de Inuyasha - La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

aqui la conti, me agrada que les guste la historia, espero les guste este cap!! ahi tienen:


Un hermoso hombre de rasgos marcados izo su presencia entre los árboles. El hombre parecía llevar ropas similares a las de sesshomaru, blancas con dibujos de flores sobre el hombro izquierdo, pero de colores azules. Su tela precia más pesada y menos fina que la de su nieto, aunque no podía apreciarse muy bien por la gran armadura metálica que protegía su pecho y ambos hombros. Varios picos dorados brillantes, tal como de oro, salían brillantes y filosos, amenazadores de ambos lados de sus omóplatos, mientras que la demás malla parecía ser de plata. También llevaba sus cabellos plateados tomados en una cinta arriba de su cabeza, y las marcas de su rostro eran similares. De hecho, pensó Sakura, parecían ambos un espejismo del otro. Sin embargo, los ojos de su abuelo se mostraban con un brillo extraño, similar al de los señores elfos.

Miro con detalle su alrededor, el aura del abuelo era tan bien comparable al de su abuelo, aunque su color era de hecho más azulaceo y oscuro aun. “será mas poderoso” se pregunto ahora mirando la marcada mandíbula y finos labios. Estaban inmóviles cuando sesshomaru se acerco a el y delante de todos, le izo una reverencia con su cabeza, mostrándole sus respetos.

Ella se quedo helada, pero cuando su abuelo le dirigió la mirada de prepo, como expectante de ella, decidió resignarse a hacer lo mismo. Sesshomaru la miro de reojo y luego volvió su vista hacia el hombre.

-que hace alguien como tu aquí? –pregunto fríamente, aunque no podía aun asimilar la sorpresa que a su abuelo se le izo algo curiosa.

-alguien como yo? Lo mismo que alguien como tu –respondió. Entonces el yokuay mayor de todos, el señor de la raza, el rey de los bosques, se levanto señorial y se poso a un lado del abuelo de sesshomaru.

Sessh los miro con expectación, hasta que su abuelo miro nuevamente a Sakura. Sesshomaru también la miro entonces, y se volteo y camino a su lado.

-ella es Sakura –la presento. Ella estaba congelada ante la visión, por alguna estupida razón sentía temor ante ese ser tan similar al hombre que amaba, deseaba con cuerpo y alma, al cual pertenecía…

-puedo saber porque esta el aquí? –pregunto mirando al señor de los elfos, etiope.

Todos miraron con seriedad a la mujer, aunque comprendieron que las respuestas debían ser dadas. El abuelo camino entonces hacia la chica, mientras esta desconfiada, daba pasos hacia atrás. Sesshomaru entreabrió sus labios, dispuesto a hablar, cuando la mano de etiope lo detuvo. Entonces, comprendió que algo extraño estaba por suceder.

Sakura choco contra un árbol, mirando fijamente al hombre. Porque le temía? Que era lo que le daba miedo?... entonces observo las garras del señor, estas estaban marcadas con garras dibujadas en azul a lo largo de su piel blanca. Sus garras, un poco más largas que las de sesshomaru, lucían algo más amenazadoras y filosas, con un color negro platinado que brillaron entre la densidad de los árboles.

Los seres que estaban atrás y alrededor de Sakura, desaparecieron de golpe. Ella sintió su corazón latir con fuerza, la mirada de él sobre ella brillaba con centellas y ella temió que este supiera su verdadera identidad. ¿Verdadera? Repaso en su mente, cual era su verdadera identidad?

Sesshomaru mientras tanto, miraba con atención la imagen de ellos dos enfrentados uno al otro. Veía claramente el miedo en la mirada de la yokuay, y luego los largos cabellos de su abuelo dándole la espalda, y no comprendía qué era lo que Sakura tanto temía. Observo como levantaba sus garras, pero no fue capas de dudar nunca de sus intenciones, después de todo, el respeto que sesshomaru tenia por su abuelo era muchísimo mayor al que le pudiera tener a cualquier otra criatura en la tierra. Él e4ra la versión de su padre, pero mucho mas gloriosa. Como no podría respetarlo?

Entonces ella vio veneno escapar de las garras. Respiro agitada, su cabeza le daba vueltas. Sintió con temor como ese cosquilleo, conocido, aquel que ella sentía cada ves que cambiaba de imagen, le recorría la nuca y los pelitos mas cortos se le erizaban.

“miedo… porque temo??...” se pregunto mientras se erguía una ves mas, separando su torso del árbol.

-que es lo que desea? –pregunto fríamente.

Vio como el señor levantaba suavemente una ceja, él tenía obvia diferencias con sesshomaru… pero no, eso no era cierto. Las diferencias no tenían nada que hacer con las similitudes. De un momento a otro, un escalofrío la recorrió. Se perdió de golpe en su mirada, como no pudiendo evitarlo. Se acerco a el, escuchaba sus respiros, no le tenia miedo físico porque por alguna razón sintió que el jamás la lastimaría.

-porque? –susurro… entonces sintió el suave agarre del hombre, con su mano apoyada en su cintura. Ella gimió levemente, estaba perdida en el, el recuerdo de haberlo tenido así, mucho tiempo atrás. Recordó sus cabellos, sus miradas. Él no era sesshomaru, pensó la chica, pero no pudo evitarlo.

Cuando quiso acordar, sentía el suave movimiento de la lengua del hombre con el de la ella, el roce de sus colmillos sobre sus labios, sus manos acariciando sus cabellos, sus manos sobre la espalda de ella, de a poco aprisionándola un poco más.

Y como lo disfrutaba… hasta que de pronto escucho un gemido, desde lejos una vos, un susurro. También sintió una descarga gigante de energía, y abrió sus ojos de golpe, separándose.

Ese hombre no era sesshomaru!!!


Lo miro con odio, con rencor. Se separo de el, y lo empujo con fuerza. Pero ya era tarde, cuando lo miro, el la miraba con frialdad.

-sesshomaru… -susurro primero con confusión, mirándolo, y luego lo repitió con tristeza.

Miro a quien la había besado… o había sido ella quien había comenzado?... también la mirada fríamente, como calculando lo que ella haría. Todos la miraban fríamente, lo noto al dar una vuelta sobre su mismo eje, observando los rostros que la rodeaban. De golpe, un cosquilleo izo alzar sus manos y tocarse su rostro.

“que me sucede?” se pregunto, recordando imágenes y cosas que nunca había presenciado. De golpe, sintió una descarga en su cadera. La toco… el mango de una espada estaba allí. La toco de nuevo… eso no estaba allí! Pero… que sucedía??

Sus sentidos se agudizaron más, y las cosas que recién estaban por explotar de golpe, ahora estaban de repente clarísimas. Como lo había olvidado??... lo miro ahora comprendiendo.

