Patio trasero

Había un placer de lo más jodido en ver a una chica tan centrada como Middel demostrar algo más que eso, verla ser una adolescente normal y toda la mierda, jodido decía porque era curioso y la curiosidad siempre había matado a un montón de pobres diablos.

De cualquier manera reparar en mí pareció hacerla bajarle dos líneas al asunto y tampoco era yo ningún pesado de mierda con gente que no conocía muy bien, así que la dejé tranquila luego de beberme la cerveza y todo el asunto.

—¿De verdad me la puedo quedar? —preguntó Jez con una alegría estúpida—. Gracias~

No la estaba mirando pero se las arregló para acomodar la perla en su propio cabello y por otro lado sabía lo mucho que Jez se aferraba a esas cosas. Digamos que en ese sentido habíamos sido parecidos siempre, cualquier cosa que nos diera la gente que apreciábamos por el motivo que fuese la guardábamos como idiotas.

Middel y su perla.

Anna y sus cupones.​

Cuando leí el papel que había sacado de la urna ni siquiera me sorprendí, estos estúpidos parecían haber salido todos del mismo molde de mierda y, genuinamente, había que tener alguna deficiencia cognitiva para planear estos castigos y no poner la piscina entre ellos.

Había sentido la presencia de Middel, también atajé con el rabillo del ojo el intercambio de miradas en lo que dejaba el papel sobre la mesa. Jez se acercó a leerlo y en eso escuché las palabras de Bleke y topé con la condescendiencia de su mirada.

No, si es que la reina de papel estaba sorprendiéndome esa noche.

Solté una risa nasal, la soberbia en mis gestos se acentuó incluso teniendo en cuenta que había perdido, y lo único que lamenté era el hecho de que si Anna se aparecía iba a estar chorreando agua como imbécil, así que no iba a estar a la altura.

Igual y el agua controlaba la ligerísima onda de calor que ya sentía en el cuerpo.

Dos copas, dos shots, y una buena parte de las cervezas de la pirámide ya estaban comenzando a hacer de las suyas, aunque en sí ni se comparaba al sexto de botella que me había hecho chupar el estúpido de Wickham.

Me saqué la máscara y la dejé sobre la mesa mientras sacudía la cabeza, el cabello regresó al desorden natural y algunos mechones me hicieron cosquillas en el rostro. Ni idea de para qué me había molestado en medio acomodarlo si al final iba a terminar así.

Lo mismo iba para la ropa, mira que para una vez que decidía vestirme como el niño pijo que era y tenía que deshacer todo el trabajo incluso antes de que el objetivo siquiera pudiese apreciarlo.

So boring.

De verdad que parecía meado por elefantes.

Me aflojé la corbata mientras caminaba para acercarme a la piscina, la arrojé sobre una silla y suspiré casi con alivio en lo que comenzaba a desabrochar botones.

—No gracias —respondí a la oferta de Middel, la diversión se me coló en la voz—. La verdad es que si hubiese sido tu castigo no te habría sostenido el vestido~

Pedazo de cabrón.

Dejé el saco en una de las sillas, encima puse el reloj y lo que me saqué de los bolsillos antes de repetir el asunto con el chaleco y la camisa, dejé todo encima.

Claro, muy no me toques y no sé qué mierdas, pero allí estaba desvistiéndome frente a todo el club de la lejía y la gente del salón, por culpa de los ventanales esos completos.

—Al, te puedes resfriar —dijo Jez y se me escapó una risa.

—Pues sí, gracias por el dato. ¿Cuánto debe tener esta mierda de profundidad? ¿Dos metros? ¿Dos metros diez?

Me saqué los zapatos, acabé por dejarlos cerca de la silla junto al resto de mierdas, y seguí un poco en piloto automático. El cinturón, el pantalón y ya estuvo, digamos que llevar la ropa interior mojada no era tan trágico como quedar chorreando en un traje fino.

—That wasn't the point —masculló Jez en inglés, sabiendo que quizás le hiciera más caso así.

Me encogí de hombros y dejé de pensarlo porque no tenía caso, me acerqué al borde de la piscina y me dejé caer. El contraste del exterior con el agua fue un poco jodido, obviamente, pero el cuerpo no tardó en acostumbrárseme a la temperatura en realidad. Saqué la cabeza, la sacudí y nadé al borde para apoyar los brazos luego de haberme sacado el cabello del rostro con un movimiento de mano.

Al menos podían librar a su amiga de la tortura, aunque algo en la expresión de Jez me dio a entender que la piedad ya no estaba entre sus opciones.

Contenido oculto

Hold my rant cuz voy para el salón

Debería dejar de narrar mis messes con jazz de fondo (?)

