(NOTA: si queréis usar vuestros fantásticos puntos y ver resultados rápido, hacedlo ahora, que pronto me voy a dormir y hasta dentro de un bueeeen rato -mañana a esta hora, prácticamente xD-- no volveré, seguramente)
--Posiblemente sólo la usen como carnada para atraer a algo más importante, por ejemplo Lugia, así que no hay de que preocuparse. --dije despreocupadamente.
Llegué con Sigiliph al Lago Helado y en ambos se nos formó un gesto de disgusto: a ninguno nos gustaba el frío.
Feliz y totalmente contenta de haber capturado un pokémon, decidí explorar tranquilamente los alrededores. Hacía un frío que helaba los huesos, pero el paisaje era hermoso. Los copos de nieve caían suavemente en el suelo, que ya era de un blanco puro. Se podía aspirar el aire helado que invadía el cuerpo, dejando una sensación de limpieza y... ¿menta? No sé cómo describirlo. Parecía que respiraba crema dental de menta, de esas que "refrescan la boca". Me tiré al suelo e hice decenas de ángeles de nieve. Todo era divertido, demasiado. Pero cuando me levanté del suelo, todo estaba silencioso. Como si allí no hubiera vida, aunque yo sabía que la había. --¡Hola!--grité, y se formó un interminable eco. Una sensación de incomodidad se formó en mí. Estaba sola, completamente sola.
Luego de que la batalla contra el Equipo Gamma había terminado, regresé a Vaporeon a su pokébola y decidí volver a ciudad Barniz en compañía de Combusken. Sin embargo, por laguna razón, el camino se me había hecho más largo de lo usual. Pero de repente... pude apreciar la urbe desde lejos. Esa ciudad que por alguna razón tiene un clima muy distinto al del lago. --De acuerdo... allá vamos. --Combusken.
Para pesar mío y de mi pokémon, nos vimos obligados a volver al lago, pues necesitaba un pokémon al cual enseñarle Surf; y ya que ese "alguien" no sería Blastoise, no me quedaba más opción que atrapar otro pokémon, incluso si tenía que ser uno de hielo....
Pasó frente a mí un pequeño Snorunt, a quien, por costumbre, mandé volando de una patada. Al instante reanudé mi búsqueda.
Habiendo fallado una vez más, comencé a deambular por el lago durante horas, pateando a cada pokémon de hielo que se me cruzara, lo cual a la larga me trajo muchos problemas...
Primeramente, una manada de Snover me persiguió durante un rato, hasta que al fin me deshice de elloc con un puño fuego. Aún así, esto apenas comenzaba...
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando, detrás de mí, un montón de helados vivientes aparecieron y, a pesar de sus falsas sonrisas, ya sabía que nada bueno me esperaba. Comencé a correr desesperado mientras era perseguido incesantemente por la enorme cantidad de pokémon helado que había detrás ¡Ojalá tuviera un Alakazam! Sus cucharas sin duda me hubieran sido muy útiles, pero como no tenía uno, sólo podía limitarme a correr por el frío suelo hasta que sucedido lo inevitable: Resbalé y caí.
Ya en el suelo, pude ver como de la bola de helados salió un pequeño pokémon triángular. ¡Qué suerte la mía, era el mismo que había pateado hace poco! Y, ciertamente, no se veía del mejor humor; lo entiendo, a nadie le gusta el frío. El pokémon comenzó a cerrar los ojos y al momento de abrirlos no me quedó la menor duda; estaba usando Frustación. Era obvio que si usas ese ataque contra alguien que odias con toda tu alma, el golpe sea mortal. Es por esto que tuve suerte de que el golpe fallara por centímetros y en lugar de clavar su cabeza en mi estómago, fuera a dar al hielo, aunque que este se desquebrajara y me hiciera caer al agua glacial ya no fue tanta suerte...
Me hundí pesadamente en el Lago, mientras intentaba volver a salir a flote, más mis músculos y articulaciones se entumieron en cunato caí al agua, lo que me imposibilitaba nadar. Descendí con lentitud hasta el fondo del lago, mientras se agotaba mi pequeña reserva de aire, y con ella, mi última esperanza. Mi cuerpo tocó suavemente el suelo acuático, mientras mi cabeza se giraba despacio hacía un costado, vislumbrando una silueta a poco más de un metro y que, apesar de la mínima visibilidad que había, pude reconocerla. Gasté todas mis energías en mover mi mano lo suficiente como para liberar la pokéball de Blastoise de mi cinturón, sumiéndome en la inconciencia después de esto...
(¡No! xD) Desperté jadeando de nuevo en la superficie; al parecer mi pokémon me había logrado salvar. Me levanté lentamente y con dificultad, y al hacerlo, pude ver en el suelo el mismo cuerpo que había encontrado dentro del lago; ahí estaba, todo mojado y aparentemente muerto, el cuerpo de una entrenadora a la que había visto muchas veces a lo largo de mi viaje y de la que, ciertamente, nunca me molesté en aprender su nombre. Saltaron a mi mente imágenes de aquel día. Cómo ella y Alpha estaban juntos en el lago al momento de la llegada del Equipo Gamma; de cómo aquel Gabite derritió el hielo cercano a ellos, y me percaté de algo que no noté aquel día: Ella había caido al agua al desquebrajarse el hielo. Saqué a Machamp y le ordené que arrastrara el cuerpo hasta la ciudad, después de todo, no había porque ser cuidadoso con un cadáver; más al tomar su pie, un ligero movimiento ocurrió en su cuerpo, indicio de que, inexplicablemente (culpa de Serena) ella había sobrevivido. Así, tuvimos que cargarla, para que no nos tacharan de insensibles.
Seguimos andando con el cuerpo de la chica hasta que, después un rato de caminar, llegamos hasta la ciudad; Ciudad Barniz. Justo a tiempo para el torneo.
--Prrr..... esta rico el clima por aqui no es asi Pikachu?-- mi pequeño pokemon se sacude un poco el frio y asiente con la cabeza mientras comenzabamos a caminar por la nieve mientras un Cryogonal pasaba volando velozmente arriba de nosotros.
--Vaya viste eso amigo? al parecer hay muchos pokemon por aqui, esta empezando a oscurecer, deberiamos de hacer una fogata no crees?-- le preguntaba a mi pokemon mientras este asentia con la cabeza.
--Bien Pikachu busquemos un poco de madera en el bosque te parece?-- mi pokemon asiente y se baja de mis hombros para caminar un poco en la nieve, lo que era chistoso pues parecia hundirse si se quedaba parado mucho tiempo, paso un Delibird y al verlo en esa situacion lo ayudo a salir, despues de ello se fue con una sonrisa.