Ciudad Rococó

Lucas Diamond

Cuando nos reunimos comenzamos a compartir información. Adara era la primera candidata para líder de gimnasio, pero se retiró... Y Zach era el hermano pequeño de Eileen. ¡Pero bueno, cuántos datos distintos! También hablaron de Finn, el mejor entrenador de la región. El no aprobaría ese tipo de comportamiento, según decían...

¿Entonces, qué pretendía Adara? ¡Agh, esto era muy confuso! No entendía los planes de la chica, ni sus motivos para unirse a aquella organización.

Pronto, la charla terminó, con más dudas que respuestas, habiendo tomado la decisión de informar a las autoridades del Campeonato de Gimnasios, dejando al margen a la hermana de Zach.

Bueno... Todo eso ya había pasado, ¿no? Los líderes se despidieron, y nos ofrecieron combatir contra ellos cuando quisiéramos, en sus gimnasios en Ciudad Rococó y Pueblo Sereno. Antes de eso, sin embargo, teníamos cosas que hacer. Me despedí yo también, y fui a recoger a mis tres Pokémon, que se encontraban en un huerto, cultivando y recogiendo alimentos. Lechugas, tomates, trigo... ¡Hasta una piedra solar habían encontrado! Vaya, era sorprendente.

—Es hora de que nos vayamos, ¿vale? ¡Aún tenemos un recado que hacer aquí! Ya sabéis, Paul nos patrocina, y no está mal echarle una mano de vez en cuando.

Regresé a Skwovet, Pachirisu y Thwackey a sus respectivas pokéball, y empecé a buscar a aquella antigua amiga de Paul.

Por supuesto, yo solo no iba a conseguir nada. Así que me dirigí al centro Pokémon a preguntar si había pasado por allí alguna chica que encajase con esa descripción.

Contenido oculto

GalladeLucario here I am owo7 preguntando por la chiquilla en el cp

 

Mimi Honda

La conversación con los líderes sembró aún más dudas. ¿De modo que esa tal Adara deseaba manchar a propósito la buena reputación de la Asociación Celthic? ¿Pero por qué? Zach tenía razón, no tenía el más mínimo sentido. Si pretendía acabar con el Campeonato de Gimnasios y expulsar la "invasión" de Galar, boicotear una asociación con sus mismos intereses resultaba incongruente. Debía haber algo más... pero ni los líderes lo sabían ni yo tenía la intención inmediata de averiguarlo.

Lejos de los jardines en el mismo centro de la ciudad podía ver mi próximo objetivo. Sus regios colores rojo y azul no desentonaba con la explosiva paleta de colores del resto de Ciudad Rococó. Me preguntaba... si estábamos listos para enfrentar nuestro nuevo desafío. Un gimnasio de tipo roca no parecía presentar un gran desafío para parte de mi equipo pero era una seria debilidad para la otra parte. Lo mejor que podía hacer era andar con pies de plomo y no confiarme en exceso. No podía fallar.

Me coloqué el uniforme reglamentario y aguardé, mentalizándome hasta que estuve lista. Quizás aún no podría enfrentar a Arthur, pero si el gimnasio tenía alguna prueba como el de Risco, sería una buena opción para empezar.

 

Lucas preguntó por la chica a la que buscaba. La descripción no era muy difícil de confundir... chica con un pokémon con forma de lobo que lleva una espada. Sin duda, si alguien la había visto, lo sabría, ¿no?

Pero no hubo demasiada suerte, pues ninguna persona de entre las que Lucas preguntó lo sabía. Ni la enfermera, ni ninguno de los entrenadores de la zona. No fue hasta que un muchacho se acercó a él cuando obtuvo algún dato.

—Oye, te he oído preguntar por esa chica... y yo creo que he visto a alguien que encaja en esa descripción. Parecía una entrenadora muy fuerte... muy poderosa. ¡Ese lobo que va a todas partes con ella da mucho miedo, es imponente! La vi caminando hacia Pueblo Sereno, ¿sabes? Creo que andará por la Ruta 15, supongo... pero creo que no es competidora en el Campeonato, porque yo no la he visto en ningún momento en la tele.

Vaya, vaya... así que parecía andar por la Ruta 15, ¿eh? ... otra vez a la maldita ladera.

 

Una vez más, Mimi fue la primera de las holders en acceder al Gimnasio, esta vez al de Ciudad Rococó. Entró en el Estadio, se puso su uniforme, y el guía la llevó por un pasillo largo que, como parecía ser habitual en Gérie para poder mantener varias pruebas simultáneamente, rodeaba el Estadio. Le fue explicando el proceso por el camino.

