Eclipse de amor

Re: Eclipse de amor

Hola chicos:

bueno como ya es costumbre mia de ultimamente, me disculpo ocn ustedes por la tardanza pero bueno creo que ya conocen mis motivos ^^

Les agradezco una vez mas su cariño y su paciencia :P

Ladiosadelavida, bienvenida a este rinconcito, espero que el fic este siendo de tu agrado y de verdad espero no decepcionarte, dudas, preguntas, sugerencias, comentarios, todo es bien recibido.

sn mas les dejo ya la tercera y ultima parte del capitulo 16. Disfruten (espero)

Capitulo 16​

​

“La prueba de fuego, necesito volverte a ver”​

​

Tercera parte​

Con un rápido movimiento Shaoran asesto un fuerte golpe, lanzando a Makoto hacia atrás cayendo de espaldas, había perdido su espada con ese ultimo movimiento.

- ¿Eso es todo mocoso? – pregunto desde el suelo.

Aun en esa posición de clara desventaja el sujeto seguía provocando y burlándose de Shaoran.

- ¿Eso es todo lo que tienes? En verdad me decepcionas. Eres igual de inútil e ingenuo que tu padre y puedo asegurarte que tendrás el mismo fin miserable que tuvo el. -

Lo había hecho una vez más. Había puesto el dedo el la llaga.

Shaoran avanzo y apunto su espada al corazón de Makoto.

La sangre le hervía, el corazón le latía con violencia y sus ojos parecían arder por la furia.

- ¿Eso es mocoso! Mátame. Cobra venganza, hazte hombre. Yo se que eso es lo que quieres. -

Tenía razón, eso era lo que Shaoran quería, no había otro pensamiento en su cabeza en esos momentos.

Alzo la espada dispuesto a acabar por fin con su vida.

- En el fondo eres igual a mí, tienes alma de asesino. – soltó Makoto en voz baja.

Tras escuchar esas palabras, Shaoran sitio como si el tiempo se hubiera detenido.

- ¡Shaoran! – lo llamo una voz bastante conocida por el y que hacia mas o menos diez años que no escuchaba.

Se relajo un poco.

- ¿Padre? – pregunto con cautela.

- ¿Vale la pena Shaoran? -

- ¿Padre es usted? -

No tuvo respuesta pero estaba seguro, esa voz era la de su padre. Era la segunda vez que la escuchaba estando en un momento crítico.

Miro al individuo que yacía en el suelo y que lo miraba con profundo odio, pero también con miedo.

- No soy como tu, nunca he sido como tu y ciertamente nunca lo seré. – se rió un poco. – No mereces que yo ensucie mis manos con tu sangre. – Y dicho esto se dio la media vuelta – YA te he superado. -

El silencio se apodero del lugar.

Shaoran se acerco al lugar donde estaba su profesora, le desato las manos y la ayudo a ponerse de pie.

- Vamos profesora, hay que buscar a Eriol y salir de aquí. -

Kaho solo se limito a sonreír y como si hubiera sido un fantasma de repente desapareció dejando a Shaoran completamente desconcertado.

Volvió su mirada de inmediato al ligar en donde minutos antes había dejado a Makoto y se sorprendió aun mas al ver que no había nada.

- ¿Pero que es lo que esta pasando aquí? – se pregunto confundido.

Enfundo su espada y continúo su camino con la cabeza hecha un mar de preguntas y confusiones.

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- ¡Ya es hora! -

- ¿Que quieres decir con eso? – pregunto Touya extrañado.

Yukito solo volteo a ver a su amigo, tenia la mirada extraña. Un misterioso brillo gris inundaba sus ojos, era como si estuviera en trance.

- Yukito contéstame ¿es hora de que? ¿Que es lo que quisiste decir? -

Para sorpresa de Touya la misma luz que momentos antes Yukito tenia en la mirada se extendió por todo su cuerpo.

Antes de que se volviera tan intensa que impedía la visión, Touya logro distinguir unas enormes alas blancas.

- ¿Pero que…? Yuki…-

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Corría lo más rápido que podía, la respiración era, ya a esas alturas, entrecortada.

Finas gotas de sudor corrían por su cara y por su cuerpo.

Oyó que de algún lugar cercano provenían pisadas, también se acercaban corriendo. Por lo pasado anteriormente sintió desconfianza y desenfundo su espada.

Vio a lo lejos un cruce, la cueva se unía.

Asesto un golpe. Se escucho el tintineo al chocar contra otra espada y al mirar, un par de gritos producto de la sorpresa inundaron el interior del lugar.

- Eriol… -

- Shaoran… -

- ¿Tu…? ¿Que paso? ¿Estas bien? – preguntaron al unísono.

Ambos guardaron silencio pretendiendo que el otro continuase y al ver que esto no sucedía, soltaron una carcajada de alegría y alivio al ver que el otro estaba con vida y de pie.

- ¿Estas bien? – preguntó por fin Eriol.

- Si. ¿Y tú? -

- Perfecto.

