Contenido oculto :OOOOO ¡Ganador por mil! nwn ESO FUE EPICO! OMG, olvide los de los tres de acero, me falta uno D: Y de repente, el dueño de la pata azul que tantas veces había visto se plantó frente a mi. Empoleon dió un paso al frente, pero desistió al ver a el pokémon arrodilarse frente a mi. "Humano", dijo el pokémon en mi mente. "Le he estado observando. Su forma de tratar a los pokémon como iguales me ha conmovido. Permitame unirme a su pequeño grupo". Sin palabras, solo pude asentir, y la ball lo encerró sin resistencia alguna. Revisé la zona, por si alguien más se acercaba. ¡(20/20)! Contenido oculto No saldré de la zona hasta tener otro de acero xD
Contenido oculto Me toca Dx Un segundo Lucario estaba mirando hacia la cueva con algo de tristeza. —¿Quieres llegar allá?—pregunté. Lucario me miró extrañado, y asintió, por lo que lo capturé. Solo entonces permití a Snorlax subirme hasta la entrada de la cueva.
Y entonces...¿debiamos hacer todo el camino de regreso a la entrada de Calle Victoria? Oh, Arceus cruel, que cruel cruel eres. Empoleon seguía en su modo orgullo máximo de "Mirenme, miren lo genial que soy, he derrotado a un Legendario" y no parecía tener problema con ello, pero...yo seguía teniendo el tobillo lastimado, por Arceus. Hiko se removió, feliz, y comenzamos el avance.
Abandonamos la cueva con nuestros pokémon ya descansando y con la compañía exclusiva de Raichu, preparado para la vuelta a la entrada. Si bien era muy enérgico, al menos podría concentrar toda esa hiperactividad creando agujeros por ahí. Miré a ambos lados para cerciorarme de que ningún pokémon salvaje fuese a atacarnos de repente, y fue entonces cuando visualicé un par de siluetas en la lejanía. —¡Anda! ¿Esos son...? —escudriñé la vista para comprobar si estaba en lo correcto, pero con solo ver al Empoleon todo empezó a cuadrar. Aceleré un poco la marcha—. ¡Eh, Draake, aquí! En cuanto se giraron, les saludé con la mano en alto. Síp, eran ellos. No obstante, un mensaje repentino hizo que detuviese el saludo momentáneo y abrí el nuevo correo, curiosa. --¿Una cena navideña en casa de Steve? Suena bien --miré a ambos chicos quien parecía que recibieron el mismo mensaje, y Raichu abrió el agujero para dirigirnos cuanto antes fuera--..Puees cambio de planes, ¡vayamos todos a Aerosol! Y tras colarnos todos por el atajo hacia la salida, dejamos atrás la aventura para celebrar al fin las fiestas que se avecinaban.
Viejos amigos Ella se encontraba caminando por la Calle Victoria, pero, más bien, caminaba por sus recuerdos. Ocupando casi toda la anchura de la cueva, su Torterra la seguía, siempre fiel a ella, siempre acompañándola. Había llegado frente a una cascada, justo en una explanada donde había un pequeño lago. Ella provenía de un camino horadado en la tierra en forma de cueva que desembocaba allí. Conocía bien el lugar, y sabía que faltaban pocos pasos para llegar a la Sede del Gran Campeonato. Realmente no sabía muy bien por qué iba allí; ella se había autoconvencido de que, simplemente, quería probar suerte en los edificios batalla, pero en fin... pudo ir volando, ¿no? En el fondo, era consciente de que quiso pasar a propósito por aquel lugar, justo en aquel lugar en el que se encontraba. Justo frente a aquella cascada. Porque ahí, sus recuerdos vibraban como un eco. —¡Rhyme, Rhyme! ¿Falta mucho para