 

Contemplé con cierta curiosidad las reacciones que estaba teniendo Sasha. Obviamente, no se sentía para nada cómoda en el lugar, y mi actitud típica tampoco parecía servir de mucho para bajar esa incomodidad. Me encogí de hombros. Bueno, que se le iba a hacer. Nadie la obligaba a quedarse, la verdad. Si no le gustaba, bien podía irse a casa. Pero bueno, aparte de ser un molesto de los cojones, también era un animador. Así que íbamos a cumplir mi otro papel. No le podía prestar menos atención al otro estirado, obviamente. Podía seguir molestándolo, solo hasta ver en que momento aquella fachada de hielo se caía hecha pedazos, pero ahora esa no era mi misión.

En cuanto Sasha me siguió, después de saludarse con el delfín, le dediqué una sonrisa algo más tranquilizadora. Al ver que no aceptó mi mano, simplemente puse una en mi bolsillo, y con la otra llevé el bastón.

— Hasta ahora dos, pero siento que durante el resto de la noche voy a ganar más. No todos ellos serán bonitos o educados, seguramente, pero eso no le quita para nada la diversión a todo esto —comenté, mientras me rascaba la barbilla, pensante.— ¿Y mi favorito? Esa es difícil. Monsieur Lupin tiene mucha clase, pero Fantastic Mr. Fox tiene un tinte teatral que me agrada bastante. No sé, ¿cuál crees tú que es el mejor?

Pasamos directo a la cocina, desde donde, al parecer, se salía al patio trasero. Vaya diseño extraño. Había que pasar por la cocina. En una casa tan lujosa, lo que parecía más lógico sería que la puerta de salida estuviera en el salón, no en la cocina. Pero bueno. Cada familia con sus cosas. Me cuidé de no soltar mis pensamientos en voz alta. Cada vez que lo hacía, parecía que Sasha se volvía más gris.

— A ver... vamos a empezar. Es obvio que no te sientes cómoda en este ambiente. A pesar de que te sienta muy bien tu vestido, y que sabes como manejarte en tacos, estarías más cómoda en una fiesta un poco más tranquila. También... —adiviné, mientras giraba el bastón, y abría la puerta hacia el patio.— A pesar de conversar con soltura anteriormente con ciertos chicos, no sientes una verdadera amistad con ninguno de ellos. Te llevas bien con varios de aquí, obviamente, pero no conectas con ninguno.

>> Eres hija única o la hermana mayor, seguramente. Si es lo segundo, no tienes muchos hermanos. Eres responsable, como para mantener un trabajo de medio tiempo a esta edad, y con lo rigurosas que son las escuelas japonesas. Ah, y obviamente no eres de aquí. Por tu acento al hablar en inglés, identifico que o naciste en Australia, o pasaste bastante tiempo de tu vida allí. Bueno, eso es lo poco que pude pensar en el tiempo que tuve. Dime, ¿cuán errado estoy?

Con una sonrisa, me interné hacia el patio, en donde me encontré una escena particular. El cuervo de la otra vez se encontraba saliendo de la pileta, con ropa y todo, al igual que otra muchacha super pálida y con el cabello blanco. Había otra chica igual de pálida y con el cabello incluso más blanco. ¿Serían hermanas? No importaba mucho ahora. Lo que veía era que se encontraba el clásico beer pong sobre una mesa, y por lo que estaba escuchando, hice dos más dos y descubrí que era un castigo por perder en ese juego.

Me giré hacia mi acompañante.

— Bueno, ¿qué te parece si jugamos un poco, para sacarnos la tensión de encima? Este juego me parece un poco más inocente que el del salón —comenté, y luego me saqué la chistera.— Y ahora es tu turno de adivinar. ¿Qué hice en el cuarto con... Catherine Whitman?

Leí el nombre en la invitación, y luego la guardé de vuelta en el sombrero, para ponerlo sobre mi cabeza, regalándole una sonrisa encantadora, mientras me dirigía hacia la mesa.

 

Había que ver al idiota que pasaba estresado porque lo tocaran allí sacándose la ropa como si fuese lo más normal del mundo, en realidad digamos que tenía sentido, por lógica de "Mírame y no me toques". No se lo diría nunca, pero era un poco como ser un muñeco de exhibición, lo había sido siempre por voluntad propia porque nunca había visto a Erik y Janet pretender que lo fuese.

Y solo rompía la ilusión cuando manchaba el mundo de rojo u otras veces contadas.

El mundo fuera de su estante quizás lucía aterrador, realmente no sabía porque nunca me lo había dicho, pero dado el caso era eso lo que asumía. Tal vez era incomprensible o quizás simplemente demasiado frío o diferente como para que se interesara en él, al menos eso había llegado a considerar. De alguna manera me recordaba a Anna su primer día en el Sakura, ese rechazo al mundo al que ella se había forzado parecía inherente a él.

Si le ponía mucha cabeza al asunto, tarde o temprano, terminaba rodeada de personas que no parecían ser muy dadas a ninguna clase de emoción. Empezando por Bleke y Kashya, luego con los huraños, y la única que se salvaba posiblemente era Laila. No era que me sorprendiera en sí, digamos que me había habituado a eso, a servir de corazón o de hilo conductor.

Como si no sirviera para nada más.

