Historia larga La Verdad Sobre IEPCOM

Capítulo XXVII:

Una Oportunidad

"Este capítulo es narrado por Stuart"

​

—No me eches a perder la celebración, Stuart— fue lo que me dijo Megan al oír lo que le dije antes.

—Pero es que no creo que sea bueno celebrar ahora, sino cuando la Doctora Jhonson se vaya.

—Tienes razón, Stuart— me dijo ella—. Mejor espero al momento de su partida para "botar la casa por la ventana".

En ese momento, Cloe hizo acto de presencia y le dijo a Megan, muy emocionada:

—¡Es hora de la fiesta, Megan!

—Stuart dice que ahora no podemos— le dije a mi amiga—. Es mejor que lo hagamos cuando sea verdad que la Doctora Jhonson se haya marchado de la compañía.

—Bueno, pero eso no me quita la alegría que siento en este momento... ¿Por qué Stuart es tu amigo, Megan? Además de amargado, es un aguafiestas.

La pregunta de Cloe me hizo ver que me había vuelto una persona muy cerrada y simplona, cosas que a Megan no le agradaban. Pero ella le respondió, muy animada:

—Porque él es incondicional conmigo. No le importa si soy pobre o rica, si soy heredera de un emporio científico o de un abasto de víveres, a él le importo yo por lo que soy, porque no me interesa si no es de mi clase social; además, Stuart no es un amargado, sino que es muy desconfiado.

Yo me sorprendí mucho con la respuesta de Megan. Sí, me cuesta confiar en las personas, sin embargo, todo lo que ha pasado en IEPCOM me ha hecho sacar cosas que no me agradan de mí, la amargura, la indiferencia y la frialdad, por ejemplo, pero es a causa de la presión, eso no combina conmigo, yo no suelo ser así.

—Ah, bueno— dijo Cloe—. Pero creo que está más amargado que de costumbre, ¿no?

—Se pone así con la gente que no conoce o con la que no tiene mucho trato.


Después de eso, se escuchó que llamaron a la puerta de la oficina y Megan preguntó, un poco intrigada:

—¿Quién es?

—¿Puedo pasar, Megan?— preguntó desde afuera Troy, su guardaespaldas.

—Te dije que fueras a descansar... pasa entonces.

El chico entró lentamente, aún le daba pena interrumpir las conversaciones de Megan o del grupo y nos preguntó, algo preocupado:


—¿Ya saben lo que pasa con los sujetos de prueba del proyecto de la Doctora Jhonson?

—Bueno, se supone que así es y, al menos yo pensaba celebrarlo— le dijo Cloe, animosa.

—Están enfermos, ¿ustedes celebrarían el hecho de que ellos llegaran a morir?

—Hasta ahí no llego— dijo Megan.

—Tienes razón, eso sería horrible— dijo Cloe.

No había pensado en eso... en ese caso, yo también le doy la razón, sería horrible que nosotros celebráramos la desdicha de otro ser humano que no tiene la culpa de nada de lo que ocurre, pues solamente es un instrumento de las malas personas que se podrían merecer ese mal realmente, porque ellos también son seres humanos, aunque no sean como nosotros exactamente. Entonces le dije:

—Parece que alguien me demostró que no es solamente una máquina de dar golpes, como yo creía.

—¿A qué te refieres?— preguntó él, distraído y un poco intrigado.

—A que debo ofrecerte disculpas por lo de la otra vez, Troy. En ocasiones, soy impulsivo y no mido mis palabras, pero espero que nos llevemos bien desde ahora.

—Entonces yo también me disculpo, no debí reaccionar así— dijo Troy, apenado, pero muy contento a la vez—. Dejemos de lado lo que ocurrió, hagamos vuelta de hoja y comencemos de cero, ¿bien?

—De acuerdo.

Cloe nos miraba asombrada, pues nunca se imaginó que eso ocurriría y Megan le dijo:

—Stuart no es tan ogro como parece.

—Ya veo— dijo ella—, pero espero que la relación entre ellos no cambie.

—El Doctor Sanders me dio pastel. ¿Quién quiere un trozo?

Al decir eso, Megan sacó tres trozos de pastel de chocolate y nos dio a todos, por lo que supuse que ella ya había comido y nos dispusimos a comerlo. Estaba delicioso, por algo era mi sabor favorito.

Continuará...

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Este capítulo se lo dedico a @Unimar.
Leerse todo esto de un tirón no es sencillo, ni yo lo haría.
Y que bueno que te haya gustado, le pongo muchas ganas a esta historia.

Con respecto a eso de que me parezco un tanto a Megan... ¡Es cierto!

@NattyVoi ... bueno, eso mismo quería mostrar, el lado maternal de Megan.
Y Troy es muy lindo y tierno... pero ni se le acerquen cuando este enojado, se pone insoportable.

