Prisión Boceto

—Ah... ese tipo —dijo Farrow, obviando la irritabilidad de Mimi. Si todos comenzaban a ponerse tan nerviosos como lo estaba ella, no llegarían a ninguna conclusión. Alguien debía mantener la calma—. ¿Handsome? ¿Lograste obtener algo?

El detective asintió, sacó una libreta y comenzó a leer su contenido. Erwin y Farrow atendieron con interés.

—Sí, por lo visto... era un hombre relativamente importante, que trabajaba en Barniz; era el dueño de una empresa que explotaba los recursos del Volcán, el Desierto y el Lago Helado, y realizaban estudios de campo. La empresa quebró cuando el tipo desapareció un buen día, hace no mucho... y al quiebre le siguieron multitud de rumores que se extendieron, sobre que la empresa era una tapadera para encubrir secuestros de pokémon salvajes con fines ilegales. Obviamente, si pertenecía al P.A.M.... ya sabemos cuáles eran esos fines.

—... ¿dices que desapareció? —apuntó rápidamente Farrow.

Handsome asintió.

—Nunca se supo qué fue de él, de hecho. Todo rastro de su existencia desapareció de la faz de la tierra.

—Hum —meditó Zack, que reflexionaba con cuidado—. ¿Tenía familia?

Handsome consultó sus datos, buscando con cuidado entre todo lo que había apuntado.

—¡Sí, sí tenía! —dijo, finalmente—. Era viudo... su mujer murió por un cáncer, en un doce de marzo. También tenía un hijo, nacido en un cuatro de noviembre, de nombre "Ignacio"... "Iggo", lo llamaba todo el mundo, al parecer.

Farrow sacudió su mentón, sonriendo.

—¿Cree que todo esto tendrá algo que ver con el caso, jefe? —preguntó, confuso, Erwin.

—Es muy posible... si realmente era un líder de la organización, es muy casual que no sepamos nada de él hasta ahora. Ha permanecido en la absoluta sombra... ni Albert ni ninguno de los otros líderes le mencionaron en ningún momento. Obviamente, salta a la vista que estaba ya desaparecido cuando les descubrimos, pero... sus actos antes de desaparecer y la verdad detrás de su desaparición me extrañan mucho. Y creo que la clave... está aquí —mostró entonces la caja fuerte del dormitorio del P.A.M. que parecía pertenecer al tal Byron.

—¿Una... caja fuerte? —se preguntó Handsome, tenso.

Farrow asintió.

—Pero requerimos de una contraseña de cuatro dígitos... no será tan fácil.

>> Propongo que nos dividamos para investigar aquellas cosas que nos faltan por pulir. ¿Os parece? Yo me quedaré aquí indagando sobre la posible contraseña.

—Está bien —asintió Handsome—. Entonces yo iré a realizar ciertas gestiones fuera de la isla, si no es molestia. Me requieren mis jefes, no puedo dar muchos más detalles. Soy un agente secreto, después de todo.

—¿P-Podría yo ir a la Guarida del P.A.M.? —solicitó Erwin—. Me gustaría... verla con mis propios ojos —apretaba el puño con fuerza, como si el P.A.M. le provocase una innegable repulsión.

Farrow asintió.

—Claro —luego miró a los holders, mientras que los dos agentes se marchaban—. Respecto a vosotros... ¿alguno sabría... cuál puede ser la contraseña?

 

Cuando fue a alcanzar la mesilla de noche, el Liepard pareció reaccionar bruscamente, como si pensase que iba a robar, y tratase de proteger la casa. Se acercó a Emily, gruñéndole de forma amenazante.

Q-Quizá fuese buena idea marcharse y volver más tarde a la habitación...

 

Mimi Honda

Byron parecía un tipo mucho menos enigmático de lo que aparentaba... al menos logramos recabar ciertos datos que nos acercaban más a la verdad. Pero aún estaba esa caja fuerte y su condenada contraseña de cuatro dígitos.

Mi expresión fue de circunstancias cuando Farrow nos preguntó a nosotros nuestra opinión. De verdad... ¿Ni siquiera podía ocuparse él mismo de eso?

