El corazon de la Bestia

Re: El corazon de la Bestia

Hola, les aclaro una cosa, yo no dejare el fic nunca he abandonado uno y no empezare con este; tengo una crisis familiar y por eso no tengo ganas de escribir, tal vez para la proxima semana continue tal vez no, ya vere... esta conti ya la habia hecho y se las dejo.... gracias por el apoyo...

El corazón de la bestia​

Capitulo XIII: De vuelta al Sengoku​

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Un secreto y una mentira, en ambos se debe guardar silencio, en ambos se tiene que fingir y en ambos se tiene que disimular en la mirada las ganas de gritar la verdad, callar un sentimiento es mentir al mundo, ocultar un sentimiento es engañar al alma, puedes mentir al mundo y al universo pero nunca a tu corazón a quien el silencio no lo cayo y que la mentira no la creyó. Aquella mañana iluminaba suavemente las cortinas quienes dejaban colar los rayos tibios sobre el rostro blanco de aquella mujer, quien dormía placidamente en aquella colchoneta en el suelo y cobijada por aquellas mantas blancas que la cubrían delicadamente; al abrir los ojos podía ver como en aquellas cortinas la brisa entraba meciéndolas suavemente, aquellos cabellos chocolates estaban por encima de su cabeza colocados en forma desordenada.

-Kagome (¿Ya amaneció?...)

Aun algo soñolienta la hermosa esclava se sentó, sus cabellos lisos rápidamente cayeron en sus hombros, frotándose los ojos noto algo extraño en sus pies. Al fijarse detenidamente pudo ver que aquellas cadenas estaban rotas a sus pies, nuevamente estaba libre, al tocar sus tobillos se estremeció al sentir aquel dolor debido al roce de la piel y el hierro de las cadenas prisioneras.

-Kagome (¿estuve llorando otra vez?...)

Al recordar la noche anterior busco en toda la habitación algún indicio de que no estaba sola, que aun el joven de cabellos color plata estaba junto a ella.

-Kagome: ¿Inuyasha?...

Algo torpe se levanto dejando caer aquella sabana blanca sobre el piso y se encamino rápidamente a la puerta, se sentía realmente liviana sin aquellas cadenas amarradas a sus tobillos. Bajando la angosta escalera, podía notar que había dormido más de la cuenta, todas las demás jóvenes ya estaban en sus quehaceres y extrañamente el dueño de la casa no había ido a despertarla, llegando hasta la cocina aun maquillada de la noche anterior y con el hermoso kimono pregunto a una jovencita quien fregaba las tazas y jarras de te.

-Kagome: ¿Haz visto al señor Genai?...

“Creo que esta en la sala principal…”

Kagome rápidamente se levanto el kimono para caminar mas a prisa murmurando entre dientes.

-Kagome: que este allí…. Que este allí…

Al llegar a la puerta no sabia si correrla o sencillamente resignar a su corazón, podía ser que Inuyasha se fuera sin ella tal como lo había dicho o podía seguir aun en la casa. Se arrodillo a un lado de la puerta y la deslizo muy delicadamente, al momento solo vio a un anciano sentado tranquilamente con una taza de Te al correr toda la puerta la silueta de aquel samurai se diviso. La joven solo dio un profundo suspiro como si el alma estuviera regresando a su cuerpo.

-Genai: al fin despiertas…

-Inuyasha: disculpa si te asustaste… no quise despertarte…

-Kagome: No se preocupe señor…

-Inuyasha: solo Inuyasha…

-Kagome: perdóneme pero las órdenes de la casa son estrictas…

-Genai: esta ya no es tu casa…

-Kagome (¿Qué?)

-Genai: el General te ha comprado… así que si te ordena que lo tutees es mejor que hagas caso a tu dueño…

Inuyasha pudo ver como aquellos ojos apagados volvían a llenarse de luz, aquella joven se levanto y con lágrimas en los ojos se acerco hasta el joven susurrándole al oído.

-Kagome: Gracias… Inuyasha…

Inuyasha abrió sus brazos respondiendo aquel abrazo, Genai miraba con respeto aunque sin aprobación.

-Genai: Debes devolverme el Kimono, y deberías lavarte antes de marcharte…

-Kagome: lo haré…

-Inuyasha: te mostrare unas ropas que pude comprarle a señor Genai… el amablemente me las vendió para que no tuvieras que estar con esos viejos harapos…

Inuyasha y Kagome salieron de aquella sala, mientras Genai seguía saboreando aquella taza y pensando lo que había visto. En aquella misma habitación donde se había despertado la joven había unas ropas envueltas en papel, Kagome tomo agua del aguamanil y se limpio el rostro dejando caer todo aquel maquillaje de la noche anterior.

-Inuyasha: al fin… así es como te recuerdo…

La joven no dijo nada, solo se sonrojo mientras se secaba en rostro, Inuyasha se había sentado junto a la puerta aun débil por sus heridas, la joven aun sonrojada veía aquella ropa envuelta; era una falda larga marrón con pequeñas flores rosas y una blusa blanca de cortas mangas. Kagome miraba a Inuyasha sin saber que decirle. Se dio media vuelta y comenzó a cambiarse la ropa, Inuyasha tenia los ojos cerrados a pesar de que escuchaba caer suavemente el Kimono al suelo no los abrió y solo se dibujaba la silueta de aquella hermosa mujer en su imaginación.

-Kagome: estoy lista…

-Inuyasha: sabía que te quedaría…

-Kagome: debería cambiarte las vendas antes de irnos…

-Inuyasha: haz lo que quieras… estoy a tu merced…

Aquella joven de ojos color caoba quedo asombrada al ver que aquellas heridas estaban prácticamente cerradas, la piel se le regeneraba rápidamente gracias a que era mitad demonio.

