Cazadores Cazadores. Un mundo perdido

Ysgramor

Bufó —No muy bien, dijo señalando su nueva cicatriz. Creí que dominaría al animal pero simplemente la situación me dominó a mí— se sirvió un poco más de carne y un queso extraño que quería probar, le dio una mordida y su fuerte sabor lo empalagó —Jamás había usado un arma como estas, la escopeta es un arma excelente; pelear a corta distancia es lo mío— tomó un poco de agua que cayó ligeramente por su lisa barba —¿Y qué tal te fue a ti? — preguntó por cortesía pero también por intriga.

 

Jeyce se llevó un poco de carne a la boca y mientras masticaba contestó: -30 años, pero a que no los parezco, ¿ah? -dijo con una sonrisa en su rostro; y era cierto, Jeyce aparentaba menos edad con su dentadura blanca, su bronceado permanente y su rostro sin barba. -¿Y tú? ¿Podría ir preso si intento llevarte a la cama?

Vasco escuchó atentamente mientras llevaba quesos exóticos a su boca, comía con las manos ya que los cubiertos parecían palillos chinos entre sus dedos. -Deberías practicar un poco, ya sabes lo que paso con aquel otro hombre... la situación lo sobrepaso. -se limpió la boca con el dorso de la mano y se chupó los dedos antes de contestar. -Me fue bien, hice volar por los aires a dos de esos gatos; ayude a Georgia a terminar su cacería ya que estuvimos juntos en todo momento... -sonrió. -No creí que fuera lesbiana.

ATENCIÓN!! PARA FOMENTAR LA ACTIVIDAD EN EL ROL INCLUIRÉ UN PEQUEÑO JUEGO.
TODOS PODRÁN ROLEAR EN LA SALA DE TIRO AL BLANCO PARA PRACTICAR SUS TIROS. TENDRÁN 5 OPORTUNIDADES POR DÍA. DEBERÁN LANZAR 10 DADOS Y DEBERÁ SALIR TRES VECES CONSECUTIVAS EN LA MISMA TANDA 3 DADOS DE 10. DE ESTE MODO SI LO LOGRAN RECIBIRÁN UN EXTRA DE 600$ EN SUS SALARIOS.​

 

--Sí lo logras no irías a la cárcel, tengo 24 pero no creo que lo logres así que puedes despreocuparte.

Mire de reojo a la chica que no había comentado nada mientras mis sonrisa va dirigida al chico con. Continuo comiendo aunque ya llevaba dos piezas de carne, una de pollo, al menos 5 frutas raras y cuatro paquetes de galletas con queso y mermelada todavía no estaba saciada

 

El australiano se golpeó el pecho bromeando. -Vamos, entonces ya somos grandes, nada de ridiculeces de momento para endulzar, vayamos directo al grano, para que esperar mas. -se levantó de su asiento y comenzó a mover el pubis al compás de una canción que tarareaba. Georgia se tocó el rostro. -¿Sigues sin pensar en cambiar de bando? -rio.

 

Mordi mi labio intentando no soltar esa carta que viajaba por mi garganta, a Georgia le negue con la cabeza mientras mi mirada seguia al cazador.

--En realidad es refrescante, acostumbro está rodeada de idiotas secos que me tiene miedo por mí alto poder de influencia, ninguno harías a riduleces es osería directo conmigo

 

El comentario del hombre con el tatuaje le hizo echar la cabeza hacia atrás y verlo de reojo ante las ganas de decirle que a pesar de las cicatrices que uno podría llevar encima, la vida no dejaba de lanzar piedras para intentar hacernos caer-¿qué harías si te retirarías?-Preguntó con curiosidad-Además...personalmente...dudo que tengas edad para hacerlo...o si?-Preguntó bajando su rostro para poder comer un pedazo de carne que su estómago clamaba por digerir lo más rápido que pudiera.

Sus ojos pasaron del hombre que le hacía compañía en ese momento de la noche al australiano y no pudo evitar reír al ver como bailaba-Jeyce...si la cacería no te va bien...quizá podrías intentarlo como bailarín-Bromeó la francesa, elevando su copa mientras sonreía para evitar que el activo joven tomara a mal sus palabras.

 

Jeyce tomó la mano de AnaBelt y acercó sus dedos a sus abdominales y cuando sintió el tacto apartó la mano. -Tsssss... ¡Estas que ardes, mujer! -lanzó otra risa, volviendo a sentarse. -Bueno, la gente de ciudad suelen ser sosos, es normal que no haya hombres que se lacen como es debido... ¿no es cierto? -comió una aceituna y miró hacia Cassandra, le guiñó un ojo con su sonrisa intacta. -Oye, que he bailado a unas cuantas señoritas, ejem, ya sabes, profesionalmente. -la ironía era clara y lanzó otra risa.

