Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Gracias a todas por sus post, bueno aquí la conti rápido porque tengo que leer fics jeje​

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[[Episodio 9]]​

La apuesta​

Hanna Mei Ootori marchaba a través del pasillo del cuarto piso del Rikkaidai todo lo rápido que sus piernas le permitían sin tener que estamparse contra algún que otro alumno que se cruzaba en su camino, de los cuales muchos, hombres babeados y mujeres rabiosas, volteaban para observarla pasar.
“Sin duda no fue una mala opción la minifalda, pero todavía tengo dudas acerca del escote de mi blusa. Creo que Gris se extralimitó un poco. ¡Ya! Espero que con todo lo que estoy haciendo Masaharu, al fin me note ¡Dios! Creo que pido demasiado… Bueno espero no llegar tarde, nos citaron a los dos mejores alumnos del segundo año del Rikkaidai para conocernos, obviamente me tenían que llamar a mi, pero… ¿Quién será el otro?”
Tras quitar de un empujón a un chico de primero que le estorbaba y acompañando al exabrupto con una mirada de arrepentimiento, abrió la puerta del salón.
Cerró la puerta detrás de sí y refunfuñó al echar un vistazo en el interior del espacio, pues lo que vio no le gustó nada. El salón estaba vacío. Todo ese apuro para nadie, pero al menos no quedaría mal. Dejó caer su cuerpo con bastante padecimiento en uno de los asientos cerca de la ventana. Se quitó los zapatos que la torturaban y estiró las piernas para apoyar sus pies en el asiento de enfrente, cruzándolos. Con un suspiro de alivio contempló su reflejo en el cristal a través del cual se podía ver desfilar el verde de los campos que resplandecía bajo los intensos rayos del sol de un verano que recién se estaba iniciando.
— Me da igual — Se dijo auto convenciéndose de que Nioh no le interesaba en lo absoluto, aún sabiendo que en el fondo había pegado ese cambio para que justamente él se fijara en ella. Diferente sí, pero igualmente ella, ansiando refregar en la cara de los demás estudiantes que una sabelotodo también podía ser sexy. De hecho, Demasiado sexy, como solía recordarle su affaire de primavera.

En ese momento escuchó el chirrido de la puerta que se deslizaba para dar paso a la persona que habían elegido como mejor alumno junto a ella, eso la hizo tan feliz al enterarse que era una de los dos mejores alumnos del segundo año.
— ¿Qué tal? — Saludó el recién llegado mientras que los ojos café de la chica se ensanchaban con cada centímetro que ascendían por: los costosos zapatos negros, los elegantes pantalones oscuros, la camisa blanca desabotonada hasta casi el final de sus pectorales “No babees, Hanna, no babees” pensó ella, y el rostro respingado de una tez prácticamente almendra, donde relucían dos ojos verdes esmeralda y unos finos labios ámbar curvados en una media sonrisa, que intentaban y lograban ser seductores.
— ¡¡ ¿Qué haces aquí, Masaharu?!! — Hanna se puso de pie en su sobresalto sin notar que la minifalda se le había resbalado unos cuantos centímetros hacia arriba, revelando más piel que antes y eso…ya es decir.
— Lo mismo me pregunto yo —Bromeó el embustero dando unos pasos hacia su compañera.
Ante los ojos incrédulos de la peliazabache, el chico se inclinó a sus pies tomando la falda con sus manos y estirándola.
— ¿Qué ha…ha — Balbuceó nerviosa.
— Tranquila, solo acomodo tu ropa. No querrás mostrar más de lo que ya haces.
— No te me acerques, Anfibio.
— ¿Cómo me llamaste? — Su expresión cambió totalmente, una mueca de disgusto surcaba su cara. Se incorporó lentamente, aprovechando la proximidad de la chica para delinear su figura en ciertos lugares como cadera y cintura. Hanna agitó su respiración ante unos ojos verdes que ahora lo miraban con satisfacción. Su ceño fruncido demostraba lo desagradable que juzgaba a su colega, pero cuando sus ojos descendieron para arrebatar una imagen completa de la chica las pupilas verdes centellearon con un brillo macabro —Veo que has tomado en cuenta mi consejo, Ootori.