- Entonces vamonos – contesto Shaoran con una sonrisa.

Y continuaron con el camino que habían comenzado juntos para terminarlo de igual manera: Juntos.

Shaoran de inmediato noto que Eriol cojeaba.

- ¿Qué fue lo que te paso en la pierna? – pregunto.

- Despreocúpate no fue la gran cosa. -

- Pero… -

-En serio Shaoran – lo interrumpió – comparado con lo que paso después, esto – dijo señalando la pierna – no fue nada.

- ¿Pues que fue lo que paso? -

- Mira ¿No es esa la salida? – dijo de pronto cambiando la conversación.

Shaoran volteo. Eriol tenia razón una luz se veía a lo lejos.

De pronto salidos de la nada los mismos guerreros con los que habían luchado al principio de la prueba aparecieron impidiéndoles el paso.

- Hasta aquí llegaron. Esta vez pelearemos en serio. – dijo el que parecía ser el jefe.

Ambos muchachos se prepararon para luchar una vez más.

¿Pelearían en serio?

La vez anterior les había costado trabajo vencerlos, pero ahora además, estaban en cierta desventaja, ambos estaban cansados por el extenuante esfuerzo físico y mental. Además, Eriol estaba herido.

Ambos eran concientes de la situación.

- ¿Shaoran? -

- Dime. – contesto Shaoran pensando en que su amigo le diría alguna estrategia, alguna forma de tomar ventaja.

- Ha sido un placer y en verdad todo un honor conocerte. – le dijo sonriendo.

- Pero… Eriol. -

Pero Eriol ya no lo escuchaba. Se había lanzado a luchar contra los fieros guerreros que a esas alturas ya se disponían a atacarlos.

Dos segundos después Shaoran lo seguía, ambos peleaban con todo el corazón, pero la desventaja era mucha.

De pronto Eriol se detuvo. Volteo a ver a su amigo.

- Shaoran… Perdóname por lo que voy a hacer – dijo mientras sacaba algunos de los pergaminos que llevaba escondidos en el pecho.

- ¿Eh? -

- Dios del viento ven a mí. -

La fuerte corriente de aire lanzo lejos de la batalla a Shaoran, estaba a unos metros de la salida.

- Dios del trueno “Adiós Shaoran” ¡¡¡VEN!!! – grito dirigiendo el ataque a las paredes de la cueva.

- NOOO!!!

Se oyó el grito desesperado de Shaoran mientras que el derrumbe oculto de su vista a aquellos guerreros, pero también a su amigo.

Corrió. Comenzó quitar piedras con desesperación.

- ¡Eriol! – seguía llamando a su amigo a gritos, sin obtener respuesta alguna.

Seguía quitando piedras, de pronto vio algo que le helo el corazón… La espada de Eriol.

- Eriol. Contéstame Eriol. – siguió gritando mientas cerraba los ojos presa de la angustia y la desesperación.

No se dio cuenta de nada, pero cuando termino de llamar sin respuesta a su amigo una enorme cantidad de poder y magia emanaron de el, haciendo a un lado una parte de las rocas dejando un hueco.

Cuando abrió los ojos puedo ver a Eriol en el suelo, recargado en una de las paredes que haban quedado intactas.

- ¡Wow! Realmente impresionante.- murmuro en voz baja.

- ¿Eriol estas bien? – pregunto en cuanto llego junto a el.

- Claro. Perdóname, creo que se me paso un poco la mano. No era mi intención mandarte tan lejos.

- Eres un imprudente Eriol – dijo Shaoran sin poder reprimir una sonrisa, Eriol seguía manteniendo su humor y su calida sonrisa en cualquier circunstancia – Me asustaste mucho de verdad.

- Lo lamento. -

- Vamos. – le dijo mientas que tomaba su brazo para reincorporarlo para después cargarlo sobre su espalda.

- ¿Pero que crees que haces? -

- Te llevo conmigo para que terminemos por fin con esto. Ni creas que voy a dejarte, y mucho menos ahora que estamos tan cerca de acabar. Comenzamos esto juntos y es así como lo terminaremos y no me importa si eso requiere que tenga que llevarte a cuestas. -

La luz los cegó un poco cuando por fin salieron de la cueva.

El aire afuera era fresco y una leve brisa les acariciaba el rostro.

Shaoran dejo a Eriol en el suelo para después dejarse caer a su lado.

Se notaba que estaban cansados, pero la satisfacción se leía en sus rostros. Por fin todo había terminado.

- Lo hicimos ¿verdad? Por fin lo logramos. – pregunto Shaoran mientras recuperaba el aliento. Tenía los ojos cerrados.

- Si, creo que si – le contesto Eriol que estaba en condiciones similares. – Aunque…

- No te preocupes Eriol, en esta ocasión no se trata de una ilusión - tercio la voz de kaho Mizuki – Han superado la prueba, y no solo eso, si no que también mis expectativas.

Ambos muchachos que se habían sentado, el cansancio no les dejaba hacer nada mas, en cuanto escucharon la voz de su maestra, la miraban con una sonrisa de alegría y satisfacción.

