de Inuyasha - La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

El invierno había golpeado fuerte en los rostros de los humanos. Por alguna razón, a la cual a los demás seres no les interesaba, aparentemente las cosechas del verano habían escaseado y ahora las guerras se habían hecho más crudas y presentes en esta blanca etapa del año.

Así al menos lo notó, cuando tratando de cumplir con la misión encargada, trato de preguntarle indicaciones del lugar a una tropilla subida a caballos de la cual solo consiguió la dirección de las flechas que casi lo traspasan con un ataque perfectamente organizado. De no ser por su ama, de lo que luego se lamentaría repetidamente, él seguramente hubiera muerto a manos (o mejor dicho a flechas) de torpes humanos.

No era porque en realidad no supiese defenderse, sus años y altura de casi un metro y medio no eran un real obstáculo para alguien portador de tal armadura y armas como las de él. El problema era que no le estaba realmente permitido atacar a los humanos, y era por esto que la absurda observación de guerras cercanas entre ellos lo molestaba.

Se sentó con gran pesar en el frío suelo, aun refunfuñando por lo bajo, cuando escucho una leve risa cercana a él. Levanto su vista y vio alejarse un poco la blanca y negra figura de una alta mujer que caminaba dándole la espalda. Mas allá de donde él reposaba, había una extensión de pasto y luego, simplemente blanco, blanco hielo. Seguramente en otra época eso seria un lago ya no congelado, observó con su casi inexistente sapiencia, cuando vio que la mujer de pronto se sentó en el lugar que él miraba. Ella volteo un poco su cabeza y ladeo su torso, quedando él como una parte más de la perdida mirada de su hermosa ama. Vio sus largos y ahora negros cabellos caer, y delineo la blanca piel de oso, gruesa y seguramente abrigada que ahora tapaba y mimetizaba las formas de la mujer con su alrededor.

Se levanto siguiendo a su ama y llego a donde ella estaba.

-sucede algo? –pregunto la femenina voz, con su mirada disipada como solía tenerla siempre, mirando ahora hacia los árboles.

-mi honorable ama, quería agradecerle por lo de hace rato y disculparme… -dijo con vos grave y apagada, hasta que la risa de su ama le llamo la atención.

No hacia mucho que la conocía, pero no había duda que no era como la mayoría. Cuando le habían encomendado la misión de acompañarla y la vio, en primera instancia no dejo de lado su gran presencia y porte. Su aura describía grandes poderes y se notaba que era alguien digno de respeto y honores infinitos. Pero al segundo segundo, no le quedo duda de que este viaje no seria para nada ordinario, cuando vio que en el frío rostro de la hermosa mujer, se dibujaba una leve y simple sonrisa al verlo con grandes y brillosos ojos. Demostraba emociones y solía reír con frecuencia. A veces hablaba bastante, nunca demasiado, pero más de lo usual. Su porte siempre era señorial, pero ella en si era alguien bondadoso y no se sentía superior. Tenía un aire misterioso que la rodeaba tal y como su propia aura. Le habían contado su historia, y aun no creía que esa mujer tuviera tantos años, pues al observarla su frescura era lo primero que podía destacar.

-que es lo que te preocupa? –pregunto ella, ahora mirándolo. Aun estando sentada a su lado era mas alta. Lo observo como siempre lo hacia, viéndolo directamente a los ojos. Se trataba de una criatura poco común, pues no muchos poseían por acompañante a figuras tan… peculiares, pero le agradaba su presencia y punto. ¿Que mas habría de acotar? Sabia que el tenia la capacidad que ella había perdido en su pasado y por eso él estaba allí, sin embargo nunca se había terminado de acostumbrar al caballerismo y temor que el le ofrecía sin cesar. Era por eso que solía reírse cuando escuchaba los comentarios del pequeñuelo, aunque no lo dijera en voz alta, ella tendría que estar mas preocupada por atenderlo que el a ella, total, después de todo lo que menos le interesaba a ella era las monarquías. En ese momento, el recuerdo que a menudo le acudía estando cerca de su compañero en situaciones similares, volvió a ella, y la imagen ya casi borrosa de aquel enano verde pendenciero, orgulloso y con aires que acompañaba a su señor se dibujo en la memoria de la mujer. No pudo evitar correr su mirada al menos un instante hacia donde sus instintos le decían que él debía estar ahora… pero no, no era correcto pensar en esas cosas, en él. Miro al enano una vez más, ya disipando la imagen de Yaken de su mente y concentrándose en los claros ojos del enano.

-ahh! –corrió su mirada nerviosamente, la calida mirada de la mujer lo ponía incomodo, y sabia que ella lo notaba, por lo cual no le sorprendió que la mujer volviera a reírse –lamento no haberle conseguido su encargo, me molesta no haber podido…

-ya, ya –lo detuvo ella con una mano sobre su hombro mientras sonreía ampliamente –no importa, era solo un capricho mío. Discúlpame por no haberlo cubierto yo.

Este negó pero ella no le izo caso y finalmente termino sentándose a su lado.

-¿que es lo que piensa ama?

-amm… pues en muchas cosas amigo. ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Ya fue hace un tiempo, ¿verdad?

-si ama, ya casi será un año desde la ves que vi al sol.

-cierto –accedió ella mirándolo una ves mas, con su típica sonrisa.- las criaturas infernales no suelen ver la luz del sol, recuerdo cuando viví allí. No era molesto –reconoció mirando el cielo cubierto por nubes –pero ciertamente era oscuro –dijo con certeza y volvió a ver los árboles algo lejanos y cubiertos de nieve -¿ya te has acostumbrado a esta vida?

-si –contesto algo perdido, mirando el suelo

Esta sonrió mientras, sin mirarlo, acarició su cabeza

-no te preocupes, es normal que te cueste. Fue un gran cambio para ti, los demonios puros como tú no suelen subir a la superficie. Yo misma dudo que lo tuyo sea un don o una maldición… aunque agradezco que hayas aceptado ayudarme en esto –dijo aun sin mirarlo, por alguna razón su voz sonó distante, como si hablara palabras ya premeditadas.

-señora! No! Nunca jamás vuelva a decir o pensar tales cosas!

-¿acaso no te molesta estar aquí? –interrumpió ella tranquila ante el espamento del enano

-claro que si –dijo exasperado y luego se tapó la boca con sorpresa. Al ver que ella sonreía sin mirarlo, supo que era en vano tratar de engañarla, su inteligencia y astucia eran por mucho superior a la propia. Suspiro antes de continuar hablando, ahora mas calmado- si, me molesta aun la luz y el espacio tan grande… abierto, usted sabe. También me molestan los humanos! –bufo y ella rió por lo bajo –pero ciertamente aunque por algún momento lo consideré como una maldición, estar aquí es para mi una bendición, porque así la conocí a usted.

-eres muy amable –dijo ella mirándolo algo seria, y ahora parándose – se que te molestan los humanos –dijo alcanzándole una mano, la cual este tomó –y mas lamento que bajo mi orden no puedas hacerles daño, pero no son tan malos como crees.

-no lo se, ama –dijo dubitativo –pero si al menos pudiera dormirlos o manejarlos como usted, allí las cosas serian diferentes –dijo con gran convicción mientras caminaban una ves mas hacia el bosque.

Así, conversando entre sus pensamientos sobre humanos, el serio y ella a veces sonriendo y en ocasiones carcajeándose de la terquedad del enano, terminaron en medio de la noche acampando. Él fue el primero en dormirse, tranquilo ante el aura y poderes descargados por ella. Esta a la ves, se sentó en el árbol mas cercano y acomodo entre las ramas, observando ahora al desmayado enano.

Miro a cu alrededor, y no percibió ninguna presencia por la cual preocuparse cerca de allí. Miro las copas de los árboles y el movimiento de las hojas y los susurros de los bosques no hicieron mas que relajarla.

-es un honor tenerla aquí, señora.

-el honor es mío –accedió ella.

-¿ah pensado mi proposición?

-¿cual de todas? –pregunto esta con ligereza, mientras caminaba hacia quien le hablaba – acaso a aquel ofrecimiento que me izo hace un tiempo?

-si… se trata de una sola vida, y de acabar lo que empezó.

-lo se… debo matar a aquel que obtiene el ultimo pedazo de fragmento de la perla maldita, lo recuerdo.

-si, debes matarlo… y traerlo a mi. Y entonces tu volverás a la vida –contesto la tenebrosa vos.

Ella se detuvo en seco, quedándose frente a frente a una rojiza figura. Era un poco más alto que ella, y tenia el cabello rojo y enrulado. Sus ojos, algo afinados parecían gatunos y brillaban en medio de las sombras de la oscuridad.

-me niego a acabar con una vida, quiero la posibilidad de obtener el fragmento sin tener muertos a mi merced –dijo ella sin perder ni un gramo de porte y seriedad, pero a la ves con palabras calmas.

-bondadosas tus palabras, dignas de tu naturaleza. Pero yo soy el señor del inframundo, conocido por muchos con diferentes nombres, y bajo mi poder y órdenes controlo a la muerte. Estas son mis condiciones, volverás a la vida y te daré la posibilidad de hacer con esta lo que te plazca, yokuay humana… -dijo tal como los reyes solían hablar a sus subordinados. La mujer se mantuvo aún así estática, analizando estas palabras – pero tráeme a cambio el cuerpo muerto de aquel portador del ultimo fragmento.

