¿ángel O Demonio Del Tenis?

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Me alegra que le haya gustado ... mi es muy feliz *O*
muuuuuuyyy pero muuuuuuuyyy feliz ... mi la quiere mucho^^
....
Bueno, bueno... Nos vemos!!!!!!
Pórtense mallllll;)
Gambatte ne!!!!

*¡Sayonara minna ~~!*

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Capítulo. 26​

Tensión: Una volea del sueño.​

*+​

Eiji estaba parado cerca de un roble, estaba perdido en la nada, y en su mano la raqueta giraba a 360ª, estaba demasiado serio, sus sentimientos hacia Kurumi habían cambiado, pero… ¿Qué sentía por ella? Cuando la conoció sintió miedo, luego cariño hacia ella; sin embargo, ahora conocía un sentimiento que nunca antes había sentido, aversión, le tenía antipatía, sí, eso era.
— Eiji, al fin te encuentro — llegaba Kurumi agitada por haber corrido por todas partes del instituto, pero su voz aún sonaba dura.
— ¿Qué quieres Shirai? — preguntó el muchacho pelirrojo sin voltear a verla, sin duda se había enojado con ella, su tono era frío.
— Idiota, vine a recordarte lo idiota que eres — dijo Kurumi hablándole despectiva y ubicándose al lado este. A Eiji se le cayó la raqueta de las manos.
— Ya lo hiciste — dijo el acróbata dispuesto a irse de allí luego de tomar su raqueta y mochila.
— Oye idiota, deberías pensar en descubrir por qué eres idiota — dijo ella en un grito como para que él la escuchara. Una vez que el “idiota” se perdió de vista, ella cambió su rostro duro al de preocupado… “Recuérdame, por favor, Eiji, yo…” pensaba mientras se quedaba ahí bajo ese gran roble.

*+​

— PARTIDO ENTRE RINKO FUKAWA Y HIKARU FUJIWARA, EN EL SERVICIO FUKAWA. — dijo Arai a quien habían convencido, de hecho la rubia lo había convencido, con sus métodos seductores.
— ¡Genial! Mi saque es mi mejor arma — dijo la rubia dibujándose una sonrisa en su rostro y preparándose para realizar el saque, definitivamente ese saque era su mejor arma ya que ella aprovechaba su talla para darle más potencia al saque.
— ¿Quién autorizó éste partido? — se acercó el capitán con todos, que estaban viendo que se iniciaba un partido y si era femenino mucho mejor. “No sé por qué pregunto si es tan obvio” pensó.
— ¡Ay! No de nuevo Kunimitsu, sabes bien que yo lo autoricé, pero no me regañes ahora que quiero ver como van mis jugadoras, además toma esto como un entrenamiento para los tuyos y que vean como mis niñas tienen un buen nivel — le dijo muy desganada y Tezuka pensó “¿Sus niñas?”.
— No sé que haré contigo, ¡20 vueltas a la cancha! ¡Ahora! — ordenó el capitán con la misma voz de siempre, esa voz que lo caracteriza de chico serio y maduro, todos lo miraban extrañados.
— Claro, como quieras, pero luego del partido, ¿te parece? — dijo aún más desganada pero mirando al capitán intensamente.
— Después serán 40 — ordenó Tezuka mirándola amenazante.
— Cien o todas las que quieras, ya sé que te gusta verme correr, pero ahora no me molestes odioso “capitán” — le enfrentó mirándolo con cólera, no quería enfadarse con él ahora. Mientras Momo se reía por lo bajo. El capitán tampoco tenía ganas de pelear así que se largó de ese lugar, necesitaba paz, aclarar sus sentimientos y pensar en ¿Cómo consiguió esa niña colmarle la paciencia?

*+​

— Hola Ryoma-kun — dijo Ayane saludando a Echizen dulcemente y está de más decir que su mirada era totalmente fría y calculadora.
— ¿Hmmp? ¿Qué quieres? — preguntó despectivo el novato ignorando a Ayane Tezuka.
— ¡Qué descortés! Sólo quiero saber ¿dónde compraste esa cinta? — preguntó la peliazul mirando resentida al pelinegro-verde.
— En la tienda — respondió cortante como si la respuesta fuera tan obvia.
— ¡Qué bien! Iré a comprarla allí… sólo un detalle, ¿cómo se llama la tienda, Ryoma-kun? — preguntó la niña inocentemente, su voz era dulce y delicada.
— No recuerdo — le dijo con las manos en los bolsillos y alejándose de ella.
— ¡Qué tipo!, ni tiene modales — se resintió la niñita acercándose a Haruka.
— Gris-san, te ves desganada hoy — se acercó el Prodigio a Gris con una sonrisa encantadora.
— Sí, pero sólo dime Gris, si no te importa, no creo que haré las vueltas que quiere el capitán, me siento mal Syusuke, muy mal de hecho — dijo Gris con el rostro desganado, preocupado y algo triste, el Genio la miró extrañado.
— Entiendo… ¿Por qué? — indagaba el castaño.
— Te contaré luego del entrenamiento, te invito a tomar algo no lo sé, lo que sea, por favor tengo que desahogarme, Syusuke no aguanto, ¿me ayudas? — dijo a punto de alterarse, se había olvidado por completo del partido de Rinko y Hikaru.
— Sí, por supuesto, iré contigo, pero… deberías pensar ahora en el partido de tus jugadoras — aconsejó el Prodigio sonriente para variar.
— Tienes razón Syusuke — y puso una mano en el hombro del castaño para seguido concentrarse en el partido.

