El corazon de la Bestia

Re: El corazon de la Bestia

Esta vez me pase u.u
mis disculpas por la ausencia pero sino era cz era mi uni >.< sorry espero me sepan disculpar ToT, sin embargo les hice una conti larga y estoy 100% segura que me perdonaran con esta conti n.n, espero les sea de su agrado ;) nop mas esperas ToT gome nasai ToT ToT les digo que ya empece clases u.u

El corazón de la bestia​

Capitulo XII: El camino hasta ti.​

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Siempre existe solo un camino que llega hasta el ser amado, ese camino nunca se olvida, ese camino nunca se cierra y sobre todo ese camino nunca se acaba, es infinito como el sentimiento escondido, es infinito como las lagrimas que derrocha el amor por ese ser amado por ese ser de amor. Aquel vino en la bandeja parecía ser sangre derramada en la copa; La joven de Kimono azul seguía de rodillas viendo el Te enfriarse y las velas de la habitación consumirse; muy despacio tomo el mango de aquella daga guardada en su camisa y hablo en un tono muy pasivo.

-Kagome: Hace ya más de diez años, la crueldad de un demonio me arranco a las únicas personas a las cuales consideraba mi familia… ahora yo arrancare la vida de esa persona en venganza de las vidas que el me quito…

Aquellos ojos color chocolate no vieron la cara de la persona que se posaba a sus espaldas solo lanzo el golpe en forma horizontal levantándose rápidamente y dando media vuelta sobre sus tobillos y extendiendo el brazo derecho completamente con la daga en su mano, sintió como aquel filo cortaba la cara del joven tras ella.

-Kagome (¿Inu…Inuyasha?...)

Frente a frente, aquella daga cayo de las suaves manos goteando sangre en el suelo y chispeando a su alrededor; la joven de cabellos oscuros se acerco poco a poco sonando aquellas cadenas que arrastraban a sus pies y apartando el cabello de aquellos ojos color miel.

-Inuyasha: era lo que necesitaba… sentir que me tocaras para saber que estoy vivo y que pude llegar para tu encuentro… ahora se que no estoy muerto… que no soy un alma vagabunda…

-Kagome: ¿Cómo es posible?... ha pasado tanto tiempo…

-Inuyasha: No me dejaste morir…

-Kagome: ¿disculpe?...

-Inuyasha: cuando aquellas almas que me siguen tomaban mi cuerpo para llevárselo al infierno… en aquellas aguas tu me rescataste… eras tu en espíritu…

-Kagome: por favor espere aquí sentado mientras le traigo algo para curarle la herida de la cara…

Aquel joven samurai se sentó con gran dificultad en el suelo, mientras veía como aquella joven caminaba lentamente ya que las cadenas parecían aprisionar sus pasos.

-Inuyasha (esta usando el formalismo de los esclavos… ¿se acabaría aquella fuerza de libertad?)

El Joven comenzaba a sentirse débil por la sangre perdida, sus heridas llevaban ya más de una semana sin ser atendidas; las ropas limpias se estaban nuevamente manchando por las heridas que se abrían una y otra vez, nunca terminaban de cicatrizar; nuevamente veía esas almas que salían del suelo, de las paredes y del techo; las mismas almas que deseaban llevárselo en aquel río, las mismas almas que habían dejado el mundo por el filo de su espada.

-Inuyasha (¿Nuevamente quieren llevarme?...)

Todos esos fantasmas escondidos en su conciencia se arrastraban por el suelo y por toda la habitación intentando llegar hasta el, tocando sus pies y rodeándolo, aquella puerta se abrió dejando entrar mas luz hacia aquel hermoso cuarto, una luz rosa salía de aquella joven que al caminar desasía los fantasmas a sus pies.

-Inuyasha (esa luz es igual a la de Kikyo…)

-Kagome: aquí esta el agua señor, déjeme limpiarle mi horrible error…

-Inuyasha: ¿Cómo sabes que te equivocaste?...

-Kagome: ¿Cómo dice?...

Inuyasha bajo su mirada y coloco su mano en el pecho, aquellas ropas limpias comenzaban a sangrar nuevamente, la joven levanto suavemente aquella mano que intentaba simular el sangrado.

-Kagome: Usted esta herido…

-Inuyasha: Ya basta!... ¿Por qué el formalismo?... sabes mi nombre, sabes quien soy… te di permiso de tutearme…

-Kagome: hace ya mucho tiempo señor que no he tuteado a alguien… además… son las reglas de nuestra casa… nada de confianzas con el cliente…

-Inuyasha: ¿tu casa?...