Seguí a Bleke cuando me llamó y noté las toallas cerca, de forma que tomé una para cada uno porque ya de por sí Kashya le había dicho a Bleke que no era más que un baño, de forma que allí estaba, deshaciéndose del vestido para seguir los pasos del otro idiota.

—Estuvo divertido, ¿no? —le dije mientras le pasaba una de las toallas—. Deberíamos quedar más seguido para vernos fuera de la escuela.

Noté a dos pelirrojos salir al patio aunque en sí no les presté particular atención, aunque me pareció que el chico parloteaba sin parar y detecté algo en la chica, no supe el qué precisamente, pero no pude ignorarlo del todo.

---

Una parte de mí no creyó que la señorita Malas Energías fuese a lanzarse a la piscina así, por puro amor al arte, pero la cosa es que lo hizo y cuando quise darme cuenta ya estaba en el agua también. Su comentario sobre el agua me arrancó una sonrisa y asentí con la cabeza, al menos podíamos agradecer que el clima estaba bien para darse semejante chapuzón nocturno como un par de estúpidos.

Observé a Middel y Jez ir por unas toallas, de forma que también vi al zorro de antes en compañía de Sasha, parloteaba que daba gusto, no pude detallar mucho más desde esa posición pero sí noté que Jez se había quedado mirándolos algunos segundos más de lo que podía decirse normal antes de seguir su camino. No me paré a preguntar por qué incluso cuando el agua, en efecto, había funcionado para sacarme ligero calor del alcohol de encima y reconectar algunas neuronas.

Me impulsé para salir de la piscina aunque me quedé sentado en el borde, con intención de escurrirme un poco al menos, y sentí que algo me cayó en la cabeza. Al llevar la mano al objeto me di cuenta que era una toalla doblada, así que la tomé y me sequé el cabello sin mucho cuidado. Hice lo contrario con el tatuaje, lo sequé por encima, sin frotar ni nada, siendo que seguía sin estar curado del todo y me dejé la toalla en el regazo.

—Supongo que podían haber cosas peores en esa condena urna, conociendo a los estúpidos que tuvieron la idea.

—Kashya, no te quedes mucho. El cambio de temperatura te puede hacer mal —dijo Jez, que se había acuclillado a mi lado para hablarle. Me dio un par de palmaditas en el hombro, sobre la piel húmeda—. Y tú no tardes en vestirte de nuevo, exhibicionista.

Contenido oculto

Tenía el post medio montado hace rato (? *c va rodando*

 

Las palabras de Kashya llamaron mi atención y también las de Jez, haciendo que ambos giráramos el rostro en dirección a la casa, bastó eso para ver al imbécil de Arata en primera fila contra el cristal y solté un suspiro algo hastiado en lo que me levantaba, aproveché para secarme un poco mejor el resto del cuerpo antes de volver a posar la vista en Shimizu y levantar el dedo corazón en su dirección. Era una estupidez porque obviamente solo pareció añadirle diversión a toda la mierda.

—Ah, el amigo tuyo del otro día. ¿De dónde lo conoces?

—El otro instituto, era mi senpai pero es imbécil y está repitiendo —resolví mientras caminaba hacia la silla donde había dejado la ropa—. No te recomendaría hablar demasiado con él, Jezzie.

—¿No? Bueno, tampoco estaba entre mis planes. Dudo mucho que logremos congeniar aunque ambos coincidimos en que eres un idiota. —Lo dijo así nada más, con una sonrisa en el rostro.

Me encogí de hombros porque no iba a quitarle razón en eso, la verdad, además había sido un genuino estúpido con ella en particular y aunque no había flaqueado su fachada, en sí sabía que se había permitido insultarme con una parte del enojo que había sentido. Era raro en sí, Jez no solía permitirse muchas cosas, pero asumí que venía con el paquete.

Es decir, con el paquete del otro imbécil que seguro ya se estaba montando un espectáculo de los suyos en esa putísima mansión.

Me vestí sin prisa realmente, porque después de haber tenido que lanzarme a la piscina ya me importaba bastante poco todo. El pantalón, los zapatos, camisa, chaleco, saco; suspiré con cierta pereza mientras me regresaba el móvil al bolsillo y aproveché para sacar un cigarrillo, colocármelo entre los labios y dar una profunda calada antes de regresar el resto de cosas a su lugar.

Jez había regresado al lado de Middel luego de servirse medio vaso de cerveza y darle un par de tragos en lo que yo seguía con el cigarrillo. Di un par de caladas, liberé el humo y lo sostuve entre los labios para ajustarme la corbata de nuevo aunque ya no me apetecía demasiado, digamos que no podía deshacer del todo el teatro todavía pero bueno, tenía el cabello húmedo así que la mierda como diez puntos de clase.

—Supongo que deberíamos volver adentro —dije en lo que me ajustaba la máscara en su lugar—. O seguirles dando cosas con las qué divertirse al resto, qué sé yo.