*+​

— Juego para Rinko Fukawa, en el servicio Hikaru Fujiwara— anunció Arai.
— ¿Ves lo que te dije? Ni siquiera respondiste uno — dijo la rubia provocando ahora a la pelirroja.

Noa hizo su servicio normal no era nada fuera de lo común, por lo que Rinko no dudó en contestarlo.
— Tu saque no está mal, pero el mío es mucho mejor— dijo Fukawa burlándose de Hikaru.
La pelirroja volvió a sacar, ya que la rubia había enviado un buen revés y pudo anotar fácilmente. Esta ves contestó el revés de Fukawa y se inició el peloteo, Hikaru no quería regalarle más puntos tenía que quitarle su puesto de titular a la rubia molesta, aunque seguía con ese rostro feliz pero concentrada en el juego y es que adoraba jugar tenis, era su pasión y siempre se divertía mucho.
La rubia envió un globo cuando se dio cuenta que Hikaru estaba en la net.
— Juego para Fukawa, en el servicio Fukawa.
— Estás acabada — atinó a decir mientras se preparaba para dar uno de sus saques precisos y potentes, Hikaru contestó uno pero por la potencia le fue arrebatada su raqueta.

*+​

— Ha mejorado bastante desde la última vez — comentó Gris que ya se había olvidado de sus problemas y se concentraba en el juego.
— Sí, la veo mas centrada y decidida — dijo Haruka arreglando sus anteojos.
— Sus golpes son más precisos, se nota que ha estado entrenando mucho, eso me gusta de ella. Pero… espero que la nueva no me decepcione — dijo Gris, muy seria y fijándose atentamente como Hikaru contestaba uno de los saques para la sorpresa de Rinko.

La pelirroja empezó a dar pequeños pasos, con estos pasos incrementó su velocidad de movimiento y reacción, anotó un buen punto pero por error de Fukawa que la había sacado fuera.
— Esto es aburrido, hagámoslo más divertido— dijo Hikaru en un bostezo, y estirándose un poco, su tranquilidad era extraña y eso que iba perdiendo dos sets y ahora estaban iguales 15-15.
Hikaru siguió con sus pasos instantáneos, y consiguió que le enviaran un globo, no lo dudó ni un segundo y acertó a darle un gran smash. El partido siguió ya que ahora la velocidad de la niña pelirroja había subido gracias a esos pasos, y daba golpes precisos alternados entre drive y revés, realizó el punto que le dio la victoria del set con una media volea que es un golpe devuelto a bote pronto.
Ahora era el turno de Hikaru en el saque. Su saque no era su mejor arma de eso si se estaba segura, ya que su saque era débil y sin precisión, la rubia siempre lo contestaba sin problemas. Sorprendió a todos cuando dijo “La Volea del Sueño ¡Kyaaa!” golpeó la bola después de que botó la pelota desde la línea de fondo y cayó justo delante de la net, lo que le impidió a Rinko reaccionar ya que estaba muy atrás.
— Impresionante, tiene una buena volea — se emocionó Oishi.
— Increíble, una niña haciendo semejante golpe — dijo Momo sobándose los ojos.
— Eso fue espectacular — dijo Ayane mientras sonreía pensando en como contrarrestar esa volea.
— No está nada mal — dijo Gris en una media sonrisa.
— Interesante… Me alegra que tengas buenas jugadoras — le sonrió Fuji.
— Y a mi — contestó ésta.
— Perfecto, con alguien así tal vez haga un esfuerzo para ignorar su felicidad — señaló Hayato demasiado seria.
— Ya tengo todos lo datos, es interesante — apuntó Inui anotando en su libreta los datos.
— Fshhh, que buen golpe — indicó la serpiente concentrado en la peliazul.
— Me dan miedo esas dos — expresó Kawamura.
— ¿¡Jeé!? — dijo Ryoma que se interesó en el juego porque en verdad que estaba aburrido.

*+​

— ¡Kyaaa! Eso fue genial, me salió por fin, sí, por fin ¡Kyaaa! Ahora será divertido — dijo feliz, emocionada, intensamente alegre dando brincos por la cancha y todos la miraban desconcertados cayéndoles una gotita de su sien.
— No intentes pasarte de lista… vamos vuelve a sacar — dijo ligeramente la rubia.
Empezaron de nuevo, la rubia no iba a permitir que la nueva arruine su día, no, de ninguna manera; ella sacaría su arma también, una que había practicado bastante, así que de tener oportunidad no dudaría en realizarla, no, claro que no, cuando por fin tuvo la oportunidad realizó una cord ball, una que chocó en la net y hacía su punto decisivo.
— PARTIDO PARA FUKAWA, 3 JUEGOS A 1, EN EL SERVICIO RINKO FUKAWA. — Anunció Arai. Haciendo lo mismo que haría un juez de silla.