—La contraseña debe tener alguna relación con esas fechas que mencionó Handsome—respondí, aunque me rehusé a mirarle. ¿Por qué nos preguntaba a nosotros?—. Dudo que tenga algo que ver con la muerte de su esposa, a no ser que no le tuviese mucho cariño que digamos... ¿qué tal el nacimiento de su hijo? El cuatro de noviembre...

Me levanté de la mesa y tomé la caja fuerte entre mis manos.

>>Probemos con cero, cuatro, once.

 

Pero no funcionó.

—Dudo que sea algo tan sencillo —comentó Handsome—. Pensemos que estaba guardada en un sitio donde cualquiera podría llegar a ella... Debe tener una contraseña que no sea tan fácil de averiguar como una fecha. Veamos, ¿hay algo más en los datos que tenemos que pueda sugerir alguna contraseña de cuatro dígitos?

 

Poco había que ver... Había algunas costras de gel de baño reseco adheridas al plato de ducha, y la alcachofa de la misma estaba descolgada, destartalada y mal cuidada. Pero... No había nada util allí.

 

Hubert

—¿Qué tal el hijo de Byron? —sugerí entonces— Tengo entendido que "Iggo" suele llevar doble G, por lo que ahí tendríamos un apodo de cuatro letras. Podríamos probar poner una constraseña según el orden en que cada letra aparece en el abecedario. No obstante, la O aparece en decimosexto lugar, pero se podría solucionar suprimiendo una de las "G", porque dudo que un número aparezca repetido en una contraseña. Quedaría 9716.

Honestamente, no estaba convencido de mi teoría. Empezaba a quedarme sin ideas. Pero debía intentar lo que fuese para llegar a la verdad.

Contenido oculto

 

El lavabo era similar a la ducha, manchado con churretones de jabón reseco y lleno de polvo... pero, al menos, no era tan repulsivo como lo era la cocina. En cualquier caso, un pequeño detalle captó la atención de Emily: solo había un cepillo de dientes allí. ¿Significaba eso que el tal Kristoff vivía solo...?

Obtienes: Cepillo de dientes

Pero tampoco funcionó.

—Tu forma de pensar era buena, pero... si el nombre del hijo se escribía con dos "g", apuesto porque Byron no dejaría atrás una de ellas.

>> Hmm... Iggo, ¿eh? I-G-G-O. ¿No... os sugiere nada?

 

Liza White

¿Una caja fuerte guardada en el laboratorio del P.A.M? ¿Y perteneciente al tal Byron? Definitivamente, aquello podría sernos de gran utilidad. Pero claro, no iba a ser tan fácil: hacía falta una contraseña.

—Y si esa no fuese la combinación... —murmuré, llevando la mano a mi mentón. Lo que decía Hubert tenía mucho sentido, pero si no lo intentaba, nunca lo sabría—. ¿Qué tal si cambió números que se asemejaban a las letras que forman el mote de su hijo? Si Iggo se cambiase por números... ¿1660 podría parecerse?

 

Bueno, el retrete estaba en condiciones similares al lavabo y al resto del baño: algo sucio, pero nada repugnante. Se veía que el tal Kristoff no limpiaba demasiado, ¿eh?

Y... bingo. La combinación que sugirió Liza parecía ser la correcta. Con cuidado, Farrow revisó dentro de la caja, mostrando que esta solo tenía papeles en su interior.

—Uhm... veamos qué es esto —susurró el detective—. Parecen... cartas. Cartas anónimas —las leyó con rapidez, ojeando una a una todas aquellas cartas—. Vaya. Son cartas de amenaza... firmadas por Justice. Parecía estar amenazando a Hopkins, primero amenazándole con revelar su participación en el P.A.M., luego amenazándole incluso con hacer daño a su familia. Sea como fuere, su petición siempre es la misma: le exige que le revele quiénes son el resto de líderes del P.A.M., o hará sus amenazas realidad.

Y Farrow sonrió.

—Esto lo explica todo —susurró—. Siempre me pregunté cómo era posible que Justice se estuviese anticipando a los movimientos de los líderes del P.A.M., como si les conociese a todos... pero sabiendo esto, todo tiene sentido. Justice solo investigó y descubrió al tal Byron... y le amenazó para que él mismo delatase a sus compañeros. Así podría saber la identidad de todos ellos fácilmente.