-cuanto tiempo paso? –pregunto neutra, tocándose su rostro, no preocupada pero si algo excitada.

-500 años querida… -contesto lentamente el señor, sin inmutarse comprendiendo exactamente que pasaba. Ella no hablaba con sesshomaru, pero lo miro.

El estaba frió y tieso, enojado, se notaba. Celoso? Tal ves… afino su mirada, el no tenia ningún derecho a sentenciarla. Que sentenciara a su abuelo si quería. Comenzó a caminar con enfado hacia la dirección de la presencia cuando uno de los elfos le impidió el paso.

-que haces? –pregunto frió Etiope

-cumplo mi misión –contesto cortante, estaba ofendida. “porque me miran así, entupidos”

-no llevaras a sesshomaru contigo? –pregunto el hombre.

-que el llegue por sus propios pies –rugió mientras se perdía en la oscuridad. Sesshomaru gruño y afino su mirada, y luego miro con odio a su abuelo. Este lo miro fríamente y comenzó a seguir a Sakura, en conjunto con los elfos.

-que creen que hacen? –pregunto de golpe.

-sesshomaru… -contesto con fingida sorpresa la mujer elfo –que no lo sabes? Iremos a batallar, de la manera que siempre tuvimos que hacerlo –contesto con obviedad en su voz.

El afino aun más su mirada. No comprendía pero la ira de ver a su mujer con el hombre idéntico a él, de su misma sangre, le estaba haciendo hervir en sus cabales.

Comenzó a correr y saltar desesperado, no importaba con quien tuviera que pelear, quería hablar con ella. Sin embargo, aparentemente ella también estaba apurada por llegar y cuando la quiso alcanzar, ella estaba ya al pie de un precipicio, con los cabellos revoloteando al viento y una espada de filo negro. Sesshomaru quiso correr hacia ella, gritarle, retarla, matarla, besarla, hacerla suya en el mismísimo instante… no soportaba que su abuelo la hubiese tocado siquiera. Cuando quiso acercarse, comprendió que no había tiempo. Una fuerza oscura con forma de mano gigante quiso tirarlo. Él salto la mano sorprendido, viendo si se trataba de una visión, cuando noto que los árboles detrás de el caían destruidos.

-sesshomaru!! –escucho que gritaba una voz. Era Inuyasha, quien llegaba con algunos soldados detrás de él. –ya era hora… que le sucede a Sakura? –pregunto sorprendido por su gran aura de poder que la rodeaba. De pronto, ella ataco.

-vamos!! Grito sesshomaru, airándose por el borde. Inuyasha lo siguió con su espada en alto.

La figura parecía un perro gigantesco, aunque su figura se movía y trasparentaba, como si no tuviera solidez, tan solo fuerza oscura. Sakura trato de acercarse pero esquivar sus ataques la entretenía. Debajo de ella, entre unas rocas del acantilado, sesshomaru e Inuyasha la defendían de los monstruos que se tiraban contra ellos. De prepo, sintió Gina luz verdosa acercarse a él. Miro… los elfos estaban llegando por debajo de ellos y atacando a los monstruos a su paso.

Viendo que esto era un avance, trataron de atacar a la fuerza, pero su poder era demasiado y los arrojaba.

Los soldados de sesshomaru pronto se hicieron escuchar, los golpes metálicos de las armas llamaron la atención de sesshomaru “me pregunto porque no atacan a los elfos, no les ordene que no lo hicieran” se pregunto atacando. De pronto, vio que una cabeza gigante, no… dos cabezas, salían de la oscuridad. Un par de ojos rojos, o mejor dicho, dos pares aunque el no veía mas allá del primer par, se elevaron y enfrentaron a la figura de Sakura. Ella trataba de atacar las cabezas de los perros, pero no podía.

Mientras lanzaba ataques, Sakura sabia que los golpes con su espada no le harían daño. Recordaba ahora cosas que antes no hacia, ella ya había vivido esto, ella misma había estado allí la primera vez. Comprendió porque los elfos estaban convencidos de que ella era la correcta y comprendió porque estaban tan convencidos de sus poderes, ella era la reencarnación de una Sakura original.

No recordaba con detalles, pero supo que había tenido una relación con el abuelo de sesshomaru, por más que no recordara mas cosas. Tal ves por eso, el señor la habría besado, o tal ves porque supiera que ese beso rompería el sello correcto para devolverle su memoria.

Había vivido tantos años ya… siendo yokuay había alcanzado los 685 años, aunque ahora este cuerpo no contaba mas de 20. En uno de los ataques, que la lanzo fuera del precipicio, logro ver la figura de sesshomaru… no era el, era su abuelo. Vio su aura un instante mientras volvía a saltar al ataque. En medio de los ataques recapacito, como era posible que él pasara los dos mil años?? Y entonces reconoció ese leve brillo mas claro que rodeaba su aura, él no estaba allí realmente, era un cuerpo falso. Era como kikyo, recordó mientras cruzada la mirada con Inuyasha un instante y suspiro, el abuelo realmente estaba muerto.

Sintió un frió, por eso le temía. Porque ella lo había amado… si, en su otra vida, y ahora el estaba allí, vivo. Y se sintió mal, porque no fuera tan así.

-Sakura!! –escucho que le gritaba Inuyasha, pero ella no entendió porque hasta sentir el golpe seco en su cabeza. Luego de eso, sintió la oscuridad.

Sesshomaru lanzaba ataques sin cesar, mientras escuchaba las maldiciones de su hermano entre medio de sus ataques. Pero entonces, escucho su grito y se vio obligado a ver por primera vez desde que comenzó a pensar en ese beso con Sakura, y la vio caer a causa de un golpe con una de sus patas del perro.

No pudo evitar sentirse preocupado, y enseguida llego ante ella. La alejo, y trato de despertarla, pero no podía. No respondía.

-sesshomaru!! Que pasa!!?? –grito a lo lejos Inuyasha, viendo con preocupación a Sakura. El también estaba preocupado.

-no despierta! –Le grito mientras la miraba –maldición Sakura, responde. Que te sucede?? –pregunto mientras acariciaba lentamente su rostro.

-demonios, sesshomaru!!-grito Inuyasha, entonces el lo vio, atacando mas feroz, pero no le dieron tiempo de actuar. La figura tomo forma de pero por completo y una aureola violetaza lo rodeo. Inuyasha se vio despedido y gritos de terso se escucharon desde debajo de la tierra. Sesshomaru vio a lo lejos, del mismo lado que él, los dos elfos mayores y su abuelo con otros seres extraños mirar de lejos a Sakura y al perro.

-demonios! –Grito al sentir el poder maligno del ser –despierta Sakura!!

