No querrás quedarte solo

Re: No querrás quedarte solo

Hooooooooooolaaaaaaaaa y ¡holitaaaaaaaaaaaaa!!!
Aquí venimos con un nuevo capi de este espeluznante ff.
Estamos muy contentas de que os esté gustando el ff y sentimos la tardanza.
Este capi también os lo dedicamos a todas porque os lo mereceis.
Allá vamos.



Cap. 3 El mensaje


Todos los habitantes que seguían atrapados dentro de la ciudad salieron corriendo en busca de un lugar a salvo de aquellas horribles criaturas. Ryoma salió corriendo como un loco, sentía el aliento de aquellos monstruos como si los tuviera respirando al lado de su cuello, esa era una sensación espeluznante y por eso Ryoma aceleró más el ritmo.

No podía evitar mirar hacia atrás y ver como alguna persona caía a manos de las bestias rojizas.

Ryoma corría sin rumbo, no sabía donde ir, lo único que tenía seguro era que debía salir de allí. No podía volver a su casa, puesto que estaba infestada por éstos.

Ryoma empezaba a agotarse, sus piernas no resistirían mucho más, respiraba con dificultad y ritmo estaba empezando a bajar colocándolo más cerca de las garras de las criaturas.

Cuando ya se sentía presa fácil para las criaturas, unas manos lo cogieron por los brazos.

En unos segundos se encontró dentro de una habitación a oscuras, solo sentía pasos y mucho movimiento a su alrededor.

-¿Quién eres?- preguntó Ryoma a la persona que un lo tenía sujeto por el brazo.

-Calla Ryoma, vamos- le dijo una voz que le resultaba muy familiar.

Ryoma se calló y se dejó llevar por la persona que lo sujetaba. Los dos bajaron con cuidado unas escaleras y llegaron a una gran puerta de metal, una vez dentro, la persona que sujetaba a Ryoma cerró la puerta con llave.

-Ya estamos dentro- anunció.

-Encended la luz- ordenó alguien con voz autoritaria.

La luz se encendió de golpe cegando a todos los que estaban en el interior que forzaron sus ojos para acostumbrarse de nuevo a la luz.

Cuando Ryoma por fin recuperó la vista vio ante si a tres chicos, solo reconoció a dos de ellos.

-O’chibi que bien que te veo- dijo un chico de la misma edad de Ryoma, pelirrojo y con parche en su mejilla mientras abrazaba a su compañero.

-¿Kikumaru?- preguntó Ryoma incrédulo.

-Si soy yo, ¿Por qué te sorprendes tanto?- preguntó con su habitual ingenuidad.

-Yo creía que tu serías al que cogerían primero- se burló Ryoma.

-Que malo eres hoi hoi- dijo Kikumaru haciendo pucheros.

Ryoma se giró hacia el resto de personas.

-Tú trabajabas con mi padre ¿verdad?- le preguntó Ryoma a uno de los chicos que parecía el mayor de aquella sala, debía tener unos 20 años, con el pelo claro y con gafas.

-Si, soy Tezuka Kunimitsu- se presentó.

-Vaya que alegría otro enano en el grupo- dijo un chico muy alto, moreno con el pelo de punta y de unos 19 años

-¿A quien llamas enano Momoshiro?- dijo Kikumaru ofendido.

-Pequeño ¿no tendrás una hamburguesa por ahí?- preguntó Momoshiro ignorando a Kikumaru.

-Mada mada dane- respondió Ryoma dándole la espalda a Momo.

Ryoma contempló todo lo que lo rodeaba y se dio cuenta de que estaba en un laboratorio, entonces recordó las últimas palabras de su padre. Podía ser que aquel chico supiera algo de lo que estaba pasando, si era cierto que Nanjiroh había estado investigando en su laboratorio, pues Tezuka había trabajado con él.

-¿Tú sabes algo de lo que está pasando?- le preguntó Ryoma a Kunimitsu.

- Esto que voy a explicar quiero que lo escuchéis todos- dijo Kunimitsu muy serio mirando a los tres chicos.

Momo, Kikumaru y Ryoma se acercaron a él para prestarle mayor atención.
-Nanjiroh abrió una investigación para la cura de una enfermedad muy peligrosa, una infección o algo así. Esa información no la tengo porque la seguridad del recinto era muy alta, pero se que con esa investigación se descubrió una cura, pero junto a esto apareció un virus horrible en contacto con los humanos, bueno vosotros ya habéis visto las consecuencias- dijo Tezuka muy serio.

