Wolfenstein The Old Blood. Agente Oss William J. Blazkowicz 15 de marzo de 1946, cerca de la Austria anexionada, operación Wolfstone. Objetivo: Robar carpeta de ubicación del complejo de Hitler a Helga Von Schabbs de las SS. Esta guerra es una enfermedad, la transmite la sangre derramada por los guerreros. Siento la tormenta que se avecina. Estaba dormido en el coche, pero escuchaba la radio atentamente: -Desde el cuartel general del Führer, 15 de marzo de 1946, el comandante supremo Alemán comentó las recientes victorias del ejército germano. Según lo declaró, la victoria total se lograría dentro de un par de años y ha atribuido gran parte del éxito a los recientes e importantes avances tecnológicos bélicos alemanes, bajo el mando del general Wilhelm Strauss, una victoria alemana…… -Espero que no te importe cargar con el peso del mundo sobre tus hombros Blazkowicz. Dijo el Agente Uno, preparado para esta misión. -Tengo unos hombros bastante sólidos agente uno. -Bien, estamos perdiendo la maldita guerra. -Nadie me lo dijo. -El cuartel general está oculto. Hitler y el general Calavera, están fabricando unas máquinas de matar imparables en un complejo secreto. Una de las tenientes de Calavera, Helga Von Schabbs, guarda el informe de misión dentro de su base de operaciones, el castillo Wolfenstein. Esta carpeta contiene la ubicación del complejo de Hitler. Sería nuestra última oportunidad antes de que los nazis acaben con todo. -América nunca se rendiría. -Ja, bien el punto de control está cerca, recuerda tu tapadera Franz de la SS en Frankfurt. Tras llegar al punto de control, el guardia le pidió la documentación a Wesley y cuando se la mostró, nos dejaron pasar. -Tú y yo podemos hacerlo Blazkowicz, pero escucha, tu alemán es francamente atroz, así que nada de hablar y ten el arma enfundada todo lo que puedas. -Los documentos que te preparó Kessler están en la guantera, toma. Los agarré y entonces…. -Bueno, vamos, recuerda, concéntrate, guarda silencio y sígueme, ¿De acuerdo? Yo intente por un ratito mejorar un poco mi alemán, pero sin éxito. -Comandante Franz de Frankfurt, buenos días, em, buenos días. Mierda. Seguí a Wesley y entonces camino, pero veo a guardias hablando. -Por el amor de dios Fritz, concéntrate, Herr Grösse está de camino. -¡Sí señor! -Vas a terminar comido por los perros, como te pille haciendo el gandul, ¿Cómo le explicarás eso a tu madre? -Lo siento, hombre. -No me llames así. Luego nos tocó pasar por otro puesto de control y nos pidieron el documento, y vi un tipo Bastante Grande con una perra y dijo: -¿Qué ocurre, Greta? En aquel momento le di la documentación al guardia, pero el tipo grandote la agarró y dijo: -¡Espera! ¿Franz de Frankfurt? ¿Eres de Frankfurt? -Si, em, un, “Perro caliente”. El guardia y el hombre ese se echaron a reír. -Ja, ja, ja, ja, ja. Que gracioso, estúpidos americanos, Hot Dog, ya verán cuando los ocupemos, siga tranquilo. Fui al ascensor y Wesley me comentó: -¿Hot Dog? -Tenía que decir algo. (Respondí bastante preocupado) -Ese era Hans Grösse, el segundo de Helga, alimenta a los perros con prisioneros de los calabozos del castillo. Yo le contesto: -Puaj. Fuimos hasta un teleférico, Wesley accionó el botón. Luego comentó: -Helga Von Schabss, menuda pieza. Calavera la escogió personalmente como miembro clave de la división paranormal de las SS. Tuve la desgracia de encontrármela en una misión en Tanganica, ¿Te lo conté alguna vez Blazko? Fue el peor día de mi vida, estaba enfermo de malaria. Ni siquiera una dieta intensiva de Whisky alivió mi estado. ¿Te imaginas? En fin este castillo es de Helga, es su centro de investigación ocultista. Tenemos que matar a Hitler o perderemos la guerra, y Helga es una pieza clave para ello. La carpeta con el documento secreto está en el despacho de Helga, debería proporcionarnos la ubicación del Complejo de Hitler. Cuando la tengamos, lanzamos un asalto a su base de operaciones, lo matamos para dar vuelta esta guerra fracasada, y regresamos a casa justo a tiempo para la merienda. -Sí, matar a Hitler, un sueño hecho realidad, todo genial (respondí yo con desconcierto) ¿Pero qué hay de Calavera? El es el que está fabricando la maquinaria bajo las órdenes de Hitler. -Luego hablamos (me dijo Wesley para que me concentre), ya estamos llegando a las oficinas y no quiero que nadie nos escuche. -Desactivaré la alarma, tú dirígete al centro de Helga, estaremos atentos. Salí del teleférico y me dirigí a mi objetivo, por el camino escuché a un guardia hablar con Helga por radio, sobre, no sé, compartir un vino, lo de que si el cargamento había llegado hacia allá, y que ella le agradecía su preocupación por ella. También escuché a guardias hablar sobre quitarle a Helga un grial sin que se diera cuenta, pero el otro lo regañó diciendo que no era lo correcto, ya que Helga se enteraría y le iría peor. Entre en el montacargas, y Wesley me avisó por radio que era momento de actuar. -Bien estamos en posición. Guardia enfrente. -Agh, pero que… -Shhh, dulces sueños. Llegué a la habitación y maté a los dos guardias que estaban vigilando la oficina. Después veo que Wesley me avisa de algo…. -Shhh, Blazko, no dispare, soy yo, estoy en la pasarela. Vi a Wesley ahí, y me puse a buscar la carpeta. -Echaré un vistazo, busca la caja fuerte, ahí está la carpeta. -Bueno, Helga, ¿Dónde guardas tus secretos? Wesley entonces me habla otra vez por radio: -A ver, ¿Dónde estaría si yo fuera una caja fuerte? -Bueno, no me escondería en ningún lado porque no estaría vivo. Supongo que simplemente estaría, ¿Entonces donde? -Blazko, registra todos los rincones, no nos vamos sin esa carpeta. Otro mensaje de radio más: -Mierda, encontré la caja fuerte, pero no está la condenada carpeta. Eso, no está. Vi una radio por allá. Úsala para decirle a Kessler que no encontramos esa cosa. Date prisa Blazko, estaré