¿ángel O Demonio Del Tenis?

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

jajajaja, como se nota que no tienes
nada que hacer jajajaxD
oye pero te quedó bien y te hubiera
quedado mejor si no fuera por el
rostro de la vieja, pero wenu
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portece mal!!!!!

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

A pedido de Kheii, subiré un nuevo capítulo jejejexD​

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Capítulo. 15​

[[Naruto]], capítulo repetido. Nervios que traicionan, un viejo molesto y una hermana celosa.​

Todo era confuso, se podía notar tras la ventana las calles de Tokio, en una campante nostalgia disfrazada de un amor falso, testarudo, que se entremezclaba con la hipocresía, aquella que podía hacer mucho daño, a esos dos muchachos que vivían en su ingenuidad pura. Atobe la dejó en la puerta de su casa, molesto más consigo mismo que con ella, después de todo él fue el culpable de ésta relación, la tomó del rostro con ambas manos, sentirla allí con él era su pasatiempo favorito y le dio un beso en la frente, un beso que él sabía era con verdadero amor, un beso que sólo se lo daría a ella, en el camino rumbo a su casa no habían pronunciado palabra alguna, sabían muy bien de que todo era una farsa, farsa que aprovechaban muy bien para besarse, hacerse regalitos, darse cariño. Ella le tomó de las manos, sabía muy bien que Keigo cada vez que quería era muy cariñoso con ella, ya se había acostumbrado a eso, quería quererlo, pero esa personalidad vanidosa del chico del lunar, no era mucho de su agrado.
— No quiero que te molestes conmigo — dijo ella en una voz que sonó dulce, se disculpó por lo que había pasado en la tarde, se sentía culpable.
— No lo estoy, me estoy acostumbrando a esto. Pero… Gris, llegará el día que me canse de todo esto — dijo él confesándole una verdad que lo tenía prisionero, se acercó más a ella sin soltarle del rostro hasta que sus narices chocaron, quería volverla a besar en ese momento, más su orgullo lo detenía.
— Quédate un rato más conmigo — le pidió Gris sonando dulce, algo raro en ella, Keigo si pudiera se quedaría para siempre con ella pero siempre había algo que se lo impedía: “ella no está enamorada de mi”.
— Gris yo… — intentó reclamar pero fue interrumpido. Gris por primera vez lo había besado, generalmente él lo hacía y eso era raro; sin embargo, Keigo se dejó llevar y dejó que ella lo besara, que ella siguiera el ritmo, y así quizá entendería por fin como es que le gustaba que la besaran.Ella no pudo contenerse más, tenía que abrazarlo, Atobe anulaba todos sus actitudes con sólo un beso, ella lograba olvidar lo molesto que era, olvidar esa máscara del chico presumido y vanidoso que por cierto iba bien con él, pero ella lo conocía perfectamente, ella sabía lo hermoso que era [[Atobe Keigo]] como persona, como un ser que por su condición social tenía que crearse una personalidad que lo haga verse como lo que era, un Atobe; seguidamente lo abrazó y se apoyó en su pecho y respirar ese perfume que tanto le encantaba.
— Gracias — le dijo ella casi en un susurro, no sabía por qué hacía esto con Atobe, sentía que si Atobe quisiera ya la habría mandado volar hace tiempo, total tenía a otras quinientas mil en sus talones, a pesar de eso, él nunca la había dejado, ni había mostrado intenciones de hacerlo, ella sentía en cada uno de los besos que él le daba, la corriente que él sentía y eso le gustaba; quizá había conseguido enamorarlo, pero no podía corresponderle de la manera que él quisiera, lo que la llevó a tomar una decisión, había decidido nunca dejarlo hasta que él la dejara.
— El fin de semana vienes a mi casa y todo lo que tengas que hacer, ¡cancélalo! — ordenó él, sintiéndola en su regazo, Gris sonrió complaciente, a veces adoraba su voz déspota. Finalmente se soltaron, aunque él no quisiera tenía que hacerlo. — Kabaji, tráelo — dijo el déspota con un chasquido de sus dedos, el grandote salió del auto trayendo un ramo de rosas rojas consigo y se los entregó al rey del Hyotei. Gris sonreía para él.
— ¿¡Y eso!? — dijo sorprendida, no por que le regalara flores sino por que eran rosas rojas y él le había dicho alguna vez que él jamás regalaría rosas a una chica si no fuera porque estuviera enamorado realmente.
— Son para ti, es una muestra de mi grandiosa belleza y poder — dijo en su tono egocéntrico y en su pose presumida.
— Eres tan lindo, Keigo, ¿verdad?, kabaji — dijo la peliazabache recibiendo el enorme ramo de rosas y hablando a Kabaji como Atobe lo hacía, le gustaba imitar ciertos aspectos de él.
— Sí — asentía Kabaji, Gris aún no entendía si Kabaji era humano o era un androide Made in Atobe.
— Bueno, se supone que ya tengo que entrar a mi casa porque ya es tarde — dijo ella sin querer decirlo, ésta era una de esas veces que en verdad quería quedarse con Atobe, pero decidió que no era lo correcto; se acercó al rey y le dio un último beso — Adiós hombrote — le dio como siempre un delicado puñetazo en el pecho a Kabaji. Para seguidamente entrar en su casa.