 

Capítulo XXVIII:

Una Visita Inesperada
​

Un momento después de que los chicos terminaran el pastel que les había traído de parte del Doctor Sanders, Stuart me preguntó:

—¿No podrías ir a pedirle otro trozo de pastel a Sanders, Megan?

—Preferiría hacerlo luego— dije—. Cuando Sanders sabe que algo va mal en IEPCOM se enfurece y no quiero que la pague conmigo.

—Hablando de pastel de cumpleaños y de regalos, olvidé darte el mio— me dijo Cloe, apenada—. Espero que te agrade.

Entonces me entregó una caja, más o menos grande, pensé en abrirla, pero después caminé hacia mi escritorio, para guardar su regalo en una gaveta, en donde estaba también el de Stuart, para abrirlos después, cuando estuviese más tranquila.

—Lo siento Megan, yo no sabía de eso y no te di nada— me dijo Troy, un poco triste.

—Con lo que pasó hace rato me basta— le dije, para que no se sintiera mal.

Troy sonrió levemente, recordando lo que había ocurrido antes de llegar y aunque usaba sus lentes, seguramente porque le daba pena que los chicos vieran sus ojos- pues eran raros, dejando de lado que a mí me gustaban mucho-, yo sabía que estaba contento y eso me agradaba.

—Yo no preguntaré nada— dijo Cloe—. Pero que quede claro que tengo curiosidad.

—Algún día les contaremos— les dije—. Es algo entre Troy y yo.

—Bueno, yo quería decirles algo— dijo Stuart—. Cuando vi a los sujetos de prueba del proyecto de la Doctora Jhonson por primera vez, la vi anotando cosas en un cuaderno, pero no pensé por qué.

—Es como su diario— dijo Troy—. En él hace anotaciones de todas las cosas en las que está involucrada, lo que pasa en el criadero, en el burdel y en su proyecto.

—¿Cómo sabes eso?

—Cualquier persona relacionada con sus negocios o proyectos lo sabe— dijo el chico, haciendo ver que era algo obvio—. Y siempre que la veía, lo usaba.

—Entonces debe estar acostumbrada a hacerlo todo el tiempo— dijo Cloe.

La Doctora Jhonson tiene un diario... interesante. Me gustaría saber las cosas que ha escrito en su interior, sus intimidades y puntos de vista de la vida o ver si siempre ha sido así como la vemos y la conocemos, una mujer que hace lo que sea para hacer o conseguir lo que quiere.

Pero como yo sé que nunca tendré ese diario en mis manos, pienso en voz alta:

—Soñar no cuesta nada.

—Y con leer ese diario mucho menos— dijo Cloe.

En ese momento, alguien llamó a la puerta. Como no esperaba visitas, me dispuse a abrir, pues no sabía quién era. Lo hice lentamente, era una costumbre que tenía desde hace algunos años, pero me encontré con el Doctor Sanders, que se había presentado allí para preguntarme:

—¿Podemos hablar, Megan?

—Claro que sí, Doctor Sanders— le dije—. ¿De qué se trata?

—Vamos a la oficina de la Doctora Hatthaway, allá hablaremos con más calma.

—¿De qué será?— preguntó Cloe.

—Ah, ya se conocen. Entonces será aún más sencillo de lo que yo creía, pero hablemos de eso en otro lugar.

Entonces Cloe y yo nos fuimos de allí, dejando a Stuart y a Troy solos, algo sorprendidos por eso.

Continuará...

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Después de unos días fuera de casa, publico otro capítulo.

Fui a casa de mi tía para tomarme un descanso del ritmo que se lleva en mi casa, aparte de que mañana comienzo el nuevo trimestre en mi universidad y será muy estresante.

Por eso mismo les pido paciencia, porque no subiré capítulos como antes.

Bueno, eso es todo por ahora.

Nos leemos en el próximo capítulo.

 

Capítulo XXIX:

Plan B
​

El Doctor Sanders, Cloe y yo íbamos en camino a un sitio tranquilo en donde platicar un rato, sin presiones. Sin que llegáramos a darnos cuenta, nos encontrábamos justo frente a la puerta del cuarto prohibido, a punto de entrar.

Yo no quería volver allí, la vez que Cloe me mostró lo que estaba guardado en ese lugar me había dejado un muy mal recuerdo, todo mi trabajo se encontraba ahí adentro, como si se tratara de basura, que no parecía nada importante para el resto y todo por el capricho de una mujer soberbia y manipuladora que me odiaba... ¡Y el odio era mutuo!

—¿No piensan entrar?— nos preguntó el Doctor Sanders a Cloe y a mí.

—Es que lo que está ahí me pone de mal humor— le dijo mi amiga—. Usted sabe que trabajamos muy duro para que todos estos proyectos de nuestro departamento se dieran, Doctor Sanders.