-ya… es tarde –respondió ella con sus ojos cerrados –para que eh de despertar??

-para pelear!! Que mas? –Respondió con enfado –vamos, no es tarde. Debes detenerlo!!

-no… sesshomaru, no puedo. –dijo abriendo sus ojos, estaban mojados de lagrimas –que sentido tiene si el amor de mi vida esta muerto? –pregunto

-que?? –pregunto con sorpresa acercándose a ella.

-tu… -dijo acariciando sus mejillas –tu estas muerto…

-pero… Sakura, mírame, yo estoy bien, no estoy muerto…-contesto con energía, pensado que ella solo balbuceaba tonterías

-no lo estas?

-no, Sakura! Por supuesto que no!! –contesto exasperado…

Entonces ella abrió sus ojos como platos… que tonta había sido, era cierto, sesshomaru no estaba muerto!! Había olvidado que ella no era aquella Sakura, era Kagome!! Miro una ves mas a sesshomaru, esta ves con dulzura.

-lo lamento... –balbuceo –por un momento recordé mi pasado que olvide quien era ahora –respondió, sesshomaru no comprendió pero le tomo una mano

Entonces ella se levanto y vio el gran perro de cabellos oscuros. Sus dos cabezas y ojos rojos brillantes daban miedo, más porque media unos cuatro metros. Miro a su derecha mientras caminaba unos pasos lejos de sesshomaru. Allá lejos estaba el abuelo de él y los demás elfos y seres que alguna ves, mucho tiempo atrás, habían batallado a su lado. Estos la miraron fijamente… era tarde ya, se repetían, pero al verla, al ver su mirada, al ver que ella les sonreía, se sintieron con esperanzas aun.

Luego, ahora sabiendo que es lo que debía hacer, miro hacia atrás. Sesshomaru estaba caminando hacia ella. Ello solo lo miro y llamo

-arco y flecha –ordeno, entonces estos aparecieron entre sus manos. Sesshomaru se sorprendió pero no dejo de caminar. Ella cargo su arco y señalo a sus pies. Lanzo una flecha, que estuvo a milímetros de pegarle en un pie al yokuay. Este la miro con confusión, pero ella izo caso omiso y lanzo otra flecha a los pies de los otros yokuays lejos de ella. Luego otra cerca de los pies de Inuyasha, del otro lado, y otra delante de la segunda flecha, del otro lado. De repente, una línea de celeste brillante salieron de las flechas clavadas en el piso, y se unieron, formando un cuadrado.

Dentro de este, por supuesto quedaron el perro y ella. Afuera, todos los demás. Vio debajo algunos soldados y se lamento por ellos. De pronto escucho alguien que la llamaba, dirigió su atención sobre las tres figuras que se dibujaron cerca de Inuyasha.

-sango?... y… Miroku… y isipó que hacen aquí? –se pregunto pero ya no le importo. Estaban buscando a Inuyasha, no a ella. Sintió entonces un leve viento detrás de ella, al mirar, sesshomaru estaba tratando de traspasar el campo.

-sesshomaru… -dijo con una vos queda-sesshomaru, lo lamento tanto-dijo y entonces se volteo.

Vio que a su lado estaba el abuelo de el, supuso que pudo pasar pues el estaba muerto y el campo no le había hecho muchos. Además solía poder tele transportarse en sus mejores días…

-que piensas hacer? –pregunto el hombre

-es solo que… recordé algo que antes no tenia en cuenta.

-puedo saber de que se trata? –pregunto observando el campo de fuerza que mantenía ocupado al perro

-antes no tenia poderes sacerdotisa les, pero ahora si.

El hombre le sonrió y le dio un beso en la frente.

-adiós nieto, se feliz! –dijo desapareciendo en el aire. Entonces Sakura dio su última orden, la única.

-quiero volver a ser quien comencé siendo, quiero unir mis poderes por única ves, quiero volver a tener simplemente mis poderes sacerdotisa les.

Entonces para la sorpresa de todos, los cabellos se le tornaron oscuros, y sus ojos marrones. Las marcas desaparecieron y sus ropas se transformaron en un ahora blanco y rojo.

-Kagome!! –exclamo al borde de la locura Inuyasha

-Kagome? –pregunto sin comprender sesshomaru. Ella lo miro de reojo… “lo lamento tanto sesshomaru” se lamento. Era hora de su último ataque.









comenten!!
beso suerte!!

la pomy

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

Este fic se lo dedico para todas las personas que me odian jejejeje :P bue... ya verán.

A veces es irónica la manera en que nos planteamos el final de nuestras vidas cuando recién las estamos comenzando, y es patético como acaba en realidad. Generalmente terminamos imaginando cosas que puntualmente son contrarias a lo que sucede. Para Kagome, este fue el caso. Quien diría que acabaría así su vida? arriesgando sus grandes poderes y presencia, dando todo de ella... tan solo para cumplir una misión?

Miro a sus lados, la vista se le estaba haciendo borrosa. Entre el polvo levantado, y sus poderes viajando a sus manos, ella de a poco sentía su vida irse. Y allí estaba el, enfadado, odiándola seguramente porque todo esto había sucedido.

Miro hacia su frente, donde hacia segundos quizás, o minutos tal ves, había estado aquella otra presencia. Sonrió ante los recuerdos y esperanzas que le había producido volverlo a ver. Tan real... majestuoso como solo él había llegado a ser. Recordó entonces por segunda ves su separación, la primer imagen que él le trajo a sus recuerdos... habiéndose conocido muchos años atrás ya, ella había sido grande y poderosa. Era una reina sin rey. Sus tierras se extendían a lo largo y ancho del mundo, pues... seria posible o su mente la traicionaba? recordaba tener trato con los humanos...

Irónica se replanteo mientras miraba ahora el arco que brillaba con el color de su aura, sus poderes sacerdotizales estaban bañados en su propio veneno. Recordaba en ese mismo instante cuando caminaba por el bosque, con la mayor de las tranquilidades, y lo vio pro primera ves. Ella se dirigía hacia una guerra, y lo vio... desgarrando a sus propios amigos.

Al principio lo odió, después de todo era un enemigo que odiaba a sus aliados, pero cuando lo vio a los ojos y sintió sus poderes cerca de ella, comprendió que el era tan o quizás mas poderoso que ella. Y solo se quedo mirándola.

Flash back....

-quien eres? -pregunto la mujer, parada erguida con unas vestimentas rojas y blancas. Un kimono que era apretado a su figura, pero rasgado levemente en las piernas. Cargaba con ella una espada.

-podría preguntar lo mismo -contesto fríamente, pero aun así con un aire de buen humor. Aparentemente el hombre no la veía como una amenaza, según sus recuerdos.

-mi nombre es Sakura… -recordó diciendo ella misma en aquella lejana ocasión.