*+​

[[Ann Tachibana]] se fue sin despedirse de Kamio y de Miyu, no quería interrumpirlos, se veían tan, tan concentrados en lo suyo que le dio pesadez molestarlos para despedirse, no es que estuviera celosa, no, nada de eso, sólo que esta vez Kamio no le prestaba mucha atención a ella por no decir que no le prestaba nada de atención. Su mente ahora viajaba hacia ese día donde vio a [[Momoshiro Takeshi]] y en donde se sintió atraída hacia ese tipo de hermosa sonrisa, sí, le encantaba esa sonrisa pícara.
— Y así es como se agarra la empuñadura del Este,… Miyu ya deja de temblar de esa manera, esto no es un partido oficial — decía el pelirrojo tratando de ayudar a Miyu a que se controle, Miyu ahora dudaba “¿Estoy temblando por el partido o por qué Kamio está tan cerca de mi?” era su confusión.
— Pe-pero es que aún no puedo superarlo debes de comprender— decía Miyu con un ligero sonrojo, su voz era tan suave que se podía perder con el viento, ella odiaba su propia timidez.
— Esto es más difícil de lo que pensé… Bueno, hagamos una cosa, por hoy estuvo bueno, mañana podemos volver a intentarlo…— le habló bondadosamente, siempre era así, sobre todo con las chicas — vamos a comer algo — invitaba Kamio sin complicaciones, mientras que Miyu sólo se quedó allí, tétrica, nunca hubiera pensado que alguien le fuera a invitar algo — ¿Quieres darte prisa?
— Sí— se levantó de inmediato para alcanzar al pelirrojo, ella tenía una duda ¿Por qué ocultaba parte de su cara con el cabello? Pero después ya no le importó, después de todo se veía tan bien.
— Miyu sé que es difícil pero vas a tener que empezar por respirar mas profundo si quieres seguir jugando — hablaba el pelirrojo mientras caminaban por la vereda, la noche hacía notar esas estrellas muy brillantes haciendo la visión más hermosa que de costumbre, era eso o porque sentía a Miyu cerca de él — Oye, Ibu, vamos a comer— llamaba al peliazul que estaba pasando por la calle perdido en uno de sus monólogos internos. Miyu volteó a verlo, se sonrojó un poco, ¡Cómo odiaba su timidez!
— ¡Ah! Kamio ¿Quién es ella? — preguntó poco sorprendido Ibu, ese jugador de Fudomine, aquel que no se inmuta si no es necesario acercándose a los dos.
— Ella es Miyu, amiga de Gris… a Ootori se le ocurrió la gran idea de que ayude a Miyu a que entre en la onda. — contaba Kamio mordazmente, sin hacerle mucho caso a su amigo, mientras caminaba por la vereda y se perdía en el firmamento.
— Por un minuto pensé que sería tu novia, pero luego tuve que descartar la idea porque tú estás saliendo con Zoe Akamiyama una chica del Hyotei y andas por allí diciendo que estás enamorado de ella, sólo espero que sea cierto porque sino…— hablaba Shinji más para sí que para Kamio, siempre hablaba lo que pensaba, no tenía reproches de hacerlo, él era así; mientras caminaba junto a ellos. Kamio no le tomó la menor importancia, igual jamás lo escuchaba, pero Miyu lo estaba escuchando, pensaba que era raro, pero muy buen jugador de tenis, al fin y al cabo jugó contra Ryoma y su técnica del “Espacio” era sorprendente, por eso era el prodigio del Fudomine. Aunque lo que no le gusto fue que dijera que Kamio tenía novia. ¿Por qué le molestaba? “No hay un chico perfecto para mi” pensó Miyu en un suspiro.
— ¡Qué bien! Allá está, este es mi lugar favorito donde como hamburguesas — dijo entrando a un local chiquito pero acogedor donde había mesas distribuidas perfectamente, todo allí era limpio y blanco, los manteles todos eran iguales de color blanco con bordados de flores. El lugar tenía demasiada luz lo que lo hacía verse más acogedor de lo normal.
— …Y en eso que las hormigas cambiaban de color porque la luz de la luna los iluminaba, encontré divertido eso, me gustaba más porque pensé que esos insectos iban en contra de la corriente, y producían más que la inversión del año 1929, es por eso que encontré que Zoe y tu estaban distanciados, o es mi parecer, el otro día los oí discutir acerca del porque no entrenaban juntos algún día, sin embargo tú dices que ella está en la onda… — seguía Ibu en lo suyo, Miyu trataba de escuchar todo lo que decía, al fin y al cabo parecía una radio que brindaba muy buena información y a veces era difícil escucharlo porque disminuía el volumen de la voz, ella tenía ganas de poner detener y retroceder.
— Ibu, ¿Qué quieres pedir? — preguntaba Kamio despertándolo de su trance, cuando apareció una señorita que era la mesera del lugar.
— Sólo una hamburguesa de carne con patatas dobles y una bebida grande y de postre un helado de menta, adoro la menta, es que ese sabor es tan bueno y sobre todo si está en el helado si pudiera me comería todo el helado de menta que hay en la tierra pero sé que no puedo ni reuniendo todo… — volvía a perderse en su soliloquio, uno de sus pasatiempos favoritos.
— Miyu ¿qué pedirás? — preguntó Kamio mirándola por primera vez más de cerca, donde logró perderse en esos ojos esmeralda de ella.
— Y-yo sólo una hamburguesa de carne. Gracias — dijo tímidamente la peliplateada. Parecía que su corazón se detenía y volvía a funcionar por ratos, estaba demasiado nerviosa.
— Pero ¿Qué dices? Necesitas comer más. Hoy estuvo el entrenamiento muy duro — dijo animándola aunque él no creyera que fuera en realidad duro el entrenamiento, ni siquiera fue un entrenamiento normal, la niña se había pasado todo el tiempo temblando.
— Pe-pero…—intentaba hablar Miyu con su voz suave y delicada, que se perdía por ratos.
— No importa, pide lo que quieras, yo pago — dijo Kamio amablemente, la niña lo había cautivado, tal vez era su timidez — señorita le trae una hamburguesa de carne y papas grandes con una bebida grande y helado de…— se detuvo, no sabía nada de ella acababa de conocerla.
— De-de menta — dijo ella en un soplido, era una de las pocas que le gustaba la menta al igual que a Shinji.
— Si, eso y a mi tráigame lo mismo de siempre. Gracias — dijo Kamio, con eso era obvio que siempre venía a este lugar, la mesera le regaló una sonrisa y se fue de inmediato.