—¡Bueno, espero que estés preparada! En nuestro gimnasio, nos gusta que los aspirantes muestren un perfecto equilibrio entre resistencia y entereza, e inteligencia y habilidad. ¡Como los pokémon de tipo roca, fuertes pero diestros! Por eso, te encontrarás en un pequeño laberinto de rocas donde una tormenta de arena artificial sopla con fuerza en tu contra. ¡Toma estas gafas protectoras, te harán falta! Deberás atravesar el laberinto hasta que llegues a una sección donde deberás resolver un pequeño puzle que ya te explicará mi compañero una vez llegues. ¡Según cómo avances por el laberinto, puede que termines antes o después, y puede que no hagas ningún puzle o que hagas hasta tres! Cuantos menos hagas, más recompensa recibirás, ¡y si los fallas, tendrás que pelear!

>> Suerte, chica. ¡Ánimo!

Y las puertas del pasillo ante ella se alzaron... revelando un corredor donde, en efecto, una desagradable arena soplaba directa hacia ella. Ante ella había rocas que parecían delimitar un camino, y no podía verse a través de ellas. Ugh... habría que avanzar a ciegas.

A ver, ¿qué giro daría primero?

>> Izquierda
>> Derecha

 

Mimi Honda

Los pasillos largos y las pruebas para acceder a la arena parecían mantenerse inalterables fuera cual fuere el gimnasio. En esa ocasión, sin embargo, no tenía que responder preguntas. Mi cometido era pasar un laberinto y... ¿resolver puzzles?

Una prueba de destreza, inteligencia, resistencia y habilidad. Que manera de subir el nivel de una ciudad a otra. No pude evitar recordar el laberinto de puertas e interruptores que había sido el laboratorio secreto bajo la sede de Corporativas Chance. En ese momento sin embargo estaba sola.

Pero tenía todo el coraje necesario para alcanzar el final.

Tomé las gafas protectoras y me las coloqué nada más las puertas se abrieron. Tal y como el guía había dicho la tormenta de arena arreciaba con fuerza; era difícil ver algo en mitad de la polvareda.

Sin poder depender del sentido de la vista debería guiarme por mi instinto. Al menos, solía fallarme menos que la suerte.

Y este pronto decidió.

Giré hacia la izquierda.

 

Y Mimi fue avanzando tras girar a la izquierda. Avanzó un poco, caminando entre las enormes piedras artificiales que hacían las veces de paredes. Sin duda, se había invertido dinero en reformar aquellos estadios, sí... mucho dinero.

Y la suerte estuvo de su parte, pues parecía ser que no se topó con ninguna prueba. Y así, otra encrucijada se le planteó. ¿Cómo seguiría avanzando ahora?

>> Derecha
>> Izquierda

 

Mimi Honda

El instinto pareció estar a mi favor. Al tomar el camino de la izquierda y avanzar entre las paredes de roca no me encontré con ningún rompecabezas. El laberinto seguía extendiéndose terminando en una nueva encrucijada.

Derecha.

Izquierda.

Sopesé atentamente mis opciones. Había venido por el camino de la izquierda; lo más lógico o lo que la mayoría haría sería desviarse a la derecha. Izquierda, derecha, izquierda, derecha. A amplios rasgos, parecía la opción más acertada. Sin embargo, yo no quería guiarme por la lógica de los demás si no por mi propia lógica e instinto.

No confiaba en él ciegamente—duh—, pero en un lugar donde solo tenía el instinto como aliado, lo mejor era hacerle caso.

Volví a girar a la izquierda.

 

Y esta vez su instinto no la ayudó mucho: un entrenador la esperó ante una barrera hecha con cuatro rocas puntiagudas y de un tamaño más bajo que el resto.

—¡Vaya! Lo siento, pero, ¡mal giro! No pasa nada, ¡si pasas este puzle en pocos intentos, aun así recibirás premios al final!

>> Veamos, este es tu primer puzle, así que debo explicarte la mecánica. ¡Es muy simple! —se apartó ligeramente y señaló a las rocas tras él—. Verás que hay cuatro pequeñas rocas. Frente a ellas, encontrarás interruptores. Si los pulsas, las rocas se alzarán algo más o se encogerán. Así, hay tres posiciones: escondida, a la mitad, y alzada. Tienes que programarlas en un orden determinado colocando cada una en una posición, y, cuando las tengas, ¡te diré si has acertado o no! Hay una combinación de posiciones en un orden determinado que es la correcta. ¡Pero no desesperes! Te daré pistas cuando acabes de colocarlas. Concretamente, te diré dos cosas: te diré cuántas rocas están en su posición correcta, pero no cuáles son... y te diré si has puesto el número correcto de piedras escondidas, a la mitad o alzadas, pero no si están bien colocadas.