-¿Y que podemos hacer para sobrevivir?- preguntó Kikumaru temiendo por su supervivencia en aquel lugar.

-Pues estos monstruos tienen tres puntos débiles- comunicó Tezuka.

-¿Cuáles son?- preguntó Momo intentando agilizar aquel momento de tanto misterio.

-Primero se debe evitar exponerse en lugares desprotegidos en la oscuridad. Esos monstruos tienen unas pupilas muy sensibles y no soportan la luz, por lo que solo debemos salir de nuestro escondite de día y evitar la oscuridad tanto como nos sea posible- comunicó.

-¿Qué más?- esta vez intervino Ryoma.

-Segundo, esos monstruos se alimentan de la sangre humana, por lo que tienen el olfato más desarrollado para captar cualquier indicio de sangre humana a su alrededor, por lo que si resultáis heridos y tenéis una herida sangrante seréis la presa fácil para ellos- explicó Tezuka.

-¿Y lo ultimo?- preguntó de nuevo Momo.

-Aunque hayan sufrido transformaciones siguen siendo humanos, así que no son inmortales- dijo por último el más mayor de los muchachos.

-Pero tengo una duda importante- dijo Ryoma cerrando sus ojos mientras pensaba como formular su pregunta de modo que fuera comprendido- Si has dicho que el causante de todo esto es un virus, ¿podría ser que todos nosotros estuviéramos infectados ya?- preguntó Ryoma causando miedo en el pobre Kikumaru ante tan horrible pregunta.

-Pues no debéis preocuparos por eso- dijo Tezuka tranquilizando al pelirrojo que empezaba a ponerse blanco- no os contaminareis a no ser que tengáis contacto con las mandíbulas y las garras de ellos. Cualquier contacto de los contaminados con nuestra sangre y nos convertiremos en uno de ellos en un periodo de 12 horas- explicó Tezuka.

-¿Y ahora que haremos?- preguntó Kikumaru intranquilo por toda aquella situación.

-Mandaremos un mensaje por radio a todos los que estén en el interior de la ciudad, si hay alguien vivo se merece saber toda la información que nosotros tenemos, además en estos momentos difíciles los supervivientes debemos apoyarnos- dijo Tezuka.

Tezuka parecía haberse convertido en el líder de aquel grupo de chicos, ninguno se opuso, puesto que él era el mayor y tenía dotes de mando.

-¿Quién grabará el mensaje?-preguntó Momo que no soportaba el silencio tan incomodo que se creaba cada dos por tres entre los muchachos.

-Que lo haga Kikumaru- dijo Ryoma desganado.

-¿Por qué él?- preguntó Momo ofendido por no ser el escogido.

-Porque tiene una voz que inspira tranquilidad, no como la tuya, que transmite nerviosismo y agitación- le dijo Ryoma con la misma actitud que antes.

-Me parece bien- dijo Tezuka.

Kikumaru animado cogió el micrófono del radio dispuesto a grabar el mensaje.

-¿Ya has pensado que vas a decir?- le preguntó Momo incrédulo.

-Si, hoi, hoi- dijo Kikumaru con mucha seguridad en su mirada.

Tezuka preparó el aparato y le dio la señal para que empezara.

-Aquí Kikumaru Eiji al habla uno de los supervivientes de la ciudad de Barcelona, si hay alguien ahí que necesite ayuda, por favor contactad con nosotros, tenemos información valiosa para combatir a las criaturas. Sea quien sea quien esté escuchando este mensaje que sepa que no está solo- dijo Kikumaru.

-Ahora solo tenemos que esperar a que alguien conteste- dijo Tezuka muy serio.

-Callad parece que alguien está contestando- dijo Momo que estaba colocado al lado del aparato.



Esperamos que os haya gustado.
¿Quién habrá contestado al mensaje de los chicos?
Ryoma parece haberse librado de los monstruos ¿pero seguirá eso así por mucho tiempo?
Nos vemos en la próxima conti
Cuidaos
Adioooooooooooooós y ¡adiositooooooooooooo!!