-hasta que nos volvamos a ver –dijo ella entonces accediendo a la apuesta. Sin mas, doblo su torso y luego de saludar debidamente al poderoso ser delante de ella, se retiro de los altos aposentos. Cuando sus pasos, observados como calmos y distantes, se volvieron mas veloces y se observo a si misma correr, la visión, el recuerdo de ella misma batallando con numerosos seres, en la compañía de su compañero la incomodo. Siempre había ganado, pero con el pasar del tiempo la apuesta parecía mas lejana de poder ser resuelta. Si, hacia ya casi un año que se encontraba en igualdad de condiciones, desde hacia un año, luego de subir a la tierra una ves mas y visitar a los extraños hermanos y de, luego en la reunión con los altos seres, obtener a este acompañante, que ella no había podido ver mas a los fragmentos y solo contaba con esa cualidad en el enano.

Miro una ves mas las copas de los árboles, se había quedado dormida y no le había gustado nada sus sueños. ¿Porque seguía repitiéndose una y mil veces mas esas visiones en su mente? Porque no dejaba atrás la visión de sesshomaru, aquel a quien había amado tan intensamente que por poco si recordaba la historia que sostuvo con su antiguo progenitor…? ¿Acaso ya la antigua historia era por cierto antigua y nada mas? Pero lo que mas le preocupaba de todo esto ahora era la visión de todas las batallas sostenidas a lo largo de este tiempo.

El anciano Mioga y los demás seres de la reunión en la casa de los elfos hacía un año atrás le habían aconsejado que pusiera su ojo en seres poderosos, pues lo mas probable es que alguno de alta alcurnia poseyera el ultimo fragmento. Miro sus manos, recordó cuando en la ya lejana batalla, había hecho absorber la esencia de Naraku con la perla. Ella creyó tenerla completa, basta sorpresa al saber que no. La perla ahora estaba bajo el control del altísimo señor del universo dentro de la tierra, aquel del que habían provenido los demonios base, los que habían trepado de su hogar a la tierra, de los padres de todos los demonios que pisaban ahora la tierra. Luego, sin estar segura de porqué le habían encomendado la misión a ella, le dijeron que si se hacia cargo de atar este ultimo cabo suelto, entonces a ella se le otorgaría el derecho a la vida nuevamente.

Miro a su compañero, dormido profundamente. El tenia el poder de ver los fragmentos, lo supieron así pues fue el primero en verse atraído en el subsuelo al ver a ese objeto que brillaba a través de las paredes. Fue por esto que se le invoco ante tal reunión. Aunque muchos la criticaron por tenerlo de acompañante, para ella era poderoso y mas que merecedor de su compañía, poco le interesaban los demás.

Se puso de pie y miro las estrellas. Hacia mucho que no veía a Mioga, de seguro estaría viviendo feliz entre las demás pulgas, sonrió ante tal ocurrencia. Pero también cabía la posibilidad de que estuviera con el… de pregunto con cual de los dos hermanos estaría… siguiendo fiel a la sangre que él siempre había servido… Mioga parecía ser casi tan viejo como ella… volvió a sonreír… estaría con Inuyasha?... la ultima ves que lo vio estaba transformado en humano y seguía con esas ocurrencia y ese carácter tan… de él. O tal ves estaría con sesshomaru, quien la ultima ves que lo había visto, a diferencia de su medio hermano, este si había cambiado. Estaba mucho más frío.

Suspiro, era cierto y no lo podía pasar por alto. Sesshomaru era poderoso… y aun no lo había ido a ver. Si los demonios poderosos seguían siendo vencidos por ella, y comprobados por su compañero, llegaría al punto de tener que ir a sus tierras. Llegaría al punto de no poder esquivarlo, y cuando lo volviera a ver, que le diría? Ella de seguro se vería ahora en desventaja, un año… un año que no lo veía. ¿Como estaría? ¿Ya estaría en pareja con otra?... lo dudaba. Pero también no lo culpaba si así era.

¿Entonces que era este sentimiento de culpa?

Camino unos minutos, tratando de aclarar su mente de la imagen del taiyokuay, sin lograr mas que intensificar sus pensamientos en el. Sin saberlo, se encontró al pie de una pacifica cascada. Se acerco a la orilla y se observo, seguía igual que hace unos meses atrás, desde que había vuelto a renacer, como le gustaba decir a ella. Miro sus cabellos, larguísimos y negros. Decidió tomar un baño, la fría agua la calmaría.

No izo más que resoplar suavemente, el agua parecía estar a tan solo unos grados de diferencia para llegar a la temperatura del hielo. Se quedo unos minutos nadando, flotando, refregando ligeramente su pulcra piel hasta que se volvió a observar. Ahora era mas alta y mas marcada que antes. En su cuerpo había unas pocas marcas y en su rostro se figuraban tres. Simétricas, dos en sus mejillas, una a cada lado, y luego una en su frente, una gota media girada a la derecha.

Pensó que cuando encontrara la perla y acabara con el ser este, ya luego vería lo que haría. Siempre se había lamentado en silencio, consiente por completo de la situación de su raza, el no tomar la situación en sus manos. Si fuera de otra raza, una mas orgullosa y testaruda como Inuyasha… o sesshomaru… maldición, ese nombre otra ves… pero el punto era que si ella estuviera un poco mas preocupada por esas cosas como el predominio y poder, seguramente lo mas correcto debiera ser que ahora que podía como nunca, debiera asegurarse que la corriente de su sangre siguiera y creciera. Ella era la única de su raza con el pedestal en tan alta posición, la única taiyokuay de raza humano, y por esto, la única con la responsabilidad de engendrar hijos que hicieran crecer a este pedestal.

Cuando volvió se entero vagamente de la existencia de otros seres como ella, menos poderosos pero preocupados por esta problemática. Se sumergió un poco mas en el agua, soltando un suspiro mientras sus cabellos flotaban pintando de negro las aguas alrededor de ella, la única manera de que su raza procreara sin mezclas de raza en si, era o con alguien de hecho de la misma raza, o con alguien directamente humano. Como una parte de los youkays humanos eran puramente humano de por si, los hijos no serian hanyous, seguirían siendo puros, aunque si fueran hijos de dos padres youkays, serian aun mas poderosos.

¿Era correcto alejarse de los demás por algo así?¿ Por una obligación moral? Últimamente sus acciones estaban dictadas por obligaciones, morales, de promesas o lo que fuere, pero golpeo el agua al darse cuenta que de aunque quisiera volver al lado del taiyokuay, no podría… si tuviera hijos con el… si tuviera a sus descendientes… la raza de los hijos serian completamente perros. ¿Porque? Porque injustamente cuando la raza humana se mezclaba con otra, se adaptaba completamente.

Seguro esa era la razón por la cual nunca pudieron llegar a ser una raza altamente poderosa, porque en ves de crear hanyous, ellos creaban seres puros. Inclusive si tuviera hijos de Inuyasha serian raza perro pura.

Suspiro y tomo aire hondamente cuando se dio cuenta que ante este ultimo detalle, ella no se había sorprendido ni avergonzado… ¿acaso la idea de tener hijos con Inuyasha tampoco le resultaba molesta?

Valla… que mujer… se reprocho a si misma, mientras volvía al árbol donde antes estaba acostada. Antes de decidir a dormirse las pocas horas que le quedaban, eligió la opción de ir a visitar alguien que tal ves pudiese serle de ayuda.

Los rayos del sol eran lo mas molesto de los días en ese extraño lugar, no sabia bien porque le molestaba tanto, pues la luz de la luna le era hasta agradable, pero los rayos del sol… esos eran los peores. Se levanto perezosamente y observo a su lado un poco lejos la hermosa mujer con sus ojos cerrados. No estaba dormida del todo, su respiración lo decía, pero su posición le indicaba que estaba meditando y no le pareció correcto molestarla. Camino y en esa mañana consiguió variados frutos de los alrededores.

-debo aceptar que la variedad en alimentos es algo que me agrada, ama –dijo el mientras ambos comían un rico almuerzo frente al otro, sentados en el piso.

-si –sonrió ella –hoy iremos a un lugar especial. –comunico ella con sus ojos cerrados, masticando una jugosa pieza que le mojo un pocos sus labios – allí tal ves encontremos algunas pistas que nos ayuden en nuestro viaje –dijo relamiéndose los labios y ahora mirando la expresión indiferente que el chico sostenía mientras mordía. Sonrió ampliamente –tal ves tengas que usar tus poderes…

-a si? –pregunto el elevando una ceja.

-claro! Es un lugar demasiado… como decirlo… caliente? Como sea… -dijo –ya veras cuando lleguemos jeje…

Él no dijo nada, había aprendido a esperar cuando ella quería darle “sorpresas”.El viaje no fue demasiado largo, solo lo suficiente para que al divisar unas separaciones rojizas en la tierra el se sorprendiera un poco.

-¿lava? Pero en esta época…

-¿sorprendido al fin? –interrumpió ella, un poco mas delante de él. –ven, se hace tarde…

-¿tarde? –dijo el tratando de alcanzarla, saltando las pequeñas islitas de roca fundida –pero si recién es de tarde. Además… ¿bueno no es obvio? Dudo mucho que la oscuridad te asuste –dijo sarcástico.

