Monte Panorama

La oscuridad había sido absoluta. No habéis podido ver nada, tan sólo los rostros alegres de los Kunemon antes de que la luz cegara vuestra visión. Y en cuanto abrieron los ojos, en cuanto la oscuridad se disipó, en cuanto fueron capaces de ver otra vez... el panorama que se encontraron era uno muy diferente.

Se encontraban en las montañas, tal y como Wisemon había prometido. O más bien, en un monte; no parecía tan grande como para ser una montaña, pero a lo lejos se podían ver montañas más grandes. Renamon fue la primera en ponerse de pie, y miró en todas direcciones; tal y como sospechó, no había ni rastro de Wisemon. Se había esfumado sin una palabra de despedida.

—Ay, mi cabeza —dijo Guilmon, llevándose una garra a la cabeza—. Ey, Renamon, ¿dónde estamos?

—A juzgar por el lugar, diría... este es el Monte Panorama —replicó Renamon con serenidad.

Contenido oculto

@juanjomaster @Nekita habéis sido transportados a esta área por Wisemon.

 

Matthew Hale

De la nada las letras que estaban en el libro comenzaron a brillar cuando al parecer decidió que iba a iniciar el viaje, y cuando mencionó que subiéramos a los kanji rojos abrí mis ojos un poco impresionado, ¿realmente había digimon tan fuertes como para hacer esa clase de cosas?

Sacudí mi cabeza levemente y después de que Jake y Guilmon subieran a los kanji miré a Renamon por unos segunos pero a juzgar el comentario que había dicho suponía que realmente podíamos confiar en él así que sin más, subí junto con ella al libro y me despedí de los Kunemon con un leve asentamiento de cabeza, a fin de cuentas ellos nos habían ayudado un poco.

Después de unos segundos de total obscuridad las vistas que se presentaban ante nosotros eran totalmente nuevas, al parecer estábamos en un pequeño monte que parecía ser el camino hacia las grandes montañas que se veían a lo lejos pero por alguna razón no había rastro de Wisemon.

"Ay, mi cabeza. Ey, Renamon, ¿dónde estamos?
>> A juzgar por el lugar, diría... este es el Monte Panorama"
​

—El monte Panorama... ¿eh? —murmuré —¿Hacia que lugar deberíamos iniciar nuestro pequeño recorrido?

 

Jake Matterson

No dudamos demasiado en hacer lo que Wisemon nos pedía, aunque no niego que aquellos Kanjis rojos intimidaban un poco; sin embargo, ahora definitivamente no era el momento para dudar. Ahora que sabíamos aunque fuese sólo una pequeña fracción de lo que rodeaba al motivo de que fuésemos llamados, debíamos más que nunca encontrar a Gennai.

Cuando Matt y Renamon también pisaron los Kanji, todo se volvió oscuro. Es complicado saber exactamente cuanto tiempo pasó, pero cuando volví a ver algo, el escenario había cambiado. Tal y como Wisemon nos había prometido, estábamos ahora en la zona montañosa.

—No lo sé con seguridad —respondí ante la pregunta de Matthew, aún sabiendo que, probablemente, fuese más una pregunta para sí mismo que para alguno de nosotros— pero creo que lo más lógico sería ascender un poco.

 

Matthew Hale [2/3]

Asentí levemente ante la respuesta de Jake y acompañado de Renamon comencé a caminar un poco por el monte, explorando con mi vista los lugares a los cuales podíamos ir desde allí, porque realmente se notaba que los caminos a los que podíamos acceder desde la montaña eran algo variados.

—Oye Jake... —le llamé desde mi lugar, mirando los caminos algo lejanos a los que llevaba la montaña —¿Qué opinas de la situación de "niños elegidos" que nos ha contado Wisemon?

 

Jake Matterson

—Es complicado para mí asimilar del todo lo que nos dijo Wisemon —respondí— pero no creo que sea falso. Aún así, no entiendo muchas cosas, ¿Por qué precisamente debían ser niños a los que trajeran? Tal vez porque es más fácil que nosotros aceptemos a los digimon y todo este cambio en comparación a un adulto. La situación me parece muy loca, pero si ya estamos aquí, y Guilmon, Renamon y el resto cuenta con nosotros, lo único que nos queda es seguir adelante y aceptar nuestro "papel" como niños elegidos.

