--¡Yo me piro de aquí! --exclame aterrorizada pues el haber entrado y ver que era como una fábrica y salir disparada por la ventana no creo que fuera cosa de una casa normal. Me levanté del suelo y Dewott me imitó. Escuché un gran griterío dentro de la casa, cosa que me puso aun más nerviosa ya que Destiny debería de estar ahí dentro pero me daba miedo entrar a ver, por lo que decidí subir a un árbol para verlo todo desde allí. Al subirme a la rama junto a mi pokémon, miramos por la ventana y vimos a un hombre con un micro y dando voces. Vaya casa más rarita... En frente de él estaban Alpha y mi hermana y suspiré, al menos no le pasó nada malo, no como a mí. Me quedé allí arriba para esperarla pero el sueño me venció en cuestión de segundos.
--¿Y... por qué no empezamos con mi objeto? El montañero asintió. --Me parece más correcto. ¡Ejem! Pues ofertamos un flamante Rocío Azul. Un exhuberante y extraño objeto con extrañas cualidades. La puja mínima es de 200 puntos; para pujar más, solo decid en voz alta el precio que ofrecéis. Si pasado un tiempo (será media hora) no ha solicitado nadie más una oferta mayor, se la llevará el postor más alto. Lo mínimo para subir la apuesta es de 50 puntos. ¡Allá vamos! --¡250! --exclamó Joel.
Llevé mi mano a la cara. -- Yo no busco eso...-- Susurré. Spark me imitó, pero Froaxy no entendía nada. --Alpha, ¿qué dices?--
--De acuerdo... ¡adjudicado a Joel, entonces! --dijo el montañero--. Pasemos al segundo objeto... ¡una Piedratrueno! Que comience la puja en 150 puntos, ¿quién da más? --200 --dijo Joel.
Joel miró de reojo a la chica. Realmente, no le hacía falta esa piedra, pero le gustaba ver hasta qué punto estaban dispuestos a luchar en una subasta los postores. Sonrió, y dijo, esperando su reacción: --600
--700--Continué Spark estaba con los dedos cruzados, y rezando en su idioma. Yo en cambio, le guiñé el ojo
--1150 --dijo algo inseguro Joel, que no necesitaba el objeto y comenzaba a entrar en cantidades importantes.
(Hay que subir, como mínimo, 50, así que es 1200 tu puja). --De acuerdo, me retiro --concluyó Joel. --Muy bien, pues entonces, la Piedratrueno es para ¡la chica del Pikachu! --anunció el Montañero Subastas.
(Fuck... ¡BaH! ¡Da igual!) --Lo sabía...--Dije sonriendo. Froaxy no dudó en tomar la piedra y dármela. Yo la miré victoriosa. --¿Listo colega? -- Le dije a mi Pikachu.
Abrí un ojo pues me desperté al oir la voz del hombre de antes de nuevo. Que pesado... Me estiré, ya había dormido una media hora y creo que aguantaría así. Me senté en la rama y llamé a Dewott, que estaba frito. Este se espabiló y se sentó conmigo en la rama. Dirigimos nuestra mirada a Destiny, pues tenía en su mano un objeto muy interesante. --La piedra trueno... --susurré al verla. Yo ansiaba por tenerla pero dos motivos me lo impedían; no tenía casi nada de dinero y Pika no quería evolucionar, y llevaba años diciéndoselo. --Por lo menos él tiene la suerte de evolucionar... --sonreí melancólica y me quedé esperando verle evolucionar.
Toqué a Spark con la piedra, y este empezó a brillar, hasta convertirse en un Raichu. --Halaa... --Dije al verlo, y luego miré la pokédex para ver sus movimientos y Stats. --¡Madre mía!--Dije contenta
--¡Que monada! --exclamé con estrellitas en mis ojos al ver al pokémon recién evolucionado. --Se ve que tiene que ser fuerte, a que si Dewott. Este se cruzó de brazos y asintió. --Bueno... tampoco seas tan seco. --murmuré dirigiendo mi mirada de nuevo a pokémon y entrenadora.
--Según esto... Aprendiste un movimiento que antes tenías y otro nuevo... ¡Genial! --Le dije a mi nuevo pokémon guardando la pokédex. Me acerqué a él, y observé mejor su cola cogiéndola. Luego miré sus patas, y por último sus mejillas. --Pareces ser un asesino...--
Cogí la pokeball de Pika y me la quedé mirando. --Valla, que cambio daría Pika si evolucionara... --murmuré y Dewott me miró pensativo. --¿Qué ocurre Dewott? Este me explicó a su manera que quería ayudarme para convencer a Pika que evolucinar era lo mejor, y le abracé muy contenta. --Me harías un gran favor si lo hicieras Dewott, muchas gracias. --le agradecí y lo solté. --Eres un gran pokémon. --sonreí y este me imitó. Guardé la pokeball de Pika, ya hablaríamos con él en otro momento, y nos tumbamos a mirar el cielo desde aquella rama, ya que parecía que Destiny iba a tardar.