-tu… eres una yokuay de la raza humana, cierto?

Para gran sorpresa de quien recordaba, en ese entonces ella asintió con su cabeza.

-me contaron de su belleza y realeza, pero jamás de su belleza, la cual deberían rendirles honores –contesto caballeroso el hombre. Sakura en ese entonces no mostró más que una sonrisa.

-le pido mi honorable señor que deje a los humanos ir…

-comprendo –dijo el yokuay –es tu deber protegerlos?

-no-contesto ella-pero no es mi deseo. Y si la molesta me veré obligada a molestarme con usted.

-bien entonces –dijo soltando al humano que cargaba distraídamente del cuello y mirando a los soldados –váyanse de aquí, no hay mas que hacer. Traten a los humanos heridos y cárguenlos a sus aldeas.

Sakura lo miro con sorpresa, ella pensó en la posibilidad de pelear contra el. Sin embargo el en tan solo unos segundos había despachado a todos sus soldados, quienes ni chistaron.

-algo mas que me quieras decir? –pregunto fríamente mirando nuevamente a Sakura.

-no comprendo porque?

El hombre tardo en contestar, pero luego levemente le sonrió y se acerco a ella.

-me gustaría poder hacerte feliz, eso es todo. No odio a los humanos, y no necesito de ellos, mis soldados pueden vivir a costa de otros yokuays inferiores. –respondió con una mirada difícil de comprender. Fue en aquel entonces que ella le pidió que no volviera a atacar humanos, pero que si alguno lo molestase, lo mandara con ella… cuando le dijo donde vivía, el señor parecía más interesado en ir el mismo que en mandar a sus soldados con humanos. Y fue allí donde sinceramente se enamoro de el.

Fin flash back…

Se miro a si misma, el monstruo se movía mucho y debía ver bien sus presencias para encontrar un punto débil… lo observo con algo de desdén, aun sus recuerdos le inundaban la mente. Mientras calculaba mecánicamente a donde debería lanzar su flecha, esquivo dos intentos de ataque y su mente volvió a recordar.

Flash back segundo…

Recordaba entonces aquellas ves en que ella paseaba por los jardines de las tierras del Oeste. Eran hermosos y pacíficos. Se llevaba bien con casi todos los del castillo, y con los demás no tenia trato siquiera. Nunca había tenido problemas con ellos. Pero un día, se entero que fuera de las murallas los humanos tenían cada ve más problemas.

-Sakura –dijo seriamente el yokuay –debes controlarlos, están desaforados con hambre de guerras. Tendrás que hacer algo.

-si –accedió ella dejando sus aposentos y viajando velozmente. Al llegar, noto que los humanos habían hecho masacres innentendibles a árboles y quemados las aldeas vecinas. Se estaban matando entre si. Sin comprender, pudo sentir aquella presencia que ahora se le hacia terriblemente reconocible. En aquel entonces la reconoció como la del señor del sur.

Los elfos estaban enfadados, y querían matar a los humanos, pero en el fondo sabían que la culpa no era completamente de ellos, y se sentían llenos de remordimientos. Al verla, le pidieron una ves mas una solución, quien mas podría asistirlos en esto?

Ella finalmente fue a hablar con el señor. Este al verla, reconoció sus poderes al instante y la deseo para el. Después de todo, ella nunca había tenido realmente relaciones con el señor del Oeste, estaban esperando el momento oportuno.

-así que tu eres una yokuay –dijo el ser de melodioso aspecto.

-me temo que usted esta en mis iguales condiciones –respondió ella

-si… podríamos unirnos, tendrías grandes cosas a mi lado

-no me interesan sus asuntos, solo quiero que deje en paz a los humanos.

Cuando el yokuay luego de seguir insistiendo, empezó a atacarla a ella, los elfos se vieron nuevamente metidos en la lucha, pues este yokuay mandaba a los enanos dueños de las cuevas y mando a atacar a los sagrados dueños de los bosques. El dueño del oeste, al ver el inminente peligro hacia su amada se unió. Al finalizar la batalla, ella se vio en la misma situación, a su amado viendo como ella se sacrificaba, sellando al ser conjunto a ella. Sin embargo como le salio mal por un ataque que recibió por parte de uno de los aliados del ser, el capullo donde debía ser retenido se quebró apenas y ella entonces vio que en 500 años en el futuro, el ser despertaría una ves mas. En sus ultimas palabras cerca del yokuay que ella amo, le dijo sabiamente

-en 500 años renaceré, pero para poder hacer eso ahora debo partir. Lamento no poder quedarme a tu lado querido… es una pena que mi raza finalmente concluya conmigo.

Así fue que ella murió aquella ocasión, y su alma renació en conjunto al alma de una sacerdotisa. Siendo su cuerpo de un futuro mas allá de los 500 años, ósea… siendo la bella chica 1000 años mas adelantada de la muerte original, tomo el cuerpo de la portadora de la perla de Shikon antes de nacer. Dejo que la parte sacerdotisal cumpliera sus deberes hasta que fuera hora de retomar las cosas, y ahora que sus recuerdos volvían, sonrió cínicamente, disfrutando al tener un final similar al anterior.

Fin flash back 2…

Ahora su flecha estaba en alto. Solo era cuestión de concentrarse, tenía sus poderes sacerdotizales de su lado y ya nada podía detenerla. Salto unas tres veces mas, los garrotazos eran veloces y molestos. De pronto salto y callo encima de una de las dos cabezas, la flecha estaba moviéndose molestamente como si estuviera tan nerviosa como ella, o tal vez más.

-vuela y mata! –grito con una paz sincera, como si al dejarla ir, la flecha se llevara con ella todos sus problemas. El perro lloro y se movió descontrolado al sentirla hundirse en su piel. La mujer solo se dejo llevar por las embestidas que le daba la cabeza, mientras ella aun así no perdía el equilibrio. De pronto un grito la saco de su embelesamiento, es como si ella esperara aun la muerte, pero ahora volvía a la realidad, donde lo que la rodeaba aun era la vida.

-porque no mueres? –se pregunto en voz alta, mirando a la presencia. De repente, otro grito la saco de su concentración en la batalla.

Miro hacia arriba, y allí, con sus tentáculos y asquerosa presencia, se elevaba un ser despreciable.

-Naraku! –grito ella. Vio entonces a Inuyasha batallar con el, pero vio sangre recorriendo sus brazos y piernas. Estaba herido en su estomago y a su ves estaba lento. Sesshomaru lo ayudaba ágilmente pero no tardo en ser herido de gravedad bajo la mirada de la chica.

-no puede ser… -comenzó a divagar. Recordó las palabras aquellas que Inuyasha le habia dedicado sobre él . “le prometí acabar con Naraku al terminar todo… no puedo irme sin cumplir mi palabra” se dijo a si misma.