Contenido oculto

soy bien pinche culo inquieto *c mata*

 

La respuesta de Bleke me sacó una sonrisa bastante amplia, no era que esperara de un día para otro que se convirtiera en la persona más emocionalmente expresiva ni nada pero verla y sentirla más liviana me alegraba muchísimo. Era como si hubiese logrado en esa fiesta, con el juego ese, algo que no había alcanzado en la escuela a pesar de haberlo intentado.

La vi imitarme después, con lo de servirse cerveza, de paso le echó un vistazo al zorro y yo aproveché para volver a mirar a la pelirroja que al final había decidido retirarse. Me faltaba toda la conversación, pero el hecho de que hubiese llegado y se hubiese ido así nada más no era una buena señal en sí. Al regresar el rostro a Altan noté que también la seguido con el rabillo del ojo, mientras se terminaba el cigarrillo y la mirada fugaz que le dedicó al chico no fue para nada amigable.

Creí que efectivamente entraría después de eso, pero lo que hizo fue apagar la colilla y encenderse un segundo cigarrillo, con la vista todavía puesta en la piscina. Consideré que hubiese tenido el impulso de seguirla, solo para asegurarse, pero era posible que no hubiese encontrado cómo hacerlo así que al final se limitó como era usual.

De cualquier manera seguro se terminaría el cigarro antes de entrar, así que le di un trago al vaso, estiré la mano hasta tomar la de Bleke y la envolví con suavidad, comenzando a caminar de regreso al interior de la casa.

—Esta casa debe tener una biblioteca, ¿no crees? —dije un poco porque sí—. Y seguro Kashya nos gana en encontrarla~

Apenas me giré noté la presencia de Anna en la cocina, asumí que quien estaba con ella era Emily.

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A Al lo aviento adentro luego cuz my stupid insecure and isolated five ass se tardó mucho y ahora no quiero interrumpir a las novias (?)

A Jez te la puedes llevar a cualquier parte o just leave it like this uwu

 

Contenido oculto: The Willow Maid

Numéria Russo

—Ji —solté un sonido nasal bastante bajo ante el inicio de su respuesta. Iban en pareja, lo que los hacía de momento la pareja, pero no siempre tenía que haber amores de por medio para conseguir esa clasificación, ¿no? Vaya chica más inocente, o tal vez inocente le quedaba mejor.

Lo que fuera, no pude evitar terminar sonriendo de una manera amplia, reflejando la ternura en el brillo casi imperceptible de mis ojos, aún más con aquella máscara: Parecía más confiada que conmovida. Me erguí con rectitud al terminar de escuchar sus ofertas, o más bien la decisión tomada por ella. Había que ver, ¿sería que en el fondo ese par de hermanos se regían por la conveniencia de la rubia? Era muy pronto para sentenciar algo como aquello.

Miré por sobre sus hombros, firme y sin perder la sonrisa amplia, para intentar encontrar la silueta, cabello y vestimenta del otro Kasun. ¿Zoldryck, era? Vaya nombre más peculiar. Tras concluir mi busqueda, que no me tomó ni de cerca más de cinco segundos, volví a dirigir mi vista al par de críos.
—Alright, il duo —pronuncié con facilidad ambas palabras, tan bien que escucharme a mí misma me parecía una fantasía irrisoria. No me acomodaba demasiado, que digamos— Síganme —mencioné fluyendo con ligereza, volteándome otras vez hacia adelante mientras le indicaba con un sutil y elegante movimiento de cabeza que avanzaran tras mi paso.

Siempre manos en la cintura, con un porte elegante, avancé sin prisas entre la multitud, procurando mantener el paso lo suficientemente calmado para que el par de atrás no se me extraviara. Me dejé guiar por mi instinto, por lo cual no me sorprendió demasiado terminar en un hermoso lugar tras cruzar otra de esas aparatosas puertas. Miré de izquierda a derecha, y giré al son de mis ojos en cuanto mis pupilas dieron con el rabillo, terminando otra vez así encarando a la parejita aquella.

—Buenos, acá estamos —extendí con delicadeza mis brazos así los costados, como quien sostiene una gran fuente, sin que mis palmas, que apuntaban hacia el cielo, superan la altura de mis pechos. La sonrisa seguía siendo entre sutil y sugerente, entornando la mirada solo por efecto— ¿No les parece un buen lugar para empezar la diversión?

Tras eso y a consciencia volví a buscar la silueta del otro Kasun, de inmediato dirigiendo mi mirada al otro, al gemelo ya presente. Ladeé la el rostro a mi costado derecho, por pura comodidad, y le hablé con la sutil sonrisa y voz aterciopelada, ambas cosas algo características de mí.
—¿Deseas apostar cosas divertidas, Kasun-kun?— Me amoldé al japonés que venía practicando desde que mi padre me informó que volveríamos a irnos de viaje, pronunciando sin mayores dificultades, pero se notaba de todas maneras que estaba lejos de ser mi lengua materna o al menos segundaria.

