Bailando al ritmo de tu raqueta

Re: Bailando al ritmo de tu raqueta

Bailando al ritmo de tu raqueta​

Resumen:​

Una chica con muchos problemas en casa, se va al extranjero ha estudiar el deporte que siempre le ha gustado. El ballet… Si, estudiaba ballet desde que era una pequeña niña. En fin, no contaba con que cuando llegara ha esta preciosa ciudad los verdaderos problemas empezarían.

Sin ningún otro remedio, es obligada a compartir su departamento con el chico más engreído de Europa. Un insoportable jugador de tenis que se cree más que su alrededor solo por ser un “hijo de papi” y el mejor jugador de la ciudad.

Nuestra querida protagonista experimenta muchos sentimientos en ese viaje, en los cuales destacan, amor, odio, tristeza, decepción, pasión, dolor, entre otros. Hasta el punto de caer en las manos de un embarazo precoz...

Aclaraciones:

- El fanfic es un InuKag, creí que eso quedaría muy claro al leer el resumen.
- Kagome tiene 19 años; Inuyasha 21 años.

Capítulo tres.
Preguntas.

Chocolate versus ámbar. Ámbar versus Chocolate. Dos hermosas miradas, observándose con odio, rabia y tal vez, superioridad.

¿Quién se creía esa mocosa? ¿Creía que podría entrar así como si nada a su departamento y empezar a comerse su comida?
¿Quién se creía ese tipejo de cuarta? ¿Creía que el simple hecho de que era más alto que ella por una cabeza le daría el derecho a insultarla?

¡PUES NO! ¡NO ME LA CALO!

Desafiantes. Miradas desafiantes. Ella lo veía, él la veía. Un hombre detrás de ellos, miraba la escena con un poco de miedo. Si esas miradas mataran, cada uno estaría doscientos metros bajo tierra. Abrió la boca para intentar auricular alguna palabra, en vano.

Ella, comparada con el, parecía un duende. Él, comparado con ella, parecía un mastodonte.

-Señores…- El hombre se armó de valor, y hablo.-Por favor, sus padres únicamente querían lo mejor para ustedes, compréndanlo.- El pobre hombre calló. Dos miradas asesinas se posaron en él.

-Como quiere… ¿¡Cómo quiere que entienda que mi madre me está prácticamente obligando a vivir con un niñito rico y grosero!?... ¡Un grosero que no sabe modales!- Termina recordando la discusión que había tenido con el chico momentos antes.

-¡Oye malcriada! ¡No soy grosero! Eres tú, que eres demasiado fea.-

-La fealdad no tiene nada que ver con mi personalidad… ¡Oye! ¡No soy fea!-

-Por supuesto que sí.-

-Por supuesto que no.-

-Que sí.-

-Que no.-

-¡Que sí!-

-¡Que no!-

-¡Sí!-

-¡No…!-

-¡Silencio los dos! ¡Ya me tienen harto!- Grita enojado el señor. –No son niños de preescolar, compórtense como debe ser.-

-…-

-…-

-“Que sí.”-

-“Que no.”-

-“Esto es insoportable.”-

Inhala, exhala. Inhala, exhala. Inhala, exhala.

Respira profundo.

-Haber, ahora que podemos conversar como adultos civilizados…-

-Adolescentes.-

-¿Ah?-

-Aun soy adolescente, señor.- Aclara el joven de cabellera plateada.

-Joven Taisho… ¿No es usted mayor de edad?-

-¡Pues claro que lo es! Pero su mente aun sigue menor de edad.- Estalla en risa la azabache. El viejo señor no puede evitar soltar una pequeña carcajada. La furia crece un poco más en el portador de hermosos ojos ámbar.

-Tabla de planchar.- Insulta Taisho.

Las risas del joven y el viejo se detienen. El hombre mira con los cachetes sonrojados y la boca entreabierta al joven. Está vez, el viejo suelta una sonora carcajada. La azabache mira desafiante al Taisho. Estúpido Taisho.

-¿Cómo me dijiste?- Pregunta lentamente Kagome.

-¿Qué no oíste? Vale, te lo repito…- El chico toma un poco de aire, y prosigue. -¡Tabla de planchar! ¡No tienes ni tetas, ni culo!- La risa del hombre creció más. Y la cara que puso Kagome, hizo que InuYasha sonriera superiormente.

