?Mudo Sentimiento?

Re: •Mudo Sentimiento•

Oh, de veras muchas gracias por tú comentario, y me agrada que notes eso, en verdad no me gusta hacer a Kagome "esculutural" como tu misma lo haz dicho, porque encuentro que su personalidad es bastante común y eso es lo que más me agrada de ella n_n*Kago*

 

Re: •Mudo Sentimiento•

•Mudo Sentimiento•
“El primero”


Sonrió satisfecha ante la castaña que la miraba con ojos grandes y algo vidriosos, ¿iba a llorar?, era lo más probable, y ella estaría para consolarla, y si, Sango era y sería la más feliz siempre por este gran avance.

-Di mi nombre otra vez- le pidió la mujer tomando las manos de la morena y apretándoselas levemente, Kagome solo sonrió de soslayo.

-San-go-repitió lentamente, era la sorpresa que le tenía preparada.

Habían pasado ya cinco meses, en los que Kagome por voluntad propia decidió internarse en una clínica donde habían más chicas y chicos como ella, que por uno u otro motivo habían dejado de hablar después de tener un severo trauma vivido, y eso fue extrañamente un consuelo al darse cuenta que egoístamente había pensando que era la única en el mundo que había tenido que pasar por ese destino.

Los frágiles brazos de Sango abrazaron a Kagome de forma tierna y amorosa, y ella le correspondió en seguida, y la apretó más cuando se percató que la castaña lloraba en silencio mojando su hombro con las lágrimas.

-Sango no llores-le dijo Kagome acariciando el pelo largo y liso. La voz la morena no era del todo nítida y para decir cada palabra se tomaba un poco de tiempo, pero con los meses eso iría mejorando, hasta volver a hablar tal normal como el resto de la gente, como siempre debió haberlo echo.

-¿Cómo quieres que no llore?-Sango se apartó y miro las lagunas oscuras de su amiga que se veían brillantes-estas hablando, y te vez con un rostro feliz, hace tiempo que no te veía así… hace años. Eres como mi hermana Kagome-besó la mejilla de la joven-mi hermana.

-y tú pa-ra mi tam-bién lo eres-Kagome se sentó en una de las sillas del comedor mientras esperaba que Sango terminara de secar la losa y se sentase con ella. En ese ínter tanto giro su cabeza hacia la ventana de la cocina. Afuera hacía un día hermoso, y una brisa agradable entraba y mecía las cortinas ligeramente. Cuando el agua del lava platos se detuvo, la azabache volvió a mirar a Sango que la observaba expectante de querer decir algo.

-Ayer me llamó Miroku-Los ojos castaños brillaron fugazmente, y apretó el mantel entre sus manos hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

-¿Cómo es-tá mi pri-mo?-preguntó ansiosa y notando el extraño semblante de Sango-¿Qué te dijo?

-Me dijo que vuelve en una semana más, y que apenas toque suelo japonés irá a hablar con mis padres para pedir mi mano formalmente y luego… casarnos.

Kagome demoró un poco en asimilar cuando sus labios se curvaron en una placentera sonrisa de oreja a oreja y un gritito de entusiasmo se escapó de su boca.

-¡Ge-nial! Me ale-gro mucho, ya era ho-ra que Miro-ku se pu-siera en el buen ca-mino, me ha-ce feliz que te ha-ya con-ocido, o si no qui-zás tendría yo ya mu-chos sobrin-itos.

Ambas rieron al unísono al momento que en sus mentes se formaba una imagen del muchacho de Ojos azulados con miles de hijos llorando y él con cara de cansancio atendiéndolos a todos.

-Si será un buen papá-dijo sonrojada Sango, mientras se echaba aire con la mano.-por cierto, ¿ya lo viste?
-Aun no-inclinó la cabeza-estoy muy an-siosa, más que mal, él fue quien me hizo plan-tear-me re-almen-te que vida es-taba llevan-do y que e-goísta esta-ba siendo yo con es-to.

-Kagome…

-¿Podrías llama-rlo tú y decir-le que nos junte-mos en el par-que Fu-ki-lla-ma por favor?-imploró con el rostro de una niña extremadamente inocente.

-Y ¿Por qué no lo haces tú?, ya puedes hablar.

-Es que yo…

-¿Quieres darle una sorpresa?-un rojo intenso tiño por completo las mejillas trigueñas de la muchacha, y Sango sonrió para si- OH ya entiendo, si ya me imaginaba que te gustaba, pero no pensé que…

-¡Qui-én a dicho que me gu-s-te!-reclamó azorada al instante que se paraba de su asiento y tomaba su celular para lanzárselo a Sango, esta lo atajó sin pestañear.

