Bosque Pincel

—No es mala razón—Ser como los entrenadores errantes, capturar pokémon y buscar medallas de un lugar a otro.—. Lástima que acá en Galeia sólo hay 6 medallas, y 3 de los torneos ya han empezado y uno está en proceso. Aunque aún puede que hayan segundas ediciones de los torneos, sí quieres ser de ese tipo de entrenadores creo que Effy te lleva ventaja, y mucha.—Empecé a caminar de una forma un poco más rápida para poder cubrir el terreno que habíamos perdido en un principio.—Pero si logras ganar en la torre de desafío puedes evolucionar a Monomaru.

 

Mimi Honda

Oh, ¿Effy me llevaba mucha ventaja? No necesitaba que me lo estuvieran recordando, era perfectamente consciente de ello. Dos eran las veces que había perdido frente a ella. Primero, contra su Crobat, y después contra su Vaporeon... y cuando había estado a punto de vencer a su Cubone... ¡Ugh! ¿Por qué no podía haberme dado esa satisfacción, al menos? ¡Un sólo pokémon, por el amor de Arceus! Y, de todos modos... ¿qué pintaba ella en la conversación?

Preferí no decir nada. Seguí escuchando a Alpha, y sintiendo que había aumentado la velocidad de sus pasos—no sabía si por alcanzarme, pues yo caminaba unos metros por delante de él—, o por otra razón, me volví un momento para mirarle. ¿Cuántos años podía tener? ¿Doce, trece? No parecía mucho mayor que yo, en realidad. Si apartaba mi orgullo a un lado, podía ver que no éramos tan diferentes. Los dos habíamos venido a Galia, tal vez algunas razones fuesen mejores que otras, sí, pero en definitiva, estábamos aquí. Y había algo que llevaba algún tiempo dándome vueltas en la cabeza.

—Alpha—lo llamé. Y cuando me miró, pregunté, con un tono en apariencia neutral—. ¿Hasta cuándo piensas acompañarme? Es decir, ¿no te cansarás algún día y decidirás seguir tu propio camino? ¿No tienes cosas que hacer?

 

—Te dejaré cuando tú me des un combate bueno, entonces ahí te valdrás por ti misma.—Le comenté siguiendo el camino.—¿O qué? ¿Ya no quieres verme?—Reí por lo bajo liberando a mi Charizard y montando en él.—Ademas si te acompaño de paso podré crear nuevos elementos en mi equipo, ya tengo uno de los tres que necesito. ¿Tú no quieres nada en especial?

Contenido oculto: Pokemon del lugar

-1: Wurmple
-2: Caterpie
-3: Weedle
-4: Sewaddle
-5: Venipede
-6: Nada
-7: Petilil
-8: Cotonee
-9: Burmy
-10: Burmy
-11: Combee
-12: Nada
-13: Skorupi
-14: Nada
-15: Venonat

 

Mimi Honda

¿Qué clase de respuesta era esa? ''Te dejaré cuando me des un combate bueno'' ¡Idiota!

—Sólo lo decía porque somos personas distintas—le dije, frunciendo el ceño y cruzándome de brazos ante su falta total de tacto—. Tú eres de una forma y yo de otra, y en algún momento, tú querrás hacer algo que yo no, o yo querré hacer algo que tú no, y nuestros caminos se separarán... ¡Y-y no me malinterpretes, no es como si te fuese a echar de menos!—le espeté—. Es sólo que... sería una lástima que te privaras del placer de mi compañía, ¿no?—añadí, señalándolo con una amenazador dedo índice. Me volví a cruzar de brazos, molesta— Además, si te fueras sin avisar me enojaría, y eso no sería bueno para ti.

 

Ahora entiendo a Dante.
—Claro—Respondí.—, pero cuando me vaya a ir te diré.
Miré hacía delante y muchos pokémon se lograban pasear tranquilamente por ahí: Weedle, Venipede, Sewaddle, Burmy, Petilil, Cottonee y Skorupi.
—¿Te gusta alguno de esos?—Dije apuntando hacía el frente.—Un nuevo pokémon no está de más.

 

Mimi Honda

—¿Te gusta alguno de esos?—preguntó.—Un nuevo pokémon no está de más.

''¿Eh?''

Cuando dirigí mi mirada hacia donde Alpha estaba apuntando, mi rostro volvió a mudar de color, tornándose blanco, pálido como una hoja de papel. Un sudor frío me recorrió la frente, y de nuevo mi expresión se deformó hasta formar una mueca de profundo horror. No podía ser cierto... ¡eran bichos! Sólo se salvaban dos o tres: un Cottonee junto a un pokémon que no reconocí, un Burmy colgando de las ramas de un frondoso árbol, y en el suelo, entre la maleza, dentro de troncos huecos y musgosos... ¡esas horrorosas criaturas que me helaban la sangre!