>> ¡Tendrás cuatro intentos! ¡Si aciertas antes de que se terminen, pasarás; si no, tendrás que combatir! Adelante, ¡prueba suerte!

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Así pues, el mecanismo es del tipo Mindtrap, vaya (?) Debes darme una secuencia de cuatro números que puedes colocar del 1 al 3, siendo, a efectos de rol, 1=escondida, 2=a la mitad, 3=alzada.

Vaya, el objetivo es que me des una combinación como, por poner un ejemplo:

1 - 2 - 3 - 1

Yo ante eso te diré si el número de "1", de "2" o de "3" que has colocado es correcto; y te diré si alguno de los números está exactamente en su posición, pero no cuál es. Pongamos un ejemplo; ante la respuesta correcta anterior, tu primera apuesta es esta:

1 - 1 - 2 - 2

Yo te diré:

Hay una posición correcta.
Hay ese número de rocas escondidas (1)

Eso quiere decir que uno de tus números (el 1 en el primer lugar) es correcto, así como que existen dos "1" en la combinación. También quiere decir, por descarte, que otros tres números no están en su posición correcta y que hay un distinto número de 2 y de 3. Por ello, con esa info, debes dar un segundo intento, supón que dices algo así:

3 - 1 - 3 - 1

Te diré:

Hay dos posiciones correctas.
Hay ese número de rocas escondidas (1)

De nuevo estás en la misma situación, de modo que puedes intuir que el 2 y el 3 solo están una vez cada uno (es la única opción que queda) y lo más probable es que intuyas que es el segundo 1 el correcto uniendo las dos pistas. ¡Pero no es así, sino que son el primero y el último los correctos. En tu siguiente intento, uniendo todo lo que sabes, puedes estar a punto de sacar la combinación correcta. ¡Si lo haces bien, en 4 intentos debe ser más que suficiente! Suerte~.

 

Mimi Honda

No pude evitar chasquear la lengua, irritada, cuando el instinto también me falló. ¿Qué me quedaba entonces? ¿Habilidad? ¿Destreza?

Ugh.

El puzzle que debía resolver parecía complicado a primeras pero observándolo de forma detenida, solo era una prueba de lógica y atención. Si unía las pistas tras los diversos intentos podría sacar la combinación correcta. Observé las pequeñas rocas frente a mí y los interruptores que nivelaban su altura. Solo necesitaba centrarme... si todo fallaba al final, combatir nunca había sido un problema.

Me llevé la mano al mentón, pensativa. Tras unos segundos, me dicidí.

—Veamos que tal esto.

Y coloqué la primera a la mitad, la siguiente alzada y las dos siguientes escondidas.

2- 3- 1- 1 ​

 

—Ah, buen intento... pero no es correcto. ¡aunque tranquila, sería mucha suerte que acertases a la primera!

El chico miró las rocas por instante, y luego sonrió, entrecerrando los ojos tras sus gruesas gafas protectoras.

—¡He aquí tus pistas, presta mucha atención!

>> ¡Hay una roca en la posición correcta!
>> ¡Has clavado el número de rocas alzadas! (3)

 

Mimi Honda

Fallé.

Al menos sabía que una roca había sido correctamente colocada y que sólo había una sola roca alzada. Por descarte, el número de rocas escondidas y a la mitad era incorrecto. O eran menos de dos o más de esa cantidad.

Las observé con atención, en silencio.

¿Qué tal si...?

Coloqué la primera escondida, la segunda alzada y las dos siguientes a la mitad.

1 - 3 - 2 - 2 ​

 

—Vaya, vaya, pareces decidida. Déjame que vea qué tal ha ido esta vez...

>> ¡Hay una roca en la posición correcta!
>> ¡Has clavado el número de rocas alzadas! (3)

El chico tronó sus dedos entonces.

—Bueno, te quedan dos intentos... ¡procura ir afinando!

 

Mimi Honda

—¡¿Solo hay una correcta?!—pregunté con cierta impresión, sin poder esconder el shock. Chasqueé la lengua—. Mierda.

