Cazadores Cazadores. Un mundo perdido

En el.momento de recibir el beso en mi mejilla yo lo estaba rodeando con mis brazos al cuello, cuando intentó apartarse lo retuve un poco mordiendo el lobulo de su oreja.

--Yo no comparto, buenas noches-- me soltó y luego ignore sus movimiento por sujetar el arma de nuevo. Aunque no lo quisiera admitir estaba sonrojada de pies a cabeza, es algo que me pasa con facilidad.

 

El apego de la pareja la hizo sonreír; si había algo que sabía respetar era el espacio de dos personas que querían estar juntos, aceptar la propuesta del australiano hubiese sido una completa falta a los deseos de Ana. Cerrando sus ojos, extendió su Horton hacia el frente, en dirección a la diana y dejó que su dedo reposara tranquilamente en el gatillo por unos segundos antes de apretarlo con certeza.

 

Ambas seguimos lanzando un poco más pero el silencio es algo que detesto así que después de unas cuantas flechas más voy a la habitación a bañarme para luego recostarme en el sofá de la sala de estar.

 

La sesión había sido "divertida" en la medida de lo posible aunque no demasiado fructífera en la parte económica, aunque, ahora que lo pensaba, el dinero parecía no ser demasiado problema en ese momento, su patrocinadora había sido más que generosa con su paga por lo que ganar más hubiese sido ambicioso. Bajando lentamente su arma, vio a la diana y notó como en algunas ocasiones había acertado, aunque, por desgracia, no había podido atinar tres blancos seguidos por ronda, pero le aliviaba saber que podría acabar nuevamente con alguna bestia.

Dejando la sala de tiro al blanco, observó como Ana se dirigía de nuevo a la sala de estar, la mirada de la mujer era severa y, sabía que, por su propia seguridad, ir por ella en ese momento era más peligroso que meterse en una jaula con dientes de sable hambrientos. Entrecerrando sus ojos, caminó a paso largo hacia su habitación, llegando a la deliciosa frescura del aire que mantenía ligeramente más fresco el ambiente de aquél lugar en comparación al exterior. Estirando sus brazos hacia arriba se desperezó, arqueando su espalda hacia atrás, dejando ver las perfectas curvas que formaban su cuerpo, permitiendo que su pequeño ombligo quedara expuesto ante la oscuridad al quitarse la blusa y caminar hacia el baño, donde dejó que el agua se llevara todo el dolor que sentía en ese momento, agradeciendo por el escaso momento de paz que tenía.

Saliendo de la ducha, peinó perfectamente su cabello, enrrollándolo sobre uno de sus hombros antes de sentarse sobre su cama y apoyar sus manos sobre el suave colchón.

 

Mierda, tengo demasiado sueño como para leer el libro que traje conmigo y muy poco como para dormir realmente; pienso en mil cosas a la vez principalmente en el desastre que la compañía debe estar ahora y no puedo evitar un suspiro frustrado, creo que estas vacaciones me traerá más de un dolor de cabeza.

 

Rosendo

Como siempre, pasó desapercibido pero se permitió observarlos a todos detenidamente. Memorizó cada palabra de conversaciones diversas mientras se alimentaba con una milanesa de pollo y puré de papas, copa de vino en mano. Concluyó que había ido a parar en un grupo de lo más pintoresco.

No participó de las charlas ya que no consideró no tener algo relevante para decir. Pero cuando se anunció que podían practicar sus disparos en la sala de Tiro al Blanco, se levantó de inmediato para seguir probando su destreza con M4A1.

AnaBelt, Cassandra y Jeyce se fueron para cuando disparó. Una estela de un humo se desprendía del cañón de arma, mezclándose con el del cigarrillo que estaba fumando. La sombra de Rosendo Juárez se rodeó de humo blanco… Y los estruendos seguían golpeando las paredes de la sala…

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@rapuma $600 a la bolsa, por favor :'D

 

Entró en la sala para practicar su puntería, mas que querer entrenar o algo parecido quería quitarse el aburrimiento, viendo como todos salían de ese espacio y viendo al sujeto con el que entraba al mismo tiempo a ese cuerto.