—Lo sé, chicas— dijo él, sereno—. Por eso y porque sé que no me van a fallar, les voy a proponer mi plan B.

Debí suponer desde un principio que se trataba de un plan B, cada vez que un proyecto comienza a fallar, el Doctor Sanders contacta a personas de otro departamento para que realicen o retomen un proyecto simultáneo como precaución si el otro fallaba definitivamente. Y me estaba proponiendo eso a mí ahora.

—¿De qué plan hablas?— le pregunté, ya que no estaba segura de eso.

—Quiero que retomes el proyecto anterior del Departamento de Robótica, el que se pospuso por la llegada de la Doctora Jhonson y por el "Proyecto Irión".

—¿Dónde lo haremos?— preguntó Cloe, intrigada—. La Doctora Jhonson hizo que trasladaran todos los recursos del Departamento de Genética al de Robótica, porque lo utilizaría en su proyecto, lo que ocasionó esto.

—Pues aquí— fue la respuesta de Sanders—. En este lugar tienen todo lo necesario para llevar a cabo ese proyecto, lo que este sitio necesita es una buena limpieza.

—Solamente espero que no se vuelva a posponer, Doctor Sanders— le dije, seria.

—Y yo espero que la Doctora Jhonson no se entere de esto— dijo él—. Y ustedes no le dirán nada... ¿O sí?


—Cuente con que eso no va a pasar— fue lo que dijo Cloe—. Ella no lo sabrá.

—Entonces las dejo encargadas de la primera tarea— dijo Sanders—. Limpiar todo este chiquero, muchachas.

Después de eso, el Doctor Sanders se fue de allí, rumbo a su oficina, dejándonos a mí y a Cloe con una tarea a la que, sinceramente, no estábamos familiarizadas para nada, como lo era la limpieza. Lo único que se nos ocurrió hacer fue reírnos ante toda esa situación.

Fuimos al cuarto de mantenimiento, allí podríamos encontrar todo lo necesario en lo que a tareas domésticas se refería. Escobas, trapeadores, cubetas con agua y otros implementos de menor uso, como los plumeros y los guantes, los llevamos al sitio que debíamos limpiar y Cloe dijo:

—No tengo ni la más mínima idea de qué hacer con estas cosas.

—Yo tampoco— le dije—. Pero aún así, debemos poner manos a la obra.

—De acuerdo, hagamos nuestro mejor esfuerzo para que todo salga bien.

Un momento después, Cloe y yo nos encontrábamos haciendo labores de limpieza en esa bodega, nosotras, que no sabíamos ni siquiera lavar un plato, porque nos habíamos acostumbrado a que la servidumbre de nuestras casas lo hicieran.

Lo primero que hicimos fue limpiar la maquinaria y los prototipos en los que íbamos a trabajar, que era lo menos complicado y lo que más me importaba en ese momento. Seguidamente, los cubrimos con sábanas, para que no se ensuciaran mientras limpiábamos la habitación, pues eso era muy importante y no queríamos que se dañara o algo peor, a causa del sucio.

Luego limpiamos las paredes, quitándoles el moho y otras imperfecciones, al menos las que eran más notorias, para que no se vieran tan mal, odiaba que mi ambiente de trabajo se viera mal y después barrimos el piso, nos costó un poco porque era nuestra primera vez haciendo esto, pero al final lo conseguimos y guardamos el sucio en bolsas para basura, ya que sería mucho más difícil dejarlas en otro lugar y por último, pasamos los trapeadores por el piso, para que quedara mucho más limpio.

—Quedó mucho mejor de lo que esperaba, Megan— fue lo que me dijo Cloe al ver el resultado de nuestro trabajo.

—Tienes mucha razón, Cloe. Para ser nuestra primera vez, se ve muy bien.

Continuará...

 

Capítulo XXX:

Ocurre lo Inevitable

"Este capítulo es narrado por Stuart"
​

Troy y yo estábamos solos en la oficina de Megan, después de que el Doctor Sanders se las llevara a ella y a Cloe a hacer algo que ni al chico ni a mí nos ha quedado claro, por lo rápido en que se suscitó ese evento. La sorpresa se notaba a leguas en ambos, pero Troy me preguntó:

—¿Qué se supone que haremos ahora?

—Esperar a que las chicas regresen para saber lo que pasa con Sanders— le dije—. Eso sería lo correcto, Troy.

—Bien, pero... ¿Has tomado en cuenta que ellas pueden tardar en volver?

—Así es, pero debemos tener paciencia— fue la respuesta que le di, aunque no lo vi muy convencido.

—Tengo una idea.

Oh no, esto no me gusta... por un segundo me imaginé a Megan haciendo un plan, en el que yo tendría que hacer la peor parte, lo cual no me agradaba para nada, pero aún con ese pequeño presentimiento, le pregunté:

—¿Y de qué iría ese plan?