Tras eso, siguió hurgando en los papeles de la caja... y encontró algo más: una especie de "nota" dejada por el propio Byron. Empezó a leerla en voz alta:

—"Dejo este legado ante el peligro en el que veo que me encuentro. Si no regreso de mi próxima reunión, rezo porque, al menos, algún día alguien encuentre esto. Alguien que desmantele todo el P.A.M., algún policía que logre descubrir esta guarida ubicada debajo de la suya propia. El P.A.M.... ha terminado siendo mi condena. Y no niego que lo merezco; pero es mi último deseo dejar este pequeño legado, solo como medida de previsión. Para que sepa la persecución a la que estaba sometido.

Alguien ha logrado averiguar mi identidad como miembro del P.A.M., y no para de torturarme mediante anónimos que firma como "Justice". ¿Su objetivo? Descubrir toda la verdad acerca de los líderes de la organización. Y me utiliza a mí, a través de amenazas cada vez de mayor calibre, para que revele la identidad de mis compañeros.

Yo también hice mis investigaciones. De las cartas del tal Justice se desprende un odio infinito hacia el P.A.M., un odio personal. No obstante, cuando toda esta tortura comenzó, nosotros habíamos mantenido un perfil bajo de cara a grandes escándalos o catástrofes... solo un par de hechos fueron lo suficientemente reciente y grave como para que, una vez se descubriese que fueron obra de la organización, alguien a quien le pesase especialmente una de esas catástrofes pudiese tramar una venganza de este calibre. Investigué dichos sucesos, y los resultados, tristemente, no fueron suficientes para señalar a un sospechoso claro. Con todo, dejo aquí los resultados de mi breve investigación.

Tengo una reunión en persona con él, con Justice, dentro de poco... la primera de todas las reuniones en vivo. Y me temo que quienquiera que sea no dejará que conozca su cara por mucho tiempo. Por eso, temo no volver nunca. Es este el motivo por el que quiero dejar patente que el lugar del encuentro es la alejada Torre de los Dragones, un lugar apartado y lo suficientemente poco frecuentado. Si no regreso, es probable que puedan encontrarme allí. El estado en el que me encuentre... es algo que ya no puedo garantizar.

Si alguien lee esto, dígale a mi hijo que le quiero, y que me arrepiento mucho de haber tenido algo que ver con esta terrible organización. Ha sido el peor de mis errores.

Fdo: Byron Hopkins".

Se hizo algo de silencio tras leer todo aquello, y pronto Farrow tomó el teléfono móvil y marcó un número.

—... oye, ¿sigues fuera, Handsome? Necesito que mandes a tus hombres a rastrear la Torre de los Dragones y los alrededores. Rastreadla a fondo: puede que encontremos por ahí a Byron Hopkins.

Y colgó, después de suspirar hondo. Su rostro parecía... ligeramente asustado.

—Veamos —extrajo los últimos papeles, dos fichas separadas con fotos... una de una niña, y la otra de un pokémon—. Estos deben ser los resultados de la investigación del propio Byron, aquello de lo que hablaba en su mensaje final. Son... fichas de víctimas de actos del P.A.M. Una pertenece a una tal "Melissa", una muchacha que murió a manos de un Eelektross. Al parecer... era hermana pequeña de Irvine, el campeón.

>> El otro informe habla de un Togepi, asesinado por los experimentos del P.A.M., todo obra de Henry en persona. Es el mismo Togepi de la víctima del caso imaginario, Mark: aquí lo matiza claramente. Al parecer, Mark tenía más familia... un hermano mayor, que trabajaba viajando por todas partes. Byron no pudo encontrar el nombre de dicho hermano, es como si no figurase en ninguna parte.

Tenso, Farrow tragó saliva.

—... voy a revisar algunas cosas en los archivos. Vosotros, chicos, podéis encargaros de todo lo que hablamos que queda por hacer, ¿sí? Además... esta nueva información puede seros útil. La dejaré a vuestra disposición.

Tras eso, se marchó... y no pudisteis evitar fijaros en que había unos papeles que Erwin había dejado allí, sobre la mesa, cuando se marchó. ¿Era eso lo que llevaba tiempo leyendo?