Johnstone comió en silencio, ignorando el show que Jeyce estaba montando. -No sabía que había una edad para retirarse. -dijo con sinceridad, llevándose comida a la boca. -Comencé desde muy chico, un receso sería perfecto. ¿Qué haría con el dinero? Bueno, me haría una casa grande y cómoda para mis chicos, eso seguro. Lo invertiría aunque no sé muy bien en qué... tendría que hablar con algún asesor... no entiendo mucho de números y esas cosas.

 

-Te harías millonario Jey-Le sonrió divertida antes de volver su atención al hombre que comía con paciencia a su lado, abriendo sus ojos de par en par ante el comentario hecho sobre los pequeños-Tienes hijos?

 

Johnstone

-Sí, tres varones y una nena. Es increíble como estas pequeñas criaturas cambiaron mi vida de una forma increíble. Y la mocosa... -sonrió. -Me recuerda tanto a mi hermana de pequeña. Prometí traerle un collar de dientes, así que tendré que comenzar a armarlo. -bebió de su vaso con alcohol. -¿Te espera alguien en casa?

 

La cantidad de niños la sorprendió, haciendo que su mirada de fijara en el, manteniéndose perpleja, sus orbes estaban abiertos de par en par, dejando ver el hermoso color esmeralda que se suavizo lentamente mientras sus labios se curvaban en una suave sonrisa, enredando sus dedos entre la seda que era su cabello, se apoyó contra la silla y cerró los ojos-la verdad no...no tengo a nadie que ansíe mi retorno después de esta isla...supongo que...es el precio de mi estilo de vida-entreabrió suavemente sus ojos, dejando que la vibración serena del agua se reflejara sobre sus ojos, haciendo que estos brillen con más intensidad-Tu esposa debe tener una dura vida en estos momentos al criar a cuatro pequeños por su cuenta

 

Johnstone

La observó, escrutando su rostro especialmente y se perdió en la marea multicolor que sus ojos reflejaban, sacudió la cabeza unas cuantas veces, el embobamiento del sueño lo había traicionado. -¿Y qué estilo de vida es esa? Eres una bella mujer, jamás te prives de los hijos que podrían alegrar tu vida. -empujó el plato, estaba satisfecho. -Mi ex esposa tiene una vida dura, sí. Es abogada. -la miró por unos segundos y sonrió con la boca abierta. -Sí, pareciera extraño; una mujer de oficina con un hombre silvestre... a decir verdad, por eso me enamoré de ella en un principio, por su forma de observar a las personas, vio en mi algo mucho más que un sucio cazador que volvía de las montañas con un puñado de ardillas en su hombro. -rió recordando el momento y jugó con una servilleta. -Los niños están bien con ella, de todas formas los varones no me echan de menos, en cambio la niña si. Espero no defraudarla. -y la miró directo a los ojos con su mirada dura y punzante, propia de un experto en caza mayor.

 

La mirada atenta del hombre sobre ella se notaba cansada, pero aún así, mantenían su poder y fuerza, como un tigre agazapado que aunque cansado es capaz de ir tras su presa-Pues-Empezó antes de sonreír abiertamente y dejar escapar una risilla baja-Estuve comprometida hace un par de años...pero...-El recuerdo de lo que había pasado esa noche la obligó a respirar profundamente-Tras volver de una sesión de cacería corta...lo encontré liado con otra...una despampanante pelirroja de ojos azules...así que-Hizo el ademan de lanzar un anillo-En ese momento le dije adiós y me fui a recorrer el mundo...-al posar sus ojos sobre el, le guiñó el ojo derecho y sonrió abiertamente, dejando ver su dentadura blanca y perfectamente alineada-Pareces muy apegado a tu nena...cual es su nombre?-le preguntó con interés y antes de poder darse cuenta, su sinceridad la traiciono dejando salir una pregunta que probablemente la haría quedar como una bruta frente a el-Sí no es abusar de tu confianza...que llevo a que se divorciaran?

