Bajo las alas de tus ángeles

Re: Bajo las alas de tus ángeles

ya sabía lo del blog, pero gracias por recordarmelo.

Esque no me podía decidir xD

Además, nadie de los que lee el fic se pasa

seguido por el grupo :/ Almenos no la mayoría :(

 

Re: Bajo las alas de tus ángeles

Lo siento, estoy demaciado deprimida como para subir la conti (asuntos personales)
Lamento tener que acerlos esperar para nada u.u
pero para la proxima semana subiré dos continuaciónes.
Adios.

 

Re: Bajo las alas de tus ángeles

8.- Te amo: ¿algo difícil de decir?

Rosi abrió lentamente los ojos, para toparse con unos ojos rojos que la miraban con cierta curiosidad y al mismo tiempo ternura. ¿Ternura? ¿Un extraño la veía así?
La chica trató de pararse y huir de allí, pero se dio cuenta de que sus muñecas estaban sujetas a unas cadenas que la hacían verse como un títere. Estaba en algo así como un sótano. Pero a lo lejos se veía una puerta. La tierra retumbaba en señal de una tormenta nueva.

-¿Dónde estoy?- preguntó la chica con algo de furia en su tono de voz, mirando al chico en señal de reto.

-Cálmate. Estamos en casa… al menos mi casa- dijo Miedo con una media sonrisa en su rostro.

-¡Sácame de aquí!- dijo al chica en una orden.

-No hasta que seas más educada.- el chico salió de la habitación, y en casi menos de 5 segundos volvió con un plato lleno de comida.- Ten- dijo amablemente poniendo el plato frente a Rosi.

-¿Cómo piensas que voy a comer estando amarrada así?- dijo la chica un poco más calmada, pero aún con furia en su tono de voz.

-di ‘‘A’’- dijo el Miedo mientras que guiaba una cuchara con comida hasta la boca de Rosi. Extrañamente la chica no protestó, y comió hasta que quedó satisfecha. La lluvia comenzó a caer sin parar haciendo que el frío se presentara al curioso lugar.

-Gracias por la comida- dijo Rosi amablemente, y algo deprimida.

-¿No te gusto?- dijo el chico seriamente esperando la respuesta de Rosi.

-No es eso… es solo que… de repente me sentí… muy cansada...- dijo cayendo inconciente.

Miedo se preocupó algo, y su mente disputaba por llevarla fuera de ahí o simplemente ignorarla. No pasó mucho tiempo para que se decidiera a quitar las cadenas y ponerla en su cama. Ahora que se daba cuenta, era muy hermosa calmada, con los cabellos largos y rizados esparcidos por su almohada. Pero un fuerte sonido lo regresó de las nubes.

-¡Miedo! ¡Algo le pasa a Mariana!- entró alterado su compañero

-Lo mismo le pasó a esta chica… que extraño… ¿Qué fue exactamente lo que pasó?- le dijo tratando de entender lo que pasaba.

-pues…

-FLASHBACK-

-Entonces fue ese día en el que me decidí a olvidarla… pero no pude.- dijo Aldo contando algo de su vida mientras tenía a la chica con su cabeza en las piernas de el, como una cómoda almohada. El jugaba con su cabello, estirándolo y moviéndolo te un lado a otro, o también dándole vueltas.

-sabes… en eso nos parecemos- dijo la chica mirándolo con algo de felicidad y tristeza a la vez. Fue una mirada extraña llena de… ¿amor? No… eso no podía ser posible. No en esta vida.

-¿a que te refieres?- dijo dándole más importancia a lo último que dijo

-es solo que… la persona a la que amábamos se alejó para siempre de nosotros… y por más que trates de olvidarla, el recuerdo de su despedida vuelve una y otra vez a tu cabeza- una lágrima descendió de la mejilla de la chica.

Aldo recorrió el con su dedo índice el lugar por donde había pasado la lágrima.

-¿te duele pensar en el?- preguntó el chico sin emociones, algo extraño en una persona, o demonio, o lo que fuera el.

-si… ¿y a ti te hace daño pensar en ella?- pregunto de igual manera la chica, cosa que sorprendió a Dolor, ya que todo lo que decía ella lo decía con una mueca.

-si…- contestó fríamente.