-¿¡Lo ves!? ¡Eres un grosero! ¡Es pecho y trasero! ¡Y no soy plancha, que te quede claro!-

-¡Silencio!-

Toda la habitación quedo en silencio. Ya era hora. Todas las miradas se dirigieron al que había pegado semejante grito. Un hombre de estatura media, pelo canoso recogido en una coleta, y se podría apreciar, que los años le estaban afectando. Un señor ya mayor, sin duda alguna. Vestía con un elegante traje de gala.

-Ya es suficiente.- El señor baja su tono de voz un poco.

-Sr. Totosai.- El viejo que antes reía, sale corriendo y se posa junto al otro señor. El tal Totosai.

-Myoga, como se nota que los años te están afectando. Ni siquiera con dos Kinder Garden’s puedes… Que fraude.- Ríe burlonamente el señor Totosai. InuYasha y Kagome lo observan con cara de “¿Y este quien se cree?” Exacto. ¿Quién se cree que es para decirles “Kinder Garden’s”?

-No se burle, Sr. Totosai.-

-Disculpe, ¿Quién es usted?- Pregunta tímidamente Kagome. InuYasha la observaba con una ceja levantada. ¿Por qué esa chica preguntaba cosas tan tímida y penosamente?

-¡Viejo! Sí, usted. El tonto que se cree Superman.- El Taisho capta la mirada de Totosai y prosigue. -¿Quién te crees que eres para mandarnos a callar? ¿Quién te crees que eres para decirnos Kinder Garden’s? ¿¡Quién eres!?-

-InuYasha, respeta, ¿Qué no ves que es un señor mayor que tú?- Le susurra Kagome.

-¿Y eso que tiene?-

-Que debes respetarle, el ha vivido mucho más que tú y tiene mucha más experiencia en la vida.-

-Bah, dile eso a mi abuelo.-

-Grosero.- Susurra. InuYasha no dudaba en contestarle el insulto, pero, el viejo señor lo calló.

-Suficiente de peleas incoherentes y absurdas. Vivirán juntos, no me importa si les gusta o no. Eso es lo que sus respectivos padres han deseado, y no pienso discutir con ustedes acerca del acuerdo que hemos hecho. Cada uno tendrá una habitación, compartirán el baño, la cocina, la comida, etc.- El viejo se rasca la cabeza tratando de recordar algo. –Soy el dueño del edificio, no quiero quejas de los vecinos por sus niñerías, y peleas infantiles. Compórtense como adultos que son.-

-Adolescen…-

-InuYasha, ya entendimos que aun eres adolescente.- Interrumpe la azabache un poco molesta. No le agradaba para nada tener un compañero de piso, más si ese compañero de piso era tan insoportable.

-A ti nadie te pregunto.-

-No necesito que me preguntes.-

-¡No vayan a empezar!-

-Vale…- Susurra la chica.

-Kagome, tengo entendido que vas a ir a estudiar en la academia, “Tokihimi nomada”.- Habla Totosai.

-Cierto.- Responde sonriente, Kagome.

-¿Ya tienes todos tus materiales listos?-

-Sí.-

-Bien.- Suspira el señor. –InuYasha, ¿tú…?-

-Sí.-

-InuYasha, no me has dejado terminar.-

-Bah…-

-¿Mañana empiezas entrenamiento con, Sesshômaru-sama?-

-Hmmp…- Odiaba hablar de su hermano. Rayos.

-Bueno, espero…- Mira a Myoga. –Esperamos que les vaya bien, mañana. Buenas noches.- Se despide el señor, y como entró, se fue…

De nuevo, miradas asesinas, por parte de ambos jóvenes.

-Ni se te ocurra molestarme, haré como si no existieras.-

-No me des órdenes, InuYasha.-

-Lo que sea.-

-“Mamá, ¿en que me metiste?”-

-Jóvenes…- Dice con algo de miedo, Myoga. –Buenas noches.- Se despide y sale corriendo del lugar.

Nuevas miradas asesinas. Ámbar versus chocolate. ¿Cuánto tiempo soportarán estás peleas infantiles?


Continuara…


Siento la tardanza del capítulo, pero como les había contado, a mi pc le había entrado un virus. Ya mi hermano me instalo un antivirus, y la computadora está trabajando como anteriormente trabajaba. Gracias por haberme esperado, y todo, muchas gracias. Espero que les haya gustado el capítulo, se que está algo corto, pero… No se me ocurría que más poner. Así es mi inspiración, llega de la nada, y como llega, se va… Intentaré hacer los capítulos más largos.
Por cierto, gracias a Pami por prestarme su oración: "Inhala, exhala, inhala, exhala." De verdad, Pami, muchas gracias.

Saludos,
Kakis.