Por supuesto que lo había tomado en cuenta ¿Cómo le había dicho hace unas semanas? Algo así: ¿Así te paseas por el mundo, Hanna Ootori? Pero si estás horrible, tus ropas de abuela y ese aire de superioridad y sabelotodo, pues te hacen una mujer nada sexy. Y se lo había dicho enfrente de toda una clase, siendo atestiguados por una parva de gente que la detestaba por ser tan sabelotodo y que se rieron en su cara. Porque todos opinaban lo mismo: Hanna Ootori era la mejor en su clase, sí, pero nunca había tenido novio, casi no tenía amigos y los que conocía era gracias a su hermana, su vida social era una reverenda porquería. Por eso, había recurrido a su popular hermana Gris, quién la había preparado para hacer un cambio físico y mental de la noche a la mañana, bueno con todo lo que había vivido Gris, ahora ésta se encontraba más que feliz y andaba de buen humor como para ayudar a su hermana, aunque Gris no entendía eso de que Nioh le haya dicho algo así, si él andaba enamorado de su hermana, y él le había hecho prometer que no se lo diga porque él iba a encontrar el momento para decirle todo.

— No me hagas reír, Anfibio — claro que no le pensaba dar la razón. Masaharu volvió a contorsionar los músculos de su rostro divertido con su escena, pero ella no se amedrentó — Además, no entiendo cómo has podido ser elegido uno de los mejores alumnos del segundo año. Es que no entiendo, por favor ¡Ilumíname!
— No me menosprecies, Ootori, que en términos de inteligencia también te gano. Puri~
— Tú no me ganas en nada.
— Claro que sí, empezando por mi inteligencia en el tenis. ¿Acaso tu prácticas algún deporte?
— El tenis me llega altamente — dijo ella comenzando a irritarse.
— No te alteres Ootori, no te alteres. Puri~
— Vete a la… — En el transcurso de la querella los rostros de ambos jóvenes habían ido acercándose en una batalla de miradas asesinas bastante empatadas y para ese entonces los dos alientos se mezclaban en el aire en una fórmula perfecta.
— ¿Quieres apostar? — Masaharu empezaba con sus juegos y engaños y eso de proponer apuestas era lo que más bien le salía.
— ¿Apostar qué? Anfibio Engreído…— dijo ella, sin creérselo. ¿Cómo? ¿Iba a seguir su juego de apuestas cuando sabía muy bien que él era un completo embustero?
— Si yo saco mejor nota que tú en el primer examen del trimestre tendremos una cita y si yo pierdo puedo realizar tu tarea durante todo un mes.
— ¡Ja! ¿Estás loco o eres suicida?
— Y por el resto del año…
La sonrisa maliciosa y autosuficiente del chico la convenció. Después de todo, ella ganaría.
— Ya me suplicarás perdón de rodillas. Además no entiendo ¿Por qué querrías tener una cita conmigo? ¿Acaso no soy un desastre?
— La que estará de rodillas serás tú. ¡Ah! Y eso incluye un beso al final de la cita. Y sabes a que va la cita ¿No? Te humillaré. ¡¡Puri!!
— “Wtf” — pensó
Si así era el juego que quería, ella lo seguiría, únicamente para verlo zambullirse en su propia trampa. Su orgullo no la dejaría perder; aunque muy en el fondo quería esa cita y ese “beso”.
— Hasta luego, sabelotodo — Ridiculizó un gesto de saludo mientras que la peliazabache abandonaba el aula para descargarse con un Yagyuu que se encontraba en el pasillo.

*+​

†KaTh GrIs†​

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-----------------NoTaS------------------------------
* Por cierto, yo le digo Nioh aunque he encontrado donde le llaman Niou, así que prefiero llamarlo Nioh porque a mi me gusta.