—Sencillo— dijo el chico—, iremos a la oficina de la Doctora Jhonson y pediremos "prestado" su diario.

Lo sabía, tiene eso de los planes descabellados en común con Megan... ¡Qué desgracia la mía! Acababa de asimilar que era el doble agente del asunto, con la tarea de investigar a la Doctora Jhonson y de informarle a Megan sobre lo que hace en la compañía, eso ya de por sí me parece riesgoso, para que ahora venga Troy y me proponga algo así... ¿Por qué se les ocurren cosas tan locas a los dos?

—No me parece.

—¿Qué es lo que te preocupa?— me preguntó el chico—. No vamos a hacer eso ahora mismo, pero yo quiero que hagamos planes para eso desde ahora, porque la idea es hacerlo bien... ¿No crees?

Algo de calma se apoderó de mi ser en ese momento, pues al menos sabía que Troy esperaría el momento indicado para llevar a cabo su plan, aunque seguía pareciéndome descabellado.

—¿Y en qué momento piensas hacerlo?


—En el momento que considere adecuado— dijo Troy, con algo de misterio en su voz.

De repente, en todos los altavoces del edificio se escuchó lo siguiente:

—Todos los involucrados en el Proyecto Irión, por favor presentarse en el área de adaptación de los sujetos de prueba del mismo. Su presencia es necesaria y urgente, es de extrema importancia que estén aquí.

Eso me hizo pensar: "Algo malo ocurre", por lo que fui a ese lugar lo más pronto que pude, para saber lo que estaba ocurriendo allí, además de ver la trascendencia de los hechos, porque todo lo que ocurriese en ese sitio era trascendental para nosotros y nuestros planes- mejor dicho, los de Megan- y así, estar preparados ante cualquier eventualidad que pudiese suceder en IEPCOM.


Al llegar allá me encontré con una realidad preocupante: los XR estaban empeorando, se veían muy mal y ya los daba por perdidos. Tuve que dejar de pensar en lo mal que me hacía sentir lo que pasaba, porque una de mis colegas me dijo:

—Vamos, debemos hacer lo que esté en nuestras manos para salvarlos.

Voy con esa chica, no pienso dejar que alguno de esos chicos muera, no mientras se encuentre en mis manos. Algo a lo que yo no podía resignarme era a ver como la raza humana iba desapareciendo y muriendo poco a poco, sin hacer nada para detenerlo; aunque la Doctora Jhonson no era la mejor mujer del mundo, al menos tenía la convicción de salvar a los seres humanos, su manera era poco ortodoxa, pero al menos lo estaba intentando.

Los síntomas eran muy claros: fiebre alta, mayor de cuarenta grados, algo que parecía quemarte cuando tocabas a los enfermos- en este caso, los sujetos de prueba-, aparte de que tenían mucho dolor en los huesos, lo que se podía notar de cerca y el cuadro se completaba con convulsiones recurrentes, a causa de la fiebre que tenían. Yo me acerqué a donde estaba la XR-2 y comencé a colocarle compresas frías en varias partes del cuerpo, tratando de bajar su temperatura corporal: "Si Megan me viera en estas, seguramente se molestaría conmigo", fue lo que se me vino a la mente y después caigo en cuenta de que ella podría hacer lo mismo que yo en estas circunstancias.

Lo que ocurrió después fue algo que no me esperaba: La Doctora Jhonson recorrió todas las habitaciones, preguntando por el estado de salud de cada uno y al recibir las respuestas de los que se encargaban de cada uno de los sujetos de prueba, la vi salir del lugar, a paso lento, como si hubiese acontecido una tragedia... y así era.

Le habían informado que tres de los sujetos de prueba: La XR-4, el XR-7 y el XR-9 no habían resistido la enfermedad y acababan de decirle a su creadora que habían fallecido, no creo que eso sea bueno, ni para ella, ni para nadie en la compañía, yo por lo menos considero que no lo es y menos para el Doctor Sanders, que ha invertido tanto en su proyecto.

Además, eso era lo que menos quería Megan... pero así se dieron las cosas.

Continuará...

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Bueno, no me maten, tenía que ser así, es más estén contentas de que no murieron todos los XR, sino algunos.

Con esto, les aviso que ya estamos entrando en la recta final.

Así es, ya estamos en los últimos capítulos... Para los que quieren acción, suspenso y otras cosas... voy a ver como incluyo eso en la historia, aparte de que ya es necesario.

¡Espero que ver tantas películas de acción me haya servido de algo! Porque me hará falta para esto ahora...

Nos leemos luego, espero que les guste.

 

Capítulo XXXI:​

Hora de las Noticias
​

Cloe y yo nos dirigíamos a mi oficina, después de limpiar la bodega- por lo menos yo estaba muerta de cansancio-, pero al entrar, vimos a Troy sentado, solo, con un celular en la mano, mi celular, pero me quedé con la intriga de saber lo que hacía con ese aparato, porque no vi a Stuart por ningún lado, por lo que Cloe le preguntó:

—¿Dónde está Stuart?


