Claro de los Sueños

Alpha Xenodis.

Y pequeños Ralts cruzaban por nuestro camino. Era chistoso verles avanzar arrastrando esa especie de tela que llevaban en su cuerpo. Regresé a Hound incluso para acercarme a ellos y empezar a juguetear con uno de los mismos.

—Qué mono que eres, de seguro algún día te convertirás en un gran Gallade.

 

Alpha Xenodis.

En poco tiempo dejé al pequeño para centrarme nuevamente en mi caminata por el lugar. Era agradable, pero a su vez tenía cierto aspecto tenebroso. Era tan tranquilo y tan grande que parecía como un lugar donde nadie podría perturbar nada.

—Supongo que no importaría que me siente aquí.

Y así lo hice, me senté a la orilla del río de los sueños, el enorme caudal que hacía al mundo onírico andar en perfecta armonía. ¿Habrán tipo agua ahí dentro...?

 

Alpha Xenodis.

No fueron tipo agua lo que salió, sino hada. Una gran cantidad de Spritzee me abrumó cuando intenté tocar el río. Parecían Pidove molestos porque les quitasen su comida, por lo cual tuve que alejarme con rapidez.

—Para ser un sueño esto sí que se siente real.

 

Alpha Xenodis.

—Darkrai, sal.

Liberé al tipo siniestro de su esférico y apareció frente a mi cuerpo. Imponente y tenebroso como siempre.

—No sé si tú eres el real o no, pero tenemos que hablar—Inicié así, obteniendo su atención, aunque realmente no sabría cuanto tiempo podría tenerla.—. Tú eres parte de mi equipo ahora, ya sea aunque tú no lo quieras o yo no lo quiera, pero la cosa es que deberíamos intentar llevarnos bien. Sé que puedes ser un pokémon muy fuerte y una gran adición para todos los que conforman mi familia, pero todavía te tengo rencor—Suspiré. Sé que no es bueno tener esos sentimientos a alguien que estará tanto tiempo contigo, pero la verdad habían veces en las que simplemente era inevitable.—. Hiciste las suficientes cosas para hacerme enfadar y todavía necesito perdonarte, pero de momento...

Le ofrecí mi mano a modo de tregua, pero él me rechazó... Sí, él es el único de verdad aquí.

 

Alpha Xenodis.

Supongo que no se podía hacer nada. En poco de nuestra pequeña charla, Darkrai regresó a su esférico sin dudarlo y simplemente me dejó solo. De seguro en cualquier momento comenzaría a maquinar algo para hacer que el lugar donde estaba se transformase en una horrible pesadilla, pero realmente en éste punto me daba igual. De seguro en el exterior ya habían pasado varias horas, pero realmente estaba disfrutando de mi estancia aquí.

Sí, dormir de vez en cuando es lo mejor que te puede pasar.

 

Alpha Xenodis.

Más Drowzee por el lugar. ¿Se estarían alimentando de mis sueños si yo estaba aquí? Eso es una incógnita que me dejaría pensando por un buen rato. Pero la verdad me había centrado más en lo del legendario... Con Rayquaza fueron muchísimas horas invertidas tanto combatiendo como explorando los cielos de distintas regiones para poder ganarme su confianza... ¿Qué sería con Darkrai?

—Quizás solo sea una prueba de resistencia...

 

Alpha Xenodis.

S-Sí... Una prueba de resistencia. Quizás debería aguantar por mucho tiempo sus pesadillas para que él tuviese un poco de respeto hacia mi persona y pudiésemos formar un lazo... No, creo que un humano moría en poco tiempo sin dormir... Le preguntaré a Hubert la cantidad de tiempo exacta la próxima vez que lo vea.

 

Alpha Xenodis.

Ya habiendo desistido de explorar el lugar, estaba sentado con mi holomisor, observando el contacto de esa persona. Había grabado ya tantos mensajes donde le invitaba a hablar conmigo cuando estuviese mejor, pero de todas formas sabía que no solo era una idea horrible, sino que era imposible que esos pequeños fragmentos llegasen a ella.

Sí... Era imposible.

 

Alpha Xenodis.

Por estar envuelto en mis pensamientos tuve el mayor susto del último tiempo al ver aparecer un Hypno frente a mi. Era un pokémon bastante incomprendido y a veces criticado por acciones... Bastante cuestionables, la verdad. Sin embargo, supongo que es parte de su comportamiento y no lo hace porque realmente tenga deseos humanos... No como otros, ¿a que sí, Darkrai?