-tal vez es porque ellos no estaban destinados a estar con nosotros, ¿no crees?- dijo la chica hablando con un poco más de animo. –Baldur siempre esta hablando del destino, y ya me convenció a mi- dijo la chica soltando una pequeña risita.

-tal vez… ¿entonces para olvidarla, me tendré que enamorar de alguien más?-

-eso creo- dijo la chica… miró a el chico y se rió por lo que hacía: levantaba y bajaba las cejas una y otra vez, en señal de coqueteo.

-pero no conmigo- dijo entre risas, la chica- sabes es fácil hablar con… ti… go- dijo entrecortadamente mientras quedaba inconciente.

-FIN DEL FLASHBACK-

-solo estábamos hablando y se desmayó- le dijo el chico

-creo que debemos regresarlas a de donde vienen- dijo Miedo

-pero… - dijo el chico buscando alguna excusa para no hacerlo, al no encontrarla no tubo más remedio que aceptar la realidad- está bien – dijo fastidiado. –pero esperemos al menos que despierten.

-está bien.

Aldo volvió a su cuarto, donde encontró a la chica aun inconciente en su cama. Trató de acomodarse otra vez como estaban, así que levantó levemente la cabeza de la chica para poner sus piernas, pero eso hizo que la chica se despertara. Lo que el no quería.

-¿Qué paso? Todo me dio vueltas, y luego no vi nada.- dijo la chica con voz cansada.

-te desmayaste… debo decirte que estaba asustado, no sabía que hacer.-

-siempre hago que las personas se preocupen por mi. Lo siento, soy una molestia para todos- Mariana trató de sentarse, pero Aldo se lo impidió, abrazándola y dejándola sorprendida. Definitivamente eso no se lo esperaba la chica.

-no lo eres.- le dijo entre risas al oído.- te voy a decir algo… desde que te conocí… volví a sentirme completo… y no se el porque. Creo que, me hacía falta una amiga como tu- le susurró eso ultimo haciéndola temblar un poco.

-tu también me haces sentir así- dijo la chica correspondiendo el abrazo.

-debes irte- dijo Aldo fríamente rompiendo el abrazo

-¿Por qué?- dijo la chica- ¿ya te moleste tanto que no me soportas?- le dijo con ojos llorosos,

-¡No! No es eso. Miedo dice que el desmayo que tuviste tú y el de tu amiga fue por causa de que están aquí.-

-pero no me quiero ir… espera… ¿Qué amiga?-

-sígueme…- dijo Dolor tomándola de la mando, guiándola hasta la recamara de su amigo.

Llegaron justo cuando Rosi despertó la chica.

-¿Rosi?- pregunto confundida. ¿Cuándo fue que la siguió hasta aquí?

-¿Mariana? ¡Mariana Garza Moreno! ¡¿Cómo te atreves a desobedecerme y venir hasta aquí?!- la regaño mientras le daba una bofetada.

Mariana se escondió detrás de su amigo Dolor y puso su famosa cara de perrito abandonado.

-¡No pongas esa carita conmigo! ¡Sabes muy bien que no funciona!-

-cierto- dijo cambiando de un segundo a otro su expresión.

-tenemos que volver… no sabemos cuanto tiempo hemos estado aquí.

-esta bien… - suspiró Mariana para después mirar a su amigo. –supongo que nos veremos…

-¡No se volverán a ver! ¡De eso me encargo yo! – la interrumpió Rosi

-entonces supongo que tengo que hacer lo que desesperadamente pide mi muerto corazón- dijo con algo de sarcasmo el ojinegro (Aldo)

-¿A qué te refie...?- fue callada por un beso. No como el desesperado beso que le dio cuando se conocieron, sino uno tierno… lleno de amor. ¿Amor? Si era eso lo que sentía por ella… ahora lo sabía. Su cerebro comprendió ahora lo que su corazón supo desde el inicio. El beso terminó. Mariana se quedó aun más confundida de lo que ya estaba. Típico en ella.