Kath: ¿Qué hacen Yagyuu y Masaharu?¬¬
Nioh: Nos intercambiamos de personaje, A que no nos reconoces. Puri… ^^
Yanagi: Kath, hay un 45,12% de posibilidades que puedas reconocerlos.
Kath: ¬¬ No quiero.
Hanna: yo sé quién es el Anfibio… ;)
Yukimura: ^^
Gris y [[May]]: *-*

 

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Bueno, como me han dicho que ya suba mi otro fic, adelantaré los capítulos de ésta historia para que se termine y puedan leer el otro jejeje que se me hace interesante y ojalá a ustedes tb, diviertanse con los siguientes capítulos les dejo dos de regalito jijijiji;)​

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[[Episodio 10]]​

El baile​

El gimnasio estaba atestada por alumnos de primero, segundo y de tercer año. Todos reunidos en una fiesta de bienvenida escolar, después de las dos semanas de vacaciones de fin de primavera que habían tenido. Algunos bailaban en el centro del salón decorado con los habituales matices de mostaza y bronce mientras que algunos permanecían sentados en los sofás que circundaban al área de baile. Igualmente, la mayoría tenía un único propósito: sociabilizar con el sexo opuesto.
En cambio, Hanna permanecía sentada junto a la ventana intentando aminorar el dolor punzante que taladraba su cabeza masajeándose las sienes.
“¡¿Por qué tuve que venir?! ¿Por qué? ¿Soy yo o la música está un poco alta? Nunca hubiera venido a esta fiesta si no fuera por ese maldito cambio que quiero pegar. Esto de jugar a la popularidad me está perdiendo.”

— Hanna ¿Qué haces aquí? Ven a bailar conmigo — Una bonita peliazabache de complexión frágil contrastante con su carácter fuerte arrebató el brazo de su hermana con el fin de forzarla entre la masa que se movía al compás de la música.
— Espera, Gris, me duele la cabeza. — dijo Hanna.
— No seas melindrosa. Me pediste que te ayudara a superar tu faceta antisocial y eso hago.
Hanna suspiró resignada sabiéndose derrotada por segunda vez en el día.