Ella no respondió y pronto se encontraron una casa en una clase de isla rodeada de roca fundida. Se trataba de una cabaña, algo común pero se notaba que la presencia era oscura, más no poderosa. Afuera había una… vaca?

-señora, ¿a donde llegamos?

-al fin preguntas, ahora espera –retó ella mientras tocaba la puerta.

Esperaron unos segundos, en los cuales él se puso a la altura de la mujer y ambos, uno al lado del otro, vieron la puerta delante de ellos rechinar y lentamente abrirse. La vaca al lado del chico mugió mientras él fruncía el ceño, cuando la silueta oscura del marco de la puerta de adelanto.

-bienvenidos –dijo con un leve temblor en la voz –lo lamento, estoy algo apurado y debo irme, si me disculpan…

Entonces la figura de un anciano se adelanto. Tenía los ojos grandes y redondos, el rostro alargado y arrugado, unos bigotes largos y puntiagudos ligeramente caídos hacia abajo, y una vestimenta holgada. Al chico le dio la impresión de estar viendo una pulga en tamaño gigante, o al menos la impresión de algún insecto. Miro algo sorprendido a su ama, la cual estaba inmóvil sin prestarle atención más que al anciano y no evito preguntarse si realmente este hombre les ayudaría en algo.

-totosai, a donde crees que vas? –pregunto la mujer interrumpiendo de un solo paso el camino del viejo a la vaca. El chico abrió grande sus ojos…

-ahh-dijo el anciano cavilando y cayéndose lentamente al piso, causando una pequeña gotita al estilo anime sobre la nuca de la cabeza –disculpe señorita pero…

-totosai, acaso no me reconoces? –pregunto la chica, cruzándose de brazos. Vestía ahora un traje negro y rojo, que le daba un tono mas serio y peligroso a su forma.

El viejo la miro con curiosidad, una mirada lujuriosa que molesto un poco mas al chico y luego finalmente abrió sus ojos de golpe, con exagerada sorpresa.

-acaso usted es…??? Noo, imposible!

-señora –llamo con vos grave el chico, ya impaciente. El anciano lo miro con terror, reconocía a esa clase de seres y era por él que había querido escapar en un principio –esta segura de que este anciano nos ayudara?

Ella sonrió cerrado sus ojos y accedió con su cabeza. Al ver esta acción, esa sonrisa, el anciano cayo de espaldas.

-tu! –Dijo señalándola con un tembloroso dedo –tu eres… no puede ser! Mioga me contó pero… debo irme! –dijo cuando el chico dio un paso mas cerca de el, y sorprendiendo a mas de uno por la forma en que de alguna manera llego a la vaca, la cual comenzó a elevarse en el aire y se alejo de ellos.

El chico miro con una ceja elevada el cielo.

-¿de veras cree que así escapara de nosotros?

-creo que mas bien escapa de ti –dijo y sonrió –vamos, que no se aleje!

Dijo y ambos saltaron y siguieron al anciano hasta que llegaron a la mitad de un bosque. El anciano casi le agarra un ataque del corazón tratando de perderlos, cuando ahí si, le dio un paro al ver su vaca ser derribada de un pequeño golpe en la cabeza. Cayó al suelo y se vio rodeado por los dos seres, la mujer y el chico.

-que desean! –exclamo con temor mezclado de temperamento por verse vencido tan fácil

-anciano Totosai, no le haremos daño. Ninguno de los dos –dijo ella cruzándose nuevamente de brazos, mirando de soslayo al chico, que también accedió a la idea con la cabeza.

-pero el… el… es un demonio infernal!! –dijo de pronto mirándolo atentamente –estas criaturas son malignas e infinitamente poderosas… no quiero imaginarme que hace alguien como este en la tierra!

-se llama Rei, y si, es una criatura infernal. También es mi compañero, y los dos hemos venido a hablarte, anciano. Así que por favor retírate del suelo.

Este se quedo inmóvil mirándolo, el demonio Rei izo igual hasta que finalmente cambio su mirada de curiosidad a una seria y amenazante, asiéndole dar un respingo al viejo que se puso de pie de pronto.

El anciano miro a ambos, ella era un poco bastante más alta, pero de pie, el demonio era mas bajo que el anciano. Aun así su aura y porte lo hacia mas peligroso a la vista a él, sin importar lo bajo que fuese.

-eres tu Kagome? –pregunto el anciano

-ésta en parte fuí yo –respondió ella con una sonrisa.

-entonces… es cierto, la leyenda es cierta. Tu eres una… taiyokuay humana!

-así es…-dijo ella pacientemente

-pero entonces… es cierto que volviste del infierno mismo!!!

-así es… -repitió con una minúscula venita creciéndole

-pero… es imposible!!!!

-aquí estoy –dijo con la venita mas grande

-no! Imposible…!!

-que si… aquí me ves… -dijo ella poniendo sus manos en sus caderas

-pero…

-YA! QUE ESTAS CIEGO VIEJO! –dijo ella, quien ya había perdido la paciencia. El demonio la miro con una gotita cayéndole por la cabeza…”que carácter… bien humano” pensó mientras recuperaba su postura seria.

-oye tu… -dijo Eri, impasible mientras el anciano lo miraba con temor.

-ss..si?

-necesitamos información, nos las darás?

El miro a ambos chicos, de pronto ella lo miraba con ojos brillantes y hermosos, tales como las de aquel miko de antaño. No pudo evitar temerle al demonio, ni mucho menos sentir compasión y cariño por ella. Además sabía que no podría escapar…

-bien –suspiro mientras se sentaba cómodamente en el pasto, como si nada. Los dos chicos se miraron con ironía –que desean saber?

Ella contó su transformación a taiyokuay con gran detalle, siempre obviando la parte de su amorío con ambos hermanos, mejor dicho con el de sesshomaru. El demonio presto al igual que el anciano mucha atención, pues los dos deseaban saber mas y mas sobre ella. Luego, ella contó sobre el final dado a aquella legendaria criatura, la cual el viejo dijo saber y ella casi asesina por no haber hablado antes, y luego paso a contar sobre su paso en el infierno.

-como saben ambos, hay una especie de yokuay que controla el infierno por completo. Se trata de la raza infernal mas poderosa… este puede caminar entre nosotros pero no aparece mucho por aquí. Se considera de la raza más pura de youkays que hay y tienen descendencia una ves cada muchos años. Es por eso que como son pocos no hay mucho de que preocuparse. En fin… un día, o noche en el infierno, se me ofreció el trato de encontrar el ultimo fragmento, siempre y cuando yo entregara el cadáver del poseedor del fragmento a este señor infernal. Si lograba esto, mi vida seria restituida por completo –contó con seriedad, sin mover la vista del viejo –cuando volví a la tierra, lo ice no por interés sino porque de esta manera tendría la oportunidad de tal ves procrear y finalmente hacer de mi raza seres poderosos. Pero… cuando volví a completar la misión y me reuní con los youkays que me habían elegido una ves mas para esto, es decir aquellos que me despertaron para acabar con el primer monstruo en un principio…

-la junta de los elfos y demás youkays –interrumpió totosai y ella accedió con la cabeza.

-pues cuando me reuní con ellos, les exprese un pequeño problema. Aparentemente el tiempo y los poderes que use en el infierno borraron por completo los rastros de mi presencia sacerdotizal. Como para esta misión no me era muy conveniente trasformarme a esa forma, el mismísimo señor que me trajo a este mundo, decidió invocar uno de sus sirvientes, uno que si pudiera ver los fragmentos. Este, por supuesto, es quien esta sentado a mi derecha.

Rei accedió con la cabeza y totosai suspiro.

-comprendo. Aun así, no se que es lo que podría decirles yo.

-todo lo que sepas que tenga que ver con la perla.

El anciano se quedo pensativo, hasta que el demonio se puso de pie.

-tenemos indicios que nos indica que la perla esta bajo el poder de algún demonio que realmente es poderoso, pero ya hemos visto a la mayoría de ellos y no encontramos nada. Creemos que necesitamos mas pistas para que la guía de qué camino tomar sea mas clara. –dijo seriamente, mirando de perfil al viejo.

-por favor –dijo ella sonriendo como solía hacerlo, esto sonrojo un poco al anciano y sorprendió como solía al chico –lo que sea… Mioga me fue de gran ayuda cuando lo reencontré en este mundo, tal ves tu…

-pues bueno, hay muchos seres poderosos, pero los mas fuertes se encuentran en el Oeste. –dijo mirándola suplicante, luego izo una extraña mueca –claro, supongo que usted ya habrá pasado por allí y…

Ella se quedo muda mirándolo. Las palabras del viejo habían sonado obvias… pero para el demonio no lo eran por ninguna razón.

-no! Aun no hemos pasado por allí –dijo con euforia –así que allí hay seres poderosos? –entonces recién allí se digno a mirar a su ama, quien estaba inmóvil una ves mas con su mirada perdida. Se sonrojo y volvió a sentar, con temor a haber dicho algo indebido.