-Acabo de darme cuenta de algo. Toda esta preocupación hacia ti: pensé al principio que nunca te volvería ver, y entonces llegaste. Mi corazón se aceleró… fue extraño. No lo había sentido desde hace mucho tiempo. Después, cuando te desmayaste, pensé que me volvería loco si algo te había sucedido. Y ahora me di cuenta…

-¿de que?- preguntó la chica aun sin comprender muy bien lo que pasaba

-eres más despistada de lo que pensé. Mariana… te amo-

Una pequeña sonrisa se formó en los labios rosa pastel de la chica mientras que la sangre le subía por las mejillas dejándolas algo sonrojadas, quiso decir algo, pero no había palabras para expresar lo que sentía: tristeza, confusión, alegría, emoción, dolor y un sin fin de expresiones que no podía describir.

-yo…-

-si, si, si. Lamento arruinar su momento de película de amor, pero mariana, tenemos que irnos- dijo Rosi separándolos y llevándose casi a rastras

Rosi chasqueo los dedos seguida de su amiga. Comenzaron a desaparecer poco a poco, dejando una imagen poco visible de Miedo y Dolor. Después de unos segundos la imagen entera se borró completamente. Después el pasillo de Tengoku apareció en un abrir y cerrar de ojos.

Mariana se sentía extraña. Sentía las famosas mariposas en el estomago. Se quería reír, pero no sabía el porque.

Rosi se burló de la reacción de su amiga. Después de escuchar que las llamaban desesperadamente, corrieron a la sala.

Al entrar Made las miró al igual que Baldur, primero con alegría, pero después en forma reprobatoria. Aquí venía uno de los famosos regaños de Madeleen.

Mariana iba con una sonrisa dibujada en su rostro mientras que con su dedo índice tocaba levemente su labio superior. Los regaños no le importaban ahora. Lo que su mente le decía era más importante ahora: futuro plan para volver a la tierra.


Aqui termina otro capi :3

El lemon ganó xD
Sorry Made :/

 

Re: Bajo las alas de tus ángeles

9.-Aldo: el chico de los sueños rotos.

Rosi y Mariana se acercaron cautelosamente hacia los dos esperando la explosión de la chica.

-¿y bien? ¿Dónde estaban?- preguntó Baldur

-Deja que yo me encargue, Baldur… ¿¡Tienen idea de que hora es?! ¿¡Cómo se les ocurre llegar a estas horas!? ¡Nosotros preocupados buscando las por todos lados y ustedes sin aparecer! ¡Porque es demasiado tarde como para que hayan despertado!
¿Dónde demonios se metieron? ¿Qué tal si les pasaba algo?

-Made… dijo Rosi tratando de calmarla- cálmate y te explicaré todo con clama.

-¿Calmarme? ¿Cómo quieres que me ponga si ustedes no aparecen?

-Esta bien… no te calmes- dijo Mariana caminando hacia el pasillo

-¡¿Y a donde crees que vas?!- Le grito Made

-ya que aquí va empezar el gritadera, mejor me regreso de donde vine.-dijo la chica decidida a volver a la tierra

-Espera… ¿de donde vienes?- pregunto algo calmado Baldur.

-No te lo digo- dijo guiñándole un ojo y luego saliendo corriendo hacia el pasillo. Baldur la siguió hasta que vio la puerta que estaba a punto de abrir. No entendió muy bien que trataba de hacer, hasta que leyó lo que decía sobre la puerta: tierra.

-¡No te atrevas!-

-¿Por qué no?-dijo deteniéndose.

-con que es ahí donde te escabulles. Pues no volverás a entrar, ahora mismo voy a mandar a cerrar esa puerta. Y tú te quedarás castigada, jovencita.

Marina se soltó bruscamente de su brazo.

-¡tu no eres nadie para decirme eso! ¡No eres mi padre!- corrió hasta el final del pasillo.

-¡A tu cuarto!-

-¡Adivina a donde voy!- dijo gritándole mientras cerraba de un portazo.

Lo que dijo tenía algo de cierto. Baldur no era nadie para ella. ¿Un amigo? Al menos eso lo consideraba Baldur, pero ahora… ya no sabía lo que en verdad era para ella.

Pasaron unas horas. Rosi le contó sobre los demonios a Baldur y todo lo que pasaba en la tierra. También le contó sobre el ‘‘amigo’’ de Mariana, lo que alarmó al chico.

-¡¿Cómo puede ser amiga de esas cosas?!- decía enfurecido Baldur.