- ¿Ilusión? – pregunto Shaoran confundido. - ¿a que se refiere con eso de ilusión profesora?

- Shaoran no me digas que no te diste cuenta de que todo, bueno casi todo lo que vimos ahí adentro era una ilusión - contesto Eriol con la cejas arqueadas producto de la incredulidad.

- Yo… No. – confeso apenado – De verdad que creí que… Me siento algo tonto. -

- No tienes por que sentirte de esa manera Shaoran, después de todo la finalidad de que ustedes entraran a esta cueva era para ponerlos a pelear contra sus propias miedos. Contra la oscuridad que hay en sus corazones. Estoy en serio muy orgullosa porque a pesar de que eran meros escenarios e ilusiones, ustedes realmente se enfrentaron a aquello que más dolor y miedo les causa y ahora ambos están aquí. Han superado sus trabas.

Sonrió más aun.

Me he dado cuenta de que no solo entrene a dos grandes guerreros, si no que también a dos maravillosos seres humanos. Creo que es obvio que ahora no solo cuentan con el don de la fuerza, la resistencia y el optimismo, si no que también han logrado cultivar otros grandes valores como el de la piedad, la perseverancia, el sacrificio pero por sobre todo, el de la amistad. Aquí termina su entrenamiento conmigo.

Ambos escuchaban boquiabiertos. La profesora extendió sus manos y tras unas breves palabras una luz inundo sus cuerpos. De pronto estaban otra vez recuperados y llenos de energía, la pierna de Eriol estaba sana otra vez. Se sentían como nuevos.

- Extiendan sus espadas. – ordeno con suavidad.

Obedecieron y se colocaron de rodillas enfrente de su maestra.

- Que estos instrumentos sirvan para proteger a sus potadores y a aquello por lo que luchen por proteger. Que los cuide en su camino y en sus proyectos. El viaje continua, el camino sigue, pero una nueva aventura apenas comienza. – levanto por fin la cabeza y dejo caer sus manos a los costados viéndolos con intensidad. - Recuerden que la vida es una lucha continua, hay que saber disfrutarla y hay que aprender de lo bueno y de lo malo así que vayan y vivan, lo pequeño y lo incierto, lo grande y lo verdadero pero vivan, vivan sin arrepentirse de nada. -

Terminadas las palabras de la profesora, las espadas brillaron con fuerza por unos instantes, sin embargo cuando el brillo se apago, ambos jóvenes sonreían con confianza, era como si la luz que antes inundara sus espadas se hubiera alojado en sus corazones.

- Y ahora, creo que ya están listos para partir. -

Y así era. Ambos se miraron, guardaron sus espadas sonriendo con la certeza de que una nueva aventura estaba a punto de comenzar.

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Ok ya esta, la historia en si ya esta laborando en mi cabecita solo qeu todavia soy bastante lenta escribiendo por eso la demora.

Un beso enorme para todos y de corazon espero qeu todo en sus vidas vaya de maravilla

Lo quiero

Perla

 

Re: Eclipse de amor

Hola chicos:

Antes que nada, debo pedirles una disculpa por el abandono, se que no es justificacion pero la verdad es que un %&$# virus se comio la gran mayoria de mis disco duro y pues adios a todo: Fotos, imagenes, canciones y mis archivos, entre ellos uno llamado "Eclipse de amor". ya se imaginaran mi trauma ToT.

Pero bueno ya estoy aqui de vuelta y con un capitulo mas listo para publicarse.

Hermanita mapacha, no sabes el gusto que me da que hayas vuelto por estos lares, ya te extrañaba y no sabes cuanto, y no solo por todo el apoyo que me brindas siempre, si no porque sabes de sobra que eres una de las personas mas valiosas para mi y tu amistad significa mucho. bienvenida de regreso, ya no te me pierdas tanto xD.

hermanita Viv, tu siempre apoyandome en todo, de verdad que no se me olvida que fuiste la primera, le doy gracias a los grandes poderes del universo por haberte puesto en mi camino. TQM.

Oniichan gracias por tus palabras de aliento, espero que todo en tu vida este pintando de mejor color ahora, un beso enorme.

Rodrigo, una vez mas no tengo palabras suficientes para agradecerte todo tu apoyo y tu amor para conmigo. Gracias por existir.

Tita, bienvenida a este rinconcito de cielo, que bueno que te guste mi historia, porqu ela hago con mucho cariño y esfuerzo para ustedes.

Cami una vez mas me levantas el animo con tus palabras, eres una lindura de mujer, gracias por todo.

Slikan, no has postead aun pero no importa, el PM qu eme mandaste fue hermoso y te juro que me dio muchisimo gusto saber que una historia como la mia provoca esas sensaciones en la gente, de verdad que me hiciste sentir mu halagada. mil gracias.

