[Gladiadores] Rehenes de un imperio

Brazhan

El muy desgraciado me tiró. Ah, pero eso no se iba a quedar así. Ya se me habían acabado las venganzas, no tenía idea de que más hacerle. — Tu ganas, cerdo... — Le dije en voz baja, mientras me ponía de pie y me sobaba donde me había golpeado al caer. Osea, mi trasero.
Bien, puse ver a varios gladiadores que estaban allí, mirándonos con cara de desconciertos y me avergoncé mucho a causa de eso. Si, aun era un crío. Pero Sebastian lo era aun más, a pesar de ser mayor...

Contenido oculto

Gladiadores: WTF?
Brazhan: Ammm, holi (?)

 

Sebastián
¿Que rayos con el chico? El había empezado y se iba así nadamás, quien lo entendía, me levante y tome haciendo y un nuevo plato para servirme comida después, otra vez y alimentarme plácidamente, no me importaba que los demás me mirarán con cara rara pues estaba acostumbrado --él empezó -- dije señalando al chico masticando una pieza de pollo.

 

Laberius

El vino había afectado demasiado mi cordura, como era posible aquello, de tanto beber me había quedado dormido sobre la banca de la mesa en la que me había dispuesto a comer. El ruido de una pelea fue la que me sacó , a tiempo, de las terribles pesadillas que había empezado a perseguirme desde hace algunos días, pesadillas de la arena bañada con mi sangre...
Con pereza, levanté la mirada y divisé a un par de gladiadores jugando como un par de críos, desde el fondo, una pequeña sonrisa iluminó mi rostro al notar como un par de gladiadores, fuertes y valientes, eran capaces de mantener la calma y reír en un lugar tan sórdido como lo era el coliseo. Giré la mirada y vi como el comedor se había llenado, al menos nadie me había visto dormir.
- Ya no más vino- me susurré vagamente mientras frotaba mi cabeza desnuda y estiraba mis cansados músculos.

 

Un par de soldado entraron al comedor; se acercaron a Tertius y uno de ellos lo tomó del hombro –Tu mecenas te espera...–

 

Opelius

Gruñí por lo bajo la ver la escena de Sebastian y el otro muchacho. Parecían dos críos y me molesto. ¿Por qué esa escena me molestaba tanto? Tal vez porque mi amigo incondicional ya no se encontraba en este mundo, quizá era una enfermiza envidia ver la fraternidad de esos dos. Se tenían uno a otro, como la mayoría de allí. En cambio yo solo tengo mi oscuro pasado que me quema los hombros como el peso de una montaña y no tengo a quien acudir…

Vi a Iulian y entrecerré mis ojos para verlo mejor. No se juega con la muerte, niño bonito, pero tampoco se juega con los hombres y su justicia. Golpe por golpe o sangre por sangre el destino devuelve siempre la flecha al arquero… ¿no es eso lo que me dijiste una vez, Scato? Y por algo el destino hizo que mi especialidad sea el arco y flecha… por ello es bueno siempre apuntar al buen blanco… tal vez de esa manera la flecha no volverá.

 

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D:

Tertius

Me volteé ante la sensación del tacto y me encontré con los dos guardias que me convocaban a la Cámara de Audiencias. Tragué el cerdo que estaba masticando y miré una última vez a Pictor y Petro. Le sonreí, confiado ante sus palabras.

—Deseadme suerte —les dije en voz baja.

Di otro breve trago a mi vino, me levanté y acompañé a los soldados a la salida del comedor.

 

Petro y Pictor levantaron su puño ante Tertius; era una señal de buena suerte, en verdad estaban consternados por el presentimiento de su Hermano; nadie más debía enfrentarse a Ambrosius...

 

Sebastian

Ya había terminado de comer, me supo delicioso pues no habia comido en mucho tiempo, me levante y me dirigi a los baños a darme una ducha pues mi cabello ya estaba todo duro por el vino que ya se habia secado, rei al recordar tales momentos mientras tocaba mi cabello, camine por los subterraneos hasta llegar a dicho lugar, me desvesti y tome un par de cubetas para despues derramar poco a poco el agua sobre mi cabello, extrañaba su color rubio.

 

Brazhan

Había estado dando vueltas por el subterráneo, simplemente para perder el tiempo. Toqué mi pelo nuevamente, y podía sentir que la viscosidad se había secado. Decidí que ya era hora de lavarlo.
Al llegar, pude ver a Sebastian y me pareé en seco. Luego embocé una sonrisa maliciosa, pero aun no lo iba a hacer. Me desvestí y tomé una cubeta de agua y comencé a lavarme.

Contenido oculto: Opelius

Opelius quiere que lo apapachen :3 Sebastian y Brazhan se encargarán de darte cariño (?)

 

Sebastian
Suspire al saber que mi cabello habia tomado de nuevo esa suavida y su color priginal, suspire de alivio y una sonrisa se dibujo en mi rostro al recordar el estado de Brazhan —¿Como estara el muchacho? quisa me disculpe de verdad mes tarde— me dije continuando frotando mi cuerpo. De repente me parecio haber invodo a aquel chico ya mencionado antes, parece que quitaria la grasa de su cabello asi que de momento no le dirgji una palabra solo una mirada.