Apunté entonces con mi cabeza a una de las mesas del lugar, enfocándola con mi vista de paso, no demorando en intercalar miradas con la rubia y el castaño.
>>¿Han jugado Beer Pong alguna vez? —cuestioné manteniendo el mismo tono de siempre, no dejando filtrar ni una cuota de curiosidad o emoción no mostradas hasta el momento. Mi mirada viajó otra vez, siempre efímera, a los hombros tras el dúo, en busca del estúpido ese. No demoré en mirar al presente para decir lo siguiente—, te prometo que será divertido, darling—. Esta vez sí que entorné mi mirada con intensidad, sonriendo amplio al son de mi voz casi ronroneánte.

Dios, sí no fuera por tener las manos sobre mi cintura y la rubia al lado, vaya a saber quién los movimientos que hubieran acompañado aquella acción. Hasta me tuve que contener de morderme el labio inferior y todo, que ridículo~

Contenido oculto

XD Chale, que risa
Bueno, Insane , tú decides sí arrastras a Zeld al patio también, o solo nos quedamos con estos tres uwu <3

Que bueno, Numéria preferiría tenerlos a los tres juntitos, pero solo tú sabes sí Zeld se les suma o no (?)
PD: Me da un montón de risa Numéria buscando con la mirada a Zeld cada vez que puede XDDD

 

Una sonrisa minúscula me surgió en la conciencia al ver a su gemelo irse hacia una de las puertas sin pensarlo demasiado, y sabía de lleno que prácticamente me había dejado cuidando a Génesis de no sentirse incómoda ni nada. Lo dejaría pasar, porque bueno, era mi hermano, y no cambiaría la oportunidad de ser un desconocido en una fiesta enmascarada por nada. Seguimos entonces a la chica que nos llevó hacia el patio trasero luego de pasar por la cocina en donde había gente jugando al parecer.

—Suena bien empezar desde acá, mientras tomamos algo de confianza supongo —comenté divisando la mesa, sin pasar por alto lo aterciopelado de su voz.

Génesis se mantuvo a mi lado, observando el espacio tal y como lo hizo con el pasillo, a lo cual le seguí la conversación a Numéria sin complicaciones pese a la insinuaciones que aligeré con caballerosidad.

—Suelo apostar solo con mi hermano, pero supongo que en una mascarada es inevitable —respondí con una sonrisa amable—. Sí, lo llegué a jugar un par de veces pero nos hace falta otra persona para hacer un 2vs2.

Sabía que Génesis al final terminaría jugando, bastante curiosa por probar su suerte. No por nada terminaba cayendo una y otra vez en las apuestas de Zeldryck.

 

Numéria Russo.

La primera elección de palabras me pareció de lo más curiosa, increíble, pero no logró de momento alterar mi mirada ni cambiar mi sonrisa. No hasta que mencionó que solo apostaba con su hermano, por lo que pasé a fruncir el ceño que, a pesar de notarse, no presentaba en sí una acción molesta. Mi sonrisa se deshizo a solo estar algo boquiabierta, extrañada y por ende tensando los dedos que se aferraban a mi figura.

¿Cómo es eso de solo apostar con el hermano? Que dependiente, ash. De todas formas no pude quejarme, su sonrisa cordial y amable me impedían soltar cualquier tipo de comentario malsonante al respecto, así que solo dirigí de costado mi mirada a la mesa, repentinamente seria. Inhalé hondo, llenándome los pulmones con suavidad, en cuanto me recordó las reglas. Vamos, que nunca había jugado como tal, muchas veces era mera espectadora, arrastrada por los negocios o más bien amistades o fiestas que eran las que terminaban por meter a mi padre... en situaciones de lo más variopintas.

—Bien —concluí de inmediato, sin perder mi suavidad rojiza, pero bastante más seria y puede que hasta cortante; vamos, como la primera impresión que pudo tener Génesis de mí, también la que demostré en el automóvil camino acá.

Giré sobre mí eje, con precisión y calma, buscando atenta con la mirada a cualquier ser humano decente, al menos en aspecto. Carraspeé con la boca cerrada, mano empuñada frente a mis labios, a ojos cerrados tras fijar mi objetivo.
>>Vuelvo de inmediato —musité a la pareja, para luego apaciguar toda mi expresión, evitando que cualquier arruga se formara en mi rostro. Manos tras la espalda, caminé tranquila hasta aquel chico, que era bastante pelirrojo de por sí.

Me había acercado a él por dos simples motivos: Se veía solitario y era llamativo, en especial su cabello y lo que lograba discernir de su máscara. No necesitaba más para captar mi atención, ahora debía ser yo quién lograra algo con ello.
—Buenas noches, monsieur —utilicé mi mejor francés en esa única palabra, con total cortesía y bastante formal, haciendo una reverencia de los más aprincesada, pero sobre todo correcta y bien llevada a cabo; la práctica me había hecho hacerlo bien. Así, inclinada con elegancia ante él, alcé el rostro y le brindé una sonrisa entre sutil y suave, cubriendo a la perfección cualquier rastro de embuste o picardía de mi parte, casi como una inocente dama que poco sabe lo que hace más allá de cortesía y postura.