vigilando. Usé la radio para contactar con mi aliado. -Explorador a observador, adelante observador, cambio. -Habla observador, cambio. -No encontramos el regalo de Lucy, cambio. -Explorador, tengo nueva información sobre el regalo de Lucy. Reúnete conmigo lo antes posible y seguiremos hablando, cambio. -Recibido, corto. Entonces en un segundo veo que le disparan a la radio. -Alto ahí. Dijo uno de los guardias. -Carajo, mantenlos a raya Blazkowicz, ¡Buscaré otra ruta de escape! Recuerda que no quedará nada bueno en el mundo. ¡Mata a esos nazis William! Corrí a toda velocidad y agarré una escopeta de doble cañón y empecé a volar cabezas de alemanes. Después agarré una metralleta que tiró uno de los nazis, y barrí toda la zona. Cuando por fin terminó la batalla, le pregunté a Wesley, como va la ruta de escape, me respondió: -En que lio nos metimos, ¿Verdad B.J? -Todavía hay chances. Kessler sabe algo. -Bueno, de poco nos va a servir si no salimos de esta. -Mira, encontré una salida, te ayudaré a subir. -Cuidado, cuidado (dijo Wes, tratando de bajar la escalera) -Nos vemos con Kessler en la taberna del puerto. -Recibido. -Ya estamos, sube aquí, deprisa. Subí la escalera y seguí a Wesley. Lo vi meterse por un conducto de ventilación y me contestó: -Ya no hay marcha atrás, William, ¡Sigue adelante! Y así lo hice, pero cuando caigo veo a Hans cruzado de brazos y a dos robots bastante extraños y a Richard (Richard Wesley, el verdadero nombre del agente) arrodillado. De repente el robot me agarra y me pega un puñetazo que me deja inconsciente. Al despertar veo lo que está pasando, Hans y sus secuaces me llevan a punta de rifle hacia una especie de agujero mientras Observo a los robots a los robots vigilando la zona, luego caigo al piso y empiezo a sangrar, me doy vuelta para ver a Hans tirándome a la celda de una patada, y sólo alcanzo a decir antes de eso: -¡Joder! Varios segundos después desperté mirando a mí alrededor. Richard entonces me habla: -Vaya Blazkowicz, ¿En que nos hemos metido? -No sé, Rick, sólo pensemos en cómo salir de acá. Respondí yo mientras trataba de abrir la puerta. -¿Has estado alguna vez en Snowdonia? Iba a escalar con mi padre, el siempre llevaba un sanguche y una gaseosa para mí y una porción de pizza y cerveza para él. Disfrutábamos caminar por ahí y volver a la noche, fueron las mejores vacaciones de mi vida. Pero bueno, Blazkowicz, hay que pensar cómo salir de acá. -Estoy en eso amigo. Al instante escucho una voz de un Nazi. -Suéltenlo, Herr Grösse quiere hablar con él. Subí por unas tuberías, pero lamentablemente se cayeron dos fierros, y los agarré pensando que podían serme útiles para algo. Probé escalando la pared que había al lado. Cuando la subí vi a un robot vigilando la entrada. Al rato veo una fuente de poder con una palanca conectado a un cable del robot. Mantengo pulsada la palanca y el robot se desactiva, por lo que aprovecho para cortar el cable con el tubo, cosa que desactiva al androide. Pero en ese momento reconocí el modelo del robot y dije: -¡Te vi en los laboratorios de Calavera! Luego desconecté la electricidad del la puerta con otra palanca, y arranque el tubo catódico. Luego abrí la puerta con el fierro, para seguir avanzando. En el camino a rescatar a Wesley me encontré con más robots que puede eliminar casi sin ningún problema, también escuché a un guardia mencionando su escepticismo por lo que hacía la división paranormal de las SS, y sobre algún objeto que encontró Helga y su historia, y el otro le respondió que para que se unió a esa organización y que lo podrían matar por insubordinación. Tiempo después me encontré con perros a los que tuve que matar sigilosamente, y hasta vi a Hans dándole de comer a un perro, una persona, luego llegué hacia un complejo de celdas en la que un hombre me confundió con su hijo y le dije que estaba equivocado y aparté sus manos. Luego me puse a hacer un monólogo: -Richard siempre fuiste un as en la secundaria, estabas enamorado de una tipa llamada Sarah que vivía al lado de tu casa, sufría dislexia, pero tú la amabas igual, voy a por ti y juntos saldremos de este castillo. Luego bajé al piso. Proseguí por el pasillo tranquilo pero luego lo vi a Hans llevándose a Richard, a la vez que le decía: -Alégrese va tener el honor de ser interrogado por un gran general Nazi. Entonces un tipo me toma del brazo e intenta apuñalarme, pero me sobrepongo clavándole el fierro en la nuca, y tomo su cuchillo. Más tarde trato de salir de los calabozos y veo a un perro metálico bastante grande, por lo que espero a que se vaya para poder entrar, justo cuando lo hago, escucho al perro golpear la puerta con todas sus fuerzas, y subo ahí, pero el perro aparece e intenta como manducarme. No obstante logro escapar de ahí para continuar mi camino. Más tarde aparecí en los muelles, donde maté mas nazis sigilosamente, para luego tomar una lancha. Eventualmente aparecieron más soldados alemanes por los muelles que me impedían el paso, pero los maté con mi ametralladora. Cuando llegué a un tramo de los muelles, dije: -¡Tengo un plan Wesley, entramos en el torreón, te liberamos, matamos a todo conchudo nazi viviente y contactamos con Kessler en el pueblo! En ese instante activé un interruptor de la lancha y proseguí con mi camino. Desgraciadamente la lancha se detuvo cerca de la puerta del torreón, por lo que tuve que buscar la forma de entrar, aunque no hubo tiempo para eso, ya que vi algo que me dejó perplejo. Estaban Helga y Hans Hablando juntos con Wesley Arrodillado a sus pies. -¡Maldito americano, tu estúpido amigo no te sacará de esta! Indicó Hans con sarcasmo. -Sí, ya ríndete, estas más que muerto. Agregó Helga -Jamás. (Wesley escupe en la cara a Helga) -¡Agh, maldito guanaco! ¿Cómo te atreves a escupirme así? ¡Ahora verás! Helga le da un cachetazo bastante fuerte a Wesley, lo que hace