¿ángel O Demonio Del Tenis?

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Wiiii!!! Beba, que bueno que te veo por akí jejje
y que bueno que estés leyendo mi ff ToT y por
cierto mañana voy a tu casa okas...
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portece mal!!!!!

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Y aquí otro capítulo más, espero que les guste...Nos vemos jajjajja Kheii, bueno no sé si será Tachibana, solo leelo​

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Capítulo. 10​

El verdadero novio de Gris.​

— Creo que si iré, tengo que saber quién es el novio de Gris. No bajaré la guardia— decía Tezuka mientras tomaba las llaves y salía rápido a las canchas de tenis callejero.
La tarde se dibujaba en un soñoliento silencio, que inundaba las cuadras de una calle poco transitada, lo más penoso vendría después, tener que soportar una visión que de seguro sería de lo más desagradable, el tiempo lo diría todo, pero,¿Cómo pudo llegar hasta este punto? Él, que era tan frío, tan seguro, tan lejano, nunca pensaba que ese día llegaría, su mundo estaba sumergido en un extravagante deporte, jamás pensó en el momento de que algún día llegaría a sentir deseos de algo más que no sea el propio tenis. Mientras estaba en el taxi, sumergido en todo aquello que jamás llegó a imaginar, ni siquiera en sus peores momentos de su vida, tenía que recordar ese instante, ese momento dónde ella había tenido el descaro de meterse en su vida, de haberlo controlado, no hubiese querido que fuera así, pero efectivamente esa había sido la primera vez…