Y ahome_23 la linda Betty antes qu eotra cosa ¡¡¡Feliz cumpleaños!!! este capitulo va dedicado especialmente para ti por ser tu cumple. Muchas gracias por el apoyo, auqneu nos regañen xD se aprecia la intencion y de verdad mjuchas gracias por tu interes y tu cariño. Mil besos y un abrazo enorme.

bueno, mejor ya me dejo de tanto rollo y les pongo la conti jeje

Capitulo 17​

“El esperado reencuentro que no llega”​

Era un día tranquilo. El invierno estaba muriendo y ya podía sentirse la llegada de la primavera.

Dos jóvenes cabalgaban por un enorme prado. Shaoran y Eriol iban montados sobre sus soberbios corceles, dignos de sus jinetes.

- ¿Sabes que me sacaste un buen susto el otro día? – soltó de pronto Shaoran a forma de reclamo, aunque el tono era divertido. -

- ¿Ah si? ¿Y eso porque? – pregunto Eriol extrañado.

Habían permanecido en silencio durante un buen rato y la sorpresiva pregunta lo había desconcertado.

- ¿Cómo que porque Eriol? Cuando todavía estábamos en la cueva, al final, cuando nos enfrentábamos a esos guerreros. -

* Flash Back *​

- ¿Shaoran? -

- Dime. – contesto Shaoran pensando en que su amigo le diría alguna estrategia, alguna forma de tomar ventaja.

- Ha sido un placer y en verdad todo un honor conocerte. – le dijo sonriendo.

- Pero… Eriol. -

Pero Eriol ya no lo escuchaba. Se había lanzado a luchar contra los fieros guerreros que a esas alturas ya se disponían a atacarlos.

Dos segundos después Shaoran lo seguía, ambos peleaban con todo el corazón, pero la desventaja era mucha.

De pronto Eriol se detuvo. Volteo a ver a su amigo.

- Shaoran… Perdóname por lo que voy a hacer – dijo mientras sacaba algunos de los pergaminos que llevaba escondidos en el pecho.

- ¿Eh? -

- Dios del viento ven a mí. -

La fuerte corriente de aire lanzo lejos de la batalla a Shaoran, estaba a unos metros de la salida.

- Dios del trueno “Adiós Shaoran” ¡¡¡VEN!!! – grito dirigiendo el ataque a las paredes de la cueva.

- NOOO!!!

Se oyó el grito desesperado de Shaoran mientras que el derrumbe oculto de su vista a aquellos guerreros, pero también a su amigo.

* Fin Del flash back *​

- Ah, ya recuerdo. Lo siento Shaoran, no era mi intención asustarte.

- No vuelvas a hacer nada parecido. – pidió Shaoran con la mirada llena de intensidad.

- Temo que no puedo prometértelo. -

Shaoran guardo silencio viéndolo todavía con gravedad.

- No me mires de esa forma, estoy casi seguro de que llegado el momento tal vez vuelva a hacer lo mismo. Así como estoy seguro de que tal vez harías lo mismo por mí.

Shaoran acepto en silencio que Eriol tenía razón.

- Mira Shaoran ya casi llegamos. Pasando esa colina se encuentra mi casa. -

- Te noto nervioso. -

- Lo estoy – confeso Eriol. – Tal vez haya enfrentado a mi padre en la prueba de la profesora Mizuki pero… -

- ¿Pero? -

- Pero a pesar de que lo sentí tan real, no lo era. Se que esta vez será mas difícil – dijo mientras que se le escapaba un suspiro de resignación. – No tienes idea de cuanto te agradezco que hayas decidido venir conmigo. Se cuanto deseas ver a “todos” en el castillo Kinomoto – dijo haciendo énfasis en lo ultimo provocando el sonrojo de Shaoran.

- Bueno, este… No tienes nada que agradecer. Después de todo tu y yo somos como hermanos, si no de sangre, de algo mas importante. Y para eso esta la familia, para apoyarse. -

- Claro que si. – Afirmo Eriol con gratitud. – Esto de veras que va a ser difícil. -

- ¿De verdad Eriol? ¿De verdad las cosas con tu padre son tan difíciles? -

- Ya lo veras. – dijo Eriol con expresión sombría.

Shaoran decidió que lo mejor era ya no preguntar mas, después de todo tarde o temprano, como había dicho Eriol, lo vería con sus propios ojos. Además se sentía alegre por poder apoyar a su “hermano”, aunque fuera con su presencia, en momentos que sabía serian difíciles.

No tardaron mucho en llegar a lo que era ya la propiedad de los padres de Eriol.

La gente que se encontraba trabajando en el campo observaba con curiosidad a los muchachos mientras pasaban, no lograban reconocer al hijo de aquellas tierras, después de todo habían pasado 10 años y Eriol había crecido mucho.

- ¿Quiénes serán? – se preguntaban entre ellos una y otra vez.

Los agudos oídos de los chicos alcanzaban a escuchar esta misma pregunta. Eriol saludaba con una inclinación de cabeza a los pobladores, Shaoran solo se limito a sonreír.

Por fin llegaron a las puertas de la gran mansión en la que antaño viviera Eriol. Al igual que en el castillo kinomoto, había guardias en la entrada, estos se habían quedado igual de extrañados y sorprendidos al ver que se dirigían hacia ellos.