Arrastrada entre la muchedumbre, la peliazabache trató de imitar los movimientos sensuales de Gris coordinados a la melodía de la música que sonaban. Felizmente no era un desastre bailando, si en algo era buena ella era en los bailes, para eso no estuvo tanto tiempo en clases de danza. Sus cuerpos se rozaban de vez en cuando y Hanna no pudo evitar preguntarse qué pensarían los demás viéndola bailar tan osadamente. “¡No! ¡Que no te importe, Hanna! Prometiste que después de tanto drama aprovecharías para desenvolverte un poco y disfrutar” Se regañó mentalmente, dispuesta a atreverse un poco más. Le susurró a Gris al oído que iría a buscar una bebida en la mesa de ponche y así hizo, dejando a su hermana libre y al alcance de unos ojos azules que la observaban intensamente desde un rincón cercano.
— Hola Yagyuu — saludo Hanna al ver al caballero cerca.
— ¡Hanna! ¿Cómo estás? — El caballero la saludó con una radiante sonrisa.
— Bien, buscando algo para beber…
Al parecer Yagyuu entendió la sugestión del tono de la chica puesto que se apresuró a entregarle un vaso que contenía un líquido de color melaza. Ella no titubeó en llevarse el refresco a la boca, satisfecha no estaba ya que con esos lentes que reflejaban la luz no podía ver los ojos de Yagyuu que seguramente viajaban por el escote de su remera rosa y el contorno de sus jeans ajustados. Una media sonrisa acompañó a su pensamiento.
— Pues supongo que debes estar disfrutando de la fiesta — dijo Hanna dejando el vaso.
— De cierto modo — contestó él.
— ¿Has visto a Nioh? — preguntó ella incrédula.
— No debe tardar — respondió él.
Y como si las palabras de Yagyuu fueran lo que el relámpago es al trueno, apareció en el salón Masaharu Nioh y Bunta Marui vestidos elegantemente, recibiendo la mirada de varias chicas que babeaban por ellos, eran unos chicos difíciles de conquistar. Si que si.
— ¡No puedo creer que hayan venido! — Gris se unió a la incredulidad de su hermana, aunque había sonado irónica. Nioh Masaharu ¿Se iba a perder una fiesta? Eso jamás.
— Yo tampoco…— Masculló la aludida mientras veía cómo el peliplateado y el pelirrojo ignoraban a las anfitrionas completamente, dirigiéndose directamente a la mesa de bebidas. Oh, oh ¡Ella estaba ahí y él ya la había avistado!
— Pero de que te gusta, te gusta… — dijo una de sus amigas que había llegado, una tal [[Megumi]] Tomoya y al ver a Bunta Marui frunció el ceño.
— ¿Cómo?
— Vamos Hanna, no me mires así. ¿Me vas a decir que no te parece guapo? Sé que es un embustero pero no puede ser tan malo.
— Pues a mi no me parece nada guapo. “sino guapísimo” Es un estúpido con mayúsculas, con un ego del tamaño del universo y eso ya es suficiente para que sea desagradable a la vista — Se auto convenció, digo, argumentó la peliazabache.
— Pues yo creo que es muy pero muuuy agradable a la vista — Opinó Gris que se acopló a la conversación tras ver el blanco de sus miradas.
Hanna hubiera replicado si no fuese porque el objeto de su discusión había llegado hasta ellas, con la consideración de enfrentarse a su colega.
— Buenas, Ootori.
— Piérdete Nioh.
— ¿Sabes? Para ser mejor alumna no pareces conocer muchas palabras. Puri~
— “¡Quita esa sonrisa, maldito imbécil!” Escucha, yo estaba acá compartiendo un lindo momento con mis amigos hasta que…
— ¿Qué amigos?
— ¿Cómo que… — Pero cuando giró a mirar a sus amigos, éstos ya no estaban. — “¡Vaya amigos!” — Todos sabían lo de Masaharu, por eso se retiraron para dejarlos “solos”
— ¿Te dejaron sola? — El plateado hizo un puchero ridiculizado — Pobre, marginada incluso por sus supuestos amigos. Puri~
Por la contorsión de su rostro era evidente que a Hanna no le gustaba lo que escuchaba, pero como si fuera poco…
— Te lo advierto, Masaharu. Sal de mi vista o…—Su voz furiosa ya había subido unos cuantos decibeles, incluso elevándose por encima de la música y ganándose la atención de gran parte de la multitud expectante a una nueva bronca entre esos dos.
— ¿O qué? ¿Me vas a golpear? — Sonrió petulantemente, confiado de sí a más no poder.
Sí, claro que lo haría. Unos deseos enormes de estampar la mejilla con su puño empezaron a impulsarla, aunque empezó a dudar al ver sus brazos fuertes, el pecho tan grandiosamente torneado que se apreciaba gracias a la camisa semi desabrochada, esos músculos…”¡No! Concéntrate Hanna, sí sé que está bueno pero es un imbécil”. De repente, se percató del vaso en su mano y se iluminó.
— ¿Qué tienes ahí, Masaharu? — Preguntó apuntando a su camisa.
— ¿Dónde? — Inquirió el otro confundido, mirando su camisa — No hay nada ahí, ¡Ootori! — Observó receloso.
Sin vacilación, Hanna volcó el contenido del vaso en su camisa, parte del líquido se resbalaba por los pectorales del chico.
— Ups, ahora sí — Con esas últimas palabras se escabulló y refugió entre sus amigos mientras la sala entera estallaba en carcajadas y los puños de Nioh perdían el color por la presión que su dueño ejercía en ellos, descargando de esa forma la ira contenida.
El embustero tuvo que buscar en su cerebro para encontrar algún razonamiento que lo apaciguase, que lo convenciese de que pronto se vengaría con éxito. Y recordó la apuesta, jurándose a sí mismo que la ganaría. Y de seguro aprovecharía para confesarse al fin si es que el idiota de Sanada no lo hacía antes, aunque descartó inmediatamente esta opción ya que conociendo la personalidad de Sanada, pues como diría [[Yanagi Renji]] eso resultaba un 100% seguro de que no se declararía a Hanna Mei Ootori. Esa fue su respuesta de alivio.

†KaTh GrIs†​

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Nioh: Puri
Hanna: ò.ó. deja de decir eso Anfibio.
Yukimura: ^^
Gris y Ayana: *o*
Bunta: oOo
Kath: Escena 293… Repitan todo de nuevo. Yanagi ¡Ayúdame!.
Renji: Hay un 54,5% de que esos dos de arriba se sigan peleando…
Nioh: Puri…

 

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Y éste capítulo va en especial para [[May]] que tb adora a Kirihara, espero que te guste May jejexD​