««««««««Flash Back««««««««​

-Escúchenme, los del FUDOMINE son muy fuertes, lo sé y esto ha despertado mi interés en este partido, sólo quiero enfrentarme a ella, pero eso no quita que esté enojada con ustedes-decía Gris poniendo cara de resentida, mientras que en sus ojos se notaba ese deseo de derrotar a alguien que sin duda la había llevado hasta ese estado.
-¿Molesta con nosotros?, ¿por eso nos has estado evitando?-preguntó Momoshiro arqueando una ceja, no entendía esa aptitud de la muchacha, tenía que preguntar, así se sentiría bien consigo mismo.
-Sí, pero eso lo explico después.-respondía Gris cortante, sabía que no era el momento de tratar un asunto que sin duda sería desagradable.
-¡Nya!, y ¿también nos dirás cómo es eso de que eras tenista y nos mentiste a todos?-quiso saber el pelirrojo Kikumaru, su curiosidad era algo innato en el él. Sus manos estaban en su espalda, atento a la respuesta de aquella joven peliazabache.
-Sólo quería darles una lección, ahora voy a quitarme este pantalón que me está molestando-dijo ella haciendo gestos de incomodidad y es que ese pantalón le estaba molestando, dentro llevaba su verdadera ropa deportiva con la que jugaba sus partidos importantes -…oye tú ayúdame –dijo la peliazabache asiendo el brazo de Tezuka e intentando quitarse el pantalón, esa acción era inconsecuente, con esto se sorprendió el capitán porque sentir que ella lo tocara fue algo que nunca se hubiera esperado, tuvo que hacerlo en contra de su voluntad, ayudar a Gris, que ahora se estaba enredando con el pantalón, algo muy común en ella, aquello provocó que cayera el gorro rosa que llevaba para taparse el rostro con su sombra. Tezuka la recordó de inmediato era el “ángel” que había visto en la mañana, ese pensamiento fue fugaz. ¿Era correcto llamarla así?
-¡Ufff! ¡¡¡Ya está!!!...estoy emocionada-dijo Gris sin interés, decir eso era un simple decir, su rostro no delataba su emoción, más bien su frialdad, terminó de arreglarse al fin, su comodidad ante todo.
Todos se quedaron mirándola, era extraño verla, nunca habían conocido a alguien como ella, espontánea, sin miramientos, nada de timidez, ni mucho drama. Su cuerpo, algo que sin duda no escaparía de la visión de aquellos muchachos que ahora la veían con otros ojos, era esbelta y atlética, pero delgada. Tenía un aspecto angelical, dulce, inocente y delicado, algo raro pero que merecía el aprecio debido a su personalidad que no iba muy bien con esa descripción física. El color de los ojos pardos o café según la luz y muy profundos, fríos en momentos. Su sonrisa era encantadora y franca pero su mirada solía desmentirla con la frialdad que emanaba. Su cabello era largo azabache que a veces se notaba negro azulado oscuro, dependía del sol muchas veces, estaba muy brillante y cuidado. “Era un hecho, la naturaleza había sido generosa en exceso con el físico de Gris. Era una bellísima joven cuya mera visión quitaba el aliento, y eso precisamente lo que estaba haciendo ante aquellos que la miraban con otros ojos. Su rostro conseguía ser escultural a la vez que sensual: mirada triste e indómita, de ojos grandes que centelleaban sobrecogedoramente, labios bermejos y delgados con pómulos altos, enmarcados por una larga cabellera azabache que resplandecía como una cascada cuando se mueve. La carencia de joyas en contraste con su exquisita piel, que tenía el brillo de una fruta madura y apetitosa, parecía casi majestuosa, pues su presencia emanaba una luminosidad esplendorosa, y olía de una manera exquisita, yo la pudo oler cuando ella estaba tan cerca y que invitaba a soñar despierto como cuando uno está enamorado” esa era una mera descripción del pensamiento de [[Tezuka Kunimitsu]] Todo eso sintió, esa fue la primera vez. ¡Maldita primera vez!
Gris estaba dispuesta a marcharse sin decir una palabra, era evidente que era muy orgullosa y sexy, sexy para aquellos que miraban aquel lado femenino de ella, llevaba una camiseta sin mangas de un color gris muy ceñido al cuerpo, su falda short también ayudaba mucho para verse sexy, tenían dos aberturas pequeñas en cada muslo en la parte de adelante de color gris, tomó la gorra rosa y se la volvió a poner, también tenía una muñequera en la derecha de color blanco con rayitas gris. Su cambio había terminado con éxito, ahora sólo quedaba hacer una cosa: alejarse de ese grupo de desconsiderados, egoístas que sólo se preocupaban en ganar un torneo sin considerar a una de sus integrantes, la que tuvo que salir huyendo, por su temor de perder un partido, por su cobardía.
-Gris-chan, Gris-chan, ya lo encontré, estaba justo donde me dijiste-Dijo Miyu, la niña cobarde alcanzándole un Bolso Raquetero de color negro con bordes blancos donde por lo menos habían tres raquetas, la precaución ante todo.-Aquí tienes-le dijo alcanzándole temerosa, era tan molesta esa timidez.
-Si, gracias, ya regreso-dijo Gris fría, estaba molesta con esa niña, creía también que era una egoísta, o tal vez sería su obsesión de creer que todos eran unos egoístas.
-Aquí están, por fin los encuentro, tengo la información de Gris-dijo Inoue, ese reportero de la revista de tenis, apareciendo de repente y todos voltearon a verlo, sus gritos llamó la atención o gritó por su emoción de haber conseguido algo que interesaba a todos.- Ootori Annika Gris. A simple vista es una chica inocente, callada, angelical, pero…por lo que me contaron es Alegre y Sarcástica, de cierta doble moralidad, está algo loca y no le importa meterse en líos si es para ayudar a algún compañero o simplemente mantener su imagen de chica dura. Ahora por motivos ajenos se muestra seria y recta, mientras sus ojos no dejan salir casi nunca ningún tipo de emoción…ella es…es uno de los DEMONIOS del RIKKAI DAI FUZOKU, bueno lo era hasta que tuvo problemas, pero ese no es el caso, como decía, ella es una de los Demonios, porque desde primer año ya era titular, junto a Yukimura, Yanagi, Sanada y su eterna rival Ayana Atobe. Su tenis es elegante, delicado y con ritmo y hasta ahora no ha perdido ningún partido en un torneo oficial a excepción del año en que perdió contra la revelación del torneo quién le arrebató el primer lugar…Es una chica de perfil bajo... Es poca la información, pero me la dio alguien que la conoce bien, no me quiso dar mas datos, es todo.-concluyó Inoue con la información de Gris pero no satisfecho con lo que había conseguido, él era un reportero que siempre quería saber más y sabía que Gris, esa muchacha fría, tenía más cosas que contar.