- Buenos días caballeros. – saludo Eriol con cortesía.

- Buenos días joven. -

Eriol no pudo contener una enorme carcajada al ver que no lograban reconocerlo ¿Acaso había cambiado tanto?

- Vengo a ver a mi padre. -

- ¿A su padre? -

- Si, o a mi madre. -

- ¿Pero…? ¿A quienes se refiere joven?

- A los señores Hiragisawa por supuesto. -

Como si una venda hubiera caído de sus ojos, de pronto lo reconocieron.

- ¿Joven Eriol? -

Eriol solo pudo sonreír.

- Dios bendito, ha vuelto. – exclamo con jubilo uno de los guardias.

- Si he vuelto.

- Joven llega en malos momentos. – advirtió el otro de los guardias.

- ¿Malos momentos? – pregunto Eriol de pronto alerta. - ¿Por qué lo dice?

- Su madre esta enferma.

El corazón de Eriol se vino a los pies.

- Iré a verla. – acto seguid desmonto con habilidad y corrió hacia el interior de lo que una vez fue su hogar.

Shaoran sabia que Eriol necesitaba ver a su madre y hablar con ella a solas, así que bajo el también de su caballo Kerberos y pregunto en donde podía dejarlos para que comieran, descansaran, en fin que se recuperaran un poco del viaje.

Uno de los soldados estaba a punto de llamar a uno de los mozos para que los llevara al establo pero Shaoran le dijo que estaba bien que los llevara el mismo. Así que después de dejar a Spinelsun y a Kerberos en el establo, decidió ir a dar una vuelta por ahí. De verdad estaba interesado en conocer un poco más el lugar en el que se había criado su amigo.

Mientras tanto Eriol recorrió a toda prisa el bien conocido camino hacia la habitación de sus padres.

Cuando llego ahí toco la puerta y sin esperar respuesta entro.

Su mente y su corazón no estaban preparados para ver lo que ahí le esperaba.

Su madre, la única persona en el mundo, aparte de Shaoran y la profesora Mizuki, que le había demostrado su amor y comprensión, estaba ahí, postrada en la cama, convaleciente.

Se acerco a la cama con lentitud y con el corazón echo añicos contemplo el rostro de la mujer que le había dado la vida.

- ¿Madre? – pregunto en voz baja, dubitativo.

No hubo respuesta al parecer la mujer se encontraba en un profundo sueño.

- Madre soy yo… Eriol – intento una vez.

La mujer pareció reaccionar al escuchar el nombre de su hijo.

Abrió lentamente los ojos y su triste, pero a la vez ansiosa mirad se topo con los ojos de Eriol.

- Esto debe ser un sueño. – Murmuro con voz cansada.

- No madre, no es un sueño. Soy yo. Estoy aquí. – contesto Erio procurando que su voz le saliera lo mas alegre posible.

- ¿Eriol? -

- Si madre, soy yo. – afirmo una vez mas el muchacho.

- Dios debe haber escuchado mis suplicas – dijo la mujer mientras las lagrimas se le escapaban de los ojos. – Ay hijo no sabes cuanto rogué por poder verte aunque solo fuera una vez mas.

Eriol no supo que decir, solo acariciaba en silencio y con ternura la mano de su madre.

- Has crecido mucho Eriol. ¿Cómo estas? ¿Te fe bien en el entrenamiento? ¿Pasaste hambre? ¿Frió? -

- Tranquila mamá. Estoy bien. Mejor dime tu como estas ¿Qué es lo que te pasa? -

Izayoi sonrió, comprendió al instante que su hijo tenia prisa por saber el porque de su estado.

- Por el contrario de tu cuerpo hijo, no has cambiado en nada tu carácter. Eso me alegra, sigues siendo el mismo niño dulce de siempre. -

- Tu tampoco has cambiado mamá, sigues siendo muy hábil cambiando la conversación cuando hay algo que no quieres responder - contesto Eriol con un amago de sonrisa en el rostro.

Izayoi guardo silencio. Suspiro resignada. Estaba claro que su hijo no la dejaría hasta que sus dudas se hubieran disipado.

- He estado enferma hijo. Llevo mucho tiempo así. Una de las razones por las que quería que te fueras a hacer tu vida desde que eras muy pequeño es esa. No quería que me vieras morirme poco a poco. No se si es un capricho de la vida o del destino que haya aguantado tanto. -

Eriol sintió que el alma se le escapaba del cuerpo ante tal revelación.

