El corazon de la Bestia

Re: El corazon de la Bestia

Moshi moshi n.n

bueno arigato a todas por comprenderme ToT taba mal ._. pero toy mejor *0* ademas con ideas para el fic y les pido disculpas por mi actitud, pero de veras taba malita u.u...

Primis no te lo tomes asi, sabes que te quiero y no lo dije por ti o algo asi u.u no no yo la quelo muto muto n.n, y acias por tus palabras.

A TODAS GRACIAS POR SUS PALABRAS SE LES QUIERE MUCHO GRACIAS POR TENERME TANTA PACIENCIA Y GRACIAS POR VENIR A ESTE FIC QUE ES SOLO PARA USTEDES ARIGATOOOO

El corazón de la bestia​

Capitulo XIV: Un viejo rival​

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Solo un amor es verdadero, solo un amor es el primero, solo un amor te hace soñar que el corazón dejo de llorar y que las lagrimas se secaron para no llorar mas. Aquella noche se lleno de estrellas, y el monasterio aunque pequeño parecía dejar un enorme espacio entre la esclava y su amo. Aquella joven de ojos color chocolate buscaba por aquellos pequeños cuartos, encontrando a un monje.

-Kagome: Disculpa Miroku, ¿has visto a Inuyasha?

-Miroku: lo vi hace un rato, salio con Kikyo, ahora como es prófugo no sale sino en las noches… y ella lo siguió…

-Kagome (Están juntos de nuevo?...)

-Miroku: estoy seguro que regresaran pronto… si quieres esperamos…

-Kagome: No… ya voy a dormir, descansa Miroku…

-Miroku: mañana iré por Sango, ella debe estar muy preocupada por ti…

-Kagome: No… creo que puede ser peligroso para ella el que sepa de nuestra estadía aquí… creo que es peligroso hasta para ustedes también…

-Miroku: Nunca los hubiéramos dejado a su suerte y lo sabes…

-Kagome: Gracias… que descanses…

El monje veía como aquellos cabellos azabaches salían de cuarto siendo iluminados por la luz de la luna; Kagome cerró aquella puerta corrediza, cruzando el patio y llegando hasta el otro extremo del corredor, al entrar en aquel cuarto veía una manta en el suelo y una pequeña almohada, coloco su cabeza sobre la almohada y su cuerpo sobre el suelo, aquella sabana la arropaba suavemente, y aunque estaba lista para dormir sus ojos le decían otra cosa.

-Kagome (Pero ¿Qué es esto?... estoy llorando…)

La joven tocaba su rostro y sentada secaba sus mejillas aunque aquellas lágrimas no tenían piedad ni parecían tener un fin.

-Kagome (Tanto me afecta que este con ella… pero si es solo mi amo… ¿Por qué? ¿Porque?)

Por aquel patio se podía escuchar la puerta de entrada; curiosamente la joven se asomo muy despacio y pudo ver como aquella luna se reflejaba en aquellos cabellos color plata y en los ojos azabaches de aquella sacerdotisa.

-Kikyo: Sigo pensando que deberías seguir tus sentimientos…

-Inuyasha: pero te lo prometí… no quiero romperte mi promesa…

-Kikyo: No lo hagas por mi… mas de una persona se vera beneficiada por ello…

-Inuyasha: Ya no deseo seguir hablando de ello… que descanses Kikyo…

-Kikyo: buenas noches Inuyasha…

Aquella sacerdotisa se coloco en puntillas y le dio un suave beso en la mejilla al joven samurai, el no respondió estaba muy pensativo; Kagome se alejo de la puerta y volvió a acostarse, dándose media vuelta y mirando la pared, a sus espaldas estaba la puerta y sintió como unos pasos se dirigían a su puerta, pudo sentir que corrieron la puerta, aquella silueta era la de Inuyasha.

-Inuyasha (que descanses querida Kagome…)

Al cerrarse Kagome seguía secando sus lagrimas y pensando bajo aquellas sabanas y bajo aquel techo que también lo cubría a el.

-Kagome (Esto es lo único que me une a ti ¿No es así Inuyasha?... Un suelo y un cielo, ¿y como le explico eso a mi corazón?, porque el mío te pertenece pero tu corazón es de alguien mas…)

La mañana aun no llegaba cuando aquellos ojos chocolates estaban recibiendo el roció de la mañana, aquellas manos ágilmente regaban las plantas y luego limpiaban el frente aprovechando que no había aun nadie en las calles.

“No deberías dejar que te vieran…”

-Kagome: Me asusto señor Inuyasha… digo Inuyasha…

-Inuyasha: si te ven por aquí sospecharan… yo estoy muerto ¿recuerdas?...