—Salió hace un momento— dijo el chico—. ¿Y qué estaban haciendo, chicas?

—Limpiando la bodega de IEPCOM, porque el Doctor Sanders nos dio trabajo y antes de hacerlo, debíamos limpiar. ¡Odio trabajar en un sitio que esté sucio o en mal estado! Eso es terrible.

—Eso se oye bien— dijo Troy—. ¡Qué bueno que les dieron empleo!

—¡Pero mis pies me están matando!— exclamé, dejando ver mi cansancio.

—Entonces te daré un masaje— fue lo que me dijo él.

—Y yo también quiero uno, ¿oíste Troy?

—De acuerdo— dijo el chico—, pero tendrás que esperar.

Me senté en la vieja butaca de mi oficina... ¡Qué alivio sentí al hacerlo! Troy dejó mi celular en mi escritorio y se dispuso a darme el masaje. Cuando comenzó con él, me dije: "¡Qué manos tan suaves tiene!", realmente necesitaba algo así, fue muy relajante, pero no sabía lo que pasaría después.

Stuart entró a mi oficina, vencido, con un gesto terrible en el rostro, lo que me hizo pensar: "Algo salió mal con el Proyecto Irión", pero no le quise preguntar nada, para no molestarlo o hacerle ver cosas que no era seguro que estaban ocurriendo realmente... fue Cloe la que lo hizo:

—¿Por qué traes esa cara de funeral? ¿De dónde vienes?

—De donde están los sujetos de prueba del proyecto de la Doctora Jhonson— fue lo que dijo.

—¿Ocurrió algo malo?— preguntó, preocupada.

—La Doctora Jhonson seguramente va a ser despedida por el Doctor Sanders— respondió Stuart.

—¿A qué te refieres con eso? Deberíamos celebrar que la bruja por fin se irá de IEPCOM.

—Se refiere a que ocurrió lo que no queríamos, por eso no está contento— dijo Troy, adivinando lo que había pasado.

—¿Murió alguno de los sujetos de prueba?

—Tres, fueron tres— dijo Stuart—. Cuando salí, fue porque me llamaron desde allá, con la intención de que les ayudara con ellos, porque estaban muy mal y ocurrió lo que ya saben, chicos.

No me gustó lo que dijo Stuart... si bien Jhonson se iría de la compañía, lo cual era lo que yo quería, no quería que les pasara nada malo a los sujetos de prueba de su proyecto.

—Además de eso, cuando recibió la noticia de la muerte de los sujetos de prueba, ella reaccionó muy mal— prosiguió Stuart—. Se notaba que a ella le dolió lo ocurrido con ellos.

¿Qué dijo? Eso es raro, yo pensaba que Jhonson no tenía ningún tipo de relaciones sentimentales- no me refiero a romances, sino a querer a alguien- con nadie, pero creo que me equivoqué en ese aspecto con ella. Espero conocer otras cosas de esa mujer, aunque la única posibilidad de lograr eso sea leer su diario, lo que no creo que sea posible realmente.

—¿Y ahora qué va a pasar?

—No tengo idea— le dije, completamente intrigada.

—¿Ha pasado algo más?

—Por mi parte no— dijo Stuart, para después preguntar—. ¿Para qué las buscaba el Doctor Sanders, muchachas?

—¡Tenemos nuestro proyecto de vuelta! El Doctor Sanders nos dijo que podíamos hacerlo finalmente.

—Esas son buenas noticias— dijo Stuart.

—Pero ahora que la Doctora Jhonson va a ser despedida de IEPCOM, no sé qué vaya a ocurrir en la compañía— dije, dando a conocer la causa de mi intriga—. ¡Tantas dudas me dan hambre, me voy a la cafetería a ver si se me calma!

—¿Comiendo?— preguntó Cloe.

—Por si no te has dado cuenta, Megan calma todas sus penas, ansiedades y dudas comiendo— dijo Stuart—. Aparte de que eso le refresca las neuronas y le ayuda a pensar con mejor humor y velocidad.

—Así que... si me permiten, ¡me voy a comer!— dije, para después disponerme a ponerme los zapatos y salir de la oficina—. Cloe, todo tuyo.

—¿A qué se refiere?— preguntó Stuart, un poco desorientado.

—A que Troy le dio un masaje a Megan y ahora es mi turno.

Y lo último que vi fue a Troy, preparándose para darle su respectivo masaje en los pies a Cloe, que estaba fascinada con solo la idea de que lo hiciera, mientras Stuart se reía por lo que estaba pasando, pero con mucha cautela, porque no quería que Troy creyera que se burlaba de lo que ocurría, después me fui a hacer lo que más me gustaba en la vida: comer.

Continuará...