 

Re: No querrás quedarte solo

Hoooooooooolaaaaaaaaaaa y ¡holitaaaaaaaaaaaaa!!!
Gracias a todas por pasaros, la verdad nos animan mucho a seguir con esta historia tan escalofriante.
Bueno solo quería decir que de ahora en adelante yo publicaré todos los capis, pero quiero aclarar que las manitas de Luz de luna siguen detrás de este ff junto a las mías.
Bueno no os molesto más.
Allá voy



Cap. 4 Una noche agitada


Las respiraciones de los cuatro muchachos se cortaron esperando la entrada de aquel mensaje.

-Soy uno de los supervivientes de la ciudad de Barcelona, por favor necesito ayuda- se escuchó la voz temblorosa de una chica.

-¿Quién eres?- preguntó Kikumaru.

-Sa…Sakuno Ryuuzaki- respondió ella cada vez más nerviosa- Por favor ayudadme, tengo un compañero herido y esos horribles monstruos no tardarán en encontrarnos- añadió ella.

-¿Dónde estás?- esta vez intervino Momo.

-Yo… no se… desde la ventana puedo ver… una catedral… no veo nada más todo está muy oscuro- dijo ella entrecortadamente.

-Tranquila iremos para allá lo antes posible- dijo Tezuka en tono tranquilizador.

Sakuno no devolvió señal alguna, de repente un grito desgarrador rompió el silencio de la guarida de los chicos.

-¿Sakuno? ¿Sakuno estas bien?- preguntó Kikumaru asustado.

El silencio fue la respuesta para Kikumaru. La tensión y la preocupación eran palpables en el ambiente.

-¿Sakuno?- esta vez fue Ryoma el que intervino.

-Estoy aquí- respondió ella.

-¿Estas bien?- preguntó Ryoma preocupado.

-Si, esos monstruos nos han detectado, por favor ayudadnos, Shishido está muy grave- dijo Sakuno a punto de llorar.

-¿No podéis aguantar hasta la mañana? Salir ahora es demasiado arriesgado- preguntó Tezuka muy serio.

-No, por favor, venid cuanto antes, el olor a sangre está atrayendo a muchos monstruos y este lugar no es seguro- dijo Sakuno entre llantos.

-No te preocupes ahora vamos- dijo Kikumaru con la voz más tranquila que pudo sacar en aquel momento.

-No queda mucho tiempo- dijo Sakuno.

La comunicación con Sakuno se cortó y los cuatro muchachos se miraron unos a otros indecisos por lo que iban a hacer a continuación. No querían abandonar a aquella muchacha para que se convirtiera en comida de las alimañas, pero salir en plena noche era demasiado arriesgado.

-Tenemos que ir a ayudarla, somos su única opción- dijo Momo muy convencido.

-Si, pero si salimos ahora nos arriesgamos a ser la cena de esas cosas- dijo Kikumaru muy asustado.

-Yo creo que no podemos abandonarla, ha acudido a nosotros de forma muy desesperada, no podemos dejarla allí- dijo Ryoma muy preocupado.

-De acuerdo iremos, pero antes debemos descubrir donde está- dijo Tezuka- Pensad rápido.

-Puede que este ante la catedral de Santa Maria del Mar, está a 15 minutos en coche- informó Momo.

-Pero aunque esté cerca no podemos ir así, con las manos vacías- dijo Kikumaru que no podía ocultar el miedo que sentía en su interior.

-Cálmate Kikumaru, está todo previsto, tengo armas- dijo Tezuka abriendo un gran armario metálico.

El armario quedó abierto dejando al descubierto una cantidad de armamento inimaginable, desde la más pequeña pistola hasta el más feroz explosivo.

-Escoged- dijo Kunimitsu con una sonrisa soberbia.

Cada uno de los muchachos se armó con lo que le era más cómodo o fácil de manejar. Ryoma escogió una pistola muy manejable, Momoshiro se atrevió con una escopeta, Tezuka por su lado se armó con dos revolvers y por último Kikumaru cogió una espada y algunos cuchillos pequeños para poder lanzar.

Una vez estuvieron todos armados y listos, salieron de su escondite y cogieron el vehiculo que Tezuka tenía aparcado en la puerta de su hogar.

Tezuka conducía prestando mucha atención a la carretera. Dentro del vehículo ninguno de los muchachos decía palabra, los miles de ojos que aparecían ante ellos en aquella oscura noche hacían que se estremecieran. Ninguno de ellos toleraba aquellos ojos ensangrentados, les producían una mezcla de sensaciones horripilantes, desde la repugnancia hasta el más profundo terror.