- Pero mamá, porque no me dijiste. Yo…-

- No creo que sea tiempo para andar con reproches hijo, ya esta hecho de cualquier modo. – lo interrumpió. - Además, se que si te lo hubiera dicho te hubieras quedado, aunque eso significara vivir bajo el yugo de tu padre. Y créeme que eso es lo último que quería para ti. Y hoy puedo darme cuenta que no me equivoque en mi decisión. Mis ojos de madre pueden darse cuenta de que te has convertido en un hombre de bien, y doy gracias al cielo que después de todo pude verte una vez más. -

- Madre no hables como si… -

- Es inevitable hijo lo se. Y no quiero que te pongas triste cuando me haya ido. Mejor, en mi nombre sigue tu camino y tus ideales que yo desde donde me encuentre estaré agradecida y orgullosa. No quiero que por ningún motivo o bajo cualquier circunstancia te des por vencido. ¿Me lo prometes? -

- Mamá yo… -

- hijo, por favor, promételo.

- De acuerdo mamá: Prometo que nunca en la vida me daré por vencido. -

- Ese es mi muchacho – concluyo sonriendo. – Te amo hijo. Has sido y siempre serás mi mayor orgullo. -

Vencida por el cansancio, Izayoi cayó profundamente dormida.

Eriol no quería despegarse ni un momento de su lado. Todavía debía ver a su padre y a su hermano pero, para eso habría tiempo. Así que se quedo junto a su madre, velando su sueño.

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- ¿Quién eres? No te había visto nunca por aquí. -

Shaoran volteo hacia la entrada del establo.

Había escuchado a alguien acercarse pero creyó que era alguno de los guardias de la entrada por lo que se sorprendió al ver a la persona que le estaba hablando. Era una muchacha alta, con el cabello cobrizo largo hasta la cintura y unos ojos vivaces.

- Em yo, este… Mi nombre es Shaoran yo… soy amigo de Eriol… -

- ¿Eriol? – lo interrumpió. - ¿Eriol esta aquí? ¿Regreso?

- Ah… si. – contesto simplemente.

- No puedo creerlo, des pues de tanto tiempo por fin regreso ¿ya sabe lo de su madre? ¿Izayoi ya sabe que esta aquí? ¿Ya la vio? – lo acribillo a preguntas.

- ¿Izayoi? -

- Izayoi es la madre de Eriol y ha estado enferma.

- Ah, pues él fue a verla en cuanto llegamos. -

- ¡Que bueno! Ay Dios mío, pero que tonta soy – dijo de repente dándose una pequeña palmadita en la frente. –No me he presentado aun. Soy Nakuru Akisuki. Soy prima de Eriol – y le tendió la mano para saludarlo.

- Mucho gusto. Shaoran Li. – ahora si diciendo su apellido. -

- Disculpa que te deje pero debo ir a ver a ese pillo con mis propios ojos. ¿No te importa cierto?

- Claro que no. Adelante. -

Y se fue corriendo para encontrarse con su primo dejando a Shaoran más que en compañía de los caballos.

- “Entonces su madre esta enferma” – pensó con tristeza.

Shaoran sabia lo mucho que Eriol quería, respetaba y admiraba a la mujer que le había dado la vida y era seguro que en estos momentos estuviera preocupado y triste. Con sentimientos de empatía y solidaridad resolvió que lo mejor era quedarse un tiempo en ese lugar. El esperado encuentro con su amada Sakura tendría que esperar un poco más.

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- ¡¡¡Eriol!!! – entro con rapidez a la habitación.

El aludido, volvió la mirada de inmediato.

- ¿Nakuru? – preguntó.

- Primo que alegría me da verte. -

Eriol volteo a ver a su madre y dándose cuenta de que no despertaría pronto, le hizo señas a Nakuru para que salieran de la habitación, así podrían hablar con mas tranquilidad.

Nakuru salio de inmediato y antes de dirigirse hacia ningún lado en especial, abrazo a Eriol con fuerza en cuanto este hubo cerrado la puerta de la habitación de su madre.

Eriol no se sorprendió, recordaba a la perfección las muestras de cariño de su prima. Ella siempre había sido una persona muy efusiva y cariñosa y por lo visto, esto no había cambiado. Correspondió el calido abrazo, después de un tiempo que ningunote los dos supo definir bien, se separaron y Nakuru abrió la boca dispuesta a inundarlo de preguntas respecto a su viaje, pero Erio, dándose cuenta de sus intenciones levanto una mano para detenerla.

- Se que vas a preguntarme del viaje y de que estuve haciendo estos diez años, y te lo contare, pero antes necesito que me digas tú que es lo que ha estado pasando. También tengo muchas preguntas. -

- De acuerdo primo -

Ambos se dirigieron a un pequeño salón. Se instalaron Nakuru preparándose para lo que venia, sabia que iba a ser raro o difícil para su primo, pero ella no iba a mentirle.

- No es reproche Nakuru pero, ¿Tu sabias que mi madre a estado enferma desde hace mucho tiempo? -

Nakuru bajo la mirada.

- Lo sabias verdad. - era mas una afirmación que una pregunta.