Ahora el partido se puso intenso, a parte de que la niña no dejaba de sonreír y que molestaba a Fukawa, la estaba presionando, la hacía correr más y la rubia empezaba a hartase, volvió a hacer su jugada, ganando por poquito un nuevo set, pero se veía muy agotada, tanto así que el siguiente lo perdió dejándolas ahora un 4-2 , el juego de la pelirroja era el constante Drive y revés que caían justamente en la línea de fondo evitando que la rubia baje a la net para luego conseguir la Dream volley que tanto esperaba volviendo a ganar otro set 4-3, la rubia con la convicción que la caracterizaba no se iba a quedar con los brazos cruzados, agotada y todo iba a derrotar a la “señorita felicidad”, ahora era más veloz y más precisa, daba justo en la esquina en puntos difíciles para la pelirroja y hasta volvió a realizar una cord ball, haciendo que gane el set 5-3, luego vino un 5-4, ya que volvió a realizar su mismo juego de drive y revés para volver a hacer la volea del sueño.
— ¡Entiendo! — expresó Gris cuando se dio cuenta del juego de Hikaru —. Así que era eso.
— ¡Qué bueno que te diste cuenta! — dijo el Genio mirándola entretenido.
— Por supuesto — contestó sin mirarle.
— También lo entiendo — dijo Haruka al darse cuenta de la jugada.
— Sí, yo también — dijo la niñita —. Revés y drive, que interesante.
— No, son drive y revés — dijo Echizen acercándose a ella, eso era raro.
— Claro que no, son revés y drive — aseguró la pequeña frunciendo el ceño.
— Necia, son drive y revés — dijo Echizen comenzando a hartarse —. Pensé que eras más lista.
— También pensé eso de ti — dijo la peliazul, y ahora se miraban amenazantes —. Mira, antes de que haga la volea, ella realiza un drive, eso lo deja como último — Echizen pensó en la idea.
— Pero inicia con un drive — dijo éste empezando a dudar.
— Sí, pero así no hiciera el drive, iniciando con el revés le saldría igual — dijo volviendo a mirar el juego.
— Mmm… no está mal, pensé que eras tonta — dijo Ryoma fijándose ahora en el juego, y pensado que la niña era interesante… ¿Interesante?
Ahora el partido se encontraba en un 5-5 ninguna de las dos quería perder, una tenía la idea de llegar al equipo y quitarle el puesto de titular a la rubia, mientras que la otra sólo quería ganar por su honor y orgullo.
— Yooo noo perderé — gritaba la pelirroja poniéndose seria y golpeando con un revés, no había duda que su contrincante era buena.
— Ni yo — respondía con un cord ball. Hikaru haciendo uso de sus pasos instantáneos se tiró para contestar la pelota que caía cerca de la net, logrando golpearla y mandándola al otro lado, pero la rubia lo esperaba anotando con un gran smash.
— 6 JUEGOS A 6
— ¡Deténganse! — ordenó Gris entrando a la pista.
— Pero aún no he ganado — dijeron las dos al unísono.
— Lo hicieron muy bien las dos, ninguna de las dos se rendirá, de eso no me queda ninguna duda… Hikaru ¡Bienvenida al equipo! — dijo Gris felicitándola.
— Pero no gané, dijiste que tenía que quitarle su puesto de titular — dijo desconcertada la muchacha.
— Lo sé, era una prueba, ¡Felicidades! Pasaste con éxito — le sonrió a la pelirroja.
— ¿¡Qué!? ¿le dijiste que le darías mi puesto? — se sorprendió la rubia mirándola con el ceño fruncido.
— Fue una prueba, no me hagas repetirlo — contestó desdeñosa Gris.
— ¡Kyaaa! Estoy en el equipo, estoy en el equipo ¡Kyaaa! — empezaba a dar saltos por toda la cancha.
— ¡Ay! no de nuevo — se quejó Haruka.
— La señorita felicidad, es muy buena, se merece mi respeto, pero podía ganarle — dijo la rubia sonriendo a Gris.
— Lo sé, por eso corté el juego, no quise que ninguna de las dos se haga daño — dijo con altivez.

Llegó Tezuka y obligó a Gris a correr sus 40 vueltas a la cancha por haberlo desobedecido.
— No quiero correr, me siento mal, por favor capitán, mañana lo hago se lo prometo — dijo Gris casi en un ruego, el capitán se sorprendió que no lo tratara de “tu” y se sentía preocupado por Gris, a lo mejor era verdad de que estaba enferma.
— Entiendo… y no me interesa, ¡A correr! Ahora — ordenó el capitán sin remordimiento cruzando los brazos haciendo que se vea más imponente.
— Kunimitsu, por favor, por favor, hago lo que sea pero ahora no, me siento mal, por favor, por favor — se abrazó del capitán fuerte recostando su cabeza en el pecho del capitán. Mandó a todos a correr, y luego llevó a Gris a los camerinos.
— ¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué te sientes mal? — preguntó preocupado pero sin notar esa expresión en su rostro, veía a Gris pálida.

*+​

†KaTh GrIs†​

*********************** ¿Qué le pasará a Gris? ¿Cumplirá sus 40 vueltas a la cancha? ¿Eiji perdonará a Kurumi? ¿Hikaru alguna vez dejará su felicidad? Todo esto y hasta más en el siguiente capítulo. No te los pierdas.
En próximo episodio:
Traición y un beso de hielo.





Bueno, bueno... Nos vemos!!!!!!
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*¡Sayonara minna ~~!*

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Capítulo. 27​

Traición y un beso de hielo. ​

*​

— ¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué te sientes mal? — preguntó preocupado pero sin notar esa expresión en su rostro, veía a Gris pálida.
— No me preguntes eso ahora, sólo quiero irme a casa — dijo desganada tenía la mirada apagada y fija en el suelo.
— Gris, mírame — le dijo levantado su mentón para hacer que lo vea a los ojos, se acercó más a ella. — No me hagas tener que repetirlo, dime ¿qué es lo que te pasa?
— Pasa que tengo miedo, no lo sé es algo que siento,… ¿Estas feliz ahora? — dijo desganada y agudizando la última pregunta muy enojada.
— Entiendo… — se alejó de ella, no quiso preguntar más, él estaba igual sólo que no lo expresaba, la miró un rato antes de hablar — puedes irte a casa y cuídate mucho.
— Sí, pero esperaré a Syusuke — dijo ella inconcientemente.
— ¿Por qué? — preguntó volteándose a ella.
— No sé, iremos a mi casa y hablaremos un rato, es todo — dijo fastidiada. El capitán no le hizo caso y salió de los camerinos.