*+​

[[Haruka]] se había ido con Ayane luego de despedirse de Gris, ya que la veían conversar amenamente con el pelinaranja del Yamabuki, cómo odiaba que las personas hicieran vida social y olvidaran sus responsabilidades. Caminaban las dos sin hablar, miraban los paisajes verdes o se perdían en las nubes adivinando que forma tenían en esa visión, pero ¿Por qué se iban juntas? Se preguntaban, pero ninguna de las dos se atrevía a responderse, ambas de vez en cuando amaban la soledad, y el silencio era lo mejor, se iban juntas porque ahora tenían algo en común.
— ¿Quieres jugar un partido contra mí? — preguntó Ayane rompiendo el silencio que había entre las dos, ya se estaba poniendo tensa, quería jugar un partido de tenis, eso la llenaba, la sacaba de su soledad.
— No, ahora no, lo haremos oficial cuando Gris lo decida, además estoy segura de que Gris tiene algo planeado para ti — dijo segura, seria y fría Haruka sin voltear a mirarla, así era ella, una persona que no le importaba lo que pensaban de ella, su mente también se perdía en el tenis y aunque sintiera deseos de jugar con esa niña que la había sorprendido en su momento por su edad, no podía hacerlo si es que no era necesario, además ella era de las personas que sus opciones tenían que ser escrupulosamente estudiadas al detalle para no dejar nada al azar.
— Entiendo — dijo esta sin prestarle menor importancia a lo que le había dicho, sabía que algún día jugaría contra ella, pero si Haruka despreciaba su oferta pues no le iba a rogar.
— Tengo una duda — dijo Haruka, creyó que esta era su oportunidad para preguntarle algo que le intrigaba desde que la niña le había dicho su nombre.
— Sí, ¿Cuál es ella, Hayato-san? — preguntó curiosa la peliazul mirándola con ojos penetrantes.
— Tu hermano ¿Es [[Tezuka Kunimitsu]]? — preguntó sin darle vueltas al asunto, sabía que era un tema que tarde o temprano se sabría. La niña se detuvo, esa era una pregunta que no esperaba y Haruka volteó a verla fríamente, con los brazos cruzados, siempre hacía eso ya era parte de su estilo.
— Kunimitsu es mi hermano ¿Hay algún problema? ¿Hayato-san? — afirmó y preguntó la muchacha en un tono frío, serio y mal sonado, cómo detestaba que le hagan la misma pregunta una y otra vez, siempre las chicas le preguntaban cosas de su hermano.
— No, sólo quería confirmarlo, es todo — dijo la peligris retomando su camino, no era un tema para darle mucha importancia.
— Entonces, ¿no te gusta mi hermano? — preguntó la muchacha inquisitivamente, tenía que eliminar esa expectativa de su cabeza.
— No, a mi no me interesa — confirmó Haruka sin problemas, encontraba a Kunimitsu un tipo atractivo pero no para tenerlo como novio ni mucho menos, ella era una chica calculadora y ese chico castaño jamás cubría sus expectativas.
— ¡¡Ufff!!, que bueno, porque no me gustaría ver a mi hermano con novia y si tengo la oportunidad la elimino, no quiero que mi hermano tenga novia — aseguró Ayane con una sonrisa dulce, pero su mirada solía desmentirla.
— ¡Ja! Entonces vas a tener problemas — dijo Haruka divertida, su análisis de las situaciones siempre eran correctas y sabía por lógica que esa niña iba a tener problemas en el equipo.
— ¿Por qué lo dices? — quiso saber la muchacha, estaba segura que sabía algo de alguna chica que pretendía a su hermano.
— No importa — finalizó el tema Haruka, ya no quería hablar de eso, creía que era patético.