-No son tan malos… es más, son muy amables, o al menos Miedo y el amigo de Mariana. Pero… eso no les quita lo peligroso.

-Voy a cerrar esa puerta. A partir de ahora, tienen prohibido bajar a la Tierra.- dijo Baldur mientras salía de la habitación.

Mientras Tanto, Mariana se encontraba en su cama, mirando el techo. Pintado como el cielo. Azul celeste con nubes. Estiraba la mano hacia el techo como si pudiera tocar las nubes. De pronto, abrieron su puerta y se incorporó.

-Hola…- dijo Made

-Hola- le respondió su amiga.

-¿Puedo sentarme contigo?-

-Claro. ¿Puedo contarte algo?-

Made asintió con la cabeza.

-Bueno, lo que pasa es que… ¿tú sabes que fui a la Tierra, no?-

-si- dijo algo molesta – y no me invitaron – le contestó cruzándose de brazos. –Bueno, dime que querías contarme.

-en la Tierra conocí a un chico y…-

-¿Un chico? ¿Era lindo? ¿Qué edad tiene? ¿Cómo es?-

-pues... si, era algo lindo. Tiene solo 15, y es algo alto, bueno no mucho, pero si un poco más alto que yo, emm… su cabello es negro, al igual que sus ojos. Pero lo que más me gustaba de el, era de cómo me miraba. – dijo la chica suspirando

-¿Cómo lo hacia? ¡No me digas que pervertidamente!- dijo la chica tratando de no enojarse por algo que acababa de escuchar.

-¡no! Al contrario. Sus ojos tenían señal de soledad completa, pero cuando me miraba… podía ver algo de felicidad.

-hablas de el como si supieras que le paso en su vida- dijo Made tirándose en la cama de espalda.

-me contó algo de su vida… al parecer mataron a su novia, o algo así… y se suicidó. Le pregunté si la seguía amando, me dijo que si… pero al parecer le pasa igual que yo, dejo de amarla con el tiempo… o eso creo.

-¿eso crees?- preguntó Made levantándose un poquito – ¿a que te refieres con ‘‘eso crees’’?-
-es que… hoy… le pregunte que si la seguía amando, y me dijo que si… pero cuando iba a regresar, me beso y luego… me dijo que me amaba.- dijo tirándose junto a su amiga.

-tal vez es porque al igual que tu… nenecita que alguien más ocupe el espacio que esta roto en su corazón… - dijo Made, después de dos segundos que pensó lo que había dicho comenzó a reír –soné muy cursi, ¿no?-

-un poco… pero tal vez tienes razón.-

En eso tocaron la puerta.

-Adelante- dijeron las dos chicas al unísono.

-¿Made? Me dijo Baldur que estabas aquí.- dijo un chico de ojos café chocolate, al igual que su cabello castaño.

-¡Chris!- dijo la chica lanzándose sobre el. Se dieron un abrazo, y cuando sus labios se acercaban… Mariana los interrumpió…

-chicos… ¿me perdí de algo entre ustedes dos?- dijo la chica hincada en su cama con la curiosidad por todo su rostro.

-¡Mariana! ¿Seguías aquí?- dijo totalmente roja su amiga Madeleen.

-pues… esta es mi habitación… obviamente iba a estar aquí. Oye Chris… ¿Puede un chico amar a una persona en cuestión de segundos?- preguntó la chica

-pues… - dijo mirando a Made, y luego sonriendo levemente – yo creo que si. ¿Por qué lo preguntas?

-¿y puede dejar de amar a alguien en cuestión de segundos también?- preguntó la chica ignorando su pregunta. Esta vez Madeleen fue la que lo miro con una cara de preocupación.

-creo que… si. Depende, de cómo era la relación de los dos.- dijo Chris notando la preocupación de su novia y abrazándola por la cintura.

-ya veo. Oigan… ¿ustedes son novios?- dijo la chica haciendo que la preocupación de la cara de Made se desapareciera, y en su lugar apareciera un sonrojó.

-tu cara lo dice todo- le dijo Mariana a su amiga, pera reírse un poco de su reacción.

-por cierto… Miguel te está esperando en la sala.- dijo Chris.