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[[Episodio 11]]​

Akaya Kirihara entró al salón llamando automáticamente la atención de todos los presentes. Su cabello negro y enmarañado caía elegantemente sobre su frente, y sus ojos, verdes y altivos, tan solo podían ver al resto como insectos muy por debajo de él; aquello lo hacía ver como un dios, que caminaba entre las nubes sobre un mundo terrenal vacío e impuro. Así lo sentían todos, y sin embargo, igual lo adoraban. Llegó hasta la mesa en donde se encontraba Yagyuu y May, quien tenía sus ojos fijos en el suelo, silenciosa y bella; como siempre. Se sentó y notó cómo todos disfrutaban del baile, los profesores reían y charlaban en la mesa dorada del frente aparentando tranquilidad y satisfacción; pero él sabía que tan solo era una máscara.
El ruido de May levantándose bruscamente de la mesa lo obligó a desprender su mirada de los directivos. La peligris había hecho caer dos vasos al suelo.


— ¿¡Qué te pasa!? — exclamó Akaya — Ten más cuidado.
Pero ella no dijo nada. Se mantuvo de pie, tensa, rígida y con los ojos perdidos aún mientras apretaba las manos en forma de puño. — Siéntate — pidió secamente Akaya.
Y esto bastó para encender la llama dentro de ella.
May volteó y fijó sus ojos oscuros en los de él con rabia e ira contenida. Su expresión era tétrica, paciente y muerta.
— ¿Quién eres tú, Akaya Kirihara, para darme órdenes a mí? — dijo con voz calmada e indiferente.
Aquello provocó el sobresalto de los presentes. Aquello era irreal, completamente imposible… La actitud de la morena había sido especialmente extraña en aquellas últimas semanas; había dejado de hablar, se desaparecía y prefería estar lejos de todos. Sí, había estado rara. Sin embargo, nadie se imaginó siquiera que pudiese tomar aquella violenta reacción contra el kouhai…
Akaya clavó sus ojos verdes como dagas hirientes sobre ella. Aquella noche no estaba de humor para nada, menos para soportar repentinos cambios de actitud por parte de su senpai. Todo había cambiado, y ahora más que nunca lo podía sentir. Ella había cambiado; la completa ignorancia que sentía al ver aquellos ojos oscuros terminó por desahuciarlo ¿Acaso sabía ya lo que pasaba por la cabeza de May? No. Desde hace mucho tiempo que ni siquiera había cruzado una palabra con ella y tan solo ahora pensaba en la posibilidad de que algo malo estuviese sucediendo con ella. La miró por primera vez en toda la noche; su belleza era deslumbradoramente oscura, muerta. Parecía un maniquí, de esos que eran extremadamente hermosos mas vacíos. No estaba de humor para soportar los mismos caprichos a los que siempre había estado sometido.
— Deberías aprender a respetar a las personas — dijo él furioso ante la agresividad de la morena.
May dio dos pasos hasta quedar frente a él, la luz del salón le daba un aura dorada mientras se agachaba para susurrarle en el oído.
— No eres nadie como para mostrarte respeto — dijo suave y punzantemente — ¿O me vas a negar, [[Kirihara Akaya]], que no eres nadie?
Yagyuu no pudo escuchar ni una sola de las palabras que pronunció May, mas supo que debía ser algo terrible, porque la expresión de Kirihara fue alarmante. Akaya se levantó bruscamente de la silla y tomó el brazo de May con fuerza sobrenatural. Llamas de ira salían de sus ojos derritiendo el desierto glacial que siempre los había caracterizado. Por un breve momento, Akaya pensó en reclamar aquello más eso nunca sucedió por la voz de Masaharu interrumpiendo la terrible escena.
— ¿Esto es una fiesta o qué? — el peliplateado habló con una ligera sonrisa en el rostro haciendo que aquellos que estaban a punto de entablar una grave discusión se fijaran en él.
— Pues no lo sé — respondió despectiva May Ayana Atobe mientras salía de allí rápidamente. Akaya hizo una mueca de desagrado. Nioh levantó una ceja dudoso. Yagyuu no dijo nada.

