One-shot Vida diaria de un rebelde [Infected City - Rebeldes]

El mundo es un caos, desde que todo comenzó con el paciente cero por el norte del país, nadie sabe exactamente donde, hasta las hordas de no muertos, lickers, Tyrant y esa criatura gigantesca que le hemos llamado Hyde que nos pisa los talones en este momento. Pero, ¿saben?, recapitulando un poco mi vida, no es tan distinta a lo que era antes de la infección.

Es el momento de encender ese soundtrack de fondo que ambienta más la narración, sugeriría “Happy together-Simple plan” para dar un poco de ironía, claro si tienen radio o al menos electricidad en el refugio, si lo tienen a que escuchar mi historia es mejor que esa estúpida grabación de estado de emergencia de “el gobierno ha declarado estado de emergencia no salgan de sus hogares …”y así. Espero les alegre el día a menos que se los estén comiendo, porque pues...¡comencemos!, unos ejemplos.

Ejercicio Matinal:

El sol aparece en el horizonte, se puede respirar ese aire “fresco”- huele como un cesto de calcetines sucios que estuvieron guardados en un casillero por meses-, el incomparable entusiasmo de tus compañeros que han decidido estirar las piernas un poco como tú, ya lo saben un poco de recreación, los pájaros vuelan en el viento, espera ¡eso no es un pájaro, corran!.


— ¡Dispárale a esa maldita cosa! —le ordeno a Juliette.


Ella voltea y precipitadamente le propina varios disparos a la criatura como un gusano alado que sobrevuela la cabeza de Elizabeth.


—¡Quítamelo, quítamelo! — dice Elizabeth corriendo desesperadamente con mientras intenta alejarlo con sus manos.


— Tal vez ponga huevecillos en tu cabeza y se coman tu cerebro— sugiere Anna observando desde lejos.


Elizabeth se detiene un momento para ordenar ideas y pega un grito.


—¡Aaaaaaa me comerá! — exclama corriendo más rápido.


— Espera ya le doy…—dice Jun mientras salta heroicamente desde un auto con una sartén.


—Espera cabo que…— intervengo


La sartén va a dar a mi cabeza y me noquea, el joven soldado pone una cara de asustado y Juliette termina dándole al fin un tiro a esa cosa, según me contaron.


Desayuno:


Me encuentro dormido en mi habitación tranquilamente, bueno lo más tranquilo que se puede estar en esta época, la alarma suena a las seis de la mañana, pero fue algo agitado ayer y la apago para darme la vuelta y volver a dormir, suena la alarma de emergencia y me levanto de golpe, me visto cómo puedo -creo que me puse la camisa al revés- me meto los zapatos y tomo mi arma en las manos, salgo precavido entre los pasillos y la luz roja de emergencia esta activada lo que me confirma mis sospechas, agitado y tenso corro por el corredor esperando llegar a tiempo, con una patada abro cada habitación y las encuentro solas, a lo lejos creo escuchar gritos.


—Tengo que llegar a tiempo, ¡resistan!.— exclamo.


Percibo olor a quemado, el aire se llena de humo conforme me acercó más y más, tal vez el lugar está en llamas, de pronto se escucha una enorme explosión, precipitadamente con una embestida abro la puerta de golpe.


— ¿Qué es lo que…?


Con una especie de sustancia viscosa que hay en el piso, resbalo hasta ir a parar hasta la pared del otro lado de la habitación, veo a la mayoría de los rebeldes y las sobrevivientes tosiendo mientras sale humo del horno, del otro lado esta Sumine con un mandil puesto y una cuchara en la mano soplando al horno.


—Les dije que no sabía cocinar he insistieron, exploto el desayuno.

Si siguen vivos luego, les contaré más, ahora me voy…