-Está bien, pero si van a hacer ‘‘cosas’’ háganlas en el cuarto de Made.- les dijo Mariana

-¡Mariana!- dijo totalmente sonrojada Madeleen, a lo que Chris solo se rió.

-Está bien- le dijo el castaño.

-¡Chris!- lo regañó también.

Mariana salió de la habitación dejando a la pareja a solas. Se dirigía tarareando una canción y dando saltos por el pasillo hasta la sala. Ahí se topó con su rubio amigo, besando el cuello de la chica que venía con él el día de la fiesta.

-¡Hola chicos! ¿Interrumpo algo?- dijo Mariana riendo por la cara de sorpresa de los dos.

-¡eh! ¡No, no estábamos haciendo nada!- dijo la amiga del rubio soltándose de el mientras miraba el suelo en un mal intento de disimular su sonrojo.

-¿Cómo estas?- le dijo Miguel a Mariana al ver que estaba como si nada, frente al hecho de que sabía que estaba besando a la otra chica. Trató de que su pregunta se refiriera a otra cosa. –Me dijeron que estabas perdida… ¿estás bien? –

-Sipi- le dijo la chica poniendo en sus manos paz y amor, tal como hacían los hippie haciendo un dos con sus dedos.

-¿Segura?- le preguntó otra vez buscando alguna respuesta a su inexplicable felicidad.

-Segurita. ¡Tengo que contarte algo!-

-¿Qué cosa es?- dijo el chico comprendiendo un poco más su emoción repentina.

-creo que estoy enamorada de alguien…- dijo la chica sonrojándose un poco.

El rubio se sorprendió algo. ¿Qué había pasado con él? ¿Ya no lo amaba? Cuando creyó que despertaría del shock, su novia le dijo a Mariana:

-¡Estoy feliz por ti! ¿Quién es ese chico especial?- le dijo con una sonrisa amplia y sincera

-Es el chico de los sueños rotos.- dijo sonriendo y dejando a los dos confundidos, así que prosiguió- su nombre es Aldo.

Miguel sintió furia. Si, furia. Serian… ¿celos? No… no podía ser. Se dijo muchas veces a si mismo que nunca podría amar a Mariana como algo más que una hermana, ¿o si? ¿Qué sentía en realidad por ella?


Wiiii!!! terminé el otro capi xD


Saludos Adiós! Prometo que pronto todas sus preguntas tendrán respuestas XD

Adios! :3

 

Re: Bajo las alas de tus ángeles

10.- La llegada de Kami-sama a Tengoku. Preguntas y Respuestas.

Mariana seguía sonriente, mirando como la novia de su amigo, brincaba de emoción. Ella sabía la verdadera razón de su felicidad: Si amaba a otra persona, no podría tratar de quitarle a su adorado Miguel. Hipocresía. Solo era eso. Natally (la novia de Miguel) jamás estaría interesada en lo que pensara Mariana. Y eso le constaba a los 3.

-¿No es maravilloso, Miguel?- le dijo Natally – Ya no tendrás a esta fastidiosa chiquilla detrás de ti todo el tiempo- le susurró eso ultimo en el oído para que solo lo escuchara el.

El rubio aún estaba en shock. No se lo creía, ¿Cómo ese tipo logró enamorar a su amiga en tan poco tiempo? Entonces recordó lo ultimo que el vampiro le dijo en la tierra.

‘‘No te preocupes, volveré a verla’’ ‘‘’me pertenece ahora’’

Todo comenzó a darle vueltas. Estaba mareado, de pronto vio todo borroso. Lo último que recordó Miguel fue que cayó al suelo.




El chico recuperó la conciencia unas horas más tarde. Se encontraba en la habitación de Rosi. Lo supo porque en la puerta había un póster de su banda favorita, y una foto de ella. Natally estaba sentada en una silla, esperando a que despertara el chico.

-Mariana… ¿Dónde está Mariana?- dijo el chico aun cansado.

-Kami-sama llegó, y dijo que quería hablar con Baldur, Rosi y ella. Seguramente están en la oficina, o algo así.

-¿Y no sabes sobre que iban a hablar?-

-¡yo que se! Seguramente esos tres hicieron algo muy malo y los castigarán.-

-entonces Kami-sama ya se enteró- pensó en voz alta el rubio.