*+​

Gris entró a su casa, había sido un día agotador para ella, definitivamente lo había sido, sólo quería entrar a su cuarto darse un buen baño comer un poco y dormir para siempre, sus tareas cotidianas la tenían sin cuidado, era una chica relajada, no le importaba nada de nada, vivir su mundo ese era lo que realmente le interesaba y le apasionaba.
— Repasemos las normas: primero, no hagas la cama hasta pasadas las cinco de la tarde, segundo, no toques los platos que hay en el fregadero hasta que no estén a rebosar y tercero, pese a las protestas de mi padre, el suelo de mi cuarto es como otro armario. — se dijo a sí misma mirando el desorden de su casa con una sonrisa satisfactoria— sí, está todo en orden. Entró al cuarto de al lado luego de revisar el suyo. Observó cuidadosamente a una muchacha que permanecía en una cama dormida. Gris sonrió con cariño al verla y regresó a su pieza.
Entró a la ducha, ya se sentía más aliviada, todo había pasado rápido, tenía que conseguir a sus jugadoras y lo estaba logrando a la perfección, se cambió de inmediato para bajar a comer, tenía demasiada hambre. “El tacaño de Keigo no me invitó ni siquiera una, una sola hamburguesa” pensaba mientras bajaba a la cocina, se preparó algo rápido para comer y como de costumbre no había nadie en la casa para variar, su casa era como su fortaleza de soledad. Muy a parte de su hermana que se encontraba profundamente dormida.
— Una torta de jamón no estaría mal, las costumbres occidentales siempre me han atraído — hablaba ella, total nadie la escuchaba, comía como si nunca lo hubiera hecho — el tonto de Takeshi no me dejó comer las patatas y takashi es un malvado no quiso invitarnos a comer en su restaurante… Esto está pasado — dijo al ver la leche en mal estado, mientras revisaba en la nevera. — Se me ha antojado ramen y ver Naruto ¿En qué capítulo estará?— se fue a encender el televisor, si que era grande ese televisor, luego vio las rosas en el sillón, se había olvidado de ponerlas en agua, como si fuera una sorpresa que se olvide de esos detalles — después lo hago, ya va a empezar Naruto, ¡OH, demonios! ¿Está en ese capítulo?, ya lo he visto — se quejaba por la repetición de un programa que sin duda era uno de sus favoritos — Y [[Gaara]], mi Gaara pierde contra Naruto, no es justo… Ver esto me ha entrado ganas de molestar a Kunimitsu, ¿qué estará haciendo Kunimitsu? — dijo entretenida mientras se imaginaba a Kunimitsu bailando como un loco por toda su casa, le era muy odioso el capitán, seguro era por su seriedad y sus dotes de déspota. Cuando escuchó que la puerta se habría — ¡Oh, no!, fin de la diversión.
— Hola Gris, ¿no tienes nada nuevo que contar? — decía su madre entrando con unos paquetes y sonría como siempre.
— Hola señora de Ryuzaki — dijo esta irónica como de costumbre, le gustaba molestar, estaba claro — no, nada nuevo.
— ¡Ja!, ¿y encima le preguntas?, sabes que nunca te dirá nada — dijo el señor Ryuzaki entrando con mas paquetes en las manos, seguro se habían ido a hipermercados Metro, que quedaba cerca de su casa, un mercado nuevo que habían abierto, pero ese no es el caso.
— ¿A que viene todo esto? — preguntó dubitativa la peliazabache, mirándolo incrédula, sin levantarse del mueble y sin intenciones de ayudarles con los paquetes.
— ¿Nos quieres ver la cara de idiotas? — preguntó con un ligero enfado el señor Ryuzaki, que era más o menos de la talla del Undertaker y con los músculos incluidos, en otras palabras alto y fornido.
— Entiendo, ¿Quién fue? ¿La piojo de Sakuno o la vieja de Sumire? — preguntó irritada de un salto y dispuesta a marcharse a su cuarto con el ramo de rosas escondido a sus espaldas.
— Ese no es el caso. Sabes muy bien que tienes prohibido jugar tenis, ese es un vicio muy malo — dijo enfadado dejando los paquetes en la mesa, curiosamente la señora de Ryuzaki no se metía en ésta discusión.
— Tu no lo entiendes, si no juego tenis no vivo — dijo demasiado segura de aquello, el tenis era lo que la hacía sentir viva, ni Atobe, ni ningún otro la haría sentir así.
Era un hecho, ella era adicta al tenis. Desde que salió del Rikkai Dai le habían prohibido entrar a cualquier club de tenis, eso no le molestó en un principio por que igual seguía jugando tenis, pero su espíritu competitivo pudo más esta vez, hasta el punto de desobedecer una orden.
— No me importa eso, tienes que abandonar tus vicios, además no te he prohibido jugar, te he dicho que no puedes entrar en ningún club. — le dijo con más enfado auto controlándose para no golpearla.
— A ti no te debe importar lo que yo haga, si entro o no en un club ese es mi, escúchalo bien, MI PROBLEMA — enfrentó Gris, ya estaba harta de que le dijeran lo que tenía que hacer, estaba más o menos muy al estilo Akutsu. — NO-ME –DES-OR-DE-[[NES]].
— No te conviene enfrentarte a mí, niña malcriada, hablaré con Sumire para que te saque del club mañana mismo. — dijo triunfante el tipo alto, sabía que podía convencer a su madre ya que se llevaba muy mal con Gris.
— No me puedes hacer esto, por eso Sakuno Huyó de aquí y se fue a vivir con su abuela, ya nadie te soporta, sólo yo no me voy porque aquí están mi madre y mi hermana, no las pienso dejar solas — siguió diciendo Gris sonando enfurecida, tenía los puños presionados y sabía que en cualquier momento iba a reventar de cólera, cómo odiaba al señor Ryuzaki, ese tipo que decía ser su padre.
— Vete a tu cuarto, chiquilla insolente. — le ordenó sumamente alterado, no quería golpearla, no debía hacerlo, después de todo él si era un caballero.
— No me des ordenes, igual no pensaba quedarme aquí escuchándote, y ya se terminó Naruto — subió enojada a su cuarto, sin tropezarse en las escaleras como otras veces.
— ¿Naruto? Adolescentes, adolescente — se quejaba el señor Ryuzaki aunque se quedó pensativo con eso de que su linda Sakuno se haya ido a vivir con su abuela. “Sakuno se fue porque tenía que estudiar en un lugar estable y con esto de mi trabajo no puedo quedarme en un solo lugar” pensó.
— [[Kosuke]], cariño, ¿Quieres patatas fritas? — preguntó amablemente la señora Ryuzaki, su sonrisa jamás la perdía aunque fuera una discusión de dos miembros de su familia.
— Si, gracias cariño — dijo él, recibiendo el plato con mucho cariño, amaba a esa mujer, a parte de ser muy atractiva, adoraba sus ojos cafés y su sonrisa la encontraba la más encantadora.
— No debes preocuparte por ella, estará bien. Deberías dejarla jugar— le propuso la señora ahora sentándose a la mesa y comiendo las patatas fritas que había conseguido en Roky’s Chicken un lugar donde hacían muy buenos pollos a la brasa y que era de una pareja latina.
— Hablaré con mi madre mañana. Le preguntaré si estará bien — dijo este empezando a devorar, es decir, comer el rico y delicioso pollo a la brasa.

