[Fuga del coliseo] palacio imperial

Caelus

Comenzó a reirse frenéticamente con su rostro ensangrentado; parecía otra persona completamente –¡Entonces esa es tu DECISIÓN! ¡Pésima podré DECIR...– Y entre sus escasos ropajes sacó una potente daga la cuál se dirigía directamente a tu estómago; pero la velocidad de Nixiras era mucho mayor a la de un hombre que jamás había sujetado un arma por un ser querido. Vitrion soltó una pequeña risa ante el patético intento del hombre diciendo –Y este era quien daba consejos a Cassius, por eso muerto está...– Concluyó.
Caelus= 22pv

 

Sebastian

Peleaba junto a Cornelia contra uno de los soldados que se encontraban cerca, me sorprendia cada vez mas esa chica con aquellos movimientos que hacia, estaba imprecionado, pero no me quedaria atras tenia que pelear, levante mi espada y me interpuse ente Cornelia y aquel contrincante, era la hora de de darlo todo o nada, balancie un poco y clave mi primera estocada en el costado de aquel gran hombre segudo de un ataque directo a su pecho, retrosedi unos pasos y voltie a ver a cornelia "No te distraigas chico" me dije a mi mismo para volver a atacar, nuestras aras se tocaban haciendo que cierto sonido se exparciera por el lugar, recibia daños por su parte pero aun asi insisti y segui atacandolo, no me daria poe vencido tan facilmente.

 

La daga no hizo mayores daños en mi cuerpo parece que tan solo un rasguño, sangrante pero solo eso, sonreí de lado un instante antes de que mi rostro se hundiera en un seriedad marcial. Caelus debe morir y pronto, antes de que lleguen otros enemigos que dañen a mi y a Vitrion. Sonreí ante las palabras de él y ataque de una forma que nunca lo había hecho: era algo calculado pero a la vez lleno de la fuerza que trae la ira consigo.


Una técnica que se enseña en la tribu para casos especialmente peligrosos o que se quieran terminar rápido, es un ataque “especial” podría decirse.


Primero desarmo a Caelus pisando su mano, cuando el intenta defenderse sujetando mi tobillo, la otra pierna viaja a una gran velocidad hacia su pecho en dirección al corazón, sin dudar le he reventado al menos tres costillas que se encajarían en sus órganos vitales. No es una simple patada pues la fuerza bruta sin técnica no haría el mismo efecto, su corazón apenas funcionaria.

 

Laberius

Mi espíritu recobraba su ánimo mientras más veía nuestro gran sueño volverse realidad, la sed de sangre que adquirí en el coliseo hervía en mis venas inundando mi corazón de emociones diversas, al ver como mis hermanos arremetían contra e enemigo de manera tan tenaz; la espada en mi mano me exigía acción, durante todo el camino hasta este punto permanecí sin palabras, ahogando el grito que solo ahora me atrevo a liberar a los cuatro vientos. Aquel grito que acalle desde mi ingreso al coliseo, ese deseo de recuperar las alas que el imperio arrancó de mi espíritu y que, ahora, finalmente, vuelven a mi. Con furor en mis ojos, me abalanzo sin piedad contra todo soldado que se cruce en mi camino hacia la libertad, esta vez no me importa morir en el intento, de cualquier manera, la muerte también es una forma de libertad.

 

Caelus

La sangre comienza a salir incontrolable por su boca, la intenta limpiar pero es inútil; ya no tiene fuerzas y cada movimiento hace que su pecho sufra mayor agonía; aún así consume esa energía para articular palabras –¿En verdad creen que serán libres? Por favor; sus ideales son como los sueños de un niño; ¡JAMÁS SERÁN LIBRES! ¡MORIRÁN COMO ESCLAVOS!– escupió a los pies de Nixiras– Cassius era un niño al que yo sacudía a mi antojo; pero Naevius... él es inquebrantable – rió – Y su ídolo Ambrosius, invicto en en Coliseo; pero Naevius está invicto desde las guerras de antaño; ese hombre los perseguirá toda su vida hasta matarlos, con un rostro estóico y sin arrepentimientos. Fueron demasiado estúpidos como para venir a atacarlo directamente, así que disfruten sus minutos de gloria; porque han liberado al León. – Levantó su mirada a Nixiras –Ver morir a Priscus no fue nada con lo que te espera en este día– Sonrió con su dentadura ensangrentada – Dime ¿Qué se siente morir en la misma tumba que yo? –Comenzó a reirse frenéticamente.