*+​

Hasta que por fin terminó la tortura de Inui, todos incluso las nuevas tuvieron que hacer el riguroso entrenamiento, para su mala suerte tuvieron que tomar el Inui Special Vegetable Juice, mientras que Ayane disfrutaba de ver a la rubia revolcarse del asco y Hayato disfrutaba de ver a la más feliz intentando aguantar el vómito, otros como Momo, Kaidoh, Kawamura y hasta Oishi que estaba preocupado por Eiji que no había venido a la práctica, tuvieron que tomar ese veneno, Ryoma y Ayane como siempre habían estado rivalizando y no tuvieron que tomar el jugo, Haruka había sido ayudada por Inui y Fuji no le importaba tomarse el jugo.
— Syusuke Vámonos, date prisa — dijo Gris llamando al Genio del Seigaku.
— Sí, espérame — le respondió éste alcanzándola.
Se fueron caminado hasta casa de Gris, durante el camino, Gris se había desahogado todo lo que sentía respecto a Keigo Atobe, le contó también sobre su padre y lo mal que se llevaba con él, y Syusuke en ningún momento dejó de prestarle atención, las nubes eran menos interesantes, la mirada de ella lo cautivaba y había tenido ganas de abrazarla pero se contenía. Cuando por fin llegaron a casa de Gris alguien estaba en la puerta esperándola.
— Hola Grisu-chan — dijo un radiante muchacho de cabello corto medio ondeado, que estaba feliz de verla, Gris no perdió tiempo, se lanzó a abrazarlo lo más pronto posible.
— Primoooo, ¡Qué bueno verte! Hace mucho que no te veía — dijo Gris feliz y luego se aparto del muchacho para mirarle sonriente.
— Sí, pero vine para decirte algo importante — se puso serio el muchacho ignorando la presencia de Fuji.
— ¿Qué pasa Choutarou? — dijo Gris y ahora se ponía a jugar con la cruz que traía al cuello Ootori.
— Quiero que vengas conmigo, se trata de Atobe-buchou — dijo él mirándola seriamente.
— ¿Le pasó algo? — preguntó preocupada dejando de jugar con la cruz.
— No, no es nada… te vienes conmigo… Por favor — y la jaló a rastras delicadamente.
— Pero… Adiós Syusuke, lo siento hablamos otro día — dijo ella casi en un grito, mientras se alejaba, Fuji le sonrió pero después que la perdió de vista puso su cara seria.