llegar? —No, tranquila. Estamos ya casi ahí. —¡Genial! Zarandeó su cabeza. Recordar aquello no solucionaría nada, pues ya todo el daño estaba hecho. El pasado no podía cambiarse. Así pues, comenzó a andar nuevamente. Pero una voz la interrumpió. —¿Te cansaste de aplastar novatos, y ahora quieres aplastar a veteranos en esa suerte de Frente de Batalla? Se volteó, todo para ver la mirada despreocupada y los cabellos alborotados de Joel. ¡Joel! Hacía tanto tiempo que no lo veía, que... aunque jamás lo hubiese reconocido, tuvo que contener una sonrisa de alegría. Y, en su lugar, mostró una cara de hastío y hasta asco. —Joel. ¿Ya te has cansado tú de buscar "leyendas"? El chico rio con una carcajada. A sus pies caminaban los dos Ambipom que siempre le acompañaban, Dextra y Zurdillo; y, tras él, grande e imponente, majestuoso, el gran Empoleon. No pudo evitar dedicar una mirada solemne a Torterra cuando ambos se vieron. En un pasado, fueron rivales, y... amigos. —Por supuesto que no. Pero siempre viene bien un descanso, un desahogo... ¿dónde participarás? ¿Tal vez en el coliseo? Me gustaría enfrentarme a ti. —Bah, estúpido. Como si tuvieses alguna posibilidad de derrotarme con esa cobarde estrategia tuya del relevo. —¿Tengo que recordarte cómo quedó el medidor de victorias? Joel 15, Rhyme 8. ¿Recuerdas? Si. Joel 15, Rhyme 8. E Irvine... perdieron ya cuenta de cuántas victorias cosechó éste. —P-Pero de eso hace mucho tiempo. Ya nada es lo mismo. De repente, el rostro de Joel se tornó algo sombrío. —Sí... no es lo mismo, ¿eh? Ya nunca lo será. Rhyme no supo qué decir. —Al menos yo no me limito a pagar mis frustraciones con los novatos, e intento hacer algo útil. Intento solucionar los errores del pasado. ¿¡Qué errores!? Rhyme se estaba comenzando a molestar mucho. ¡Primero la insultaba, luego decía estar haciendo algo útil, y ...! Y además afirmaba haber cometido errores, cuando él jamás tuvo la culpa de nada. ¿Por qué? ¿Por qué Joel tenía que ser así? Joel comenzó a caminar, en dirección a la catarata, mientras Empoleon saltaba al pequeño lago. Pero Rhyme no pudo contenerse más, y acabó hablando, a un tono bastante impropio. —"Hacer algo útil". ¿Perseguir leyendas es algo útil? ¿Qué soluciona eso? Joel paró en seco, y, sin dar media vuelta, esbozó una sonrisa. —El Caballero rojo, rival y némesis del Sol Escarlata, ambos siempre se enfrentaban constantemente, ¡es más! El segundo, incluso, era parte de la energía del Volcán Barniz. El Espectro Etéreo, un misterioso ente que parece guiar las almas de los muertos, de forma similar a como el Hada Soñadora protege los sueños de las pesadillas. El Arce del Edén, tan escurridizo como hermoso. La Mosca Esmeralda, la defensora del Desierto. La Sirena de Venus, cuya belleza deslumbra e hipnotiza al más avezado. Y la Trituradora Chispeante, cuyos instintos no conocen de ninguna moralidad y conciencia. Rhyme no supo contestar. El otro siguió hablando, en un tono más sombrío. —Mi objetivo es perseguirlas a todas, una a una. Cada vez que persigo a una... obtengo más información sobre la siguiente. Y no pararé hasta cazarlas. A todas ellas —tomó aire, y luego se volteó ligeramente—. ¿Lo entiendes ahora, vieja amiga? ¿Crees que es casualidad que persiga a las leyendas? No. Y volvió a andar, saltando sobre el lomo de Empoleon. —Cada uno decide cómo tomarse la justicia por su mano.
