quedar a cenar? —la voz de la madre de Craig se escuhó en la habitación del fondo, al parecer seguía hablando por teléfono.

—No madre.

—Bueno, nos vemos entonces en clase —agregué para dar cierre. Suiren nos acompañó a la salida, con las manos en los bolsillos, y ya en el antejardín miré el celuar, como tal la hora y me incliné un poco hacia Kurosawa.

>> ¿Quieres un helado antes de dejarte en casa?

 

Hasta el momento medio que había pasado del asunto, pero Zoldryck había asentido a mi pedido sin mirarme y la estupidez me lanzó cierta satisfacción encima, una que disimulé desde el primer instante. El resto sucedió con calma, bajamos, nos presentamos y todo el asunto mientras Copito seguía mirándonos desde el lugar donde el muchacho, Paimon, lo había dejado.

No había dicho que no pasaba nada por ocupar a Craig, en los intermedios su madre preguntó si nos quedábamos a cenar y el aludido le dicho que no, de forma que la sesión terminaba allí. Antes de que nos acompañara a la salida Katrina se acercó al gato para dedicarle una caricia entre las orejas, al retroceder se despidió de Paimon con un movimiento de mano y yo hice otra reverencia desde mi posición a forma de despedida.

Craig nos acompañó hasta la puerta, le di las gracias por recibirnos y le recordé los onigiri que había traído, por si quería comerlos con su madre y su amigo. Después de eso noté que Zoldryck miraba la hora en el móvil, Katrina hizo lo mismo y el primero se inclinó hacía mí para decirme que si quería un helado antes de que me dejara en casa.

Nada que hacerle, era un poco débil a los dulces.

—No suena mal —contesté dedicándole una sonrisa y luego de pensarlo un poco logré hacer memoria—. Hay algunas heladerías cerca del Hibiya, en Chiyoda. Nos queda más cerca de casa a ambos.

—Disfruten su cita post-estudio, tórtolos —soltó Katrina después de guardar su teléfono—. Nos vemos en la academia, supongo. Iré a comprar algunas cosas.

Su despedida fue bastante escueta, giró el cuerpo se despidió con un movimiento de mano y echó a andar sin más. Supuse que tomaría el tren también, aunque vete a saber hacia dónde.

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cuando quieras te los puedes ir arrastrando owo