-Kagome: así es la casa de mi señor… de mi amo…

-Inuyasha: En verdad te consideras una esclava actualmente…

-Kagome: ¿Qué mas podría considerarme?...

-Inuyasha: Un ser humano…

Aquella joven muy suavemente le quito la camisa al joven samurai horrorizándose al ver aquella herida que atravesaba el pecho del joven con salida hasta la espalda; ella cuidadosamente retiro aquel hermoso cabello del color de la luna y lo coloco en el hombro derecho del joven quien de vez en cuando dejaba salir un gruñido de dolor.

-Kagome: déjeme limpiarle y vendarle esta horrible herida…

-Inuyasha: esa ya no me duele… me duele la que me hiciste en el rostro… nunca creí que tu me lastimarías…

-Kagome: le pido perdón… fue una terrible equivocación de mi parte señor…

-Inuyasha: Nunca me pidas perdón a mi… ni yo mismo puedo perdonarme, no soy quien para dar perdón o recibirlo…

-Kagome: siempre creí que usted se menos preciaba demasiado… es un gran hombre a quien le curo las heridas… se que tal vez su espada este llena de sangre, pero también se que esa espada me ha defendido…

-Inuyasha: esa espada no es una asesina… asesinas son las manos de quien la usa, así que no culpes a la espada y no al samurai…

-Kagome: perdóneme…

-Inuyasha: ya te dije… no me pidas perdón…

Kagome comenzaba a vendar el cuerpo del joven prácticamente lo vendo desde la cintura hasta el pecho, su cuerpo estaba muy lastimado aunque no mas que su alma; aquella joven de ojos chocolates estaba aun de tras el joven terminado el vendaje.

-Inuyasha: tal vez… así era mejor…

-Kagome (¿Qué?)

-Inuyasha: Tal vez, el mundo tiene razón… no debo estar cerca de alguien, mi vida siempre estuvo llena de soledad y así es como debe seguir, no soy un amo para tener a alguien a mis servicios, ni un dios para quitar vidas…

-Kagome (¿Qué estas intentando decirme Inuyasha?...)

-Inuyasha: soy un maldito sangre sucia, que debe seguir ordenes… esa es mi vida… soledad y servir… fue estupido el pensar que podía hacer algo bien cuando te adquirí Kagome…

Aquella joven no emitía alguna palabra solo escuchaba aquellas duras palabras que el joven de ojos miel se reprochaba a si mismo.

-Inuyasha: esto debe ser lo mejor… aquí no te fuerzan a nada, tienes una vida bastante normal y tranquila… no correrás el mismo peligro que cuando estabas conmigo, cuando me marche seguirás con esta pacifica vida… Una mejor vida que la que yo te puedo ofrecer…

El joven veía al suelo, sus piernas estaban cruzadas y sus manos apoyadas sobre ellas; sintió como aquel cuerpo calido y suave se acerco hasta el, Kagome había pasado sus manos por debajo de los brazos del joven samurai rodeándole la cintura y apoyando su mejilla izquierda delicadamente en la espalda de Inuyasha.

-Kagome: ¿nuevamente te iras?...

-Inuyasha: solo debes imaginar que este es un sueño y que mañana despertaras… y yo no estaré…

-Kagome: este es un sueño mi señor?... entonces… nunca voy a despertar… seria muy triste el despertar y saber que su cuerpo no esta… como en esas noches en las que me desperté llorando porque en mis sueños su regreso era por mi; siempre su camino lo llevaba hasta mi… pero al despertar usted nunca regresaba.

-Inuyasha: no quiero entender tus palabras…

-Kagome: y yo no deseo entender las suyas, acaba de regresar, regreso a mi… encontró el camino hacia mi y ya se desea ir?...

-Inuyasha: yo nunca dije eso…

-Kagome: pero lo dio a entender…

El joven sintió como en su espalda corrían pequeñas gotas tibias, y podía sentir aquella hermosa calidez que brotaba del cuerpo de aquella mujer que lo abrazaba con añoranza y que desesperadamente y en palabras ocultas le decía quédate.

