Ciudad Óleo

Nina negó con la cabeza.

—Ni idea... cuando yo me fui, el niño era muy muy pequeño, ¿sabes? Y claro, en aquellos momentos, Ronnie aún no estaba con Espurr, así que... desconozco esa información.

 

Lucas Diamond

Buf, Nina no estaba sirviendo de ayuda para nada. No coneguía obtener nada de información de la que necesitaba. ¿Y si preguntaba por relaciones familiares?

—Dijiste antes que la abuela del chico no parecía muy preocupada. ¿Suele ser siempre así? ¿Que me puedes decir acerca de la familia y vuestra relación? ¿Conocías al padre del desaparecido?

 

—Uf, Leandra es... complicada. Sólo tiene ojos para la economía y las apariencias, así que imagínate lo agrio que ha tenido que ser su humor desde que lo perdieron todo. No es que no quiera a su familia, pero... tiene una forma de ver la vida diferente, supongo.

>> Y sí, conocí a Xavier, pero me marché antes de que él desapareciese. En general, me llevaba bien con todos, incluido con él. Nunca pensé que fuese capaz de... abandonar a su hijo de esa forma.

 

Lucas Diamond

Así que Xavier era el nombre del marido... Agh, seguía siendo información poco provechosa.

—Buff... No sé sobre qué más preguntar, me parece que hay poca información que sacar aquí. ¿Y qué te trajo por aquí?

 

Nina volvió a ensombrecerse por un instante.

—Nada... solo coincidió que andaba cerca y quise visitar el hotel, eso es todo.

Y volvió la cabeza, silenciosa y entristecida.

 

Lucas Diamond

No, definitivamente, no conseguía nada de ella. ¡Pues nada, aquí se acababa el interrogatorio! No iba a pasarme la vida hablando con ella, ya no había nada más sobre lo que preguntar. Y si lo había, no caía, así que no sería importante.

Bajé al lugar donde se encontraba Erwin y le puse al tanto de todo lo que había obtenido, lo cual no era mucho.

—Bien, Erwin, tenemos esto. Espurr es el pokémon de Ronnei y está triste desde que desapareció; Nina pasaba por aquí... "de casualidad", digamos, aunque realmente me pareció sospechoso; y abandonó su trabajo por razones igualmente desconocida pero sospechosas.

>>En cuanto a la familia, se llevaban bien, y su ruina se debe al "tipo-raro-que-arruinó-a-la-familia". No se sabe nada de él.

 

Erwin se acarició el mentón, pensativo. Mientras reflexionaba, extraía una libreta de su bolsillo, y comenzó a apuntar algunas cosas.

—Nina, ¿eh? La que era asistenta de los McRoy. Sí, es cierto que es muy sospechoso que regrese aquí de repente, tras desaparecer el niño. Es extraño que sea justo entonces cuando aparece.

Apuntó aún más cosas, y pareció leer lo que él mismo había escrito, como para cerciorarse de qué era lo próximo a hacer.

—Bien. He visto a ese Espurr del que hablas... está en el pasillo del ala este de la planta baja, en una esquina a la entrada del mismo. ¿Podrías acercarte a él? Puede que sepa algo, y si lográsemos comunicarnos de algún modo con él, o al menos hacer que salga de ese shock... de paso, podrías examinar la zona.

El ala este de la planta baja ya puede ser explorada.

 

Lucas Diamond

Escuché atentamente a Erwin, observando como apuntaba todos y cada uno de los detalles con cautela. Se tomaba su trabajo muy seriamente para ser tan joven, eso era encomiable.

—Entonces, el ala este, ¿huh? ¿Y crees que seré capaz de... "comunicarme" con Espurr? Vaya, eso será desde luego extraño. Está, ¡allá iré!

Dejé a un lado entonces a Erwin y me dirigí al lugar mencionado.

 

Tras recibir el mensaje de aquel histérico detective por tercera vez desde hacía meses, Hubert y Mimi se apersonaron en ciudad Óleo a través del portal que abrió el pokégear. Mukka y Hood quedaron en la isla, aguardando, esperaba la joven, el momento de su regreso. Internamente una pequeñísima parte de ella agradeció este contratiempo... podría conservar las prendas que tanto quería un poco más. Además, fue agradable regresar a la ciudad. Entre las sombras de los edificios el asfixiante sol de Udan parecía atenuarse.

El Hotel en cuestión donde aparecieron los holders era ahora poco más que un destartalado edificio en decadencia. Causó en la joven Honda un extraño sentimiento de aprensión. Si no se caía a pedazos era simplemente porque estaba sostenido por las toscas columnas de la entrada.... Sin duda había vivido tiempos mejores que este.

Mimi caminó hasta la entrada del hotel, justo donde se hallaba Erwin.

—Buenas tardes— saludó entonces—. Somos Hubert y Mimi, recibimos un mensaje del detective Farrow sobre el secuestro del hijo de los McRoy. Venimos a ayudar con el caso. ¿Puede contarme si ha habido algún avance en la investigación?

 

Erwin recibió también a Mimi con su sonrisa imborrable, y le describió los detalles del caso.