que me enoje, pero sabía que tendría que salvarlo de otro modo, porque así haría que nos maten. Tiempo después ellos se van de ahí. Luego abro la puerta del Torreón con una palanca que está al lado, y cuando entro, mi dios, aparece uno de esos androides gigante vigilando la sala. Me escabullí de él y me fui al pasillo de la izquierda, claro que evadiendo a los guardias, pero estando preparado para el combate. Encontré un armería y entré en ella, para conseguir armas mucho más decentes. Cuando las estaba agarrando escucho en la radio una conversación entre Hans y Hitler sobre una anterior batalla contra él. -Y bien, Hans, ¿Hiciste lo que te pedí? -Sí, Mein Führer, el agente uno está en la sala de interrogatorios del tercer piso como me lo ordenó, el americano se llevará una gran sorpresa, también quédese tranquilo que la operación Eisenfaust está en marcha. -Sí, espero que ese perro aliado esté preparado para lo que viene. -¿Perro aliado? Exclamé asustado. Entonces me puse a recordar mi primer enfrentamiento con Hitler hace un año, cuando terminé con la amenaza de bombas químicas y la primera fase de la operación Eisenfaust. Febrero de 1945. -Ríndete Hitler, tu guerra está acabada. -¿Eso crees? Más bien eres tú el que está acabado. -¿Ah, sí? ¿Y qué te hace pensar eso, escoria del eje? -Esto... Perro aliado Hitler me lanza misiles montado arriba de su robot, yo los esquivo de un ágil salto y le disparo una ráfaga de cohetes con mi bazuca, hasta que el meca cae al piso y entonces sonrió macabramente y comento: -¡Es hora de morir! Hitler trata de escapar pero queda agarrado al robot, cosa que sería perjudicial para su salud. -Nunca me arrodillaré ante ti. -¡Entonces te destriparé de pie! En ese instante lo acuchillé varias veces para asesinarlo, pero él dice: -¡Qué ingenuo! Mientras me agarra con una mano, y en la otra veo una granada..... El mundo explota delante mío. El cuerpo de Hitler queda todo cubierto de sangre con la cabeza y una pierna removida, mientras yo estoy tirado en el piso totalmente malherido, a lo que vienen Fergus y Wyatt a llevarme al hospital aliado. Salgo de la visión y entonces escucho a Hitler decir, por la radio obviamente: -Ese que mató era un doble, si se cree que soy tan ingenuo como para morir a sus manos, debe ir a un psiquiatra, sigue con lo tuyo Hans. -A la orden señor. Luego de que se corta la charla, golpeó con furia la mesa donde estaba la radio y exclamo: -¡Un doble mis pelotas! ¡Esta vez no tendrás a nadie que te salve el culo Hitler! ¡Tú y Calavera pagaran por matar a Caroline! Luego de tener todas mis armas, proseguí con mi misión y fui hacia la sala del ascensor, atravesando las bodegas, cuando lo tomé llegué al tercer piso y encontré una puerta por la que pasé caminando por la escalera que había. Al instante se me dibuja una sonrisa en la cara: -¡Wesley eres tú! -Blazko..... Ven aquí. -Sí, Wesley. Me acerqué a mi amigo mirando para todos lados (no vaya a ser que un nazi me mate) y procedí a desatarlo. -Blazko, se un truco, cuenta hasta cuatro inhala, cuenta hasta cuatro y exhala, este truco sirve para........ -Aaaaaahhh. Una descarga eléctrica nos deja inconscientes. Me desperté asustado, parecía que estaba en la silla eléctrica en la que estaban reteniendo a mi amigo. Miro con horror lo que estaba pasando, no era nada bueno, era Hans enfrente mío. -Hola Blazkowicz. -Hans, maldito canalla. -¿Quien es el canalla? Tú mataste a mi hermanita, sería descortés de mi parte no devolverte el favor, no quiero que esta carne se pudra. -Deja de decir idioteces y deja ir a Rick, no tiene nada que ver en esto (Wesley estaba atado en la pared con cadenas mientras Greta, su perra, trataba de manducarlo). -Te he atado a una silla eléctrica de alto voltaje, mi padre murió en una mina haciendo su trabajo, según mi tío era porque la electricidad se mezclo con el agua, el agua conduce la electricidad, ¿Y sabés lo que hay en nuestros cuerpos? Así es, agua. -Aborto nazi de mierda, vas a pagar por lo de Caroline, no sé como sobreviviste tres veces, en 1943, y en 1945 (Mis primeras batallas con los dobles de Hitler y con Hans, incluido lo de la operación Nachtsonne) pero te mandaré al infierno definitivamente. -"¡Aborto nazi de mierda, me vengaré por lo de Caroline e iras al infierno!" ¡Ja, Blazkowicz! Me vas a hacer reír, que original, pareces un chico que en la escuela hubiera sido el payaso de la clase. Dime, ¿Quien es tu contacto? -Noel.... -¿Quién es ese Noel? -Papá Noel. Entonces Hans pulsa un botón, y me electrocuta. -¡Aaaaagh! -Tu chiste no te va a salvar la vida, hablar sí. Mira a tu alrededor, los Tuyos mueren como moscas aplastadas, tu guerra está perdida. Hans se acercó a mí. -No está perdida, cuando consiga esa carpeta, tú y Hitler no serán más que añicos, pero primero, después de salir de acá, te freiré en esta silla hasta matarte. -¡Aaaaaaagghhh! Hans me clavó una parte de los fierros que usé para matar soldados alemanes y escalar algunas partes del castillo. -Cuenta hasta cuatro inhala, cuenta hasta cuatro, exhala (murmuré yo). Cuando él se alejó dijo: -Por última vez, luego te mataré, ¿Quien es tu contacto? -Aggh, es... agghh.. El tipo se acerca de nuevo: -¿Si? -Y al salir, voy a matar a tu puta perrita. -Que te cojan. Otra descarga eléctrica. -¡Aaaaaggghh, toma esto hijo de puta! -Agh, cough. Me liberé de la silla eléctrica y me saqué el fierro del a pierna, y justo cuando Hans me estaba por atacar con la otra parte, se lo clavé en un pulmón, lo tiré a la silla electricá y lo freí. -Esto es por Caroline, mequetrefe del eje......... Después Gretae e intenta morder, pero la mato clavándole el tubo varias veces. Veo entonces a Hans irse de ahí a toda prisa avisando que nos maten a mí y a Wesley, por lo que corro a la armería, agarro mis armas, y le disparo a las cadenas que retenían a mi amigo, y entonces él dice: -Gracias, Blakzowicz, aghhh, aun estoy débil, tenemos que pensar cómo salir de aquí. -No te preocupes, Richard, te doy mi palabra de que estaremos bien. Entonces le di a Wesley un arma, y nos abrimos a tiros por el castillo. Había nazis de todo tipos, con armas pesadas, con lanzallamas, y hasta con lanzagranadas. Finalmente encontramos un ascensor y lo tomamos. Yo pensé en mi cabeza: "Sigue el plan Blazko, reúnete con Kessler en el bar, y acaba con esta misioncita de mierda." Me miré en el espejo, viéndome a mí mismo y a mi bandolera donde llevaba mis armas pero desgraciadamente, se cae el espejo, y el ascensor queda atascado. Al abrir la trampa del ascensor con el tubo, Wesley y yo nos encontramos arriba de éste y le dije que se agarrara a mi espalda mientras yo subía con los fierros, hecho esto, vimos que estábamos en la cabina del teleférico donde empezó todo, y habían varios guardias vigilando la zona, por lo que le dije a Wesley: -Por aquí, sígueme. Nos escondimos detrás de una pared, y escuchamos a guardias hablar: -Herr Grösse está muy enojado. -¿Y qué te crees Frank? Ese americano lo electrocutó, lo apuñaló y mató a su hermana, y a su perra. No te creas que él lo va a dejar a ese tipo salirse con la suya. -Sí, pero, digo yo….. ¿No podría dejar que se embrome solo? -¿Qué quieres decir, tarado? (Comentó el otro guardia con furia, ante tal estupidez) -Digo, que no creo que consiga escapar de acá, tenemos todo el sitio vigilado y nuestros androides los van a hacer puré a esos dos. -Vigila tu lengua, que si Grösse te escuchara hablar, te mandaría al pelotón de fusilamiento. -Lo siento, no volverá a pasar. -Más te vale. Después de que se fueron, fuimos hacia el teleférico y lo accionamos, estuvimos un rato largo en él, sin nada de qué preocuparnos, y entonces Richard me dijo: -Uf, ha faltado poco, ojalá que no vengan más nazis a matarnos. -No hables tan alto cuando pidas los deseos (dije yo con sarcasmo). De pronto sentimos disparos en la superficie de la cabina, y para nuestro asombro, ¡Vemos nazis que nos disparaban desde el otro teleférico! Entonces agarré un rifle Bombenschuss y acabé con ellos de un saque. -Uf, ha faltado poco (Dijo Wesley con satisfacción). -Mejor te callas a ver si algo mas pasaaaaaaaaaaaa.... En ese instante derribaron la cabina del teleférico y yo clavé el fierro que tenía en el piso, mientras sostenía de una mano a Wesley, pero nos caímos y la chatarra esa casi nos aplasta. Todo parecía perdido, hasta que nadamos a la superficie. En la superficie, nos encontramos con una pared que escalamos repitiendo el mismo proceso del ascensor, y nos encontramos en el estacionamiento del castillo. Sentí la brisa que me rodeaba, mientras cerraba los ojos, y eso me causó alegría, ya que habíamos salido de esa fortaleza de mierda, después de tanta mierda. Sin embargo, la alegría se fue cuando vinieron un montón de nazis a tratar de matarnos, de nuevo. Tras un feroz tiroteo, nos fuimos hacia el pasaje que conducía a Paderborn, pero se interpuso un perro metálico entre nosotros, y dije del susto: -¡Epa, que dientes tiene ese perro! No obstante este no dura mucho, debido a que, como todo perro, le lanzo una granada para que la traiga, por lo que este monigote se vuela a sí mismo. Limpiada, la amenaza, nos acercamos al pueblo, desafortunadamente un aviso con altavoz lo arruina todo: -Atención a todo Paderborn, se ha impuesto el toque de queda debido a que unos intrusos se acercaron a la ciudad, no se enfrenten a él, repito no se enfrenten a él, escóndanse en sus casas, y cierren las puertas. Aparece entonces un borracho en el piso, que decía cosas relacionadas a lo que estaba haciendo Helga, diciendo que tenga cuidado y que los zombis nos iban a destrozar a todos le di unas monedas y me fui. Tiempo después, vemos una puerta, y al instante aparecen, tras una abertura, unos ojos preciosos (de quien ya sabía que era) y le digo la contraseña para que me deje entrar: -Los narcisos cantan a la luz de la luna. Entonces entra una mano, me toma, y veo a mi chica, Annette Krause, la cual me abraza y me da un beso largo en la boca. -Hola, Billy Boy. -Hola Annie, ¿Como estas? -Bien guapo, tanto tiempo sin verte, no supe más de ti después de lo del 28 de junio del año pasado. -¿De qué están hablando? (Comentó Richard con desconcierto) -La operación Nachtsonne, tonto (respondí). -Ah, sí, hace mucho que me había olvidado de lo de esa operación, debido a que perdimos a Caroline....... Aunque presiento que está viva. -Wesley (dijo Annette)....... No le hables de eso a B.J, no le hace gracia. -Ejem (Añadí tratando de cambiar el tema). Tenemos que concentrarnos en la misión, ya saben, matar a Hitler, ser los héroes de esta historia, bla, bla, bla. -Sí, (contestó Annie). Debemos encontrar un modo de conseguir esta carpeta, pero primero vamos a tratar a tu amigo que está mal herido. Mi padre tiene las medicinas, está en la otra sala del bar. Fuimos hacia allá y vimos a Ludiwg. Entonces lo saludé y le dije: -Kessler, tenemos que tratar las heridas de Wesley. -Sí, los oí hablar en la otra sala, allá (Ludwig nos señala con el dedo algo) están los botiquines, alcáncenmelos que ahora lo atiendo. Hecho esto, vendamos el pecho de Wesley y su pierna. Luego Annette sintió algo en la ventana, pero Wesley la apartó y un perro se le vino encima, pero se lo saqué de un balazo. Y entonces vi por la ventana a los nazis, y les grité a todos que escondieran. Entonces me dijo Kessler que abriera la puerta del sótano y todos se metieron ahí. Aparecieron varios nazis por todos lados, los mataba a balazos, cuchillazos, tubazos (o hasta les clavaba los tubos), incluso usé el rifle de francotirador. Al cabo de matar unos cuantos dije: -¿Cuantos malditos nazis hay en este mundo? Me extrañé que no aparecieran más, así que bajé mis armas, pero pronto escuché un ruido muy fuerte, y