Ella entonces se dio cuenta del silencio y miro al anciano que la miraba con obvia curiosidad, de seguro Mioga no había escatimado en el relato de ella con sesshomaru y tampoco ignoraría que Inuyasha se encontraba por allí. No lo deseaba, pero la pregunta que el anciano aun no hacia, por seguro la estaba pensando y reflejando a través de su mirada. Miro al demonio, este no decía nada, solo la miraba pensativo.

-halla iremos entonces. –dijo y tomo pie

El demonio tardo en seguirla cuando la vio alejarse. Totosai a su ves se quedo ausente de la situación, mirándola y luego dirigiendo su mirada al cielo.

-pero que bonita se ah puesto, perfecta para el señor sesshomaru –pensó cuando se dio cuenta que el sol había desaparecido y la luna llena adornaba el cielo.

-¿señora? –pregunto Rei caminando a la par de ella por el bosque

-¿si? –pregunto anticipando la pregunta

-¿tiene hambre? –ella paro en seco y lo miro puntillosamente, ¿acaso se burlaba de ella? –Puedo recolectar algunas frutas o conseguir pescados… -dijo indiferente sin mirarla.

Ella comprendió y accedió, pero le pidió que la acompañase un poco mas al centro del bosque. Esa noche casi no hablaron, no porque estuvieran tensos, solamente ninguno encontraba nada que decir. Cuando el se durmió, ella subió al mismo árbol en que él se apoyaba y se recorto sobre un rama.

-creo que es la hora de viajar al Oeste. ¿Pero que pensé que Totosai me diría? Que tonta fui… pregunté algo para lo cual ya tenia una respuesta.

Pronto la noche se alejo y la mañana recibió a la pareja de demonios con una fuerte lluvia invernal. Ella con una sola orden, creo todo un nuevo vestuario con una forma diferente de armadura y ropa más resistente al agua y viento que la del día anterior. También creó una nueva capa para Rei, quien aun se sorprendía al ver como con una sola orden las cosas aparecían o se transformaban delante de ella. El camino era bastante largo pues aunque estaban cerca de los límites del Oeste, ella decidió primero rodear las tierras y mantenerse alejada lo más posible del centro, pero con el tiempo y las esperanzas cada vez más lejanas, tuvo que ir yendo hacia el centro de las tierras. La octava noche desde la tarde en que habían visitado al viejo totosai, Rei percibió una corazonada. Había despertado con un grito, que por supuesto puso atenta a la chica que le pregunto que sucedía.

-el fragmento –nombro el –la presencia de la perla. Señora, vamos por el camino correcto –dijo con alegría, aunque ella no se alegro en lo mas mínimo cuando el miro ese camino, el camino que ella conocía como aquel que hacia muchísimos años atrás lo llevaba a su gran amor y luego mas cerca de estos años, también llevo a su segundo gran amor, el nieto del primero.

Subió al árbol y pensó en lo que le sucedía “¿porque me molesta tanto?¿ Acaso es la idea de volver a verlo, o la posibilidad de que tenga que matar a alguien? Y peor aun, ¿que sea alguien de su propio reino?¿ Tanto me molesta la posibilidad de que el me odie?”

La mañana llego esta ves mas pesada y calida, el invierno por supuesto aun no se iba, pero esta ves era aun mas molesto y calido que el día anterior. Los bosques estaban húmedos con la nieve derritiéndose, cuando ella dio la orden a sus ropas y se transformaron en un hermoso kimono, apretado a la altura de la cintura pero holgado arriba y debajo de esta. A Rei, que tenia cabellos largos y marrones con leves tonos rojos, le creo una ropa similar a la de Inuyasha pero azul oscura. Por alguna razón que no era muy extraña, a Rei le agradaban las ropas oscuras.

Mientras caminaban y acababan a los monstruos en el camino, ella reía ante los recuerdos de las torturas que le había hecho a Rei en cuanto a sus ropas.

-¿recuerdas cuando transforme tus ropas en un vestido rosa? –decía mientras carcajeaba y el se enojaba aun peor.

-¿como olvidarlo, ama?

Caminaron hasta que la tarde cayo. Los monstruos ya habían sido alejados por la espada de su ama y él había recolectado una buena cantidad de frutas.

-por alguna razón, estas tierras pareces ser mas silvestres y repleta de monstruos que otras. Las aldeas que cruzamos son en menos cantidad que en otras tierras, ¿lo noto ama?

-así es Rei. Eso es porque estas tierras son conocidas por ser controladas por youkays. Tengo la leve impresión de que si seguimos matando a los monstruos que se nos cruzan, pronto vamos a tener que enfrentarnos al señor del lugar –dijo tranquila

Rei se sorprendió. Por un segundo trastabillo en la posibilidad de que su ama no quisiera pasar por estas tierras por algún ser que ella conociese de antes, más lo había pensado cuando le comunico por este lado la presencia, y ella actuó como si le molestara la idea, pero ahora la manera en que lo había dicho era como si hubiera superado el problema… pero ¿superado qué problema?

Luego de esa conversación y los cruces de pensamientos, las peleas con los monstruos parecieron hacerse mas abiertas y cuantiosas a medida que se acercaban al centro de las tierras. Rei insistía en seguir acercándose, mientras ella mataba a más y más seres. Sabia que cada ves que mas se acercaba, más probabilidad había de que el la percibiera, lo que le llamó la atención pues supuso que el la buscaría pero nunca apareció. Cuando Rei al tercer día pasado aquella tarde de la conversación, se había ido a buscar alimentos y se había alejado de su ama, esta camino hasta una aldea cercana, transformando sus cabellos para que fueran mas cortos y convirtiendo sus ropas en un kimono mas común. Cuando estuvo cerca de la aldea, que no estaba tan alejada de la aldea de Kaede, ella borro sus marcas por el momento, tomando solo apariencia humana.

-hola –saludo a un aldeano

-hola señorita, que se le ofrece

-disculpe las molestias pero… me gustaría saber, se que sonara raro, pero quiero saber sobre un monstruo. De hecho, se trata de un medio-monstruo. Inuyasha, lo llaman. Quería saber si usted ah escuchado hablar de el.

-ahh, si, el vive en la aldea vecina, es uno de cabellos blancos. A veces viene cuando tenemos problemas.

-veo, mejor dicho escucho en su voz agrado hacia él.

-por supuesto, nos ah ayudado mucho.

-le agradezco su amabilidad, ¿podría indicarme el camino a la aldea donde se encuentra?

Luego de esto, ella camino un trecho hacia la aldea vecina pero luego viro y volvió a encontrarse con Rei.

-creo que iremos a visitar a aun antiguo amigo –dijo respondiendo a la mirada de curiosidad del demonio. –aunque este es mas peligroso que el anciano.

El demonio sonrió sobriamente, hacia mucho que no descargaba sus poderes en una pelea como la gente. La chica no se inmuto y siguió su camino hasta donde estaban las frutas.

Esa noche acamparon y a la mañana ella lo dirigió a la aldea. Estaba bastante igual a como la recordaba, los niños jugando y corriendo de aquí a allá, los campos bien cuidados, las casas. Pero no pudo ver mucho, porque cuando se acercaron los aldeanos se espantaron. Una de las cosas que volvían a Rei bastante poco convencional es que siendo un demonio infernal, hasta los mismos humanos notaban su aura oscura y les temían mas que a los mismísimos youkays terrenales (como ella). Por eso, y ante el lío formado, no tardaron mucho en encontrarse a la rojiza forma de Inuyasha frente a ellos.

Este, despistado como siempre, no la reconoció y prestando atención al chico, desenvainó su espada dispuesto a atacar. Sin dar tiempo a ninguno de hablar, Rei solo acertó a desenvainar una katana, cuando Inuyasha ya estaba por usar su viento cortante.

La ventisca se elevo y ella se alejo un poco. También le indico a Rei que le copiase, pero este le rechazo el reclamo. Cuando el viento estaba por llegar a el, una voz resonó por el lugar.

-detente.

Ella se quedo helada, ¿como no lo había podido percibir? Inuyasha también se quedo helado, el único que se movió fue Rei, que se acerco a ella.

Cuando izo acto de presencia, se veía tan diferente. Esta vez lleva ropas de otro color, en vez de blancas, eran rojas. Y las flores a su hombro y mangas eran blancas, como contrastando diferente los mismos colores. Sus cabellos estaban algo alborotados, lo cual le daba una vista mas salvaje (y a la vista de ella, mas deseable) su armadura, aunque similar ella noto que no era la misma tampoco. Inuyasha miro sobre su hombro y se enderezo.

-que demonios…

-mira con más atención, Inuyasha –interrumpió seriamente, mientras se ponía a su lado. Ella sintió un vuelco, tan cerca. No pudo evitar sentir su corazón acelerarse, encima parado a un lado de Inuyasha, ambos se veían tan enigmáticos, tan deseables, tan sexyes… pero especialmente él.

-sesshomaru… -dijo ella dando a entender que lo reconoció.

Rei que estaba a su lado, guardo la katana y bajo su vista.

-lo lamento ama…

Los dos hermanos se sorprendieron, aunque el que mas lo mostró fue el hanyou. Ella solo sonrió levemente y lo miro de soslayo. Luego subió su mirada.