*+​

Ootori Choutarou llevó a Gris lo más rápido que pudo, quería mucho a su prima así que tenía que mostrarle algo que lo tenía atormentado desde hace varias semanas.
— ¿Qué hacemos en las instalaciones del Hyotei? Choutarou — preguntó confundida la peliazabache mirándolo inquisitivamente.
— Bien, escúchame lo que te voy a decir, sabes que soy tu primo y que te quiero mucho pero no le digas a nadie que yo te traje, lo hice por tu bien, porque te quiero mucho — volvía repetir esas palabras dándole un beso en la frente. Él era un poco más alto que ella. Gris se ponía nerviosa, algo le pasaba a su primo —… sigue por ese pasillo y allí encontrarás el camerino de Atobe, ve y habla con él.
— Pero… no tengo nada de qué hablar con él — la miró levantando una ceja.
— Has lo que te digo — y le dio otro beso en la frente —. Ve, nos vemos después.
— Sí, está bien — dijo aún aturdida.
Avanzó por donde le indicó su primo, volteó a la derecha y encontró una habitación que decía: “Rey Atobe”, Gris miró por un momento y luego negó con la cabeza, eso era demasiado egocéntrico y vanidoso para su gusto, abrió la puerta lentamente, y lo vio, su Atobe, su Rey de Hielo, estaba ahí besándose con otra chica, con una tipa, y encima la conocía muy bien, era Momoka Yuzu, la novia de Choutarou, de su querido primo. Ella era una chica bonita, de cabello negro lacio y largo hasta media espalda y con un cerquillo que enmarcaba muy bien su hermoso rostro. Gris no reaccionó, se quedó allí viéndolo, muchos sentimientos encontrados pasó por su mente, ahora ya no tendría a Atobe para ella, ya no habría el chico frío preocupado por ella, porque simplemente ya no existía, estaba con otra, no, eso no era justo, se dio cuenta de que había querido a Atobe más de lo que ella pensaba y ahora ya no estaría más con ella, su corazón empezó a acelerarse, tenía sensaciones de llorar, se sentía destrozada, su Keigo Atobe con otra.
— Keigo — llamó con su voz débil y estaba apoyada en la pared cruzada de brazos, su semblante era serio y cabizbajo.
— ¡GR-GRIS! — dio un grito alejándose de la chica para seguidamente acercarse a Gris que no se quería mover de donde estaba por el simple hecho de que si se movía tenía la sensación de que caía.
— Vine a verte — dijo en una sonrisa sarcástica y derramando una que otra lágrima. Momoka salió radiante de la habitación.
— No tengo nada que explicar, tu misma lo has visto, ¡Perdóname! — dijo el Rey acercándose a ella para besar su cabello y tomar sus manos y ella se lo permitió.
— No, ¡Suéltame! No quiero que te acerques a mi — dijo desganada, esto que había visto era demasiado.
— Por favor, déjame volver estar cerca de ti — dijo el egocéntrico egoísta rompiendo su barrera de chico frío que tenía para Gris.
— ¿Desde cuando que sales con esa zorra? — preguntó para su sorpresa.
— Eso no importa…— dijo pero ante la mirada asesina de Gris tuvo que responder —… una semana.
— Nosotros andamos desde hace casi dos meses, ¿no podías esperar hasta el tercero? — ironizaba, hasta en esto tenía su tono habitual, sólo que ahora lloraba pero no tenía expresión en su rostro, las lágrimas solamente caían por inercia. Gris tomó un pañuelo y lo mojó con agua. Atobe se quedó viendo lo que hacía. Al rato ella estaba limpiando los labios de él pensando en que esa zorra lo había besuqueado a su Atobe y eso era desagradable. Sirvió un vaso con agua y se lo dio, éste agarró el vaso pero tenía una expresión de sorprendido.
— ¿Qué? ─ cuestionó él.
— Bébetelo ─ ordenó ella sin inmutarse.
— Pero…
— ¡Ahora! ─ volvió a decir mirándolo fríamente sin dejar de llorar. Keigo no lo dudó se lo bebió rápido y dejó el vaso en la mesita —. Creo que debí haber hecho esto desde hace mucho tiempo.
En su descontrol por haberlo visto con aquella zorra entrelazó sus brazos por su cuello. Gris se pegó contra el cuerpo del Rey de Hielo rozando sus labios y aspirando su aliento. Atobe respiraba el aliento de la peliazabache sorprendido, ella nunca dejaba de sorprenderlo, mientras éste cada vez más se pegaba a ella, sin dejar espacio alguno entre sus cuerpos abrazándola por la cintura con ambas manos. Ella pegó sus labios rozando su boca y besándolo finalmente. Keigo sintió un choque de electricidad recorriendo todo su cuerpo, Gris pudo sentirlo perfectamente…y le gustó. La lengua de Keigo penetró su boca intensificando el beso y sacando algunos gemidos por parte de ambos. El cuerpo de la chica temblaba y se estremecía al sentir el contacto de sus manos, aquello él jamás lo había experimentado con nadie. La besó y ésta vez ella permitió que su lengua entrara por completo quitándole todo el aliento que le restaba. Él la tenía pegada contra él y la besaba. Tenía que dejarle bien en claro a él de lo que se estaba perdiendo, sí que sí. Tuvieron que dejar ese beso lentamente por culpa del maldito oxígeno.
— Gris, perdóname, te prometo que no volverá a pasar — decía Atobe a punto de alterarse, si el amor de su vida lo dejaba seguro que se moría. Y ese beso, ese beso, era el que quería desde hace mucho tiempo.
— No, ya no tiene caso, lo siento Keigo, tu así lo has decidido, y puedes andar ahora con la chica que quieras y dejar verte libremente por allí, porque ya no seremos novios nunca más. ¿Verdad? Kabaji — decía mientras se soltaba de Atobe y pasaba por el grandote que acababa de llegar.
— Usu — asentía el grandote.
— Adiós Keigo y no intentes buscarme — dijo despidiéndose de Atobe y saliendo por la puerta dando un ligero puñetazo en el pecho de Kabaji como siempre lo hacía —. Adiós hombrote, te echaré de menos.
— Usu…
Atobe se quedó allí, incapaz de reaccionar, la estaba perdiendo y para siempre, todo por su culpa, necesitaba un trago eso era seguro, “soy menor de edad, ¿No? Kabaji” pensó mientras que salía tras Gris.

*+​

— Debo ordenar mis sentimientos y ¿Por qué no dejo de pensar en ella? ¿Acaso vale la pena? — dijo tomando una chaqueta y saliendo rápido de su casa necesitaba distraer su mente con algo.
— Kunimitsu “Vamos Hanna, seria, seria” no sabía que vivías por aquí — saludaba una peliazabache cuando pasaba por casualidades de la vida por su puerta.
— Ootori ¿Qué haces aquí? — preguntó sorprendido el capitán levantando las cejas.
— Ah, bueno, en primer lugar dime Hanna y estaba caminando directo a mi casa “Sí, claro, cómo no, a mi casa, ¡Qué buena!” — le dijo ella en una gran sonrisa made in Syusuke.
— Entiendo… — expresó él, avanzando y pasando de largo. Sí, le gustaba pero no podía evitar ser despreciativo con ella. Era la hermana de Gris y eran completamente iguales en todos los aspectos. El capitán frunció el ceño.
— Kunimitsu, ¿Por qué eres así conmigo? ¿Te soy molesta? — señaló Hanna poniéndose triste y cabizbaja —… entiendo, bueno ya no voy a volver a molestarte más “Será eso posible Hanna, va a ser realmente DIFÍCIL, y con mayúsculas, conquistarte”
— Hanna… — dijo él regresando hacia ella. Hanna sonrió, encontraba genial que de su apellido pasara a su nombre —. Lo siento, tuve un mal día, te acompaño a tu casa — dijo él sin inmutarse muy cerca de ella y con las manos en los bolsillos. Ella levantó su mirada inocente y tierna y se perdió en los ojos de él. Tezuka se estremeció. Definitivamente Gris y Hanna eran diferentes y lo pudo notar en seguida ahora.
— No, no creo que quieras hacerlo, vivo muy lejos — dijo ella en una sonrisa tierna. El capitán le sonrió levemente.
— No importa.
— Cuando sonríes te ves más… “No lo hagas Hanna, contrólate, contrólate”… más lindo, deberías sonreír más seguido porque de ve… — Hanna no dijo más, sintió esa mirada de Tezuka, una mirada llena de algo que no supo expresar pero que le dio mucho escalofríos —… lo siento.
— ¿Nos vamos?
— Eso creo