El tipo se tronó los dedos, confiado. Le dirigí una mirada de soslayo y nuevamente me fijé en las rocas frente a mí. Las analicé en silencio. Escondida. Alzada. A la mitad y a la mitad.

Había una única roca alzada. Había más de dos rocas a la mitad y escondidas. Eso implicaba que debía ser una secuencia de tres rocas colocadas al mismo nivel y una sola alzada. ¿Pero serían las demás rocas escondidas o a la mitad? Era prueba y error y no tenía demasiadas oportunidades.

Solo una más.

>>Déjame pensar—murmuré—. Sé que estoy cerca. Si tan solo...

Cerré por un momento los ojos.

Era momento de arriesgar.

1 - 3 - 1 - 1​

 

—... ¡es correcto!

Las rocas, tras colocarlas en esa posición, temblaron por un momento, ocultándose luego totalmente bajo tierra a la vez. ¡La barrera había desaparecido!

—Fantástico, ¡te ha sobrado un intento! Prueba superada, muchacha; ¡es hora de seguir! Te queda solo un poco, ¡ánimo!

Y así, el camino por el laberinto prosiguió. Faltaba muy, muy poco... ¿por dónde daría su último giro?

>> Derecha
>> Izquierda

 

Mimi Honda

Y de esa forma, guiándome por la lógica y las pistas otorgadas logré resolver el puzzle. Las rocas que impedían el paso se ocultaron bajo el suelo y dejaron el camino libre.

Por el momento podría continuar. Orgullosa con mi pequeña proeza no pude evitar una sonrisa de circunstancias, jugueteando con el cabello distraidamente mientras el tipo me felicitaba. Ah, nada mal ¿huh?

Ya debía quedar muy poco para alcanzar la arena. Solo un poco más.

Tomé el camino de la derecha.

 

Mimi giró, avanzó y luchó contra la tormenta, y... llegó hasta el final. ¡Había cogido el camino correcto, sí, señor! Un encargado le esperaba, manos a la espalda, justo antes de la entrada al estadio.

—¡Vaya, enhorabuena! Has tenido que pasar solo un puzle, el cual has resuelto. ¡Tienes un más que merecido premio! Aquí tienes, ¡espero que los aproveches!

Obtienes dos caramelos de experiencia S y seis caramelos XS.

—Prepárate todo lo que estimes necesario, y... cuando estés lista, ¡pasa al estadio, Arthur te espera!

 

Mimi Honda

Lo logré. Había alcanzado el final del laberinto resolviendo un único rompecabezas. Era libre y digna adversaria de Arthur... ¿pero realmente estábamos preparados para ello?

No podía fallar. La fama era mi gran sueño. Y allí podía lograrla haciendo algo que amaba hacer: Combatir. Demostrar la fuerza y la destreza de mi equipo y de mí misma como entrenadora.

Le entregué a Goro todos los caramelos que había obtenido como premio, quizás ese fuese el último empujón que necesitaba para alcanzar el máximo de su línea evolutiva. Y entonces, me sacudí la arena del uniforme, tomé aire profundamente y exhalé con lentitud, destensando mis músculos.

Ah...

Había sido la primera en obtener la Medalla Justicia. ¿Sería la primera de los holders, también, en obtener una segunda medalla?

—Estoy lista.

Iba a darlo todo por no decepcionar las expectativas que había puestas en mí. Las expectativas que yo tenía puestas en mí misma.

 

Mimi Honda

Los caramelos tuvieron su efecto y Goro evolucionó. Aumentó tanto en tamaño como en fuerza física y orgulloso, aporreó su nuevo tambor. ¿De dónde había...? Como fuese. No era importante. Lo realmente importante era el desafío que teníamos delante de nosotros.

El corazón me latía con fuerza en el pecho, de forma desaforada. Negar que estaba nerviosa sería ridículo pero aquello no iba a detenerme.

Acerqué el puño a mi inicial con una pregunta clara: "¿Listo para darlo todo?". Sonrió, mirándome por encima de unas gafas de sol que le quedaban ya pequeñas y chocó su puño con el mío. Estaba listo. Estábamos listos. Le devolví una sonrisa llena de competitividad.

Al salir a la arena nos recibió la ovación del público perosin ninguna duda todo el ánimo y el apoyo de la multitud se la llevaba Arthur, el indiscutible líder de Ciudad Rococó. Sabía que por mucho que hubiésemos ayudado a salvar a Zach y expulsar a los Celthic de las Ruinas no iba a tener la más mínima piedad conmigo.