-Muy bien, muy bien….-miro a la morena que se removía en su lugar algo inquieta-Alo, buenas tardes quisiera hablar con InuYasha, gracias…Hola InuYasha, habla Sango, si la misma, si, amiga de Kag, si ella esta bien, ya volvió…-Kagome la miro expectante al ver que la trigueña se había quedado muy callada escuchando-¡Si! Es por eso que te llamaba, ella desea habla… quiero decir Kagome desea mucho verte-Sango puso cara malvada al ver la reacción de Kagome con lo último que dijo y hacía movimientos de lanzarle cosas con sus mejillas extremadamente rojas-¡Je! En el parque Fukillama. Si, Adiós.

Kagome la miro por unos instantes pues Sango simplemente había vuelto a realizar sus deberes del hogar. Y se asustó un poco cuando esta volteo con el ceño fruncido.

-¡Que esperas para irte a cambiar!, dijo que en media hora más te quería ver ahí, ni un minuto más ni un minuto menos.

Kagome solo asintió y fue a cambiarse.

_o_

El cielo estaba tan limpio y adornado por suaves nubes que parecían algodón, y algunas si uno entrecerraba los ojos podían llegar a formar figuras. Los niños en el parque corrían de un lado a otro jugando en una gran caja de tierra, donde las pequeñas mujercitas hacían sus más exquisitas tortas de tierra y los pequeños hombrecitos, eran supuestos machos empresarios. Y otro correteaban de aquí por haya creyéndose animalitos. Y en definitiva. Si, no le gustaban los niños, menos a esa edad. Y lo peor era, ¡porque habían tantos justo ese día, justo el jardín de infantes da un paseo ese maldito día! No había sido para nada una buena mañana. Sus vacaciones que ya llevaban un año cumpliéndose (merecidas después de trabajar dos años sin parar) habían sido interrumpidas por una baja en la empresa, en una semana y unos cuantos días tendría que volver.¡Asco de despertar! Y su paciencia ya se estaba agotando… “¿qué las mujeres nunca salen con reloj?” se paso en su mente esa pregunta.

-Ya me las pagara por tener que estar aquí mamándome gritos de niñitos malcriados.

-A mi se me ha-ce que tú to-davía eres un ni-ño mal-criado.

Una voz suave se escuchó a sus espaldas, si eso iba dirigido para él, ya iba a ver con quien se enfrentaba, un desconocido diciéndole cosas.

-¡Quién te crees!- se volteó mal humorado, pero su rostro enrabiado cambio completamente cuando la vio parada frente a él con una sonrisa amplia- ¿acaso… acaso tú…?.

-Yo he sido-logró articular completamente Kagome, algo pausado pero hilado. Se sentó a un lado de InuYasha, con la vista fija en los niños- que peque-ños más tier-nos.-susurró más para si que para él, satisfecha de ver el rostro sorprendido del ambarino. Aun que algo le dijo que no todo estaba bien por el acelerado palpitar que marcaba su corazón.

-Así que ya puedes hablar- concluyó… ¿inteligentemente?, tratando que sus palabras no sonaran muy sorprendidas, si no como un resultado que esperaba, y aguanto ese deseo extraño que surgió por abrazarla al ver que al fin había comenzado a superarse.

-¿Nah? En se-rio- bromeo. Un pequeño se acerco a la muchacha con cara de niñito bueno.

-Tiene dulce señorita.

-¡Ve donde tú mamá!-le bramó InuYasha. El niño comenzó a cambiar su rostro por unos ojos vidriosos y una boca curvada hacia abajo, parecía dispuesto a comenzar a chillar en llanto.

-¡Es-pera, Es-pe-ra!, si tengo-rio nerviosa, sacó de su bolso unos cuantos caramelos y se los entrego-y no llo-res ¿eh?

-Gracias señorita- se fue directo de los demás niños presumiendo de sus dulces, más niñitos se pusieron alrededor del pequeño con los caramelos, este apunto luego a Kagome.

-OH oh… sabes lo que estoy pensando-dijo nervioso InuYasha.

-¿man-za-nitas?

-¡No! Y ¡corre!- le tomo la mano para salir huyendo cuando más de diez niños se acercaban a ellos para pedir dulces. Afortunadamente tenían prohibido los menores salir del parque.

Los pies de InuYasha se movían rápido, muy rápido y no fue conciente de que Kagome prácticamente se estaba dejando arrastrar, y jadeaba reiteradamente.

-si…ya no están…

-hay que asegurarse-apretó más la mano femenina.

-No seas pa-ra-nóico, son…solo ni-ños.

Él se detuvo de súbito y se puso frente a ella, Kagome agradeció aquella acción porque sus piernas ya no daban más y necesitaba recuperar oxigeno. Se percató que aun él tenía tomada su mano.

-¿te…impor…taría?-tímidamente le señaló con los ojos las manos unidas.

Pero él no hizo mucho caso, en verdad era raro, quizás ella no hablara muy fluido, pero como la conoció a ahora, era un gran logro, y algo de orgullo sentía, pues él había sido parte de la rehabilitación de la mujer.

Algo en su ser se removió, algo que no sabía explicar… tendría que volver pronto a su realidad, a su trabajo. ¿Y si se permitía hacer ahora lo que llevaba pensando hace un año, desde que ella se fue a internar?