-Kagome: No hay nadie aun en las calles… y falta aun para que salga el sol… en la casa del señor Genai me acostumbre a hacer los quehaceres temprano…

Ambos estaban fuera cerca de aquellas rejas que protegían al monasterio, Kagome había dejado una escoba y unos tobos en la reja, mientras echaba agua con un pequeño envase, aunque la noche aun estaba presente, la mañana parecía sentirse en todo el reino; Inuyasha camino un poco mas lejos de la reja, quedándose muy atento a los sonidos su olfato no lo engañaba.

-Inuyasha: Kagome entra al monasterio…

-Kagome: ¿Cómo dice?...

“Así que estas vivo…”

La joven recogía torpemente las cosas mientras escuchaba aquella conversación aunque no sabía de donde provenía la otra voz.

-Inuyasha: Tu olor se puede sentir en todo el lugar, es repugnante me atrevo a decir…

“Digamos que tu presencia en estas tierras no es muy grata para mi… aspiraba a que esas murmuraciones fueran ciertas… pero para que tu mueras solo yo puedo matarte…”

-Inuyasha: Sal donde pueda verte…

De aquella neblina apareció una estilizada figura, era un joven de cabellos blancos cual nieve, y ojos amarillos cual oro, sus ropas eran blancas y una piel llevaba a su costado.

-Inuyasha: al fin te atreves a dar la cara Sesshomaru…

-Sesshomaru: así que la leyenda aun esta con vida… durante mucho tiempo he sido tu sombra tu sucesor… llevo 998 muertes, hoy llegaran a 1000 y tu serás la 999.

Inuyasha le dio la espalda a aquel guerrero de cabellos blancos, Kagome seguía en la puerta paralizada viendo lo ocurrido, sin dar previo aviso aquel hombre lanzo el primer ataque, Kagome pudo ver como de aquel brazo derecho salía un látigo de luz.

-Inuyasha: No soy tan lento como crees…

Estas palabras se dijeron en segundos, Kagome pudo ver como antes de que el látigo llegara hasta el joven samurai este se había ido ágilmente hasta las espaldas de su contrincante le había hablado y posteriormente había regresado a su posición inicial.

-Sesshomaru (Increíble…) Sigues tan ágil como lo recuerdo…

-Inuyasha: ¿Quién dices que será tu próxima victima?...

-Sesshomaru: tu el 999 y esa mujer tendrá el honor de ser la numero 1000…

-Inuyasha: Nunca podrás tocarla a ella mientras yo este vivo…

-Sesshomaru: parece que no has entendido muy bien Inuyasha, he venido a este reino porque me contaron que habías muerto y yo podría ser el próximo General de las tropas del Sengoku… Mira bien a tu alrededor…

Kagome miraba a todos lados sin ningún éxito, pero Inuyasha pudo ver que estaba aquel monasterio rodeado por demonios, pertenecientes al ejército de Naraku.

-Sesshomaru: el Rey me mando a buscar por esa caballería… para tomar tu puesto, pero si estas vivo no hay puesto que tomar… entiendes…

-Inuyasha: necesito que ahora tu entiendas algo… ninguno de ustedes quedara vivo después de haber peleado conmigo, nadie puede saber que sigo con vida, y ustedes son una amenaza para mi…

Poco a poco Inuyasha miro sobre su hombro, Sesshomaru noto como aquellos ojos eran más pequeños y penetrantes; aquella suave aura se había transformado, el guerrero había salido a flor de piel en aquel joven samurai. Sesshomaru desapareció en un as de luz y aquellos demonios en una nube; Inuyasha se acerco hasta Kagome.

-Inuyasha: debo luchar esta batalla… te prometo que no será la ultima…

-Kagome: No eres un súper hombre… acabas de salir de unas graves heridas…

-Inuyasha: gracias a ti… así que esperame para que vuelvas a curarme…

Inuyasha le dio un tierno beso en la frente y luego se alejo saltando entre los techos de las casas; Kagome entro apresuradamente tirando las cosas en el suelo, y antes de salir del monasterio una de las puertas se corrió, saliendo la joven sacerdotisa.

-Kikyo: ¿A dónde vas?... te dijo que te quedaras…

-Kagome: Lo siento pero esta vez no lo haré…

La sacerdotisa miraba como en aquellos ojos el valor y el amor salían a flote, esta vez Inuyasha se había equivocado ella no lo dejaría ir nuevamente y que por lo menos esta vez estarían juntos, pasara lo que pasara.

