Long-fic de Inuyasha - Enséñame a besar (InuKag) Termindo

Re: Enséñame a besar (InuKag)

Hola!!
Ya, ya lo continuo... pero después empezaré a tardar más, tal vez lo actualice en una semana como mucho. Espero que sepan entender :)

Enséñame a besar.

5-.

Se cruzó de piernas en la cama, sostuvo sus manos como si tuviera un gran peso sobre ellas y empezó a balancear. Por un lado, salir con el chico de sus sueños, cumplir su fantasía de –tal vez- recibir un beso. Y por el otro… su mejor amigo, el que estuvo siempre, el que quería ayudar a poder besar a Hoyo.

¿Qué pesaba más?

Su amor: Hoyo.

Su amistad: InuYasha.

Tomó su móvil, marcando el número.

–¡¡MALDITA SEA, KAGOME!! ¡¿SABES QUE HORA DE MIERDA ES?! –gritó InuYasha con ira, ella protegió su apreciado oído alejando su móvil hasta que su brazo no pudo más.

–Perdón, InuYasha, pero… debo decirte unas nuevas buenas –soltó una risilla, volviendo a abrazar la Hoyo-almohada contra su rostro.

–¿No quieres ver a Mi Pequeña Sei? –preguntó esperanzado, haciendo que la alegría de Kagome volviera a escaparse de sus manos.

–Er… No, Inu, no es… eso… –habló Kagome, tratando de parecer lo menos alegre posible. Ella quería salir con su amigo, pero más quería a Hoyo.

Huh, lo había llamado 'Inu'.

–¿Qué pasó con Bobo? –preguntó despreocupadamente InuYasha, sin mostrar una pizca de enojo o dolor en su voz.

–¿Cómo sabes que era él? –dijo ella sorprendida.

InuYasha soltó un bufido.

"Sí está molesto…", pensó Kagome y sin poder evitarlo sonrió. Podría imaginarse a InuYasha con el cejo fruncido y la mandíbula apretada, casi como un perro.

–Keh, no importa. ¿Qué pasó?

–Me quiere.

–¡¿Qué?! –volvió a gritar InuYasha sin esperarlo. Lo tomó por sorpresa aquella revelación y por poco casi se cae de la cama.

–Me dijo que me quería… y me invitó a salir el sábado. Lo siento, no podré ir a ver… a los Mutantes contigo –sonaba dolida de enserio, y no estaba fingiendo.

"Es Hoyo, es Hoyo…", se dijo mentalmente, apretando sus manos.

–Ah, está bien… No importa, Kagome. Saldremos otro día… Er… Bueno, suerte con Hoyo –y cortó la comunicación.

La chica miró su móvil sin expresión, tratando de asumir lo que acabó de escuchar. ¿Por qué sonaba tan lastimado…? Estaba claro que iba a ser herido porque no saldría con él a ver una estúpida película, pero… ¿Tanto le dolía?

Y no lo llamó 'Bobo', sino 'Hoyo'.

¿Qué le sucedía a InuYasha?

Se mordió el labio, bastante confundida. Últimamente, su vida era demasiado confusa. ¡Si alguien le hubiera dicho que sus primeros besos se los daría con InuYasha, seguramente golpearía a esa persona! Era su hermano, nunca se atrevería a besarlo.

Pero… aún así lo hizo, desesperada para tratar de besarse a Hoyo. Jamás creyó que un chico podría gustarle de esa manera, traerla tan locamente enamorada, tan tonta…

Soltó un suspiro, dándose vuelta en la cama y colocándose en posición fetal. Cerró los ojos, con la emoción que mañana saldría con Hoyo y encima él gustaba de ella. ¡Le había murmurado que la quería!

Aunque ella lo amaba, pero de algo se empezaba. Entreabrió los ojos y sin saber por qué, apareció la voz de InuYasha murmurándole un suave 'te quiero'.

¡Bah, tonterías! Se acomodó en la cama y empezó a dormir.

La voz de él todavía resonaba en su cabeza.

'Te quiero'

InuYasha la quería… y Hoyo también la quería.

Y ella… quería demasiado a ambos.


·___________·

Ahí estaba.

Ya iban a ser la dos de la tarde, faltaba nada más y nada menos que dos minutos exactos. Se encontraba nerviosa, jamás había salido con un chico… que la quería. Se mordió el labio y pateó con su pie el suelo, temblando.