Bajo del perro gigante y lo miro, sintió como sus poderes se debilitaban y casi cae al piso. La flecha había cargado con la mayoría de sus cualidades y ahora ella estaba atontada. Dudo de si podría pelear contra aquel monstruo ahora, pero observo a los elfos, quienes ahora estaban en plena batalla con seres cargantes de hachas y gritos desaforados de muerte.

“como es que sucedió todo así de repente?” se pregunto, mirando ahora plena guerra a su alrededor. Ella estaba encerrada por su propio campo de fuerza dejando al exterior desprotegido. Entonces los vio… una horda de humanos corriendo como locos hacia ella, se tiraban al campo de energía!

-aléjense! –les grito con molestia, pero ellos no parecían pensar. Y comprendió al instante que el sello con su sangre se había roto, y que era el mismísimo ser que ella acababa de atacar quien quería salir de allí. Se pregunto por un constante como era que podía resistir a sus poderes, y se planteo la posibilidad de no ser tan poderosa después de todo.

Viendo que allí no había mas que hacer, saco su espada y salio del campo. El brillo oscuro del filo se mancho al instante de rojo. Comenzó a derribar a los humanos, enfadada de que quisieran realmente herirla. Mato a muy pocos, solo los hería lo suficiente para que se retiraran. Llego finalmente a las copas de los árboles, allí cerca de la guerra de los enanos. Eran seres realmente temibles. Miro por un segundo el panorama y noto los tentáculos largos y malolientes de Naraku, que tacaban sin descanso a sesshomaru. Se molesto porque esto sucediera, y observo a Inuyasha… los fragmentos, no estaban allí!!

Miro su pecho, ella aun conservaba los propios. Miro una ves mas, recordando a aquellos humanos, y vio que sango y Miroku estaban lejanos pero cuerdos. Cerca de ellos habían algunos otros yokuays, aparentemente los estaban protegiendo. Carraspeo al ver que el perro estaba cubierto por su campo de energía y viéndose protegida en ese ambiente, decidió al menos cumplir su promesa, se lanzo al ataque contra Naraku.

El filo de su espada choco con una especie de campo. Se lanzo una y otra ves, cada vez más poderosamente. Las descargas contra ella eran mortíferas a los alrededores, hasta que termino destruyendo el campo con el uso de sus poderes.

-así que eres una falsedad, mujer –gruño Naraku –tu no eres quien dices… mírate, eres débil –le dijo. Kagome supuso que ya había absorbido los fragmentos de Inuyasha.

-no soy falsa, ni pretendo ser lo que no soy, Naraku. Tu… hanyou sin poderes propios, quisieras ser quien yo alguna ves fui… -dijo mientras se enfrentaba a su espada. Sin querer, se interpuso en un ataque de sesshomaru, pero cuando se volteo a disculparse, este no la miraba.

-pretendiste ser una yokuay y no lo eres –rió malvadamente –y pretendes ser una sacerdotisa, pero tampoco lo eres. Que demonios eres, mujer?

-no te interesa –contesto fríamente, consiente de que sobre ella estaba la enfadada mirada del yokuay del oeste.

-cierto, no me interesa. Pero tus poderes aun así son fuertes, aunque ahora que estas débil me convendrá más absorberte… ven a mí!!

Grito atacándola con los tentáculos. Kagome no estaba cansada, pero se sentía algo débil. Su vista seguía nublándosele, mientras los ataques la debilitaban mas aun. La flecha seguía clavaba y luchaba contra las energías del perro, mientras el campo para sostenerse se alimentaba de ella.

De pronto, sin poder evitarlo, vio como uno de los tentáculos estaba por traspasar el torso de sesshomaru. Salto hacia el y corto el tentáculo de un golpe, recibiendo ella un ataque por la espalda. Callo de rodillas, pero enseguida ubico con la mirada a Sessh.

-estas… bien? –pregunto con un ojo cerrado, asimilando el dolor.

Sesshomaru la miro como nunca lo había hecho, frió y calculador. Se dio vuelta y siguió peleando con Naraku, como si nunca la hubiese visto. Lejos de ella, estaba Inuyasha.

Viendo que poco le quedaba al no ser notada por el enojado yokuay, se acerco a Inu.

-hola –dijo Inuyasha mirándola tirado en el piso…

-inu…yasha… -dijo ella algo dolida por verlo así.

-así que en verdad eras tu… -le dijo casi en un susurro –Kagome… lamento no haber podido protegerte… porque nunca me lo dijiste?

-fue muy complicado Inuyasha –respondió queriendo pero sin poder llorar.

-comprendo Kagome… tu eras un yokuay… nunca hubieses querido estar con un hanyou

Kagome sintió cu corazón resquebrajarse, los recuerdos, los sentimientos que llego a tener por él… estaba realmente dolido, y seguramente como el se lo decía así, sesshomaru no podría jamás decírselo.

La odiaban.

Se levanto con su mirada baja pero cuando se iba a ir Inuyasha se quejo.

-que sucede Inuyasha? –pregunto ahora mas fría

-los… fragmentos Kagome… los tomo Naraku.

Ella lo miro in instante y asintió. Luego, se marcho y volvió a enfrentar a Naraku… ya nada le quedaba allí.

“que hará?” se pregunto Inuyasha, ya perdiendo la conciencia.

De pronto, Kagome se acerco y comenzó a batallar contra Naraku. Esta vez había nuevamente tomado la forma de yokuay. Sesshomaru la observo atentamente y comenzó a ataca mas poderosamente, como si se enojara aun peor al verla.

Ella estaba luchando con todas sus energías y pronto a Naraku se le puso feo. Cuando estaban por enjertarles los últimos golpes, el corrió derecho al campo de energía. Kagome al ver esto, pensó en un veloz plan… tal ves podría…

Entonces cuando Naraku estaba corriendo directo, en un acto desesperado al campo, ella lo quito de golpe y Naraku golpeo de frente al perro. Estando tan cerca, finalmente Kagome o mejor dicho Sakura, se lanzo a los dos, quienes ahora batallaban entre si, porque el perro quería comerse a Naraku, y Naraku a su ves quería absorberlo, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomo la espada, y se la clavo a si misma.

-por el poder que me confiere ser la sagrada sacerdotisa de la perla de Shikón, y ser la yokuay raza humano, la ultima descendiente –dijo con tono grave que sin saber como se empezó a escuchar por todos lados y todos la miraron de golpe, mientras ella hablaba con sus ojos cerrado y el filo de su espada cruzándola a lo largo de su tronco dorsal –yo maldigo mi sangre para sellar ambos peligros. Que las llamas del infierno nos lleven y acaben con los males de esta tierra!!

