[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Kedoku.

Escuché un grito femenino diciendo ¨¡Hey, pervertido¨, luego la voz gruesa de un hombre así que giré sobre mis talones para observar como dos de los nuevos eran arrastrados hacia la Zona de entrenamiento por un gladiador. Consumido por la curiosidad, que es muy raro en mi, decidí entrar a la Zona de entrenamiento para ver que estaba sucediendo.

—Hmp, quizás aquí me distraiga...— susurré mientras me recargaba en una de las paredes observando a los demás gladiadores entrenar con sus armas.

 

Cornelia

—No hay problema, aunque no era modo de tratarnos así—dije tomando mi brazo, ya que había caído sobre él.—¿Y bien llorón? ¿Cuál era el motivo por el que me fui siguiéndote y nos aventaron?—dije sacudiendome.

 

Priscus
Los cobardes deben ser castigados…– Dijo sonriendo maliciosamente – Creeme que muchos aquí esperamos verlos pagar, los movimientos de Ambrosius son lentos; pero recargo mi confianza en él; es mi roca–

—Yo mismo quisiera arrancarle la cabeza a Cassius... pero aun no…ellos querían espectáculo, pues se los daré, el mejor juego de toda Roma…—terminadas mis palabras, me giré a mirar a los novatos, en especial a la parejilla que ya se había tomado cariño —Deberás hacer de chaperón— le dije a Gaius —esos dos terminaran mas juntos que nunca— solté una carcajada y le palmee la espalda

 

Sebastian

—¿Como me has llamado?— le dije con algo de furia, odiaba que vieran la parte debil de mi—Ya te dije que no estaba llorando— continué desviando la mirada con el nudo en la garganta todavía.

 

Cornelia

—Descuida "llorón", no es nada malo mostrar una parte de ti, pero me debes varias y no te voy a perdonar lo que me hiciste—dije dándole un coscorrón en la nuca y volteando hacia otro lado, enseguida note que había varias personas viéndonos de mayor rango.

 

Pictor

Un gladiador que entrenaba con una espada se acercó en dirección a Kedoku –Pareces guardia ahí recargado– Agitó su espada frente a su cara – Tu fuiste el que obtuvo el mejor desempeño en las pruebas de ayer, no dudo en tu talento; pero dime, ¿crees sensato usar un arco? Si tus flechas se acaban estás perdido... –Dijo mostrando su espada – No sería mala idea que pensaras en un segundo armamento; mi nombre Pictor, bienvenido –

Gaius

–En parte me gustaría separarlos, en especial porque no sé si el muchacho pasará las pruebas; tu también conoces lo difícil que es separarse de alguien en quien confías– Los miró jugueteando– Pero hay tan pocos momentos en donde puedes estar en paz, que es mejor dejarlos ser por un momento

 

Sebastian

Es una Niña muy curiosa, pensé al sentir ese golpe en mi cabeza, después pude notar que ella observaba a los demás Gladiadores que nos rodeaban, era normal pues rompimos las reglas y ahora nos vigilarían mas de cerca—Ignóralos Cornelia, no nos aran nada— Le dije tratando de cambiar el tema, pero me llamo la atención otro hombre pues sus vestimentas eran diferentes podía distinguir que era un esclavo también pero no sabia quien era, tenia pinta de haberse quedado dormido en ese sitio por lo que no dije nada. Igual se oían voces provenientes do otro lado pero no pude entender lo que decían.

 

Brazhan



Me estaba cansando de estar en aquel lugar, lo único que hacía era observar todo lo que ocurría en mi entorno; En especial a aquel chico y aquella chica que, después de un rato de observarlos bien pude deducir que ni siquiera sabían en donde estaban metidos. Rodé mis ojos con ironía, sí que no tenían idea.

Como estaba aburrido, decidí volver agarrar el arco y la flecha nuevamente. Había pasado un buen rato y me sentía ''estable'' para volver a agarrar aquella arma tan particular para mí.

Me levanté de la ''cómoda'' piedra y fui directo a donde había dejado el arco. Lo tomé con seguridad y luego me puse en frente de la diana. Levanté el arco y los sostuve firmemente, cuando creí que estaba sosteniéndolo y apuntando bien, volví a disparar.