Un escalofrío me recorrió la espalda, un nudo me cerró la garganta, y el grito de terror no se hizo esperar.

—¡I-idiota!—le espeté a Alpha, corriendo hasta ocultarme tras su espalda, golpeándole infantilmente la cabeza con los puños—. ¡N-no me gustan los bichos! ¡T-tú captura lo que quieras, pero a mí sácame de aquí! ¡Sácame de aquí!—comencé a gritar entre dientes, golpeándole con más fuerza la cabeza— ¿No me oyes? ¡He dicho que me saques de aquí! ¿Es que acaso quieres matarme? ¡Sácame, sácame, sácame~!

 

—¿¡Puedes dejar de golpearme!?—Pregunté subiendo un poco el tono mientras me volteaba tomándola de las muñecas.—Si quieres salir de aquí tienes que caminar.
Solté sus muñecas y seguido de mi Charizard fuimos abriendo paso a base de Puño Fuego y Golpe Aéreo, finalmente quedaron muchos Bichos y Plantas debilitados por el camino.
—Venga, queda poco camino hacía el Claro Pincel. Desde ese punto ya estamos en Tempera.

 

Mimi Honda

Cuando me tomó de las muñecas, con fuerza y pretendiendo que detuviese mis golpes, me sorprendí. No me esperaba que se tomase tantas libertades, es decir... ¿Q-quién le había dado permiso para hacer eso? ¡I-idiota! Además... ¡¿caminar?! ¿Aún más? ¿Por qué?

Iba a tratar de liberarme a patadas cuando Alpha me soltó. Seguidos por su charizard... negro... (¡Un charizard negro, que chic!), Alpha fue abriendo camino hasta el otro lado del camino... lejos de todos esos... bichos.

—Venga, queda poco camino hacia el Claro Pincel—me dijo entonces—. Desde ese punto ya estamos en Témpera.

—¡¿Qué?!—casi grité—. ¿Aún hay que caminar más? ¡No quiero!—me quejé infantilmente, inflando las mejillas y cruzándome de brazos, obstinada—. Estoy cansada, tengo el pelo fatal... y los pies me están matando... ¡quiero hacer una parada y descansar! ¡Y no es una sugerencia!

 

Contenido oculto

charizard... negro... (¡Un charizard negro, que chic!). Luego yo soy el racista...

—¡¿Qué?!—Gritó—. ¿Aún hay que caminar más? ¡No quiero!—Se quejo, inflando las mejillas y cruzándose de brazos.—. Estoy cansada, tengo el pelo fatal... y los pies me están matando... ¡quiero hacer una parada y descansar! ¡Y no es una sugerencia!

—¿Quieres que te lleve yo? ¿O prefieres ir en Charizard?—Pregunté en un suspiro. Ya estábamos casi en el lugar.
Por otro lado miré hacía los pokémon debilitados y logré atrapar a uno tipo Hierba: Petilil.
—Uno más al equipo.—Dije cuando tomé la pokéball del tipo Hierba y la guardé en mi bolso.

 

Mimi Honda

—¿Hmm? ¿Llevarme tú?—repetí, dirigiéndole una mirada de arriba a abajo. Tenía pinta de ser un chico muy debilucho. No es que yo fuese una persona pesada en absoluto, pero si por cualquier motivo tropezara, caeríamos los dos sobre la tierra embarrada del camino, y aquello no estaba en mis planes. Y su Charizard... bueno, no había tenido buenas experiencias montando sobre pokémon, así que tampoco era una opción viable—. Olvídalo—le dije finalmente, apartando el rostro con molestia—. Puedo caminar yo solita, como tú has dicho, ciudad Témpera ya no debe quedar lejos, ¿verdad?

Contenido oculto

Bipolares, bipolares everywhere (?

 

—¿No hay un manual para entenderte?
Al momento de preguntar seguí caminando por el musgoso bosque delante de ella. Nos quedaba poco camino y ella quería salir rápido.

 

Mimi Honda

—¿Qué insinúas?—le pregunté, enarcando una ceja. Sin embargo, antes de contestar, Alpha siguió caminando hasta colocarse frente a mí. ¿Un manual? ¿Qué idea era esa?—. Yo me hago esa misma pregunta con los chicos, ¿sabes? —dije, encogiéndome ligeramente de hombros.

 

—Que eres muy difícil de entender.—Dije.—No quieres caminar, pero tampoco quieres que te lleven, no sé que quieres a fin de cuentas—Suspirando le dije la verdad.—, pero al menos estamos llegando.