-Kagome: creo que no hará falta vendarlas de nuevo…

-Inuyasha: es gracias a tus cuidados… anoche me salvaste mas de una vez… a pesar de que yo quisiera… quisiera haberme ahogado en aquel rió…

-Kagome: no mereces morir… por lo menos no de esa forma…

-Inuyasha: que importa la forma si el final es el mismo…

-Kagome: a veces y solo a veces cuando el dolor de tu pasado sale a flor de piel, quisiera saber ¿Qué es lo que tanto te perturba?...

-Inuyasha: no deseo que entres en mi pasado… no deseo que nadie sepa lo que he hecho o lo que me mandaron a hacer…

-Kagome: Inuyasha… yo no quiero ser parte de tu pasado… pero déjame ser parte de tu futuro…

-Inuyasha: mi futuro esta pintado igual que mi pasado…

-Kagome: entonces déjame agregar otro color a ese futuro…

-Inuyasha: te dejare que vengas conmigo… pero solo si me prometes algo…

Inuyasha veía aquellos ojos chocolates fijamente, Kagome no estaba sonrojada por aquella mirada ella solamente quería entender que era lo que le ocultaban aquellos ojos color oro.

-Inuyasha: prométeme, escuches lo que escuches, veas lo que veas de mi… siempre me recordaras tal como soy… recordaras a este viejo “samurai” y me sabrás entender…

-Kagome: nunca podría olvidar a Inuyasha… no me podrán envenenar en contra de ti…

-Inuyasha (Perdóname por arrastrarte hasta mi venganza Kagome)

-Kagome (Perdóname por arrastrarte hasta mi venganza Inuyasha)

La tarde caía como un arco iris disfrazado de rosa en el cielo, aquel disfraz de matiz estaba cayendo sobre las colinas como un manto que poco a poco comenzaría a llenarse de estrellas; en aquellas praderas se podían ver los sembradíos aquellos verdes oscuros pasaban a blancos de parcela en parcela; poco a poco la noche cubrió aquella tierra y la pareja seguía un camino que comenzaba a llenarse de luciérnagas.

-Inuyasha: ya se puede ver el palacio desde aquí… esta noche le pediremos alojo a Kikyo… de todas formas debo hablar con ella no me gusta que estemos en malos términos…

-Kagome: ¿malos términos?...

-Inuyasha: discutimos antes de que yo te fuera a buscar… (Aquellas palabras no las entendí pero ahora… “¿Tanto te importa?...” son muy claras para mi)

-Kagome (entonces solo piensas ir al reino Sengoku para disculparte con ella… que ingenua soy al creer que me querías a mi Inuyasha…)

-Inuyasha: Kagome voy a decirte lo que haré… estaremos en el monasterio por algunos días… luego me iré a cumplir mi promesa, tengo tus documentos los dejare con Kikyo, sino vuelvo ella será tu dueña…

-Kagome: intentaras matar al rey…

-Inuyasha: tengo el elemento sorpresa de mi lado… el cree que estoy muerto…

-Kagome: yo iré contigo…

-Inuyasha: no… primero debo buscar a Shikon no tama para ser más fuerte…

-Kagome: la perla?... en verdad existe?...

-Inuyasha: así es… la perla es una piedra mítica de mas de 1000 años, con ese poder podría eliminar a Naraku con solo un dedo…

-Kagome: pensé que se había perdido…

-Inuyasha: solo fue sellada… se quien puede saber de ella…

Las luciérnagas se paseaban por el rostro de aquel joven que a pesar de estar lastimado aquella caminata no parecía haberle afectado; ambos se detuvieron y una anciana mujer había salido a la puerta en sonde ellos se habían detenido.

-Inuyasha: quiero hablar con Kikyo…

-Kaede: bienvenidos sean… ella los espera desde hace unas horas… adelante…

-Kagome: anciana Kaede que gusto el verla…

-Kaede: lo mismo digo jovencita…

En aquella habitación Kikyo esperaba sentada sobre sus piernas y mirando un antiguo pergamino, y antes que aquel joven de cabellos de plata dijera la primera palabra ella hablo apresuradamente.

-Kikyo: ¿para que has regresado?...

-Inuyasha: vine a cumplir lo que te prometí… lo haré en cuanto mis heridas sanen por completo…

-Kikyo: eso será en menos de 2 días…

-Inuyasha: la verdad… no deseo hacerlo… no quiero matar a alguien mas, bajo su mando he hecho mucho daño, no deseo seguir siendo un…

-Kikyo: no lo hagas por deber, sino quieres hacerlo no lo hagas…

-Inuyasha: ese maldito no puede seguir vivo… sino lo hago yo, nadie mas se atreverá, pero temo blandir mi espada una vez mas.

-Kikyo: no eres solamente mi esperanza Inuyasha, eres la de miles de personas que viven día tras día sin nada que comer gracias a Naraku… el ha sido el asesino tras de tu mano no tu…

-Inuyasha: el no ha tomado una espada para matar…

-Kikyo: eso no significa que no se haya manchado de sangre las manos… No importa lo que decidas… yo siempre estaré a tu lado Inuyasha, mi corazón te seguirá por siempre…

La joven sacerdotisa se acerco y abrazo a aquel hombre con la espada en la cintura, parecía entenderlo y solo quería complacerlo, decía las palabras que el deseaba escuchar aunque dentro de su corazón pedía su liberación.

-Kikyo (Por favor cumple tu promesa Inuyasha…)