Gris subió a su cuarto puso las rosas en agua, estaba demasiado enfurecida, odiaba que le dieran órdenes, pero sobre todo él, que ese tipo le diera órdenes no era de su agrado.
— Gris, volviste a discutir con él — dijo una voz dulce entrando al lugar.
— Sí, es que de veras que me saca de quicio — refunfuñó.
— Entiendo, Gris mañana iré a la Seigaku, creo que ya me siento bien para ir, no me quiero perder más clases — comunicó la muchacha sin moverse de la puerta.
— Sí, está bien, me prepararé psicológicamente para esto — sonó irónica Gris.
— Eso espero, buena noches Lacrimosa — dijo ella saliendo del lugar.
— Buenas, hermanita odiosita — le contestó el saludo.
Gris se acostó en su cama y del cansancio de durmió de inmediato.
— Kunimitsu,… tienes que… derrotar a Oro…chimaru — fueron sus últimas palabras antes de caer en el mundo de Morfeo.

†KaTh GrIs†​

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Lo siento, tuve que hacer un capítulo eterno es que no lo podía cortar allí nomás jeje xD. Por cierto aquí termina el primer día del reclutamiento de Gris. Es lunes… ;)
¿Qué es lo que siente Gris por Kunimitsu? ¿Miyu se enamorará de Kamio? ¿Ibu dejará de hablar sus monólogos alguna vez? ¿Por qué Gris está enojada con su padre? Todo esto y mucho más en los siguientes capítulos, ¡que no se lo cuenten!
En el próximo episodio:
Secreto revelado, poema perdido y sueño realizado

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Capítulo. 16​

Secreto revelado, poema perdido y sueño realizado​

​

Los sueños, sueños son, sólo se pierden al despertar, odioso despertador, si tan solo el tiempo se congelara por un segundo, un segundo más, no importaba, ahora tocaba ver el cielo como todas las mañanas, la misma rutina, ver el cielo, ese cielo con un color celeste pálido, hoy el cielo se encontraba triste y a decir verdad las aves cantaban su alegría, y no eran los únicos que cantaban.
— ¡Hoi, hoi! — se despedía el pelirrojo saliendo rápido de su casa, si no lo hacía seguro que llegaba tarde.
— Oye, Eiji, espérame — llamaba Oishi, un poco nervioso avanzando a paso rápido, ambos llevaban su uniforme de la Seishun Gakuen.
— Hola Oishi, date prisa — saludaba el entusiasta Kikumaru volteando a verlo con un ademán.
— Eiji date prisa — decía el de ojos verdes pasando de largo, estaba muy apurado, se le notaba nervioso, algo le pasaba.
— ¿Hmmp? ¿Qué pasa? — dijo Eiji empezando a correr también, aunque no entendía por qué lo hacía, pero notaba muy nervioso a su pareja de dobles.
— Apresúrate — decía Oishi doblando la esquina, ya empezaba a transpirar.
Eiji dio la vuelta para ver quién lo perseguía o por qué corría, cuando vio un montón de chicas que estaban como locas en busca de Oishi, gritaban y una que otra llevaba pancartas de “Te amo Oishi, tu eres mi príncipe”, esas niñas no tenían una vida. Eiji se detuvo para que pasaran las locas histéricas que se morían por Oishi. Para seguidamente correr al instituto, dobló la esquina y boom, chocó con alguien y cayó sobre ésta, de manera que quedaba encima de ella, sí, era Kurumi, el destino había vuelto a unirlos. Él tenía los ojos fijos en ella y sus narices se rozaban, era bonita la escena parecía que pronto se darían un beso.
— Levántate idiota — le dijo enfadada la castaña, con el ceño fruncido y esa mirada fría.
— Kurumi ¿qué hacías en mi camino? — cuestionó el pelirrojo un poco sorprendido de volverla a encontrar.
— Evitando a esas estúpidas, locas e histéricas — le dijo, era increíble, estaban entablando una conversación, y eso que ella no era tan comunicativa que digamos.
— ¡Ah!, son las fan de Oishi, si que tiene suerte — dijo él reincorporándose y tratando de alejarse de Kurumi— Nya.
— Si serás de idiota, “si que tiene suerte”, si no fueras tan idiota no estarías diciendo eso — se quejó Kurumi, sentía que ese pelirrojo era un idiota que no merecía que ella le esté hablando siquiera. Ella limpiaba su uniforme, que la hacía verse muy bien, Eiji creía que ella tenía bonitas piernas.
— Ya Kurumi para de decirme idiota — se molestó el pelirrojo, empezaba a odiar esa palabrita — ya olvidémonos de todo, hoy tengo entrenamiento — le comentó caminando junto a ella, ya que ésta empezó a caminar, era raro verla sin sus guardaespaldas.
— ¿Y a mi qué? — le respondió sin prestarle mucho interés, caminado lentamente.
— Que hoy vas a ir al entrenamiento conmigo — empezó a emocionarse el pelirrojo, le entusiasmaba la idea de ver a Kurumi cerca de él, había algo en esa muchacha que le atraía. Kurumi lo tomó de su camisa con ambas manos a la altura de su pecho y lo jaló hacia ella demasiado enfadada, era impulsiva era uno de sus defectos o posiblemente virtudes.
— Dime Eiji ¿Por qué tengo que ir al entrenamiento? ¿Estoy pagando algún pecado? — lo tenía junto a ella con furia, Eiji empezó a temblar, pensaba que ella lo iba a golpear, a parte de que su mirada daba mucho miedo.
— N-No lo sé — sólo consiguió decir en su ligero temblor.
— ¿Ves que eres idiota?, nada sabes — le dijo soltándolo de golpe y empezando su camino, casualmente le salió una sutil sonrisa cuando Eiji estaba a sus espaldas.
— Entonces vas a ir o ¿Qué? — preguntó aún con miedo pero decidido a hablarle de nuevo aunque ésta lo golpee.
— Estoy obligada a ir — dijo ésta volviendo a su habitual rostro de amargada.
— Te estaré esperando — le dijo Eiji y empezó a correr dejándola.
— Si serás de idiota — dijo ella caminado lentamente, mientras sentía el aire fresco de la mañana.