me eché para atrás. Se me presenta Hans, tras haber roto la pared, con una armadura parecida a la de la edad media, pero bastante avanzada, con dos torretas en las manos, diciendo: -¡Tú, insoportable pequeña escoria! ¡Mataste a mi perra Greta, era lo que me recordaba a mi hermana muerta, era el sol de mi vida, mi luz en el cielo, la vas a pagar muy caro! -¡Cierra el pico imbécil, no podrás ganarme! (Le respondí). De pronto el me disparó con sus torretas y estuve esquivando sus disparos un largo rato, ninguna de mis balas lo dañaba, y se me empezó a agotar la munición. Vi unas fuentes de electricidad en sus hombros, por lo que deduje que era su debilidad, así que le disparé en una de ellas, y el cayó al piso. Deduje que tenía que sacarle las partes de la armadura, con un fierro, para que así pudiera darle en más lugares, haciéndolo aún más debil. Fue una batalla bastante reñida, pero salí victorioso, ya que de tantos disparos en las partes decubiertas, tantas piezas de armadura quitadas de su cuerpo, el cayó al piso y dijo: -¡Mein leiben, mis queridas greta, las veré en el cielo! Entonces dije: -¡Muere, facista del infierno! Y le clavé el fierro en la cabeza, terminando así con ese engendro. Pero desgraciadamente siento un tic viniendo de su armadura, y justo Kessler abre la puerta del sótano y dice que salte hacia donde él estaba, para evitar el impacto de la explosión, y así lo hice. Me parecía raro que Hans, aún después de muerto, haya activado una bomba en su armadura para intentar matarme. Igualmente, yo soy un hueso muy duro de roer. Cuando Wesley, Annette, Kessler y yo llegamos hacia donde estaba el bote, que nos iba a servir para llegar a Wulfburg, Annette me dijo: -Billy boy, mis cosas, asegurate de agarrarlas. Eso hice, una vez todos dentro del bote, y cuando se las dí respondió: -Gracias. Y las abrazó con fuerza. Yo dije: -¿Hacia dónde vamos Kessler? -A Wulfburg, Helga debe haber llegado allá hace rato, tenemos que detenerla a ella y su nuevo intento de revivir los horrores de la operación Eisenfaust. También presiento que estos supuestos nuevos zombis son más fuertes que nunca. -¿Qué hay en Wulfburg? -Muerte, Blazko, muerte. Tardamos unos días en llegar allá, mientras tanto conversamos un poco. -Oye Annette, nunca me hablaste de tu pasado. -No es un tema que me divierta, Blazkowicz. -Oye, ¿Somos pareja desde hace cuanto? Puedes tenerme confianza, además está bueno sacarse las cosas del pecho. -Bueno, yo fui enviada en un tren a Auswitch, con mi familia, pero un grupo de rebeldes logró liberarme de ahí y pude escapar, pero desafortunadamente mis padres no tuvieron tanta suerte, murieron asesinados por los nazis. Fue lo más horrible que yo….Snif…. -No llores Annette…. (Le acaricio la cara para que se ponga mejor, cosa que sirvió porque sonrió). -Sí, pero también tengo miedo de perder a papá. -Tranquila Annie, (Respondió Kessler con intención de calmarla) si cualquier cosa me pasa a mí, Blazkowicz te va a cuidar. -Sé cuidarme sola, pero William siempre ha hecho bien esta tarea. -Ejem, perdón si corto la escena conmovedora, (Indicó Wesley con preocupación) pero ya estamos llegando a Wulfburg. Más tarde llegamos a un muelle y le dije a Annette y Kessler que se escondieran con el bote debajo del muelle, mientras yo y Wesley íbamos hacia la casa de Philippa Shepard (alias Agente Dos) para intentar robarle la carpeta a Helga. Aparecimos en un patio bastante grande, y había tenientes nazis y soldados alemanes por todos lados, si no teníamos cuidado, podríamos terminar muy mal. Usamos las pistolas con silenciador para matar a los tenientes, para que no alerten a los solados, y luego fuimos detrás de ellos con el cuchillo y limpiamos el lugar. Luego Wesley me indica algo: -Blazko, escucha, hay una especie de pasarela por ese tejado, creo que es el atajo más corto para llegar a la casa de la agente dos. Vayamos por ahí. -De acuerdo Richard. Pasamos por ese lugar, y pronto terminamos en un almacén, donde recibimos una llamada de Ludwig diciéndonos: -Blazko, Wes, hay muchos guardias cerca de la entrada a la casa de Pipa (agente dos), deberían tener mucho, cuidado, no maten a nadie si no es necesario. Mientras estábamos revisando el almacen, en busca de algo interesante, dije: -¿Qué matemos a todos los nazis que podamos? -Blazko, no hagas eso…… (Comentó Wesley con indignación). -No (respondió Kessler catatónico), tan sólo dije que…. -Kjjjj, Kessler, te recibo mal, Kjjjj, hay mucha estática, Kjssss. -William, nos vas a meter en problemassss…. -Bueno, no podemos dejar vivir a ninguno, Wesley, lo sabes. Son una maldita amenaza para el planeta. -Como sea, encontré algo. (Wesley me enseña una especie de papel). -A ver, ¿Qué es? Dámelo. Una carta del “Führer”, vamos a ver que dice: Leí la carta y lo que vi me dejó perplejo: 13 De Enero De 1946: “Querido Ernest, Visité Paderborn y el castillo Wolfenstein para mostrarles a todos que había sobrevivido a mi cruenta “batalla” con “el terrorista del castillo Wolfenstein”. Ese imbécil no sabe que mi doble era mi hermano mayor, Alois Hitler Jr., el cuál usé para fingir mi muerte y así ponerme a salvo de sus manos. Desgraciadamente, el muy hijo de puta planea matarme en mi complejo, pero confío en que Helga la guardará bien, y si es así, y si la tecnología de Calavera funciona bien, entonces por fin podremos ganar esta maldita guerra y ser los amos del planeta. Pero, si llegas a decir que fue mi hermano el que murió…. Te espera un destino mucho peor que lo que le pasó a él.” -“Firma Adolf Hitler”……….. Grrrrrr. (Hago la carta una bola de la bronca). -Calma Blazko, no dejaremos que Calavera y Hitler se salgan con la suya (respondió Wesley con simpatía poniendo la mano sobre mi hombro). -Lo sé (respondí con furia). Pero me jode que, a ver, 1943, logro dejarlo moribundo y lo remato de un disparo en el corazón, cosa que mataría a cualquier ser humano normal, y encima sobrevive y resucitan a un maldito canalla de la edad media, para continuar sus locuras. 