-¿Qué cosa?-

-no…nada. Olvídalo-

Mientras tanto, los tres chicos estaban en una sala enorme. Kami-sama estaba sentado en una silla frente a un escritorio que tenía algunos papeles. Los chicos estaban en una especie de sillón para cuatro. Dejando grandes espacios entre ellos.

-Supongo que ya saben porque estoy aquí. Así que díganme… ¿Quién abrió la puerta primero y cómo supieron volver de la tierra?

-Fui… yo- dijo tímidamente la chica. Así se ponía cuando la regañaban en la tierra, y al parecer, ese hábito no se le quitó en absoluto, -y supe volver cuando me topé con un demonio. Hicimos un trato: el me decía como volver, a cambio de que el bebiera de mi sangre.

Kami-sama palideció al escuchar eso ultimo.

-¿Cuántas veces has bajado a la tierra?- le dijo con la voz un poco quebrada por el pánico.

-solo dos veces. La primera vez, estaba con Miguel… y la segunda: Rosi me siguió.

-¿Y a tus amigos también los mordieron?- preguntó el Dios intrigado y asustado a la vez
.
-no… solo me mordieron a mi- dijo Mariana mientras que con su mano derecha tocaba la cicatriz. Estaba por detrás de su cuello en el lado izquierdo, difícil de ver gracias a su cabello.

-¿Y la segunda vez que bajaste te volvió a morder?-

-Bueno… le pregunté a Al… digo, a Dolor que si tenía hambre. El me dijo que sí, pero no me mordió.

-¿Has fraternizado con los demonios?-

-Solo con uno… y solo somos amigos- dijo mirando sus pies mientras los movía de un lado a otro para ocultar su sonrojo al decir eso ultimo.

-Yo no creo que sea solo su amigo- dijo Rosi amenazando con el tono a decirle todo a Kami-sama. Mariana la miró asustada.

-¿Por qué lo dices?- preguntó Baldur ganando la pregunta a Kami-sama.

-Lo que pasa, es que cuando estábamos en la tierra Aldo, ósea Dolor, le dijo: ‘‘Te amo’’ a Mariana y después le dio un apasionante beso de telenovelas.

-¡Rosi!- la regañó su amiga con un rojo que casi alcanzaba al nuevo rojo de Madeleen.

-¿Qué? Solo dije lo que pasó.- le sonrió a su amiga.

-Mariana… a partir de ahora, por más que sientas ese deseo de bajar a la tierra para verlo otra vez: Se te prohíbe ir- Resonó el eco de la voz de Kami-sama por toda la habitación.

-yo… si señor- dijo la chica deprimida. No sabía porque se había puesto así, pero estaba triste, decaída, deprimida y un montón de emociones más.

-Pueden salir ahora, no les quitaré más de su tiempo- dijo Kami-sama disponiéndose a salir.

-Espere un momento… quiero hablar con usted- Rosi y Baldur se sentaron de nuevo. Mariana los miró – a solas -


-¡Está bien, está bien!- decía Rosi fastidiada saliendo de la gran oficina en compañía de Baldur.

-Bien… ahora que estamos solos quiero preguntarle algo…-

-Adelante- le dijo Kami-sama animándola a seguir.

-Cuando estábamos Rosi y yo en la Tierra… me dijo Aldo que nos desmayamos. Cuando desperté el dijo que su compañero Miedo le había dicho que era porque estábamos ahí. ¿Por qué?-

-verás, es algo simple. Un ángel guardián necesita mucha fuerza, ya que el estar en la tierra es muy cansado y debilita. Normalmente, pueden durar hasta una semana abajo. Pero como tú eres guardián aprendiz, no me sorprende que no soportaras ni dos días.

AL ver la cara de confusión de la chica, Kami-sama decidió explicarse mejor.

-es como si pusieras a cargar uno de esos carros a control remoto. Normalmente, la batería solo dura media o una hora; digamos que tú eres el carro a control remoto. En Tengoku estás apagado, y en la Tierra estás encendida, ¿Ya entendiste?

-¡ahora lo entiendo! ¿Y hay alguna forma para que eso no suceda?- le preguntó la chica.

-pues… la única manera es que tu te conviertas en un demonio también, pero… ni yo se como ocurre eso.