La Calle Victoria… finalmente había llegado aquí, pero no había sido exactamente de la manera que yo quería. Había querido que llegaramos las tres juntas, riendo y disfrutando del viaje… lo había planeado todo, ¿acaso no me había esforzado lo suficiente para que saliera bien todo? —¡Plume plume! La voz de Vileplume me devolvió a la realidad. Todos mis pokémon seguían fuera de sus pokebolas… en estas cuevas, quizás lo mejor no era ir en un número tan grande, de modo que regresé a todos excepto a Vileplume y Blastoise. Esos dos se quedaron fuera, acompañándome… era mejor que avanzar en soledad, ¿no? Ahora que lo pensaba, me había quedado sola en este lugar y… no era exactamente un lugar agradable. El recuerdo de lo dicho por Mimi acerca de la comida sirvió para encender nuevamente mi enojo. Bah, ¿quién las necesitaba? Avanzaría a través de estas cuevas y llegaría a la Sede del Gran Campeonato yo solita, sí señor… claro que no me gustaba avanzar sola, y preferiría estar con ellas… pero recordé el enojo y comencé a caminar sin dudarlo. [1/20]
Llegamos a la Calle en poco tiempo, sin embargo, nada más entrar tuve que pararme en seco para coger aire en grandes cantidades. Aquello había sido una carrera importante. — Volved, es peligroso estar todos aquí... — con estas palabras dejé entrar a casi todo mi equipo en sus respectivas pokéball, la excepción fue Emboar. Nos adentramos entonces en las cuevas, yo abrazándome a mi misma y mi inicial acercándose a mí para proporcionarme algo de calor. Le agradecía con una sonrisa y seguimos caminando. El lugar era realmente frío. >> ¡Effy! — empecé a llamar, gritando, aunque con algo de temor. No sabía si en algún momento podría caerse alguna piedra o algo por el estilo. [1/20]
Mimi Honda Tragué saliva con dificultad. La Calle Victoria... ¿era una cueva mugrosa y húmeda? ¿Dónde estaban las flores, las farolas... mi alfombra roja? ¿Por qué estaba todo tan silencioso...? Había llegado hasta aquí siguiendo a Emily y a Effy, pero... ahora que miraba a mi alrededor y las hojas de los árboles de la ruta 314 se mecían con la brisa de la tarde, a mi espalda... mi corazón se sentía solo. —¿Por qué me pasan a mí estas cosas?—musité, echando un vistazo al interior de la gruta. Todo era oscuridad... no podía verse absolutamente nada más allá de mis narices. De vez en cuando, sin embargo, llegaba hasta a mis oídos el eco de unos pasos apresurados y del goteo de algún embalse subterráneo. ¿Dónde estaban Effy y Emily? ¿Por qué teníamos que separarnos precisamente ahora? Ni Emily ni yo habíamos querido dañar los sentimientos de Effy... Al final, como era usual... todo había acabado horrible. >> ¡Chicas!— exclamé, dando los primeros pasos dentro de la cueva. Los pequeños tacones de mis zapatos hacían eco entre las pareces. Raiden me seguía con los ojos brillantes, sereno y silencioso—. ¡Emily! ¡Effy! ¿Alguien puede oírme? [1/20]
Me di media vuelta… el eco de la cueva había llevado a mis oídos las voces de Emily y Mimi, que me llamaban a gritos. ¿Me habían seguido hasta aquí? Sí, por supuesto que me habían seguido hasta aquí. Porque eran mis amigas, al fin y al cabo. ¿Y si… y si había exagerado un poco? Era muy orgullosa de mis artes culinarias, pero tal vez esta vez no me había salido como esperaba, y ellas… ellas ni siquiera habían dicho que era horrible ni nada por el estilo, sino que habían sido bastante delicadas al respecto, en especial Emily… —¿Ustedes creen que exageré un poco? —le pregunté a mis dos pokémon, deteniéndome. Vileplume y Blastoise intercambiaron una mirada, como preguntándose que responder—. Quizás… quizás debería ir a buscarlas… [2/20]
Entonces, a poca distancia de mi posición escuché la voz de Mimi. ¡Gracias a Arceus! — ¡Mimi! — la llamé, dándome la vuelta hacia donde su voz se había escuchado — ¡Estoy aquí! — Emboar hizo más potente sus llamas, para llamar la atención de la joven. Teníamos que estar las tres juntas, sino era bastante probable que no acabáramos muy bien. Esperé impaciente para que la rubia hiciese aparición a mi lado y así pudiésemos seguir a la otra chica. Había que solucionar aquello bien. [2/20]
Sí… eso era lo que debía hacer… Me di media vuelta y me dispuse a volver hacia atrás. Tenía que ir a buscar a las otras dos. Blastoise parecía aliviado, y la sonrisa retornó al rostro de Vileplume. Bien, si iba a buscarlas… sólo tenía que volver hacia atrás siguiendo el eco de las voces de las jóvenes, llevadas a mis oídos a través de la cueva… eso era sencillo, ¿verdad? Pero apenas comencé a caminar de regreso, un movimiento en una esquina llamó la atención. Era un Ambipom… no, dos Ambipom, había dos Ambipom frente a mi. Pero eso era extraño… los Ambipom salvajes no merodeaban por esta zona, al menos según mi pokedex, ¿qué hacía ese dúo allí? [3/20] Contenido oculto @GalladeLucario invoco a Joel en modo de defensa (??