1945, año en que la guerra debería haber terminado…… Hitler usa un, ¿Doble? Me estas jodiendo. -Blazko, no te angusties, ya lograremos matarlo. -Bueno, si tú lo dices…. Vamos, ya estamos perdiendo demasiado tiempo. Salimos rápidamente de ahí, y encontramos una pasarela que conducía a la plaza del pueblo. Había dos súper cyborgs, los desactivé con mi fierro, quitándoles el soporte de vida que tenían en la espalda, y proseguimos nuestro camino. Al haber llegado a la casa de la agente dos, ella abre una abertura y dice: -¡La contraseña! -Los narcisos cantan a la luz de la luna. -B.J, entra por la puerta de al lado, la llave está debajo de una roca, luego entra por la ventana de abajo y ahí hablaremos. Tras esto, agarré la llave y abrí la puerta, para luego usar el fierro para que Wesley y yo nos podamos meter ahí. Pippa, entonces me abraza, a la vez que yo le devuelvo el abrazo y me comenta: -Blazkowicz, mi guapo y semidesnudo amigo, es un placer verte aquí. Siéntate aquí y sírvete café con galletas. Mientras comía y tomaba, Pippa acaricia a Wesley de la cara y le dice: -Mi dios, Richard, ¿Qué te pasó? -Grösse me torturó, eso pasó. -Por dios, ¿A ese canalla no le bastó con matar a Caroline? Encima, a vos, mi querido amigo te hace pasar un momento de mierda, ¿Quién carajo se cree que es? -Em, no es por sonar malo, pero……. Grösse murió a mis manos, y la muerte de Caroline está vengada, punto. No le demos más vueltas al puto tema, porque ya estoy cansado de escucharlo. -B.J…. Está sonando la radio (expresó la agente dos): -A ver…. Agarré el micrófono y dije: -Hola, ¿Quién habla? -Hola Blazkowicz, soy tu vieja amiga. -¿Cuál vieja amiga? -B.J…… -¿Caroline? ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! -Creía que estabas muerta.... Gracias a dios que estas viva. -Si tú llamas vida a estar entubada todo un año. -Me alegro de escucharte B.J. -¿En dónde estás ahora? -En la base de la OSS, pero no hay tiempo para esto…… -Bueno, dime lo que me tengas que decir. -Escucha B.J, en la iglesia del castillo Hollehammer, donde están intentando revivir la operación Esienfaust, hay una especie de monstruo oculto, el del rey Otón, que emite un gas que convierte a la gente en una especie de zombis, estos zombis además de morder a la gente y golpearla a manotazos, como cualquier muerto viviente, tiene la inteligencia suficiente como para usar armas, así que vas a tener que tener mucho cuidado. -Bueno, lo tendré en cuenta -Protégete las espaldas B.J, no vaya a ser que te conviertas en uno ellos, vuelve a casa sano y salvo. Debo dejarte, el jefe de la OSS me está pidiendo que corte. -Suerte, Caroline, te deseo lo mejor. -Adiós. Cambio y corto. Tras despedirme de ella, Pippa me dijo lo siguiente: -B.J, yo me quedaré con Wesley, tu ve por esa carpeta. Primero guarda tus armas, ya que los camareros no llevan armas, para no levantar sospechas, y luego ponte una camisa, no es que me repugne tu torso desnudo, al contrario, pero por favor ponte algo. Cuando lo hice, entonces Pippa me abrió una puerta debajo del piso y dijo que me metiera ahí y trate de no morir ahogado. Me despedí de ella y nadé hasta la superficie y salí de las alcantarillas. Después de un largo tramo, encontré el bar y me puse el uniforme de camarero, y fui con el vino hacia dónde estaba Helga, pasando unas escaleras. En el tramo me encontré con guardias borrachos, uno de ellos sacó a patadas a otro porque dijo que como "se atrevía a hacer eso con la foto de la esposa que era la única que tenía" y este le cerró la puerta en la cara. Tiempo después llegué a una habitación y un nazi me dijo: -Venga por aquí, frau von Schabbs, le espera en esta habitación. Entré, y cuando me encontré con Helga, la escuché discutiendo con un general nazi. Este le decía que era un error hacer esto, que el Führer y Calavera esperaban resultados, que no tenía que encapricharse, y que era una tonta por querer hacer esto, que iba a terminar mal, y le dijo que cierre la boca. Yo pensé: -Ahí está la carpeta. Al acercarme, el tipo dijo que ella me diga que me vaya así podíamos terminar la conversación, y ella dijo: -Cielos santo ,Schreiner, déjeme disfrutar primero de mi vino. Me estaba yendo de ahí, pero el guardia me apuntó y Helga dijo que me quede donde estaba, que necesitaba que yo pruebe el vino por ella. Tomé asiento, y escondí la carpeta disimuladamente debajo de la bandeja donde estaba el vino, ella me preguntó cómo me llamaba, a lo que le contesté: -Um, Franz. -Que bueno, mi primo se llama Franz. -Veamos, ¿Este mapa te resulta interesante? Yo solía dibujar varios, como un pasatiempo, cuando era niña. Me encantaba hacer mapas de todo tipo, incluso excavaba tesoros en el bosque de nuestra parcela, era mi forma de escapar, pero luego hubo una epidemia de polio. ¿Y sabes que yo fui la afectada? No, no lo sabes, tampoco te interesaría, yo quedé muy deprimida por eso, me tuvieron que poner este soporte que ves aquí en esta pierna, me quería echar a llorar, y lo hice, pero ¿Eso resuelve algo? No, para nada, hay que seguir la vida. Yo tuve sueños muy terribles cuando estaba en cama. Igualmente el llanto es un comportamiento humano, pero rendirse es de degenerados. Yo jamás me rendí. Tomé las riendas de mi destino, ¿Tú también lo haces? Prueba el vino. Lo probé y quedé con cara de “Puaj”. -¿Está bueno? -Sí, delicioso. -Que acento más curioso el tuyo. Helga probó el vino y dijo: -¿Delicioso? Es uno de los vinos más repugnantes que he probado en mi vida. Se estropeó, por dios. Bébelo. -Está bien. Helga dice: -Primero se huele, y huele a sótano húmedo, rancio. Un toque de pasa. Y el sabor es dulce como un oporto. Un vino tinto no tiene que saber así. Esto no se lo serviría ni a mi rival. -Crash, Helga