Grito y la sangre que caía mojando a ambos seres comenzó como a arderles, pues ellos gritaron desesperados. De pronto, desde debajo de la tierra, donde estarían las patas del perro, nacieron pequeñas llamas que subieron y una luz rojiza medio violetacea, comenzó a absorber los tentáculos y patas de los seres.

Ella siendo absorbida a su ves, tomada por Naraku, solo se dejaba llevar a la inmensidad del inframundo, cuando volteo y lo vio, con sus orbes abiertas mirándola fríamente.

-lo lamento tanto… sesshomaru –dijo una ves mas, antes de cerrar sus ojos y caer en la oscuridad.


Bueno aquí les explique varias cosas… vale aclarar que… Sakura no es la abuela de sesshomaru, porque ella al final nunca tuvo hijos. Si no, después de todo Sessh no seria una raza pura. También ya saben qué raza es Kagome. Igualmente faltan muchas cosas mas, no desesperen :D y por pedido de una amiga, hay un Lemon cerca

Pd: perdón por las faltas de ortografía!


Continuara!....

beso suerte

la pomy

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

buenooo... estoy media tonta este ultimo tiempo.probablemente sea que en 7 dias vuelvo a la escuela -.- y eso NO es bueno, pero... como sea, de lo atontada que soy, casi les pongo esta conti en el pianista jeje... les iba a poner el lemon en este cap, pero entenderan que como tengo que hacer la otra conti, decidi esperar al prox cap. (para las que no me entienden, simplemente soy mala y me gusta torturarlas, por eso les hago esperar pa lo bueno) bue...

ahi les va:


La luna brillaba omitida en esa escena. Todo había vuelto de pronto silencio y un solo brillo luminoso daba vida lúgubre al paisaje. Un extraño silencio, rondado por sonidos. Cascos, metales, espadas cayendo huecamente al suelo. Luego de eso, mas silencio.

Un susurro, un murmuro, y luego oscuridad. Él se quedo mirando el suelo, que de pronto se le acerco al caer frío de rodillas. Un murmuro nuevamente, no lo quiso entender, ya no importaba.

Habían llegado cuando se habían enterado de la batalla, volver a verlo después de tanto tiempo, el abrazo inesperado pero a la ves ansiado, las miradas húmedas, los cuentos y palabras de esperanza. Esa fue la escena que disfruto la exterminadora al reencontrase con aquel que ella una ves había amado, y luego por supuesto también con el reencuentro de la niña, la pequeña Lin. Se sentía bien, aunque el augurio de la guerra estuviera cerca, su hogar estaba bien. El monje estaba preocupado y se notaba algo triste cuando vio que Sango había besado velozmente a un hombre que seguramente trabajaría en esa aldea, pero la preocupación por la cercanía de la guerra y la debilidad ante las tentadoras fuerzas oscuras eran ahora mayores.

De pronto, fue la pequeña Lin quien ágilmente reconoció algo lejos de ellos a un alto hombre de cabellos oscuros con una trenza sobre su hombro derecho, como un yokuay. A ninguno de los que la conocían le sorprendió esto, después de todo su compañía era uno, mejor dicho tres, pero uno de ello el más poderoso de todos los youkays.

-Kuoriuko es su nombre –había anunciado la mujer que estaba aun cerca del soldado de armadura de brillante plata. Cuando ella pronuncio el hombre, este se acerco a ellos, observando atentamente al monje

-ustedes no son de aquí –dijo mas como un pensamiento propio que una pregunta

Miroku se presento y explico que los demás estaban en batalla. Enseguida, el yokuay ordeno la partida al punto de cruzada. Esto sorprendió por un momento al monje, quien luego insistió en ir con ellos. Sango noto su oscura mirada, pero ella ya no era de él y estaba con otro.

Cuando llegaron, la batalla era dura. A lo lejos Inuyasha batallaba con Naraku, su conocido enemigo. Luego de unos momentos, a lo lejos reconocieron la batalla mas peligrosa, la de la yokuay y vieron a sesshomaru del otro lado, algo apartado y ausente. Entonces vieron como esta se transformaba

-Kagome!! –grito con sorpresa sango. Aunque la chica nunca la llego a escuchar, Inuyasha si, y al verla volvió a nombrarla con una mezcla de sorpresa.

Ambos humanos, al verse algo afectados como los demás soldados de la misma clase, fueron protegidos por su señor feudal. Este izo un campo de energía y decidió quedarse cerca. Cuando vio la transformación de la mujer a sacerdotisa, se alejo sin que nadie lo notase.

Y ahora ellos estaban allí, Inuyasha desmayado recién había despertado y gritaba con desesperación el nombre de aquella miko que lo había acompañado en la busca de la perla, y a su derecha se veía a su hermano, arrodillado en el piso, en todo el esplendor de sus poderes, mirando el piso sin hacer ni decir nada. Solo allí.

-Sango –dijo algo preocupado el monje –estas bien?

-si –dijo ella casi en un susurro, aun no se recuperaba de tenerlo tan cerca, sentimientos antes olvidados o pasados de largo se le aglomeraban con la tristeza y confusión de haber perdido a su amiga. Levanto su mirada, ahora todo estaba desolado. A lo lejos, del otro lado del precipicio aun la batalla de los enanos se mantenía con los elfos, pero los segundos tenían la de ganar. Ella miro al monje, este tenía su mirada baja. Se acerco a él –excelencia…

-si? –pregunto mirándola como desorientado, aunque al verla a los ojos se sonrojo y bajo su mirada, la cual le mostró por un segundo tristeza. Ella comprendía tal y como el la situación.

-ahora Naraku esta…

-si –interrumpió él. Luego de un silencio, suspiro y comenzó a deshacerse de los vendajes benditos en su mano izquierda. Ella lo miro con expectación cuando el la miro dulcemente. –ya no esta.

Ella sonrió con alegría, pero ante el impulso de abrazarlo solo retrocedió débilmente y miro a su izquierda, ahí estaba su hombre, ese quien ella había elegido como compañero. Miro a Miroku, quien también miraba al hombre. Ninguno se atrevió a hablar, el silencio una ves mas se izo presente. Ya habían pasado una media hora desde que las ultimas llamas infernales se habían apagado, y con esta los gritos que habían aturdido a los Inus medios hermanos, ahora habían cesado y ellos estaban… completamente destruidos.

Inuyasha no paraba de llamarla, tenía que estar por allí, en algún lado. No podía ser que ella no estuviera, no era posible. Corrió, salto, miro, pero la tierra estaba inmóvil, como no cediendo a que Inuyasha ingresara a propósito.