>>Cuando encontremos a Gennai conseguiremos las respuestas que buscamos.

Al avanzar me pareció divisar algo a lo lejos, como si fuesen unas fuentes termales.

 

Irina Duval

Y en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos aquí. Aún no me podía creer que el pequeño Gomamon, quien se encontraba entre mis brazos ahora, hubiera logrado llamar a todos esos peces para que nos ayudasen a salir del risco, utilizando un ataque que nunca había visto en él. No dejaba de asombrarme el potencial que demostraban él y todas las criaturas de este mundo. Sin duda, para bien o para mal, eran increibles.

Cuando llegamos a estar todos al otro lado, empapados y exhaustos por tantas emociones seguidas, nos dimos un momento para poder recuperar el aliento. Me senté en el suelo, respirando hondo varias veces hasta normalizar mi respiración de nuevo. Todo mi cuerpo temblaba entre el frío y el temor.

—Eso ha sido... ¿ha sido real? —murmuré en alto, pellizcandome la mejilla para comprobar que había pasado de verdad. Sí, lo había sido...

Y ahora que todo había acabado, la presión que había estado oprimiendome el pecho y todas las emociones que me embargaron en su momento lograron que estallara en llanto. Desde luego, no estaba preparada para todo esto. Y ahora, todo el terror acumulado comenzaba a pasarme factura.

—Yo... T-Tenía mucho miedo. Pensé que Daerek... Y Veemon... P-pero Miriam... —sollocé, ocultando mi rostro entre mis manos—. Me alegra... me alegra tanto que estéis todos bien...

 

Renamon súbitamente detuvo su marcha. Sus orejas se pararon y volvió la mirada hacia atrás,mirando hacia el camino por el que habían avanzado hasta entonces.

—¿Hm? ¿Sucede algo, Renamon? —preguntó Guilmon, deteniéndose también.

—Me pareció escuchar... ¿no lo oyes, Guilmon? —replicó Renamon, sin apartar la mirada del camino a sus espaldas—. Suena como... como si alguien estuviera llorando...

 

Miriam Dent

Gracias a la marcha de peces de Gomamon, abandonamos el risco para retornar al inicio del monte. El cansancio mental comenzaba a afectarme, así que en silencio me senté junto a unas rocas y traté de dejar mi mente en blanco. Pero era complicado, más aún cuando la adrenalina del momento comenzaba a desaparecer y el miedo, que con tanto ahínco estuve reprimiendo durante el combate, cubría terreno en mi sistema.

¡Cálmate, Miriam! ¿Qué caso tiene ponerse así cuando el peligro ya pasó? Ganamos, eso es todo lo que importa.

Pero era difícil concentrarse en esas palabras cuando el llanto de Irina llenaba el silencio del lugar. Las lágrimas, sin ninguna invitación, empañaron mi vista, mas me negaba a dejarlas derramar.

—I-Irina, no... ¡No llores! —inicié, buscando consolarla—. Mira, ya todo está bien. ¡Ganamos, Irina! Juntos, juntos conseguimos vencer a Monochromon y... ¡Y Veemon obtuvo una nueva digievolución! —recordé mientras abrazaba a Armadillomon contra mi pecho, buscando un poco de calor para dejar de temblar.

>>Ahora... Ahora podemos quedarnos aquí a descansar y comer algo, ¿no crees? Lo-los digimons se lo merecen. Y... Y nosotros ta-tam... —No pude terminar la palabra en cuanto las lágrimas empezaron a brotar, escondiéndome detrás del caparazón de mi amigo para ahogar cualquier sonido.

¡Esto apesta!

 

Matthew Hale

Jake tenía razón en algo, tenía razón en decir que Wisemon no podía habernos mentido así porque sí, menos cuando los Kunemon nos habían especificado qué hacía y quién era él, además claro que nos había traído aquí de alguna u otra forma que por el momento no podía confirmar.