 

Gaius; Ambrosius; Sorec y Opelius

Gaius y Ambrosius terminaron con el centurión; ambos ensangrentados, Gaius miraba preocupado a Ambrosius pues tenía un gran corte en todo su pecho; no estaba en buen estado –Aguanta hermano; aún nos falta mucho por recorrer– Decía Gaius conteniendo la hemorragia. Ambrosius estaba muy herido pero no lo demostraba en su semblante –Calma hermano, aún no planeo morir–

Mientras tanto Sorec y Opelius terminaban con su objetivo; ambos se movían con destreza similiar, de tal modo que terminaron con su objetivo unos segundos después que Ambrosius y Gaius. Sorec asintió hacia Opelius, indicando que era momento de seguir.

• Aliados
• enemigos importantes
• Sanguine Frates
• Enemigos derrotados
• esquives

• 
  
  Ambrosius= 60 pv
  Gaius= 114 pv
  Píctor= 243pv
  Vitrion= 229pv
  Petro= 200 pv
  Opelius= 245pv
  Auri= 231pv
  Kaito= 267pv
  Hareth= 262pv
  Sorec= 236pv
  Tertius= 300pv
  Sextius= 211pv
  Sebastian= 228pv
  Brazhan= 300pv
  Cornelia= 300pv
  Nixiras= 271pv
  Laberius= 291pv
  Darius= 289pv
  
  
• 
  Hasta el momento estos son los únicos que puedo revelar
  
  Caelus= 2pv
  Naevius= 300pv
  Acilius= 0pv
  
  
• 
  Guerreros aún vivos= 182
  
• 
  
  Ambrosius= 2
  Gaius= 2
  Píctor= 3
  Vitrion= 2
  Petro= 4
  Opelius= 1
  Auri= 1
  Kaito= 4
  Hareth= 5
  Sorec= 1
  Tertius= 0
  Sextius= 3
  Sebastian= 3
  Brazhan= 0
  Cornelia= 2
  Nixiras= 1
  Laberius= 2
  Darius= 2
  
  
• 
  
  Vitrion= 0 esquives
  Petro= 0 esquive
  Píctor= 0 esquives
  Gaius= 0 esquives
  Sextius= 0 esquives
  Tertius= 1 esquive
  Brazhan= 1 esquive
  Ambrosius= 0 esquives
  Sebastian= 0 esquive
  Cornelia= 1 esquives
  Nixiras= 0 esquives
  Opelius= 0 esquives
  Darius= 0 esquives
  Laberius= 0 esquives
  
  

 

Opelius

Pisoteó con todas sus fuerzas el rostro del centurión y ésta explotó como una sandía; gruñó cuando escuchó el sonido pastoso y la carne hundirse en su sandalia. Giró sobre sus pies y miró a sus compañeros: Ambrosius parecía realmente herido y en todos los años que pasaron del Coliseo, no recordaba verlo en un estado igual.

Le hizo una seña con el pulgar hacia arriba al invicto, haciendole recordar que él era el más fuerte de todos, la leyenda del Coliseo: el gran Ambrosius... debía de aguantar.

Miró a Sorec y con una palmada en su hombro le indicó que se encargue de la próxima puerta. Mientras el otro mudo se encargaba de abrirla, tenían tiempo para recuperar el aliento perdido en la pelea.

 

Ambrosius; Gaius; Sorec y Opelius

–Sigan adelante; no tardaremos en reunirnos con ustedes, sólo detendré el sangrado de Ambrosius...– Gaius estaba preocupado por el invicto, el cual ha sido su mejor amigo desde que llegaron al Coliseo, a pesar de la diferencia de edad. Ambrosius simplemente bufó, al escuchar las palabras de Gaius y ver el pulgar hacia abajo de Opelius. Se sentía derrotado.

Sorec y Opelius

Salieron de la primera habitación, caminaron por el pasillo hacia la siguiente; era la última habitación antes de llegar a la cámara del Emperador. Sorec abrió la puerta con velocidad y le indicó a Opelius que pasara, después entró él quedando a sus espaldas.
Fue increible ver que la habitación estaba vacía, aparentemente la suerte les sonreía una vez más.