*+​

May caminaba por los pasillos oscuros de Rikkaidai. Se sacó los zapatos y los sostuvo con ambas manos, caminando así tan solo con medias. Claro que ella no podía saber lo que le esperaba a tan solo unos segundos.
Estaba cruzando el pasillo cuando una mano la agarró fuertemente por el brazo y la obligó a entrar a un aula vacía. May soltó los zapatos por el impulso y cuando la puerta estuvo cerrada, al voltear se vio acorralada contra la pared; unos ojos verdes llenos de ira estaban fijos en ella, y le quitaron la respiración por varios segundos que le parecieron interminables.
— Ahora me dirás que es lo que te pasa — dijo él furioso. — ¡Lo sabía! Se trata de Yukimura y Gris.
— ¡Shh! — dijo May temiendo ser descubierta en cualquier instante. — ¡Deja de gritar!
La peligris le dedicó una mirada hueca, sin sentido y completamente vacía. Por un momento, Akaya creyó estar viendo un cadáver, y no entendía por qué al ver aquellos ojos pardos que antes irradiaban calor intenso, ahora lo único que parecían producir era un poderoso frío que era capaz de congelar todo a su paso ¿Esa era May? ¿Esa era su May?
— Parece que no te importara esta situación — dijo Akaya incrédulo. — Ya no te importa nada.
— ¿Qué es lo que quieres que te diga Kirihara? ¿Que te mienta? ¿Que te diga que no me interesa Yukimura y Gris cuando es mentira? — dijo ella casi susurrando y con palabras secas. — La realidad es la que has descubierto; no tengo nada más qué decir al respecto. Estoy enamorada de Yukimura y odio a Gris por habérmelo quitado.
Los ojos verdes de Akaya se humedecieron, y solo entonces May pudo sentir el profundo dolor que el moreno se encargaba de ocultar siempre. Él golpeó la pared con su puño al lado de la peligris, y con rabia bajó la mirada, tratando de entender por qué todas las personas a quienes él amaba lo herían tanto.
— Entonces no te importa mis sentimientos, ni siquiera el beso que nos dimos, siempre quise negarme que no sentías nada por Yukimura pero ya lo tengo claro — dijo exaltado. — Y has cambiado mucho desde que se sabe, aunque ellos no lo admitan, que están juntos, tu voz…ya ni siquiera tu mirada es igual.
Los ojos de May se humedecieron.
— Ya no soy la misma Akaya — dijo fríamente, como quien ya había aceptado su triste realidad. — Me siento destruida por dentro.
Las manos del moreno se posaron en el rostro de la chica, acariciando sus mejillas y obligándola a mirarlo a los ojos.
— Sé que todavía estás ahí…sé que puedes hacer que este infierno pare. Hazlo, por favor hazlo… yo siempre estaré contigo para ti, por ti — le suplicó.
— No — dijo ella mientras retiraba las manos del chico de su rostro. — No puedo hacerlo…ya no tengo el control de nada. Quisiera volver el tiempo… quisiera cambiarlo todo. Pero ya es muy tarde, y ¿sabes? Lo que nos pasó, fue por culpa mía porque quería desquitarme con alguien y encontré al indicado… Pero, no quiero que te hagas ilusiones conmigo, ahora sabes el por qué.
Akaya sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, y sí, sintió miedo; un terrible pánico producto de lo que ella le decía. Hablaba…hablaba como si él jamás sería el dueño de su corazón, o como si quisiera verlo destruido por haberle dado cabida.
May se soltó de él y recogió sus zapatos. Sus ojos oscuros se fijaron en los de Akaya por unos breves instantes en los cuales ninguno de los dos sintió nada más que dolor.
Ella humedeció sus labios.
— ¿Nos vamos?

†KaTh GrIs†​

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Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Ya deben saber por lo que leen mis historias que me
gusta la tragedia jajaja, bueno espero no decepcionar
por eso... yo no quiero terminar ésta historia todavía
me gusta mucho... Mejor cierro la otra y abro el nuevo
Fic jeje ese de las flores del mal pero no sé, ustedes
opinen..........
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
Y portence mal!!!