Después de un cuarto de hora de trayecto, que para los chicos se convirtieron en años, por fin llegaron a su tan ansiado destino.

Esperaban una señal que les indicara que aquel era el lugar indicado, pero parecía no haber señales de vida en aquel lugar.

-¿Nos hemos equivocado de lugar?-preguntó Kikumaru con un deje de tristeza en su mirada.

-Quizás hemos llegado muy tarde- dijo Ryoma muy pesimista.

-No digas eso- dijo Momo muy serio.

-No nos aventuremos a afirmar nada- dijo Tezuka muy serio mirando a Kikumaru que parecía cada vez más asustado.

Tezuka estaba a punto de marcharse con sus compañeros a buscar otro lugar en el que pudiese estar la indefensa Sakuno cuando vieron desde la ventana de una de las casas una luz.

-Es ella- dijo Kikumaru esperanzado.

-Vamos- ordenó Tezuka abriendo la puerta del coche.

Los cuatro chicos avanzaron con cuidado, vigilando a cada ruido o movimiento extraño apretando con fuerza en sus manos el arma que poseían.

Momo abrió la puerta de una patada y fue el primero en entrar a la casa, seguido por Tezuka, Ryoma y por último Kikumaru.

Todo estaba a oscuras a excepción de una habitación en la que podía verse una pequeña y suave luz. Los chicos se acercaron allí lentamente.

Cuando entraron en la habitación pudieron ver a un chico ensangrentado tumbado en el suelo. El chico respiraba con dificultad, estaba muy pálido y tenía un profundo corte en la pierna derecha.

Los chicos se acercaron a él.

-¿Cómo te llamas?- preguntó Tezuka más que nada para comprobar si este seguía consciente.

-Ryoh Shishido- respondió éste débilmente.

-¿Te han mordido esas bestias?- intervino Momo mirando el feo corte en la pierna.

-No,… eso fue al saltar…por una ventana… me corté- dijo Shishido entrecortadamente.

-¿Y la chica?- preguntó Ryoma.

Shishido señaló una de las esquinas de la habitación. Allí efectivamente estaba ella, una chica de pelo pelirrojo sujetado en dos simpáticas trenzas. La chica tendría aproximadamente la edad de Ryoma y no podía negarse que era muy bella. Sakuno estaba sentada en el suelo mirándose los pies con toda la ropa ensangrentada.

-Ryoma encárgate de comprobar que está bien, los demás ayudadme a curarlo- ordenó Tezuka.

Ryoma se acercó lentamente a la chica para no sobresaltarla con su presencia.

-Sakuno, hemos venido a ayudarte- le dijo Ryoma suavemente.

Ella levantó la mirada y examinó con la vista al muchacho que estaba ante ella. Sakuno se levantó del suelo y se abrazó con fuerza a Ryoma mientras empezaba a llorar desconsoladamente.

-Creí que no vendría nadie- dijo ella escondiendo su rostro en el bien formado pecho de Ryoma.

-Todo se arreglará- dijo Ryoma de forma fraternal.

Los dos siguieron abrazados hasta que Tezuka dio la orden de partir de nuevo hacia el escondite.

-Vamos parejita, es hora de irnos- dijo Kikumaru sonriendo.

Estas palabras del joven Kikumaru arrebataron unos potentes sonrojos de los rostros de Ryoma y Sakuno.

La pareja se separó pero Sakuno estaba tan aterrorizada que se agarró con fuerza a la mano de Ryoma.

Los cuatro muchachos salieron a la calle, pero para su sorpresa se encontraron con una multitud de monstruos que se miraban al grupo con ansias de devorarlos. Los ojos ensangrentados de éstos brillaron de manera especial al ver tan exquisita cena ante ellos.

-La sangre de Shishido los ha atraído hacia aquí- comunicó Tezuka.

-¿Qué hacemos?- preguntó Kikumaru asustado.

Las criaturas rojizas no se entretuvieron más tiempo en avanzar veloces hacia esa indefensa presa que tenían antes sus ansiosas mandíbulas.




Esperamos que os haya gustado.
¿Los monstruos se comerán a los chicos y a Sakuno?
¿Habrá más supervivientes?
Eso y mucho más en las próximas contis.
Cuidaos
Adioooooooooooooós y ¡adiositoooooooooooo!!!!