 

Brazhan

Por fin había logrado limpiar mi cabello por completo, maldito Sebastian. La próxima vez, en vez de tirarle vino, le daría un buen puñetazo. Vi que Sebastian ya había terminado, y comenzado a secarse, así que vi una buena oportunidad para mi ''venganza''. Llené la cubeta con más agua y se la tiré, el agua estaba fría, ya que era recipen sacada del poso.

Contenido oculto

¿Es poso verdad? Con creo que haya canillas XDD

 

Sebastian

Estaba por enrredarme un pedazo de manta cuando senti un inmenso escalofrio recorrer mi cuerpo al recibir de golpe toda esa agua helada —No te conformas chico— Le dije cerciorandome que se tratava de Brazhan nuevamente, me rei y tome mi trapo ya mojada estube enrollando e intente darle, ovio no me dejaria ¿Tanto me odiava?

 

Brazhan

No, no me conformaba. Valla, Sebastian si que me conocía bastante bien. Sentí un cierto ardor en mi espalda, me volteé y sin duda, era Sebastian que me había golpeado con el trapo mojado. Yo solo sonreí cínicamente. Tomé la cubeta vacía y se la aventé en la cabeza.
Me sequé rápido, me vestí con mis imples harapos y me fui rápidamente a mi habitación. Sabía que era inútil escapar, el rubio se vengaría tarde o temprano.

 

Sebastian

Rei al ver aquella reacción del muchacho, me sobe el golpe de aquel cubetaso y me vestí rápidamente para alcanzarlo, corri tras de al sin antes tonar la cubeta con agua fria, me le adelante y le regrese la broma, verti de golpe el agua fria sobre su ropaje y me torne a carcajadas al ver su reaccion, quien lo creeria que ese crio no se quedaria de brazos crusados.
@Lova Ravengood

 

Brazhan


El frío cubrió por completo mi cuerpo, y mis ropas empapadas chorreaban de agua. Y tieso como una piedra, apenas me volteé a ver a Sebastian que reía más feo que una hiena. Seguí caminando hasta mi cuarto, haciendo ruidos con los pies, ya que mis sandalias estaban —al igual que yo,— mojadas.
Entré y de inmediato me sequé. pues no quería enfermarme después de eso. Ya vería la forma con la que me vengaría del rubio... Cuando ya estuve seco y cambiado, me recosté en mi cama y me quedé allí, no tenía sueño.

 

Sebastián

Me reí tanto como pude con el muchacho, ambos compartiendo una grata felicidad, veía como se retiraba a la habitación, me quede parado unos momentos pensando, verdaderamente no había sonreído desde aquellas tragedias, me sentía triste, pero sigo sin creer que sólo un niño como Brazhan pudiera hacerme olvidarlo por un momento, sonreí y regresé a la realidad, Brazhan no se quedaría quieto seguramente ahora mismo estaría planeando su siguiente ataque. Me dirigí al campo de entrenamiento nuevamente para continuar mi entrenamiento, claro sin bajar la Guardia.

 

La felicidad es algo que no se permite muy a menudo dentro del subterráneo. Las muertes y desesperanza que contiene el lugar impide incontables veces poder relajarse o disfrutar. Pero cuando ese pequeño momento se daba, se debía disfrutar al máximo; pues nadie podía asegurar que se pudiera volver a repetir...

Un guardia con una armadura anaranjada entró al subterráneo; su rostro no se podía ver por el yelmo que llevaba, reunió con la ayuda de los guardias a todos los Gladiadores en el área de entrenamiento.
–Hoy les espera una reunión con sus mecenas en la Arena Olimpia; se harán pruebas de armamento; habrá nuevas armas disponibles para ustedes, podrán probar cada una de ellas. Al final, algún voluntario peleará contra el nuevo Gladiador, Iulian... prepárense para ello–

El guardia de anaranjado se retiró del subterráneo, los demás guardias rompieron sus formaciones y se repartieron de nuevo por todo el subterráneo.

–¡Ya era hora!– Comentó Iulian

 

Sebastián

Al escuchar que podíamos pelear voluntariamente con Iulian pensé, mi mecenas estaría satisfecho por eso, o talvez no, no me vendría mal otra batalla así que yo fui el primero en decir --yo pelearé con el nuevo -- comente acercandome al Rubio --no habrá problema con eso ¿verdad?-- dije sonriendo amistosamente.

 

Iulian

—¡Ninguna!— dio tres palmadas a su hombro —Pero te advierto que no será nada fácil—

 

Opelius

Estuve a punto de dar un paso al frente cuando uno de los recientes gladiadores habló primero. Gruñí y mis manos se convirtieron en dos puños macizos que temblaban ligeramente a causa de la presión que ejercía. Estudié con ojos críticos al tal Sebastian y escupí a un costado, furioso. Ese muchachito no debía de tener el honor para pelear contra el tal Iulian... debía de ser yo. Fácilmente podría pasar una pelea amistosa a una de muerte y clavarle una flecha en la garganta... "accidentalmente"

Iulian ya había ganado la confianza del chico que creía en palabras bonitas... ¿alguién más caería en sus redes? Poco me importa, pero la pregunta por algún motivo rige en mi mente como un sueño olvidado o un futuro oscuro. De todas maneras me da igual el resto... la molestia que viviré hoy con mi mecenas ya oculto mi escaso buen humor.