««««««««Flash Back««««««««​

El capitán bajó del taxi, pero avanzaba lento, quería respirar el aire fresco de la tarde, faltaba quizá una hora para que se oculte el astro, y sería bueno sentir un poco de calor, sus recuerdos lo habían movido hasta este punto, sus sentimientos, y es que acaso ¿Él tenía sentimientos? El capitán arrugó la frente. No comprender las razones del por qué se encontraba en este territorio, él jamás había sido dominado por la curiosidad, pero ya estaba en el lugar, sólo tenía que subir unas escaleras con cautela y reunirse con los fisgones de sus compañeros de equipo, por fin Tezuka llegó a hurtadillas discretamente, pero sentía la vergüenza de estar haciendo eso que sus compañeros hacían, su curiosidad pudo más, se reunió con todos que permanecían escondidos detrás de un muro de concreto que permanecía frío, pero con buena visión mientras que algunos se escondían en las hierbas que estaban altas dando forma a una cerca perfecta; pero de una cosa si estaba seguro el capitán del Seigaku, que hacía todo esto para conocer al novio, a ese maldito novio de Gris. Esa muchacha que muchas veces se le hacía molesta, pero ya estaba en este lugar tenía que aceptarlo, había bajado la guardia.

— ¿Te venció la tentación, Tezuka? ­— preguntó el Prodigio con una sonrisa farsante, siempre ocultándose detrás de esa sonrisa, era como su escudo de protección, así nadie conocería sus sentimientos.
— Eso creo — respondió Tezuka, se sentía humillado, pero qué hacía, la chica le estaba interesando.
— ¡Mira! allí está él, aquel de cabello naranja — dijo Momoshiro, tratando de tener buena visión, mientras desabotonaba un botón de su camisa.
— Sengoku del Yamabuki — dijo Tezuka con seriedad, no se lo podía creer, sabía que ese tipo era un infantil. ¿Gris y Sengoku? No podía ser, Gris se merecía algo mejor.

*+​

— Bueno Kiyosumi ya me tengo que ir — dijo Gris en una sonrisa, si que había hablado demasiado con ese pelinaranja, ya se había despedido de [[Haruka]] y Ayane antes de quedarse con Sengoku hablando de que más podría ser: tenis, mientras esperaba a su novio, esperaba.
— Sí, está bien, ¡Hoy fui muy afortunado! ¡Qué suerte! — Dijo éste marchándose ligeramente afortunado, con su alegría, jamás se había sentido con tanta suerte, entablar una conversación con una chica hermosa eso era sólo cuestión de suerte, pero no la conversación que hubiera querido, siempre que le preguntaba algo sobre ella, ésta lo evadía con otra pregunta o simplemente ignorándolo.

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Gris estaba esperando a su novio, eso de esperar no iba bien con ella, pero ¿Por qué lo estaba haciendo?, decidió sentarse un momento, ese tipo que decía ser su novio la estaba haciendo esperar y estaba más que segura de que era a propósito. Ella frunció el ceño. No se lo iba a perdonar, se distrajo un instante en un juego de dobles que estaba a punto de comenzar, sentía el suelo cálido, los rayos del sol habían hecho su trabajo, desde allí dónde estaba, en ese lugar que era una falaz copia de tribuna miraba sombría a esos ingenuos tipos que jugaban un pésimo tenis.
— Ese idiota me está haciendo esperar. Pero me las va a pagar — maldecía Gris poniéndose de pie, no se había dado cuenta de que todos los del Seigaku, incluso Ryoma que había sido obligado por [[Momo]] y Eiji, obligado en el buen sentido de la palabra, y que también habían convencido a Oishi con la excusa de que era la madre del Seigaku y que debía de cuidar a la nueva integrante, estaban allí atentos como cazador a su presa esperando el momento de conocer al novio de Gris, sí a ese afortunado.

*+​

— No era Sengoku, parece que espera a alguien mas — dijo Inui corrigiendo sus notas, odiaba tener que hacer cambios a últimos minutos, odiaba tener errores en su análisis, pero era evidente que ese pelinaranja no era su novio, ¿Cómo no se había dado cuenta? Inui hizo un gesto de desagrado.
— Es cierto — dijo Fuji mirando cuando se iba Sengoku, su atención se centró en él, parecía que ese tipo había conseguido información de Gris que él hubiera querido tener.