-¿Hay ángeles que lo han hecho?- preguntó Mariana con la más alta curiosidad que había tenido en su corta vida.

-si… su nombre era: Marcela, pero ahora es conocida como Soledad.

-ya veo. Y dígame, ¿Por qué está una puerta que lleva a la tierra en un lugar como este?

-pues, en un poco tiempo, serán enviados a algunas misiones, como ángeles guardianes. Los detalles se los dará Baldur más adelante.

-por cierto… ¿no me va a castigar?- dijo la chica decaída otra vez.

-¿Perdón?-

-Si… se que rompí las reglas al bajar a la tierra. Bueno, la primera vez fue un accidente, pero la segunda de verdad quería volver.-

-Querida niña… aquí no se castiga… se perdona. Donde se castiga es en el infierno. Y si de verdad hiciste algo muy malo, solo te enviarían allí. Pero no te preocupes… lo que tu hiciste no es tan malo comparando las otras cosas.
-Ya veo… ¡Gracias!- dijo la chica mientras lo abrazaba de golpe. –perdón…- dijo Mariana separándose de el muy apenada. –supongo que me emocioné-

-no importa. Bueno, ahora si me disculpas, debo volver al cielo a mis deberes.

-¡Hasta pronto!- se despidió la chica mientras salía de la oficina.

Afuera la esperaba Miguel. Con una sonrisa seductora. ¿Seductora? ¿Qué le habría pasado?

-Miguel… ¿Ya te sientes mejor?- preguntó la chica poniendo su mano en la frente del chico para averiguar si tenía fiebre.

-si… creo que estoy mejor. Debería volver al cielo para descansar. Bueno, ¡Adiós!- El chico si que se comportaba extraño ese día.

-Está bien… ¡Adiós!



Los días pasaron y se volvieron semanas, las semanas se convirtieron en meses. Los meses pasaron y se volvieron años. Tres exactamente. Tres largos años sin bajar a la tierra. Mariana se desesperaba… viendo como sus compañeros bajaban a la tierra para cumplir misiones. Cosas sencillas, como hacer que alguien dejara de beber, cuidar a un bebé, etcétera. A todos se les había asignado un arma:

Kurokaze tenía una espada, ahora era el ángel guerrero.

Konae tenía un arco y unas flechas. Era el ángel del amor. Cupido le ayudó en su entrenamiento.

Rosi tenía el cetro de la esperanza. Era el ángel de la valentía.

Madeleen poseía el arco de la fuerza, y las flechas del coraje. Era el ángel de la astucia.

Kaoru Kamish tenía el arpa de la pureza. Era el ángel del viento

Megumi tenía también una espada. Era el ángel protector.

Mary-chan tenía un arpa también. Y era el ángel de la bondad.

Incluso la chica nueva tenía un arma y un don. Su nombre era Neroamee, le decían Neroan o Nero. Tenía una especia de poder para sanar a las personas. Y era el ángel del agua.

Todos y cada uno de ellos eran enviados por Baldur a misiones en la tierra. Todos menos Mariana. Baldur temía que si la enviaba a la tierra se escapara para ver a los demonios. Así que no le dio ninguna arma, ni le daba misiones.

Mariana se sentía inútil. Viendo como regresaban todos victoriosos de sus misiones. La chica estaba por cumplir los 19 años. Faltaban dos meses para su cumpleaños. Y lo único que quería era ver a su amigo Dolor.

La puerta de la tierra se abrió otra vez, dejando ver a kurokaze herido. Mariana corrió para ayudarlo, pero su amiga Neroan, le ganó. Tocando las heridas graves y haciéndolas sanar en un abrir y cerrar de ojos.

-¿Qué pasó?- dijo Mariana

-Me atacaron… unos… unos… unos demonios… - decía entrecortadamente aguantando el dolor.

-¿Qué? ¿Cómo eran?- uno de ellos, tenía los ojos rojos y el cabello negro, el otro… el que casi me mata… sus ojos eran igual de negros que su cabello.

-Miedo y Dolor… - susurró para si misma la chica.

-por cierto… ellos me preguntaron por ti Mariana… ¿Tienes algo que ver con ellos?- decía aún aguantando el dolor de sus ultimas heridas. Aunque Neroan las estaba curando, cuando las cicatrices se cerraban, ardía mucho. Casi tanto como una herida abierta bañada en alcohol.