Efectivamente, el cazador de leyendas estaba por allí, merodeando por la Calle Victoria. Parecía que él caminaba en sentido contrario al de Effy, y, cuando vio a ésta, quedó mirándola por unos momentos, seguido de sus Ambipom y de Empoleon, todos fuera de sus balls. —¿Huh? Oh, ¿eres una de esas holders nuevas? —le preguntó, curioso, con su tono condescendiente habitual—. Sí, me suena tu cara... tú ganaste el torneo de novatos, ¿no es así? Contenido oculto Feel free to talk~
Me detuve en seco. Ese muchacho era… sí, ya sabía quien era. Lo había visto en una sola ocasión, pero había sido suficiente para recordarlo hasta el día de hoy. El muchacho que se había aprovechado de nuestros esfuerzos y de una momentánea distracción para capturar al Sol Escarlata en el Volcán Barniz… en su momento, no recordaba si había sido Ian, Liza o Alpha, pero uno de ellos me había dicho quién era. Un holder de segunda generación, compañero del campeón Irvine, él era… —Joel… tú eres Joel, ¿verdad? Te recuerdo, tú capturaste al Sol Escarlata… —musité, observándolo—. En efecto, yo fui quien ganó la edición de novatos del Torneo Témpera, mi nombre es Effy… >> ¿Qué haces tú por aquí? No me digas que hay una leyenda de Galeia por estos lares… [4/20]
Joel golpeó su cabeza ligeramente con la palma de su mano. —Oh, tú estabas en el Volcán en ese momento... lo cierto es que ni te recordaba en esa batalla, para qué mentirte. En fin... ojalá hubiese una leyenda por aquí. Sólo corren rumores de que hay una cueva donde puede haber pokémon raros y todo eso. Pero a mí poco me importan los pokémon raros o los legendarios; únicamente me interesan las leyendas. Y por ahora sigo investigando sobre el Espectro Etéreo y el Arce del Edén... >> Si quieres saber algo sobre las leyendas, puedes preguntar; pero no te garantizo información. Después de todo, somos competencia en la caza.
Mimi Honda Caminaba en silencio cuidando cada uno de mis pasos, en mitad de aquella ocuridad y el goteo del agua desde las rocas del techo, cuando en medio de la negrura general vislumbré una luz distante. Era vacilante, intensa... como el balanceo de una llama... Al principio pensé que eran imaginaciones mías. ¿Qué era eso? ¿Un pokémon de fuego? ¿Qué hacía un pokémon de tipo fuego en un lugar como este? Parecía el habitat perfecto para pokémon tipo roca o siniestro... Fruncí ligeramente el ceño, confusa. En ese momento, el eco trajo consigo una voz femenina que conocía muy bien. Una voz que me llamaba desde dónde provenía aquella luz tan extraña. Esa voz no podía ser otra que... —¡Emily!— exclamé en respuesta.— ¡Oh, gracias a Arceus! Mi pecho se llenó de alivio y de un sentimiento cálido. ¡Estaba salvada! Me había detenido por precaución, pero ahora mis pies se movían practicamente solos. Por un momento había pensado que moriría allí, porque era una Drama Queen consumada. Cuando alcanzamos a la entrenadora, me apoyé en las rodillas para recuperar el aliento. Estaba exhausta. >> M-menos mal que estás aquí... —jadeé. La luz vacilante, que no era otra cosa que las llamas de Emboar, alumbró mi rostro cuando me incorporé—. ¿Has encontrado a Effy?