—Quizás es más fácil que nosotros, "niños" hagamos algo que ellos no puedan... —murmuré, aunque sabía que lo había dicho lo suficientemente alto como para que él me escuchara. A fin de cuentas este era un mundo digital manejado por datos y quizás nosotros éramos más fáciles de manejar.

Y antes de que alguno de nosotros pudiera opinar algo más, Renamon se detuvo y casi de inmediato lo hice yo, ¿había pasado algo?

"Suena como si alguien estuviera llorando"

Fruncí ligeramente el ceño y comencé a caminar hacia la dirección en la que Renamon estaba mirando, ¿los demás chicos y chicas ya nos habían alcanzado o pasado de alguna forma?

Y al parecer la repuesta a eso era un rotundo "sí", las niñas que habían entrado después de nosotros a la cueva y el chico que había estado en nuestra batalla estaban allí y justamente ambas estaban llorando, Renamon las había escuchado.

—Quien lo diría... —lleve mis manos a mis bolsillos traseros y observe a sus digimon —Imagino que ustedes tres tienen algo que contar, ¿no es así?

 

No lo entiendo ¿no deberíamos estar felices por haber salido de aquel problema? Veemon y yo estábamos realmente felices de haber derrotado a Monochcromon y haber obtenido una nueva digievolución. Pero en caso de Irina y Miriam no era así, más que tristes, parecían estar asustadas . Realmente siento que la culpa sigue siendo mía de alguna manera, sinceramente me sorprendió un poco de Miriam quien hasta ahora no había llorado.

Veemon me miró con lástima por ellas y yo le devolví la mirada con expresión de preocupación.

Antes de que hiciera algo, un chico llegó a donde estábamos nosotros y soltó una pregunta.

—Nada de lo que queremos acordarnos . Respondí casi en susurro sin ver a aquel chico

Me acerqué a mis compañeras junto a Veemon y saque las dos manzanas que tome del árbol del que caí cuando las conocí, hasta ahora las había estado aguardando hasta este momento. Veemon le ofreció una a Miriam y yo a Irina.

—Realmente no se que decirles, tal vez debería disculparme por todo lo que a pasado y también debo agradecerles por haberme ayudado, siendo realistas sin ustedes ahora yo estaría muerto… no me da miedo admitirlo.

Acaricie la cabeza de Gamamon y me alejé un poco de ellas

—Sin ustedes yo no estaría aquí, son nuestras heroínas de Veemon y de mi… ¿Verdad Veemon?

 

—Sin ustedes yo no estaría aquí, son nuestras heroínas, de Veemon y de mi… ¿verdad, Veemon?

—¡Claro que sí! —exclamó Veemon en respuesta, tendiéndole la manzana a Miriam—. Daerek tiene razón; todos logramos sobrevivir trabajando juntos... así que, ¡arriba esos ánimos! Si estamos todos juntos, nada podrá detenernos.

Armadillomon asintió ante aquellas palabras, sin dejar de ver a Miriam; mostraba una expresión de preocupación por la chica, al igual que Gomamon, quien intentaba consolar a Irina y detener sus lágrimas.

—No llores, Irina... te lo dije cuando nos conocimos, ¿recuerdas? Te protegeré a como de lugar, así que no hay razón para tener miedo, ¿ves?

Renamon entonces se acercó y miró al trío ante ella... al parecer algo debió notar, porque se volvió hacia Matt enseguida.

—Se ve que debieron estar en algún tipo de pelea... todos parecen exhaustos —mencionó Renamon—. Está anocheciendo... deberíamos comenzar a buscar un lugar donde pasar la noche y descansar.

 

Matthew Hale

"Nada de lo que queremos acordarnos"

Mis cejas se arquearon ligeramente ante su respuesta, al parecer habían pasado algo realmente malo para no querer siquiera hablar de eso, ¿habrían enfrentado a algún digimon salvaje? ¿se habrían topado con "los problemas" a los que se refería Wisemon hace un momento? Por el momento solo podría pensar en que alguna de esas dos opciones (que realmente ambas eran demasaido parecidas) los había llevado a tener ese grado de miedo.

"Se ve que debieron estar en algún tipo de pelea... todos parecen exhaustos. Está anocheciendo... deberíamos comenzar a buscar un lugar donde pasar la noche."