-tanto tiempo…

Entonces, sin que nadie se lo esperase, siquiera Inuyasha quien luego pensaría que estaba alucinando, y tan rápido que siquiera Rei ni ella misma reaccionaron, en un parpadeo sesshomaru apareció frente a ella y tomándola por la cintura, la beso posesivamente.

Los otros dos abrieron a la par sus ojos desaforados por la sorpresa, aunque la que mas abierto tenia sus orbes era ella, que aunque no se resistía aun no caía en que el que estaba manejando sus labios era el. De hecho… la estaba besando! SE ESTABAN BESANDO….!!!








espero les haya gustado, dos dias tarde en hacer esta conti!! como el domingo me voy ^^ espero poder tambien adelantar el painista. cuando vuelva kiero los super comentarios!!!!

besoooo
suerteeee


o.O espero les haya sorprendido un poco la vuelta que le di a la hiustoria... a que no se imaginan quien tiene el fragmenti y tiene que matar ella? jojuuu (6)

la pomy

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

che que triste, nadie comenta :( bueno noi nadie, pero pocos. gracias chicas por sus comentarios, espero les guste el cap, en el proximo voy a terminar el fic.






Sentia su cuerpo flotar libremente en la dulce nada. Las caricias, los roces, todo lo del exterior no hacia mas que resultarle comodamente divino, y sentia como podia dejarse hacer lo que fuera, teniendo la seguridad de que eso que podria pasar seria hermoso. Sus ojos cerrados y su cuerpo danzando lenta, acompasadamente al brío de las caricias suaves pero sin dejar de ser posesivas, asi ella se dejaba hacer mientras subia sus manos y abrazaba como por instinto a quien la abrazada por la cintura y la acercaba cda ves mas a su cuerpo.

Ambos se probaban, sentian, disfrutaban. Al principio el habia sido brusco, con movimientos ajenos, tal como si probase algo aun desconfiando que se tratase de algo que podria no ser lo que buscase. Ella lo noto y al principio tambien fue brusca, pero ¿Cómo no rendirse a tan divina union? Y lo comenzo a besar mas pasionalmente, dejandose débilmente llevar ante la presencia y el aura nociva del otro. El beso entonces continuo mas profundo, ya no probandose, sino reclamando continuar algo que en el pasado habia quedado sin concluir.

Las altas figuras contrastantes se encontraban unidas de una manera que para él era incomprensible. Podia sentir claramente la oscura y fuerte presencia de la jora figura de blancos cabellos, pero aun asi no concebia la idea de que los largos y fuertes brazo de ese ser envolvieran de esa manera a su ama. Y tampoco creia poder estar viendo que ella le correspondia… era confuso, porque el solo habia visto a su ama cerca de seres poderosos mientras batallaba o hablaba con ellos, y siempre habia sido distante a todos, aunque nunca cesace su cariño y calides para con los demas.

En esta ocasión, cuando sus cabellos se movieron con la brisa y sus ojos desbariaron al ver la accion de su hermano, no habia podido evitar sentirse algo mareado. Cuando vio la manera en que el la tomaba, y como luego ella subia sus garras y sujetaba suave y tersamente el cuello de su hermano, no se sorprendio al escuchar en el aire un gruñido de placer proveniente de su mayor. No le sorprendio pero le parecia surrealista lo que estaba sucediendo. Sin embargo no pudo evitar sentir esa aura maligna, ese poder asquerosamente fuerte y puro que provenia del enano ser. Lo miro en parte tratando de conseguir mas información de el, y tambien tratando de despejar de su mente ese malestar posesivo y ese dolor en su pecho ante el aislado beso de esos dos pasionales amantes.

De pronto las gelidas y funestas miradas de ambos hombres que se veian aislados completamente de sus entornos, no evitaron sentir una confusa ira contra el otro. Rei miro de soslayo a su ama, quien no le prestaba la mas minima atención. Sintio una ira crecer aun mas o delineo el contorno de la colosal espada de su contrincante. Sonrio cuando encontro en la sangre humana del hombre una mescla de sangre yokuay.

-con que un hibrido… -dijo por lo bajo, aunque Inuyasha leyo sus labios y entendio lo que dijo. Apreto mas fuerte el puño del arma, como si le enojase esta declaracion.

-quien demonio eres? –dijo tambien por lo bajo, aunque los finos oidos de Rei escucharon perfectamente.

Entonces él tambien desembaino una espada, mucho mas fina que la de Inuyasha y larga. El filo se veia amenazante y cuando la izo en las alturas para poder blamirla, vio en el reflejo de la pura plata que la componia, la imagen de las altas figuras, aun abrazados y dejandolos afuera de contexto a ambos seres.

-averigualo –respondio Rei cuando mientras iniciaba su ataque el cielo se repletaba de nubes oscuras. Inuyasha presto atención al ataque, pero fue rei quien se detuvo en seco antes de lanzar el ataque y sorprendio al hanyou.

-que sucede? –exclamo Rei mirando hacia arriba de su cabeza.

-ehh? –dijo torpemente el hanyou cuando miro al cielo cada ves mas oscuro. Rei entonces, ignorando ahora al hanyou comenzo a mirar a todos sus alrededores.

Sentia la calides del otro y sus manos se movian amenazantes, acariciando las largas y sedozas hebras plateadas, mientras su figura se moldeaba superficialmente a la de el. El cada ves mas la apretaba y atraia, y los dos indescriptiblemente no podian separarse. No querian…

Un calor molesto, como quemante comenzo a llamar la atención de la mujer. Movio sus manos como tratandoi de disipar esa extraña extraña sensacion. El tambien comenzo a mover con molestia sus manos, pero esa extraña molestia comenzo a sentirse por todo sus cuerpos y terminaron separandose bruscamente uno del otro.

El la miro con atención, recorrio por completo sus facciones y mantuvo su postura seria pero algo exasperada. Sentia un calor intenso recorrerle calidamente por el interior, pero esta extraña sensación carcomiendole su cuerpo lo hacia sentirse incomodo. Ella a su ves se mantuvo atenta. Lo miro un instante y le esbozo una tierna y pequeña sonrisa. El abrio unos centímetros mas su mirada, mostrando algo de sorpresa. Ella volvio a su estado serio y ibservo a sus garras. Luego miro al cielo y dirigio su mirada a Rei.

Sesshomaru siguió los movimientos de la chica y miro al cielo tambien. Negras nubes se amontonaban cada ves mas, como dando un inicio acelerado a una inmensa tormenta. Luego vio que ella dirigia su mirada al enano ser que él habia reconocido como un colosal ser de las concabas cuevas del inframundo, un ser infernal. No le tenia miedo ni mucho menos, pero ahora que en su mente calibraba este detalle, le presto atención al chico y lo estudio con su mirada. Su vista estaba perdida mirando los alrededores. De la nada, sintio el calido roce de la mano de la chica sobre su antebrazo.

-ven –le dijo candidamente la mujer mirandolo a los ojos. El le devolvio una atenta mirada y cuando ella paso a su lado caminando, el la siguió. Ambos entonces llegaron a la altura del demonio.

-rei –llamo ella.

-ama, hemos encontrado al fin la presencia del fragamento –dijo sin mirarla, mientras miraba sus alrededores y tanteando su costado guardaba una ves mas su filosa espada.

-escelente –dijo ella esbozando una pequeña pero orgullosa sonrisa. –llevame alli Rei.

Sesshomaru se acerco por detrás a ella, como haciendole notar a ella que él aun estaba alli. Esta se volteo levemente y lo miro sonriente. Todos alli sentian una inmensa presencia, como si las auras de los cuatro seres chocasen y se rechazacen entre si. Sesshomaru se poso al lado de ella y le tomo de una mano.

-dime al menos como debo llamarte ahora, si es que te volveras a ir.

Ell,a miro con dulzura al alto hombre.

-de muchas maneras, como al dueño de las tierras debajo de nuestro pìes, me conocen. Me han llamado de diversas formas, todas al libre albedrío de los demas. Llamame como te plasca, dandome antes a conocer que ese sera en mas, la manera en que tu me conoceras.

Son estas frescas palabras, el hombre miro con astucia a la mujer.

-entonces te llamare por el nombre por el cual yo te conoci, y te pedire que te hagas conocer por ese nombre de ahora en mas. Te llamare Kagome.

Ella se sorprendio y le parecio completamente romantica la declaracion. Sonrio con delicadeza cuando rei se paro delante de los dos.

-ama –llamo algo molesto por las acciones de la mujer. No le parecia correcto que estuviera tan desantendida del suceso tan esperado, solo por… ese yokuay.

-rei –dijo ella como saliendo de su ensimismamiento –no perdamos mas tiempo, vallamos ante este llamado del cielo invocandonos – entonces se solto el agarre del hombre y miro a Inuyasha.

-no tenemos que ir a ningun lado, ama –dijo el mirando con desconfiaza a los dos hombres. Ella miro con sorpresa y atención al ser, mientras sesshomaru fruncia el ceño.

-¿a que te refieres, rei? –exclamo ella ya sin paciencia

-me refiero que al que buscamos, ama, esta aquí, entre nosotros dos.