>>¿Quieres divertirte un rato? —musité más bien con calma, tranquila y hasta algo más agudo que mi terciopelo normal, dulzón. Me daba un poco de tirria sí me ponía a pensar en el asunto en tercera persona, pero bueno; lo qué fuera nomás.

Me erguí como correspondía entonces, pulcra y elegante, una mano sobre otra frente a mi regazo abombando por el vestido. Apunté con ligereza a donde se encontraban Kasun y la señorita Allen.
>>Nos falta un integrante y creo que tú serías el ideal —hablé con más templanza y sobriedad en todo mi actuar en general, al menos hasta que agregué lo último—, al menos de momento —finalicé con al voz cantarina, los ojos cerrados y algo de sátira se me coló sin querer.

Vamos, que sí no tomaba la oferta me podía buscar a cualquier otro; te estoy dando una oportunidad, tesoro: Solo una.

 

Luego de darle la hierba a Arata había seguido caminando en dirección al patio, me saqué del bolsillo el porro a medio consumir y lo encendí apenas cruzar la puerta, pegando un jalón bastante importante. No tardé en liberar el humo blanquecino hacia el cielo.

Al salir había topado con Sonnen que, por el cabello húmedo, intuí que había terminado en la cocina vete a saber cómo mierdas pero la verdad es que yo también hubiese preferido eso que el espectáculo del salón. Como fuese, intercambiamos algunas palabras y entró, yo me limité a tomar asiento en una de las sillas dispuestas en la terraza y a darle una jalada al porro de tanto en tanto.

Allí desde mi posición obviamente vi entrar al grupito, la pelirroja y los otros dos. Podía decir que no los recordaba de nada, pero siendo que esa escuela de niños pijos tenía tantos estudiantes tampoco podía poner la mano al fuego y decir que eran gente que se había colado o algo así. Lo mínimo que tenían era la ropa formal, asumía que habían pasado al gorila también, así que nada que hacerle.

Noté que la pelirroja se acercaba a mí y apagué el porro por pura educación, mientras liberaba la última bocanada de humo. Me saludó, hizo una reverencia de princesa y desde allí alzó la vista para mirarme.

—Buenas noches —respondí y enarqué una ceja al escuchar que seguía hablando, su tono de voz me resultó algo empalagoso, pero lo dejé correr.

Desvié la vista para mirar a quienes habían aparecido con ella, era evidente que querían jugar al beer pong así que sí, les faltaba una persona. Me levanté sin ponerle demasiado cuidado a su asunto de que parecía ser el indicado al menos por ahora, porque para altanerías de esa clase ya tenía a Shimizu, y me acerqué a la mesa.

—No suena mal —respondí mientras caminaba y me dispuse a llenar los vasos de cerveza, acomodando ambas pirámides—. ¿Cómo quieren los equipos? Asumo que ustedes dos, contra nosotros o no sé si pensaron algo diferente.

Caí entonces que no me había presentado, así que busqué la mirada de cada uno antes de ponerme una sonrisa en el rostro y hacerlo, bien pude dar mi nombre pero de repente no se me antojó porque se perdía un poco el punto de las máscaras.

—Swallowtail —dije para luego seguir con los vasos—. Bienvenidos a la fiesta, espero que la disfruten.

Poco sabía yo que se habían colado, claro.

Contenido oculto: Púchame para organizar el jueguito uwu

Aquí el post con la explicación.

Estoy asumiendo que Génesis y Zoldryck van a hacer equipo, pero si no pues nada más me dicen en el perfil o por el grupo de WA.

Hemos estado haciendo la cosa así, en cada post ponemos ambas pirámides y vamos tachando los vasos que se aciertan, porque al principio nos hicimos bolas. El equipo A tacha sus vasos en su pirámide y el B en la suya, para evitarnos muchos líos. De forma tentativa, el orden de posteo podría ser el siguiente, de acuerdo a los niños que están jugando y los equipos:
1. Zoldryck
2. Numéria
3. Génesis
4. Cayden

Así Insane no tiene que aventarse unos tochacos por tener que abarcar dos tiradas en un post, como me estuvo pasando a mí en la primer partida que jugamos.

Si gustan cambiarlo también me dicen, solo recuerden que se alterna: A, B, A, B uwu

Equipo A: Génesis y Zold
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Equipo B: Numéria y Cay
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

 

Noté a Numéria alejarse hacia un chico que estaba en el mismo espacio, suponiendo que lo invitaría a jugar al estar incompletos para proseguir. En cuanto lo vi acercarse asumí que había aceptado y por ende, ya podríamos divertirnos un poco. Le saludé entonces:

—Ey, sí. Así está bien lo de los equipo —resumí a cuentas del equipo, escuchando ahora la bienvenida a dicha mascarada.