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Al rato apareció [[Atobe Keigo]], ese hombre egocéntrico y elitista, con su inseparable y demasiado insoportable para algunos de Kabaji, un hombre, si es que lo era y muy raro, algo así como la bestia del Hyotei y se dirigieron hacia donde estaba Gris esperando, Atobe se sentía divertido por dentro, después de todo sí la había hecho esperar a propósito.
— ¿Atobe? — dijo Tezuka que observaba cuidadosamente, eso si era algo que no podía creer, un tipo así sería un verdadero rival.
— No creo que sea él su novio. ¡Nya! — dijo Eiji levantando un poco la mirada, aunque con mucha seguridad no dijo esa frase.
— Gris está ignorándolo, debe de estar molestándola — dijo Oishi tratando de ver mejor la escena y soportando el peso de Kawamura que tan bien se esforzaba para ver, un esfuerzo que merecía la pena.
— Fshhh — siseó Kaidoh que estaba escondido detrás de unas hierbas demasiado altas, él estaba allí por su propia cuenta, de vez en cuando también sentía curiosidad.
— Mada mada dane ­— fue lo único que se le ocurrió al más pequeño del grupo, estaba demasiado desinteresado en ese tema del novio de Gris, pero había algo que quería de ella: Saber qué hacía jugando con el viejo y cómo es que lo conocía.

†KaTh GrIs†​

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Prohibido perdérselo.
El siguiente episodio:
Las chicas del Hyotei

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Aquí dejo el siguiente capítulo jejexD espero que les guste y gracias por leer mi ff ToT...Wenu, portence ma, Gambatte ne!!!​