lo tiró. -Helga…. (Dijo Schreiner) ¿Por qué pierdes el tiempo con este cretino? Helga entonces cambia al castellano: -Porque, mi querido e incompetente Schreiner…… No es un camarero, sinó un espía. -¡Aaaagh! Ella me había clavado un puñal que me hizo doler mucho la mano mientras decía que si creía que mi atroz alemán la impresionaría. Y me pidió a gritos la carpeta, mientras el general alemán me apunta con una pistola. Una radio sonó: -Adelante, Frau von Schabbs. Helga se va y ordena al tipo ese que no me quite un ojo de encima. -¿Qué ocurre Eberhardt? -Usamos dinamita para abrir el agujero de la cripta del castillo Hollehammer. -No abran esa cripta hasta que yo esté ahí, ¿Entendido? Después de esto me saqué el cuchillo y se lo clavé en el brazo al hombre. Helga dijo que me dispare, pero me adelanto y disparo a todos lados. Tras esto, cae en escombros delante de mí. Recupero el conocimiento y luego: -¿Qué pasó, Helga? (Dijo Schreiner). -Usaron dinamita en la fase de la operación Eisenfaust. Eso provcó el terremoto, creo (contestó Helga). -Dios mío. -Vamos, salgamos de aquí antes de que se derrumbe todo el edificio. ¡Tenemos que llegar al castillo Hollehammer! Tras reincorporarme, agarré el mapa y dije: -Parece un mapa viejo y polvoriento, ¿Qué secretos busca helga? Agarré mi comunicador. -Kessler, Helga se fue, tengo el mapa y voy al cobertizo, ¿Me oye? Desgraciadamente no funcionó el artefacto y entonces me fui por una abertura y caminé hasta ver a un tipo parado como si nada, de espaldas, enfrente mío. Tras esto se me ocurrió preguntarle si todo estaba bien, y lo toqué y entonces se prendió en llamas, y veo con mis ojos el horror: -¡Era un zombi! Decapité al zombi con mi fierro, y seguí mi camino. Afuera aparecieron más no-muertos con los que acabé. Luego intenté comunicarme otra vez con Kessler: -¡Kessler! ¿Me recibes? -Blazkowicz (se escucha todo muy bajo) te recibo más o menos, no creo que wwuwuuwuzz. -Malditos artefactos. Llegué inmediatamente a un lugar bastante estrecho donde había escombros, los saqué y entonces vi a Pippa y Wesley luchando contra los zombis, por lo que traté de apresurarme, y entonces grito: -Pippa, ¡Detrás de ti! -Qué carajo, ¡Ahhhh! ¡Quítamelo de encima antes de que me muerda Wesley! Pum. -Hecho. Logré retirar obivamente los escombros, y me reuní con ellos. -Blazkowicz, que bueno que estás acá. Dijo Wesley, feliz de verme. -Sí, si, pero no hay tiempo para eso, tenemos que ir por Kessler y Annette, presiento que están en peligro, quédense aquí. -Entendido. Dijeron a la vez Pippa Y el Agente Uno. Después de esto, yo estuve bastante tiempo matando a los zombis que se me aparecieron en el hospital. Hasta los perros fueron los afectados. Cuando llegué afuera me encontré con una grieta en el piso. Entonces Kessler me llama: -Blazkowicz, ¿Puedes oírme? -Sí, puedo oírte, Helga se llevó la carpeta y se fue a las ruinas de la iglesia del Castillo Hollehammer, probablemente ahí está lo que causó el lío. ¿Dónde estás? -No sé, estoy en una especie de taller. -No te preocupes iré enseguida. Desgraciadamente unos zombis abren la puerta y yo me quedé por unos segundos paralizado y muerto del susto. Ametrallé el lugar y entonces salí corriendo de ahí. Debajo de un zombi muerto había una especie de arma que era como una pistola de bengalas pero más pontente. Tras tomarla dije: -¡Genial, esto me vendrá de maravilla! Caminé un rato, hasta que: -Mierda, más muertos vivientes. Lo que hice con ellos era obvio. Llegué a los muelles, y moví el bote donde estaban mi chica y mi suegro. Lo saqué de ahí, tan sólo para encontrar una escopeta de doble cañón. De pronto vi un serrucho y lo use con la escopeta, tuve que apresurarme ya que en ese instante vi un zombi listo para morderme. Cuando lo maté seguí por todos los muelles, para encontrar a Annette, y, hasta llegar al lugar dónde estaban mis amigos, me enfrenté a más zombis. Aparecí en el taller, y entonces se me presentaron soldados nazis dispuestos a matarme. Hice un salto hacia un lado y los maté a todos. Después vi dos caminos por los que ir, y deduje que sólo podía salvar a una persona, o Annette o Kessler. Entonces pensé un rato y dije: -Annette. Corrí a toda prisa, evadiendo a los zombis sedientos de sangre, y a los nazis sedientos de violencia. Y llegué hasta una abertura por la que bajé, y vi a mi chica gritando: -¡Auxiliooo! -Acá estoy Annette, no temas. Maté a los zombies con mi escopeta, y entonces abracé a Annette y le toqué la cara. -Annette, mi dulce flor en el campo. -Blazkowicz, mi terrón de azúcar. Escuchame, ¿No viste como maté al zombi? -Sí, lo vi, pero esto va a continuar hasta que derrotemos a Helga. -Cierto, y yo debo encontrar a mi amiga, Katrin. Sé que debe estar por acá. Nosotros nos refugiamos en los baños por temor a que los nazis nos mataran y ahí compartimos momentos únicos. Luego bailamos en la oficina de Helga y nos escondimos, avergonzados de que alguien nos viera y luego la perdí. -Annette, la vamos a encontrar, tranquila. -Sí, pero lo debo hacer sola, no puedo arriesgarme a perderte ni a vos ni a ella. Así que necesito que me subas ahí. -Antes quiero recordarte que… -Muack. Nos dimos un beso y un abrazo largo en la boca, y entonces la arrimé a subir al techo. -Annette, escucha, puedo ir contigo. -No, tontito, ve por helga, yo iré por mi amiga. -De acuerdo. Tras eso, llegué al lugar dónde estaba Kessler, por un camino que unía estos dos lugares, y de pronto aparecen zombis, pero, sin embargo, llega Wesley, y trata de salvar a Kessler, pero: -Wesley, ¡Cuidado! -Richard, nooooo….. A Richard lo atrapó un zombi, y no pudimos hacer nada al respecto, ya que le disparamos al zombi en cuanto se le subió a Richard, pero era tarde y tuvimos que matarlo a él también. Yo dije luego: -Te merecías algo mejor que esto, Richard. Kessler me palmea en el hombro y dice: -Lo siento B.J. Lo menos que puedo hacer por ti es ir al dirigible y repartir estos folletos, para mostrarles a todos lo que son los nazis. -Está bien, te ayudaré a pasar por esta abertura. Y así lo hice. De pronto caí en los muelles, y había varios zombis vigilando la entrada a un robot gigante. Usé el robot gigante para abrirme puertas con sus garras metálicas y llegar hasta el casco antiguo. En la puerta al casco, tuve una pequeña conversación con Kessler: -Kessler, ¿Me recibes? -Sí, blazko, es extraño tengo una sensación extraña, como si estuviera en casa pintando la cerca. Y los pájaros que cantan, y el sól que me ilumina la cara. Es todo tan extraño. -Te comprendo Kessler (Dije, mientras veía los folletos cayendo del dirigible). Debo irme, debo encontrar a Helga. -Hasta siempre, William, cuida de Annette. -Lo haré. Tras entrar en el casco antiguo, tuve varias batallas contra muertos vivientes y varios nazis. Al Salir de ahí, después de tantos suplicios, llegué al cementerio, todo parecía tranquilo, hasta que escuché a dos guardias hablar y me escondí de ellos detrás de una lápida. -¡Oye! ¿Viste lo que le pasó a Fritz? -Sí, dicen que se convirtió en un zombi, pobre bastardo. -Bueno, él se lo buscó por hacerse el guapo y querer matarlos él sólo. -Espero que no nos pase lo mismo. -Tú ten fe. Yo por mi parte espero que ganemos la guerra. Cuando se fueron, me escabullí sigilosamente y maté a todos los guardias. De pronto vi un ascensor hacia la excavación, o sea, las ruinas de la iglesia del castillo Hollehammer. Allá dentro caminé por todo el lugar. Me resultó raro no ver ningún zombi o nazi. Luego de tanto caminar, nadar, o escalar, llegué hacia una abertura, dónde oí hablar a Helga y a Schreiner. Había un lugar con un pedestal para fuego que no se había prendido. Por lo que no sabía qué hacer para que se abra la abertura. De pronto, aparecen zombis por todos lados, yo grito que no van a poder conmigo, y luego se llena todo de llamas, por lo que voy a abrir la abertura, y desgraciadamente: Helga y su secuaz me toman con una cadena. -Franz, mi camarero, ¿No eres capáz de alejarte del fuego eh? Pues esta vez te vas a quemar. (Helga me da un cachetazo). -¿Eres ese jodido americano? El que mató a mi cazador Hans, ¿No? Eres muy testarudo. De pronto Helga me revisa: -¿Qué tenemos aquí? -Esto nos habría ahorrado tiempo. -No entiendo estos símbolos. Dijo Schreiner. -Oh, fortuna. Tan extraña e impredecible. -Podría… Mua. Helga me dio un beso. Entonces dijo: -Me siento otra vez como una niña, excavando tesoros en los bosques. Este momento me hará entrar en los libros de historia, junto a los más grandes aventureros. -Para mí serás otro nazi más. Pum otro golpe de Helga. ¿Lo ves, Schreiner? -Sí, pero esto no cambia nada, no lograste satisfacer, ni al Führer ni a Strauss, ni a mí. -¡Oh, Schreiner, por dios! Menudo saco de tripas inútil. Mira, el código del mapa del rey Otón, corresponde con los símbolos de este pedestal. Esa es la combinación idiota, ahora te mostraré la fase de la operación Eisenfaust. -¿Qué demonios es eso, Helga? -Es el golem que nos ha proporcionado a los zombis. El secreto del rey Otón, el arma más poderosa del Tercer Reich. De pronto observé a un golem gigante. Helga le dijo en un lenguaje extraño que no tuviera miedo. -¿Lo ves? No hay nada de que temer. Ven aquí, te daré de comer. -¡Come! Helga es devorada por el monstruo y luego cae hacia una abertura. Luego Schreiner le dispara con todo, pero le devora la cabeza y lo tira al piso, yo mientras pasó todo eso, me liberé de las cadenas con mi fierro. De pronto comenzó una batalla atroz con el golem, este lanzaba gas por su boca, y trataba de darme golpes, le disparé con mis balas, pero sólo le hicieron cosquillas, también probé con granadas, pero no servía, encima vinieron mas nazis y zombis por mí. No podía contenerlos a todos. Sin embargo, se me prende un lamparita, y le disparo al golem con mi lanzagranadas de mano, con 9 golpes, esquivando su gas y sus golpes, cayó al piso. Luego me acerqué a ver a Helga, que estaba agonizando, y diciendo que ella tenía el control. Le disparé en la cabeza con una pistola a la vez que dije: -Muérete, zorra. Oh, aquí está la carpeta. Pensé en voz alta: -Te equivocas, nunca tuviste el control. Todo parecía haber terminado, en cuanto agarré la carpeta. Pero no fue del todo así. Se me cayeron rocas encima. Una voz extraña me despertó. -Oigan, miren, es Blazkowicz, ayúdeme a sacarlo de aquí, vamos maldito perezoso, y saca esta basura nazi de aquí. -Fergus. Ya en el bote, dije: -¿Cómo me encontraste? -Por una llamada de auxilio de Pippa. Entonces miré a la derecha y vi a Annette, con Katrin, que me dijeron “Gracias y adiós” mientras un soldado les decía que se movieran de ahí. -Hiciste un buen trabajo matando a ese monstruo, ¿Y qué pasó con el agente uno? -¡Ha muerto! -Sí, encontramos el cuerpo. Todo por una maldita carpeta. Escucha, no podemos cambiar lo ocurrido, pero podemos hacer de este un mejor futuro. -Sí, es cierto. Meses más tarde en el camión hacia el lugar dónde íbamos a asaltar el complejo de Hitler, y también dónde íbamos a matar a Calavera. Fergus dijo: -Maldita sea, debí a haber ido a mear, ¿Por qué no me dijiste nada, Blazko? -¿Tengo pinta de ser tu canguro, fergus? -No, claro que no, dios, como me aguanto. Blazko, espero que sepas que hacer luego, tenemos que derribar al monstruo, esta puede ser nuestra última oportunidad de derribar el imperio nazi. Hitler y calavera esperan ansiosos el querer pelear con nosotros, ¿Verdad? El monstruo nunca muere por muchas veces que muera, sólo muda de piel y cambia de forma, lo único que espero es poder volver a casa, casarme con Annette, y dejar la guerra de lado, que lo único que causó es muerte y sufrimiento. ¿Lograré derrotar al genocida más grande del mundo? Eso lo veremos cuando pase. FIN.