-Inu-Ya-Sha-lo miró a los ojos directo, pero el parecía en otro mundo. Kagome paso la mano libre frente a los ojos de sol de él pero este no salía de su transe-Inu-Ya-Sha…

Jaló de la pequeña mano y el frágil cuerpo de la joven calló sobre su tórax produciéndole una exquisita sensación, con la otra mano abrazó la espalda de ella.

Kagome se quedó muy quieta, sin entender bien como había llegado ahora a estar entre los brazos de él, aun no recuperaba del todo su respiración normal, y con esto parecía haberse agitado mucho más. Creyó que el apretó más su brazo en su espalda. Y otra vez ese palpitar acelerado, casi saliéndose de su pecho.

-I-nu…

-Yo… no soy de la clase de persona que se conmueve fácilmente- InuYasha la miraba fijamente, inspeccionando cada cambio en las oscuras lagunas marrones.-pero, no creí que me llegase a sentir…. Tan…. Feliz por tú…porque haz vuelto a hablar-él bajo su mirada y frunció un poco el entrecejo.

-gracias…

-¿gracias?-nuevamente su vista se fijo en la de ella que parecía tener algo brilloso los ojos.- ¿no vaz a llo…?

-¡Ca-lla-te!-se apresuro a decir, mordiéndose el labio inferior hasta ponerlo blanco- me hi-zis-te ver la rea-li-dad que es-taba vivien-do… gra-cias a ti me di cuen-ta de que es-taba haciendo sufrir mucho a Sango-pauso un momento- y es-capan-do de un pa-sado que so-lo es eso, mi pa-sado, un pa-sado tor-men-toso, pero si tropéese de-bía volver a le-van-tarme, y yo no lo hice, yo me que-de votada, Sango me tendía la mano mil veces y yo no me levantaba, y tú…yo InuYasha…Yo…tú…

Hubiese deseado continuar y terminar de decir sus palabras, pero no pudo conseguirlo porque en ese momento estaba comenzando a recibir su primer beso, sorprendida abrió los ojos enormente al momento que una de las lágrimas que había luchado por retener comenzaba a recorrer su mejilla. Él movió los labios suavemente, Kagome estaba aturdida no sabía que hacer, se supone que esa era el instante en que ella debía corresponder. InuYasha sintió a Kagome tensarse en sus brazos y se separó presintiendo que lo que había hecho era algo demasiado impulsivo, siempre hacía las cosas así, y eso ya no iba a cambiar. Un poco inseguro la miro.
Pero ella siguió sin reaccionar y pronto se desvaneció, ahí, en medio de la calle.

-¡Kagome!- alcanzó a decir.

No parecía haber ningún banco cercano en todo el lugar y como arte de magia ni un maldito transeúnte pasaba por ahí.

-mierda…- volvió el rostro a la muchacha y frunció un poco el ceño al ver que parecía estar recuperandoce. Cuando al fin comenzó a abrir los ojos él la observó algo incomodo-Oye… ¿estas bien?

Kagome solo asintió vacilante sin quitarle los ojos de enzima.

-Sobre lo de recién…-empezó InuYasha pero Kagome hizo un gesto de que se quedara callado.

Se levantó del suelo la azabache y él hizo lo mismo, sintiéndose más incomodo que nunca por la situación.

-¿Quieres que te lleve a tú casa?

-Si no te mo-lesta, el via-je fue largo, y no he comi-do mucho, y los nervios y ansias…creo que eso me a afec-tado….-aun que su rostro no mostraba que estuviese muy convencida de lo que decía, porque sabía bien que el breve desmayo había sido de impresión… ¡QUE recuerdo tendría de SU primer beso!, desmaya por conmoción, suspiró resignada.

El resto del camino para llegar a su casa fue bastante tenso, hablaron de cosas superficiales, como por ejemplo, como era el lugar donde ella había estado internada, de algunas viejas algo copuchentas, de uno que otro chico que se había tratado de escapar. Pero muy rara vez se miraron a los ojos en el trayecto y mantuvieron una distancia prudente.

Apenas divisaron la esquina característica un alivio los inundo a ambos.
Ya al frente de la casa.

-Cuídate Kagome.

-Si…

Sin más él empezó a marcharse.

-¡Es-pera!-dijo de prontó con un rostro algo tenso pero decidido.

InuYasha se giró a mirarla. Y ella segura se acerco hasta estar frente a él. Se puso de puntitas y beso los labios masculinos, fue tan solo un roce.

-Me gus-tas- consiguió decir para luego trotar hasta su casa nuevamente.

Cuando él sintió que la puerta se cerraba dejo escapar el aire de sus pulmones.

-tú también…

Continuará….

Desenlace… Desenlace… y muy pronto el final… ^^, tenía demasiadas ideas en mi cabeza y no sabía como exponerlas en la historia y por eso me demoré en poner la continuación.

Gracias a todas las que me apoyen, y recuerden no hacer Spam en el fics ^^

y esa clase de cosas