Pasaron minutos, eternos minutos que se me hicieron interminables hasta que Mimi finalmente hizo aparición delante mí. Casi lloré de la emoción, sin exagerar. — ¡Mimi! ¡Ya no estoy sola! — exclamé emocionada, lanzándome para abrazarla. Sentir calor humano entre mis brazos era algo que necesitaba, más en un lugar como aquel — No, aún no... — murmuré, preocupada, al separarme. Volví a colocarme cerca de Emboar, echando de menos el calor que sus llamas transmitía. >> Sigamos buscándola, no debe estar lejos — propuse. Pero justo cuando me giré, me encontré con otra chica en el lugar. Esa no era Effy, estaba segura... pero me recordaba bastante a alguien que conocía... Me acerqué, curiosa. >> Perdón — llamé su atención tocándole el hombro. [3/20] Contenido oculto @GalladeLucario, invocamos a Rhyme (?
Rhyme, que estaba en esos momentos abstraída junto a un pequeño lago subterráneo de la Calle Victoria, caminaba junto a su enorme Torterra, estando fuera de su ball. Al notar que la llamaban, giró bruscamente, y su expresión se tornó en una mezcla extraña de sorpresa, indiferencia, alegría e irritación. —Oh. Vosotras. ¿Qué hacéis por aquí, niñas? ¿Explorando lugares tan complejos, unas novatas como vosotros? —luego, apartó la vista de forma orgullosa—. No os aplasto aquí mismo porque recuerdo cómo ayudasteis a la vieja... —murmuró—. Pero eso no quiere decir que me alegre de veros. ¿Qué queréis? Estoy ocupada.
—No lo olvido… —musité ante la declaración de él de que éramos competencia. Ponderé sobre sus palabras. El Espectro Etéreo… sabía bastante acerca de esa leyenda pokémon. De hecho, probablemente sabía más de lo que Joel sabía, acerca del pasado de ese pokémon, y dónde encontrarlo. Pero del otro… tal vez, esta era mi oportunidad de averiguar un poco más de información al respecto. No perdía nada con intentarlo, ¿no? —Y bien, entonces… ¿qué sabes sobre el Arce del Edén?
Joel comenzó a reír. —El Arce del Edén. El muy condenado es una de las cosas más escurridizas que he tenido la desgracia de encontrar en mi camino. No han sido pocas las veces que lo he encontrado... pero verlo es difícil, y luchar contra él, más aún. En cuanto ve movimiento, huye, y, aunque logres hacerle daño, parece que cuando vuelves a encontrarlo, en un lugar completamente diferente al primero, se ha curado de todas sus heridas y ha cambiado de aspecto. Estoy convencido de que tiene algún truco. Pero desconozco cuál es. >>Jé. Pero le daré caza antes que vosotros, seguro.
Entonces lo vi. ¡Era Rhyme! ¡La chica que habíamos conocido en el último caso de la CSG! Y ya que me ponía a pensar... Galeia parecía sorprendentemente tranquila en cuanto a delincuencia hablando, teniendo en cuenta lo seguido que habían ocurrido los otros casos. Pero no me quejaba, eso era buena señal. — Pues íbamos de camino a la Sede~ — respondí alegremente — Pero hemos tenido un pequeños inconveniente... Cómo sea, ¿qué tal está tu madre después del caso? — pregunté curiosa. [4/20]