*+​

Los pasillos del Seishun Gakuen estaban alborotados, una muchacha peliazabache de ojos café y semblante inocente, caminaba apresurada por los pasillos en busca de su salón del tercer año. Volteó la esquina y sintió el golpe bruscamente cayendo al suelo, se encontraba débil debido a su enfermedad.
— Discúlpame Ootori — dijo muy preocupado Tezuka ayudando a levantar a la pálida muchacha. Ella lo miró directamente a los ojos del muchacho y se quedó pasmada, no podía ser, ese chico era simplemente atractivo para ella, cubría muy bien sus expectativas físicas, por lo que consiguió un sonrojo notorio. Tezuka se sorprendió por eso.
— No te preocupes — dijo ella levantándose con la ayuda del capitán, su corazón empezaba a acelerarse. “Tranquilízate Hanna, no cometas algo estúpido” pensó. Tezuka estaba estúpido ¿Gris estaba siendo amable con él? ¿Ella era la verdadera Gris?
— Ootori, ¿Te sientes bien? — preguntó él arqueando una ceja.
— ¿Por qué no lo estaría? — respondió ella en una gran sonrisa, éste tipo conocía a su hermana, eso era genial, porque así podría conocerlo ya que resultaba más que apuesto, su seriedad era una de las cosas por lo que se sintió atraída, su educación y su amabilidad con que la trató. Él era todo un caballero, algo así como el príncipe de sus sueños. “Deja tus historias de cuento de hadas para después, seria, seria, y no babees, no babees”
— Porque hoy no estás ofendiéndome ni hablándome en ironías — respondió el capitán dudoso de ello. La muchacha hizo un gesto de ofendida ¿Su hermana había ofendido a ese muchacho guapísimo? “¡Qué idiota tengo por hermana!” se lamentó.
— Bueno supongo que recibí una clase de golpe que me ha vuelto amnésica así que me olvidé de quien eres tú. Por favor, ¡ilumíname! — sugirió ella. Tezuka tomó eso como un insulto, ¡Qué tonto había sido! Y pensar que Gris lo iba a tratar de mejor manera. Le frunció el ceño y pasó de largo dejándola allí parada. “¿Qué pasó? No entiendo… ¡Qué tonta soy! Bueno espero que cuando se entere de quien soy, no me miré así, esa mirada no me gustó para nada, para nada”
— Gris que bueno verte — saludó un Oishi que llegaba agotado luego de la corredera.
— ¿Ah? Pues supongo que es bueno — dijo ella sonriente. Oishi dudó.
— Bueno creo que ya es hora de clases, vamos al salón — dijo Oishi, no quería que Gris se alejará de él, porque ahora sí que esas muchachas lo atrapaban.
— No, esto, yo… “¿Cómo le digo? Piensa Hanna, piensa, para eso eres una sabelotodo” — tartamudeaba la muchacha mientras pensaba en como librarse de ésta. — Lo que pasa es que tengo otra clase, ¡Matemáticas!, así que no puedo entrar en ese salón, lo siento.
— Entiendo, nos vemos — dijo él empezando a correr directo a su salón.