 

Alpha Xenodis.

No sé cuánto tiempo ha pasado realmente, pero en hace poco una pequeña Kirlia se acercó hacia mí; juguetona y a su vez elegante. Se dedicó en el poco tiempo que estuvo a enseñarme los múltiples bailes que poseía y a hacer un par de reverencias al acabarlos. Era como si me estuviese dando un pequeño recital privado.

—Creo que tengo una pequeña idea.—Posé una esfera sobre la cabeza del pokémon y ni siquiera se resistió. Simplemente entró al esférico y quedó capturada para mi equipo.

Luego de eso fue cuando el mundo colapsó. En poco todo el claro de colores morados y demás se transformó en la Prisión de Boceto. Estábamos todos reunidos ahí arriba, pero a su vez parecía como si estuviese solo. Ninguno de ellos hablaba, se movía o tenía rostro. Simplemente estaban ahí y yo reconocía todas sus ropas y compañeros pokémon. Fue tras el primer disparo que mi atención se colocó en las plantas de abajo. Ahí simplemente había un cuerpo inerte, un rastro de sangre y un simple:

—¡Mimi!

Lo único que pude decir fue eso, un grito desgarrador con el cual me estaba aferrando a la ventana, listo para saltar a por ella y entonces fue cuando dos de esos cuerpos me arrastraron hacia atrás. Hubert e Ian simplemente habían tomado mi cuerpo y lo habían alejado de la ventana.

>>Déjala, ya está muerta.

Esas no era la voz de ninguno de los dos, sino la de un personaje que había aprendido a reconocer durante los últimos meses: Darkrai. Estaba atormentándome una vez más con sus dichosas pesadillas.

Sabía que vendría esta noche, lo sabía perfectamente. Pero no esperaba ver eso. Sentía como las lágrimas poco a poco empezaban a salir por mis ojos y sentía rápidamente la impotencia de no poder hacer nada. Sentía como mi mundo poco a poco se caía gracias a la muerte de una persona... Pero no, Mimi era más que una simple persona. Era mi compañera, mi kohai, mi amiga... Sí, Mimi era la persona más cercana que tenía en la región. La persona con la que más momentos había compartido el último tiempo, con quien viajé más de un año... A quien vi crecer como entrenadora desde que era una simple niña mimada... ¡Yo simplemente no puedo dejar que esto se quede así tal cual!

—Soltadme ya, ¡mierda! ¡Dejadme ir por ella, todavía puedo salvarle!

Luché y luché contra el agarre de esas dos entidades hasta que al fin logré soltarme. Cuando pude observar su cuerpo ya estaba oculto entre múltiples cadáveres. Solo se veía su rostro, su lindo rostro con una expresión de dolor que jamás le había visto. Eso generaba en mí un dolor en el pecho inexplicable. Era como ver sufrir a Des... Era exactamente la misma sensación que tenía cuando estaba en Kalos y ella aparecía en mi cuarto a las tantas de la mañana, agotada por el trabajo y a punto de colapsar por no haber comido debido a la misma razón. Sí... Esa sensación de que dañen lo más preciado para ti.

Y cuando estaba listo, pokéball de Charizard en mano, para ir a su rescate fue cuando él apareció frente al cristal.

>>Ya deberías despertar, ¿no crees?

N-No, no ahora. ¡No en éste maldito momento! Liberé a Flame de su esférico, pero cuando se preparaba para lanzar el Puño Fuego su cuerpo poco a poco se empezó a derretir... Desapareció. Proseguí a liberar inmediatamente a Rook y ahí fue cuando entendí que pasaría lo mismo con cada uno de los compañeros que liberase. Fue ahí cuando tuve mi última idea: Atravesé el cristal con mi cuerpo y llegué hasta el piso. El dolor invadió completamente mi cuerpo, sentía como mis huesos se habían roto, pero nada me impedía avanzar. Con mi mano hábil simplemente estaba arrastrando todo lo que podía de mi magullado cuerpo hasta que finalmente llegué hasta su rostro.

—Mimi, hey... Despierta. O-Oye, no es momento para bromas...—Me levanté como pude, quizás gracias a la adrenalina o a que esto fuera realmente un sueño.—No seas estúpida, si yo hiciera algo así tú me matarías.—Comencé a mover los cuerpos que estaban sobre el suyo y finalmente lo encontré: Había un hoyo en su ropa del cual el fluido vital salía. Mis ojos rápidamente se anegaron y mi cuerpo colapsó sobre el de ella. Luego de eso... Desperté.