Ella miro ahora con sorpresa pero tristeza, viendose cumplido su temor de que en ellos dos se encontrara su victima. No supo bien porque pero miro con aspiracion a Inuyasha, dejando detrasd de ella al yokuay, como si lo protegiera, pero rei penso “ protege a este ser desde el fondo de su alma, sin estar aun conciente de que lo tiene que defender de ella misma. El fragmento de la perla debe de estar bajo el poder de él, es quien me hace sentir asi, es por el que me siento tan mal. Lo lamento ama, me alegra a mi que a si sea, pero me entristece que se trate de alguien a quien tu quieres ese que tienes que matar”

-ama-llamo rei –es hora ama, deje cumplir su mision.

-¿Quién, rei? –pregunto llendo al grano ella.

Rei solo miro amenazante a la alta figura de sesshomaru. Esta se volteo y lo miro con su corazon compungido.

-yo ¿Qué? ¿de que trata esta mision, Kagome? –pregunto el tratando de volver a abrazar a la mujer.

Ella rechazandolo mientras caminaba hacia atrás, solo suspiraba en silencio.

-oye enano, dime que sucede con sesshomaru –gruño Inuyasha, quien estaba a la par del enano.

Rei miro al hibrido y luego aprecio en silencio la melancolica belleza delante de el. Junto sus manos como señal de paz y bajo su mirada.

-mi ama debe matar y entregar el cuerpo fallecido al señor del inframundo, y asi ella volvera a ser libre en la tierra.

-que? –pregunto Inuyasha –se mas claro enano! Explica bien que sucede!

-tengo que… matar a sesshomaru –dijo ella

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

eh aqui el final de mi fic, muchas gracias a todos aquellos que se interezaron y lo siguieron. espero les guste el fin. besoooo

ahi les va:




-tengo que… matar a sesshomaru –reconoció dejando un gran silencio a su alrededor. El reflejo de los truenos arremolinándose tal y como las amenazas del propio Zeus aseverándose cada ves mas, sus garras comenzando a chorrear veneno, su instinto asesino en potencia, sus poderes creciendo, todo era respuesta a poder cumplir su misión. Qué claro estaba para ella en esta ocasión en que el oscurecimiento del cielo era una luz de blanco mensaje hacia ella… si mataba a sesshomaru las cosas volverían a la normalidad, y un destino seguramente escrito anteriormente daría paso a una clase de utopía… el mal de la perla y uno de los mayores yokuays y amenaza al mundo se iría para siempre, el mundo se vería repleto ahora de monstruos cada ves menos poderosos, los humanos vivirían con tranquilidad con sus guerras y batallas, amores y tristezas, y ella… bueno ella cumpliría tranquilamente entonces la misión de dar descendencia de su raza, seguramente con algún humano o ser de su especie y todos felices.

Mientras ella pensaba esto, sesshomaru miraba fijamente a la hermosa, alta y esbelta figura de mujer cerca suyo. Había soñado con su retorno, su malvada mente lo había carcomido en remordimiento, lo había cocinado a un fuego lento con mezcla de pasión y curiosidad, de culpa y deseo… no se culpo por volverla a besar, pero los esperanzas, los sueños y aclamaciones que tuvo en momentos de regocijos al imaginarla a su lado ahora se extinguían cuando escuchaba esas palabras y captaba una leve visión de la realidad. Suspiro para sus adentros cuando al menos caviló pensando en morir en sus manos y no bajo la de cualquier otro ser en la tierra… porque… ¿realmente estaría dispuesto a pelear contra ella?

Por otro lado, entre gruñidos y desconfianza, la cabeza del hanyou parecía partirse al medio como ilusiones de esos rayos iluminadores cayendo una y otra ves sobre su cabeza. No entendía, o no quería entender lo que sucedía.

Rei era el único que parecía mantener realmente la calma, su misión había acabado al encontrar a ese hombre.

-dime sesshomaru, ¿puedo saber como acabaste poseyendo ese fragmento? –pregunto de repente, para sorpresa de todos.

Kagome lo miro con los ojos bastantes abiertos, pero luego dirigió su completa atención a sesshomaru, viendo ahora algo mas interesante en que pensar. Era cierto… ¿Cómo había hecho?

Inuyasha siquiera presto mucha atención, solo se quedo mirando a Kagome de un manera extraña. Demasiada para el gusto de Rei, quien prestaba atención tanto a la respuesta de su pregunta como los alrededores, incluido el hanyou.

Sesshomaru miro fijamente a la mujer y estudio la situación. Cerro sus ojos cuando su mente cavilaba mas fuerte que nunca, decidiendo cosas, y al momento de decir la respuesta, miro de soslayo el cielo.

-en la ultima batalla yo poseía ese fragmento. Nunca le di importancia y hace tiempo en una batalla mientras buscaba aun a Naraku lo obtuve sin desearlo siquiera. Como había una leve oportunidad de que el maldito de Naraku controlara a alguien de mis servidores, decidí mantener el control del fragmento bajo mi aura pura.

Kagome escucho cada palabra con detalle, con excesivo detalle. Aun su mente seguía pensando en las realidades y sopesaba los hechos cuando vio que sesshomaru caminaba lentamente hacia ella. ¿acaso no le temía? Era obvio que por su naturaleza y poder no le temería, pero aun así ella dio por sentado que la acción de cualquier ser enfrentado a una representación de la muerte como lo era ella ahora, seria una reacción de rechazo. Y aunque por ahí el se acercaba para engañarla y atacarla primero, aun así ella estaba segura de que él tanto como ella sabían que ella ganaría. Así el destino lo deseaba.

Rei empuño el mango de una de sus armas, miro de soslayo a ambos y se preparo fríamente para cualquier cosa que sucediese, aunque la acción que sucedería luego no la terminaría de comprender jamás.

-¿y bien? –dijo cuando estuvo delante de ella, lo suficiente para que con solo mover un dedo tocase al otro.

-levántate sesshomaru –ordeno mirando como la alta figura del hombre de erguía arrodillado delante de ella. -¿Por qué alguien como tu se arrodilla delante mío?

-moriré si ese es tu destino, dime Kagome, ¿Qué ganaras con todo esto?

Inuyasha quedo en silencio sepulcral por un segundo, hasta que interrumpió la respuesta de la mujer tirandose bestialmente encima de su hermano y en un arranque de cólera golpeándolo. Sesshomaru al instante de puso en guardia y devolvió el golpe a la quijada del hanyou, rodó en el suelo y quedo encima de el. Se levanto alarmado.

-QUE DEMONIOS TE SUCEDE INUYASHA?!!

Su hermano lo miro con un odio y rencor indescriptible reflejado en el rostro de otra cualquier persona. Kagome sintió estremecer su espalda, cuando en silencio Inuyasha se sentó en el piso y la miro a la expectativa, como si en un silencioso acuerdo, todos se interesaran por dejarla terminar. Ante la presión, ella solo mantuvo su porte.

-obtendré mi vida devuelta. –contesto solemne, mirando a Inuyasha, incapaz de mantenerse así si miraba a quien le había ofrecido la vida, o mejor dicho la muerte en sus manos instantes atrás.

-pero si ya estas viva! –exclamo el menor.

-no lo estoy, Inuyasha. Solo por estos momentos estoy de pie gracias a los artilugios de la fuerza infernal –miro a Rei-la misma que le permite a alguien como el estar aquí… pero si no cumplo…

-volverás al infierno. –concluyo sesshomaru –pero yo soy un demonio puro, yo mas que nadie merece ir allí. Termina tu misión Kagome.

-no –dijo mirando por ves primera al mayor de todos ellos menos que ella.

Rei fue quien mas sorprendido se mostró, y por extraño que suene, Inuyasha fue quien mejor mostró comprensión a la situación. Kagome no dejo hablar a ninguno cuando de golpe se volteo y camino unos pasos contrarios a sesshomaru. los truenos y vientos se arremolinaron en queja de la situación y con los cabellos volando en el aire, y su aura siendo cada ves mas visiblemente oscura, ella se volteo y miro a los tres hombres, siendo llamada por uno de ellos, el mas alto. La aldea cercana de allí estaba ahora a oscuras, con los humanos seguramente escondidos. Ella lo noto al correr su mirada un instante. Luego, poso su vista en él una ves mas. Un trueno sonó en el momento que sus miradas se cruzaron, y callo tan cerca que la onda expansiva y el ruido mismo dañaron a todos los presentes.

-Kagome… -dijo con un tono mezclado de suplica y reproche.

-ya lo eh decidido, no lo haré.

-porque!? –exclamo Rei, caminando cerca de su ama, pero Kagome lo rechazo al instante. Cuando este se hubo alejado, ella bajo su cabeza, y con la sombra de su flequillo sintió por primera ves su cuerpo como hincharse, tal y como si sus poderes aumentaran tanto en su interior que se agolparan y la comenzaran a dañar. Miro sus garras, extrañadas de la sensibilidad a cada movimiento, sus garras parecían mas filosas, sus dientes lo parecían cuando sin querer se rasgo la lengua. “mi destino…” se escucho susurrar en una de sus tantas dimensiones… comenzó a llover y sus cabellos cayeron en cascada.