 

Mimi Honda

—Quiero llegar a Témpera ya—le respondí—. No es difícil darse cuenta. Estoy cansada de andar por este bosque, y de tener el presentimiento de que me están constantemente observando...—comenté, dirigiéndole una mirada ladeada y cautelosa a un pequeño arbusto, dónde unos ojos parecían brillar en las sombras. Bichos... bichos, otra vez. Un escalofrío me recorrió la espalda. En ese momento, recordé que Alpha había mencionado algo sobre un nuevo miembro para su equipo, y decidí preguntarle, sólo para despejar la mente—. Por cierto, ¿qué capturaste antes?

 

—Ya estamos casi.—Le respondí.
Habiamos llegado al final del trayecto y ahí estaba el Claro Pincel frente a nosotros. Un extenso sendero se creaba donde la hierba alta abundaba y pocos pokémon se lograban ver.
—Atrapé a Petilil y al Skorupi.

 

Mimi Honda

Cuando la sombra del bosque quedó atrás, la luz del sol me dio directamente en los ojos, y me vi forzada a entrecerrarlos para evitar quedarme ciega por segunda vez. Ante nosotros, se extendía ahora una vasta pradera de hierba alta y espesa, rodeada de frondosos árboles. A lo lejos, tras el cúmulo vegetal, podían entreverse los primeros edificios de Ciudad Témpera, incluso creía poder entrever el Casino Témpera desde aquí. Internamente me sonreí. Por fin dejaría atrás este bosque y nunca jamás volvería a poner un sólo pie en él.

Y en ese momento, escuché la voz de Alpha. Skorupi lo conocía, pero el otro...

—¿Petilil?—repetí.

 

—Petilil, sal ahora.
En segundos mi pokémon se materializó mostrando un pequeño capullo con tres hojas en su cabeza.
—Luego puede evolucionar a un Liligant con una Piedra Sol—Le dije mostrando en mi pokédex una imagen de ella: tenía una gran flor de color rojizo sobre la cabeza con unos estambres similares a una corona. También contaba unas hojas en la cabeza simulando unos cabellos y otra muy grande que le tapa todo el cuerpo por la espalda, a modo de melena. Finalmente otras hojas en el cuello, otras dos formando sus brazos y otras más grandes que le nacen en la cintura y forman una falda.—, suelen ser dócil según esto, ¿A qué será un pokémon bueno en mi equipo?

 

Mimi Honda

''Todos los famosos quieren uno de estos Pokémon. Incluso a los Entrenadores más curtidos les cuesta que florezca.''

Estas palabras se leían en la pantalla táctil de la Pokédex de Alpha. ¿Famosos? Reprimí un grito de emoción, mis ojos habían comenzado a brillar como si contuviesen todas las estrellas del universo. ¿Cómo una criatura así podía evolucionar a una monería como esa? ¡Era hermosa! ¡Súper linda, y chic! ¡Y tenía que ser mía!

—Suelen ser dócil según esto—escuché decir a Alpha—, ¿A qué será un pokémon bueno en mi equipo?

—Hum—murmuré, dirigiéndole una mirada de circunstancias. Después volví la vista a la pantalla—. Aunque pensándolo bien... ¡es la elegancia personificada, por favor! ¡Y además es un pokémon de famosos!—cerré los ojos y me encogí de hombros, con dramatismo—. Tú no tienes lo que hace falta para apreciar un pokémon así, no tienes clase, no tienes estilo, y sería un auténtico desperdicio... en cambio yo...

 

—Parloteas mucho, yo te espero adelante.
Solté una pequeña risa para luego echarme a correr hacía el Claro Pincel.
—¡Sí quieres a Petilil mejor sera que me alcances!

 

Mimi Honda

Antes de poder acabar la frase, Alpha salió corriendo entre risas, hasta la pradera de hierba alta que se extendía ante mis ojos. Si pretendía jugar al ''Pilla pilla'' o algo así, se confundía de persona. Yo nunca haría algo tan ridículo e infantil como... ¿ah? ¿Petilil?

—¿Quién ha dicho que yo quiera ese pokémon?—le pregunté, frunciendo el ceño y cruzándome de brazos, molesta—. Estás mal de la cabeza si piensas que voy a caer en un juego tan...—las palabras murieron en mis labios cuando volví la mirada y Alpha ya había desaparecido de mi vista. ¿Cómo podía correr tanto? Superaría a un Arcanine con Velocidad Extrema sin dudarlo. Una suave brisa meció las hojas de los árboles que se hallaban sobre mi cabeza, susurrantes. Y, en ese momento, como una acción desfasada a tiempo, un abrumador sentimiento de soledad se apoderó de mí.

....

¡Ugh! ¿Qué podía perder por ser infantil un rato?

—¡Alpha!—le grité, corriendo tras él—. ¡Eh, espera! ¡Espera! ¿Qué es eso de que parloteo mucho? ¡No lo hago! ¡Si yo te dijera todos tus defectos no acabaría nunca, idiota! ¡Por el amor de Arceus! ¿Quieres dejar de hacerme correr?