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Capítulo. 11​

Las chicas del Hyotei​

— ¡Eres un idiota Keigo! Me dejaste aquí esperando — dijo molesta Gris, con su rostro enfadado, los brazos cruzados y mirándolo ejecutoramente, sí, se merecía su desprecio por hacerla esperar.
— Sí, ¡perdón! Fui a ver a Oshitari, ¿no?, Kabaji. — preguntó ese ser arrogante, el que tenía el lunar en la cara, que lo hacía verse tan atractivo ante las mujeres.
— Usu — afirmó Kabaji, la bestia del Hyotei, sin inmutarse.
— Me hubieras llamado — decía aún molesta Gris bajando las escaleras y pasando de largo, eso se merecía por hacerla esperar y sobre todo a ella.
— Enojada y todo te vez preciosa — dijo el Rey del Hyotei y capitán del club que cuenta con mas de 200 miembros, adulando a las chicas lograba más atención por parte de ellas. Dejando notar su sonrisa pícara — ¿verdad?, Kabaji.
— Usu — Volvía a decir y aquel hombre alto y robusto asentía.
Gris seguía caminando, estaba resentida falsamente, quería provocarle nada más. Volteó hacia él y frunció el ceño sin decidir si estaba molesta o sólo tenía deseos de estrangularlo por lo bien que se veía. Sí, aunque fuera en contra de su voluntad, ese tipo era atractivo y merecía atención, además él alguna vez le había dicho que ella era digna de él, y ese era un punto a su favor. La primera reacción que tuvo fue acercarse al hombre grande que acompañaba al demasiado egocéntrico [[Atobe Keigo]].
— Me alegra que vinieras hombrote — le dijo irónicamente Gris a Kabaji dándole un delicado puñetazo en el pecho, si tuviera más fuerza le daría un verdadero puñetazo — pero ¿te importaría dejarme sola con Keigo?
— Usu — dijo el grandote alejándose de ellos.
— Cuando aprenderás a venir solo, no es que me moleste verte con el grandote pero siempre que estoy contigo él también está allí. Tú eres mi novio no él. Quiero estar más tiempo contigo — se quejó Gris aunque sonaba poco convincente para el Rey, ella no era desagradable, pero el grandote la irritaba por ratos.
— ¿Qué pasa Gris? ¿Te estás enamorando de mí? ¡Ya sé!, estas deslumbrada con mi magnífica belleza — dijo el vanidoso capitán del Hyotei pasando los dedos por su hermoso cabello suave y terso, haciendo que se vea aún más sensual. Su sonrisa era la más provocadora que cualquier otro gesto de él.
— ¡Jamás me enamoraría de un inmundo egoísta! Sabes a qué va esto ¿no? — se encargó de recordarle de una manera amenazante y decidida, odiaba que fuera tan vanidoso.
— Sí, lo sé desde que decidiste salir conmigo — dijo el rey acercándose más a ella llevando en su rostro una ligera sonrisa poco creíble ahora. — Entonces, no debes molestarte por lo que hago.
— Sí — sólo consiguió decir mientras su vista se posaba en el lunar que tanto le encantaba de él — pero pensé que harías algo para que eso cambie.
— Lo hago, pero no te das cuenta — expresó tratando de sonar despectivo no quería que Gris se diera cuenta de que ella había conseguido que él se enamorara, Atobe Keigo jamás se enamoraba, era simplemente absurda esa opción.
— Keigo, olvidemos todo…cuéntame ¿Cuál es ese problema que tanto te preocupa? — se acercó a él y lo abrazó, su cabeza descansó en el pecho de él, le gustaba hacer eso para oler ese perfume que le gustaba de él. Ella sabía que después de todo lo que había vivido, Atobe siempre estuvo con ella y que la había ayudado a salir de dónde se encontraba hundida, en un vasto vacío. Atobe no pudo reaccionar o no quiso reaccionar, tal vez tenía la esperanza de que alguna vez Gris se enamorara de él, pero no podía, ni debía mostrarle esa debilidad que sentía, tenía que mostrarse duro ante ella.
— ¿Qué pasa Gris? ¿Por qué esa falsa preocupación? — indagaba suspicazmente, tenía que conseguir algún dato que considerara que ella se estaba empezando a enamorar de él.
— Bueno, haz lo que quieras, no me importa — comenzó a impacientarse Gris, si eso era lo que él quería pues ella lo haría con gusto, le hizo una mueca de disgusto — eso me pasa por meterme con un Atobe… bueno ya me voy que tengas buenas noches, Atobe Keigo. — le dio un beso en la mejilla tomó sus cosas dispuesta a retirarse.
— Gris, deja de actuar como una niña, no tienes por qué fingir cuando estamos solos — volvió a decir ofensivamente, una de sus manos se posaba en su cintura, típico de un presumido — sabes bien que nuestro noviazgo es una farsa — sonaba resentido o despreciativo no se podía definir.
— Pero no quiero que sea así ­— ella regresó y puso su índice en la frente de él, solía hacer eso cuando estaba enfadada — ¿Lo entiendes?, no quiero que sea una farsa. — sus ojos se fijaron en los de él y Atobe sintió que era el momento de besarla y así ella caería rendida a la fastuosidad de su belleza, de sus labios.
Gris respiraba el aliento del ególatra, mientras sentía cómo éste cada vez más se pegaba a ella. Atobe se pegó contra el cuerpo de la peliazabache rozando sus labios. Sus manos lograron rodearla por la cintura y pegarlo más a él hasta que finalmente sus labios se unieron, era un beso diferente a los demás era demasiado tierno para ser real y demasiado bueno para ser cierto no estaba resultando nada desagradable como ella pensaba iba a ser, pero como era de esperarse, él siempre cambiaba ese modo de besar, le gustaba morder el labio de Gris, le gustaba hacerlo y es que lo encontraba delicioso, dejó de morder su labio para besarlo con ímpetu mientras con ambas manos la pegaba más a su cuerpo, sintiéndola. El sabor de ellos era inigualable, la suavidad que poseían, bien daban ganas de morderlos nuevamente. Atobe decidió intensificar más el beso.
La noche llegó rápido, las estrellas se empezaban a notar enseguida hermosas, sería una noche despejada sin dudarlo, y se podía sentir un aire correr, una corriente agradable. En la noche, muy lejos, en ese firmamento, estaba la luna en pleno crecimiento, sí, agradable a la vista, demasiado luminosa más que otras veces y cerca de un campo de tenis yacían dos chicos que seguramente estaban en un entretenido beso, si que lo estaban, o al menos es parecía desde aquí.
Gris se alejó de Atobe, no le gustaba que la besara de esa manera, no le gustaba que intensificara el beso de esa manera, ella lo encontraba simplemente desagradable y Atobe siempre se incomodaba cuando hacía eso “¿Cómo mierda lo besaba él entonces?” pensaba en su momento de exasperación con gestos de molestia total.
— ­ ¿Ves? a eso me refiero, ¿Cuándo dejarás de pensar en él? ­— empezó a decir sonando enfadado, soltó a la chica y se pasó ambas manos por su hermoso y bien cuidado cabello.
— Perdón, pero no es eso, no me gusta cómo me besas, haces que me falte… oxígeno ­— fue la peor excusa que se le ocurrió, “Genial, Gris eres la mejor inventando excusas” se lamentó en sus pensamientos, no podía disimular que aunque sintiéndose atraída hacia el rey estuviera pensando en el idiota, en ese grandísimo idiota que le hizo mucho daño.