*+​

Gris salió disparada de su casa se había quedado dormida y como siempre nadie se atrevía a despertarla, “Ya eres grande, asume tus responsabilidades” siempre le decían, malvados, nadie se molestaba por lo menos en despertarla.
— Pero debo darme prisa o sino llegaré tarde y todo por culpa de Kunimitsu, hasta en mis sueños me molesta — se quejaba, tenía ese defecto de echarle la culpa de sus problemas a los demás. Empezaba a correr Gris por la vereda apresurada, cuando un auto rojo pasó por su lado, se detuvo y poco a poco se abrió la ventana, ella se frenó de golpe algo asustada.
— ¿Te llevo? — preguntó Fuji Syusuke tan amable, sonriente y enigmático como siempre, y es que él era así.
— Gracias, Syusuke, ¡Qué suerte! — dijo subiendo al auto sin dudarlo, saludó a la hermana de Syusuke y se acomodó atrás rápidamente, haciendo que se levantara un poco la falda y se notaran las piernas, algo que no estuvo fuera de la vista del Prodigio. Desde ayer que había hablado con Sengoku se le había pegado lo de ¡Qué suerte! — qué bueno que eras tú, por un momento pensé que eras de la mafia o algo así, quizá me secuestrarían y me llevarían a un país lejano donde me explotarían jugando tenis.
— Es cierto,… si fuera yo, te secuestraría una semana o tal vez más, para llevarte a una isla desierta. — dijo el prodigio sonriéndole simpáticamente fijándose que arreglaba su cabello detrás de la oreja.
— Y si fuera yo, te secuestraría para que me enseñaras uno, por lo menos uno de tus tres contraataques. — le dijo Gris con una sonrisa de oreja a oreja, no perdía el tiempo en ese tema, pero no quería ponerse nerviosa con lo que había dicho el genio, mojó sus labios para volver a sonreírle.
— Syusuke, llegamos — dijo la hermana de Fuji deteniéndose en la entrada del Seishun Gakuen.
Ambos se bajaron del auto, y se despidieron de la hermana del Genio, emprendieron rápido su camino, parecía que ya era tarde, sólo parecía.
— ¿Qué clase te toca? — preguntó Gris subiendo las escaleras muy apresurada.
— Literatura y ¿a ti? — preguntó el castaño corriendo junto a ella sin perder su sonrisa.
— También,… entonces vamos al mismo salón — dijo ella volteando una esquina y parándose en la entrada de un salón que ya había empezado la clase de literatura.
— Profesor, ¿podemos pasar? — preguntó Fuji intentando respirar un poco.
— Demasiado tarde, la clase sobre el periodo Heian empezó hace rato, no pueden pasar — dijo el profesor volviendo a su clase, era un maldito elitista.
— Syusuke, no es tan malo, vamos por allí — propuso Gris, no había alguien más relajada que ella, de hecho le valían sus clases, sabía que pronto sería una tenista profesional y que no necesitaba estudiar, no tenía pensado entrar en ninguna universidad.
— Si, vamos — salieron los dos, lentamente, pues ya no quedaba otra opción.
El cielo, estaba allí, como siempre tan, tan cielo y es que era celeste sin una nube. Los pájaros, benditos pájaros no se callaban ni un solo momento y el viento soplaba y soplaba llevando consigo una que otra hoja.
— Syusuke, mira, aquí dice tu nombre — dijo Gris sorprendida recibiendo una hoja traída por el viento. Se acomodaron al pie de un gran árbol de cerezos, ella cuidando de que no se le vean demasiado las piernas, esa falda le quedaba un poco alta y él se hubiera sonrojado si Gris lo sorprendía viéndole las piernas.
— Déjame ver — dijo el castaño interesado en la hoja.
— No, yo lo leeré primero — dijo Gris sin intensiones de pasarle el papel, alejando el papel de la mano del Genio que trataba de quitarle, y así estuvieron tan cerca por primera vez.
— Bueno, entonces léelo en voz alta — propuso el Prodigio, alejándose de ella sin ganas de quitarle ese papel.
— Esta bien, la nota dice esto:

Syusuke Fuji eres un ángel,​

Te veo y no encuentro ​

Nada humano en ti,​

¿Qué eres?​

¿Ángel o humano? ​

¡¡¡Oh mi lucero!!!​

Mi pequeño y gran universo
mi dulce niño ​

Pienso en ti todas las mañanas​

Extraño tu mirada,​

Extraño preguntar por ti​

Bajo la pestaña del cielo resplandor​

Mis ojitos tristes caminan​

Por todos lados​

Mis ojitos tristes sienten​

La calle​

Mis ojitos tristes no llaman​

Pero quieren verte ​

Mis ojitos tristes ya no buscan​

Lloran la nostalgia​

Solo a ti, solo por ti.​

​

— Esto es hermoso, Syusuke,… tienes una admiradora ¡Qué suerte! — dijo Gris fingiendo querer llorar e irónicamente entregándole la nota. Anteriormente había leído el poema de una manera satírica.
— Es verdad, es hermoso, pero,… ¿Quién escribió esto? — cuestionó el castaño meditabundo, mirando la nota pensativo.
— ¿Y yo cómo voy a saberlo?, no te preocupes Syusuke yo lo averiguaré, además debe estar cerca de aquí, es tu admiradora y supongo que se esconde para verte al menos de lejitos… Esto es tan lindo — dijo Gris, imaginándose mil formas de capturar a la admiradora secreta y darle una golpiza por, un momento, no por que le gustara el prodigio sino porque escribía muy lindo, además el prodigio no le interesaba sólo lo quería para que le enseñe sus contraataques, ¿Eso era cierto?
— Esta bien, Gris… — le sonrió afablemente a Gris pero volteó su mirada hacia el otro lado poniéndose serio se podían ver sus hermosos ojos azules. Sólo había una persona que le había dicho eso ¿Ángel o humano? Pero no recordaba el rostro de la muchacha, ya que ésta se fue corriendo.
— Syusuke,… Yuuta me dijo que tú tenías novia — dijo curiosa Gris, una cosa si era cierta de ella: su curiosidad.
— Es cierto… — confirmó el prodigio sin matar su sonrisa y disfrutando de la expresión de Gris, esas palabras cayeron como dagas al corazón de Gris, ¿cómo podía decirle eso tan fríamente? Si hasta empezaba a gustarle el prodigio porque le recordaba a alguien, y no le importaba lo que creyera Miyu, lo siento Miyu.
— Entiendo… — se hizo la disimulada, pero el Prodigio pudo notar ese cambio la expresión de Gris y ella lo había hecho inconcientemente.
— Así que Atobe Keigo es tu novio… — le dijo el Prodigio indagando ya que Gris había empezado a interesarle.
— Sí, pero no es una relación como me gustaría que fuera — confirmó Gris mirando al firmamento y dando un suspiro, su relación con Atobe era una farsa y lo sabía bien, pero cuando estaban compenetrados no existía esa farsa que ellos creían que era.
— Puedo preguntar ¿Por qué? — cuestionó el castaño mirándola ahora, notando los ojos vacíos de ella.
— Si te cuento… ¿prometes no decirle a nadie? — le dijo mirándolo profundamente, ese rostro del Prodigio le inspiraba paz y confianza, sobre todo eso: confianza.
— Sí — afirmó él.
— ¿Ni a Kunimitsu? — cuestionó nuevamente, ¿Por qué preguntó eso?
— Sí — volvió a afirmar, pero le molestó el hecho que ella dijera eso.
— Bien, nuestra relación es sólo una pantalla o una farsa como él le dice…— empezó a contar, a veces mirándolo a los ojos y a veces fijándose en la hierba y otras en el cielo.
— A mi no me pareció ayer en las canchas de tenis callejero. — le aseguró delatándose, pero lo dijo por su curiosidad.
— ¿Estuviste espiando? ¡Qué mal! ¡Qué mal! No pensé eso de ti — dijo ella sonriendo y moviendo su cabeza y su índice en un ademán de negación.
— No,… estaba allí cuando llegaste y luego fuiste a hablar con Sengoku, tú no me viste — confirmó el Prodigio hábilmente observándola atentamente, empezaba a encantarle esos gestos de ella.
— ¿Qué eres? ¿El hombre invisible? O ¿Ángel o humano? — se burlaba Gris haciendo una referencia a la nota anterior.
— Bueno,… parecía que si se amaban cuando se besaron — dijo él indagando.
— Sí, por dos cosas: Una, estaban los del Hyotei allí y la otra, estaban los del Seigaku allí — contestó ésta muy seria y fría dejando a un genio sorprendido.
— ¿Cómo sabías eso? No volteaste a ver en ningún momento —dijo demasiado sorprendido con los ojos abiertos, sí, con sus lindos ojitos abiertos, mirándola.
— Fácil, 1ero: les dije en la mañana que iba a encontrarme con él, 2do: Atobe me dijo: “Fui a ver a Oshitari” y 3ero: Las princesitas del Hyotei aparecieron repentinamente — le decía triunfante por sus conclusiones, adoraba ese gesto específico que hacía el genio ese de levantar las cejas cuando se sorprendía, ya lo había notado desde antes.
— Eres increíble,… si me di cuenta de los del Hyotei — dijo todavía sorprendido Fuji con sus cejas levantadas.
Así pasó la hora de literatura sin esos dos que estaban perdidos en una profunda conversación, él la empezaba a adorar y ella lo disfrutaba cada vez que podía. A la hora del descanso, Haruka fue a buscar a Gris, no la encontró en el salón, fue a las afueras y allí la encontró en una agradable conversación con el genio del Seigaku.
— Gris, tenemos que hablar con Echizen — le llamó Haruka sin impresionarse, siempre con esa pose fría y de sabelotodo, cruzaba sus brazos, su gesto habitual.
— Sí,… nos vemos Syusuke, te prometo que escribiré un poema mucho más bonito para ti por que mis ojitos tristes ya no buscan, lloran la nostalgia. Sólo a ti, solo por ti. — le dijo Gris despidiéndose a la vez que ironizaba el poema, ese maldito poema que empezaba a odiar. Se fue junto a Haruka en busca de Echizen, tenían que encontrarlo, era algo de vida o muerte.