Pasillo izquierdo, primer piso

Aquel esclavo que liberó Nixiras seguía de rodillas con los puños cerrados, se sentía bastante molesto porque no respetaban sus deseos... pero estos no eran ideas de suicidio o rendición; sino todo lo contrario, tenía sed de venganza, su tristeza era tal que no dudó en levantarse; arrebatarle la armadur y armamento a un soldado asesinado cerca de las escaleras hacia el sótano. Las colocó con velocidad y fue en busca de su objetivo... y ahí estaba; demostrando la gracia de alguien que sabía pelear; alguien que sabía como MATAR.

 

Opelius

Cuando ingresó primero a la habitación, no pudo más que sonreír y alzar sus brazos, señalando el techo. Le daba gracias a Scato por estar velando tu venganza; esta noche sería el fin del linaje de tiranía, finalmente, luego de tantos años de sufrimiento y esclavitud, le cortarían la cabeza a la serpiente más ruin e implacable de todas. La dinastía de Naevius, junto con todas sus guerras y planes a futuro de muertes y sangre, quedaría en el olvido.
Se mordió el labio inferior, estaba emocionado: miró a Sorec, la emoción era obvia en Opelius y de haberlo conocido más le hubiera dado el saludo fraternal de los Gladiadores, el agarre del antebrazo.

Señaló la última puerta y apartó al hijo de Hareth; la entrada debía de ser furtiva. Pateó la puerta con todas sus fuerzas y ésta se abrió con una explosión...

 

...

Aquel esclavo había acertado a su objetivo con una fuerza impresionante; la persona que le había arrebatado al ser más importante en su vida; a su único familiar. Cornelia le había arrebatado a su hermano, en una pelea donde estaba prohibido matar; el odio estaba demasiado fresco en el por lo que su golpe sorpresa fue efectivo, corto transversalmente la espalda de Cornelia, la cual se había mantenido intacta en combate.
–Mataste a Cimber; ¡MI HERMANO! no debías matarlo, ¡NO DEBISTE!– Gritó Marcus con lágrimas en sus lástimados ojos –Y lo humillaste, ¡Pisoteaste su cuerpo hasta destruir su rostro! ¡JAMÁS TE LO PERDONARÉ!–
Todas las heridas en el cuerpo de Marcus fueron causadas por su entrenamiento autoimpuesto, el debía ser fuerte; incluso más fuerte que su hermano, para salvar el honor de su familia o morir en el intento

Contenido oculto

@Caro Chan

debes enfrentarte a Marcus... el tiene un dado de ataque de 50 y un pv de 150 o.o
(ya te bajó 47 de daño directo D: )

Contenido oculto: Historia de Marcus

Si no se acuerdan de él es comprensible xD
Marcus entró al Coliseo junto a su hermano Cimber, ambos lograron convertirse en Gladiadores; pero Marcus tuvo que enfrentarse a Sebastian, pelea que perdió y por ello le quitaron el título de Gladiador y se volvió esclavo del palacio imperial. Mientras que Sebastian se hizo Gladiador

Después su hermano Cimber se enfrentó a Cornelia en la ronda de Gladiadores vs Gladiadores, donde no estaba permitido matar a su oponente (Ambrosius y Cornelia lo hicieron) Marcus estaba presente cuando vio morir a su hermano... y la pateada que le dio Cornelia a su pobre cuerpo ya sin vida D:

 

Opelius y Sorec

Sorec miró la celebración de Opelius después de ver como tiraba la puerta, aún debía recorrer un amplio pasillo antes de llegar a la entrada de la cámara del Emperador. Sorec lo tomó del hombro y sonrió.
Una trampa se accionó frente a Opelius pero Sorec lo jaló de nuevo a la habitación; así vieron pasar la gran guadaña frente a la puerta; estuvo cerca

 

—Poco me importa donde muera aunque sea aquí, sobre tu pútrido y moribundo cuerpo. Te agrado corromper esa marioneta que fue Cassius ¿cierto?— con lo poco que había conocido al emperador me había dado cuenta que no era malo ni sanguinario, solo demasiado inmaduro para el puesto.

Puse mi pie sobre su corazón, allí siento como cada latido es un esfuerzo sobre humano para ese pobre musculo que ha sido poco utilizado por su dueño para cosas positivas.