“-Inuyasha: prométeme, escuches lo que escuches, veas lo que veas de mi… siempre me recordaras tal como soy… recordaras a este viejo “samurai” y me sabrás entender…”

Nos vemos y gracias por venir :saludar: besos y abachos de marionetta ^^

 

Re: El corazon de la Bestia

Moshi moshi
bueno antes que nada les doy las gracias a todas por ese cariñoso y ernorme apoyo que me dieron en estos dias que me sentia tan malita n.n, de verdad que vine con algo que las recompensara mi conti ta mas larga, ya que la anterior me dijeron que taba corta, espero les guste n.n ya aqui se descubre la maraña xD, respondere unas preguntitas n.n

Primis: gracias por tu apoyo la quiero mucho, espero se encuentre muy bien n.n

Karlita chan: Naraku cree que Inu ta muertito, porque Bankotsu se lo dijo recuerdas, de todas formas en el cap sale explicado ;)...no tiene nada que ver con la discu pero me encanta su ava xD ta mosho n0n

El corazón de la bestia​

Capitulo XV: La batalla de la verdad​

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Por una sola vez, por un solo sentimiento, por las lagrimas de ayer y por el impulso de un amor se puede enseñar al corazón a perdonar, al igual que se le enseñan a los niños a caminar, al igual que se le enseña al corazón a llorar; pero muchas veces el corazón perdona pero la razón es mas fuerte que el amor. El corazón no piensa el solo siente y la razón no siente ella solo piensa. Las horas iban pasando y los minutos iban muriendo de aquel día, aquella muchacha de ojos cafés buscaba en aquel pueblo sin importarle el peligro que corría al exponerse tan abiertamente.

“¡Kagome, Kagome!”

-Kagome: ¿Sango?

Aquella joven de cabellos azabaches al voltear sintió un abrazo de añoranza, su querida amiga lloraba de alegría al volverla a ver.

-Sango: mi querida Kagome… cuando Miroku me lo contó no lo podía creer…

-Kagome: Inuyasha me compro y me saco de aquella casa de citas… querida amiga cuanto te extrañe…

-Sango: no deberías estar por aquí… El rey aun cree que estas en aquel pueblo… Inuyasha esta también por aquí?... Bankotsu aun cree que esta muerto…

-Kagome: Inuyasha en este momento esta en un combate contra un hombre que se llama Sesshomaru… no se a ¿Dónde se fueron?... Inuyasha aun esta muy resentido con sus últimas heridas… tengo miedo…

-Sango: ten ponte esto…

Cuidadosamente Sango se quito el chal que llevaba en sus hombros y se lo coloco en la cabeza a Kagome tapando un poco su rostro.

“Con que aquí estaban…”

-Sango: su excelencia gracias por haberme avisado… no sabe lo preocupada que estaba por esta niña…

-Miroku: lo se… Kagome Kikyo e Inuyasha te habían dicho que no podías salir sola…

-Kagome: la sacerdotisa Kikyo me lo trato de impedir… pero es mas fuerte que yo lo que debo hacer… debo buscar a Inuyasha, el aun esta algo lastimado…

-Miroku: no te debes preocupar por el… es un hombre muy fuerte… nunca lo has visto en batalla… cuando se separaron el regreso al monasterio casi muerto y aun así pudo buscarte… ahora no será diferente…

-Kagome: pero es que si le pasa algo lo llevare en mi conciencia toda mi vida… toda mi vida me diré, pude haber hecho mas…

-Miroku: por como te veo se que llevas horas buscándolo…

-Kagome: así es… ya el día esta a la mitad… y aun no lo encuentro, ya busque por todo el pueblo… solo me falta el palacio…

-Sango: allá no están… cuando venia para acá, no vi nada extraño…

-Kagome: ¿Y si lo mataron?...

-Miroku: vamos al monasterio… allá pensaremos con mas calma…

El sol estaba en lo más alto del cielo y tres jóvenes caminaban por aquellas calles polvorientas, llenas de hambre y miseria, el reino Sengoku había decaído mucho gracias a las manos del Rey.

-Miroku: entren…

“Si no vas a obedecerme… no se entonces que haces aquí…”

-Kagome: Lo siento señorita Kikyo… pero deseaba encontrar a Inuyasha…

-Kikyo: te dijo explícitamente que te quedaras, y aun cuando te ordene cumplir esa orden me desobedeciste premeditadamente…

-Kagome: me disculpo… pero quiero recordarle que usted no es mi dueña.

-Kikyo: pero esta es mi casa… Vete a tu cuarto… Kaede te llevara la comida hasta allá…

Miroku: creo que esta siendo algo severa su señoría…

-Kikyo: llevate a esa mujer al palacio… no quiero que Naraku se aparezca por aquí buscando a su esclava…

-Miroku: esta bien señora…

La puerta volvió a sonar abriéndose y dejando pasar a aquel monje y a aquella esclava de tez blanca, mientras que aquellos ojos chocolates veían la ventana junto a una charola con una sopa fría; aquellas mejillas rojas estaban mojadas de lagrimas.