 

--Digamos que tampoco hay muchas mujeres con mis responsabilidades y que su pasatiempo sea cazar así que supongo que intimida.
Alce los hombros restandole importancia en realidad no he tenido una relación mayor a un polvo con desconocidos desde que tomé el puesto de presidente de la multinacionales de mi familia.
Ya después de suficiente comida para un par de hombres me levanto.
--¿Alguno quiere ir a disparar un rato conmigo?-- Jayce u Georgia serían buenas elecciones pata divertirme un rato conmigo conmigo

 

Johnstone

-Ludmila, un nombre Eslavo, pero a decir verdad me gusta lo excéntrico. -dijo mirándola nuevamente a los ojos, luego sonrió. -Fue idea de mi ex, pero le quedó pintado. -bebió lo último de su vaso y bostezó. -Digamos que por falta de tiempo. Yo pasaba mucho tiempo afuera, hasta semanas enteras, había veces que la caza era muy pobre y no alcanzaba para alimentarnos. Ella insistía en trabajar mientras terminaba sus estudios pero yo quería ocuparme de hogar, de traer el pan a la mesa. Finalmente ella se recibió de su profesión y decidimos que lo mejor era distanciarnos. Ella vive en la ciudad y yo no iba a moverme de las montañas, pero tenemos buena relación. -volvió a bostezar y se levantó de su asiento. -Creo que es hora de descansar, esta pierna debe reposar un poco para mañana. -sonrió y le asintió con la cabeza. -Fue un gusto. Descanse.

Georgia se frotó un ojo y apuró lo que quedaba de la botella de alcohol. -Por mi parte me voy a la cama. Estoy en la cuarta habitación, por si te interesa, guapa. -dijo la mujer tras levantarse e irse del comedor directo hacia su habitación.
Jeyce sonrió y se acercó a AnaBelt. -Bueno, parece que sólo quedamos nosotros dos.

 

Tomo la.mano de Jayce después de guiñar el ojo lo arrastre hasta la zona de prácticas y me puse en posición para disparar unas flechas quizás sí ven mis disparos suba mi sueldo.

De vez en cuando busco la mirada del australiano para sonreír coqueta en disparos suba

 

Aunque el nombre era realmente excéntrico, un diminutivo vino directamente a su cabeza-Mila-Ese nombré le gustaba, sin darse cuenta se había quedado escuchando su narración con atención, una tan grande que ni siquiera se había percatado de que había terminado de hablar hasta cuando se despidió, obligándola a abrir sus ojos de par en par cuando lo vio levantarse-au revouir que descansé messieu-Asintió levemente con la cabeza poniéndose de pie se estiró suavemente y sonrió al notar como Ann y el australiano iban a la sala de tiro, sí era totalmente sincera el sueño aún no estaba con ella, así que una pequeña sesión de tiro no le vendría mal.

Dejando la comida, se dirigió a la sala de tiro par entrenar un poco, manteniéndose un poco alejada de la pareja que parecía lo suficientemente coqueta como para interrumpir.

 

Jeyce

El australiano sonrió y dejó que la mujer lo lleve hasta la práctica de tiro, allí notó que había cámaras apostadas en las esquinas de la habitación. Observó los salvas de la ballesta impactar en los diferentes blancos y largó un aullido. -Así es, muñeca, mueve esos brazos para recargar y menea un poco ese trasero. -chifló con alegría y entonces notó a Cassandra ingresar en la sala y sonrió aún más. -Les tengo un reto a ambas. Si lanzó un cuchillo directo al blanco, me darán dos besos de lengua. ¿Qué dicen?

Los dados cambiaron a que deben salir tres dados de 10 caras.

 

El reto la hizo reír con ganas-tienes mucha confianza en ti mismo australiano-Ver que sus preciosas flechas no fueron al 100% efectivas la hizo suspirar-Además no creo que Ann vea muy bien eso

 

Neguee ante su petición de que moviera el trasero, a mi me quedaban sólo dos flechas.

--No deberías tentar a tú suerte, recuerda que hasta ahora me caes bien además yo no comparto -- ignore a la chica aunque cuando entro no pude evitar gruñir.

 

Jeyce

El australiano chistó y negó con la cabeza. -No creí que seas aburrida, anda. ¿Nunca estuviste en un trio? Mujer, tengo maravillas que mostrarte. -sonrió con su habitual carisma y se acomodó el sombrero que se mostraba rasgado en la parte superior a causa de su primer cacería. -Bueno, dejaré en suspenso mi puntería. -escondió uno de los cuchillos que estaban para la práctica y se acercó a AnaBelt, la tomó por la cintura y la acercó a su cuerpo. -Te salvaste. -y le dio un pequeño beso en la mejilla, muy cerca de sus labios. -Nos vemos a la mañana. -se despegó de ella y saludó con un gesto triunfante a Cassandra. -Buenas noches, bonita. -y el hombre se fue a su habitación, dejándolas solas en la sala de tiro al blanco.

AnaBelt ganó un extra de 600$ en su depósito.