 

Capítulo XXXII:

Consecuencias y Reacciones

"Este capítulo es narrado por Cloe"
​

Un momento después de que Megan se fuera a comer a la cafetería de la compañía Troy, Stuart y yo recibimos un correo- el cual vi en mi tableta-, que decía lo siguiente:

"Hola chicos:

Espero que todo vaya bien por aquellos lares de la compañía, porque lo que les voy a decir es muy raro, o eso creo.

Se trata de la Doctora Jhonson y de Fitzpatrick. Estuve viendo la última conversación entre ellos y pude percibir algo raro, pues me di cuenta de que ella parecía darse por vencida con respecto a sus planes en IEPCOM, pero no se notaba muy intranquila por ello.

Y como no estoy muy seguro de lo que sucede en la compañía ni de lo que va a ocurrir, les dejo un video para que lo vean, es el de la conversación que les dije que tuvieron, pero como no sé si se me escape algo, lo anexo. Después de eso, me informan sobre la información que tengan del proyecto de la Doctora Jhonson o sobre lo que pasa allá.

Eso sería todo por ahora.

Se despide:

Garrett."
​

—¿Pasó algo?— me preguntó Troy.

—No— respondí—, sigue con lo que estás haciendo.

Realmente no quería que Troy dejara de masajearme los pies, se sentía muy bien y eso, unido al hecho de que nunca me habían dado alguno- aunque no lo crean-, lo que me parecía genial. Lo que hice luego fue descargar el video adjunto a mi tableta- como siempre-, para poder verlo sin problemas, ya que eso era muy importante y no olvidaba que todas las cosas importantes que ocurrieron y de las que nos enteramos con respecto a la Doctora Jhonson fue gracias a esos videos.

De repente, se oyó que golpeaban la puerta con mucha fuerza y Stuart se acercó a ella tranquilamente, lo que me sorprendió un poco, pero cuando abrió, comprendí lo que pasaba: era Megan. Traía unas bandejas de comida, las cuales repartió entre todos, por lo que Stuart le preguntó:

—¿Te arrepentiste de comer sola y nos trajiste un poco?

—Eso y otra cosa— dijo ella—. Lo que pasa es que, seguramente, Sanders va a despedir a la Doctora Jhonson y quiero ver eso, por esa razón volví, además de que ustedes deben tener hambre también.


—Pues bien, conecta la cámara, Megan.

Megan se dispuso a hacer la conexión a la cámara de la oficina del Doctor Sanders; sería la primera vez que vería algo así desde que estoy en el equipo y me sentía emocionada por ello. Lo primero que vimos fue al Doctor Sanders solo, quieto- algo raro en una persona como él-, por eso supuse que estaba esperando a alguien.

Ese "alguien" era la Doctora Jhonson, que entró a ese lugar un momento después y, al estar allí, le preguntó, sumisa:

—¿Para qué me citó aquí, Doctor Sanders?

—Doctora Jhonson, me gustaría saber qué fue lo que pasó con el Proyecto Irión— dijo él, tranquilo.

Ella se notaba muy nerviosa, pero pudo decir:

—Doctor Sanders, lo que ocurrió con los sujetos de prueba fue algo que no me esperaba, todo iba muy bien con ellos, pero la enfermedad fue algo imprevisto y créame, mi equipo y yo hicimos todo lo posible, pero no logramos salvarlos a todos.

—¡Qué excusa tan tonta!— exclamó Sanders—. Usted me aseguró que en su proyecto no habría errores y es lo primero que ocurre.

—Siempre hay un margen de error.

—Pues por ese error, está despedida de mi compañía— dijo Sanders.

—Vamos, Jhon. Estoy segura de que si lo conversamos mejor, podremos llegar a algún acuerdo.

Mientras decía eso, la bruja de Jhonson intentó seducir al Doctor Sanders... ¡Es una zorra! ¿Qué acaso no le da algo de vergüenza lo que hace? Eso ya es demasiado, incluso para ella. Y el rostro de Megan al ver semejante escena describía perfectamente lo que sentía: asco. Pero la desesperada Jhonson no contaba con que Sanders le dijera:

—¿Usted está loca? ¿Acaso piensa que yo voy a consentir o a ceder ante sus horribles intenciones pecaminosas? ¡Eso es el colmo! ¡Lárguese de IEPCOM, se lo advierto!

—Muy bien, Sanders— dijo ella, serena—. Pero tenga por seguro que se arrepentirá de todo esto, no se preocupe, mañana ya no estaré en su compañía.

Dicho esto, salió hecha una furia de la oficina del Doctor Sanders, pues los planes que tenía no salieron bien, como ella esperaba. Stuart, Megan y yo estábamos muy contentos por lo que había pasado y lo demostrábamos claramente. ¡Por fin se iría de la compañía! Y yo podía celebrarlo finalmente.