-lo hubiera hecho… -dijo de repente llamando la atención de todos –lo hubiera hecho, pero… -apretó sus puños y con una inconsciente descarga de su propio veneno, no supo porqué ni cómo, sus nervios se apaciguaron y una ola de paz la abatió de golpe. Sin levantar su mirada comprendió el porqué de esa reacción, ya había tomado una decisión. Y sabia que además de ellos, habían otros oídos prestados a oírlos. Mejor dicho a oírla. –sé que no tendría que haber tenido problemas para matarlo –prosiguió hablando-pero… si tan solo no me hubieras besado –dijo con algo de reproche levantando la vista de golpe. Unas brillantes lagrimas cristalinas adornaban su hermosa mirada –si tan solo… tu… no me hubieras recordado lo hermoso que es sentirte a mi lado… sesshomaru –dijo con tanto sentimiento en cada palabra que le saco el aire a mas de uno. Otra lagrima mas camino por su rostro y el corazón del hombre parecía romperse con esas simples pero sentidas palabras… de repente ella trago en seco y sus lágrimas secaron. Miro ahora con decisión a Inuyasha y Rei… - sin importar las consecuencias, yo no seré quien lo mate. No ahora, ni nunca.

-Kagome! –rugió sesshomaru cuando la tormenta se volvió tan espesa y fuerte que a penas si ella se denotaba en el furor del agua y de los vientos. Camino tratando de darle alcance pero sentía a su cuerpo entumecerse cada ves mas.

-el fragmento… -grito ella al verlo –dame el fragmento sesshomaru

-Kagome… -susurro con tristeza al ver en medio de la furiosa tempestad a su hermano protegerse con sus brazos y caminar débilmente junto a su verdadera amada. Ella mantenía su postura como si nada fuera de su mente sucediera, pero ese brillo, esa mirada que ella dirigía, y la espalda de su hermano… había algo mas pasando allí. Saco su espada y con tenacidad la clavo en el piso. Rei simplemente se quedo a un lado de Inuyasha.

-dime enano, que pasara ahora?

-pues… si ella ya tomo una decisión, supongo que volverá a hacer lo que ya ah hecho antes.

-a que te refieres? –pregunto mirándolo con la frente fruncida Inuyasha, mientras sus ojos se lastimaban ante la ventisca

-acaso no sabes la historia de Kagome cuando ella fue mas joven? –pregunto a los gritos

-no –contesto leyéndole los labios al chico, ya que por poco el viento dejaba llegar sus palabras- acaso importa?

-ella se sacrifico hace años Inuyasha… por el abuelo de sesshomaru!... ella murió por salvarlo, y ahora lo volverá a hacer… -anuncio.

Mientras tanto, sesshomaru ya estaba casi a la altura de ella una ves mas. Cuando ella estaba por extender su mano para que él se lo diera, este se aferro directamente a su cuerpo, la abrazo fuertemente y no la quiso soltar a pesar de las quejas, reproches y golpes por el otro lado. La tormenta parecía ser un tornado, y los cabellos húmedos de ambas criaturas flotaban con violencia.

-déjame ir… -grito ella al oído del hombre

-Kagome… no dejare que mueras por mi culpa! –exclamo sesshomaru

.-yo… no te preocupes por mi –logro separarse de el y de la nada, esa carga que no sabia muy bien que tenia pareció desaparecer y ella sonrió por primera ves desde que el cielo tapara el sol. Miro con dulzura y sus parpados cayeron un poco como señal de cansancio. Aun abrazada a el, lo miro una y mil veces, hasta que basándole la mejilla, correspondió el agarre –tranquilo sesshomaru – bajo sus manos por el pecho de este, quien suspiro ante el contacto, concentrado cuando ella izo un ademán extraño –ya ice esto alguna ves… te amo.

Y luego de eso… nada. Abrió sus ojos con desolación, en medio de la tormenta sus cabellos le pegaban como látigos, enfadados con brutalidad contra él. Su cuerpo, mojado, estaba solitario sin sus brazos rodeándolo. ¿Dónde estaba? Se había ido… ya no estaba.

Quedo quieto no supo cuanto, y solo volvió en si cuando una mano en su hombro le izo sentir sus pies en la tierra. Se volteo y se dio cuenta que la lluvia había cesado y la noche ahora brillaba con sus estrellas en alto. Miro a quien lo llamaba… Inuyasha, su medio hermano. Ahora se llevaban mejor, con sus peleas si, pero al menos había aprendido a aceptarlo. Por ella, claro, por aceptar hacia tiempo su lado humano. Cuando se forzó a aceptar ese lado de ella al verla perdida… miro al cielo, la había vuelto a perder.

-Rei desapareció casi al mismo tiempo que ella. Agradeció que la dejaras ir sesshomaru… me dio la impresión que debía recordártelo… hace rato estas aquí. Mejor vayámonos a casa –dijo llena de comprensión su voz.

Sesshomaru miro con su dorada vista los árboles cerca de el, ella había hablado algo de los elfos, aun él los había visto. Quería respuestas… algo había que poder hacer! El no la había dejado ir… jamás haría algo así como perderla una ves mas.

-en el fondo de tu corazón, dejaste irme por mas que eso te partiera el alma. Me hiciste un favor sesshomaru… porque me ahorraste uno de mis peores sufrimientos, sino el peor… de vivir una vida, sin ti. Gracias…

Esa frase que el luego se repetiría día y noche, mirando el cielo de ves en cuando, tratando de ubicarla como si fuese un ángel que bajara de repente, ella había desaparecido. Los elfos jamás se le volvieron a presentar y él entonces así quedo. Solo… sin el fragmento que ella había sabido verle y quitarle cuando en sus últimos instantes volvió a su manera mas pura, cuando ella volvió a escuchar el latido de su propio corazón, cuando gracias a el volvió a vivir.,.. Porque volvió a amarlo.

Lejos de allí, Inuyasha se la pasaba repasando en si mismo la misma reflexión… “Rei dijo que ella decidió salvar a sesshomaru gracias a la muestra de él de amor hacia ella, si no hubiera sido así ella lo hubiera matado llevaba por sus instintos a no ser por la indagación a su parte humana. Pero creo que si ella lo hubiera matado, en realidad nunca hubiera estado realmente viva. Ella no podría haber vivido otra vida completamente sola… sin embargo el aunque le cueste, es mas fuerte y sigue adelante. Me alegra que ahora me acepte como su hermano… tan solo espero que estés donde estés, Kagome… sepas que yo siempre te amare, y llegare a ti antes que él. Así yo te haré compañía… aunque dudo que el tonto ese me deje jeje”


Flash back…

-hanyou, no debes sentirte mal por ella. Después de todo, ese demonio puro pertenece desde sus raíces al inframundo y cuando su estadía acabe en la tierra, volverán a estar juntos… por toda la eternidad.


se que no era lop esperado.. pero que mas da! sino, no seria Pomy xD

dejen comentarios!!

otro fic que se va :(

la pomy

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

bueno si queres, aunqure tenia ganas de hacerle un epilogo para contar qué pasa luego... decime qqué no entendiste y te loexplico je... pasa que el final lo escribi apurada jojo... xD

grxs por pasarte

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

jha claro, ya son dos xD no tengo problema. ahora relei lo que escribi tengo la idea espectacular para dejar bien clarito que paso y contarles un poco que paso luego. pero esperen che, quiero comentarios!

despues de todo... no todos los dias termino un fic!

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

EPÍLOGO "La Fuerza Más Poderosa"

cuando llegan estos momentos, la hora de decir adios, no es tiempo de llorar, si no de crecer. un nuevo capítulo de mi vida como escritora de fics se cierra, y seguramente nuevos capitulos abriré. esta parte, haciendo mension de todas las otras, la escribí en un arranque de inspiracion, y sí... encapsulando todo, tiene todos los errores que acostumbraba tener xD

espero les guste, es largo, pero... eso tmbien es caracteristico mio xD espero les guste :D

grxs a todas las que comentaron ahora y siempre, que todo el tiempo me dan animos.

Tantos años habían pasado, y ahora ya el tiempo parecía ser nada más algo contrastante, una muletilla, una guía por la cual esta historia se había sabido ordenar. Mucho tiempo podría suponerse que pasó desde aquella vez en que el temible y poderoso yokuay vio por última vez a la dama, pero tan poco había sido para él, tan escaso había sido, como el contrario a lo que había sido para su medio hermano.

Inuyasha se había vuelto líder de las fuerzas militares de esas y varias tierras más. Se había puesto por un tiempo de novio con una chica, en realidad se trataba de una hanyou como él. Era muy bella y fuerte, aunque algo histriónica y juguetona pero sumamente sabia. A veces daba la impresión que recordaba el lado sonriente de Kagome de antaño, y a veces por la seriedad e inteligencia, a la ambulante Kikyo. Al menos eso pensé yo cuando la vi, desde la lejanía, desde mi hogar. Pasaron compartiendo pequeños y largos encuentros durante un lapso en que guerras, grandes batallas entre youkays y humanos se libraron.
Poco a poco los primeros extrañamente parecieron rechazar como nunca su convivencia con los últimos y el infierno, las cavernas que siempre fueron mi hogar, se volvieron su lugar también.

Los festines fueron entonces más alegres, las batallas más aledañas y entretenidas, y los bailes más interesantes, eso era seguro. Pero fuera de todo esto, cuando volteaba mi rostro hacia la ventana que mostraba imágenes del mas allá, de las tierras de arriba, y cuando hablaba con el que todo lo ve, con el señor de las tierras del inframundo, cuando charlaba amenamente con Hades, ambos y yo misma notaba que cada ves los humanos eran más y más fuertes.