—Nada de lo que me pase hoy puede ser peor que a las torturas que me sometiste Caelus y tu muerte no expiara esos pecados, no vivirás con ellos pues no tienes conciencia, pero al otro lado cuando desees que Caronte te lleve en su barco te darás cuenta que los pecados si pesan y demasiado para ser arrastrados con ellos.— los gritos de desesperación que hablaban estupideces ya me están cansando además de que alertarían a otros guardias, este es mi momento, el instante donde una muerte alivia el peso de muchas cosas, por supuesto que no de todas: mi orgullo sigue herido por las humillaciones, mi cuerpo sigue marcado por manos y látigos y mi corazón esta manchados por sangre de los caídos sin embargo en el justo instante don presiono con fuerza ese roto pecho algo sale de mi cuerpo, una gran carga de venganza vacia ya fue saciada.


Cuando los gritos de dolor pararon me volteo a mirar a Vitrion, temo lo que pueda ver en su mirada, temo que no me vea como su hermana sino como una asesina sanguinaria o como alguien igual a los que hoy matamos; por ese temor bajo mi frente y intento avanzar sin mirarle.

 

Opelius

Cayó sentado en el piso cuando Sorec lo empujó hacia atrás. Incrédulo, vio como la guadaña gigante cortó el viento frente a él... y hubiera sido a él mismo si no fuera por Sorec. Levantó la cabeza y lo vio; sonrió sinceramente y se puso de pie nuevamente al tiempo que apretaba el antebrazo de su compañero y miraba directo a sus ojos. Estaba seguro que Scato lo había enviado para protegerlo desde la otra vida.

Opelius miró el largo pasillo y frunció el entrecejo; no era seguro ir corriendo hasta la última puerta, por lo que se enganchó el arco en su espalda y comenzó a caminar lentamente, tanteando con sus pies poco a poco el terreno, moviendo sus brazos para poder estar atento al tiempo de esquivar alguna que otra trampa que pudiera surgir de la nada misma. El bastardo de Naevius era inteligente.

 

Nixiras y Vitrion

​

Caelus songraba en su propio suelo; muerto por fin, sus precidas joyas y tesoros murieron con él; probablemente en el más allá se estará arrepintiendo de haber invertido tanto tiempo en la búsqueda de sus amuletos y tesoros en lugar de salir corriendo antes de que la invasión diera inicio...

Nixiras caminaba sin mirar a Vitrion; pero el la tomó delicadamente del hombro con su brazo quemado–También he matado a quien me lastimó; No hemos matado inocentes hermana, matamos personas que cambiar no pueden, si ellos vivir, jamás se detendrán sus actos de mal. Has actuado bien– Esto lo dijo para Nixiras, pero en cierto punto también lo dijo para sí mismo. El cuerpo de Vitrion también seguía marcado y herido a pesar de haber matado a su agresor


Opelius y Sorec

–¿No lo entiendes verdad?– Dijo Sorec llevándose la mano a la frente y jalando a Opelius de nuevo a la habitación –Aún no has caído en cuenta...–Dijo sujetando su lanza y apuntando hacia él –Cinco veces– Dijo en voz alta y extendiendo su mano hacia el como si fuera la señal de Sanguine Frates – Tuve cinco oportunidades para matarte en todo este tiempo que caminamos juntos– Comenzó a reir –Eres el mejor arquero; pero observas poco, vaya ironía...– Comenzó a reir más fuerte – Tus últimas palabras hacia mi fueron que yo no era nada; que jamás sería un Gladiador – Su risa era incontrolable –Y ahora hasta me das el saludo del antebrazo; considerándome uno de los tuyos– Comenzó a quitarse el casco que llevaba puesto; después se quitó la máscara....
Era Iulian.
Volvió a reir –¡Si pudieras ver tu cara en estos instantes!– Rió un poco más para después parar en seco y mantener un furioso semblante apuntándolo con su lanza –¡Tuve CINCO oportunidades para hacerte lo mismo que tu me hiciste a mí!– Reprimió su lanza –Atacar por la espalda...– volvió a colocarse el casco –Yo entré al Coliseo porque los admiraba, Vero era el Dios del combate; y Priscus, su valor era inmesurable...– se colocó de nuevo la máscara– ¡Y YA ESTANDO DENTRO ENCONTRE NADA!– apuntó de nuevo a Opelius –¡TÚ ERES QUIEN NO VALE NADA!– En ese momento Ambrosius y Gaius ya estaban en la puerta.