Solamente alzó su cabeza en señal de saludo sin decir una palabra, se acercó a la zona marcada para apuntar, tomó con firmeza su arma y empezó a disparar respirando hondo cada vez que jalaba el gatillo...

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Paga Rapuma ¬-¬ 600 lucas pa´ mi cuenta (? Por cierto, que arma me elegiste en mi ausencia? O.o

 

Rosendo

El resto de la última bala desprendió una sonoridad musical al rebotar contra el suelo.

Al bajar el arma con el fin de mirar los resultados, Rosendo asintió levemente con la cabeza, como si estuviera respondiendo a una conversación que mantenía con el mismo, dentro de su cabeza. Dejó el arma apoyada contra una pared y, en completa calma, saboreó los últimos momentos de su cigarrillo. Se retiró del lugar, dejando tras de sí una neblina blanca y fantasmal. Antes, saludó con un movimiento de cabeza al cazador que entró con él y ahora llenaba de balas su respectivo blanco.

***

Si era cierto aquello del deceso de Héctor, Rosendo pensó que muy poco había estado en la habitación, como para determinar si estaba más silenciosa que antes. En todo caso, a él le resultaba indiferente el destino que podía haber corrido su compañero de habitación... Lo que primaba ahora, era revisar el e-mail que había recibido: la laptop sobre su escritorio mostraba un gran sobre titilante en el monitor.

Se descalzó, arrojó su sombrero en la cama, donde todavía descansaba un saco nuevo que no llegó a ponerse, y se tomó asiento para ver de qué se trataba.

Por supuesto, su patrocinador. Leyó que también habían contratado a Vasco y, sin saber bien por qué, eso lo contrarió. Pero se animó bajo la premisa de que más competencia no le vendría mal.

En la nueva paz de su cuarto, respondió al email de la empresa.

 

Rosendo

La segunda cacería comenzaría pronto... Tenía que estar debidamente preparado, por lo que volvió a calzar sus zapatos, su sombrero, y partió en dirección a la Tienda de Armas.

 

Me deje llevar por el sueño por fin, reccostada en el cómodo sofá con una manta y un libro cerca.

 

Rosendo

Lo que adquirió en la Tienda de Armas, lo resguardó en la seguridad de su habitación. Rosendo se dirigió de vuelta a la sala de estar, con el fin de disfrutar el paisaje que ofrecían las ventanas. Teniendo en cuenta que los sistemas de seguridad podrían haber fallado, no le quedaba más remedio que admirar la naturaleza desde el otro lado del vidrio.

Pero algo más interesante le ofreció el lugar en cuanto llegó: recostada en el sillón de la sala de estar, AnaBelt dormía. Pero lo que a Rosendo le llamó verdaderamente la atención fue el libro que se encontraba cerca de ella. Sin ningún miramiento, se acercó a la cazadora para quitarle, con suavidad, el volumen que había intentado leer.

"Gladiadores. Rehenes de un Imperio" rezaban las enormes (y sangrientas) letras de la portada, a las que acompañaba la despampanante y feroz figura de una mujer de cabellos rojos, rodeada por una magistral armadura. Rosendo alzó una ceja, atraído por lo que aquellas páginas podían ofrecerle.

Así, tomó sitio en un sillón individual y se puso a leer, con otro cigarrillo encendido en su mano.

 

Sentí un peso menos sobre mi cuerpo lo que poco a poco me hizo despertar, abrí sólo un ojo para darme cuenta que alguien estaba leyendo el libro que había intentado terminar hace poco.

Me reí un poco al ver a tal hombre tan encimiesmado en la lectura.
--Nixiras y Priscus son mis favoritos.

 

Rosendo

—¿Quién fue el desalmado que escribió esto? —preguntó Rosendo arrugando la nariz, tal fue su respuesta al comentario de AnaBelt— ¡La muerte del fulano Priscus es demasiado triste, no se lo merecía! —entonces se levantó el ala del sombrero para poder ver mejor a la mujer que acababa de despertarse—. Son buenos personajes, pero el finado Maximos se lleva todos mis respetos.

Terminado su aporte en la charla, Rosendo dio un largo pitido a su cigarrillo. La estela de humo blanco volvió a rodearle mientras clavaba la mirada, otra vez, en el libro.