Contenido oculto: Confundida

Me fui por un momento y me quedé algo... ''perdida'' es que entré y vi más de 10 mensajes nuevos (?) ¡Sebastian es psiquico! Aléjense todos de el o les leerá la mente. Ya, pero en serio, se sabe el nombre de Brazhan sin siquiera preguntárselo. Ussers ¡Sean realistas! Y no hagan lo que quieran en el rol hay reglas de por medio que deben respetar, y por favor el realismo en estos casos es importante. ¡Son esclavos, no turistas de vacaciones!

 

Kedoku.

Estaba recargado en la pared viendo como los dos novatos se divertían cuando un gladiador se acercó a mi y me dijo: ¨ Pareces guardia ahí recargado. Tu fuiste el que obtuvo el mejor desempeño en las pruebas de ayer, no dudo en tu talento; pero dime, ¿crees sensato usar un arco? Si tus flechas se acaban estás perdido... –Dijo mostrando su espada – No sería mala idea que pensaras en un segundo armamento; mi nombre Pictor, bienvenido¨.

—Hmp, gracias...— le agradecí por la bienvenida a Pictor mientras clavaba mis ojos grises y fríos en los de él, no por intentar intimidarlo, siempre hacía eso para saber si esa persona era de fiar; eso hacían mis hermanos antes del accidente.— Soy Kedoku. Tienes razón; si se me acaban las flechas en plena batalla estoy muerto, no había pensado en una segunda arma.— admití mientras me rascaba la nuca y miraba su espada para luego devolver mi mirada a sus ojos.

 

Contenido oculto

no es psiquico es solo que en el transcurso que estuvo solo observo a todos sus compañeros y puso atencion en como se llamaban unos a otros y se memorioso los nombre

 

Cornelia

—Qué aburrido...—dije entre suspiros, caminando alrededor del lugar. —¡Hey Tú!—le grité a un hombre que estaba cerca.—¿Saldremos algún día de aquí?—dije desesperada por dejar de ser esclava, aunque la verdad siempre lo había sido en casa.

 

Sebastian

—¿Pero que estas haciendo?, esos guardias probablemente ni te hagan caso— Le grite desde donde me encontraba y me levante acercándome a ella con tristeza aun —oye tenemos tiempo necesito hablar con alguien ¿puedes?— Continué tomándola del brazo con delicadeza, pues no quería molestarla en ese momento como anteriormente lo había hecho, la invite a que se sentara en una de esas piedras que estaban cerca e incline mi cabeza sin soltarla de la mano todavia.

 

Tertius

Entré a la zona de entrenamiento dando un prolongado bostezo, mientras hacía tronar los dedos de mis manos sobre la cabeza. Me sentía muy contento por ser Gladiador, era una sensación que en ningún otro viaje me embargó. Roma estaba siendo, por el momento, el destino más emocionante de mis travesías.
La nueva habitación en la que viviríamos a partir de ahora era mucho mejor que esa celda monótona. Alethia se había ido a cambiar al baño, pero retuve mis impulsos de espiar la desnudez de su cuerpo. No por el castigo que pudieran propinarme los guardias: ella misma era un peligro... Adoro a las mujeres peligrosas, pero tampoco era cuestión de ser excesivamente imprudente.
Una vez salió de allí, cambié mis ropajes por unos más decentes, y me eché larga siesta a pierna tendida... Hasta ahora, que acababa de despertarme...

En mis ojos todavía habitaba la imagen de la ejecución del esclavo cuyo nombre nunca supe. Sentí pena por el destino que había corrido... Ahora tenía un alma nueva por la cual rezar; pues sentí que, si me hubiera dado cuenta a tiempo de su intención de matar al Organizador, podría haberlo impedido y, así, salvarle la vida. Cosas que pasan... No obstante, fue mucha mi admiración hacia a Ambrosius. Que nos hubiera llamado "hermanos" me pareció un sueño. Varios pellizcos me confirmaron que era la más pura realidad.