-porque??!! –gritaba desolado, ella no podía haber muerto… porque…. Se repetía una y otra ves… -Kagome…

De repente, un ruido, un chasquido. Y luego un golpe seco. Sango miro asomándose lentamente a la orilla con ambos hombres a su lado. Debajo, sesshomaru estaba de pie e Inuyasha rezagado a lo largo del suelo.

-lo…golpeo? –reacciono el hombre, ahora pareja de sango.

No lo quería reconocer, pero la idea de que su Sakura fuese a la ves Kagome era dolorosa. Ella le había mentido, nunca le había sido sincera. Aun así, él nunca le dio oportunidad de explicarse, y no podía evitar sentir una fuerte opresión. No era que la culpa no lo carcomiera, pero además ella había lastimado su ego, no había dejado que la ayudara con la batalla, y ahora a el parecía no quedarle nada mas. Si al menos ella estuviera aun allí. Pero no lo estaba… y escuchar su nombre ser repetido una y otra ves por su medio hermano no era una linda solución.

Por eso, cuando se canso de escuchar su grito, bajo y con la advertencia de que hiciera silencio, simplemente lo golpeó. Inuyasha no volvió a levantarse, como si ya no tuviera fuerza alguna ni razón para hacerlo.

-ve el lado bueno de las cosas –una voz resonó en la cabeza del taiyokuay… “lado bueno?” pensó sin apartar la mirada del suelo donde tiempo antes había cruzado el cuerpo de la miko/yokuay. La dulce voz pautada de la mujer interrumpió una ves mas sus divagues –ya no hay peligro en la tierra para los seres que la habitan

Una mano se desplazo levemente por el hombro de él, entonces corrió su mirada a la mujer que le hablaba. Se trataba de la mujer elfo.

-y a mi que demonios me importa la salud y protección de los demás seres en este estupido suelo!!??? Ninguno merecía ser digno de su sacrificio!! Nadie…. Ella no tenia porqué hacerlo!! –grito asustando por seguro a cualquiera que lo habría escuchado. Sus soldados estaban cercanos, y todos sentían un vacío al saberla muerta. Realmente en el poco tiempo que la habían visto habían tenido la esperanza de que ella seria la luz del fruto de su reino, la madre de su seguramente siguiente sucesor, la luz en la mirada de su jefe… pero de todo lo bueno que se había augurado a su alrededor, ante su vacío la perdida era aun mayor. Y su jefe estaba destruido, eso era simple y fácil de ver. Aunque no lo conocieran, su triste mirada era reconocible aun para aquellos elfos que no le apreciaban.

De un salto se alejo de todo eso y ellos. Los elfos tenían la culpa, pues la habían comprometido a esa misión. E Inuyasha le recordaba la otra cara de ella. No podía seguir allí… le enfermaba.

Ante esta escena, los amigos ayudaron a Inuyasha a sentarse. El también estaba destruido, y algunos guerreros del clan Inu se acercaron y llevaron con ellos. Sango, Miroku y los demás se quedaron donde estaban, comprendiendo que ahora serian ellos quien consolarían a su amigo.

-ya veo que el batallón de sesshomaru decidió adoptar a Inuyasha entre ellos –dijo Miroku –cuando llegamos la batalla era dura y algunos de ellos ayudaban a Inuyasha contra Naraku.

-Naraku-repitió con ira la mujer, él en parte había sido el culpable de la muerte de ella… si tan solo…

-lamentarse no es bueno ahora –interrumpió la voz femenina. La mujer elfo aun seguía allí de pie. –muchas cosas hay aun que festejar. Ustedes están aquí representando a los humanos ahora, y serán descritos en nuestras historias durante siglos hasta que los árboles los interpreten como héroes en esta legendaria guerra.

-quien es usted? –pregunto Riutso, quien abrazaba consolador a Sango

-yo soy un elfo. Mucho gusto humano –le cedió un movimiento de cabeza-aunque no hayan ayudado en la batalla, me alegra que hayan estado presentes. Cuéntenme como hicieron para no ceder ante la toxica presencia del ser oscuro.

Los chicos tardaron en contestar, la rara habla de la mujer, y sus títulos al hablar de los de más los estaban atontando. Además la elfa no se quedaba quieta y los mareaba, y con la histeria de la situación, bueno… era mucho pedir para ellos.

-ehh –dijo al fin la chica –pues… mi señor feudal izo un campo y nos defendió.

La elfa miro con algo de curiosidad a sango, quien al instante, como aparentemente hicieron los otros dos, notaron que el señor ya no los acompañaba. Mirando a ambos lados y luego hacia arriba, no lo vieron pero tampoco pidieron que los acompañara en todo momento y no se quejaron.

-humanos –llamo cortésmente la mujer. Todos la miraron con atención, ese titulo no parecía ser ofensivo, mas bien era una manera calida de llamarlos al notar que no le prestaban atención. –podrían contestarme una duda?

-lo que quiera –contesto serio Miroku, quien aun estaba lúgubre

-podrían decirme…-la elfa titubeo, los tres notaron el interés y delicadeza en las palabras de la yokuay –si su señor es un humano acaso?

Los tres se miraron entre si unos instantes. Luego, atónitos respondieron.

-no, el es un yokuay.

-ahh ya veo –dijo ella –me dicen que raza es?

Los tres se quedaron en silencio. La elfa comprendió y se retiro velozmente. Los elfos habían ganado ya la guerra y los enanos estaban marchando. La elfa corrió y llego al lado de su pareja. Este tenía en medio de su batallón a dos enanos de armaduras de oro.

-entonces, esto es un acuerdo oficial? –escucho preguntar el hombre a los enanos

-si –accedieron ellos y se retiraron.

Cuando el elfo la miro, alegría se denotaba en medio de su melancolía.

-llegamos a un acuerdo.

Ella sonrió y lo abrazo estrechamente, dando a entender que le agradaba la situación. Pero ella no sonrió y se mantuvo seria.

-que me querías decir? –pregunto algo ausente pero a la ves atento, pues se imaginaba que tenia que ver con el drástico pero necesario y asimilado final de la mujer.

-será mejor que vengas conmigo –dijo dejando por un instante a los demás elfos –ustedes vallan con los demás y ordenen las tropas. Al volver, retornaremos a los bosques.

Los demás accedieron viendo alejarse a sus señores. Cuando estos pasaron cerca de Inuyasha y los demás soldados, observaron que ellos estaban inmóviles. No les hicieron caso, y caminaron dándole alcance a los demás youkays que habían asistido a esta última batalla. Cuando los juntaron, siguieron juntos paso hacia el otro lado del precipicio y siguieron camino hacia un lago. Era un grupo de unos veinte youkays, de los cuales de todas las formas y colores, ninguno mostró duda o desconfianza y ninguno hablo por ningún momento. Sin preguntas y rodeos, lo vieron.