Asentí levemente y me retiré mi chaqueta negra —Tienes razón, necesitamos buscar algún sitio donde todos podamos descansar...—me acerqué a la que parecía ser la más afectada de todas, "Irina" si no había escuchado mal y coloqué mi prenda sobre sus hombros sin cambiar mucho la expresión de mi rostro y luego volví al lado de Renamon.

—Tendremos que buscar un refugio ahora, así que... tomen el consejo de su digimon y no lloren por el momento, supongo que el peligro ya paso —me detuve por un segundo, analizando con cuidado si realmente estaba ayudando al momento que ellos estaban creando, sacudí levemente mi cabeza y decidí continuar, por el momento buscar el refugio sería una prioridad —, así que... pongámonos en marcha y busquemos donde dormir en este monte.

Finalmente comencé a caminar no sin antes hacerle una seña a Jake para que se acercara de una vez y se pusiera a buscar algún lugar, porque al parecer quizás solo por hoy seríamos un grupo mas grande.

Contenido oculto

no lo odien (?

 

Irina Duval

Separé un poquito ambas manos de mi rostro, solo para ver como, tras intentar animarme de alguna forma, Miriam había quebrado en llanto. Murmuré un débil "¿Miriam?" entre sollozos, intentando cesar el llanto, pero me encontraba demasiado colapsada y exhausta en ese preciso momento. Impotente, abracé mis rodillas y oculté mi rostro en ellas, deseando que la tierra me tragase en aquel mismo instante.

Daerek, aún así, se acercó hasta mí. Y para cuando me animé a alzar la cabeza, avergonzada, este me tendía una manzana con amabilidad.

"Realmente no se que decirles, tal vez debería disculparme por todo lo que a pasado y también debo agradecerles por haberme ayudado, siendo realistas sin ustedes ahora yo estaría muerto… no me da miedo admitirlo."

¿Da... Daerek?

"Sin ustedes yo no estaría aquí, son nuestras heroínas de Veemon y de mi… ¿Verdad Veemon?"

Mis mejillas se tiñeron de un intenso color carmesí, e intenté agachar el rostro para ocultar así mi enorme timidez. Mas no tuve tiempo de reaccionar, pues Gomamon se acercó a mí con gesto preocupado.

"No llores, Irina... te lo dije cuando nos conocimos, ¿recuerdas? Te protegeré a como de lugar, así que no hay razón para tener miedo, ¿ves?"

¿Gomamon...?

Mordí mi labio inferior al escuchar las cálidas palabras de mi pequeño compañero junto a mí, sintiendo mis ojos cada vez más anegados en lágrimas. No me vi capaz de hablar, pues sabía que podría quebrarme a la mínima palabra salida de mi voz. Pero aún así, lo intenté.

—Sois demasiado buenos conmigo... Yo no... Yo no me merezco todo esto... —murmuré, ocultando mis orbes cristalinos tras mis antebrazos, realmente conmovida ante aquella escena. Jamás había recibido tanta atención... Yo no... no sabía cómo debía reaccionar.

Entonces, de repente, sentí como me colocaban una prenda externa sobre mis hombros, dándome algo de calor. El frío del anochecer y mis prendas empapadas habían logrado que no dejase de tiritar, y realmente agradecía aquel gesto. Pero al alzar la cabeza me encontré con la mirada de uno de aquellos chicos del bosque, quien me observaba con seriedad antes de dar la vuelta y comenzar a caminar.

"Tendremos que buscar un refugio ahora, así que... tomen el consejo de su digimon y no lloren por el momento, supongo que el peligro ya paso".

Y así, ambos chicos y sus digimon se adelantaron, indicándonos con sus palabras que fuésemos con ellos. Sorprendida, cesé poco a poco los sollozos mientras me abrazaba a mí misma, admirando a aquel chico que me había ayudado en silencio. ¡Te... Tenía que devolverle su chaqueta! Entonces me levanté, tomando la manzana de Daerek con una pequeña sonrisa en mis temblorosos labios.

—Gracias... —le agradecí, sujetando aún la chaqueta sobre mis hombros mientras me secaba las lágrimas como podía. Desvié la mirada hacia un lado, avergonzada—. Y no tienes que preocuparte, después de todo, es lo que hacen los amigos... ¿n-no es así?

