Riverdale «R:G&G» [intro.] WELCOME BACK TO RIVERDALE HIGH

Victoria "Tori" Strauss

"Se me ocurre que debería encender esto pero no he traído un encendedor"

—¿Perdón?

Tuvo que parpadear por un instante para asegurarse de que no se había equivocado de persona: efectivamente, Thomas Mayer seguía allí, frente a sus ojos. Jamás hubiese imaginado escuchar aquellas palabras salidas de los labios del estudiante más aplicado que había conocido nunca, pero ahí estaba. En el momento menos deseado, en el lugar menos deseado. Cada atisbo de esperanza que lograba almacenar era abofeteado y destrozado sin dejarle apenas respirar.

Sí, definitivamente aquello podía ir a peor.

Un acto reflejo le hizo llevarse las manos a los bolsillos con disimulo. Victoria Strauss jamás llevaría un encendedor a clase, no tenía razón para usarlo. No fumaba, no bebía, y cuidaba su alimentación con mucho mimo. Pero algo dentro de su cabeza le hizo recordar que aquel no era el caso de Kate. Y al darse cuenta de ello, reparó en que al fondo de su bolsillo aún conservaba su encendedor.

Se había olvidado de dejarlo en casa junto a aquella bastarda, para su suerte o para su desgracia. Ya no tenía tiempo para replantearse qué pensarían los demás si la vieran con algo así en el instituto.

El tiempo apremiaba.

—Da la casualidad de que yo tengo la solución a tus plegarias —murmuró entonces, de tal forma que tan solo él le escuchara, sosteniendo el encendedor entre sus dedos medio e índice. Cuando hizo un ademán de agarrarlo lo apartó con suavidad, negando con la cabeza—. Me temo que las cosas no funcionan así, Thomas. Un encendedor a cambio de ayuda. Ese es el trato.

No sabía qué demonios le había hecho cambiar de esa forma en tan poco tiempo, pero no tenía tiempo para pensar en ello. Sus vidas dependían de aquello.

 

Logner Gankse

Apreté los dientes al recibir el impacto, y pude sentir como mis brazos temblaban un poco. El choque entre metal retumbó en el gimnasio. Luego de que la dentera se me hubiera pasado, me fui a examinar como había quedado el candado. Vaya, apenas una muesca. La cadena se había aflojado un poco, pero lo único que podíamos sacar era un brazo. Eso no servía de absolutamente nada. Contemplé volver a golpear con el bate, pero el ruido que generaba probablemente atraería a alguien indeseable. Y no podía poner en riesgo al resto.

Con la cabeza gacha, bajé el bate, y me acerqué arrastrando los pies hacia Ty, extendiéndole el bate. Le dediqué una sonrisa algo tímida.

— Gracias por dejarme intentarlo. Esto vuelve a ser tuyo.— le dije, mientras me dirigía hacia las gradas.

Allí, me senté, y apoyé mis codos sobre mis rodillas, manteniendo mi rostro con las manos entrecruzadas. ¿Qué se podía hacer ahora? Me dispuse a contemplar el gimnasio en su enteridad. Tal vez hubiera alguna pista, algo que indicara como escapar de allí. El ruido...¿podríamos utilizar el ruido para pedir ayuda? Era una posiblidad. Pero una posiblidad demasiado arriesgada.

Gruñí en baja, molesto. Bueno, no podía hacer nada. Y en el gimnasio, no parecía que hubiera nada más que pudiera hacerse. Mi mirada captó el intercambio que estaba sucediendo en ese momento, entre Tori y...¿ese era Thomas Meyer? ¿Qué hacía vestido así?

Agité la cabeza, mientras paraba la oreja para escuchar. La escuela se estaba volviendo loca. Y lo peor, fue que de a poco, todo a mi alrededor comenzó a dejar de ser tangible, todo comenzó a desvanecerse, y la luz en el lugar se incrementó. Genial, volvía a espaciarme. Tan solo esperaba que nada malo pasase mientras no me encontraba en esta realidad...