-mis saludos –dijeron al unísono los dos elfos mayores. En medio del lago, había un hombre alto de cabellos oscuros que estaba parado hundido hasta la altura de su cintura. Su armadura brillaba y el filo de su espada cortaba limpiamente la corriente del agua. Este se volteo y los miro sin expresión.

-elfos –afirmo y miro a los demás.

-es una alegría volverte a ver.

-la propia –contesto cortés. Luego miro el filo de su espada apoyada contra el agua –me pregunto porque… nunca me dijeron que había alguien así en este mundo. Los árboles nunca la mencionaron. –su tono de voz no era amenazador, pero era tétrico.

Los árboles se mantenían solemnes al lento paso del ser. Ninguno se movió, como demostrando que estaban aun allí, pero aun así no se atrevían a tentar mas allá su suerte. Ellos también tenían la culpa, pensaba el ser. Todos la tenían…

Se sentó al pie de uno de ellos y suspiro débilmente, sus fuerzas eran grandes, durante la batalla y la excitación casi no había gastado energías. No las suficientes… no las que podría. Miro sus garras, largas y de cuidado. Algunas ramas de los árboles ulularon débilmente, como temerosas a esta amenaza. O tal ves lo estarían retando?... no, eran pensamientos de el. Tenia ganas de matar, ganas de sentir la sangre correr.

Y en ese momento, un momento tal ves algo raro sabiendo de su deceso, recordó su sangre. La sangre de la yokuay corriendo por sus garras. Aquella que había sentido cuando ella fue suya. Esa única ves… un calido sentimiento reboso en su frío ser, ese recuerdo, esos pensamientos, esa… alegría? Que sentía ahora al tenerla presente aun en su memoria. Su sangre… divina, fresca y deliciosa. Apetecible y extrañamente sabrosa. Una vez más… suspiro. Se sintió extraño…

“porque no puedo odiarla? –se pregunto –porque tengo esta necesidad de volverla a tener junto a mi, de sentir su mirada y su presencia cerca… esa sentimiento de energía… no, no esta energía –pensaba mientras abría y cerraba sus manos –esa energía que me daban ganas de saltar, de correr, de abrazarla, de besarla, de tenerla cerca… de probarla…pero, ella es humana –se reprendió de pronto en medio de sus calidos recuerdos-ahora que lo pienso, tome por mía a una humana. Como fue posible esto? Y en medio de mis remordimientos, lo peor de todo… porqué no me siento mal en cuanto a eso?...

…porque era una humana cierto? No, en parte no. Ella era yokuay a su ves… pero siendo eso, no era una humana entonces, no podría. Que era? Una hanyou? Sin embargo, cuando la vi transformarse, valla… aun recuerdo el color de sus cabellos cambiar uno a uno como en cámara lenta, y ahora que lo pienso, cuando la vi con ese arco, eh de ser honesto, le sentí temor, temor y miedo que ella en su forma conocida no me daba. Era poderosa y amenazadora ante mí… mientras que en otro modo era solamente sensual. Que es esto que pienso? –se reclamo sorprendido, pero luego bajo su vista y se quedo en blanco unos momentos, repitiendo las frases que recién había planteado. Luego, miro la Luna, allí brillante, haciéndole compañía-no se lo que era, pero de ninguna manera era humana. En su forma más parecida, ella era aun más poderosa que el estupido de Inuyasha. Y es cierto, ella era la protectora de dichosa perla, y logro acabar con dos seres poderosísimos… como eh logrado yo pensar tal ves en arrepentirme de haberla tomado? Es inclusive hasta un honor haber estado con ella… tonto, tonto eh sido, sin darme cuenta me eh enamorado de alguien que realmente se comparaba conmigo. Y lo eh perdido”

En medio de estos pensamientos que se tornaban dolorosos pero en fin le ayudaban a comprender más compactamente lo que pasaba, el yokuay se quedo sentado allí. Las horas pasaban sin notarlo siquiera, inmóvil solo meneaba su mirada o recitaba alguna que otra frase perdida en el aire. Cuando unas presencias de youkays o hanyous se acercaban a husmear que hacia él allí, siquiera se molestaba en mirarlos, simplemente esperaba a que se fueran al sentir su fuerte presencia. Pero de pronto, una molestia, alguien, algo se atrevía a sacarlo de sus pensamientos. “que se atreve a molestarme?” pregunto con ira, mirando entonces hacia el cielo. Los rayos solares le dieron directamente a su mirada… ya era mediodía y el siquiera se había dado cuenta.

Cuando comenzó a caminar en el bosque, sintió el susurro de los árboles. Los miro, sus hojas moviéndose con el viento. Un aire de malicia movió sus cabellos y el solo se resigno a seguir en su paso. Aun tenía cosas que hacer.

Llego ese mismo anochecer a dichosa aldea donde lo esperaba una sonriente niña.

-señor sesshomaru!! –saludo alegre acercándose. –y la señorita Sakura? Donde esta?-pregunto inocente la pequeña. El solo la miro

-andando –exclamo.

Y eso fue todo. De allí en mas, los días habían vuelto a retornar lo que eran. Por más que a la niña le sonase extraño, el señor sesshomaru desde aquella misteriosa batalla había tomado la decisión de armar escuadrones que vigilaran sus tierras y desde eso simplemente se quedo en su castillo. Ya no solía merodear ni matar a cualquiera estuviera a su paso. La niña pensó que su espíritu asesino quizás estuviera ahora aplacado, pero en realidad era todo lo contrario pues su amo todas las noches cazaba en sus mismos jardines a seres insignificantes tan solo para divertirse. Los mutilaba, torturaba y cuando le cansaban los mataba. Lin, quedando como efecto secundario de esta reacción, entonces se pasaba todos los días en susodicho lugar. Y así, el tiempo paso. De a poco, informado por terceros, el se fue olvidando del afuera, como si esto le fuese bueno, y el frío y gélido ser se cerro al punto de no hablar ya siquiera con nadie mas.




ahora, antes de que me olvide ^^ muchas gracias por sus comentarios, y bueno espero les haya gustado. NO ES EL FINAL! ojito je,,, pasa que este cap es triste :( porque sessh la unica manera que tiene de afrontar la muerte de su amada (al final acepta que la ama) es encerrandose en su propio mundo, alejado finalmente de "todos los culpables"

les gusto?

bue me voy
besooo

suerteeee

su AMADA pomy! ya saben... comenten:) kiero criticaaa

 

Re: La Fuerza Mas Poderosa (sesshxkag)

hay lo lamento por el color de la letra, tengo el fondo de color negro, asi que se veia la letra igual.... por lo que le puse la letra blanca. bueno, despuyes averiguo bien el tema del color

me alegra que te haya gustado tanto!! XD por cierto, la conti del pianista la pongo mañana

beso
suerteee


la pomy