Y tú que dices conocerme [InuxKag] [Drabble]

Tú que dices conocerme [InuxKag] [Drabble]


Esquivé tranquilamente un enorme hoyo en la vereda de la calle, mientras gente apurada pasaba a mi lado empujándome incluso. No me importaba. Yo continuaba con mi lento andar, con mis manos en los bolsillos de mi gran chaqueta y con mi suave bufanda ondeando al viento. Miré el cielo… ¡Qué distinto era este cielo al del Sengoku! ¡Qué distinta era la gente! Qué distinta… era mi vida.

Recordé aquel momento… aquel momento en que mi aventura terminó…

—Kagome, ven conmigo —masculló mi adorado hanyou con severidad, cosa que me sorprendió, mientras entraba en la cabaña de la anciana Kaede.

Me paré inmediatamente. Su semblante estaba tan frío y duro que me preocupaba… ¿Qué sería aquello tan importante de lo que quería hablar? No parecía que fuese a ser nada bueno… Me subió sobre su espalda, saltando de un lado a otro en dirección, al parecer, del pozo devora huesos. La dirección, sin embargo era lo que menos me importaba en aquel momento, sino más bien, estaba preocupada por la forma en que Inuyasha aferraba mi cuerpo contra el de él… como si no quisiera dejarme ir…

Una vez allí, me sentó en el borde del pozo, quedando el parado en frente de mí, juraría haber visto en ese momento sus ojos llorosos, pero no pude confirmarlo, ya que rápidamente su expresión se volvió seria.

—Ya no te preocupes —me susurró. Abrí los ojos de par en par, ¿cómo…?— Porque te conozco, Kagome —adivinó el significado de mi expresión como si me hubiese leído la mente.

—Entonces, ¿qué sucede? ¿por qué me trajiste hasta aquí? —le pregunté aturdida por lo que acababa de decirme.

En ese momento se puso serio denuevo… Algo andaba mal…

—Naraku ha incrementado su fuerza, hasta el punto de ser casi indestructible… —dijo con voz apenas audible— Kikyo está muerta por su culpa… Y yo… no quiero que sufras el mismo destino, Kagome —se quebró en la última parte. ¿Qué intentaba decirme o pedirme con todo esto?

Intenté pararme para abrazarlo al verlo tan afligido, pero el me sujetó los hombros evitando esto…

—Te lo prometí: te protegeré aún cuando sea con mi propia vida… Y eso haré —me sujetó con más fuerza, para abrazarme estrechamente contra su pecho— Ahora te haré otra promesa: Todo estará bien a partir de ahora.

Dicho esto me soltó, dejándome caer al interior de pozo. Grité su nombre como loca, pero el no fue por mí.

—¡Te amo, Kagome! ¡Nunca lo olvides! —fue lo último que escuché que me gritaba, antes de cruzar la barrera entre ambas épocas.

Después de ese día no pude volver a atravesar el pozo. No se por qué, ni tampoco como averiguarlo. Ese día mi mundo se detuvo, como si el haber estado jugando con la barrera del tiempo ahora me pasara factura y me dejara congelada en un mismo momento, pero nunca perdí la esperanza de poder volver…

Mil veces tuve el impulso de odiarlo por alejarme de esa manera de su vida y no dejarme cumplir mi promesa de permanecer a su lado, pero simplemente no puedo. Demasiado es el amor que le tengo.

Llegué a la puerta de la universidad de Tokio, lugar donde estudio actualmente… Han pasado años, y sin embargo, yo los veo como días. Definitivamente el tiempo se detuvo para mi.

—Y tú que decías conocerme… pero si lo hubieses hecho realmente, hubieras sabido que yo felizmente habría muerto a tu lado… antes que estar viva… sin ti.

Aún así, tengo la esperanza de volverte a ver… mi amado Inuyasha.