>> Obtienes: Legado de Byron
>> Actualizado Informe de Eelektross
>> Perfil de Mark añadido.

 

Liza White

¡Sí, esa era la combinación! Intrigada a más no poder, me incliné desde mi lugar para intentar ver en vano qué estaban sacando del interior de aquella caja fuerte. Al parecer eran... Cartas de amenaza. Justice había perseguido a Byron todo este tiempo, logrando así conocer al resto de líderes del P.A.M y formando así un traidor entre ellos, gracias a las amenazas que le aterrorizaban.

Los chicos de la CSG finalmente se marcharon, poniendo su atención en la Torre de los Dragones. Un escalofrío recorrió mi cuerpo: y pensar que hace muy poco estuve allí...

Me volví hacia Nikolah, acariciando mi nuca mientras pensaba nuestro siguiente movimiento.

—Bueno, supongo que está todo hecho por aquí. Creo que sería buena idea ir a ver a la tal Lara, la alguacil que se encuentra en el módulo oeste. Ahora que sabemos que los alguaciles pudieron estar implicados, podemos sacar algo de ahí —propuse, observando mi alrededor mientras hablaba. Fue entonces cuando unos papeles encima de la mesa llamaron mi atención, y me acerqué, curiosa, para ojearlos por encima—. ¿Y esto?

 

Así, Liza curioseó los papeles, encontrando que, en efecto, eran registros sobre los miembros y colaboradores de la CSG, tal y como Erwin le comentó a Nikolah en su momento. Se pudo fijar, así, en que ahí figuraba el nombre de Erwin y el de Farrow como miembros de la CSG, así como una larguísima lista de trabajadores más.

Pero... sí que había algo extraño. En la parte donde hablaba de los colaboradores de la CSG, se mencionaba como "colaborador de origen externo" a un tal... "Alan Farrow". ¿C-cómo...? ¿Q-Quién era ese tal... "Alan"?

Obtienes: "Registros de trabajadores".

 

Liza White

¿Alan... Farrow? Si no recordaba mal, nuestro Farrow se llamaba Zack, ¿no era así? Entonces, ¿qué significaba todo esto? Confusa, dejé los papeles en su lugar, para que cualquiera del resto de holders pudiesen echarle un vistazo por sí mismos, y me encaminé hacia la puerta, haciendo un gesto con la mano a Nikolah y compañía para que me siguiesen si lo creían necesario. Ya le había avisado de que iría a ver a la alguacil del módulo oeste, por lo que sabrían dónde me encontraba si me necesitaban para algo. Al fin tenía claro algo, y podía encaminarme yo misma con algo más de confianza.

Y tal era mi prisa y entusiasmo, que no reparé en quien estaba cerca de la puerta del despacho. Si me hubiese dado cuenta, probablemente aquella determinación momentánea hubiese desaparecido. Era mejor aprovecharla cuanto antes.

Y así, llegué al módulo oeste una vez más, y no tardé en reparar en la presencia de Alpha, quien hablaba con quien parecía ser la alguacil que encontraba. Escuché el testimonio que le estaba dando al entrenador, y tras saludarle con una sonrisa, me dirigí hacia la mujer. Ahora que teníamos más pruebas, podríamos continuar avanzando. ¡Tenía fe en ello!

"D-De todas formas, no es como si yo, como alguacil, pudiese haber hecho algo raro durante el incidente, ¿no?"

—Lamento que me meta, pero lo cierto es que sí que pudiste haber hecho algo —dije, releyendo una vez más las pruebas que habíamos recolectado—. ¿Estás totalmente segura de que no viste ningún comportamiento raro? ¿Ningún pokémon extraño por allí?

-Teoría de Oxy: Oxy cree que la única forma en que pudo cometerse la masacre es a través de los pokémon. Afirma que, para lograr tal cosa, quien lo hizo debe ser un entrenador excepcional, de la calidad de un Grande. No obstante, asegura que los alguaciles debieron ver algo, o de lo contrario, no sería posible toda esta teoría.

 

Mimi Honda

La combinación que sugirió Liza resultó ser la correcta. Como era yo quien poseía la caja entre mis manos, después de aquellos dos intentos inútiles probando mi propia idea y la de Hubert... lo cierto es que me sorprendió.