Troy, por otra parte, se notaba asustado o eso fue lo que pude percibir en él y por eso le preguntó:

—¿Qué pasa, no te alegra, Troy?

—Sí— fue lo que respondió.

—¿Entonces por qué estás contento, o algo así?

—Porque, cuando se vaya, vamos a perderle la pista— dijo el chico—. Y eso no va a ser nada bueno.

Continuará...

Contenido oculto

Bueno, ya casi todo está listo para el final de esta historia.

Espero que les guste (ya deben estar aburridos/as de escuchar esa frase), pero no tengo otra cosa que decir.

¿Alguna sospecha de lo que va a pasar? ¡Díganlo, no como gente!

Eso sería todo por ahora, nos leemos luego.

 

Capítulo XXXIII:

La Huida

"Este capítulo es narrado por Troy"

​

Después de que los chicos y yo viéramos como el Doctor Sanders despedía a la Doctora Jhonson de IEPCOM, ellos se fueron a sus habitaciones a descansar. Yo también lo hice, pero no pude- por más que lo intenté pegar un ojo en el tiempo que estuve en la cama, lo que había ocurrido me tenía completamente absorbido, no quería pensar en ello, pero no podía dejar de darle vueltas a la pregunta que tenía en la mente:

¿Podríamos detener a la Doctora Jhonson y a Fitzpatrick cuando ella saliera de la compañía?

No estaba seguro de ello, pero haría todo lo que estuviese en mis manos para que no lograra su objetivo. De repente, escucho un estruendo, cerca de la habitación en que me encuentro y salgo de la habitación sigilosamente, pues a semejante hora no era normal- eran las tres de la madrugada- que hubiese tanto ruido, por lo que recorrí el lugar rápidamente, buscando el origen de ese escándalo.

No hizo falta buscar demasiado, porque al llegar al sitio en que se gestaba semejante cosa: era la sección de la compañía en donde estaban los sujetos de prueba del proyecto de la Doctora Jhonson y ella estaba allí- cosa rara, porque la habían despedido-, como si nada hubiese pasado y después entró en ese lugar, tenía las claves de acceso para entrar allí aún: "Esto es malo, no me agrada en absoluto". Yo conozco a esa mujer mejor que nadie, es un monstruo y nada más, por lo que no podía esperar nada bueno de eso.

Me escondí por un momento, cerca de allí, para ver que estaba pasando. En cuanto vi que no había peligro para mí- de que Jhonson pudiese verme o darse cuenta de que estaba ahí-, me acerqué a la puerta de ese lugar, para ver mejor; aunque no podía hacerlo cómodamente por cuestión de espacio. Comenzó a abrir las puertas de las habitaciones en donde estaban los sujetos de prueba y un momento después, la escuché decir:

—Chicos, salgan de ahí, vengan, vengan conmigo.

Los chicos parecían desorientados, no sabían lo que estaba pasando, no tenían ni la menor idea- yo estaría igual si pasara por la misma situación-, pero le hicieron caso, seguramente porque la habían visto antes, por agradecimiento... ¿Qué sé yo? Eso me hizo perder el hilo de lo que pasaba por un momento y decidí hacerle caso a mi sentido común, por lo que emprendí el camino de vuelta a mia habitación por un instante, porque sabía que eso no iba a salir bien.

Ni siquiera había llegado allá, cuando ocurrió algo que confirmó mis sospechas: cuando los sujetos de prueba salieron de ese lugar, se oyó una estridente alarma- que destruyó mis oídos en el proceso-, me oculté como pude y luego pensé: "Sanders no es tonto, seguro que lo hizo así para que ella no sospechara nada". Pero a pesar de eso, no sabía lo que estaba a punto de pasar.

Un numeroso grupo de guardias llegó a donde estaba la Doctora Jhonson y los sujetos de prueba y los rodearon, para evitar que ella se los llevara. Intentaron sujetarla a ella, con la intención de sacarla de ese lugar, pero ella sonrió levemente y sacó un arma blanca, que traía en todo momento- no era la primera vez que la usaba- consigo y después la clavó en su abdomen, haciendo que el guardia cayera al suelo, gimiendo de dolor y cubriendo su herida, de la cual salía mucha sangre.

—¿Alguien quiere ser el próximo?— fue la pregunta que hizo después de hacer aquello.

Los guardias restantes se acercaron a donde estaban ella y los sujetos de prueba, con la intención de detenerla, además de hacer que los XR- recuerdo que Stuart los llama de esa manera- volvieran a sus habitaciones.

Entonces ocurrió algo que nadie esperaba: Los sujetos de prueba comenzaron a golpear a los guardias rápidamente y pensé: "¿Acaso la Doctora Jhonson no pudo evitar que aprendieran a luchar o esa fue su idea desde el principio?", pero después caí en cuenta de que una persona como ella, con su historial y todo lo que ha hecho en su vida no puede tener otro motivo que ese: "Ella lo planeó todo, los convirtió en asesinos o matones sin ninguna piedad. Si quiso hacerlo conmigo, que no soy nada suyo... ¿Por qué no lo haría con ellos?".