-no… bueno, hace años… éramos algo así como amigos… pero supuse que se habían olvidado de mi-

-Pues al parecer te están buscando… y uno de ellos parecía desesperado al ver que no le decía nada sobre ti…

FLASHBACK

Kurokaze estaba preparándose para volver, cuando una gran explosión cerca de donde estaba hizo que un árbol cayera y casi lo aplastara. Dos figuras masculinas aparecieron de entre el polvo y la tierra. Los dos vestían solo de negro. Con una capucha larga como de vampiros pero algo modernas. Uno de ellos parecía tener 20, mientras que el otro unos 21. Lo que los diferenciaba era la estatura y que uno de ellos, el más alto, tenía los ojos rojos.

-valla, valla, valla… ¿Qué tenemos aquí?- dijo el chico de los ojos negros acercándose a Kurokaze con precaución. Se detuvo al ver que no había casado ningún venado, y que frente de el había un ángel - ¿Qué? ¿Eres un ángel guardián?- dijo el chico algo… ¿emocionado? -¡hace años que no vero uno! Responde… ¿Conoces a Mariana? Una chica de cabello castaño, hiperactiva, no muy alta y alegre.

-¿y que si la conozco?- dijo amenazadoramente

-escúchame… si sabes lo que te conviene, me dirás donde la puedo encontrar.-

Kurokaze sacó su espada –entonces creo que no se que es lo que me conviene- le dijo mientras que le hizo una señal con la mano para que empezara la batalla.

El chico de ojos negros con solo mirarlo le hacía graves heridas. Era un don que había obtenido. Su compañero de ojos rojos solo se acomodó en un árbol mirando el espectáculo. Era obvio quién ganaría. Los ataques de Kurokaze, aunque fueran de los más rápidos y ágiles de todo el cielo, no se comparaban a los que le lanzaba su enemigo.

El sudor comenzó a bajar por la frente de Kurokaze, le faltaba el aliento, sus piernas estaban cansadas, y tenía cicatrices por todas partes.

-El ser psíquico me ha ayudado mucho estos años… no sabes a cuantas personas y animales he matado… el dulce olor a su sangre es como droga. Y justo ahora tengo algo de hambre. Sabes, estábamos buscando algún venado para alimentarnos, pero ya que te he encontrado a ti… supongo que no debo desperdiciar la ocasión- dijo el chico pasándose la lengua por los labios.

Kurokaze corrió, sabía que eso era un acto de cobardía, pero aún así... si se quedaba ahí sería su fin. Después de ocultarse en unos árboles chasqueó los dedos y volvió a casa.

FIN DEL FLASHBACK

-Entonces… no se ha olvidado de mi me está buscando- pensó alegre la chica. Estaba feliz.

Kurokaze estaba mejor. Sin heridas ni dolor. Gracias a Neroan.

-Gracias Nero… te debo una- dijo el chico sonriéndole haciendo que se la chica se sonrojara un poco.

-no… no es nada… - dijo Neroan aún con la cara roja. No sabía porque, pero ese chico hacía que se sintiera extraña.

Mariana ya no estaba con sus amigos. Estaba en su cuarto, pensando en una forma de volver a la tierra. Esto le recordó a los viejos tiempos.

Tocaron a su puerta y entro Rosi. Alegre como siempre.

-¡Hola!- dijo emocionada Rosi

-Hola… ¿Por qué tan feliz? – le preguntó su amiga

-es que… ¡te tengo una buena noticia!-

-¿Cuál es?- preguntó la castaña intrigada y sonriente

-creo que para tu cumpleaños, ¡Baldur te dará un arma por fin, y podrás bajar a la tierra para cumplir misiones!

Mariana y Rosi gritaron emocionadas. Las dos sabían la única razón de tal emoción: Mariana volvería a ver a Aldo.

- - - - - - - -

No es que quiera que entre Kurokaze y Nero hayá una relación, pero se me ocurrió hacer eso para que Nero se vea tierna xP
Aun que si los dos quieren que pase algo, me avisan! XD
¡Adios! Saludos :3
P.S. Ahora si estaba inspirada xP