Porque realmente... r-realmente podía considerarlos mis amigos, ¿verdad que sí?

Antes de dar un solo paso más me encaminé hacia Miriam y me agaché junto a ella, tomando su mano con suavidad cuando esta alzó la mirada hacia mí. Le sonreí.

—Vamos con ellos... ¿sí? Como sigamos mucho rato aquí fuera pillaremos un resfriado —le aseguré, y la ayudé a levantarse del suelo sin dudar, en un intento por hacerle sentir mejor.

No podría hacer mucho debido a mi timidez, pero al menos... quería que supiese que yo también me preocupaba por ella.

 

Miriam Dent

Abandoné mi escondite tras Armadillomon cuando Irina se acercó hasta mí y tomó una de mis manos. Mientras hablaba de seguir a aquellos chicos, me ayudó a levantarme y en ningún momento dejó de sonreír. Me alegré de ver que ya se sentía bien.

Veemon, a un lado junto a mi digimon, sostenía una brillante manzana roja que me extendió en cuanto fijé mi vista en él. Su ternura me conmovió, así que limpié mi rostro con la manga de mi campera para borrar las lágrimas y le sonreí mientra aceptaba la fruta.

—Estoy bien —les aseguré a los tres, avergonzada por haberlos preocupado sin razón—. Perdón por eso. —Y procedí a partir la manzana en dos mitades para Veemon y Armadillomon—. No tengo hambre, mejor disfrútenla ustedes dos.

Luego me acerqué a Daerek, quien continuaba retirado de nosotras. Los otros chicos que había visto en el bosque empezaban a alejarse de nuestra vista, pero parecían habernos dado una invitación a seguirnos de acuerdo a las palabras de Irina. Habría que ponerse en marcha pronto.

—Daerek —le llamé, quedándome a sus espaldas—. Nada fue tu culpa, ¿sí? Así que no te preocupes demasiado. Vencimos a Monochromon juntos y todos estamos a salvo. Perdón... Perdón por ponerme a llorar —susurré con las mejillas rojas. Pero se lo debía luego de haber incomodado a todo el grupo con mi arrebato de sensibilidad.

>>Y creo que lo mejor sería con ellos —continué—,
pero tú qué opinas.

 

Gracias... Y no tienes que preocuparte, después de todo, es lo que hacen los amigos... ¿n-no es así?

—SI, eso creo… — Reí nervioso mientras me rasco la cabeza, aunque realmente feliz.

Mientras que Irina iba hacia Miriam, yo me detuve a pensar sobre lo que os dijo Leomon, algo sobre unas aguas termales. Y no solo eso, al final del combate contra Monochromon este tubo una reacción muy extraña a en los ojos. Eran rojos y violentos, pero de un momento a otro se valieron de lo que yo creo que eran de su color original. A mis espaldas Miriam se acercó a mí con intenciones de hablarme.

Daerek, nada fue tu culpa, ¿sí? Así que no te preocupes demasiado. Vencimos a Monochromon juntos y todos estamos a salvo. Perdón... Perdón por ponerme a llorar

Yo solo me limite a sonreírles a ambas con agradecimiento, nunca había tendió amigos ni amigas como ellas dos, me atrevería a decir que son las únicas a las que les puedo llamar verdaderas amigas en lugar de simples compañeras. Los sonrojos y lágrimas de Irina seguían un poco presentes, así como en Miriam

—Así es Miriam… — Susurre para después ponerme en marcha con Irían y Miriam y Veemon a mi lado.

 

Matthew Hale

Después de un rato de haber estado caminando en el monte, logré divisar a lo lejos un camino que era probable que nosotros pudiéramos usar como refugio. En sí era un camino donde podía notar un pequeño cruce de agua que se alejaba por el camino que había descubierto, me adelanté un poco al grupo y allí fue donde lo descubrí... a lo lejos se podía observar una clase de puesto de... ¿aguas termales?

Poco a poco di media vuelta para re-agruparme con el improvisado grupo que habíamos formado —Creo que he descubierto un lugar donde podemos pasar la noche de una forma bastante decente —señalé el camino que se encontraba detrás de mi para aclararme mejor —. Y si nadie ha encontrado nada mejor creo que es nuestra única opción así que... en marcha.

