[Capitulo Nueve]: Manos a la Obra

Mi mano llegó a mi frente con un golpe haciendo ruido en el aula, ¿Eres idiota, Akaito? me preguntaba... — Es verdad... — volteé las hojas y noté que todo estaba en perfecto orden —Claro, prácticamente en cualquier instrumento— Dije sin interés. —¿Falta mucho para que termine la clase?—

 

Llevó su mano a hacer pat pat a la cabeza de Len para luego hacerle cerillito. —Que asesor tan mandón y tan adorable me ha tocado...— Miró la parte de la partitura que Len le había remarcado. La cantó, a como pudo. No estaba seguro de estarlo haciendo correctamente. No quería seguir contradiciendo a Len, pero cada vez perdía más las esperanzas con su voz.

 

— Su que Luki-san tiene una voz hermosa —dije con el pelo despeinado— aunque me haya llamado "lindo" —le miré con desconfianza, así solían llamarme los chicos de mi antigua aula, aquellos que solían acosarme de todos los modos posibles— bueno... —suspiré— solo debe tener cuidado al alzar la voz Luki-san, ya que se pierde mucho la letra, pero aún así lo hizo bastante bien —le aplaudí— ahora veo que los dos son muy buenos —dije también refiriéndome a Akaito-san.

 

La enfermera atendió rápidamente a Maika y ya se encontraba mejor
—¿Puedo irme a clases?—le pregunto Maika a la enfermera y después de que le fuera el medicamento y diciéndole que si se sentía mal volviera,salí y me dirigí hacia las clases, no podía darme el lujo de perderla
—vamos NOVA—le dijo Maika a NOVA mientras que este le daba una mirada de desaprobación.

 

Frunció los labios, para luego suspirar y forzar disimuladamente una sonrisa. No es que no creyera en el buen criterio de Len, pero a Luki le faltaba bastante confianza y autoestima. Intentó cantar de nueva cuenta el coro de la canción. De nuevo sentía que algo le faltaba para que le saliera como debía salirle.

 

Seguía observando, luego miré a la confundida rubia de hace unos minutos y no pude evitar acercarme, sus ojos azules y su rubio pelo, no era como Len en el sentido de ser tierno como un bebé, pero tampoco me deslumbraba como Luka-san, era una chica que simplemente me llamaba exageradamente la atención, me levanté un momento del asiento y me le acerque— ¿Necesitas ayuda? —le sonreí, esperando despejar mis dudas.

 

—hola— dije con una sonrisa —la verdad si necesito algo de ayuda soy nueva y no se donde está el taller de voz— soy muy despistada pensé mientras observaba al chico alto de ojos brillantes se me hacía familiar pero no podía recordar
—lo siento, no me presente soy Lily mucho gusto— dije sonriendo

 

— ¡Mucho mejor! —dije mientras me peinaba— me gusta Luki-san, si sigue así le invitaré un pack especial de sushi —le sonreí— a usted le gusta mucho el pescado ¿Verdad? Lo noté por su desayuno de hoy —ingerí mientras veía a Akaito-san aburrirse— pues es una lástima que quiera la clase acabe, yo que pensaba aprovechar este tiempo para contarle de Lenka Onee-san.

 

—Bueno, verás que el salón es amplio y nos repartimos en pequeños grupos —indique con una sonrisa— en voz creo esta Len —dije señalando el grupo donde estaba aquel pequeño niño rubio con el pelo rosa y el pelirrojo— pero en realidad nadie esta acomodado en el grupo que debe, más parece que se están divirtiendo —ingerí para luego ofrecerle mi mano— Hatsune Mikuo, un gusto conocerla —la mire aún extrañado, más que su apariencia, su voz me era realmente familiar, lejana, como recordando a una niña regañandome.

"Tu siempre te estás quejando"

Vino a mi mente esas palabras, ese recuerdo, por un momento agarre aquel collar de puerro de mi pecho y no pude evitar reír, esa voz era similar, pero no igual, aunque a estas alturas ya no importaba si fuera o no, si nos conociéramos o no, tampoco iba a mencionar algo que quizá era un error.

 

—¿De verdad crees que estoy entonandolo mejor?— Rascó detrás de su cabeza mientras estudiaba nuevamente sus partituras. La propuesta de Len lo hizo sonreír con cierto brillo en sus ojos. —Si, soy un crío raro que pide que le preparen el omelette con atún.— Cuando Len le propuso aquello a Akaito, no pudo evitar preguntarse dos cosas: ¿Lo decía en serio o en broma? Y ¿estaba bien para Akaito que de pronto Luki estuviera interesado en su prima? No lo escuchó comentar nada al respecto cuando Len lo mencionó.