 

Re: Los primeros años en el Rikkai Dai Fuzoku

Bueno aquí dejo la conti y de veras que me olvidé de poner título al capítulo anterior, bueno como sea ponganle el que más les guste jajaja y aquí el...​

[[Episodio 12]]​

El jardín complice de un beso​

Toda la muchedumbre disfrutaba del baile, mientras Hanna trataba de controlarse al ver al imbécil de Nioh disfrutar de todas las chicas que babeaban por él. [[Megumi]] Tomoya, su amiga, una muchacha de un cabello lacio un poco largo de un tono pelirrosa, los ojos profundamente verdes y de semblante amable pero serio, de la talla de Hanna, jugaba tenis pero no estaba en el club y adoraba tocar el piano. Sí, era la novia de Bunta Marui y por cuestiones del destino estaban enojados.
Por otro lado, Gris y Yukimura no dejaban su juego de miradas provocadoras aunque no se acercaron ni un solo momento a hablarse, estaban todos en un grupo donde estaban los titulares del equipo de tenis, así es, [[May]] Atobe se encontraba entre ellos lo bueno fue que estaba hablando con el novato Akaya Kirihara. [[Yanagi Renji]] y Jackal Kuwahara hablaban algo sobre una revista de tenis y lo hermoso que era Brasil como país, mientras que Masaharu y Bunta habían obligado a Sanada a venir a la fiesta que sin duda a él se le tornaba más que aburrida. Kami-sama iluminó a Hanna Mei, creyendo que se vengaría ésta noche.
— Sanada-san, sería tan amable de bailar conmigo — pidió Hanna con la etiqueta correcta. “Eso es Hanna, y no te pongas nerviosa”.
— ¿¡Ah!?
— Por favor
— Pero… — Hanna lo tomó del brazo y lo llevó lejos del grupo. Nioh arqueó una ceja. Todos lo miraron y él sonrió llevándose a alguien más para que bailara con él. Gris rió divertida por eso. Yukimura se le acercó.
— Te ves preciosa cuando sonríes — le susurró al oído. Gris se sonrojó, no podía creer que con tan solo unas palabras él consiguiera que ella se perturbara.
— Gra-gracias, eso creo — dijo ella volteando para verlo.
— ¿Bailamos?
— Pero…
— Tranquila — dijo él tomándola de la cintura para llevarla al centro de la pista. May se quedó con la boca abierta “Desgraciada” pensó.
— Kirihara, ven, vamos a bailar — ordenó al novato mientras se lo llevaba a rastras, le agradaba aquel novato por el simple hecho de que era parecido a ella. No es que le gustaba el Kouhai, no nada de eso.

*+​

— Ootori, no se bailar — informó Sanada un poco nervioso.
— Sólo dime Hanna, deja los formalismo Genichirou-kun y ya me di cuenta de que no sabes bailar — dijo ella regalándole una sonrisa mientras entrelazaba sus manos en los de él. Sanada se estremeció.
— Sólo dime como lo hago — dijo él hablando fríamente y con su rostro serio, típico de él.
— Bien, primero en mi cintura ambas manos, y yo voy a entrelazar mis brazos por tu cuello y déjate llevar por la música y tienes suerte de que sea lenta y lo más importante mírame a los ojos “Cómo te gusta hacer sufrir a Genichirou, ¡Qué divertida la cosa!” — explicó ella en su pose de sabelotodo.
— ¿¡Ah!? — lo bueno fue que Sanada siguió todo al pie de la letra. Nioh estaba turbado, esa peliazabache sabelotodo, nada sexy lo estaba provocando.

*+​

— ¿Quieres un chicle [[Megu]]-chan? — preguntó Bunta acercándose a la pelirrosa. Ella le frunció el ceño y en vez de sonreír le salió más bien una mueca.
— No Bunta — dijo ella seria, fría y alejándose de él. ¡Auch! Eso fue doloroso para Bunta ya que ella siempre le decía Maru-chan. ¿Por qué ella estaba así con él? ¿Por qué?
— Hola Maru-chan — dijo una muchacha acercándose a él, con la mirada coqueta.
— Nanami ya te he dicho que no me llames así — informó éste molesto.
— Pero tu lo novia lo hace — dijo ella sonando ofendida.
— Sí, sólo ella — inquirió él suspirando y alejándose de la rubia que la miraba con esos ojos miel que le molestaba.
— Ya verás, [[Marui Bunta]] será mío y se lo quitaré a esa Megumi Tomoya — se rió divertida aquella rubia llamada Nanami Daichi que sí, tenía babeados a medio Rikkaidai. Viendo alejarse al pelirrojo.

