Tierras de Áurea Bosque neblinoso

Con cierta preocupación claramente grabada en su mirada, Flora caminó siguiendo de cerca a Fauna. Suspiró cuando la escuchó decir que Alma y todos los Profetas debían soportar muchísimo solo por existir. Y asintió con cierta tristeza.

—Sí... debe ser duro —afirmó—. Yo llevo tiempo fingiendo tener esos mismos poderes... y solo fingiéndolo ya sentía una carga enorme sobre mis hombros. No quiero imaginar lo que deberá sentir Alma.

Los pasos del grupo los llevaron de nuevo frente a la entrada a Theia, habiendo deshecho el camino que antes recorrieron. Y Flora agarró con fuerza su Gugnir cuando se detuvo ante la muralla.

—... ahora solo queda prepararnos y esperar, ¿de acuerdo? —aseveró la Sacerdotisa—. Estoy segura de que a estas alturas Hendrick y Erin ya tendrán algún plan. Nos ceñiremos a él y nos prepararemos para lo que venga. Alma estará atenta a los movimientos de Aura con sus poderes. Yo iré a hablar con ella mientras descanséis, y veremos si... todo va bien.

Así, las puertas se abrieron... anticipando la batalla que vendría.


Seguiremos todos juntos en Theia en un momento.