 

—mucho gusto mikuo-san eres muy amable— dije son una leve sonrisa mientras tomaba su mano —la verdad me hubiera perdido sin ti, jejeje— mientras lo miraba algo en él me hacia recordar mi pasado no me gustaba mucho recordarlo así que intente distraerme —¿y tienes mucho tiempo en esta escuela?— pregunte mirándolo con una sonrisa, otro pensamiento cruzo por mi mente — las razones por las cuales me había alejado de mi pasado...no quería que se supieran—

 

— Yo creo que todos mejoramos poco a poco de acuerdo a nuestras capacidades —sonreí mientras sacaba de mi mochila un almuerzo hecho a mano— es un poco de arroz y camarones, los prepare anoche y pedí los guardaran en el comedor ¿Quieren? —ofrecí mientras empezaba a vocalizar el coro, aunque tampoco era muy bueno en estas cosas.

 

Los camarones le encantaban y aquello sonaba bastante tentador. —Tal vez te robé tu almuerzo después, Len, muchas gracias. Aún no digiero el desayuno.— Repitió el coro; la parte con la que estaba teniendo más problemas. Escuchaba a Len y pensaba que aún algo no le salía bien. Lo entonó una vez más.

 

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— En realidad no —me crucé de brazos mientras seguía observando sus ojos— apenas llevo una semana, bueno para el tiempo que empezó el curso llevo bastante —ingerí, ella realmente me perturbaba, no causaba las emociones que causaba Luka-san, los recuerdos eran tan vagos que tampoco podría asegurar que se tratará de aquella niña, de la cual solo recordaba la voz, aquella que me era borrosa de conocer.

"Espero que un día dejes de ser tan llorón, o nadie te va a querer"

Eran cosas dolorosas, cosas que apenas ayer había recordando, como previniendo este día, quizás eso influenciaba el hecho de que ahora comparaba a esta chica con aquella niña, es más, no recordaba las razones de porque la había dejado de ver, porque me había regalado este collar de puerro, porque no la recordaba claramente, durante mi infancia, tan lejana, cosas que por una razón quería olvidar, dejando como un recuerdo vocal la voz de aquella amiga.

— Por cierto... —aún así no podía evitar preguntar— ¿Tú eres de japón? ¿Cómo te llamas? —me comporté amablemente como era mi costumbre, aunque aún así me sentía asustado.

 

— Luki-san relájese —sugerí— aunque dije que hay que tomarlo con seriedad, también disfrútelo —le miré para motivarlo— aparte piense que esto es más sencillo que lo que haremos en la tarde —sonreí mientras le veía totalmente sonrojado por el esfuerzo y comía algunos camarones— por cierto ¿Qué piensa de mi cocina? ¿Lo hago bien?

 

—bueno....si soy de Japón pero por un tiempo estudie en el extranjero y respecto a mi nombre por favor hay que dejarlo solo en Lily— tenía un oscuro pasado que no quería recordar.... pero por alguna razón el me traía buenos recuerdos que lentamente se inundaban de tristeza, agache un poco la cabeza, no pensé que el pasado llegara hasta aquí pero por alguna razón quería saber porque se me hacía familiar.

 

Dejó las partituras de lado un momento y probó los camarones de Len. —Que nadie te diga que cocinar tan bien te hace más afeminado... Esto es delicioso.— La verdad es que si pensaba en lo que tendría que hacer después de clase, los únicos nervios eran los de aprender a andar con tacones y en llegar a verse al espejo y confundirse con su hermana.

 

— Cocinaba antes para mi hermana —dije orgulloso para ver a Luki-san algo estresado— si desea puedo maquillarlo para disfrazarlo, para que parezca verdaderamente una chica —sugerí— es mejor que piensen que usted es una mujer a que usted tiene pasatiempos raros ¿No? —sonreí mientras sacaba un poco de salsa dulce y la ponía sobre el arroz— tal vez inicie mi negocio de almuerzos.

 

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— Lily —mastiqué las palabras, pero por más que lo intentaba me dolía la cabeza— ¡Es un hermoso nombre! —sonreí alegremente mientras acariciaba su pelo, despeinandola— ¿Por qué esa cara? ¿Acaso soy tan feo que estoy a punto de hacerte llorar? Pequeña japonesa traidora —traté re reír, seguro mi extraña actitud le asustaba, al final para calmarla me agache y empecé a acercar mis labios a los de ella para chocar en un leve beso— ¡Seamos amigos! —dije al final con una sonrisa, dándome cuenta que era mejor olvidar el pasado.

 

—Me encantaría que me ayudaras con eso.— Siguió comiendo. —Te diré la verdad, creo que lo peor que podría pasar fuera que alguien de verdad creyera que soy una mujer.— Se inventa una fantasía en su cabeza y pone una expresión dramática mientras le cuenta una historia extraña a Len. —Imaginate que en realidad los de la dirección fueran unos pervertidos que quieren acosar a los estudiantes que trabajen en el café...