–¡Sorec qué haces!– Gritó al ver a Sorec apuntando su arma a Opelius; ellos aún no sabían quien estaba detrás de esa máscara. Iulian se acercó a Opelius y le susurró – Podrás decir que me atacaste por la espalda porque no era un Gladiador; sé hombre y escríbele a Gaius que intentaste matarlo... Traidor...tus palabras no tienen valía– Iulian se alejó de Opelius y se dirigió a Gaius y Ambrosius –¡Ustedes no se metan en esta pelea! Pues ya estaba pactada hace tiempo y debe realizarse– Es ahí cuando Gaius y Ambrosius entendieron que Sorec era Iulian.

 

Sonreí un poco y una lagrima corrió por mi mejilla, la arranco con fuerza de mi rostro.

—He llorado más desde que llegue al Coliseo que en toda mi vida— mi risa es seca, casi sin vida, una irónica carcajada que intenta sacar algo de humor a mi debilidad. —Debemos ir a ayudar a los demás, seguro los guardias inundan el piso de arriba para salvar a su Emperador.

Sé que mi hermano no es bueno con las palabras así que lo abrazo y le dey la noticia que tanta felicidad me ha traído.

—Pude salvar a mi hermano, ya está arriba con los otros esclavos pero le ordene a Tertius que le cuidara— también rio al recordar el rostro sorprendido del pelirrojo.

 

Opelius

Su semblante se petrificó al ver a Iulian, el artífice de todo esto, apuntándole con la lanza. Opelius sintió su mandíbula ceder y sus piernas casi flaquean ante el peso de su cuerpo; esto estaba mal, demasiado mal. ¡Maldito seas, Iulian! ¡Tendría que haberte matado en ese mismo combate!, pensó el gladiador sin voz, rugiendo como un animal herido, sacando rápidamente su arco de sus espaldas, con su mirada fija como la de un leopardo en la figura de aquel rubio con ideas distorsionadas de la palabra Gladiadores.

Y de pronto, una ira incontenible lo invadió; como el golpe de una cubeta con agua helada... Hareth no era quien decía ser. Él también estaba detrás de este plan, era seguro; era el que se supone que debía liderarlos... ¿y donde estaba ahora? Naevius...

Gritó con todas sus fuerzas, intentando modular algo, pero era imposible. Hizo señas, desesperado hacia Ambrosius y Gaius para que bajen por las escaleras pero seguro no lo entenderían. La situación era delicada y el tiempo no sobraba exactamente.
Cuando escuchó las palabras de Iulian, su sangre terminó por hervirse; sus ojos estaban inyectados en sangre. ¡Naevius lo había obligado a hacerlo, no tenía opción, debía de proteger a Scato! ¡Y también había matado a su hermano Scato! ¡Naevius pagaría por todo ello! ¡E Iulian también lo haría!

Opelius escupió a los pies del rubio y lo llamó con una mano, indicándole que se acerque. Tensó la cuerda de su arco y posicionó la flecha apuntando a la cabeza del niño que jugaba a los gladiadores. ¡El plan estaba a punto de arruinarse! ¡Su venganza, todo lo logrado hasta ese momento!

Y todo por culpa de él...

Gruñó al tiempo que se alzaba en toda su altura, con una expresión furiosa en su rostro. Solo uno de los dos saldría vivo de ese lugar.

 

Vitrion y Nixiras

–Si debemos ayudar; aún fuertes para pelear– Sonrió al escuchar que su hermanito estaba con bien; ahora lo importante era sobrevivir; algo en Vitrion se liberó, dejó la culpa atrás y siguió su camino.

Ambrosius; Gaius; Opelius y Iulian

Ambrosius y Gaius sacaron sus armas para atacar a Iulian; pero la reacción de Opelius los hizo desistir, y buscaron pasar desapercibidos para adelantarse a la habitación de Naevius.

–Al llegar ahí tiren la puerta y aléjense de ella; un tronco está atado al techo y caerá para empalar a quien se atreva a cruzar. Ahí estará la habitación de Naevius; pero recuerden que él es un antiguo Centurión; el mejor...– Dijo Iulian sin separar la vista de Opelius
–¡¿Y por qué debemos creer en tus palabras?!– Gritó Ambrosius; Iulian rió levemente – Porque si fueran mentiras no los dejaría cruzar esta habitación... así que muévanse–

Gaius y Ambrosius corrieron por el pasillo y llegar a la puerta....