—¡Bien hecho, Liza!—la felicité cuando se acercó a ojear el interior de la caja. Algo extraño en mí—. ¿Dónde estuviste durante el resto de casos?

El interior resultó ser cuanto menos... esclarecedor. Le dirigí a Hubert una mirada de circunstancias. Eso era lo que ocultaba Irvine. Su hermana Melissa había sido la víctima de ese Eelektross. Ese sería mi siguiente punto de acción entonces. Tomé el informe y mientras Liza se dirigía a tratar de sonsacarle a los alguaciles, yo puse rumbo al puerto.

Hablaría con ese Irvine. Y desde luego, yo no sería ni la mitad de educada y paciente de lo que Hubert lo fue cuando le interrogó.

 

Irvine aún parecía un tanto molesto.

—... ¿qué sucede? ¿Quieres interrogarme también tú? ¿Vais a desfilar todos delante de mí, acaso?


Irvine - Conocimientos sobre el P.A.M.

Ese P.A.M. es algo horrible, sin duda. Una panda de desgraciados, cuanto menos.

Pero, tristemente, no puedo aportar mucho más al respecto, ¿sabes?

Esa es toda la verdad: no había oído nada sobre el P.A.M. en toda mi vida hasta este momento.

—Eh... ¿qué? —Lara tragó saliva, tensa—. N-No, te estás equivocando, a ver... p-puede ser que sea cierto que los alguaciles tuviesen que ser afectados por la hipnosis o, de lo contrario, sabrían algo. ¡C-Claro, ya sé! ¡Todo tiene una explicación perfectamente lógica, verás...!

Lara (2) - Durante el incidente.

¡Claro, la explicación es muy sencilla!

Algunos alguaciles fueron afectados por la hipnosis... y los pobres terminaron muriendo también.

¡Por lo que esa teoría que dices es correcta!

Pero... lamentablemente, yo estaba, hum, ¡en el módulo oeste! Así que...

¡Aun así, no pude ver nada! ¡Ni hice nada sospechoso, eh!

Así, Emily subió de nuevo las escaleras... y efectivamente, encontró allí a Liepard, plácidamente dormido. ¡Tal vez ahora era el momento de comenzar la investigación en la habitación!

 

Liza White

"Algunos alguaciles fueron afectados por la hipnosis... y los pobres terminaron muriendo también".

—Creo que eso no es cierto, Lara. Solo murieron los presos que cometieron crímenes de mayor gravedad —mi expresión se tornó entristecida—. ¿Por qué insistes en mentir...?

Víctimas de la matanza: según han informado los detectives, solo murieron los presos que cometieron delitos de mayor gravedad, esto es, los que estaban en los módulos sur y norte. Dentro de estos módulos, Justice no tuvo piedad alguna, y todos y cada uno de los presos murieron. Solo se salvaron los del módulo este y todos los que estuviesen de visita en el módulo oeste.

 

Mimi Honda

Irvine parecía bastante reacio a colaborar. Pero sinceramente me importaba bastante poco. En cierta forma entendía su comportamiento hosco y su reticencia a tratar un tema que debía ser doloroso para él... pero ocultaba algo. Y si las pesquisas de Byron eran ciertas, Irvine tenía motivos de sobra para sentir un odio visceral hacia el P.A.M.

No me fíaba de él.

—Claro—bufé no sin cierta sorna—. Dices no haber tenido noticias del P.A.M hasta este momento, pero eso es falso. La víctima del Eelektross que modificó la organización fue tu hermana Melissa ¿cierto? Por eso todo este asunto parece afectarte tanto.

>>Esa era la clave que le faltaba a Hubert. Pero créeme, yo no soy él... y tengo muy poca paciencia en este momento.

"Esa es toda la verdad: no había oído nada sobre el P.A.M. en toda mi vida hasta este momento."

- Informe de Eelektross: un informe de un Eelektross que fue objeto de experimentos por parte del P.A.M. Según los datos obtenidos por Byron Hopkins, Melissa, la niña asesinada por Eelektross, era la hermana de Irvine. Aquí el texto íntegro del informe.