 

Jake Matterson

Admito que me resultó más fácil no decir nada y ver como Matt, lentamente, tomaba el rol de líder del "grupo". Ahora éramos, al menos por el momento, cinco personas las que estábamos juntas. Parecía lógico también que Matt quisiese hacerse cargo, porque a simplemente se veía que éramos un poco más grandes que ellos y probablemente se sintiese en parte responsable por su protección.

—Como usted ordene capitán —exclamé, jocoso, mientras hacía un exagerado gesto militar y comenzaba a seguirlo. Encontrar una fuente de agua en una montaña siempre era una buena noticia, aunque el hecho de que fuesen termales complicaba un poco el hecho de beberla.

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—Buena idea. — comenté

En mi mente sólo se repetían las palabras tengo hambre, tengo hambre. Siempre he sido muy comelon desde pequeño, no me da vergüenza admitirlo, es algo que aprendí de mi abuelo. Así que para distraerme empecé a tararear una canción lo más bajo que podía para no molestar a los demás, el famoso tema de la pantera rosa.
Al llegar a donde estaban los depósitos naturales de aguas termales, la temperatura era notoriamente más cálida y no era de extrañarse. Yo simplemente me senté un rato en una roca y después me reviste en ella con pereza, todas mis energías y entusiasmo se esfumaron por completo.

—Una roca nunca fue más cómoda... — Dije mientras mis ojos se entre cerraban.

 

Matthew Hale

El camino había estado bastante bien, había sido todo mayormente en silencio y demás hasta que, al parecer Jake decidió ponerse en marcha de una vez pero... en vez de que se hubiera unido al improvisado grupo que formamos de forma callada (para principalmente seguir con el ambiente que ya se había formado) él tuvo que adentrarse a esto hablando... y no hablando con los demás que simplemente pude haberlo ignorado o algo parecido, no, se había dirigido a mí y no de la forma en la que lo había hecho siempre (que eso suponía que era mejor), para variar.

"Como usted ordene capitán"

Me detuve por un segundo y me giré hacia él —No me llames capitán, Jake. Yo no soy nada de eso además...

Y en eso, logré notar como el chico Daerek se sentaba en una piedra y al pacer comenzaba a quedarse dormido en esta, ¿cómo podía siquiera hacer eso si se suponía que eramos los mayores y teníamos que ser un poco más responsables? Llevé una de mis manos al puente de mi nariz y di una larga respiración, ¿qué pasaba con ese pequeño grupo que nos habíamos encontrado?

—¿Pero qué demonios crees que haces? —pregunté tratando de que mi voz no sonara tan fuerte, principalmente porque no lo consideraba prudente —Si planeas descansar que sea en lugar que hemos encontrado.

Bufé levemente y me adentré al área encontrada, inclusive las más pequeñas del grupo se comportaban mejor que esos chicos.

Contenido oculto

@EstebanDV listo el post que te dije xD no se me ocurrió otra cosa so... lo siento (? y pues, ya puedes postear en el área correspondiente c:

 

Jake Matterson

—Vale, vale, me disculpo —respondí, al ver que no se había tomado de buena manera manera mi comentario. De todos modos, no tardó demasiado en darme la razón cuando recriminó al chico por estar a punto de dormirse sobre una roca mientras se supone que avanzábamos. Por supuesto, Matt tenía un excelente punto, por que lo que hacía el chico era, cuanto menos, bastante imprudentemente. Sin embargo, la reacción de Matt fue exactamente la de un capitán que regaña a un subordinado. Claro que señalárselo no era mi deber. Evitar rencillas en un grupo es algo importante, y para ello es preferible obviar mencionar algunas cosas que puedan crear tensión en el grupo.

Ya lo había hecho una vez hace unos instantes, y, pese a ser divertido, era seguro que Matt no soportaría una segunda ocasión.

—Estoy de acuerdo. Estamos a unos cuantos metros de llegar a nuestro destino, ¿Has un último esfuerzo, vale? Ya allí podrás dormir todo lo que quieras.