— ¿Sí?, bueno te llevo a tu casa ­— dijo incomodándose con él mismo, se sentía culpable Atobe por haberle mencionado a aquel tipo que la hizo sufrir, a lo mejor ni siquiera pensaba en él, eso era lo que quería creer, bueno ya habría más oportunidades de volverla a besar.
La imagen de tres mujeres bajo la luz de una luna creciente, estaban de pie tras los dos muchachos, ellos voltearon al sentir la presencia de aquellas. Sus miradas se posaron en las ensombrecidas siluetas que al acostumbrase pudieron reconocer. Gris esbozó una media sonrisa y él sólo las miró inexpresivo.
— Hyotei ¿Qué hacen aquí las niñas del Hyotei? — dijo Gris sonando sarcástica al ver a las recién llegadas.
— Gris Ootori, ¡Qué linda bienvenida! — le respondió sonando irónica también una muchacha de cabello castaño oscuro o marrón largo y lacio, lo traía suelto. Su aspecto era angelical e inocente de tez clara. Gris la conocía muy bien, sabía que aquella era una chica molesta, parecida a ella, le gustaba gastar bromas y cosas así. ¡Ay! pero pobre de aquel que se metiera con ella porque si que tenía su genio. Gris recordó la vez en que tuvieron que mentir para zafarse de un “pequeñito problema” y gracias a la mirada inocente de la muchacha de ojos almendrados o miel, siempre solía convencer. Gris había visto talento en esa muchacha, sobre todo en el tenis, era una verdadera tramposa literalmente.
— Zoe Akamiyama, no creo que sea una bienvenida, por cierto ¿Qué hacen aquí las niñas bonitas del Hyotei? — volvió a preguntar Gris siguiendo con su tono irónico, dando una mirada rápida a todas. Atobe se había mantenido distante pero escuchando aquella conversación de esas mujeres, él lo encontraba divertido.
— ¿Acaso no podemos venir a las canchas de tenis callejero? — preguntó una mujer arrogante que era ligeramente más alta que las otras dos, tenía una cabellera larga negra y con un cerquillo perfecto que enmarcaba muy bien su piel pálida y hermosa, era la reina del Hyotei debido a su belleza y popularidad y solía ser altiva, coqueta y adoraba saber que todos los chicos babeaban por ella, adoraba ser el centro de atención de todos. Y la envidia de todas.
— Momoka Yuzu, “La princesita de papi” — ironizó Gris al oírla, la detestaba si que lo hacía — bueno no te enojes linda, pero ahora no entiendo que haces aquí sin mi guapísimo primo, por lo que yo recuerdo no lo dejabas ni un solo momento— dijo Gris posando su mirada café amenazante en lo grises de ella, Gris no entendía ¿Qué miércoles había visto su primo en esa? Bueno era hermosa, y eso era todo. No tenía nada en el cerebro. Pero lo que más odiaba de esa muchacha era que no dejaba de insinuarse a su Atobe, ¡ah no! ¡eso sí que no!
— Ya no debe tardar dijo que vendría — respondió ésta con una sonrisa falsa. El odio era mutuo.
— ¡Vaya! ¿Qué raro que todos hayan quedado en venir aquí? — comentó Gris sonando curiosa.
— No me parece, no creo que sea raro venir de vez en cuando a las canchas de tenis callejero, señorita Gris — contestó una muchacha que era aproximadamente de la talla de Zoe Akamiyama, era demasiado flexible y delgada, su piel era tersa, blanca y suave, su cabello era café y lo llevaba corto a la altura de lo hombros, sus ojos celestes eran muy llamativos y a veces se la notaba demasiado alegre, era cariñosa por lo que muchas veces Gris la encontraba simpática también le gustaba el hecho de que no hablara mucho sólo actuara, un día se le ocurrió decirle “Tienes futuro conejita, tienes futuro”
— Miyuki Kaidoh, la Conejita del Hyotei, me alegra verte — dijo Gris con cariño, sí, de todas maneras esa niña si le caía muy bien, hasta había conseguido decirle “Conejita” de cariño por lo que no dejaba de saltar y dar vueltas, muestra de que era una experta en acrobacias. Y esa clase de apodos, sólo Gris los diría a las personas que realmente apreciaba como por ejemplo a Sakuno a quien llamaba “Piojo”.
— Igualmente Gris — respondió la muchacha de cabello café en una gran sonrisa, no le molestaba el hecho de que la llamara “Conejita” en sí encontraba aquel apodo tierno.
— Bueno, bueno, iré a ver a Kamio, supongo que debe estar en… ¿Qué hace mi Kamio con esa? — preguntó Zoe abriendo sus ojos más de la cuenta, frunciendo el ceño. Gris soltó un “Ups” se había acordado de que la tal Zoe era novia de Kamio [[Akira]] y ella era la responsable de que esté ahora con Miyu. En serio que se había olvidado.
— ¡Ah! Verás, Akira está ayudando a mi amiga, no es nada del otro mundo así que tranquilízate — sugirió Gris en una gran sonrisa ficticia. [[Sakura]] la miró asesinamente.
— Gris, ¿Nos vamos hermosa? — preguntó Atobe abrazándola por detrás, besando su cuello y respirando su aroma. Le gustaba aprovechar esos momentos en la que podía besarla sin problemas.
— ¿Por qué se van tan rápido? Atobe-san — preguntó la de cabellos negros en una sonrisa coqueta para el Rey. Era una descarada coqueteaba delante de Gris. Ella hacía esfuerzos para auto controlarse de golpear a esa desvergonzada ¿Cómo podía coquetearle? Además era novia de su primo. Tenía que dejar en claro que Keigo Atobe era sólo de ella.
— Quiero a Gris para mí sólo — respondió éste despectivo. Gris adoraba cuando hacía eso, le gustaba que sea posesivo. Gris se mojó los labios y volteó a besarlo luego giró su mirada a Momoka para sonreírle abiertamente para provocarla. Mientras que Zoe estaba a punto de ir hacia donde estaba Kamio y golpear a esa peliplateada que estaba con él ¿Acaso no era suficiente con soportar a la Tachibana esa? Miyuki la tenía bien agarrada para que no cometa algo estúpido.
— Es cierto Momoka… de veras tenemos que irnos — contestó ésta, mientras que Atobe la volvía a rodear por detrás. Momoka soltó una risita. Gris odiaba cuando esa mujer se reía así, pues parecía que cuando reía así, ésta estaba imaginando cosas en su cabeza.
— Zoe, Miyuki, ¡Vámonos! — llamó la de cabellos negros sin perder su sonrisa estúpida.
— Sí capitana — respondieron las dos al unísono. Zoe haciendo gestos de desagrado total, pero controlándose empezó a caminar junto a Momoka y Miyuki, si que se había enojado con Kamio, pero se volvió a calmar cuando sus pensamientos viajaron directamente y sin salida durante toda esa noche, hacia un chico de cabellos azul con anteojos, ella se había sentido atraída hacia él desde que lo vio por primera vez: [[Oshitari Yuushi]].
— ¡Adiós lindas! Nos vemos en el torneo regional — se despidió Gris con un ademán y hablando casi mordazmente.
— Sí, por supuesto, y allí ganaremos — respondió Momoka dándose la vuelta para dejarle bien en claro aquello. Las otras dos, realizaron gesto de espedida y se marcharon a paso lento y coqueto.