- Si Eriol yo lo sabia, tu padre también, tal vez los únicos que lo ignoraban eran tú y Soujiro. No eran las intenciones de tía Izayoi que y me enterara de hecho lo hice por accidente. Pero en cuanto ella se dio cuenta de que y sabia, me hizo jurarle que no te diría nada. Recordaras que por esas fechas las cosas ya estaban mal entre tú y mi tío. Perdóname pero no podía fallarle -

- No te preocupes. Se lo mucho que quieres y respetas a mi mamá. -

Nakuru sonrió con agradecimiento, ella esperaba reproches de su primo, pero solo esto le basto para darse cuenta de cuanto había crecido y madurado y de lo diferentes que eran el y Soujiro.

- ¿Y mi padre? Ahora que lo pienso no le he visto por ningún lado, se supone que en esta situación él debería estar al lado de mamá apoyándola y cuidándola ¿no? -

Nakuru bajo la mirada nuevamente, ahora no solo con preocupación, también era… ¿tristeza?

- ¿Qué pasa Nakuru? -

- Es que mi tío no esta en la región, tampoco Soujiro de hecho. -

- ¿Qué? ¿Cómo que no están? ¿Qué acaso nos les importa lo que le pasa a mi mamá? -

No hubo respuesta.

- Nakuru por favor, dime algo, lo que sea. – dijo impaciente.

- Mi tía lleva ya mucho tiempo enferma Eriol eso ya lo sabes y pues… Mi tío pensó que no puede detenerse por eso, lo escuche decir que la vida sigue para los demás y que no va a detener ni sus negocios, ni sus planes por… -

- ¿Por cuidar de una enferma? – termino Eriol con furia, la misma que estaba tratando de contener desde que supo de la ausencia de su padre. – Una enferma que permíteme recordarte es su esposa, la mujer que se supone que el ama. ¿Qué clase de mounstro es? -

- Eriol tranquilízate, no es mi culpa lo que haya o no haya hecho tu papá. -

- Tienes razón, discúlpame Nakuru pero es que me saca de mis casillas ese… Señor, por muy mi padre que sea. -

- Eriol, por favor cálmate. -

- Es que no puedo Nakuru, de verdad que no puedo, rehierve la sangre y mas al pensar que mi hermano le esta siguiendo el juego. No puedo soportarlo. -

- Pero nada ganas poniéndote así. Ya tendrás tiempo de preguntarles, o reclamarles más bien, lo que quieras. Por ahora lo mas importante es que estas aquí y que has visto a tu mamá. Estoy segura de que ella esta mas contenta de lo que a estado en mucho tiempo. Ambos pudieron verse todavía y eso es lo que de verdad en estos momentos mas importa. -

Eriol pareció por fin tranquilizarse con las palabras de su prima, sin embargo, como si las últimas palabras hubieran llegado tarde a su cerebro, reacciono segundos después.

- ¿A que te refieres con “pudieron verse todavía”? -

- Lo… Lo que pasa Eriol, es que soy yo la que me he encargado de cuidar de tu mamá todo este tiempo, y se mejor que nadie que… - se detuvo, lo que iba a decir no seria fácil para su primo, de hecho tampoco lo era para ella misma – que, no le queda mucho tiempo. -

Para sorpresa de Nakuru, Eriol no hizo movimiento ni expresión alguna. Solo mantenía la triste mirada que había adquirido en cuanto hubo menguado la ira contra su padre y su hermano.

- ¿Que? ¿No dices nada primo? Pensé que lo que te dije iba a consternarte.

- Lo que pasa es que no hacia falta que tu me lo dijeras prima, me basto con verla para saber que tuve mucha suerte de haber llegado para verla aunque sea una ultima vez. -

Nakuru se quedo sin palabras. Ella quería mucho a su tía Izayoi, pero sabia que su sufrimiento no era comparable con el de su primo, además, todavía estaba lo que su tío le había dicho la ultima vez.

* Flash Back *​

- Bien entonces ya me voy. Cuida de tu tía Nakuru por favor. -

- ¿Pero tío va a irse otra vez estando mi tía en estas condiciones? -

- A mi no me cuestiones. Se muy bien lo que hago Nakuru, además si hay alguien a quien reclamarle lo que esta pasando es a ese ingrato de Eriol, el si que tiene la culpa de que su madre este enferma. – dijo el hombre con profundo desprecio. - Durante muchos años, ni una visita, ni una carta, ni nada. No me hables de deberes cuando el sermón no me corresponde a mi si no a ese mal hijo. -

- Tío usted sabe muy bien que Eriol no es el culpable de la enfermedad de mi tía, el no tiene la culpa de nada. -

- Claro que la tiene, no ha sido más que un niño caprichoso, mal educado y sobre todo mal agradecido y nunca lo perdonare por esto. Si algún día vuelvo a verlo será como si no lo conociera. Ha dejado de ser mi hijo desde ese día en que se rehusó a apoyarme y se largo a quien sabe donde. -

- Pero…-

- Adiós Nakuru. -
Y la dejo ahí con las palabras en la boca y con un sabor de amargura que sabía no se iría en mucho tiempo.

* Fin Del flash back *​

- Te has quedado muy callada Nakuru. – dijo Eriol sacándola bruscamente de sus pensamientos.

- No es nada eriol, es que estoy muy cansada. Pero tu también debes de estarlo ¿fue un viaje largo no?