Sabía que Génesis se refugiaría en ello para dejar de pensar que debería estar en casa revisando información sobre el instituto, como solía ser tan metódica y toda la cosa. La escuché después dar las gracias y aquello la relajó, sonándome entonces el cómo se había presentado el chico. Naj, ese no era su nombre, pero bueno, si tenían que ponerse apodos y eso se tomaría más tiempo en pensar el suyo.

Vi entonces a Génesis dar un paso hacia atrás luego de soltarme la mano para yo caminar hasta posicionarme frente a la mesa.

—A ver qué tal ando en puntería —comenté risueño, interesado en si acertaría o no dentro de alguno de los vasos.

Contenido oculto

Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Orden de tirada:
1. Zoldryck
2. Numéria
3. Génesis
4. Cayden

 

Numéria Russo

Eh~ No fue mal tono el cual utilizó para responder mi saludo, como que casi logra mutar mi sonrisa con suma satisfacción, ¡sí que había encontrado algo curioso! En verdad que estaba interesada en todo este asunto. Pero bueno, que tuviera buna recepción no se comparaba a la alegría irrisoria que me invadió cuando aceptó jugar con nosotras, vamos, ¡hasta sentía que volvía a ser una cría y todo el asunto! Sonreí amplio, con genuina alegría, enarcando la espalda de más mientras entrelazaba los de mi mano sin superar la altura de mi pecho.

—Hmhm —solté una risa apenas perceptible a labios y ojos cerrados, ladeando a penas la cabeza. Di dos zancadas largas para poder quedar a su lado, inclinada con elegancia y manos pulcras tras la espalda, casi como un viejo del montón, brindándole una sonrisa fresca y risueña al chico—. Gracias, di cuore~ —mezclé sin errores los dos acentos, solo por ser palabras que ya había practicado más que suficientes veces.

Poco después llegamos donde el par de tortolos, ¿o debería decir lovebirds? ¡Vamos, que eran una monada! Me ubiqué a un costado del niño de capelli rossi, brindándoles una sonrisa amplia y alegre, genuina, al par que me acompañaba, para pronto volver a la calma usual de mis ojos y a la sonrisa de sobria y de cortesía que poseía mi boca.
—Eh~ ¿Swallowtail? Wah, that's a very curious surname, sir~ —solté entonada y calmada, ya sin esa jocosidad en la voz, pero de todas formas mantenía una gravedad de terciopelo. Luego de eso volví a clavar mi vista en Kasun, sonriendo apacible mientras escuchaba lo que tuviera que decir. Antes de seguir al castaño, le brindé una última sonrisa al chico que nos acompañaba—. Thanks dear swallow —musité al pasar por el lado de él.

Me moví con fluidez, nunca perdiendo la gracia, posicionándome donde estimé conveniente, atenta a cada movimiento ajeno tras tomar la pelota de pin pong. También tomé en cuenta la brisa, los tiempos y mi propia postura, que cambio con sutileza y calma, pero sin perder rapidez, para estar lo más cómoda al momento de lanzar.

La repentina seriedad en mi rostro se borró por una sonrisa amplia, elegante; retadora.
—Good luck, darling~

Y lancé la pelota, esfumando mi expresión risueña para volver a la seriedad de siempre... Tal vez me estaba tomando demasiado a pecho un simple juego...

Bueno, qué importa~

eso haría más placentera la derrota...
​

o satisfactoria la victoria.

​

 

Sentí algo de satisfacción en cuanto al tiro de Zoldryck, comenzando a tomarme el juego como algo que no quería perder pese a saber que mi puntería no era lo que yo estipularía como algo de lo cual presumir. Seguí entonces de forma meticulosa los movimientos de Numéria al lanzar, escuchando la pelotita picar contra la mesa. Su turno había terminado, lo cual indicaba el inicio del mío.

Me acomodé frente a la mesa correspondiente deslizando mi cabello hacia la espalda para evitar que se deslizara en mis mejillas.

—Dudo tomar la suerte deseada, pero la tendré en cuenta —murmuré hacia la chica, lanzando al ensimismarme y dejar de lado los estímulos externos.

Contenido oculto

Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Orden de tirada:
1. Zoldryck
2. Numéria
3. Génesis
4. Cayden

 

La pelirroja parecía genuinamente emocionada de que hubiese aceptado jugar, así que incluso cuando había notado los tintes en sus palabras y movimientos tenía todavía más razones para dejarlo fluir como si nada, ¿quién coño era yo para interponerme en la felicidad de nadie? Seguía pareciéndome algo... extraña, pero bueno, tampoco era yo lo que se dice parte de la curva normal estadística.

Caminó a mi lado hasta llegar con los otros, la chiquilla seguía teniendo más energía de la que me gustaría pero era lo que había, así que nada que hacerle. Además todavía estaba haciendo un poco mi labor de cubrir la fiesta como le había dicho a Nakagawa, sobre todo en vistas de que no había visto a Liza y empezaba a considerar que quizás no hubiese venido directamente.