Iulian estab frente a Opelius; si silueta parecía un espectro con las ropas especiales de Sorec...

(Imaginen que tiene una lanza en lugar de espada)​

Contenido oculto

Opelius definió el combate a muerte.
Y tiene la fortuna que Iulian recibiera más daño que el en combates anteriores:
Opelius= 245pv
Iulian= 236pv

Las condiciones de combate son las mismas ya estipuladas; puedes tirar todos los dados de una vez o combatir uno a uno para sacar información de Iulian (complicado porque Opelius no habla)

Tu empiezas atacando.

Ambrosius y Gaius

Gaius tiró la puerta como dijo Iulian y ambos se alejaron; efectivamente un tronco descendió con fuerza para atravesarlos; pero fue inútil, a ninguno lo dañó.

Después entraron a la habitación...

La cámara estaba vacía....

–¡MALDITA SEA!– Gritó descontrolado Ambrosius; Gaius inspeccionó el lugar y sobre la cama había una nota:

Ataques sorpresa; vaya forma de insultarme.
Si creen que pueden irrumpir en mi Palacio y salir vivos de aquí se equivocan
Estaré en el Trono esperando una pelea que valga la pena.
Cortar mi cuello mientras duermo...
Cobardes...​

 

Opelius

Esperó a que Gaius y Ambrosius cruzaran el pasillo y se internen en la habitación de Naevius; sus ojos estaban fijos en los orbes de Iulian y una furia incontenible sacudía su esqueleto mientras otros iban a arrebatarle el derecho de asesinar a Naevius... ¡Él era el único que tenía el derecho de matarlo! Pero esta escoria, la basura de Iulian se interponía entre él y su dichosa venganza.

Sintió nuevamente el peso en sus hombros y le pareció oír la voz de Scato en alguna parte de su mente diciéndole que lo haga, que lo haga lo más rápido posible para poder ir a destrozar el rostro de Naevius...

Ya su flecha estaba cargada; la cuerda tensa y el arco fijo. Sus manos expertas acariciaron la madera de su arma y soltó la primera flecha, al tiempo que con una maestría envidiable, volvía a recargar otra flecha para lanzarla.

 

Subimos lo más rápido que pudimos pero nos dimos cuenta de algo, Opelius luchaba con el hijo del líder de los Hermanos de sangre.

—¿Qué demonios pasa aquí?— alzo la voz lo suficiente para llamar su atención pero ninguno volea a mirarme, ambos se ven con ferocidad. Antes de que me respondan Gaius y Ambrosius, me sorprendo al ver lo herido que está este último y por sus caras presiento que asesinar al emperador no ha sido ni cumplido ni facil.

—¿Dónde está?—les pregunto consciente de que no estaría en su alcoba si ellos tenían esas terribles muecas, apenas me responden salgo corriendo hacia la habitación del trono no sin antes asegurarme que Vitrion me prometa algo.

—Júrame que harás que Ambrosius llegue al barco vivo, Vitrion.— Note que el invicto queria objetar y le detuve —No hables Ambrosius, te iras de aquí ya. No sirves de mucho en esas condiciones así que deja que te lleven al barco y si puedes manten a mi hermano allí— me referia tanto a mi hermano de sangre como de armas.

 

Nixiras Gaius; Vitrion y Ambrosius

–El hijo de Hareth es Iulian...–Dijo Gaius– No sé si eso sea cierto; o suplantó a su hijo o si toda esta planeación fue una mentira de Naevius– Se le escuchaba preocupado –Naevius nos ha retado a una pelea en la Sala del Trono, el desgraciado...–Dijo mirando hacia Ambrosius quien estaba colérico.

Vitrion miró a Nixiras por unos instantes y negó con la cabeza –Yo no irme; yo aún tener fuerza para pelear y defender a mis hermanos– Miró a Gaius, el cual entendió al instante, Vitrion quería que el guiara a Ambrosius al barco y asintió mordiendo fuertemente su labio inferior; pues el quería pelear hasta el final –No– Dijo Ambrosius –Sé que no sirvo de mucho en estas condiciones pero al menos puedo matar a un par de soldados más antes de caer; simplemente no puedo...– Miró a Opelius atacar como nunca antes lo había visto...

Opelius y Iulian

Iulian comenzó a recibir las flechas; tenía que actuar rápido pues Opelius estaba totalmente furioso; eso lo hizo sonreír a pesar de su precaria situación.