 

--Trágica historia de esos dos es cierto aunque el sabio Máximos también tiene sus cicatrices con la la pobre Seika.

Suspire, esa historia me había sacado mil lágrimas, realmente sufrí con ellos.

 

Ysgramor

No entendía esa palabra "lesbiana" pero no preguntö más pues se hizo un anuncio importante. Por el momento no quería practicar con su arma, así que avanzó directamente a la tienda para ver que podría comprar con su inversión.

 

Apenas habían salido los primeros rayos de sol cuando la joven mujer se había puesto de pie de su cama, desperezándose levemente para poder quitarse la pereza de encima; siguió al baño antes de salir de la habitación y tras darse una buena ducha y vestirse, salió directamente a la tienda de armas, deseaba estar lista antes de la siguiente tanda de cacería.

 

Rex

Abrí mis ojos lentamente y pude observar que me encontraba en una camillas en alguna habitación que no era la mía, observé a mi alrededor y tenía un olor a limpieza y desinfectante que molestaba mis fosas nasales, estaba en alguna especie de enfermería u hospital o lo que fuera. Observé un par de máquinas conectadas y comencé a soltarlas lentamente de mi cuerpo mientras me levantaba, sentí un pequeño mareo, me sostuvé en una pared y me puse erguido y meneé mi cabeza un par de veces para recomponerme.

—¿Dónde estoy?—me dije exasperado mientras observaba la ropa que estaba a un lado y comenzaba a ponermela a la vez que intentaba no marearme.

 

Vince Reynolds

Fue habitación por habitación, los buscó a todos y sacó a Rex de la enfermería. -Me alegro que se encuentre bien, señor. Por suerte está listo para la segunda cacería. -anunció con una sonrisa afable; típica de publicista. Reunió al grupo en el centro de la sala de estar y aplaudió, llamando la atención. -¡Buenos días! -el ánimo en Vince parecía haber vuelto a aparecer. -Quiero anunciarles que la segunda cacería dara comienzo dentro de unos momentos, mientras tanto y suplantando al señor Talos... -con una seña invitó a la mujer detrás de él que se acerque. -Nos acompañará la señorita Morgan. -hizo un ademán señalando las habitaciones. -Compartirá habitación con el señor Rosendo, puedes dejar tus cosas allí, luego ve a la sala de Tiro al blanco donde el señor Caparzo te espera para tu elección del arma para el concurso. Luego de todo esto, Adrian los llevará con su segunda presa... mientras tanto y si no pasaron por la Tienda de armas pueden hacerlo ahora hasta que la señorita Morgan se apegue a ustedes.

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Nombre: Lendar (Segundo nombre "Jenna")

Apellido: Morgan.

Edad: 27 años.

Sexo: Femenino.

Apariencia física: Suele llevar ropa practica para una cacería, pantalones de camuflaje,chaleco negro y zapatillas grises, no suele usar tanta ropa, según como este el clima, sino seria en vano que lleve poca ropa en algún momento de frío. Por ultimo, tiene una gargantilla pequeña con el colmillo del lobo que la había mordido hace un año aproximadamente.

Tiene una cicatriz de hace un año, en un otoño, en el ante-brazo derecho, de la mordida de un lobo.. Su tez es clara y algo pálida.Su cabello es de una altura que le llega por la mitad de la espalda, color marrón chocolate y puntas algo rubias. Su altura es de almenos 1.82M., aunque no parezca para su edad.

@Lucesitta

 

Me acerque con tranquilidad, viendo a todo el grupo presente en el sitio..Al escuchar a Vince asentí con la cabeza, pero antes me presentaria en el grupo.

 

Telius movió la cabeza con fastidio y gruñó en toda respuesta, le molestaba que el cupo de cazadores siga vigente cuando ya la competencia había comenzado hace dos días. Pero el australiano Jeyce se mostraba sonriente y alegre. -¡Bienvenida! Yo soy Jeyce, pero por ti podría ser quien sea... -le guiñó un ojo con carisma y le señaló hacia donde era la sala de Tiro al blanco. -Mejor ve a que Caparzo te enseñe las armas así no nos retrasamos más, es por allá. -señaló el pasillo que daba directo a la sala.