-Inuyasha: ve a tu alrededor y dime que vez…

-Kagome: una gran habitación… lujosa y hermosa…

-Inuyasha: ahora recuerda lo que tenias cuando estabas conmigo…

-Kagome: en aquella ocasión no tenia nada mi señor… solo unos harapos, y la comida que usted me dio… ni medicina había para mis heridas aquella vez… pero cuando veía su mirada sentía que lo tenía todo y que nada me faltaba…

-Inuyasha (¿eso sentías Kagome?...)

-Kagome: cuando sus manos me tocaban sentía que no necesitaba mantas o sabanas, con uno de sus abrazos el frío desaparecía; cuando sentía su presencia no se si respiraba o si tenia fuerzas porque a su lado me sentía viva… ¿Qué mas necesitaba señor… dígame que mas?

Aquellos pequeños ojitos seguían llenos de lágrimas, Inuyasha acaricio aquellos delicados brazos que se aferraban a su cintura y miro a la luna quien parecía reprenderlo por su testarudez.

-Inuyasha: es mejor que te quedes y yo siga mi camino…

-Kagome: yo quiero ser parte de ese camino mi señor… deseo que estas cadenas que me amarran a la esclavitud nunca se suelten si eso me ayuda a estar con usted…

-Inuyasha: no digas eso…

-Kagome: una vez alguien me dijo “la libertad será nuestra nuevamente” pero junto a usted mi corazón es libre y goza junto a suyo, por favor nunca vuelva a dejarme…

-Inuyasha: no lo hago con placer y lo sabes…

-Kagome: entonces no lo haga… no me condene a la muerte nuevamente, no me dejes Inuyasha…

-Inuyasha: ¿Cómo me llamaste?...

-Kagome: perdóneme…

La joven lentamente se despego del cuerpo de Inuyasha, colocando sus manos en el suelo y apoyando su cabeza sobre ellas en señal de perdón.

-Kagome: perdóneme amo por todo lo que le he dicho, no tengo ningún derecho a pedirle algo…

Kagome sintió como suavemente las manos Inuyasha sostenían su rostro aun lleno de lagrimas, aquellos ojos color miel eran benevolentes y la mirada era penetrante, tal como ella los recordaba.

-Inuyasha: Nunca me pidas perdón, no me lo merezco, perdóname tu a mi si en algún momento te hice sufrir…

-Kagome: con su indiferencia esta matándome señor…

-Inuyasha: ¿Quién te dijo que me eras indiferente?...

Kagome coloco su mano sobre la de aquel joven que aun acariciaba suavemente su rostro, Kagome estaba sonrojada pero muy feliz al haber escuchado aquellas palabras, en un tono casi en susurro hablo.

-Kagome: gracias por haber regresado señor…

La joven de cabellos oscuros se acerco hasta el samurai dándole un beso en la mejilla derecha aquel beso fue muy suave y sencillo; antes de alejarse por completo, ella sintió como aquella mano que acariciaba su rostro la atraía hacia los labios de aquel joven, sus mejillas se coloraron por completo al sentir como aquellos labios tocaban los suyos los labios de la joven parecían inexpertos ante aquel beso, pero al cerrar sus ojos y saber que era el; que nuevamente había regresado, el beso se transformo, los labios parecían jugar unos con los otros, parecían impacientes, parecían ansiosos, parecían extrañarse. Luego de aquel beso ambos estaban frente a frente, Inuyasha abrazo a Kagome; ella quedo entre las piernas del joven samurai y el no deseaba dejarla.

-Kagome: no debiste hacerlo Inuyasha…

-Inuyasha: solo dímelo una vez mas… dime que quieres que me quede, que deseas estar a mi lado…

-Kagome: si lo digo una vez mas… no me dejaras?...

-Inuyasha: si lo dices una vez mas… volveré a renacer… por favor dímelo…

-Kagome: ya no tienes porque estar solo… ya no tienes porque servir… ya no tienes porque estar vacío… ahora me tienes a mi… voy a pertenecerte Inuyasha… hasta el fin de mis días, esta es mi promesa, nunca te la dije pero muchas veces la practique, deseo quedarme contigo y nunca mas te dejare ir…

Inuyasha miraba como las horas pasaban y las velas se extinguían una por una; también podía ver aquellos te fríos sobre la pequeña charola; y podía ver el rostro de una hermosa joven de cabellos oscuros que se había quedado dormida sobre su pecho, cansada de tanto llorar en noches pasadas y ansiosa de despertar nuevamente junto a el.

-Inuyasha (gracias por esperarme Kagome…)

:saludar: GOME NASAI