Volvió a fijarse en su cabello, en los aros con forma de mariposas que adornaban sus oídos, en el collar que le habían regalado para su cumpleaños. Se alisó el vestido blanco nerviosamente y colocó su bolso en el hombro izquierdo.

El timbre sonó estrepitosamente, Kagome soltó una exclamación. Bajó las escaleras corriendo, aunque tuviera unas sandalias bastante incomodas, y abrió la puerta con las mejillas sonrosadas.

Hoyo le sonreía dulcemente.

Kagome le respondió la sonrisa, pero más nerviosa.

–Hola, Higurashi –saludó amablemente, tomándole de la mano y besando el dorso como todo un caballero -. Estás hermosa.

"¡Lo sabía, lo sabía! Él es mi príncipe… él lo es…", pensó Kagome con el corazón latiéndole fuertemente contra su pecho.

Los ojos empezaron a brillarle.

–Hoyo… –jadeó, sentía que las rodillas golpeaban una contra la otra y en cualquier momento caería -. Ho… Hola.

Hoyo lucía una camisa blanca, bajo una camiseta de color negro y jeans oscuros. Iba casual pero muy elegantemente vestido. "Es… atractivo…", en cualquier momento se le caería la baba.

–Tú… tú… también… estás… hermoso.

Hoyo se sonrojó ligeramente, deleitando a Kagome. ¡Lo había hecho sonrojarse! Realmente podía afectarlo y aquello le agradaba muchísimo. Se sentía poderosa.

–¿Nos vamos? –preguntó dándole el brazo, que la chica tomó gustosamente.

Y juntos empezaron a bajar las escaleras del templo.

No se dijeron ni una palabra en todo ese largo trayecto, era un silencio tan cómodo. Estaba tan feliz, disfrutaba tanto de la compañía de Hoyo… En casos como ese, se daba cuenta de cuanto verdaderamente lo amaba.

"Está valiendo realmente la pena…"

¿Qué cosa? ¿Qué por ese chico rechazara salir con su mejor amigo? No era bueno disfrutar, pero después de tanto sufrir… Necesitaba sólo un segundo probar lo que sería ser la novia de Hoyo, estar con él.

–Hoyo… –habló Kagome, mirándolo sobre el rabillo del ojo.

–¿Mmm?

–¿A dónde vamos?

Él sonrió más abiertamente.

–Al cine.

El corazón de Kagome se detuvo.

¿Al cine?

Ella iría hoy al cine con InuYasha. ¿Cómo se hubiera vestido? ¿Igual que Hoyo? No, InuYasha no era igual que él… Era diferente, muy diferente.

–¿Sucede algo? –preguntó mirándola preocupado, el rubor de las mejillas en la chica había desaparecido.

Kagome negó con la cabeza, pensativa.

Ahora le carcomía la conciencia. Ella debería haber escogido por encima de todo a InuYasha, no al chico de sus sueños. La amistad era muchísimo más duradera que el amor, era más importante porque cuando necesitaras a alguien por un amor perdido… podrías refugiarte en un amigo.

Y si se comportaba de esta manera, él la dejaría de lado por otra chica… a igual que ella lo dejó de lado por Hoyo.

Apretó más el abrazo del muchacho, al imaginarse a InuYasha en brazos de otra chica… besándola de la misma manera que la besó a ella.

"No… no…"

¡Estaba más confundida que antes!

¿Por qué le dolía pensar que él estuviera en brazos de otra chica? ¡Era lo más obvio! Además, ella siempre deseó que InuYasha consiguiera una novia.

"¿Qué… me sucede?"

–¿Qué quieres ver, Higurashi? –preguntó Hoyo, sin siquiera darse cuenta del rostro confundido de la chica.

–¿Huh?

Pensar tanto le hizo olvidar que estaba al lado de Hoyo. Sonrió.

"No importa, ahora estoy con él"

–¿Cuál prefieres ver? –señaló a los afiches de la películas que había en cartelera.

Con miles de persona corriendo en el primer afiche, estaba escrito con letras ensangrentadas: "MUTANTES". Esa era la película que quería ver InuYasha. Pasó hacia el siguiente cartel, esta vez con mucha delicadeza; había dos personas mirando el mar en un faro, agarrados de las manos, las letras eran delicadas y doradas: "Mi pequeña Sei".

No hubo dudas.

–Vamos a ver esta –señaló Kagome, sonriéndole.

Esperaba que se quejara. Generalmente, los chicos no les gustan las comedias románticas, pero Hoyo no se inmutó.

–Vamos, entonces –sonrió, llevándola hacia la boletería.

