?Mudo Sentimiento?

Re: •Mudo Sentimiento•

•Mudo Sentimiento•
“Adios…”


-Entiendo…. Así que tu padre hizo lo que hacen muchos hombres- dijo Kagome en su idioma de mover los labios del cual InuYasha se estaba terminando de familiarizar, ella siguió saboreando su delicioso helado, con ojos aun algo rojos y restos de lágrimas, pero una mirada extremadamente vulnerable y pacífica.

-si es cierto, lo hacen muchos hombres, pero yo creí que él era algo así como un todo poderoso.

-existe solo un dios, y ese es Dios.

-mueve tu boca más lento que no te entiendo-le respondió un InuYasha mirándole los labios directamente, y ella repitió su gesto…-ah… el asunto es que, cuando supe que mi padre había tenido un hijo con otra mujer y a la vez que esa mujer había sido su amante durante los primeros dos años de su matrimonio me pillo totalmente desprevenido, pero…

-¿mm…?

-al menos ahora puedo decir, que lo que me sucedió a mi, egoístamente no fue tan malo.

-ah…

Kagome terminó su helado y se levantó de súbito, él solo la contempló, le gustaba hacerlo. La muchacha se acercó a uno de los tantos árboles de la plaza y recargó su espalda en el.

Silencio…

Silencio…

Silencio…

¿Para que hablar? ¿Para que molestarse en hacerlo? ¿Por qué no les incomodaba ese silencio? Quizás, simplemente quizás, era porque ambos no necesitaban hacerlo, no era algo necesario, resulta difícil estar a gusto en silencio con otra persona, generalmente provoca incomodidad, pero en ese momento, no era lo primordial, solo el desahogo de dos corazones heridos, aun que uno de peor forma que otro, eran de todas maneras dos personas de sentimientos escondidos muy vulnerables, y a veces suele ser que el silencio es demasiado reconfortante.

Permanecieron así mucho tiempo, quizás más de una hora, ella recargada en el tronco del fuerte árbol recibiendo la agradable sombra, y él contemplándola desde su asiento mientras pensaba en su vida que creía hasta ese minuto había sido algo vacía.


-¿Kagome?...

-mm….

-¿Cuánto crees que te demores en volver a hablar?


Ella abrió los ojos y lo miro algo pensativa. Luego alzó los hombros como diciendo un “No lo sé” con una sonrisa algo traviesa. Él puso los ojos en blanco sonriéndole cínicamente. Se paró de su asiento y se acercó.

-¡Ja! Entonces cuando ya yo sea un viejo con amnesia y tú recién puedas hablar me llamas-le hizo un pequeño coscorrón en la frente y se comenzó a marchar.


Ella también decidió volver a su hogar, mientras lo hacia caminaba de forma lenta y pausada, se sentía sumamente aliviada, el haber contado al fin lo que había pasado aun que fuese doloroso había sido como sacarse una gran mochila cargada de cosas de la espalda, un martirio de muchos años, había terminado débilmente y eso la hacía ponerse extrañamente feliz, aun que aun se podían apreciar algunas lágrimas que escapaban sin ella poder hacer algo, cada vez que se derramaba una sin su consentimiento era un pequeño peso menos en su alma.

Sinceramente ya era el momento de comenzar todo de nuevo, de olvidar, lo que el ser humano es a la vez mejor y menos capaz de hacer. Olvidar, simplemente olvidar.



___o___


No alcanzó ni a abrir la puerta de la cocina que era por donde acostumbraba a entrar cuando la mujer de bastante edad lo asalto con una bandeja entre sus manos.

-InuYasha menos mal que haz llegado.

-Que pasa vieja- contestó de mala forma al momento que iba directo al refrigerador, pero cuando iba a abrirlo la anciana se puso en su camino-¡Que rayos Kaede!

-Te están esperando en el living.-dijo de forma picarona la mujer de rostro rugoso.

-¿a mi?

-No al vecino que vive a dos cuadras de aca-le peñiscó en el brazo- obvio que a ti.