-Kagome (¿Dónde estarás Inuyasha?... habrás muerto… te confesare lo que siento si me prometes que te volveré a ver… ¿podrás escucharme?)

En aquella ventana el cielo comenzaba a oscurecerse y poco a poco el suelo comenzaba a humedecerse, las gotas caían ágilmente y suave en las copas de los árboles escurriéndose entre las hojas. En aquellos ojos seguía lloviendo al igual que afuera, pero adentro la lluvia era mas densa. Unas aves volaban sur a norte pasando frente a aquella mirada.

-Kagome: ¿Aves volando bajo la lluvia?... pero si el bosque es hacia el otro lado… (la pelea… es en el bosque, las aves están huyendo…)

Sin colocarse las sandalias la joven de cabellos azabaches salio de la habitación corriendo, sus pies descalzos sentían el agua bajo de ellos y las gotas mojaban su ropa y su cuerpo; aquellos ojos miraban a las aves irse espantadas hacia el otro extremo del reino protegiéndose de aquella pelea. Mientras aquellas gotas caían sobre ella con cada paso que daba recordaba aquella tarde de lluvia cuando lo vio por primera vez.


“Hay otras personas que se merecen mas esas cadenas…

-Kagome: las cadenas son un seguro contra el escape… señor…

“hace tanto tiempo que deseo escapar…”

-Kagome: su libertad le permite ir a donde desee señor… no tiene cadenas que lo aten…

“Tu no las puedes ver… nadie puede verlas… mis cadenas son los recuerdos y la conciencia…”

-Kagome: ¿Por qué su tristeza señor?...

“Mas que tristeza es dolor…”

-Kagome: Disculpe mi atrevimiento pero… ¿Por qué camina bajo la lluvia señor?...

“tengo la esperanza de que limpie mis memorias…”

-Kagome: No lo conozco pero… se ve que es un buen samurai…”

-Kagome (aguanta por favor Inuyasha…)

Al divisar el bosque podía ver como pequeños destellos se entrechocaban por los troncos, poco a poco seguía los sonidos que emitía el bosque, aunque entre la lluvia podía ver como el suelo se teñía de rojo, al atravesar unos arbusto pudo ver como Inuyasha saltaba por el aire al luchar contra Sesshomaru, ambos parecían cansados pero ninguno daba su brazo a torcer.

-Inuyasha: cuando te rendirás?...

-Sesshomaru: hasta que desenvaines tu espada… y pelees con todas tus fuerzas…

-Inuyasha: te cumpliré tu deseo…

Ambos estaban jadeando aunque la lluvia había limpiado sus heridas Kagome sabia que aquellos cuerpos estaban al máximo; Inuyasha transformo su espada al sacarla de aquella funda, Sesshomaru al igual estaba frente a su rival viéndolo blandir su espada en contra de el.

-Sesshomaru: al fin… te matare…

Ambos contrincantes se abalanzaron uno contra otro, en aquel instante Kagome no pudo ver nada, pero vio como una vieja espada caía enterrándose en el suelo, mientras que el samurai que la sostenía estaba en el suelo con una grave herida en un costado, Kagome corría hasta el y aquellos cabellos azabaches escurrían gotas de lluvia y lagrimas sobre aquel cuerpo.

-Kagome: Inuyasha… Contéstame…

-Inuyasha: mi espada… ¿Dónde esta mi espada?…

-Kagome: esta del otro lado… ¿pero estas bien?...

-Inuyasha: alcanza mi espada…. Necesito mi espada…

Kagome podía ver el miedo en aquellos ojos, que buscaban desesperadamente aquella antigua espada enterrada en la tierra por la que se escurría el agua, la lluvia se hacia mas densa; Inuyasha con mucha dificultad se levanto, colocándose la mano en la costilla.

-Kagome: Por favor ya vámonos Inuyasha…

-Inuyasha: No… mi espada… ahhgg….

El joven cayó de rodillas colocando una de sus manos en el lodo, Kagome se acerco, pero aquel fuerte brazo la empujo cayendo sentada en el barro, algo impresionada pudo hablar.

-Kagome: ¿Qué te ocurre Inuyasha?... déjame ayudarte…

-Sesshomaru: es mejor que te largues mujer… o mejor la mato para que puedas transformarte más rápido…

-Inuyasha: No… la… toques…

La joven notaba aquel cambio de voz, la voz del joven samurai se volvía mas gruesa y ronca, un aire caliente comenzaba a expedir el cuerpo del joven y aquellos ojos chocolates comenzaban a sentir miedo de lo que veían, recordando aquel primer día.

“Me han llamado de muchas formas… a veces creo que cada uno de esos nombres son de diferentes personas…”

Saludillos a todas besos y abachos marionetezcos :saludar: (cualquier pregunta haganmela saber ;))