*+​

Gris estaba a punto de entrar a su casa estaba entre deprimida y tranquila, con las manos en los bolsillos y su mirada era perdida… luego de unos momentos llegó Atobe bajando de su auto lo más pronto posible.
— Gris tenemos que hablar, no me puedes dejar así — dijo jalándola del brazo y atrayéndola a él.
— No quiero, déjame, me haces daño — dijo pero no por el jalón sino porque le hacía daño que esté cerca de ella.
— Gris yo… yo — tomó aire, respiró profundo — Yo TE AMO — dijo al fin, dejando atrás todo lo que había formado para que no se diera cuenta de eso.
— Bonita manera de amar… Keigo yo… — dijo pero fue interrumpida por un beso del Rey de Hielo, un beso profundo, lleno de amor, y Gris se quedó ahí sin hacer nada, así nunca la había besado, era un beso diferente a los demás, un beso que nunca antes había sentido de él, un beso con mucho amor.

*+​

†KaTh GrIs†​

************************************
¿Qué es lo que hará Tezuka ahora? ¿Gris perdonará a Atobe? ¿Kabaji habrá ido también con Atobe a ver a Gris? Descúbralo en el posterior capítulo.
En el próximo episodio:

Una tarde particular, la tristeza se siente.

 

Re: ¿ángel O Demonio Del Tenis?

Capítulo. 28​

Una tarde particular, la tristeza se siente.​

*​

La luz de la luna había comenzado a opacarse, las nubes ahora intentaban ocultarla, sí, el firmamento sentía el dolor, un dolor que dejaba vacío el corazón, sin esperanza, sin ilusión.
Gris despertaba ahora del trance de ese beso que la había dejado congelada. Alejó lo más rápido y fuerte que pudo al Rey y le estampó una cachetada como para que nunca se olvidara de ella una de esas que duelen hasta lo más profundo del corazón y Atobe así lo sintió.
— No vuelvas a besarme nunca más, me entendiste señor egoísta y egocéntrico — le gritó poniéndose roja de la furia —. Porque sino, no respondo, y no quiero que me llames ni me mandes flores ni que me vuelvas a buscar porque estoy muy enojada contigo, Atobe, se acabó esta farsa, no más farsa, es lo que siempre quisiste ¿No? (“Kabaji”), pues lo conseguiste, ahora vete y déjame en paz que quiero olvidar todo lo que me une a ti, entendiste o quieres que sea más clara, porque créeme puedo serlo — ahora si se sentía con fuerza para gritar todo lo que tenía guardado.
— ¿Es lo que quieres? — preguntó quebrado.
— Sí, lo es. Adiós. — y diciendo esto se dio la vuelta para seguidamente entrar a su “ordenada casa”.

*+​

— Taka-san, ¿Cuándo tendrás tiempo para mí? — preguntaba Koharu Kokoa con su voz dulce, mientras caminaba junto a Kawamura.
— Es-esto, tengo las clases, luego entrenamiento y después ayudar a mi padre en el restaurante de Sushi — dijo sonrojándose un poco mientras la tomaba de la mano, a la pelirrosa, adoraba hacer eso siempre después de las prácticas desde antes que fueran novios.
— Bien, ya llegamos a tu casa — dijo la muchacha regalándole una sonrisa al tímido Kawamura Júnior.
— Se-se supone que yo soy el que debe acompañarte a tu casa. — dijo tímido y nervioso.
— Sí, pero tu casa queda más cerca. Taka-san te prometo que haré algo para pasar más tiempo juntos, Te quiero mucho y no deseo tenerte lejos de mi — dijo la decidida muchacha pelirrosa, Koharu Kokoa.
— ¿Qué tienes pensado hacer? — preguntó dubitativo el pelimarrón.
— Soy la mejor alumna de mi clase, soy inteligente y tengo buenas ideas, haré un plan y sabes que lo haré — dijo la pelirrosa acercándose a él, ahora los dos se agarraban de ambas manos y se miraban profundamente, no había duda estaban enamorados.
— Yo también te quiero Koharu, lo que quieras hacer hazlo bien — dijo Kawamura, sin duda cuando la miraba a los ojos a esos ojos carmesí se perdía en ellos y le daba fuerzas, una fuerza sobrenatural que lo hacía sentir seguro de sí mismo algo así como una tercera personalidad a la que más tarde sus amigos llamarían estado “Koharu amor”.
— Gracias Taka-san — dijo la muchacha sellando la conversación con un beso, un beso de esos que nunca se olvidan.