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Tezuka estaba allí parado sin decir nada y es que no tenía nada que decir, simplemente no podía creer aquello, además ¿por qué se sentía tan aturdido con todo esto?, Gris nunca le había insinuado nada, siempre le había dicho que le caía mal, que era odioso, eso, le había dicho que lo odiaba. Pero… ¿Por qué se estaba besando con él? “Tal vez se merecen el uno al otro” pensó, su máscara de chico serio le servía muy bien para ocultar sus sentimientos, aquellos que cayeron como cristales rotos cuando los vio. Ahora sabía muy bien que no sentía nada por ella, sólo lo había atraído, sí eso, sólo atracción.
— ­¡Vámonos! ­— ordenó Tezuka, sí, definitivamente eso sonó a una orden.
— Es cierto, creo que es hora de dejarlos solos ­— dijo Fuji también levantándose sonriente pero falazmente ¿Por qué ella tenía novio? Ella le había dicho que lo amaba, irónicamente pero se lo había dicho, además sus compañeros le contaron que cuando estaban en el torneo de distrito ella…

†KaTh GrIs†​

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No pueden dejar de leer el siguiente episodio:
La final: Fudomine un equipo con espíritu
(Primera parte)

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Gris: Haces eso y eres Papilla de Nyu ¬¬
Aléjate de mi Yukimura-buchou...entendiste
Nyu...¬¬
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Por otro lado, tuve una super idea que se me vino
a la mente jjejej, bueno te lo digo por msn jijij
Bueno Nos vemos!!!!!
Gambatte ne!!!
y portece mal!!!!!