Pronto, los más fuertes youkays estaban aquí, y por las noches eternas del inframundo, me la pasaba recorriendo los largos pasillos que puerta tras puerta mostraban imágenes que eran realmente común pero más artísticas y variadas sobre las sombras rojizas de las paredes de roca. Esta noche no era diferente, y no se trataba de que hacía instantes había una luz que había indicado que era de día, pero simplemente yo podía saberlo a causa de mis poderes, el sol en mi frente, ahora algo opaco, era el indicante perfecto. Mis manos ahora eran mas blancas, cierto, pues la luz del amistoso sol ya no llegaban a estas, pero al menos tenia la intención de estar siempre contando lo que nadie más, los días.

El desprecio de los youkays hacia los humanos parecía no descansar en nuestra cuna, en nuestro lugar, aun seguían despreciándolos aquí, y ya fuera por orden de la malvada Hades, el mayor de todos los poseedores de odio hacia los humanos, o por cuenta propia, se la pasaban haciéndole la vida, o muerte imposible a estas pobres almas. La pasión era moneda corriente en una situación así, al menos eso pensaba yo cada ves que veía una de las torturas.

Fuera de eso, alguna vez recuerdo que en los amplios y fríos parajes del inframundo, me encontré una vez a un amigo, mejor dicho a unos cuantos. Se trataba de youkays, sí, los más fuertes tal ves de determinada época. Hay aun hoy youkays más distantes y antiguos, pero parecen no tener muchas ganas de ser sociables, y así se da hasta el día de hoy, los youkays se tratan solo con aquellos que conocieron en vida y no les importa a aquellos nuevos. Pues mi trabajo, o parte de él en este lugar siempre había sido tratarme con todos, llevar recaudos y tratar hasta con los humanos, como dando un poco de organización. Aquella ves recuerdo haber visto en sus profundas y perdidas miradas algo de misterio y preguntaron a mi persona por consejo. Me contaron entonces la historia de una pequeña yokuay, una de la cual hacia muchos años había tenido un feo destino, un grotesco final. Yo la conocía, por supuesto, yo conocía y conoceré a todos los personajes que por el inframundo pasen. Pero en esta ocasión se trataba de no una segunda, si no una tercera oportunidad de volver al más allá, sí, a donde el sol aún alumbra.

Fue entonces que esta observación puntillosa comenzó a darse de mi parte a mi antiquísimo hogar, el que esta a la luz de mi amigo día. Apolo alguna ves me había contado con detalle de sus jardines, aquellos que lejos del horizonte mismo, estaba plagado de campos y de animales pastando, donde la leche y el vino eran el agua a tomar, y la carne y las frutas los alimentos del día a día. Recuerdo aun ahora con desvelo esos relatos, pero fuera de los detalles, recuerdo aun que aquella ves en que me pidieron consejo y un favor, un molesto pero a la ves fácil favor, lo volví a ver, a él, a quien había conocido cuando había tomado tantas charlas con Apolo, mi amigo. Se trataba de un yokuay, uno que hacia años estaba a mi lado en el inframundo pero que solía hacer viajes largos y para mi carente de sentido, se la pasaba velando por su familia, por la que quedaba con vida.

Varias veces le dije que no se metiera en esas cosas que no eran de su incumbencia, pero haya él y su terquedad, los youkays de raza perro suelen ser difíciles de convencer. Cuando me contó del problema, no sentí rencor ni miedo, siquiera curiosidad, pero me pareció algo justo, y fue cuando tuve una de mis largas conversaciones con el pelirrojo Hades.

Allí hablamos de amor, aun lo recuerdo pues un yokuay como yo siempre esta agraciadamente dotada de gran memoria, y pues recuerdo que hablamos del amor, el amor como definición de actos completamente desinteresados, y de la probabilidad de que los humanos realmente cometieran actos así era poco propenso, aunque en ese momento creo que fuñe cuando recapacite sobre los actos de quien debía volver a la tierra fértil y le dije a mi compañero y colega que le devolviera la vida. Fue así que hades hablo con esos amigos y compañeros de mi vida pasada, y luego, cambio algunas características de la yokuay, la mejoro y forjo un trato planeado. Yo era quien debía usas sus poderes para volverla a la vida, y realmente estaba enterada de que ella conocía a mi nieto y sabía la clase de relación. Una noche, espiando por mi ventana, vi a Apolo bajar a sus tierras y entre medio de los segundos entre el día y la noche, le pedí que me contara más de él. Me fascino la idea de sus poderes e intranquilizó mi sangre saberlo tan infeliz en soledad, así que decidí pedirle a Apolo una ayuda. Él me contó al instante que mi nieto poseía el último fragmento de una perla que de saber que existía en el mismísimo inframundo, intranquilizaría la paz de los youkays. Cuando me enteré corrí de vuelta a mi hogar. Causé algo de molestia al poder del pelirrojo por salir de sus tierras, pero al contarle estuvo de acuerdo con el trato. Yo quería a mi nieto para poder hablarle y tener finalmente a alguien querido a mi lado.

Fue Hades quien habló con ella, pero fui yo quien siguió paso a paso la historia. En ese tiempo en que Apolo me saludaba con regocijo al verme desde las lejanías, seguí la historia mientras Hades se la pasaba burlándose de sus castigos a un demonio hanyou llamado Naraku, hasta que un día su furia incrementó al ver lo que sucedía. Su vasallo Rei, quien había ido durante ya un año según los humanos, estaba fiel a su moción a un lado de mi alto y fornido nieto. Inuyasha aun era algo inmaduro para mi gusto, pero Sesshomaru brillaba en su propia esencia. En fin, cuando escuché la explicación de Rei y noté que esa chica no me daría a mi nieto, luego se tanto poder gastado en ella, fui yo quien oscureció los cielos y Hades quien desató la tormenta y ambos intentamos hacer algo, pero… no lo logramos. Creo que en el momento en que escuché la voz de la chica en nuestra habitación, cuando escuche su pedido de por favor, que la lleváramos a ella a la muerte y no a él, creo que fue en ese momento cuando por primera ves ambos comprobamos realmente de algo desinteresado, ¿Qué ganaba con esa acción?... así fue como quietamos a Kagome –la manera en que mi nieto pidió que se la llamara- al inframundo, y volví a hablar con ella. La quite del propio abrazo de mi nieto, la arrebaté con ira de su agarre y la tiré contra el suelo del gigante living de la mansión de mi señor.

La ira y el egoísmo son características comunes en nuestras vidas, dentro de todo es nuestra esencia, y no sentí culpa alguna ante la gracia y la mirada triste pero decidida de ella. Hablamos, gritamos mejor dicho, yo quedándome un poco detrás, y él siempre estando al tanto de ella. Cuando termino de explicar que ella lo había hecho por amor, decidimos dejarla confinada aquí, porque eso era lo que se merecía.

Aún hoy no me arrepiento de haberla confinado al inframundo, luego de dos veces de venir por obligación, ella decidió venir por decisión propia, siguiendo sus sentimientos. Y sinceramente, cuando vi que era el fin de las razas en el mundo de los hombres, no fue mi culpa ni la de Hades, fue la de ella. Así que la culpa no existe, es solo una vision de los hombres, sí hay responsabilidad, y esta… era toda de ella. Muchos años pasaron ahora, y bajo algunas redes puestas correctamente, terminamos por hacer que los yokuay de raza humano se mezclaran completamente con los hombres, y los demas youkays vinieran a este mundo. La época yokuay había concluido.

Al final, los humanos accedieron al poder, y dijesen lo que dijesen, ellos terminaron perseverando. Uno de los últimos que llegaron fueron los más débiles, los que representaban menor amenaza a los hombres, pero fue irónico saber que luego de tantos cientos de años, muchos después de que tu medio hermano murió, de que su esposa y sus hijos están aquí, el último de todos, has sido vos, mi nieto amado, sesshomaru, uno de los mas grandes. Espero no te moleste toda esta introducción, porque esta es la explicación de porqué ella nunca más volvió y de porqué aún no la ves, aquí está, abre esa puerta y la encontrarás.

-hay algo que de todo lo que me contaste, no comprendi -dijo sesshomaru, mirandola calculadoramente. sus cabellos estaban mas largos y sus rasgos un poco más marcados.

-dime -dijo ella, una poderosísima ente.

-¿porqué no aceptaste cuando relatabas el hecho de que ella era y siempre fué la dueña del corazon de tu esposo? ¿no le tenias acaso algo de ira hacia ella por eso? -pregunto como esperando una respuesta que tal ves apoyara a la que se dió el algun tiempo atras.

-los youkays no sentimos cosas tales como los celos -dijo ella sonriendo -esos sentimientos son de humanos.

sesshomaru la miro un segundo, y sin decir mas la paso por alto, y abrio la puerta donde caminando velozmente, ingresó al lugar que tanto esperaba.





bue che lo demas se imaginaran ustedes, al fin aparecio la abuela! espero les haya gustado :D

la pomy

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

ja les hago otro epilogo si quieren :P pasa que bueno, la inspiracion me agarro para ese lado, y no quise tensar al capitulo haciendolo mas largo.