*+​

— Ka-Kawamura-san, ¿quieres salir conmigo? ¿Quieres ser mi novio?— preguntaba una nerviosa pero decidida muchacha pelirrosa, con ojitos carmesí bajita para Kawamura pero muy bonita de piel avellana.
— S-sí — dijo un tímido Kawamura sin dudarlo mucho, sobándose la cabeza quería saber si era un sueño o no, Koharu era la chica de sus sueños, jamás pensó que le diría eso, bueno si ella no se lo decía el sí lo haría, algún día pero si que lo haría.
— ¡Qué bien! — dijo la muchacha lanzándose a darle un beso en la mejilla, ambos se sonrojaron, ella hubiera querido besarlo en los labios, se sentía tentada a hacerlo, pero no podía, ya lo haría más tarde. Ella se marchó, pero él seguía allí plantado como si un imán lo tuviera allí, no podía moverse, su corazón se aceleraba, estaba a punto de pasar a faceta Burning.
— Taka-san ¿te encuentras bien? — preguntaba Fuji que había visto la escena cortando el trance en que se encontraba Kawamura.
— Ko-koharu, me-me dijo… — ya no podía decir más, estaba entre si éste era un sueño o era realidad, pero esto no se lo podía creer, tenía que asimilarlo.
— Fuji, ayúdame, me están persiguiendo — alcanzaba un Oishi nervioso totalmente psicoseado mirando a todas partes, lo que le sucedía sin duda era algo terrible.
— Oishi, ¿Por qué corriste de esa manera? — llegaba el pelirrojo totalmente agotado de perseguir a su pareja de dobles y Oishi por fin se dio un respiro, suspiró de alivio.
— Me están persiguiendo — dijo otra vez nervioso mirando a todas partes.
— ¿Qué le pasa a Taka-san? — preguntó Eiji mirándolo curioso, nunca había conocido ese estado de Kawamura.
— Koharu y Kawamura son novios — les confirmó Fuji en una sonrisa pícara.
— ¡Oh! Vaya, todos tienen suerte con las chicas menos yo, ¡nya! — se lamentaba el gatito pelirrojo apoyándose contra la pared del pasillo donde se encontraban los cuatro.
— Yo no — dijo Oishi nervioso aún.
— ¿Qué dices, Oishi? Si tienes a casi medio Seigaku locas por ti — le dijo Eiji resentido por la actitud de su pareja de dobles. Fuji disfrutaba de esto.

†KaTh GrIs†​

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¿Qué pasará con Fuji y Gris? ¿Será que se están enamorando? ¿Kawamura asimilará su noviazgo? ¿Eiji dejará de quejarse por su mala suerte con las chicas? ¿Oishi se volverá loco? Todo esto y mucho más en el siguiente capítulo. Prohibido perdérselo. Es uno de mis favoritos.
En el próximo episodio:
El secreto de Sakuno

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Saludos!!!!!!! siento haberme demorado
es que estuve en otro mundo jajaxD
y bueno ya les traje la conti, espero
que les guste y tb muchas gracia por
sus preciosos post ToT en verdad
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portence re-mal!!!!!