Mi querido profesor de gimnasia

Re: Mi querido profesor de gimnasia

keka siento desilusionarte pero nadie se va a arrastrar

nadien acierta kon lo ke pasara por lo ke veo

bueno mañana conti

Besos

 

Re: Mi querido profesor de gimnasia

Hola!!!!!!

bueno como en la mayoria de mis ff habra conti esta tarde

ok?

Besos

 

Re: Mi querido profesor de gimnasia

CAP. 8-. la venganza de Kagome `` Kikio gallina´´

Habían pasado ya dos horas desde que Kagome había caido inconsciente. Inuyasha, Miroku y Sango la llevaron a la enfermeria y trataron de quedarse por todos los medios pero les fue imposible. Miroku y Sango resignados fueron los primero en salir de la enfermeria pero Inuyasha no se rendiría tan fácilmente. Hicieron falta más de cinco profesores para sacarle de la la enfermeria a gritos y golpes. Pero ni con esas Kagome se había despertado. En esos momentos nada podría despertarla de aquel sueño.

Sueño de Kagome:

Estaba en un jardín. Era como estar en Vauxhall en Londres. Y qué decir de su atuendo. Llevaba un vestido como aquellos de las damas de época. De ropa interior un ajustada convinación con un corse muy ceñido a su cintura, sus caderas y su talle, unas medias blancas hasta la mitad del muslo y unos zapatos. El vestido le pareció verdaderamente hermoso. Una larga falda lisa con una pequeña cola detrás de un color azul cielo y un corpiño muy ajustado de manga hasta los codos azul, con el busto cubierto de dorado y un pronunciado escote. Su cabello de por sí era rizado con largos tirabuzones pero parecía que lo tuviera liso y se lo hubieran rizado haciéndole grandes tirabuzones que caían por sus hombros medio recogidos en su nuca. En el cuello llevaba una gargantilla de diamantes muy reluciente que prometía ser verdaderamente cara y al mirar sus manos vio un pesado anillo de oro con un diamante incrustado. De dónde lo habría sacado? A la lejanía empezó a oir el sonido de un caballo trotar a toda velocidad. No podía distinguir al jinete pero si una larga cabellera plateada. Cuando el jinete llegó a ella el caballo se detuvo y Kagome pudo verle. Era Inuyasha. Tan solo vestía unas botas, unos pantalones de vestir marrones y una camisa de manga larga medio abierta enseñando parte de su pecho. Se acercó a ella y la besó apasionadamente.

- Milady ya nos han concedido el permiso- dijo mostrando unas hojas- ya nos podemos casar lady Kagome.
- Lord Inuyasha... - no sabía porque se había referido a él de esa manera.

- Ya nada nos detendrá mi amor. Consumamos otra vez más el acto de amor para sellar este pacto.

- Por favor mi señor estamos en medio de unos jardines- exclamó exhaltada. Pero por qué demonios se comportaba así?

- Eso no importa.

Sin previo aviso la cogió en volandas y la tumbó en el suelo para empezar a besarla mientrás le desajustaba el corpiño...

Fin del sueño de Kagome.

- Qué ha pasado?

- Kagome al fin te has despertado!!! - exclamó Inuyasha ha su lado- tuvimos que dejarte pero ha sido una suerte que te despiertes a la hora del recreo.

- Supongo que te vengarás de Kikio!!! - exclamó Sango.

- No lo pongas en duda- dijo muy seria.

Inuyasha y Miroku observaron atónitos como las chicas cuchicheaban entre ellas con sonrisas malévolas. Estaba claro que Kikio iba a pagarlo muy caro. Inuyasha pensó que Kagome se vería encantadora cobrando venganza. Lo único que los chicos tuvieron permitido saber era que la venganza se realizaría en la cafetería a la hora de comer. Las horas no se pasaron precisamente de prisa pero en cuanto sonó el timbre los cuatro salieron corriendo a la cafeteria. Fueron los primeros en llegar y cogieron su comida y la engulleron a una velocidad increible porque sabían que luego no iban a poder comer con el alboroto que habría. Inuyasha y Miroku querían saber lo que iban a hacer pero ellas se negaron rotundamente. Cinco minutos después la cafeteria ya estaba abarrotada y Kagome y Sango llevaban dos cesta cada una. Ambas se dirigieron hacía la mesa en la que estaba Kikio.

- Al fin haces el trabajo que te corresponde- dijo Kikio- de criada.

- Qué graciosa!!! - se acercó a ella- es que hay un problemilla y es que tú antes te has atrevido a ridiculizarme y por tu culpa he quedado inconsciente- quitó el trapo que tapaba lo que había la cesta- ahora yo me voy a cobrar la venganza gallina.

Kagome se impulsó y lanzó toda la cesta llena de huevo en cima de Kikio. Todos los huevos se rompieron y quedó hecha un asco.

- Cómo te atreves perra??? - gritó a punto de lanzarse sobre Kagome.

- Y aún no ha terminado la juerga- dijo Sango destapando su cesta- te sentará bien un poquito de harina.

Acto seguido vertió todo el contenido de la cesta sobre Kikio dejándola blanca. Kikio estaba al borde de la histeria y Kagome y Sango no podían para de reir al igual que todos los demás en el comedor. Entonces fue cuando se acercó la cocinera y le dio a Kagome una cesta llena de plumas. La cocinera se reía tanto como los alumnos. La verdad es que no les fue muy difícil convencer a la cocinera de que les dejara los materiales. Al principio se negó pero en cuanto nombraron a Kikio aceptó sin pensárselo más. Según les había contado la cocinera Kikio siempre se metía con ella y despreciaba su comida. Sin pensarlo más tiempo Kagome le hechó en cima a kikio todas las plumas quedándose la pobre llenade plumas.

- Ahora eres una auténtica gallina... jajajaja.... - dijo mientrás reía.

Continuará...

espero ke os halla gustado y ke posteeis mucho

Besos

 

Re: Mi querido profesor de gimnasia

sabia ke os gustaria

es ke yo me aprti escribiendolo

y aun lo hago porke lo he releido

jajaujajajajajajajja

Besos