- Si, así es. ¡Cielos! Ahora que lo recuerdo, deje a Shaoran en la entrada. Por mi prisa de ver a mi madre, hasta me olvide de el. Espero que no se haya enojado. -

- ¿Shaoran? Te refieres a un muchacho de cabello castaño y alborotado. No te preocupes esta descansando junto con los caballos, me lo encontré cuando venia de mi casa. Lo vi entrar al establo con dos hermosos caballos, nunca lo había visto y pues me gano la curiosidad. Parece un tipo agradable -

- Y lo es prima, llámame loco pero creo que considero más mi hermano a Shaoran que a Soujiro.

Nakuru sonrió, comprendía a la perfección las palabras de Eriol, ella también pensaba que su otro primo era una persona extraña y a veces hasta insoportable.

- Creo que iré con el, nos vemos luego Nakuru. -

- si Eriol, yo estaré con tía izayoi, por si se te ofrece algo ¿de acuerdo? -

- De acuerdo prima. -

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Pasaron unos cuantos días y la atmósfera estaba cargada de tensión y de tristeza.

La “gran señora”, como la llamaban los lugartenientes, Izayoi Hiragisawa, por fin estaba descansando en paz.

Todos sabían que había sido una larga y dolorosa enfermedad y que tal vez esto había sido lo mejor para ella. De igual modo, todos estaban enterados del milagroso retorno del menor de los Hiragisawa y estaban complacidos porque la señora Izayoi pudo cumplir su sueño de verlo una vez más.

Pareciera como si solo hubiera esperado hasta verlo otra vez para partir de este mundo.

Eriol y Nakuru se encargaron de todo, el sepelio y los últimos adioses para la mujer que ambos habían amado con el alma.

Shaoran había estado al lado de su amigo en todo momento, con una silenciosa pero calida compañía, que le trasmitía fuerza y apoyo. Eriol había estado conciente de aquello y ahora mas que nunca el sentimiento de gratitud para con su “hermano” como el le llamaba eran mas fuertes.

Esa noche se encontraban en uno de los salones de la gran residencia, cabizbajos y con la mirada perdida.

Eriol lanzo un largo suspiro para después alzar la mirada con decisión y dirigirse a Shaoran.

- ¿Cuándo quieres que nos vayamos al castillo Kinomoto? -

- ¿Qué? -

Nakuru salio de su ensimismamiento. ¿Había oído bien? ¿Al castillo Kinomoto?

- Me has escuchado. ¿Cuándo quieres que nos vayamos? -

- Pero Eriol… -

- Ya no tengo nada más que hacer en este lugar y la verdad es que no quiero ver a mi padre, y no por miedo o culpa, si no porque se que si me lo encuentro en estos momentos soy capaz de matarlo por abandonar así a mi madre. Se que soy la persona menos indicada para decirlo y no quiero justificarme pero yo me fui en parte porque no lo sabia, y el, aun sabiendo lo grave que estaba, no le importo y se fue a hacer sus “negocios”. No voy a perdonarlo nunca. Se que lo mejor será irnos cuanto antes, así que repito ¿cuando quieres que nos vayamos? -

- Pues cuando quieras Eriol, yo estoy listo desde siempre para regresar. -

- Perfecto, entonces ¿que te pareces nos vamos mañana? -

- Estupendo. -

- ¿Van al Castillo Kinomoto? ¿Con el rey Fujitaka? – pregunto por fin Nakuru incapaz de contenerse.

- Si, así es ¿Por qué lo preguntas Nakuru? -

- Cu… Curiosidad. -

A Eriol pareció extrañarle un poco la actitud de su prima, pero resolvió que lo mejor era no preguntar nada, no delante de Shaoran por lo menos.

Así que ambos se levantaron dispuestos a empacar sus pertenencias.

Eriol ordeno que preparar también provisiones suficientes para el viaje.

- Nakuru puedes acompañarme un momento necesito que me ayudes con algo. -

- Si primo claro. -

Cuando ya estuvieron en la habitación de Eriol este le soltó sin rodeos.

- ¿Porque preguntaste por el castillo? ¿Acaso conoces al rey Fujitaka? -

- No, no lo conozco pero es que… -

- Dime Nakuru, dime de una vez. -

- Es que… Es en donde esta tu padre, ha estado viajando constantemente junto con Soujiro a ese lugar y es muy probable que si vas te lo encuentres allá. Esos son sus negocios. Encontró a una candidata para sus planes. -

Eriol se horrorizo. ¿Por qué no había preguntado antes? Ahora mas que nunca estaba seguro que lo mejor era ir al palacio Kinomoto y por todos los medios detener a su padre, porque si conseguía lo que quería, mas de una persona iba a sufrir las consecuencias.

Continuara...


Bueno ahi la tienen, otra vez muchas gracias por su apoyo incondicional, espero que este capitulo les guste porque de verdad que no saben las que tuve que pasar para poder publicarlo xD

Muchos besos y hasta la proxima

los quiere mil...

Perla