Se dividieron en dos grupos: uno formado por los chicos y el otro por las chicas; aunque una de ellas no parecía entender lo que ocurría y no hacía nada- o quizás no le gustaba lo que veía-, pero no le prestaban mucha atención. Me fijé primero en las chicas, una rubia, que golpeaba a los guardias en la ingle o en su intimidad, para que se descuidaran y después los pateaba en el rostro, dejándolos inconscientes. La otra chica, que era morena, los golpeaba en la boca del estómago por lo que se quedaban sin aire, lo que ella aprovechaba para poder noquearlos al darles puñetazos segundos después.

Con respecto a los chicos, el moreno hacía que los guardias se cayeran al suelo- aprovechaba su corpulencia y fuerza para embestirlos- y después los pateaba varias veces en todo el cuerpo, hasta que perdían la consciencia de lo que ocurría, algo que parecía disfrutar. El blanco les pateaba las piernas, llegando a fracturarles los huesos en el proceso y cuando ya estaban adoloridos o incapacitados para defenderse, los golpeaba estrellando sus cabezas contra el piso, hasta que perdían el sentido o morían, por la fuerza con que lo hacía.

El asiático del grupo no tenía esa clara intención de matar al luchar, sino que parecía defenderse- eso creo yo- de los ataques de los guardias. En su caso, la mayoría se acercaron a donde estaba e intentaron golpearlo, solo que no pudieron lograrlo, porque él se defendió, rompiendo el brazo de uno de ellos, para después dejarlo fuera de combate con un puñetazo; los otros siguieron en su lista- eran cinco sin el que cayó primero-, por lo que golpeó al segundo en el pecho y al tercero le aplicó una llave, para después alzarse en el aire y dejarse caer sobre el guardia, noqueándolo de un codazo en el rostro. Al cuarto le propinó una patada voladora, que lo hizo chocar contra su compañero en el trayecto, para después noquearlos a ambos con sus puños, al mismo tiempo.

No pudo golpearlos a todos, porque el guardia que no había recibido su golpiza huyó del lugar. La Doctora Jhonson, al notar eso, supo que ese sujeto informaría a otros de la situación y le dijo a los XR:

—¡Vámonos chicos, vamos a casa! Allá no van a estar encerrados y solos, vengan conmigo.

Los chicos la obedecieron, pero la chica que no había luchado se veía dudosa y no tenía idea de lo que estaba pasando- es más, creo que se confundió más al ver lo que hicieron los otros-, por lo que no se movió de donde estaba, se había paralizado de la confusión y el miedo que le produjo esa escena.

—Ven, no temas, ven con nosotros.

Pero ella no le hizo caso, por lo que Jhonson dijo:

—¡Está bien, cobarde! ¡Quédate si lo prefieres!

Después de eso, salieron corriendo de allá, buscando alguna salida alterna- seguramente existía- para poder escapar de la compañía. Los guardias llegaron un momento después a ese lugar, haciendo que la chica volviera a su habitación rápidamente, sin darle tiempo de nada. Yo me fui a la oficina de Megan, para ver si no había averiguado nada de lo ocurrido o si ella o los chicos sabían algo de eso.

Al llegar, me encontré con una soñolienta Cloe, con un malhumorado Stuart y con una Megan casi dormida, que estaba entrando a la red para hablar con Garrett- fue lo que supuse-. Y lo primero que hizo el chico al vernos allí, fue preguntar:

—¿Ustedes ya se enteraron de la fuga?

—¿Qué fuga?— preguntó Stuart, molesto.

—Yo lo que puedo decir es que estaba durmiendo plácidamente y una alarma del infierno me despertó— dijo Cloe, triste.

—¿Quién se fugó, Garrett?— preguntó Megan, pero casi adivinó la respuesta—. No me digas que fue...

—La Doctora Jhonson, hace un rato.

Todos se quedaron asombrados ante esa respuesta, pero Cloe dijo:

—¡Sí fue una alarma del infierno! ¡Del infierno que se nos viene encima!

Y todos le dimos la razón, porque eso era lo que se venía para IEPCOM y para nosotros...

Continuará...

Contenido oculto

Espero que me perdonen por las peleas, pero no son mi fuerte, ya lo he dicho.

Bueno, ya están todas la cartas sobre la mesa, lo que falta es ver si sus expectativas del final coinciden con las mías cuando lo publique.

@Unimar , quieres un final turbio, lo entiendo y ya vas a ver lo que va a pasar en el final, espero que no te desilusiones al leerlo.

Bueno, espero que les guste el rumbo que está tomando la historia.

Eso es todo por ahora.

¡Nos leemos luego!