Solté una risa un poco floja ante el comentario de que Swallowtail era un apellido curioso pero no respondí como tal, luego acortó el asunto a Swallow y pensé en las golondrinas a secas, como había hecho ya varias veces desde que Yako me había dado el apodo hace años. Representaban lealtad, también tenían que ver con llevar el alma de una persona fallecida consigo y representaba algo para los marineros.

They'll reach the coast safe and sound.

El chico acordó con lo de los equipos sin problema, a lo que me limité a asentir con la cabeza en lo que seguía con mi tarea, también escuché el agradecimiento de la chica y busqué su mirada apenas unos segundos, acentuando la sonrisa. Seguía con un humor de mierda pero así como Hodges y Hiradaira nada tenían que ver, tampoco esos tres, así que en tanto supieran lo que era el espacio personal estábamos bien.

El tiro del muchacho picó, la pelirroja no alcanzó a interceptarlo y se dispuso a tirar después, también picó, la otra chica tampoco pudo detenerla. Me quedé pendiente de su tiro, el alcohol de antes no me tenía los reflejos muy afilados así que pasó directo y cayó en el vaso, de forma que lo tomé para empinarlo.

Una vez hecho eso lo dejé a un lado y lancé la pelota, que fue a dar de lleno en uno de los vasos contrarios.

—Es bueno ver que por lo menos la puntería me funciona —comenté un poco al aire.

Contenido oculto

Equipo A: Génesis y Zold
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Equipo B: Numéria y Cay
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Orden de tirada:
1. Zoldryck
2. Numérica
3. Génesis
4. Cayden

 

Noté el brillo en los orbes violetas de Génesis al entrar la pelotita y no ser interceptada. Retomé entonces la posición del lanzador. Podía ser realmente entretenido el jugar beer pong, y más si había alguna persona mirando, como la chica que se había sentado cerca de nosotros en una de las mesas de madera. Aunque sinceramente, esperaba más personas al rededor animando o bebiendo de lleno.

—Algo de puntería y suerte —murmuré con mi atención visual impresa en los vasos, esperando hacer el punto respectivo.

Contenido oculto

Equipo A: Génesis y Zold
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Equipo B: Numéria y Cay
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Orden de tirada:
1. Zoldryck
2. Numérica
3. Génesis
4. Cayden

 

Numéria Russo

Solté una risa baja, ronroneante y cantarina a pesar de su gravedad, observando a Génesis, solo hablando una vez lanzada la pelota.
—Vaya, pero que interesantes palabras has dicho, Gène —solté más bien musitando, manteniendo mi carácteristica voz apacible y calmada, dejando atrás la mofa o dulzura de momento— Ehhh~, has logrado muy buenos puntos, kanmi~ —dije lo último manteniendo el dorso de mi mano bajo mi mentón con elegancia, mientras que la otra mano desocupada se aferraba a mi torso, cruzando parte del brazo sobre el estomago.

Entonces el pelirrojo no demoró en tomar posición, entorné la mirada, sonriente, quedándome en mi lugar correspondiente, donde no me entrometiera en el camino de él y la pelota. También le deseé suerte, claro, solo que me dio pereza verbalizarlo~

Solté una risa aterciopelada a ojos cerrados, para luego clavar mi vista adormilada sobre sus ojos ámbar. Vamos, que era una belleza de combinación~
—Bien hecho, handsome~ —solté con ese tono grave y dulzón, una rara mezcla, como el licor fresco en un chocolate amargo. La sonrisa que le brindé dejaba ver un poco la hilera de dientes blanquecinos que poseía, al no tenerle cerca, mi mano solo llevó un par de hebras rebeldes tras mi oreja.

Que lástima~, y yo que quería comprobar la suavidad y resequedad de esa mata de pelo. Observé de reojo a la peli-rosa que nos venía observando desde hace relativamente poco, siempre con mi sonrisa sutil y la mirada perspicaz, apacible y estoica. Tras ese breve momento volví a posar mi mirada sobre Kasun-san, palmeando de manera insonora, llevando el dorso de una de ellas al costado de mi rostro ladeado.
—Good luck again, lindo —solté algo más melosa, pero la alegría implantada en mi voz impedía que se tornara jocosa como tal.

Tras eso me llevé las manos tras la espalda, manteniendo una postura bien erguida, paciente esperando mi turno. Vaya, sí es que ambos eran una ternura de jóvenes, valiéndose de su propia suerte~

—Permiso~ —musite sobria, tomando la pelota correspondiente para luego posicionarme dónde correspondía, nunca perdiendo los movimientos finos y elegantes, el recato y sobre todo la concentración.

Mi mirada se aseveró al enfocar el punto, el lanzamiento fluido, peor vaya a saber una sí la coordinación fue suficiente para siquiera acertar.

Perder me haría enojar, vaya fastidio~

Contenido oculto

Equipo A: Génesis y Zold
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Equipo B: Numéria y Cay
Vaso 1
Vaso 2
Vaso 3
Vaso 4
Vaso 5
Vaso 6

Orden de tirada:
1. Zoldryck
2. Numérica
3. Génesis
4. Cayden