Kagome se compró un tarro grande de palomitas de maíz, mientras que Hoyo se compró un gran y largo vaso de gaseosa. Agarrados de la mano, se encaminaron hacia la sala de cine y llegaron justo a tiempo.

El tema de la película era interesante. Sei estaba enamorada de un chico que apenas le prestaba atención, su mejor amigo de la infancia estaba enamorado secretamente de ella y como simplemente quería lo mejor para su pequeña, empezó a tratar de atraer la atención del príncipe de Sei.

Finalmente, ella logró quedarse con el chico de sus sueños y se casaron. A los tres años de estar juntos, él empezó a aburrirse y la engañó. Sei rápidamente pidió el divorcio y se sentía demasiado herida por lo que sucedió.
Entonces, apareció el mejor amigo, cuidándola y tratando de sanar a su corazón. Y sin que ella se diera cuenta, se enamoró de él.

El amigo estaba comprometido con otra chica, y justo en la ceremonia ella tomó valor y le dijo todo lo que sentía. Juntos se escaparon hacia el mar.
Al final, la novia del amigo de Sei se iba a casar con él porque quería ayudarlo a conquistar a Sei.

Todo esto, mezclado con situaciones muy chistosas.

Pero Kagome se quedó pensando en la trama.

¿Por qué sentía… identificada?

InuYasha la ayudó a conquistar a Hoyo, bueno, le enseñó a besar para así poder besárselo pero… No estaba enamorado de ella.

¿O sí?

No, claro que no.

¡InuYasha enamorado de Kagome, eso si era una locura!

–¿Vamos a Wacdonald? –preguntó Hoyo sonriendo ligeramente, apretándole con fuerza la mano.

Ella lo miró y asintió.

Ya en el local, pidieron hamburguesas con papas fritas y una gaseosa chica.

–Me gustó la película, pero era demasiado obvia –dijo Hoyo con desen, tomando la bandeja y conduciendo a Kagome al segundo piso.

–Mmm –respondió sumisamente la chica, preguntándose si InuYasha realmente la quería más que una amiga.

No… eso era solamente ficción, no podría ser verdad.

Su celular empezó a sonar. Kagome lo atendió frunciendo el ceño: ¿Qué hacia Ayumi llamándola en mitad de su cita?

–¡Kagome-chan, Kagome-chan! –exclamó Ayumi con nerviosismo.

Esto le hizo preocupar.

–¿Ayumi-chan? ¿Qué sucede? Tranquilízate –pidió Kagome, contagiándose de su nerviosismo. Miró a Hoyo, que la miraba atento.

–InuYasha… InuYasha tuvo un accidente… lo… lo llevaron al hospital de Shikon… –dijo entrecortadamente Ayumi, preocupada.

–¿Eh? ¿Cómo? ¿Qué le sucedió? ¡Ayumi-chan!

–InuYasha tuvo un accidente… –empezó a decir Ayumi, tomando aire pero la comunicación se cortó.

Kagome miró su móvil con los ojos abiertos. Su corazón latió aceleradamente contra su pecho, imaginándose las mil y una cosa que podría haberle sucedido a InuYasha. ¿Lo atropellaron? ¿Lo golpearon?

Lo peor de todo era que InuYasha vivía solo, ya que la mayoría de su familia se encontraba fuera de Japón. No tenía a nadie… solo a ella.
Frunciendo el ceño, se levantó.

–Hoyo, ¿podemos vernos otro día? Sucedió algo importante –repuso Kagome, tomando su bolso pero la mano del chico la detuvo.

Se había colocado en su mejilla, y la acarició suavemente. Lo miró extrañada, preguntándose por qué hacia eso y entonces… la besó. Fue un roce suave, casi inocente, como el de dos niños.

Kagome se quedó con los ojos abiertos, sorprendida.

¿Hoyo la había besado?

–Vete, Higurashi –asintió él, sonriéndole.

Kagome movió su cabeza y salió corriendo.

¡¡Hoyo la besó!! ¡Finalmente tuvo lo que quería!

Pero en ese momento, todo desapareció. Solo pensaba en InuYasha… Estaba en el hospital, seguramente la necesitaría muchísimo. Aunque no lo pareciera, InuYasha era muy dependiente pero no lo quería admitir y necesitaba mucho de la compañía de los demás. Sabía que la necesitaba a ella.

"InuYasha… ¡InuYasha…!"

Continuará...
Recuerden, tal vez empiece a tardar un poco más. Espero su pasiencia :)