-Ashh, anciana atrevida, soy tu jefe tenme más respeto.

-Si como guste su señor, pero le conviene ir al living.

-Si, si como sea, llévame un ron…

-palabra mágica.

-No la conozco-otro peñisco fuerte- ¡Por favor!



Mientras salía de la cocina tomo un par de galletas y se las echo ambas a la boca inflando las mejillas como una ardilla.

Al entrar al bien decorado living se quedó estático en la puerta cuando la vio, tan fina, tan elegante, como siempre sentada en el sillón observando la mesa de centro.

-Kikyou…


Ella levantó su rostro y le sonrió brevemente y unos ojos fugazmente brillosos.

-Hola InuYasha-pronuncio su nombre de esa manera distante pero a la vez tan cercana.

-Pensé que ya no vendrías, han pasado más de dos semanas desde que supuestamente llegarías de Escocia.

-Si, lo se, tuve que antes arreglar muchos papeles para la empresa de mi padre y me quitó demasiado tiempo.

-¿Quieres servirte algo?

-No gracias, tú sabes bien para lo que he venido InuYasha. Deseo aclarar lo que pasó en el otro continente.

-Si, yo también.


InuYasha abrió un poco la ventana y luego se sentó al lado de la mujer de cabellos tan oscuros como la noche y ojos misteriosos.

-Las portadas…

-¿Las portadas?-repitió él- eso fue el evento que me ha hecho ver como el más grandísimo idiota en este mundo, delante de todo ese mugroso país.

-Yo…Me sentí sola, no compartíamos nada, primero todo era bueno, y tú sabes bien que no soy como las demás, me cuesta confiar y deposite mi confianza en ti.

-Lo mismo digo.

-Si, lo se, peor luego tú preferías siempre tú trabajo, siempre, casi ni hablábamos, cuando cenábamos era como estar dos extraños, y te amo, lo sabes-dijo apresuradamente mirándolo fijamente, e InuYasha pensó que seguía tan hermosa como siempre y a la vez tan impenetrable.

-Independiente de eso Kikyou… no me lo dijiste en ese momento.

-¿y como lo iba a ser si cuando estábamos juntos tu celular sonaba cada dos segundos?

Él se quedó callado sin saber que decir cuando sintió los suaves labios femeninos en su boca, le correspondió por automático y entonces ambos lo supieron ya todo…

-Las portadas- repitió él abrazándola entendiendo que sería la última vez y ella correspondió.

-ha sido la única vez InuYasha, y tuve tan mala suerte que me sacaron fotografías con ese hombre-sonrió débilmente con sus ojos en una expresión nostálgica, afortunamente para ella InuYasha no podía ver su rostro en ese momento, Kikyou memorizó ese momento, porque ya todo…

-creo que ya ambos lo sabemos.

-Si-asintió ella entrelazando sus manos con las de él, con en el que en algun momento pensó que se iba a casar.

Pero ambos con aquel beso se habían dado cuenta que los sentimientos fogoso se habían extinguido, y solo quedaba algo muy leve de lo que alguna vez fue, y ambos pensaron en ese momento que era lo mejor.

-No me arrepiento de haber venido-habló la mujer de largos cabellos cuando él la acompañó a su limusina.

-Y yo tampoco me arrepiento de haberte conocido, Kikyou, haz sido mi primer amor.-Le acaricio la cabeza y deposito un beso en la blanca frente.

Ella no respondió, le entregó una leve sonrisa y se adentró en la Limusina, cuando ya comenzaban a salir de esa villa al fin se permitió decir.

-Y tú también el mió…InuYasha.

Continuará



Bien, este capitulo lo hice más corto, porque es el inicio para que ya esta historia comience a acabar n___n. Por cierto me gustó la parte de Kikyou, no me considero una fanática de ella y menos soy su fan, pero tampoco es tan mala como muchos dice, aun que claro mi adoración es Kagome, *--* ella es Rulz!

Besitos a todas y gracias por el apoyo!*Kago*