Al entrar a la zona de entrenamiento, por ver si podía volver a practicar con el mazo, allí estaba, justamente, Ambrosius. También Kedoku, Alethia, Gaius y los nuevos esclavos, que estaban siendo puestos a prueba.

Noté que dos jóvenes, un chico y una jovencita (terriblemente hermosa, vale decir) de largos cabellos rubios, montaban una escena. Al parecer él trataba de seducirla... Negué levemente con la cabeza...

—Si te mira con reprobación —murmuré para mí mismo—, es que no lo estás haciendo bien, chico.

 

Cornelia

—Lo lamento pero no quiero tener algo más contigo, eres un esclavo igual que yo ¿de acuerdo? y en algún momento nos enfrentaremos, por lo cual no me contendré, te escucho en lo que tengas que decir pero nada más, ni siquiera me agradaría la idea de tener "amigos" si es que existen—dijo sin brillo alguno en mis ojos.

 

Ambrosius se alejó de su nueva hermana en armas y caminó hacia Cornelia y Sebastian; se interpuso entre ambos y cruzó sus brazos; a cada uno los fulminó con la mirada –Este lugar es para entrenar; terminar su prueba no indica que pueden hacer lo que quieran; sus vidas están en juego; aquel muchacho...– dijo señalando a Brazhan– ...ya se dio cuenta de su debilidad e intenta corregirla; sólo espero que ustedes estén quietos, pues si entran los guardias que los llevarán a los mecenas les informarán de su comportamiento... Además no todos los Gladiadores entienden sus sentimientos, hay algunos que los ficharán como futuras piezas a ser desplazadas...– Ambrosius se alejó de los jovenes dirigiéndose a Gaius el cual agachó la cabeza– Sé muy bien que tu pasado te impide regañar a muchachos con esa personalidad; pero dejándolos hacer lo que les plazca terminará en su muerte– Gaius recordó su triste pasado y cerró los ojos; Ambrosius lo tomó de los hombros –Hermano, es mejor enseñarles nosotros disciplina a que un niño mimado allá afuera se los muestre con un látigo– miró a Priscus el cual estaba con Gaius –Hermano– y asintió con la cabeza antes de retirarse a entrenar con su espada

 

Sebastián

—niña No te emociones— le dije soltando bruscamente dando un par de pasos hacia el frente ya que aquel chico nos separó —yo soy un hombre libre, no estoy interesado en tener una relación con nadie— continúe con algo de molestia cursando mis brazos —además ¿caso no fuiste tu quien me siguió y pregunto lo que me sucedía? Esas eran mis intenciones solamente, contarte todo, pero veo que todavía no tienes esa madurez para entenderlo — concluí diciendo esto último con los ojos cristalizados pues me hizo recordar lo complicadas que son las chicas, como lo era mi madre, me encamine a un lugar solitario tomando mi espada y golpeando un muñeco de paja desquitando mi dolor.

 

Cornelia

—Creo que mostrar compasión por ti fue un grave error, luego lo usan en mi contra, así que... simplemente no te dejes llevar por tus emociones, los demás lo usarán en tu contra—dije sin remedio alguno.

 

Tertius

La estrategia de seducción de aquel tipo me desconcertaba. Al parecer ahora estaba usando la técnica del "perrito mojado"... Ya se sabe que consiste en dar lástima a la mujer que quieres conquistar, con el fin de que ella se acerque para consolarte. Y el resto, ya se sabe, viene solo...

Tomé la decisión de demostrarle cómo se debían hacer las cosas. Tomé un mazo y arremetí, sin previo aviso, contra uno de los muñecos de paja.

 

Cornelia

Enseguida se escuchó como estrujaban al muñeco de paja, era un hombre que estaba en un rango mayor al que nosotros, creía que era para llamar la atención pero no tenía idea de cual era su verdadero propósito. —Oye... tranquilo, no te enojes de la nada—dije mirándolo como ponía su fuerza en aquél mazo.

 

Sebastián

Como si en verdad me interesará, pensaba mientras golpeaba todavía el muñeco de paja pero vi que otro sujeto se acercó al muñeco de a lado y comenzó a golpearlo con su maso —¿acaso me estas retando?— le grite con ira aún y golpee mi muñeco nuevamente