*+​

Haruka Hayato, estaba practicando en el atardecer un nuevo saque que quería perfeccionarlo, uno que sin duda usaría para derrotar a Gris, uno que sea preciso, con potencia y difícil de devolver, Hayato estaba repitiendo el mismo saque para que le saliera a la perfección y no entendía el por qué no le salía bien, ¿Acaso sus cálculos habían sido erróneos?
— Tienes que agarrar la raqueta cinco milímetros más abajo — dijo Inui saliendo de su escondite, se había quedado observándola desde que inició su entrenamiento.
Haruka no volteó a verlo, simplemente lo ignoró, pero había escuchado lo que había dicho tomó su raqueta 5mm mas abajo y por fin lo tuvo perfeccionado el saque que tanto había estado buscando en semanas de práctica, se había puesto feliz aunque no lo expresara abiertamente.
— Deberías aprender a escuchar a las personas — aconsejó Inui dispuesto a irse de allí, era hermosa, pero no estaba dispuesto a aguantar sus desprecios, así era Inui Sadaharu.
— Sadaharu — se volteó ella llamándolo, Inui se quedó en seco sin voltear, escuchar su nombre de sus labios era toda una sinfonía completa, moriría feliz con sólo haber escuchado su nombre de la chica más hermosa — Gracias — dijo la muchacha fría pasando de largo y dejando a un Inui tétrico, ¿Por qué era tan fría con él?, Inui se quedó cabizbajo, pero él era de los tipos que nunca se rendían, ni se deprimían.
— Prepararé un zumo para ti Haruka, un jugo de amor y con esto te enamorarás de mí. — dijo sonriendo maliciosamente, mientras sobaba sus manos perversamente.

*+​

Miyu terminaba su entrenamiento con Shinji, no entendía porque tenía que soportar horas y horas de palabrería sin sentido, mientras que Kamio le había dicho que podía volver a ayudarla y que no tenía problemas para hacerlo, si se aburría de Shinji, él estaría allí para ayudarla.
— Ibu-san, ¿Podemos irnos ya? — preguntaba dudosa la peliplateada mientras hacía un esfuerzo para levantarse del suelo, estaba agotada, Shinji le había dicho que si le salía bien esta vez aquel saque le contaría lo que Kamio había dicho de ella después de enterarse que el pelirrojo había terminado con su novia Sakura, y esa era su motivación para seguir practicando más duro de lo normal.
— Sí, pero no te contaré nada, era de verdad interesante lo que te tenía que decir, pero no sé si quieras escucharlo porque aún no te ha salido el saque,… a mi me costó mucho aprenderlo, pero Gris lo ha aprendido rápido, debió ser falta de concentración, si no hubiera estado pensando en como derrotar a los del Kakinoki lo hubiera hecho mejor y… — volvía a perderse en su murmullo quejándose de él mismo.
Miyu ya se había hartado de esto, no le gustaba que hablara para el solo y sólo de él, era un egocéntrico pensó, mientras guardaba su raqueta, “¿Por qué lo aguanto?” pensaba mientras su conciencia le respondía “porque te está ayudando con tu práctica, y no te abandonó cuando Kamio lo hizo”.
— Ibu-san, ya me voy. Buenas noches — decía la peliplateada de Miyu Kaede, despidiéndose con un ademán en la mano.
— Si quieres puedo acompañarte, la verdad no me molesta hacerlo, además tu casa está más cerca que la mía y queda por el mismo camino…— decía acercándose a ella, Miyu se sonrojó ligeramente volviendo la timidez a ella y asintió con un gesto empezando a caminar junto a él.
— Ibu-san, ¿me contarás lo de Kamio? — preguntó Miyu, la timidez con Shinji no funcionaba, ella sentía que simplemente la ignoraba, así que no tenía por qué ser tímida con él.
— No, aún no has perfeccionado el saque, así que no te contaré nada, era un trato, una vez que termines de aprender el saque, te lo contaré — dijo mirándola de reojo y caminando cerca de ella.
— Pues ya que — dijo, perdiéndose en las charlatanerías de Ibu que ahora se quejaba por haber perdido contra Echizen.

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Ryoma y Sakuno habían salidos juntos, bueno ella había ido a verlo en las canchas de entrenamiento personal, sabía que Ryoma siempre la escuchaba por eso prefería ir a hablar con él, bueno sólo necesitaba alguien que escuchara y que no le dijera nada, esa era su manera de salir de su depresión.
— Ryoma-kun, mírame, quiero que me digas si soy fea, ¿Soy fea realmente? — preguntaba la castañita mientras esperaba ansiosa la respuesta de Echizen que estaba realizando su peloteo.
— No sé — dijo Echizen queriendo sonar despectivo, mientras golpeaba con fuerza su pelota amarilla.
— Eres hombre, claro que debes saber, por favor dime — dijo Sakuno comenzando a alterarse.
— Sakuno, no me interesa si eres fea o bonita, me da igual, porque no me interesa — dijo cerrando sus ojos para concentrarse en su pelota y peloteo. Sakuno no supo si tomaba eso como una ofensa o como un cumplido. Se sentó allí observando a Echizen, odiaba su poco interés en ella, si que lo odiaba, pero le gustaba observarlo cuando entrenaba, se veía mucho más guapo desde ese ángulo.
— ¿Alguna otra cosa? —preguntó Echizen, le gustaba después de todo que ella hablara y hablara, era su momento favorito, saber de ella.
— Mmm… ¿Te gusta alguna chica del instituto? — preguntó para sorpresa de ambos, la niña se llevó la mano a la boca y se puso de pie en un salto mientras sentía como su rostro se elevaba a varios grados Celsius —. Lo siento, lo siento no quise preguntar.
— Sí — dijo Echizen y Sakuno se quedó allí pensativa, eso era ¿Bueno o malo?
— Mmm
— ¿Algo más? — decía Echizen deteniéndose a verla, como adoraba que se sonrojara, y con esas trenzas se veía tan linda ante sus ojos, pero él era así frío, distante, si ella quería andar con él pues lo tenía que soportar como era.
— No… Ryoma-kun — dijo poniéndose nerviosa, sonrojándose mientras veía a Ryoma guardar su raqueta y salir del lugar y ella seguía allí parada no quería moverse, sólo tenía en la mente “¿Quién es la chica que le gusta a mi Ryoma?”