Era lo justo, por supuesto. No quería que flaquearan sus fuerzas solo por haber sido de ayuda. No sería un combate justo y por ende no podría exprimir todo mi potencial y el de mi equipo. Aquella era una batalla dentro de un estadio y el público gritaba por un poco de espectáculo.

Bueno, pues se lo íbamos a dar.

—No esperaba otra cosa—le respondí al líder con resolución—. Es lo justo. Demos todo de nosotros en esta batalla y que gane el mejor de los dos.

Arthur envío al campo a un extraño Pokémon rocoso similar a... ¿un arco de piedra? No lo había visto en mi vida, mas sabía lo principal. Era de tipo roca. Estos contaban con grandes defensas y una gran vitalidad. No solían ser muy rápidos pero lo compensaban con una fuerza destacable.

¿De verdad era tan impenetrable como parecía?

Supe enseguida que iba a necesitar todo el apoyo posible. Tomé aire y con determinación lancé una ball al campo. Esta se abrió con un destello y Mochi, mi Minccino, apareció dando saltitos.

Su aporte sería breve pero crucial.

—¡Refuerzo!


MINCCINO: Normal
Lvl. 20 (240)
Salud: 126/126
AP: 100/100
Ataque: 66
Defensa: 44
Ataque especial: 50
Defensa especial: 41
Velocidad: 93 (<70)
Habilidades activas:
-Plumerazo (30 Potencia, normal, físico, golpea dos veces. -15 AP)
-Refuerzo (en combates con un aliado, duplica la potencia de su próximo ataque. En combates individuales, deja un refuerzo preparado; si al próximo turno cae debilitado el usuario o cambias de pokémon, el aliado saldrá al campo con +50% de ataque y +50% de ataque especial por 2 turnos. -35 AP)
-Encanto (-50% Ataque rival por tres turnos, -30 AP)
-Gruñido (-50% Ataque rival por dos turnos, -25 AP)
-Canto (Lanza un dado de 3 caras. Si sale 1, duerme al rival. -30 AP)

 

Y Arthur sonrió. Sonrió de forma pícara, en cierto modo. Y comenzó a hablar.

—¿Sabes? Los que vienen de Galar se van a encontrar con una gran sorpresa al enfrentarse a mí; y seguramente tú también te sorprendas, porque Arlene habrá dejado muy marcado el ritmo de las batallas aquí, ¿no? Es una lástima que no vaya a sorprenderte tanto como me gustaría por ser solo el segundo líder al que enfrentas, pero... al menos espero que esto te impacte al menos un poco.

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Lanzó la ball al aire, solo para cogerla luego de nuevo con la misma mano.

—Y es que, ¿por qué esperar para lo mejor?

Regresó entonces a su pokémon de forma sorpresiva, y pronto la energía dinamax fluyó por su muñequera. Haciéndose gigante la ball, la sujetó con una sola mano, la otra a su espalda. Su rostro era serio mientras hacía girar la maxiball con un solo dedo, para luego detenerla y, sin girarse siquiera, lanzarla por encima de su cabeza.

Stonjourner salió de nuevo, pero mucho más grande, y... era casi como si se hubiese multiplicado. Su forma Gigamax parecía ser la de varios Stonjourner formando un círculo... el público estaba pletórico. Eso sí que era dar espectáculo nada más comenzar.

—Bien. Stonjourner... empecemos la fiesta —mano hacia delante, comandó el ataque con seguridad—. ¡Gigarruina para empezar!


GIGASTONJOURNER: Roca
Lvl. 31
Salud: 520/520
Ataque: 150
Defensa: 165
Ataque especial: 20
Defensa especial: 50
Velocidad: 100 (<75)
Equipo:
-Roca suave (prolonga la duración de tormenta arena de 3 a 5 turnos o de 5 a 8)
Habilidades pasivas:
-Fuente energía (en combates dobles, multiplica al salir al campo la potencia de los ataques de su aliado x1,5 por dos turnos. En combates individuales, aplica el mismo efecto al ser debilitado o cambiar de pokémon)
Habilidades activas:
-Maxilito (70 Potencia, Roca, físico, convoca tormenta de arena por 3 turnos)
-Maxibarrera (detiene cualquier ataque enemigo. No puede usarse dos veces seguidas)
-Maxibarrera (detiene cualquier ataque enemigo. No puede usarse dos veces seguidas)
-Maximetal (70 Potencia, Acero, físico, sube su defensa en un 50% por dos turnos)
-Gigarruina (80 Potencia, Roca, físico, coloca trampa rocas en el campo rival)