—Justo ahora acaba de llegar uno de los investigadores —continuó diciendo—. Me informó sobre Nina, la anterior asistenta, con quien parece haber hablado; pero lo más importante es que un Espurr, perteneciente a Ronald McRoy, está en el ala este de esta planta. Mandé al chico allí, a buscar pistas y a ver si podía comunicarse con el pokémon. No sería una mala idea que te unieses, o que tratases de reunir más información por otra vía; te doy total libertad para elegir.

 

—Acrofobia... —Erwin apuntaba todo lo que le decían en su libreta—. Sí, algo había oído, pero que su propia madre lo confirme despeja toda duda al respecto. Eso nos ayuda a estrechar el círculo bastante: si salió de la casa no fue por su propio pie, eso seguro, y en el caso, ojalá que no, de que fuese un secuestro, el que se lo llevó debió entrar al hotel. Mmm...

>> ¿Qué tal si investigáis su dormitorio? Las dependencias de los familiares están en el ala oeste de la planta superior, si no recuerdo mal. Ahora mismo el resto de dependencias están ocupadas, pero la habitación de Ronnie debería estar abierta y lista para ser inspeccionada. Creo que hacernos una idea de cómo era el niño nos ayudará a saber más cosas sobre este caso.

 

Mimi Honda

Asentí ante las palabras de... ¿Erwin? ¿Era así cómo se llamaba el ayudante del detective? Sinceramente hacía tanto tiempo desde el último caso que mi mente no lo recordaba. Asumiremos que ese era su nombre.

Después de ponerme al tanto de todo lo que se suponía que necesitaba saber sobre los avances del caso, escuché unos pasos apresurados descendiendo las escaleras de la primera planta. Mi sorpresa fue significativa cuando vi que trataba de Emily. La última vez que había tenido noticias de ella fue en Pueblo Pincel, después de lo ocurrido con Dante. Me sorprendió también, y no gratamente, la forma en la que se acercó al detective y habló con él sin ni siquiera mirarme. ¡Sabía que la discusión le había afectado de alguna manera, pero no estaba segura de hasta que punto! ¡Ni siquiera me miró!

Ahora lo sabía. Ahora tenía bastante claro que Emily se había enfadado conmigo. Ahora tenía claro, también, que sería lo próximo que haría.

—Hubert, yo también iré al ala oeste de la planta superior a investigar las dependencias de los familiares— le dije a mi acompañante—. Tú puedes dirigirte al ala esta de la plata baja y tratar de comunicarte con Espurr, ¿está bien?

Le dije y subí las escaleras. Cuando apoyé mi pie en esta, sentí crujir la madera carcomida de los peldaños. No me había fijado hasta ahora, pero las paredes lucían descoloridas y el papel, en apariencia tan lujoso que las forraba se había despegado y estaba hecho jirones... en algunos lugares eran prácticamente inexistente. Todo el lugar generaba dentro de mí un profundo sentimiento de desasosiego.

El hotel McRoy... por dentro era mucho peor que por fuera.

Y había algo que me escamaba. Siendo tan ricos como sabía que eran los McRoy... ¿cómo era siquiera posible que hubieran acabado así? ¿tenían problemas financieros? ¿qué los había llevado a la bancarrota y a vivir prácticamente en la inmundicia? y el secuestro de Ronald... era realmente extraño. Por si fuera poco, el ambiente lúgubre y el aire rancio me provocaban unas terribles ganas de estornudar. Unas ganas que no pude contener.

Una vez alcancé el final de las escaleras pude escuchar con claridad las voces que desde la planta baja habían sido sólo murmullos lejanos. Voces femeninas y masculinas se entremezclaban sin orden ni concierto desde unas dependencias cercanas. Mis pasos, sin embargo, se dirigieron al ala oeste.

 

Lucas Diamond

Allí se encontraba Espurr, como había dicho Erwin. Estaba en una esquina, inmóvil, lamentando la pérdida de su compañero.

El lugar estaba deteriorado, demasiado; había humedades, pequeñas grietas y demás complementos para acabar de hacer de ese edificio una gran casa del terror. ¿De verdad que esto en tiempo fue un hotel? Porque no lo parecía en absoluto. De hecho, no parecía apto siquiera para que actualmente una familia viviese allí.

—Hola, Espurr. Tranquilo, no te voy a hacer daño, ¿vale? Jo, pobre pokémon —comenté acariciando su cabeza.

 

Espurr seguía inmóvil, observando la pared con mirada vacía. Temblaba, pero nada más; si no fuese porque respiraba, uno podría pensar que era un muñeco. No parecía reaccionar a nada, ni siquiera a la llamada de Lucas.

El dibujo... Era ciertamente extraño. En él aparecía representado un niño, perfectamente coloreado y con trazos simples pero muy, muy precisos. A su lado, había una especie de ente que flotaba, observándolo con ojos rojos. Dicho ser parecía estar dándole la mano al niño, pero, más que una mano, era una especie de bruma oscura.

Con letra muy elegante, impropia de un niño tan pequeño, una inscripción daba título al dibujo:

"Mi amigo del hotel". Eso ponía.

Obtenido el Dibujo de Ronnie.