Ryoma regresó por ella y se quedó viéndola. Era una sensación verdaderamente singular…por un tiempo que pareció infinito, él creyó no sentir nada en absoluto, sin sensaciones ni sentimientos, sin dolor, desdicha, ni cualquier otro sentimiento, pero de un momento a otro, todas las sensaciones habían regresado de pronto y su cuerpo debía acostumbrarse, y es que él ¿alguna vez tuvo sensaciones?
— Sakuno-chan — dijo acercándose a ella, y ésta estaba a punto de morirse, el corazón le latía rápido y lento, tal vez era ella la chica que a él le gustaba, no dijo nada sólo lo miró con los ojos demasiado abiertos más de lo normal.
— Sakuno-chan, ¿hasta cuando piensas quedarte?, date prisa — ordenó él volviendo a salir, algún día se lo diría, sí, algún día.
— Sí — bajó la cabeza, por un momento se había hecho ilusiones.

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Eiji Kikumaru estaba cepillándose los dientes, había tomado una decisión, esa decisión que sin duda le haría bien y sentirse así era como ser el mismo.
— ¡Hoi, Hoi! Kurumi ya no existe más — volvía a ser el mismo Eiji de siempre, alegre y sonriente, sí, tenía que serlo, Kurumi había salido de su vida, sólo tenía que ignorarla y listo.
— Eiji, ¿Por qué no estuviste en la práctica? — aparecía su complemento del dúo de oro.
— ¡Oishi! — abrazó a su amigo — tuve cosas que hacer.
— Mmm… Eiji te contaré lo que pasó hoy, Gris tiene ya casi a todas sus jugadoras completas, y son geniales, hay una chica llamada Fujiwara Hikaru, que es igual a ti, muy entusiasta e infantil, pero que tiene una volea impresionante — contaba Oishi mientras, se sentaba en un sillón en el cuarto de Eiji.
— ¡Qué bien por Gris!... mira Daigoro te ubicaré aquí — dijo el pelirrojo poniéndolo sobre su cama, estaba ignorando a su compañero, sinceramente no quería, hablar de Gris ni de sus integrantes porque eso tendría que tocar el tema de Kurumi y no quería.
— Sí, bueno Eiji, vine a ver como estabas porque me preocupé no verte en la práctica, pero veo que sigues igual de entusiasta. Nos vemos, hasta mañana. — se despidió Oishi para luego retirarse feliz a su casa.

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— Gracias por acompañarme a comer hamburguesas, Hika-chan — dijo Momoshiro empezando a devorar la hamburguesa que tenía en las manos, la encontraba exquisita.
— De nada, me gustan las hamburguesas, además si tú me invitaste no puedo desperdiciar una invitación a comer gratis. ¡Kyaaa! esto se ve delicioso — comía alegre la pelirroja, mientras se lanzaban miradas divertidas, nada del otro mundo.
— ¡Qué bueno! Y ¿en que año vas? Nunca te he visto — quiso saber el peliazabache.
— Soy nueva, recién hoy me inscribí en el Seishun Gakuen, ¡Kyaaa! Y ya soy titular del equipo —… se emocionaba la muchacha.
— Me alegra saberlo — dijo Momoshiro tomando su soda ahora.

Se quedaron conversando un buen rato sobre Hikaru y sus cosas, sobre su impresionante volea y una vez que pudo, sobre si tenía novio y respondiendo esta con una negativa, luego la acompaño a su casa, Momo creía que ella simplemente era divertida.

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— Hermano ¿Estás triste? — preguntó Ayane acercándose a su hermano, él como siempre tenía el semblante serio, pero Ayane conocía a su hermano, conocía cada una de sus miradas, después de todo era su hermano.
— No, sólo pienso — dijo Tezuka mayor pero no podía engañarle a la pequeñita, ella lo conocía muy bien, su siguiente acción fue abrazar a su hermano, darle todo su apoyo y amor.
— Eres mi hermano favorito — dijo ella dándole un beso en su rostro triste.
— Ayane, soy tu único hermano — dijo y ambos sonrieron, no a carcajadas como quisiera Ayane pero sí logró sacarle una media sonrisa.
— ¿Es por Gris-sama? — preguntó la niña sentándose en la cama de su hermano al lado de él. Tezuka se sorprendió, ¿Cómo es que su hermana lo conocía tan bien?
— No, estoy confundido — dijo poniéndose de pie y saliendo de su habitación al jardín a observar las estrellas “¿En qué momento, sucedió esto? ¿En qué momento me enamoré de ti? Todo ha sido tan rápido, nos hemos conocido hace unos días, no creo que me haya enamorado, no de esa manera.”

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†KaTh GrIs†​

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¿Qué es lo que tendrá planeado hacer Koharu Kokoa? ¿Shinji sentirá algo por Miyu? ¿Qué hará Kurumi cuando el pelirrojo Kikumaru empiece a ignorarla? ¿Inui terminará de hacer su jugo de amor especial para Haruka? ¿Ryoma se atreverá a confesarle sus sentimientos a Sakuno? ¿Momo y Hikaru se enamoraran? Y ¿Qué pasará ahora entre Hanna y Tezuka? Pues no se lo pierdan si quieren saber.
En el próximo episodio:
El quinto día: La llegada de una antigua rival.
Gracias a todas por apoyar este fic, se le agradece a todas, muchas gracias^^ mi las quiere*o*