*+​

Gris y Seiichi bailaban demasiado cerca, con ganas de besarse, pero no lo hacían porque su primer beso tenía que ser artístico. Muchas veces habían intentado hacerlo pero siempre habían sido interrumpidos. Gris siempre se indignaba por eso ¿Acaso jamás iba a besarlo, ni siquiera en el mundo real? Y siempre terminaba diciendo “¿Quién fue?... Yo lo mato” y Yukimura se divertía al escucharla decir eso. Pero esta noche era diferente, sí, él sentía que era especial y que era el momento de besarla.
— Seiichi ¿A dónde me llevas? — preguntó Gris intrigada mientras era arrastrada delicadamente por Yukimura hacia el lugar más precioso del Rikkaidai Fuzoku. Cuando salieron del gimnasio cayeron en cuenta de que el cielo estaba realmente hermoso, la luna estaba en todo su esplendor allí muy brillante. La vista era maravillosa y se tornó más maravillosa aún cuando se encontraron en el jardín del Rikkaidai, el lugar favorito de [[Yukimura Seiichi]]. Gris se encontraba perdida en ese precioso firmamento y él aprovecho para abrazarla por detrás para detenerse y observar aquel firmamento.
— Tú eres como cada una de esas estrellas, brillas con luz propia, siempre que veas las estrellas recuerda éste momento, recuérdame, porque yo siempre lo haré — comentó él mientras la miraba ahora profundamente a los ojos café de ella. Y empezando a dibujar su rostro. Ella siempre temblaba cada vez que hacía eso, porque simplemente sabía que pronto venía ese beso. Pero hoy sentía que como todas las veces iba a ser interrumpido ese tan ansiado beso.
— Eso sonó a una despedida — respondió ésta con una mirada sombría y ahora tenía miedo de perderlo.
— No, no lo tomes así, preciosa, quiero decir que siempre que veas una estrella recuerda que siempre estaré pensando en ti, si es que no he dejado de pensar en ti todo le día. — le sonrió él comenzando a besar su frente. Ella se estremeció y cerró los ojos.
— Seiichi, pensaré en ti así no vea las estrellas — contestó ella en un susurro sintiendo como su cuerpo le fallaba ahora pensando que pronto iba a caer. Pero eso nunca sucedía porque Yukimura ya la tenía en sus brazos para sostenerla. Ahora sus labios bajaban por su rostro incrédulo, pensando que pronto se encontraría con sus labios. Empezó a besarla suave y delicadamente, para ahora bajar y estar tan cerca de sus labios, era tan sumiso y pronto se encontraría con sus preciosos rosados labios. Hasta que al fin los encontró. Kami-sama por fin la estaba besando. Hace mucho que lo estaba deseando pero siempre eran interrumpidos; estos eran dóciles, exquisitos, tenía la sensación de que pronto se volvería adicto a ellos y Gris sintió lo mismo. Ahora sus labios vírgenes eran de él y los de él de ella. Seguían en ese magistral beso suave, sintiéndose, demasiado delicado y perfecto para ser la primera vez. Si por ellos fuera se quedarían así por siempre, pero como nada es eterno…
— Hay una cosa que no olvidaré, lo que sentí cuando te besé. Calor y amor. Y una increíble sensación de fuerza. Creí por un momento lo que es sentir estar dentro de tu corazón. No me había sentido tan dentro de nadie en toda mi vida. — expresó Yukimura en una sonrisa mirándola sumamente enamorado. Gris abrió sus ojos lentamente sintiendo todavía ese demasiado perfecto beso, el primer beso de su vida y fue increíble.
— He hecho muchas cosas en mi vida de las que me arrepiento pero hay algo que nunca me perdonaré. No haberte dicho desde antes que te amo Yukimura Seiichi — sonrió ella mientras que éste la abrazaba fuertemente para nunca más soltarla. Aquella flor que antes tenía espinas ahora no era más que la flor más hermosa de aquel jardín. Ese día ninguno de los dos jamás lo olvidaría. ¡Jamás!

†KaTh GrIs†​

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*Por cierto, ¿Se acuerdan del papel que se le cayó a Gris en el capítulo seis? Bien, el contenido de esa hoja se sabrá más adelante, en el desenlace de esta historia. Es todo, nos vemos!! Gambatte ne!!!
*Y Peri-chan recuerdas que te dije que soy inconstante cuando escribo… pues me parece que el capítulo lo escribí muy a la desesperada… jaja, Bueno espero que les guste y bueno no sé si estará bien… en fin ya fuexD